Al servicio de una organizada banda 3

Es hora de continuar con el entrenamiento de las dos chicas, 43 y 35.

Los cinco secuaces de Manuel entraron a la cabaña y la encontraron vacía, supusieron que Manuel había subido con la chica a su habitación. Todos se acomodaron en los muebles y encendieron el televisor. Pasados unos minutos, los muchachos comenzaron a escuchar los gritos, provenientes del cuarto de Manuel, cuchichearon un rato, pero volvieron  a concentrarse de inmediato en la televisión. Todos, menos Rodrigo, aquellos llantos agudos, habían invadido torrentosamente sus pensamientos, nunca había contradicho a su jefe en nada, siempre le había guardado a Manuel el respeto que el merecía. Pero en este momento, sentía mucha ansiedad y enojo, ¿Por qué solo el podía disfrutarla?. El deseaba a la mujer que su jefe tenia ahora en su cuarto, se habían follado a las otras dos chicas, pero el quería precisamente estar con aquella. La había visto el día en que las secuestraron del centro comercial, y encontró algo invariablemente cautivador en ella, era hermosa e ingenua, el la había llevado deseándola e imaginándola todo el camino, deseaba escucharla rogar, suplicar, gemir, deseaba ver a ese ser ante sus ojos tan engreído, humillado a sus pies, servicial y obediente. Era toda esta situación muy injusta, el había pensado en desvirgar a esa muchachita. Pero no, si Manuel se la había llevado, eso significaba que no la compartiría con nadie, hasta que la puta este bien usada.

Tendría que tramar algo a tiempo, algo para conseguirla lo más rápido posible, quería tenerla, poseerla tanto física como mentalmente, quería que sea sumisa y obediente, no le importaría compartirla, pero quería ser su dueño, su amo. Transcurrieron un par de horas, mientras Rodrigo ideaba mentalmente un plan para lograr sus objetivos. Cuando de repente se percato que llevaba casi una hora lloviendo y que era un buen momento, para ir a ver las chicas. Les dijo a los demás, que era hora de seguir entrenando a sus perritas. Tramaron que es lo siguiente que querían hacer para divertirse. Como habían acordado Rodrigo y Víctor, se pusieron casacas y se dijeron al patio, las chicas estaban muy juntas entre las dos, buscando algo de calor corporal en el cuerpo de su amiga, completamente mojadas, con los labios morados por el frio y el cuerpo entumecido.

-¿Qué tal putitas? ¿Quieren entrar a la casa?- Dijo Rodrigo en tono burlón y jalo de una de las sogas obligando a una de ellas a pararse. La chica solo bajo la cabeza y esquivo la mirada.

Víctor saco una varilla de metal, dio un par de pasos hasta quedar detrás de ella y le dio un fuerte golpe en las nalgas. La chica grito con la voz ronca y cayo arrodillada sobre el barro llorando. Rodrigo, ya había puesto de pie a la otra chica, a numero 43 y repitió

-¿Y tu perra? ¿Quieres entrar o no?-

-si por favor, hare lo que me pidan, se los prometo, no me golpeen mas. Quiero estar adentro por favor.

-Que buena zorrita, que tenemos, solo que no tienes porque hablar tanto puta, no te pregunte que cosas quieres o que cosas no. Te golpeo cuantas veces quiero puta, dijo y le metió una cachetada. Pero bueno, parece que a ti te gusta menos la lluvia que tu amiga, así que vamos- Desato la correa de la chica y comenzó a tirar de ella en dirección a la casa. -¡En cuatro perra! Arrástrate puta, ni creas que vas a entrar parada ¿Entendiste no?- La pobre chica, gateo todo el recorrido hasta la puerta de la casa, con Rodrigo jalándola de la cuerda y Víctor un par de pasos mas atrás de ella. Sin embargo tuvo suerte, ya que su amiga sufrió las peores consecuencias por quedarse en la intemperie. Al entrar al recinto, los demás esperaban distraídos en las mismas posiciones que los habían dejado. Rafael volteo la mirada y dijo

-Esa puta esta sucia, que mierda, así no nos la podemos tirar-

-Si, esta asquerosa. ¿Quiénes la van a limpiar?- dijo Rodrigo con voz autoritaria

Victor, que estaba excitado de tanto ver el culo de la chica, se apunto de inmediato y Rafael del mismo modo. Se llevaron a la chica hasta el baño, jalándola de la soga. Pero ya para este momento ella parecía haberse acostumbrado, gateaba con la mirada al suelo y un gesto de total resignación. Una vez en el baño, encendieron la ducha y le ordenaron a la chica, que sin cambiar de posición se meta bajo el chorro de agua. Así lo hizo, el agua empezó a caer sobre su espalda. Para ese instante Victor y Rafael ya estaban sin pantalones. Victor se puso enfrente de la chica y le ordeno que empezara a chuparle la verga, ella obedeció sin rechistar, se acerco cogió con ambos manos la verga de su amo y comenzó la felación, lo hacía con dedicación, quería evitar más golpes. Víctor se dio cuenta que le estaban haciendo una buena mamada, la chica movía su lengua y no perdía el ritmo de sus movimientos.

