Al ritmo de este amor - 13

Mi corazón latía desenfrenadamente. Sonreí como nunca, ella me amaba diossssssssssssss eso era lo más hermoso que me había pasado...

se que estaran muy molestos conmigo, pero no es sencillo tener tiempo para escribir en estos dias; sin embargo, aqui les dejo la continuacion. agradezco su apoyo y jajjaja bueno ya imaginare sus regaños. DISFRUTENLO:

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Al ritmo de este amor 13

Sus manos acariciaban mi cuerpo de la forma más dulce, más suave y más electrizante que jamás haya sentido. Se veía hermosísima y con una luz en los ojos que jamás había visto, y sin poder evitarlo mi corazón decidió hablar sin importar el rechazo absoluto al cual me enfrentaría.

Fer: te amo –dije sin dejar de mirarla-

Lore: -sonrió maravillosamente- te amo

Mi corazón latía desenfrenadamente. Sonreí como nunca, ella me amaba diossssssssssssss eso era lo más hermoso que me había pasado. Me acerque a ella temerosamente y la aferre a mi cuerpo; fue un abrazo sincero, uno en donde me hacía sentir que en verdad me amaba. Suavemente la mire, aun sin soltarla de mis brazos.

Fer: no te alejes -susurre- por favor, quédate conmigo.

Lore: -me abrazo dulcemente- no me iré a ninguna parte.

Fer: -sentí como una lagrima rodo por mi mejilla- ¿lo prometes?

Lore: lo prometo –me miro nuevamente y beso mi frente-

Eran los momentos más felices que recuerdo, era la satisfacción de sentir que la mujer a la que amaba me correspondía y ello diossssss era maravilloso. Me abrazaba sin importarle en donde nos encontrábamos; estábamos sentadas en un parque hermoso rodeadas de muchas personas que se divertían con los juegos del mismo. El clima era perfecto y yo aún no me separaba de sus brazos; eran totalmente mágicos aquellos instantes.

Lore: Fer ¿quieres un helado? –me miro dulcemente-

Fer: claro, vamos por uno -dije intentando ponerme de pie-

Lore: no, quédate aquí ¿sí? Déjame invitártelo -sonreí ante su carita de súplica-

Fer: -suspire- vale, pero después comeremos algo y yo invitare –se levantó-

Lore: -sonrió- ya veremos –me guiño un ojo y se alejó lentamente-

Se veía tan hermosa, era tan imposible de creer todo lo que me había sucedido en esas horas, tenerla allí conmigo, en mis brazos y diossss que me amara de la misma forma en que yo la amo.

Me quede observando cómo se alejaba, de repente y mientras su imagen no era tan nítida, el lugar fue perdiendo su color. De apoco todo mi alrededor se fue tornando gris y la hermosa zona verde que nos rodeaba se secó en instantes. Mire nuevamente al frente y Lorena ya no estaba, la había perdido. Asustada y totalmente confundida con lo que veía, me levante rápidamente del piso, mire a mí alrededor y las personas que antes estaban allí, simplemente se habían esfumado. El panorama era desértico, ya nada de lo que hasta apenas unos segundos nos rodeaba se encontraba. Retrocedí lentamente unos pasos completamente asustada; esto no era normal y lo peor de todo, no sabía dónde estaba Lorena. Seguí retrocediendo y de repente algo muy espeso me aferraba los pies a la tierra, mire rápidamente intentando zafarme pero el suelo se movía y en segundos se había convertido en una arrebatada arena que me estaba absorbiendo de apoco. Luche e intente desesperadamente salir de allí, pero todo lo que medianamente intentaba tomar desaparecía en mis manos y cuando puede reaccionar la arena me llegaba al cuello.

Fer: ¡¡mi amor!! ¡¡Lore!! –gritaba desesperadamente intentado que ella me escuchara- loreeeee ¿dónde estás? -fue lo último que pude decir antes de sentir como la arena me sumergía y me aprisionaba el cuerpo-.

