Alberto, hombre autoritario hace mujer a su nuera

Alberto es un hombre bastante autoritario y señor de Comarca donde residía. Su hijo se había casado con una jovencita a la que pronto comprueba que nunca la había llegado a hacer mujer. No podía consentir que su hijo fuera el hazmerreir de la familia, y por ello decidió ser el mismo el que hiciera mujer a su joven nuera.

Lisa era una muchacha perteneciente a una familia bastante humilde de un pueblo rural, que se casó con el hijo de uno de los mejores hacendados del pueblo. Ella se había criado en un ambiente bastante tradicional, con unos padres de ideas trasnochadas, y bastante tachado a la antigua. Por ello no fue extraño que insistieran para que su hija se casara con el hijo de Don Alberto.

La muchacha contaba con veinte años cuando se caso. Ella era una muchacha más bien delgada, no muy alta, buenos senos, y aunque no fuera demasiado bonita si estaba de muy buen ver. El hijo de D. Alberto, se llamaba Rubén, le doblaba en edad, y cuando contrajeron matrimonio ya pasaba de los cuarenta años. Sin embargo, su padre lo tenía al frente de una de las sucursales de su empresa, y por ello mantenía una posición económica más o menos holgada.

Habían contraído matrimonio hacia unos cuatros años, pero por diversos motivos el matrimonio aún no había tenido descendencia. Los padres de Lisa, apremiaban a esta para que tuviera un hijo, ya que era su única hija. Tenía otros dos hermanos, pero estos habían marchado del pueblo buscando mejor vida, y aún no se habían casado. La muchacha se encontraba ciertamente disgustada por no ser madre aún, pese a que aún tenía 24 años, y le quedaba suficiente tiempo para poder serlo. Ella sabía que su marido tenía ciertos problemas fisiológicos que le impedían tener una erección constante, y tenía eyaculación precoz. Para colmo, el pene Rubén no muy grande que dijera, y la mayor parte de las veces se corría fuera de ella.

Vivian una casa propiedad de D. Alberto. Éste por su parte, era un hombre de gran estatura, algo corpulento y bien fornido, no muy grueso, con algunas canas, y con un rostro bastante seductor. La gente del pueblo lo consideraba el mayor hacendado de la comarca, y era respetado y en parte temido por todos. Estaba casado, y era padre de dos hijos más aparte de Rubén. Pese a estar en la edad de jubilación, aún seguía al frente de sus empresas. En su época joven había sido luchador, y según indicaban los más viejos, con bastante acierto.

Esa mañana Lisa se había levantado bastante temprano para preparar el equipaje a su esposo, ya que marchaba de viaje durante unos días al extranjero por motivos de empresa. Tras despedir al mismo, comprobando que aún era temprano volvió acostarse.

Se encontraba aún en la cama, cuando sonó el timbre de la puerta, y al coger el interfono se quedó sorprendida al reconocer la voz de su suegro Alberto. Rápidamente se lavó la cara y salió casi sin arreglarse mucho para abrirle. Con las prisas se había colocado una ligera bata corta -casi transparente- anudada a la cintura que apenas le llegaba a la mitad de los muslos, y dejaba a la vista sus bonitas piernas. No era lo más adecuado, pero sabía que su suegro era súper-exigente, y no quiso hacerlo enfadar haciéndolo esperar. Esa fue la razón por lo que apareció ante el padre de su marido con aquella vestimenta inadecuada, no muy decente, especialmente cuando vas a recibir a un  hombre que no es tu marido.

Hasta el propio Alberto se sorprendió al ser recibido por su nuera con aquella vestimenta. No obstante tras el saludo de rigor ella lo invitó a pasar a dentro de la casa, caminando delante de él. Pero antes de llegar a la sala, ella se tuvo que agachar para recoger del suelo una prenda que se había caído de la silla.  Ella queriendo ser hacendada y tener todo recogido, al agacharse no se percató de que con ello brindo a su suegro una visión perfecta de sus hermosos muslos y pantorrillas, y de su  perfecto trasero. Y es que la bata que llevaba puesta, era algo transparente y  al plegarse tanto a su cuerpo, permitió ver claramente las nalgas de la muchacha y hasta el contorno de las braguitas que llevaba puestas.