-Muy bien putita, que rico la estas chupando. Rafael, vamos a embadurnarla de jabón-

Rafael le hecho jabón a un pedazo de esponja y luego comenzó a sobar todo el cuerpo de la chica, su espalda, sus caderas, al pasar por sus senos se detuvo, raspando fuertemente la esponja contra ellos, esto lo excito, así que lo siguiente que enjabono fueron las nalgas de la chica. Acariciarla lo puso a tope, dejo la esponja a un lado y tiro un par de palmadas en el trasero de 43, se escucharon un par de grititos ahogados a modo de queja, pero ella sabía lo que se le venía, así que cerró los ojos e intento relajarse. Justo a tiempo, Rafael empezó a forzar el ano de la chica, al tercer intento su verga entro hasta la mitad. El chorro de la ducha seguía cayendo en la espalda de la chica. Rafael la cogió con fuerza de las caderas y empezaron las embestidas, una tras otra. 43 soltaba unos gemidos ahogados, que apenas se escuchaban. Se esforzaba en hacer una buena mamada y trataba de no pensar en que alguien la estaba penetrando, pero no lo pudo evitar, su cuerpo la traiciono y se sorprendió moviéndose al ritmo de Rafael, colaborando con el sexo anal que estaba recibiendo. Victor, se corrió primero, los chorros de semen comenzaron a llenar la boca de la chica y a derramarse por las comisuras.

-¡Puta! Recoge en tus manitos toda la leche que se te está derramando perra. Así, recoge todo y ahora tómatelo, no dejes nada puta, nunca debes dejar ni una gota de semen, si se derrama al piso, lo recoges con tu lengua ¿si perrita?

43 asintió de forma sumisa y lamio rápidamente todo lo que había en sus manos, mientras Rafael seguía bombeándola por el culo, este empezó a acelerar sus embestidas y ella con la boca ya libre comenzó también a gemir con fuerza

-Si putita, me gusta follarte por el culo, que rico lo tienes perra, me voy a venir, me vengo me vengo-

Dijo esto y comenzó a golpearle las nalgas, 43 gimió con más fuerza y comenzó a sentir las descargas de leche en su esfínter, las embestidas cesaron y Rafael se aparto. Le ordenaron que salga de la ducha, el baño había terminado, le tiraron una toalla encima de la espalda y dejaron colgado una especie de atuendo

-Vamos a dejarte unos momentos a solas, termina de secarte y ponte esto, será tu uniforme. Por la casa solo andarás a cuatro patas y con esta vestimenta. Te esperamos afuera- Víctor termino de hablar, dio media vuelta y se dirigió a la salida seguido de Rafael, que dejo la puerta cerrada al salir.

43 Sentía que no tenía más alternativa, además si era obediente, las cosas no resultaban tan mal. Además había gozado con la violación anal de hoy día, eso atormento su mente por unos segundos, pero se rindió rápido ante la idea, se sentía totalmente una perra y entendía que su deber era complacer a sus amos. Así que se incorporó, secó su cuerpo con suavidad, tenía muchos lugares adoloridos y con moretones. Estando ya seca se dirigió al conjunto que le habían dado y descubrió un tanga rojo con una especie de consolador adherido. Metió ambas piernas y se lo acomodo. La sensación era algo incomoda, su vagina estaba sensible y algo irritada, así que el nuevo huésped le causaba molestias, pero no se atrevió a tardarse mucho preocupada por eso, lo siguiente que encontró fue una micro falda del mismo color, se la puso sin dudar. Y la única indumentaria que quedo, fue un collar, también de color rojo, pero con una especie de púas negras. No lo observo mucho y lo aseguro en su cuello y se apuro en salir del baño. Salió en cuatro patas, al escuchar el ruido de la puerta todos giraron las cabeza y la vieron. La chica se veía mucho mejor, se veía muy sexy con esa vestimenta, además que estaba limpia. De inmediato, Rodrigo, se le acerco y en el collar rojo, ensarto una correa negra (conjunto del traje), que le permitía jalarla.

-Ahora te voy a enseñar la cocina puta. Mira, este lugar tú debes de mantenerlo impecable al igual que los baños y toda la casa. Sino deberás de limpiar todo con la lengua. Bueno revisa todo rápido, que te encargaras de la cena.

Rodrigo salió de la cocina, pero antes de acomodarse nuevamente en la sala. Dio una mirada por la ventana y recordó que habían dejado a 35 afuera, seguramente hasta ese momento, la pobre ya se habría muerto de frio. Cogió su casaca y le pidió a Diego que lo acompañe, ya que Víctor y Rafael parecían satisfechos y cansados. Al llegar al poste, la chica estaba en posición fetal, con los labios hinchados y morados al igual que sus ojos y la nariz roja. El cuerpo le temblaba y los dientes le castañeaban de manera brutal

-¿Te gusta la lluvia perrita? O ya estas de mejor humor y quieres pasar a la casa – Dijo y tiro de la cuerda, la chica se incorporo, pero las piernas le flaquearon y cayó al piso semi inconsciente. Rodrigo y Diego, la cogieron de ambos brazos y la arrastraron hasta la puerta que estaba entreabierta, donde Rodrigo la levanto de los cabellos

-¿Quieres entrar perra?