Todo era oscuro y no podía respirar, el poco aire que había guardado antes de ser absorbida ya no existía, me sentía mareada y en segundos muchas imágenes cruzaron mi mente; mi familia, mis amigos, ella… Lorena. Hubiese sido muy hermoso poder tenerla, pero la vida me la había arrebatado y ahora ya no tenía más fuerzas para luchar. Resignada deje de contener la respiración y lentamente sentí desmayarme por la falta de oxígeno.

…..

Rápidamente y como si un flujo inminente de sangre recorriera absolutamente todo mi cuerpo, sentí fuertes pulsaciones en mi pecho, hasta que un desgarrador dolor me hizo abrir los ojos por completo y recuperar el oxígeno que había perdido. La experiencia no fue nada agradable; a decir verdad, fue demasiado dolorosa. Desperté y estaba tirada sobre el asfalto. Lentamente me incorpore y fui reconociendo el lugar. Había despertado justamente en la entrada del pequeño valle que alguna vez le mostré a Lore. Estaba aturdida y demasiado asustada pero algo me incito a entrar, por alguna extraña razón yo necesitaba regresar a ese lugar… nuestro lugar.

Atravesé cuidadosamente la espesa arboleda, que particularmente hoy estaba incruzable, había muchas ramas con espinas y troncos atravesados que jamás había visto. Llegue al lugar y curiosamente era diferente, las flores ya no estaban y el frondoso árbol parecía demasiado seco, el lugar ya no era lo que conocía, todo se estaba marchitando. Sentí que aún no encontraba lo que buscaba, como si realmente supiera que buscaba, así que gire mi rostro y una vez más, las lágrimas bañaban me inundaban.

Ahí estaba Lore en los brazos de John, lo besaba y él la aferraba con desespero. Me fui acercando, mis pies prácticamente se movían solos, yo quería salir de allí, regresar a mi casa y olvidarme del mundo entero, pero mi cuerpo me obligaba a enfrentarlos, a verlos de cerca. Mientras más cerca estaba la imagen se me hacía más tormentosa, él, la besaba con lujuria y ella lo despojaba de su ropa con la misma pasión, con el mismo deseo. Ya no aguantaba más yo no podía seguir viendo eso, me lastimaba y ya no quería llorar más…

Fer: basta –grite y mi cuerpo se detuvo-

Lore: -se giró y me miro dulcemente- te amo –decía mientras John no paraba de besar su cuerpo y aferrarla a él-

Fer: ¡¡¡es absurdo!!! –le grite aún más fuerte- ¿que no ves lo que haces? Tú le amas a él –caí de rodillas a su lado-

Lore: no –una lagrima rozaba su rostro- no es verdad, tienes que ver más allá de esto. Por favor, tienes que insistir en encontrar la verdad –seguía abrazándolo-

Fer. ¿De qué hablas? ¡¡¡Por diossss, es una mierdaaa!!! mira lo que haces, mira como lo tocas y lo besas –ya casi no podía hablar por mi llanto y cada vez más aferraba mis manos dolorosamente a la tierra-

Lore: te amo…. Recuérdalo… búscalo –de apoco se alejaban de mí, no podía verle de frente a John pues solo se concentraba en ella-

Fer: quédate –intente detenerla pero mi cuerpo ya no me pertenecía y me obligaba a mantenerme aferrada al piso- yo te amo, te hare feliz lo prometo… -sentía que me ahogaba en mi llanto- … dijiste que no te irías, lo prometiste –grite con las pocas fuerzas que me quedaban- te amo mi amor ¡¡¡te amo!!!

Cada vez la sentía más lejos y ello me desgarraba. Él la estaba alejando de mí y a ella no le importaron mis lágrimas ni mi sufrimiento, simplemente seguía aferrada a él.

