Albaricoque
Pero nó; son los gemidos de Mario y Daniel que están terminando lo que he empezado con ellos .Tengo el coñito muy húmedo después de haberme corrido tres veces y ellos ahora dejan caer su dulce leche sobre cada uno de sus capullos.
Estoy tumbada y tengo el pecho desnudo recostado en la almohada .Aún siento la leche ya fría
entre mis piernas; Pero será mejor que empiece por el principio
-Me llamo Alba (albaricoque para Mario) mi marido y "ésta es mi historia":
Son las diez de la mañana y empieza a entrar el sol por la ventana, huele a café (el que estoy preparando) cuando sale el café me quedo fija mirando la cafetera que parece estar eyaculando;
Pero no, son los gemidos de Mario y Daniel que están terminando lo que he empezado con ellos .Tengo el coñito muy húmedo después de haberme corrido tres veces y ellos ahora dejan caer su dulce leche sobre cada uno de sus capullos.
-Daniel prácticamente de la misma corpulencia que mi marido y guapote, lo conocemos de hace varios años; Trabajaban juntos en la antigua empresa. Un día entablando una conversación sobre sexo llegaron a la conclusión de que tenían algo en común: un coño los volvía locos pero se morían de ganas por chupar una polla; Y así fue como terminaron en la trasera de la furgoneta roja y de ventanas tintadas empalmados muy calientes.
Todavía recuerdo cuando volvía a casa y penetrándome me contaba como le lamía, chupaba y succionaba la polla mientras Daniel le iba preparando su culo metiéndole los dedos para después follárselo, y, era ahí cuando hincaba su polla tan dentro de mí que me dejaba sin respiración .Mi coño se habría, mi culo también y su polla me penetraba por ambos lados;
Y llegó Daniel y con el mi primera experiencia; Ahora tenía dos pollas agujereándome el culo la boca y mi coño; y me metía los dedos hasta el fondo mirando a Mario penetrar a Daniel cuando éste se estaba corriendo en mi boca después de haberse follado a Mario y yo mamársela durante largo rato.
Después del café les propuse algo a mis dos placeres, llevaba meses observando a Hugo;
Sabía su nombre porque lo ponía en la chapa que traía en su pecho y que así lo identificaba;
Era el chico del reparto, el que nos traía la compra a casa.
Me moría por verle la polla, y mucho más que Mario y Daniel se la mamasen;
Además notaba como me desnudaba con la vista mientras yo mojaba mis labios con saliva moviendo mi lengua con pequeños movimientos para que no se notase y también notaba como crecía su polla debajo de su uniforme y que el disimulaba tras las bolsas
cuando se rozaba por casualidad con Mario o su mirada iba directamente a su bragueta;
Estaba ansiosa, como una perra en celo; Hoy era día diez y Hugo traería su polla una vez más erecta, entonces y sólo con nuestras miradas sabíamos cada uno lo que teníamos que hacer.
Sonó el timbre, Daniel y yo follábamos como posesos, su polla ardía, enrojecida y con restos de mi caliente leche; restregaba su capullo en mi coño abierto, mientras Mario se acariciaba la polla; ya le estaba goteando y la preparaba para Hugo.
Abrió la puerta envuelto en una toalla de algodón blanca.
¿Dónde? _sonrió Hugo.
_Como siempre en la cocina, exclamó a continuación sin que Mario dijese nada aún.
De fondo se oían mis gritos de placer y Hugo parecía relamerse.
_Cuando se agachó para soltar las bolsas Mario dejo caer la toalla; Hugo se volvió y tenía toda la verga de Mario delante de su boca; Podía oler su semen que brotaba en pequeña cantidad por lo empalmado que estaba.
Se quedo mirando un tiempo y metió su mano por el pantalón, luego lo desabrochó y se cogió la polla (que estaba tan dura que sentía como le dolía y deseaba aliviarla).
Metió la polla de Mario en su boca y comenzó a la, a Mario nunca antes se la habían mamado de esa forma, creía que la polla se le salía de su sitio; La empujaba con fuerza contra su boca y le cogía la polla meneándosela sin parar ._Cuando Hugo le dijo que quería comerme el coñito y que mientras se le montara en la polla.
_Lo llevó hasta el dormitorio y ahora era a el al que se le salía la polla de su sitio; Me metía la lengua en mi dulce coño mientras el agarraba el culo de Mario con un mete saca de polla y a la vez Daniel con su rabo empalmadísimo de haberme follado durante largo rato lo penetraba lubricado para darle placer en su joven culo (joven, porque era la primera vez que lo penetraban).
Yo, que estaba abierta como una perra, de rodillas, estaba recibiendo por el culo los dedos de Hugo y ahora Mario, mi marido le chupaba la polla con muchas ganas, ensalivándosela y pegándole chupetones más fuertes cada vez que Daniel le hincaba la polla.
Me tumbé y me abrí las piernas, que me temblaban de placer y me chorreaban de pequeñas cantidades de semen que dejaban entre los tres al penetrarme, y Mario se tumbó debajo de mí me lubricaron el culo que ya se había dilatado y puso su verga en mi culito; Hugo se cogió la polla, abrió mi coño con sus manos y noté como se me llenaba de calor (que locura) Daniel a ratos los penetraba a ellos y a veces aliviaba su polla llena de leche dentro de mi boca.
Creía que me daba la vuelta de tanto placer cuando con las tres pollas dentro de mí comencé a correrme; sentía que volaba cuando empezaban las pequeñas convulsiones que hacían que mi orgasmo me dejara fuera de si y muy relajadita viendo como Hugo se corría en la boca de Mario mientras este lo hacía en el culo de Daniel al que finalmente agarraron la polla para que se corriera en mi coño.
De esto tan solo hace unas horas, y aquí sigo tumbada esperando al próximo día diez y al próximo día quince pues vuelve a venir ese técnico que siempre nos arregla la tele cuando no funciona