Alberto, pese a sus sesenta y seis años, mantenía una buena forma física, y su potencia sexual seguía siendo bastante aceptable. La visión que le propicio su nuera, una muchacha joven a la cual le triplicaba la edad, le excito. Mucho más, cuando al incorporarse aquella y pedirle que se sentara en el sofá, observó los pechos de la muchacha que casi se traslucían por la ligerísima bata semiabierta, los cuales se bamboleaban y levantaban prominentes y retadores. Tampoco paso desapercibido que los pezones se marcaban en la suave tela esa mañana, algo fría. En ese momento, sin poder contenerse se  dijo para sí: “ con el pedazo de hembra que tiene mi hijo, no entiendo como aún no ha preñado y le ha hecho un chico” .

La mujer de Alberto ya había entrado en la menopausia hacia ya algunos años, por lo que sus encuentros sexuales se habían hecho muy esporádicos y sin el ardor de antaño. Por otro lado, había adquirido varios kilos de más, por lo que no era ni por asomo la mujer de antaño. Por esa razón, la visión que le propicio su joven nuera, con aquel atuendo, despertó en él aquel lívido de juventud. Se sorprendió al comprobar cómo sin querer su verga había adquirido una ligera erección, que trato de disimular.

Tras sentarse en el sofá, ella se sentó en uno de los sillones de enfrente. Lisa sin querer, cruzo su par de piernas preciosas y sin pensarlo mucho cerró un poco su ligera batita, notando que se habían abierto más de lo debido. Comenzaron hablar del viaje de su marido, y en un momento dado, ella se  estiró un poco para arreglar algún adorno del sillón, y sin darse cuenta de que al hacerlo, entreabrió sus piernas y dejo que Alberto pudiera contemplar por momentos la mancha blanca de las bragas que lleva puestas.

Alberto se puso algo tenso al contemplar la visión de las braguitas de su nuera notando como se producía un tremendo calambrazo en su verga, ya  semierecta. Lisa, en ese momento se dio cuenta de la mirada de su suegro, y casi al instante cerró sus piernas. Fue entonces cuando se dio cuenta de que su suegro la estaba mirando de una forma tentadora.  Pese a que inicialmente le disgustó, luego comenzó a agradarle.

Ambos hablaron durante bastante tiempo. Al rato ella se dirigió a la cocina y le sirvió un café y nos dulces. Y continuaron platicando. Sin saber como la  conversación derivó hacia los hijos, y fue cuando Alberto preguntó a Lisa: - bueno, ¿Para cuándo nos van a sorprender con ese nieto?.

Lisa se entristeció ante aquella pregunta. Era la misma que le hacía siempre su familia cuando aparecía por cas de sus padres: ¡para cuando el hijo !.

- pues no lo sé Alberto . Le contesto ella, cabizbaja.

-¿ tienen problemas Vdes? Le pregunto entonces el suegro al ver la expresión de la cara de ella.

Ella lo mira y le dice:- su hijo es muy bueno conmigo. De verdad. Pero… y rompió a llorar. Alberto se incorporó entonces y se acercó a su nuera, la abrazó y le dijo:- tranquila. Vamos, ¿..Tiene algún problema mi hijo?

-Ay Alberto. No se… bueno…. Es que tiene eyaculación precoz… y continúo llorando.

Lisa estaba deprimida y Alberto la comenzó a consolar pasando su mano por encima de ella y atrayéndola un poco bajo su cobijo. El olor a hembra joven lo trastorno, y comprobó cómo sin remedio su tranca en envaró bajo su pantalón. El continuaba acariciando la casi desnuda espalda de su nuera, con su otra mano. Al acariciarla y atraerla hacia él, Lisa sin querer paso su mano sobre bulto de la bragueta de su suegro. Al instante se sorprendió al comprobar la dureza del instrumento de padre de su marido.

Pese a que Alberto intentaba reprimir sus deseos, pensando que era la mujer de su hijo, no podía evitar que su nabo se endureciera con el olor de aquella joven. No obstante esa primera impresión, Lisa se recostó en su pecho mientras gemía desconsolada. Ella percibió el calor de aquel hombre, la fuerza de sus brazos y se acurrucó en los mismos como buscando su protección. Había tocado sin querer la tranca de su suegro, y había percibido su dureza, constatando que nada tenía que ver con la de su marido. Se noto sumamente excitada. Recordó sus deseos de que su marido la poseyera con fuerza, como es debido y que la llenara.