Fer: te amo… por favor –intentaba que me escuchara- te amo, en verdad te amo -sentí un fuerte abrazo que me aliviaba en algo el fuerte dolor que me invadía-  quédate… -susurre-

Mi cuerpo fue reaccionando de apoco y me aferre a aquellos brazos que me consolaban, pero cuando decidí mirar de nuevo al frente y buscar a Lore la imagen ya era completamente diferente. John sostenía la mano derecha de Lorena con tanta fuerza que pienso la lastimaba, mientras que su mano izquierda era sostenida por…

Fer: Yesid –intentando entender lo que sucedía- ¿qué haces?… suéltala –le impuse-

Yesid: debo alejarla, ¿entiendes? Esto nos hará bien, ella estará bien… solo le complicas la vida –me decía muy seguro-

Fer: quédate por favor –le dije por última vez a Lore intentando que por algún milagro viera mi amor, pero solo callaba y de a poco se alejaba con ellos-

Yesid: recuérdalo… solo complicas su vida –me desgarraba entenderlo-

Fer: Yesid…. No, nooooo –me agite desesperada pero los brazos que me abrazaban, ahora me sostenía con mayor fuerza impidiéndome correr hacia ella –nathaliaaaaaaaaaaaaa –grite aún más fuerte-

Nathalia: tranquila por favor, es lo mejor –intentando calmarme, mientras seguía sosteniéndome-

Fer: ¡¡¡quédate!!! -intente gritarle de nuevo pero ella ya no me oía, era demasiado tarde, ya no podía verla- Nathalia… -dije en medio de mis lágrimas- la perdí –y ella solo me sostenía más fuerte, mientras yo me refugiaba en aquel abrazo, desesperada por algo de consuelo-

Nathalia: estarán mejor separadas, lo entenderás pronto –me susurraba-

Fer: -me separe de ella con mucha rabia- ¿lo mejor? ¿Que no lo entiendes? –Me levante del suelo y le grite –¡¡¡la amo, entiéndelo yo amo a Lorena!!! –Se levantó e intento aferrarme nuevamente a ella para calmarme pero yo no quería más de eso, quería salir de allí, así que forcejee con ella mientras seguíamos gritándonos-

Nathalia: ¡¡¡ya basta!!! Déjala ir, ella no te ama.

Fer: -agitando mis brazos para que no me atrapara- la amo ENTIENDELO la amoooooo, amo a Lorena, ¡¡¡la amo!!! –grite finalmente-

Sentí un fuerte golpe, y como mi cuerpo se movía bruscamente; de repente, me encuentro sentada en la cama de mi habitación completamente agitada y sudada, casi sin poder respirar.

Tía sol: tranquila cielo, solo ha sido una pesadilla, tranquila –secaba mi sudor-

Yo aún estaba demasiado aturdida, mi vista era nublada y aun no comprendía en donde me encontraba.

Fer: ¿qué sucedió? –pude preguntar-

Tía luisa: solo has tenido un mal momento, pero ya paso. Solo era un sueño –las dos estaban sentadas a mis costados intentando calmarme-

Fer: no –sacudía mi cabeza en negativa-  fue real, ella…. Yo -suspire-  fue real -aferre mis rodillas a mi pecho abrazándolas fuertemente- lo que dijo, lo que paso…. Todo fue… -suspire- ¿falso? –Sentí de nuevo ese dolor punzante en el pecho-

Tía sol: así es, solo una pesadilla. Toma, ya cálmate –me ofreció agua-

Todo había sido un simple sueño; sus palabras, cuando me dijo “te amo”... Todo era falso, solo producto de mi absurda necesidad por tenerla a mi lado. Habría podido jurar que la sentí, que sus abrazos los sentí tan míos, tan reales… pero debía aceptarlo… nada fue real.

