Albañil y Follador 2
Nuevas experiencias
Habían pasado unos días de mi encuentro con Javier y seguía pensando que podría hacer para poder hacer un trío con mi mujer y él.
Como cada mañana me levantaba bastante pronto y antes de levantarme siempre me follaba a mi mujer ya que todas las mañanas mi erección era considerable y además tenía la excitación extra de pensar en Javi. Eran las 6:00 de la mañana y estaba acostado abrazado a las tetas y a la barriga de mi mujer y con mi rabo tieso apuntando a la entrada de su coño. Ella apenas se enteraba ya que estaba medio dormida pero se dejaba hacer y así sin mucho esfuerzo se la metí entera en su amplio coño di dos o tres golpes y la inunde de leche mientras masajeaba sus enormes tetas. Me levanté me duché y me fui al trabajo que curiosamente está vez la obra en la que trabajaba estaba muy cerca de casa.
Empecé mi jornada laboral como todos los días a las 8:00 y todo iba normal hasta que una avería en una máquina me impidió seguir con mi trabajo. El capataz me dijo que era absurdo que estuviera allí perdiendo el tiempo, que me fuera a casa y cuando estuviera arreglada me llamaría.
Me encaminé hacia casa serían más o menos las 11:30. Llegué y abrí la puerta y me pareció que mi mujer no estaba ya que estaba todo muy en silencio. Me dirigía a la habitación cuando de repente oí unos ruidos un poco raros, como gemidos y me acerqué sigilosamente por si había alguien en casa que no fuera mi mujer y pudiera estar robando o algo parecido.
La puerta de la habitación estaba medio abierta y cuando me asomé un poco me quedé petrificado.
Mi mujer y nuestra vecina Juani estaban desnudas en la cama, mi mujer que se llama Paqui encima de la cama boca arriba abierta de piernas y con los ojos cerrados mientras Juani la estaba comiendo el coño con verdadera pasión. No daba crédito a lo que estaba viendo no supe como reaccionar si enfadándome mucho y entrando y echarle una bronca monumental o si quedarme viendo el espectáculo que era magnífico todo hay que decirlo.
Juani nuestra vecina es muy parecida a mi mujer quizá un poco más bajita pero con unos pechos increíbles, una barriga grande y dura y culo magnífico que solo invitaba a follarlo. Mi mujer se amasaba sus grandes tetas y apretaba sus enormes pezones mientras gemía como un auténtico animal. La lengua de Juani entraba y salía del enorme coño de mi mujer, estaban las dos completamente entregadas al placer. Mi polla ya estaba dura y no pude por más que sacármela y pajearme mientras mi mujer no paraba de tener orgasmos que la hacían decir incoherencias una tras otra. A los dos golpes de polla me corrí en mi mano y sin pensarlo más me fuí a la cocina me lavé como pude y salí sigilosamente de casa dándole vueltas a la cabeza.
Desde cuando harían eso mi mujer y nuestra vecina? Sería algo puntual o sería habitual? Mi mujer no daba signos de necesitar más sexo yo me la follaba cada mañana y cada tarde y ambos gozábamos como animales. Volví a la obra e intenté no pensar en ello.
Cuando volví a casa a las 15:00 mi mujer estaba en la cocina me saludo muy cariñosamente con un beso en la boca. Se mostraba como siempre no noté ningún cambio a pesar de que hacía poco había estado follando con nuestra vecina Juani.
Comimos y como siempre me empezó a acariciar en el sofá mientras veíamos la tele después de comer, yo solo llevaba un pantalón corto y ella una gatita de ama de casa muy ligera y solo con las bragas. Me empezó a tocar los pezones y mi enorme barriga mientras estaba apoyada en mi hombro. Mi polla empezó a ponerse dura como cada tarde y además pensando en mi mujer abierta de piernas mientras le hacían una comida de coño memorable. La separé de mi la besé en la boca le quite la bata y las bragas como pude y al ver ese cuerpazo grande de mi mujer y sus tetas en mi boca mi polla acabó casi por salir sola del pantalón corto. La subí encima mío y se la metí de un solo golpe mientras tenía sus tetas en mi cara las cuales mordía y lamía sin parar. Cogí su enorme culo y empecé a moverlo de arriba a abajo y en cuestión de segundos le solté toda mi leche mientras ella estallaba en un orgasmo brutal.