Por otro lado, se encontraba bastante caliente, la temperatura de su cuerpo desde la noche anterior se había incrementado. Recordó que por esos días “ coincidía con su etapa fértil”. Por ello intentó hacer el amor con su marido la noche antes de marchar de viaje, pero el se dejó dormir indicando que tenía que madrugar para salir temprano. De ahí que su cuerpo al ser tocado por su suegro manifestara una excitación impropia.

Alberto, paso su mano retirando el pelo que colgaba por su rostro, mientras le decía: - vamos Lisa. Tranquilízate. No debes llorar. Eres una mujer preciosa. Tarde o temprano será madre .

Ella en la misma posición en que se encontraba, acurrucada entre sus brazos lo miro a la cara. Alberto miró aquella cara de chica necesitada de ternura, y al tener tan cercas sus labios de los suyos, sin poder contenerse terminó por cometer una locura y beso a la joven. Ella, pese a que enrojeció aceptó el beso de su suegro. Aquel macho al verificar la aceptación de la joven hembra, continuo besándola, acariciándola, pasando sus manos por sus orejas, mientras la envolvía entre sus fuertes brazos.

Lisa se encontraba acalorada, sabía que aquello estaba mal, pero también estaba necesitada de cariño. Por ello aceptó las caricias de su suegro, pese a que fuera el padre de su marido. Alberto comenzó a tocarla por todo el cuerpo y sus manos no podían creer lo que estaba sintiendo. Cuando por fin se detuvo en los pechos de su joven nuera, no pudo contenerse y tomó con su mano abierta uno de ellos, aún cubiertos por la suave tela de su bata. Al momento la chica gimió entrecortadamente: ooo ooooo .

Al momento apartó la bata quedando al aire los desnudos pechos de la joven: Dios mío que preciosidad dijo para sus adentros, mientras posaba su boca sobre ellos.

-oh Alberto que me hace ooooo nooo. No podemos oooo

-relájate preciosa. Disfruta… se que lo necesitas

-pero no podemos. Esto no está bien ooooo.

Lisa se estremecía al sentir el calor de la boca de su suegro sobre sus jóvenes pechos, notando como se acaloraba por momentos. Se dio cuenta de que su vagina se estaba mojando a ritmos agigantados. El semental de su suegro sabía cómo tocar a una mujer. Nada que ver con la forma de actuar de su esposo.

Alberto sin poder contenerse más, fue desvistiendo suavemente a la muchacha, quitando el nudo de la bata y dejado todo su pecho al aire, la cual quedo mostrando aquellos pechos duros, con unos pezones desafiantes que el se puso a devorar por momentos. Pronto la mano varonil se fue deslizando hacia su entrepierna, sintiendo como los largos y gruesos dedos del hombre se posaban sobre la braguita y moldeaban la raja de su coñito.

- ooo no ooo ahí noooo siiiii

Alberto terminó de retirar la bata a su nuera, y pronto la joven hembra quedó solo con las braguitas ante aquel macho. Al verse solo con su prenda intima inferior, Lisa de estremeció:

- oh Alberto me va a desnudar. Oh no por favor …..No ahí noooo al ver el hombre intentaba introducir sus dedos dentro de su vagina.

-vamos preciosa relájate. Déjate hacer…

Alberto esta tan salido, que tomo una de sus manos y la llevó hasta depositarla sobre su pantalón, justo donde guardaba su poderosa tranca. Cuando la muchacha palpó la polla de su suegro, un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Constato entonces que el padre de su marido estaba bien armado. Nada que ver con el pene exiguo de su marido.

- oh Alberto. Por favor…. No me haga esto  ….- le dijo, sin retirar la mano del bulto del pantalón, mientras lo miraba a la cara. Sabes que no debemos. ¡Eres mi suegro!

-Ya lo sé preciosa. Pero veo que estas necesitada. Por lo que veo mi hijo no te satisface como es debido. Te veo muy ansiosa.

