Al salir del curro
Una hembra muy activa.
Al salir del "curro"
Hacia meses que no veía a Fidel, aunque si habíamos hablado por teléfono, ya que trabajamos en el mismo proyecto. Por eso esta tarde cuando me llamó para comentar unos temas del trabajo no me sorprendió.
Tenía previsto marcharme pronto a casa, pues tras la noche del viernes con mi marido y con Ralf y el sábado que tuvimos amigos a cenar y estuvimos de cháchara hasta las tantas, tenia sueño y ganas de acostarme pronto.
Cuando estabamos terminando de hablar me pregunto que si estaba aún en el despacho, ya que trabajamos en edificios diferentes a pesar de ser la misma empresa, a lo que le dije que sí y entonces me dijo de pasar a buscarme y tomarnos una copa juntos.
Acepté y media hora despues me esperaba en la puerta del trabajo con su coche.
"Donde vamos" me preguntó, "No sé " respondí. El caso es que enfiló hacia mi casa, y ya próximos a llegar nos detuvimos en un bar en la castellana.
Entramos y yo me tomé una tónica y el una cerveza, hablamos de cosas del trabajo y pasado un rato me tomo las manos y me dijo cuanto se acordaba de nuestras dos aventuras, la del restaurante, que dijo no le importaría repetir allí mismo, y sobre todo el congreso en León.
Yo le dije que lo dejara y que no me tentara, medio en broma medio en serio, pero en unos segundos se acercó y nos besamos con cierta pasión.
"Ves como lo estas desando" me dijo sonriendo. "Déjalo Fidel, una debilidad la tiene cualquiera.." dije tratando de soltarme las manos. "Anda llévame a casa..." le dije.
Ya en el coche volvió a pedirme un beso y se lo dí, pero corto y suave, mientras me ponía una mano en la rodilla. Llevaba yo un traje de chaqueta marrón con una blusa azul celeste. La falda no es muy larga, suficiente para que al sentarme deje ver un poco mis muslos. Le aparte la mano "Fidel, déjalo y llévame a casa..." le dije separándome de él.
Arrancó y no dejaba de decirme lo mucho que me deseaba, que quería volver a vivir algo conmigo, etc. De pronto me miró de frente "Te voy a secuestrar..." me dijo, mientras enfilaba hacia la carretera de Barcelona. "Que haces?" le pregunté, pero noté que ya había tomado la decisión en su rostro. "Llévame a casa por favor... "le dije aunque sin mucho convencimiento "No, te voy a llevar a un motel..." me dijo con decisión y mirando al frente sin inmutarse. "Por favor, llévame a casa..." volví a pedirle, pero su decisión era definitiva.
Llegamos a un motel que hay en la carretera de Barcelona, y mientras me dejaba dentro del coche, fue a pedir la llave de uno de los bungalows.
Yo me di cuenta entonces de que estaba deseando volver a disfrutar con él, pero por otro lado, despues de lo del viernes, me parecía una traición... a Ralf el estar con él.
Volvió sin decir nada y tras poner el coche en marcha aparcamos en el parking del motel. Bajo del coche y dando la vuelta me abrió la puerta. Estaba serio pero había un extraño brillo en sus ojos "Señora..." dijo ayudándome a salir del coche.
Llegamos al bungalow y tras abrir la puerta y encender la luz, me invitó a pasar. Cerro la puerta detrás de mí y de inmediato note desde atrás sus manos posarse con dulce firmeza en mis tetas, mientras su cuerpo se pegaba a mi espalda "Es una locura..." le dije mientras besaba mi cuello y notaba su ya duro aparato contra mis nalgas. Me empujo suavemente hacia la cama.
"No digas nada solo disfruta..." me dijo al oído mientras desabrochaba mi chaqueta y me la quitaba. Hice intención de volverme "No, quédate así..." me dijo mientras iba desgranando uno a uno los botones de mi blusa y con cada uno besaba mi cuello. La deslizó de mis hombros y aún de espaldas a él, buscó la cremallera de mi falda, la bajo y me la quitó.
Entonces me volvió suavemente hacia el y retirándome unos pasos hacia atrás me dijo "Estas deliciosa, francamente es difícil resistirse a no hacer el amor contigo cada vez que te veo..." avanzo y me abrazó con fuerza mientras nuestras bocas se devoraban buscando cada una ocupar la otra. Me aparté un poco y mientras él seguía acariciando mis pechos y mis costados, le quité la chaqueta, la corbata y la camisa. Luego me fui deslizando ante él, hasta quedar de rodillas y le quité el cinturón bajándole los pantalones. Aquella polla que ya conocían todos mis agujeros trataba de salir de su cárcel de algodón. Baje sus calzoncillos y en un segundo su aparato estaba dentro de mi boca.
Me detuvo haciéndome sentar en el borde de la cama y ahora con el de pie ante mí, me indico que podía seguir mamando aquel vástago que cada vez crecía más. En un momento determinado, me quitó el sujetador y acaricio con fruición mis tetas, luego me empujo suavemente sobre la cama y fue besando desde mi cuello, mis tetas, mi vientre, hasta llegar a mi coño en el que, tras retirara mis bragas, se detuvo comenzando a besarlo y chuparlo con fruición. Mi calentura era tal que en breves momentos alcancé mi primer orgasmo, pero la sensación de que era tarde me hizo pedirle que me follara ya. Fue subiendo otra vez deshaciendo el camino andado. Se incorporó dejándome anhelante y en unos segundos volvió con un preservativo. Volvió a inclinarse sobre mí y noté como su miembro iba conquistando mi sexo con suaves movimientos de entrada y salida. Fue largo pero intenso, mientras besaba mi boca y sus manos magreaban mis pechos, yo apretaba sus nalgas hacia mí para que cada centímetro de su miembro penetrara en mi interior. Al final con un fuerte empujón de riñones note que se corría dentro de mí mientras gemía en mi oído y yo llegaba a un nuevo orgasmo.
Nos quedamos así un rato. Luego me dijo "Gracias, ha sido maravilloso... me quedaría aquí contigo toda la noche, pero sé que tu no puedes por tu marido y tus hijos...". Se levantó y fue al baño. Tras unos minutos le seguí y tras asearnos nos vestimos y salimos. Yo le esperé en el coche mientras devolvía la llave. En el camino de vuelta solo me acariciaba las piernas y el hombro y no dijo nada, pero existía una comunicación interna entre ambos. Me dejo en la puerta de casa, donde me despedí con un par de besos "de amistad" por aquello del que dirán. "Mañana te llamare... por el trabajo y para oír esa maravillosa voz... " me dijo mientras cerraba yo la puerta del coche. Espero hasta que entre en el portal y me volví para hacerle una señal con la mano. Arranco y se perdió en el tráfico.
Yo estaba flotando mientras subía en el ascensor. Al llegar a casa le dije a mi marido que había estado con él y que despues de cenar se lo contaría con detalle.
Sabia que mi relato tendría consecuencias inmediatas, como a sí fue, pues despues de mi fiesta con Fidel, una nueva "fiesta" con mi marido me esperaba.