No dijimos nada solo nos levantábamos y nos fuimos a la cama a dormir la siesta sin ni siquiera lavarnos yo me quedé dormido abrazado a ella mientras mis dedos jugaban con su coño lleno de mi leche.
Pasaron unos días y todo seguía normal yo ya tenía ganas de ver a Javi ya que necesitaba sentirme follado por ese hombre y también deseaba follármelo y sentir su leche en mi boca y acariciar y besar sus tetas sus pezones y su enorme barriga. Por fin quedámos un día que ambos podíamos y además mi mujer iba a estar fuera todo el día con nuestra vecina, iban a su pueblo a recoger unas cuantas cosas y seguro que también se comerían el coño.
Eran las 11:00 de la mañana cuando llegó Javi a mi casa. Yo estaba completamente desnudo y en cuanto cerré la puerta de casa nos empezamos a besar con locura sentía su enorme lengua dentro de mi boca. Le quité la camiseta que llevaba y empecé a sobar sus tetas a pellizcar sus pezones y él cogió mi rabo ya totalmente duro y empezó a pajearme muy despacio. Así estuvimos unos minutos hasta que se acabó de desnudar se puso de rodillas y empezó a comerme la polla muy suavemente llenando de saliva todo el rabo y que me chorreaba por mis enormes huevos que masajeaba muy despacio, los sopesaba los apretaba mientras no paraba de engullir mi rabo a punto de reventar.
Nos fuimos a la cama yo me tumbé boca arriba y el a cuatro patas en el borde de la cama empezó a comerme la polla de nuevo mientras con sus manos acariciaba mis pezones totalmente duros y sensibles. Así estuvimos un buen rato hasta que de repente oímos una voz.
No vais a dejar nada para mi? Dijo la voz
Abrí los ojos y allí estaba mi mujer completamente desnuda acariciando sus enormes tetas y sacando la lengua de una manera muy morbosa. Javi se quedó petrificado y dejó de chuparme el rabo, yo me la quedé mirando sin saber que decir.
Sigue con lo tuyo por mi no pares? Le dijo mi mujer a Javi.
Javi no supo como reaccionar ya que el ver el cuerpo de mi mujer desnudo en la puerta de la habitación le produjo una excitación extra y sin decir nada siguió chupando mi rabo que se había bajado un poco por la sorpresa.
Mi mujer sin decir nada se acercó a Javi por detrás se arrodilló y empezó a lamerle el culo con verdadera pasión. Su lengua pasaba por toda su raja y se detenía en el ojete de Javi el cual se abrió de forma casi inmediata. Yo no sabía que decir pero la situación me iba poniendo cada vez más cachondo viendo a mi mujer actuar y de vez en cuando se levantaba y me miraba con la cara llena de su propia saliva que casi le chorreaba hasta las tetas y algunas gotas le habían caigo sobre su enorme barriga.
Ahora follatelo que me va a comer el coño a ver si lo hace tan bien como comiéndose tu polla-. Dijo mi mujer
Yo sin decir nada y siguiendo las órdenes como un perrito me levanté y me puse detrás de Javi y de un solo golpe se la clavé hasta que mis huevazos chocaron contra sus enormes nalgas peludas. Mi mujer ocupó mi lugar y Javi sin decir nada le abrió su enorme coño y metió su lengua dentro ante lo cual mi mujer emitió un largo gemido de satisfacción.