Lo decía mientras se desbrochaba la correa del pantalón que dejó caer al suelo, al tiempo que también se desprendió de su bóxer. Al instante Lisa pudo contemplar en vivo el “enorme aparato de su suegro” . Tenía la verga durísima, mucho más grande que la de su hijo, y ésta se encontraba bien erecta y dura, a diferencia de la de su marido que estaba aguada y llena de escoriaciones. Al palpar la misma dijo:

- Oh Alberto …. Dios mío que enormidad . Y mirando al macho le dice: ¡ qué grande!...¡No pretenderá meterme eso! ¡Me reventaría!

-tranquila preciosa. Eres una buena hembra, seguro que te la comerás todita. Pero ahora quiero que me la mames un poco. Se buena chica y póntela en esa boquita que tienes.

-que… yo nunca he hecho eso- dijo ella. En el fondo creo que le repugnaba.

- Vamos putita. Una vez es la primera. Tienes una boquita preciosa para ello. Sé que estas desando tener en tu boca, la tranca de tu suegro.

Alberto se dio cuenta que al insultarla, excitaba a la nuera, y pensó en aprovechar esa oportunidad como estrategia para conseguir mejor a su nuera. La hizo descender hasta que ella se colocó de rodillas frente a su nabo. Luego se la acercó hasta la boca de la joven diciendo: - vamos Putita. Abre la boca y comete este buen cipote.

Lisa, de rodillas ante Alberto, comenzó acercar su boquita al prepucio del mismo, dando pequeñas lamidas. Se dio cuenta de que ya salía el líquido preseminal del hombre. En principio le dio un poco de asco. Pero la forma de hablar de su suegro algo amenazante, la obligaba hacerlo:

- qué esperas para meterla en tu boquita. Vamos. Sé que estás necesitada de una buena polla. ¡Acaso no te gusta la de tu suegro !-

Ella sabía que Alberto tenía fama de autoritario, y de los que no le gustaba que le contrarían. Por ello, aceptó la presión que el padre de su marido estaba haciendo de su cabeza para que ella se metiera aquella barra ardiente en su boca. Abrió la misma y al momento tenía más de medio pedazo de carne dentro de su cavidad bucal. Noto en ese momento también las dimensiones de aquella verga y las poderosas venas que la rodeaban. Pronto, tomo confianza, pese a su inicial repugnancia, y ahora tomaba la verga y la metía en su boca con la delicadeza e inexperiencia de una mujer principiante, envolviendo la misma con su lengua y saboreaba el olor y el sabor de la verga. - eso es putita. Oh que gustazo… si vamos sigue preciosa . Vas aprendiendo… asi oooo nena que placer de boquita…

Lisa nunca lo había hecho, pero ahora se encontraba en un éxtasis que hasta esa tarde no conocía. Se metía el nabo de su suegro en su boca y movía la cabeza de un lado a otro con fuerza y velocidad. Eras como si de verdad quisiera ordeñar aquella tranca majestuosa que su pequeña boca engullía una y otra vez.

Mientras chupaba la polla, extendió su mano y alcanzó por primera vez los testículos del suegro. Se sorprendió al comprobar el tamaño de los mismos. Eran grandes, y por lo que verificó los tenía bien repletos. Viendo la cara de admiración de su nuera Alberto le dijo:

-¿ has visto Lisa los huevos que tengo?. “Los tengo bien llenos preciosa”. Llevo días sin descargar. Ya verás cómo te quedará el coñito. Te lo voy a regar con mi lechita .

Lisa sintió un nuevo escalofrió ante las palabras del macho. El cabrón de su suegro no solo quería follarsela, sino que pretendía correrse dentro. Su suegro quería llegar hasta el final. Las veces que había sentido el semen de su esposo dentro de ella eran como unas gotas. Sabía que los testículos del macho al que le estaba mamando la tranca estaban bien repletos. ¡Y , encima ella estaba ovulando !. No se lo había dicho, aunque quizás pensaba que lo sospechaba.

Alberto gozaba con la visión de su joven nuera, una hembrita casi sin estrenar, chupeteando con verdadera pasión y gusto su potente nabo. Las tetas de la misma saltaban rítmicamente siguiendo la cadencia de la cabeza de la hambrienta mujer. Se dio cuenta del buen trasero de la misma, y pensó como sería la raja de su nuera.

Por ello, alargó su mano y alcanzó la braguita de la nuera, sin dejar que ella siguiera entretenida en su pene, y tiro de ellas haciendo que descendiera por sus nalgas, hasta que cayeron al suelo. Lisa se quedó de rodillas en posición de perrito mamando la verga de aquel macho, completamente desnudita.