Tía luisa: nos debes algunas explicaciones –me miro distinto, quizás algo molesta-

Fer: -suspire- ¿qué sucedió? –aun no lograba entender que había pasado, porque me miraban así-

Tía luisa: -se carcajeo sínicamente- además, ¿no recuerdas nada? –Intento enfadarse, pero estaba segura que su cara era más de preocupación que cualquier otra cosa-

Fer: -inmediatamente sentí un fuerte dolor de cabeza y al saborear mi boca pude detectar el desagradable sabor y olor a alcohol… suspire frotando mi rostro- ahora no, por favor –lo único q asimile era la resaca magistral q traía encima-

Tía sol: nos debes una explicación Fernanda –no quise ni mirarla sabía perfectamente por su tono de voz la cara que me daría-

Yo no quería ni un solo regaño, en ese momento solo me importaba mi desconcierto y por su puesto mi terrible dolor de cabeza, sabía que esa conversación no sería nada agradable y no estaba dispuesta a tenerla.

Estaba a punto de inventar cualquier excusa para salir de tan desagradable momento  y dejar de sentir la mirada acusadora de mis tías, cuando siento que golpean mi puerta e inevitablemente todas desviamos la mirada al origen de aquel ruido.

En la entrada de mi habitación estaba Nathalia, con cara de pocos amigos.

Nathalia: esto –señalando un vaso que tenía en la mano izquierda- no fue para nada gracioso –dirigiéndose a mis tías- ¿qué tiene de saludable y aliviador esta asquerosidad?

Tía sol: -notablemente divertida- natha por favor, deja de ser tan bebe y termínatelo –se levantó dirigiéndose a ella-

Nathalia: está horrendo –en verdad tenia mal aspecto-

Tía sol: no importa, tenemos un trato –me daban ya la espalda-

Natha: ok, ok… malditos tratos, debí poner clausulas –salieron de mi habitación, imagino que a la cocina-

Fer: ¿trato? ¿Qué hace natha aquí? –Mire confundida a tía luisa-

Tía luisa: - suspiro y se puso de pie dándome la espalda y mirando por la ventana- sol le prometió postre si se tomaba ese jugo para la resaca y como veo no recuerdas nada, déjame ilustrarte – callo y giro a verme algo molesta- anoche –rio sínicamente- mejor dicho esta mañana, llegaron ustedes en un estado deplorable –levanto un poco a voz- y… ¿si les hubiera pasado algo? Y si no hubiera estado… -callo sorpresivamente evitando continuar la frase, parecía desconcertada-

Fer: si no hubiese estado… ¿quién tía? –Su expresión era algo extraña-

Tía luisa: - suspiro, quizás resignada o ¿triste? – Yesid –respondió a mi pregunta- según se, un chico de la universidad, fue muy amable al traerlas.

Fer: -una ráfaga extraña vino a mi mente, recordé que había hablado con Yesid, que natha le había pedido nos recogiera, eran recuerdos vagos, pero suponía con lo que me contaba mi tía, que él nos había sacado del bar- ummm… Yesid, no recuerdo haberlo visto ayer.

Tía luisa: al parecer no es lo único q olvidaste… quizás el fuerte guayabo ayude –dijo abriendo con brusquedad las cortinas ampliamente-

Fer: ayyyyyyyyyyyyy pero tía ¿qué te pasa? –Me había lastimado con la fuerte luz del día que entraba por aquella ventana-

Tía luisa: ¿qué razón tenías para emborracharte de esa manera? –me gritaba- que ¿te está pasando Fernanda?, tú no eres así, dime de una buena vez que es lo que te sucede.

