Al volver de juerga descubro a mi tía dormida...

En el salón, ¡con una teta fuera! Entonces yo...

Al llegar al piso de mi tía, me descalzo en la entrada y trato de no hacer ruido pues no quiero despertarla, mientras camino como un gato en la oscuridad del pasillo, “a tientas”, extendiendo los brazos con los que voy rozando las paredes pasillo adelante.

Llego al salón y observo que la tele está encendida y débilmente iluminada por el reflejo de la pantalla, observo cómo su tía está sentada en el sofá, con los pies levantados y apoyados sobre cojines en la coqueta mesita baja frente al sofá. Se ha quedado dormida.

Pero en este momento mis ojos vislumbran cómo tiene uno de sus pechos fuera del camisón: ¡Oh, qué hermosa teta! —digo para mis adentros—. Mientras, su tía está dormida, con la cabeza apoyada en su mano derecha y su codo hincado sobre el extremo del sofá.

Estoy impresionado por el tamaño de su teta, pues ya me impresionaban guardadas tras el escudo de la ropa, más si cabe ahora que veo una de ellas en la penumbra del salón, iluminada de tarde en tarde por las imágenes cambiantes de la tele.

Su areola era tan inmensa como su pecho, su pezón era gordo y del mismo color que ésta. Estoy escandalizado y excitado al mismo tiempo, se me pregunto qué hacer, pues mi tía parece profundamente dormida.

Más con el calentón que he pegado con Eva, tengo la excitación a flor de piel. Saco mi dura estaca y allí mismo, de pie en el salón me doy un par de meneos. ¿Y si se despierta? —me pregunto a continuación.

¡Oh qué tentación! Mi tía dormida con un pecho fuera en el salón.

Me acerco a ella por el lado izquierdo y me siento muy despacio, estoy junto a su teta desnuda: ¡Oh, qué tentación! —pienso sofocado—. ¿Y si se despierta? —me vuelvo a preguntar.

Será mejor que se la guarde, me digo mientras con delicado tacto pongo mi mano frente a su enorme pecho, tratando de coger con mis dedos su camisón arrollado en medio de su canalillo, mientras con la otra lo subo para guardarla.

¡Oh, qué suavidad! —me digo mientras le sujeto su pecho para guardarlo y me recreo unos momentos acariciándoselo.

No puedo evitarlo, tengo que hacerlo, me acerco a su pecho desnudo y mis labios rozan su pezón con un suave beso. ¡Oh, qué tentación! Mi tía sigue dormida, así que saco mi lengua y lamo su grueso pezón.

Esto casi la despierta y mueve su mano cuando aparto mi cara para que no me dé un manotazo. Entonces espero, inmóvil como un cazador acechando su presa. Sigue dormida…

Siento mi polla palpitar en mi pantalón, así que la saco allí mismo y me masturbo a su lado. Ella sigue dormida y yo me imagino que lo hacemos mientras me la meneo arriba y abajo. ¡Oh qué tentación, cascándomela junto a mi tía dormida en el salón!

Me acerco de nuevo y beso su pezón, sólo lo rozo con mis labios y succiono suavemente. Ella sigue durmiendo mientras yo chupo su pezón y me la meneo súper excitado.

Saboreo su pezón en mi boca, lo chupo dulcemente, me confío tanto que ahora sí que se despierta...

—¡Oh, qué pasa, qué pasa! ¿Quién eres tú? —dice sobresaltada dando un respingo en el sofá mientras yo me apresuro a guardar lo mío bajo el pantalón.

No puedo creer su forma de hablar, está borracha, ¡muy borracha! —añadiría yo.

—¡Soy yo tía! —digo alarmado ante la sorpresa de mi tía, pensando que puede gritar al no reconocerme en la oscuridad.

—¡Oh, claro Gabriel! ¿Ya has llegado? —dice con un deje en su hablar, fruto de su gran borrachera.

—Sí tía ya estoy aquí, es muy tarde, ¿no quieres ir a tu cuarto a acostarte? Yo te ayudaré —le digo ofreciéndome a acompañarla.

—Creo que sí, que debería acostarme —dice sofocada por la borrachera mientras se da cuenta que tiene una teta fuera—. ¡Oh sobrino, creo que tengo algo fuera! —dice riendo mientras se coge la teta no muy delicadamente y se la guarda en el camisón.

Colorado me levanto en la penumbra y tiro de su brazo para de levantarla. Le cuesta aunque lo intenta, finalmente tengo que agarrarla metiendo mis manos bajo sus axilas, así cuando esté erguida se tambalea peligrosamente y amenaza caerse tirándome a mí sobre la mesilla frente al sofá.

—Vamos tía, yo solo no puedo —le digo aguantándola a duras penas.

—¡Oh cariño, estoy un poco mareada! —me dice tratando de mantener el equilibrio.

La acompaño a su cuarto, cogiéndola por la cintura, sintiendo la suavidad de su piel, el calor y el peso de su cuerpo. Está vestida sólo con su camisón, sin nada debajo como ya he podido comprobar antes. Su pecho ha quedado guardado justo antes de su despertar, pero la excitación que siento ahora es algo sin par.

¿Le meto mano? —me pregunto mientras la ayudo a llegar a su cama—. Eres un aprovechado, no osarás hacerlo estando ella borracha, ¿verdad? —me dice la voz de la conciencia.

—¡Oh Gabriel, eres muy bien sobrino! ¿Sabes? —me dice al oído mientras caminamos—. Me alegro que estés aquí, pues me siento muy sola Gabriel —me dice con la sinceridad de los borrachos.

—¡Sí tía, yo también me alegro de estar contigo! —le digo sonriendo.

—¿Sabes lo que pensé cuando te vi majeándote frente al cuadro? —me pregunta y sin esperar confirmación continúa—. ¡Qué buena polla tiene este chico, qué larga! —exclama dando una risotada—. ¡Oh perdona sobrino, no quería ser grosera! —dice alargando en exceso la “ese de grosera”.

Lo que oigo me perturba, ¡se fijó en mi polla dura! ¡Oh, qué sinceros son los borrachos! Ya llegamos a la cama, con dificultad, pues ella es más alta que yo, lo he conseguido, la hago sentarse justo antes de desplomarse.

—¡Oh Gabriel! ¡Qué sola me siento! —dice ella de repente echándose a llorar.

Me siento a su lado y le echo en brazo por sus hombros tratando de consolarla, entonces ella se gira y me abraza. Llora en mi hombro y yo siento el íntimo contacto de su cuerpo caliente, sus pechos mullidos. ¡Oh, qué tentación, mi tía borracha me abraza en su habitación!

—Tranquila tía, duerme ahora —le digo sorprendido por su nuevo ataque de sinceridad.

—¿Quieres que te la chupe? —me pregunta de repente.

Me quedo callado, pues creo que no hay respuesta buena a esa pregunta. Está borracha, muy borracha y pienso si sería lícito aprovecharme de tal situación...


Acabáis de leer un caliente estracto de mi nueva novela: La Viuda ;

que está recién salida del horno como podría decirse, si quieres saber lo que ocurrió a continuación está publicada en Amazon.

Sinopsis:

Natalia redescubre el sabor de la vida, gracias a la irrupción de su sobrino Gabriel, quien le abrirá los ojos y despertará en ella el deseo oculto. La sacará de la amargura en la que ahoga sus penas y junto a otros personajes principales, le devolverá la alegría de vivir perdida desde que enviudó.