Ver aquella joven desnuda, cual Diosa del Nilo, la levantó en vilo y le echo sobre el sofá. Luego la acomodó en el borde con sus dos preciosas piernas bien abiertas, y observó el coño de la misma. Abrió los labios de ésta con sus manos, y comprobó sorprendido que la misma aún tenía el himen casi intacto . No se lo podía creer. ¿Cómo era posible aquello?. El tonto de su hijo aún tenía a su mujer sin desvirgar. Sumamente excitado acercó su boca aquel coñito, y comenzó a chupar la vagina con gran delicadeza, pero con mucho esmero. Lisa se dio cuenta del tremendo placer que era sentir los labios de un hombre en su rajita. – ooo que me hace ooooo siiiii oooo

Su marido nunca lo había hecho. Notaba como las lamidas de coño que le propinaba aquel macho la iban a dejar irse. Pronto, sin poder evitarlo, comenzó a convulsionarse mientras el macho no paraba de lamer y chupar su vagina, hasta que alcanzo un sonoro orgasmo. Oooo siii me vengo ooo que me hacer ooooo

Tras terminar, más relajada, observó como su suegro se incorporó, retirándose la camisa y quedando igualmente en “cueros”. Observó el cuerpazo del mismo, con la vigorosidad de su tranca la cual tenía enfilada hacia arriba como una espada. Ansiaba ser penetrada, pero también tenía miedo.

Alberto, como si leyera su pensamiento se la joven nuera le dijo:- vamos preciosa. Llego la hora de que por fin sientas la potencia de un verdadero macho dentro de ti.

-oh Alberto. Ya ha visto. Soy muy estrecha…¡la tiene tan grande!

- Ya he visto que el tonto de mi hijo, aún no te ha desvirgado. Hoy te hare mujer. ¿Has visto como me tienes? Le dijo mostrando en todo su esplendor la dureza de su tranca.

-pero me hará mucho daño.

-deja de regañar putita. Alguien tiene que hacerte mujer. ¡Veo que mi hijo no será capaz! Pues aquí estoy yo para arreglarlo.

Al momento, Alberto, enfilando su potente miembro a la virginal vulva de su nuera, colocó la cabeza de su verga entre los labios mayores de la ardiente nuera y comenzó a sobarla, pasando su nabo de arriba abajo, sin meterla. Mientras lo hacia se embadurnaba toda la tranca con los jugos de la hembra. Comenzó a disfrutar del roce de los pelos púbicos de la jovencita, subiendo y bajando desde el erecto clítoris hasta el oscuro agujero del culo de la joven hembra.

- oh Lisa. Me sientes. ¡Sientes mi polla! Has visto como me tienes.

- oh… esta loco… no debe meterla oooo - decía viendo como le excitaba lo que su suegro le estaba haciendo. Sin meterla, ya estaba disfrutando.

Una y otra vez el tremendo macho repitió la operación, hasta que Lisa, sin poderlo resistir más, abrió la boca y los ojos lo más que pudo y sintió que su vulva se agarrotaba en un estertor que acompañó a un segundo orgasmo. – ooo siiii oooooo

Sintió  en su espalda correr un sudor frío que le erizó los vellos de todo su cuerpo, al tiempo que abría sus piernas al máximo y su vagina comenzó a emanar una cantidad imparable de líquidos femeninos que le quemaban las paredes de la vulva. Aquello fue aprovechado por Alberto para calmar esa ansiedad enfilando su tranca entre los carnosos labios de la raja de la chica , y de un golpe de riñones, observó como la tela de la misma cedió , y su tranca se incrusto dentro de aquella cuevita  hasta casi más de la mitad de ella.

Oooo nooooooooo que dolor ooooo sáquela ooooopo ¡¡- la joven hembra gritó con tan estruendo al sentir como aquella verga rompía la puerta de entrada a su vagina y se colaba dentro de ella con gran presión. Apretó todo lo que pudo las paredes de su vagina, evitando que el continuara más adentro. Su alarido se escucho en toda la casa

-mas no oo mas ooooo  oooooooooonooo

-vamos putita. Ábrete…. Déjame entrar en ti. Ya la tienes dentro…

-no mas no… me va a abrir mucho.