Era una maravilla follarme ese culazo mientras veía el cuerpo grande y gordo de mi mujer disfrutar de una comida de coño increíble. Javi sorbía su clítoris enorme y muy duro y ella no paraba de masajearse sus enormes tetas y pellizcar sus duros y enorme pezones. No trató mucho en tener su primer orgasmo que dejo la cara de Javi llena de jugos que el bebió con ansia. Yo seguía mi mete y saca maravilloso del culo de Javier cada vez más abierto y confortable. Los tres ya estábamos sudando como bestias, nuestros cuerpos estaban ardiendo de pasión y lujuria.
Ahora follame.- le dijo mi mujer a Javi
Le saqué mi polla a Javi y él levantó las rollizas piernas de mi mujer apuntó su rabo a la entrada empapada del coño de mi mujer y de un solo golpe se la clavó hasta los huevos. Yo me subí a la cama y de pie le puse la polla en la boca a Javi la cual se tragó entera mientras no paraba de follar a mi mujer. Ella acariciaba mis enormes huevos que estaban ya deseosos de soltar toda la leche que tenían acumulada.
Mi mujer tuvo su segundo orgasmo entre gritos de placer mientras Javi le llenaba de sudor su barriga y el coño. Su polla ahora entraba y salía de manera frenética al igual que mi polla dentro de su boca, literalmente le estaba follando la boca.
Así seguimos un buen rato y de nuevo mi mujer volvió a ordenar.
Quiero que te folles a mi marido mientras el me come el coño.- ordeno mi mujer.
Sin pensarlo Javi se la sacó, yo me tumbé en la cama boca arriba y él me levanto las piernas y me la clavó sin piedad mientras mi mujer me puso su coño en la boca totalmente empapado en jugos y yo empecé a lamer aquel enorme coño mientras ella me comía la polla mientras veía como el rabo de Javi entraba y salía de mi culo totalmente abierto.
La saqué un nuevo orgasmo y ella seguía maniendo mi cipote totalmente duro que casi me dolía. Javi no paraba de taladrarme el ojete y llegó un momento en que empecé a notar que estaba a punto de correrse. Mi mujer se dió cuenta también, se sacó mi rabo de su boca y dijo.
Córrete en mi boca.
Javi no podía más, me la sacó de mi ojete y se la apuntó a la boca de mi mujer y empezó a soltar chorros de leche sin parar. Mi mujer tragaba lo que podía el resto caía sobre mi rabo a punto de estallar. Javi resoplaba y gemía y sudaba como un cochino. Mi mujer con su boca y su cara llena de leche volvió a comerme el rabo mientras Javi todavía soltando leche y con el rabo tieso me la volvió a clavar y noté algún chorro más de leche caliente en mi ojete deseoso.
Mi mujer seguía chupando mi rabo con su boca llena de la leche de Javi yo ya no podía más mi polla se tenso y empecé a soltarle toda mi leche en su boca. Casi se atraganta ya que no podía dar más de si de recibir leche, siguió sin parara hasta que a duras penas se la tragó toda mientras no paraba de apretar mi enormes huevos llenos de leche caliente y viscosa.
Yo no paraba de comerle el coño y me regaló un nuevo orgasmo que me empapó toda la boca y la cara de jugos espesos y calientes.
Javi me la sacó y acercó su boca a la de mi mujer para compartir mi leche y mi polla todavía babeando.
Mi mujer no podía más así que se levantó como pudo chorreando leche por la boca que le caía sobre sus enormes teas y se tumbó boca arriba a mi lado y Javi se puso al otro mientras los tres nos besábamos compartiendo nuestras leches en la boca de mi mujer.
Al final nos intentamos recuperar mientras no parábamos de acariciar el cuerpazo gordo y duro de mi mujer, sus tetas su barriga, todos estábamos sudados y agotados. Ella no soltaba nuestras pollas ya flácidas pero todavía muy sensibles.
Así estuvimos durante unos minutos largos.
Este fué el principio de algo muy especial con mi mujer y descubrimos una nueva forma de disfrutar. Lo hicimos con Juani mi vecina y su marido Tomás, un hombre al que yo deseaba desde que fuimos a vivir a esa casa y que muy pronto descubriría que es un vicioso sumiso, pero eso será en otra historia.