-Sii, si porfavor- dijo la pobre, haciendo un gran esfuerzo para detener el temblor de su cuerpo y esbozar palabras

-Puta, yo te había ofrecido hace rato que entres, esto te pasa por desobediente. Discúlpate por haberte portado mal, di que eres una zorra, y que de ahora en adelante solo complacerás a tus amos-

-Perdón, soy una zorra, a partir de ahora solo los complaceré- Dijo sacando las últimas fuerzas que le quedaban.

Los chicos, la jalaron fuertemente de los brazos y la empujaron hacia el interior.

-Ya entraste putita, pero esto no es un favor ¿lo sabes no?, vas a tener que compensarnos por haber dejado a una perra sucia como tú, entrar a nuestra casa.

Jesús ayudo a  jalonear nuevamente a 35, esta vez la llevaron hasta la cocina, ahí hicieron que esta apoye su medio cuerpo sobre la mesa con las manos estiradas. Ella estaba exhausta así que no ofreció la menor resistencia y dejo su cuerpo tendido sobre la mesa en la posición que le ordenaban. Jesús se acerco, por detrás, ya con la polla dura, ver a la chica desnuda y tan débil, lo había excitado, sin ningún tipo de lubricación empezó a presionar contra el agujero de 35. Ella comenzó a llorar, sabiendo ya, todo lo que le esperaba, pero no se quejo ni movió su cuerpo para oponerse. Las embestidas comenzaron. Jesús tenía una verga enorme que en este momento era engullida por completo por el ano de la chica. Este hacia que sus huevos choquen una y otra vez, el marcaba el ritmo de las penetraciones, no quería vaciarse rápido, así que iba fuerte por muchos momentos y por otros despacio.

-Me gusta encular a putas como tú, que rico, ¿Te gusta sentir mis huevos perra? Ahhh, ahhh. Toma puta, ¡Toma! ¡Zas! ¡Zas!- Comenzó a nalguearla, luego llevo sus manos hasta los senos de 35 y comenzó a pellizcarlos con violencia mientras se corría adentro- Recibe mi leche perra, voy a llenarte todita- Jesús se corrió dentro de ella, pero no paro con la embestidas, luego de unos minutos al fin se separo y le dejo el ano goteando. 35, levanto apenas la cabeza y cambio de dirección su mirada y ahí encontró a su amiga, Daniela vestía una minifalda roja y un collar, iba de un lado a otro de la habitación, haciendo algo que no logro descifrar bien que era porque, sintió las manos de Diego desde atrás, que le aplastaban los pezones, 35 cerró los ojos y apretó los labios y no tuvo que esperar mucho, pues Diego ya había puesto su polla en dirección y le penetro la vagina de un solo golpe

-Qué asco esta puta esta asquerosa,  y llena de leche- Diego comenzó a embestirla violentamente, mientras seguía jugueteando con sus pechos, acelero sus embestidas y termino rápido- Yo ya termine con esta ¿a quién le toca?

Todos los que faltaban también se la tiraron, uno a uno. Los minutos fueron interminables para ella. Al sentir los últimos chorros de leche caliente en su vagina, se rindió completamente y se desmayo. Al despertar, estaba con 43 en el baño, ella la estaba bañando, le enjabono todo el cuerpo, la enjuago. Mientras su amiga la observaba muda, al terminar, la seco con mucha delicadeza, ella tenía muchos golpes y rasguños en el cuerpo. Luego le paso un uniforme idéntico al suyo, que tuvo que ayudarle a ponerse. Ambas salieron juntas del baño, a cuatro patas. Sus amos, estaban terminando su cena. Rodrigo las llamo y les acaricio la cabeza cuando estuvieron junto a el.

-¡Que ricas perritas que tenemos! ¿no chicos?

-jajaja, si que ricas, solo espero que a partir de ahora no sean mas desobedientes- dijo Víctor

-Eso por nada ¿Verdad?

-Si amo- dijeron las dos chicas al unísono

Rodrigo separo en un plato algo de comida y la puso al suelo.

  • 43 esto es para ti. ¡Detente ahí 35! He dicho que ese plato es para esta perrita obediente, hoy tu cenaras lechecita, ¡Ven! Y comienza a hacerme la mamada más espectacular que puedas hacer. De ese modo, mañana considerare en alimentarte para el desayuno.

35 obedeció, sin dudarlo ni un segundo, se sentía una perra, había sido follada tantas veces que ya no sentía dominio de su cuerpo y ahora debería empezar a ser obediente si no quería seguir sufriendo de ese modo. Ella solo servía a partir de ahora para darle placer a sus amos y no tenía ninguna alternativa. Desabrochó los pantalones de Rodrigo y se metió el miembro flácido a su boca, y comenzó a lamer y a chupar como si de eso dependiera su vida. Sin embargo, durante unos segundos su mente se hizo la pregunta ¿Donde estaría Sofía? Al parecer solo ella y Daniela, perdón, se corrigió en la cabeza, solo yo y 43 estamos aquí.

CONTINUARÁ