-Claro que te voy abrir putita. Te voy abrir hasta que todo mi cipote  este dentro de ti. Te la voy a clavar hasta los huevos ooo siiiii

Ella sentía un tremendo calor, al comprobar como aquella verga ardiente entraba en su cueva. Era la primera vez que un pene entraba en sus entrañas. Nunca su marido había roto su himen, ni había ingresado dentro de su cueva. Aquel macho la estaba abriendo al máximo, y amenazaba con meterle aquella tranca en toda su longitud. Al propio tiempo, la forma de hablar de su suegro, totalmente autoritaria y llevando el mando, la excitaba aún más.

Sin poder evitarlo, entro en trance nuevamente teniendo nuevo segundo orgasmo, contrayéndose con la polla del macho dentro de ella. Las paredes de su vagina apretaban la misma como si la quisieran triturar, para luego dejarse ir. Ese momento de relajamiento fue aprovechado por el astuto suegro para terminar de perforar aquel virginal coño , apretando con fuerza y comprobando como sus pelotas hacían tope con las nalgas de su nuera: ¡la tenía toda dentro ! El coño de su joven nuera se había tragado toda su verga. Hasta la empuñadura.

- ohh cobron oooooo Alberto. Me has roto por dentro oooo oooo

-Tu coñito ya es mío. Ya eres mujer. Ahora te toca disfrutar de la vida. Joder, nuera que buena estas ooo. Oh que buen coño…

Alberto, entonces comenzó a bombear el coño de su nuera una y otra vez, haciendo que aquella alcanzara otro orgasmo más. Lisa ya estaba entregada. Veía como su coño, recién desvirgado se acoplaba perfectamente a la poderosa tranca de su suegro. Ahora estaba siendo follada por un verdadero semental.

- ooo si…. o suegro…. Que gustazo… siga,….

-te gusta. Eh putita. Sabía que te iba a gustar… ¡estabas bien necesitada de una polla!... Y

Aunque vibraba con su joven nuera, notaba que estaba a punto de venirse. En ningún momento pensó en salirse. Quería llenar por completo la cuquita recién desvirgada de su joven nuera . Lisa, también se percató de ello al comprobar cómo el pene del semental se endurecía, se hinchaba al máximo dentro de su vagina. ¡ Joder…sabía que se iba a correr!...pero… “estaba ovulando ”.  Pero necesitaba sentir dentro de su vagina la caliente leche de aquel hombre. Por ello, no le dijo nada. Es más lo encelo:

-Oh cabronazo. Vas a correrte. ¿No me digas que quieres hacerlo dentro?

-te voy a llenar Lisa. Tengo mucha lecha acumulada. Llevo días sin correrme…ufff le decía el sin parar de penetrarla una y otra vez.

-¿y si me dejas embarazada?...- le dijo ella de pronto.

-¿estás ovulando?- le preguntó el, casi a punto de venirse en ella.

- creo que si - le contesto ella. Pero noto que eso le incitó más.

- Ah putita. P or eso estas tan caliente. Eh putita… pero sé que quieres mi leche ¿verdad que quieres que te riegue por dentro? ¡Quiero que me lo pidas!. Pídele a tu suegro que te llene.

-es una cabronazo suegro. ¡Quiere preñar a su nuera!... pues que espera… vamos cabron… “quiero ver como se corres”…vamos hazlo .

-oh putita. De esta no te escapas. Te voy a llenar oooo siiiiiii ooo

Lisa sintió por primera vez la leche de un hombre brotando como un surtidor dentro de su vagina. La potencia de las lechadas de su suegro eran tales que sentía claramente como su semen caliente y espeso era lanzado contra las paredes de su vagina una y otra vez. Nunca había sentido aquella sensación tan deliciosa:

-ooo siii putita. ooooo te voy a llenar oooooo

-siii. Lléneme asiii oooooo como le siento oooo

Ella sintió como el semen ardiente de su suegro la inundó por completo, rebasando todos los límites de lo que ella siempre había pensado acerca de recibir una buena lechada en sus entrañas. Fue tan abundante y copiosa la eyaculación de su suegro que dedujo que las posibilidades de quedar preñada eran del cien por cien. Esta vez sí .- se dijo.

Ya no pensó en “su marido”. Sabía que a partir de ahora sería la mujer de su suegro. Si, se entregaría al mismo cuantas veces quisiera.

-oh suegro no paras… joder me estas llenando. siiiiii

Al terminar, Alberto se quedó unos instantes dentro de ella, con toda su tranca aún endurecida dentro del coño ardiente de su nuera. Miro a la joven hembra y noto la cara de felicidad de la misma. Aquella mujer estaba necesitada de una buena follada. Eso resultó evidente. ¡Pobre hijo!-penso.

Luego salió de ella. Notó la vagina bien abierta de su joven nuera, donde salía una pequeña hilera de semen. Los labios de la vulva estaba inflamados y enrojecidos, producto de sus penetraciones.

-Oh Alberto. Me has dejado bien abierta. Tu hijo seguro que lo notara. Me siento llena. ¡Seguro que me has preñado!

- Nunca pensé que estuvieras tan buena Lisa. No me arrepiento lo más mínimo. Una joven como tu necesita un buen macho. Si mi hijo no puede, el padre debe hacerlo. Se detuvo y acercándose a su boca la beso por primera vez y le dijo: ¡ si no has quedado preñada de esta, seguro que quedarás en las próximas cogidas!. Te voy a follar como una verdadera yegua

Ella se estremeció al sentir sus palabras, pero también se alegró, y le sonrió. El marcho luego a su casa. Por la noche estuvo pensando en lo ocurrido. Sabía que era un cabronazo al no haber respetado a la mujer de su hijo. Pero también se dijo: si mi hijo no puede embarazarla. No va a ser el hazmerreir de la familia. Para esto esta su padre .

Al día siguiente, sabiendo que su hijo estaba fuera todavía, y que Lisa podría continuar ovulando, Alberto, decidido volver a visitar para terminar el trabajo. Estaba vez tenía la firme decisión de preñar a la nuera. Por ello, se acercó de nuevo a la casa en la tarde. Lisa no se lo esperaba, y la cogió recién salida del baño.

- Alberto has vuelto…. Me acababa de duchar.

-Um así que estas recién bañadita.

Y sin contenerse, el tomo en brazos, aún con la toalla anuda sobre sus pechos, y la llevó al dormitorio donde yacía con su hijo. La echo sobre la cama, y tras volver a chupar sus pezones y lamer la panocha de su nuera, se desprendió de su ropa, quedándose en pelotas nuevamente. Al ver la mandarria del mismo en pleno rendimiento de nuevo ella le dijo:

- Oh suegro. Joder vienes bien armado otra vez. Y alcanzando sus testículos, le dice: ¡qué cabron! .. “los vuelves a tener llenos”… así que vienes a terminar el trabajo: “quieres dejar bien preñada a la mujer de tu hijo”

-Si putita. Tengo tanta leche como ayer acumulada. Te voy a llenar de nuevo.

Y sin más preámbulo se puso entre las piernas de la joven nuera y acercando su nabo, la clavo de dos veces hasta las mismas bolas. Los orgasmos de ella fueron casi sucesivos, y al final, Alberto volvió a vaciarse dentro de ella.  Su semilla había quedado depositada bien adentro. De eso no le quedaba la menor duda. No obstante, ella le preparó algo de comer, y antes de marcharse, viendo que su tranca volvía a endurecerse, la tomó en la misma cocina y colocándola sobre la mesa se la envaino nuevamente, hasta que se vino dentro de ella nuevamente.

- Joder suegro. No esperaba que aún tuviera tanta potencia . Le palpo los testículos, y continúo:- te has vaciado por completo.

- Si no quedas preñada. No parare hasta conseguirlo- le dijo ella.

-veo que estas decidido.

Al mes siguiente, no le bajo la regla y tras la prueba, Lisa supo que estaba embarazada. Había hecho el amor con su marido al regresar de viaje, pero solo logró que eyaculara y precozmente.  Pero fue suficiente para que el creyera que había sido del mismo. Pero ella sabía la verdad: el padre era su suegro . Cuando su marido regreso ya no estaba ovulando. Pero eso ahora a ella le importaba poco. Estaba embarazada, y además toda quedaba en familia.

Todos quedaron muy contentos con la noticia. Pero Alberto y Lisa continuaron follando a menudo como auténticos amantes, aunque eso sería motivo de un posible nuevo relato.