Fer: -suspire, en verdad no sabía que decirle- yo… -no era un tema que quisiera tocar con ellas ahora, debía aclarar primero cosas, estabilizar mi vida, y claramente recordar la noche anterior- no pasa nada ¿vale? –Evite mirarla y me levante de la cama muy a mi pesar- solo quise divertirme y se me pasaron los tragos, no lo note. De verdad – la mire- lo siento, tía de verdad discúlpame…. No me di cuenta cuando perdí el control… lo siento –dije sinceramente-

Tía luisa: -me miro diferente, no sé cómo describirlo y si quizás en ese momento hubiese sabido la verdad sabría perfectamente que me miraba con decepción y algo de pesar- no solo debes disculparte conmigo –me dio la espalda dirigiéndose a la salida de mi habitación- te quiero abajo en 30 minutos, duchada, lista y por supuesto con una mejor expresión, ¿entendido? –y eh ahí nuevamente aquella expresión molesta-

Fer: si señora –respondí resignada y viendo cómo salía de mi cuarto-

Sentir el agua fría en mi cuerpo fue de gran ayuda; no quise cerrar la llave de la ducha, necesitaba ese momento en mi vida, ese espacio para organizarme. Respire profundamente permitiendo q el agua relajara los músculos de mi espalda mientras con mis ojos cerrados intentaba organizar un poco mis ideas y algunas imágenes de la noche anterior.

Claramente lo único que recordaba, era mi conversación con Nathalia y uno que otro momento extraño con ella; menciono extraño pues ahora que lo pensaba esa noche logre con ella una cercanía diferente, quizás una conexión y complicidad que tendría con una muy buena amiga, Nathalia esa noche fue el apoyo y soporte que tanto necesitaba. Era imposible recordar algo más, y la verdad si tenía a Nathalia en casa seria ella quien me aclarase las dudas.

Termine de arreglarme y en un poco más de 30 minutos ya estaba bajando las escaleras en busca de mi tía sol.

Fer: -entrando a la sala- tía, ¿podemos hablar un momento? –Estaba sentada hablando con Nathalia-

Tía sol: claro, vamos a la cocina por un vaso de agua para Nathalia.

Fer: gracias, en un momento estoy contigo Nathalia –me miro y asintió-

Nos dirigimos a la cocina y allí hubo un silencio algo incómodo que obviamente seria yo la que debía romperlo.

Fer: tía yo…-suspire y la mire- lo siento, sé que me pase de tragos, pero tía, de verdad no supe notarlo. Yo lamento que hayan tenido que verme en ese estado y sobre todo soportarme, pero de verdad estoy bien, y no quise perder el control yo… lo siento – ella solo me miraba, no me decía nada y su expresión era neutra- tía dime algo – giro y abrió la nevera para servir un vaso con agua- ¿no me piensas decir nada?

Ella solo callaba y alistaba cosas, esa actitud me desesperaba, lo más cómodo seria que me regañara como cualquiera lo haría pero no, ella tiene que ser la diferente y aplicarme la ley del hielo sin compasión.

Fer: ¡¡¡tía por favor deja eso y dime algo!!! –Levante un poco la voz-

Tía sol: Fernanda duarte, ¿qué edad tienes? –su expresión no cambiaba-

Fer: -su pregunta me sorprendió, en verdad esperaba un fuerte regaño- 20

Tía sol: exacto, 20 años, mayor de edad, y aunque aun debes cumplir con reglas básicas de este hogar, la verdad hay cosas que me preocupan mucho más que tu borrachera –callo unos segundos- como la causa por ejemplo –y ahí su mirada fue muy acusadora-

Fer: la verdad hubiese preferido un regaño –sonreí-

Tía sol: y yo hubiese preferido dormir muy bien esta madrugada, pero mira como son las cosas –se burlo- a veces no se obtiene lo deseado.

Fer: dímelo a mí -recordé la razón de mi amargura-

Callamos unos momentos, nos sentamos y tan solo me miraba. Creo que le basto esos instantes para entenderme, o bueno por  lo menos para presentir lo que necesitaba.

Tía sol: ¿no estás lista verdad? – Me abrazo-

Fer: -fue un poco extraña su pregunta- ¿de qué hablas? –la mire confundida-

Tía sol: ummmm… digamos por ahora, que tan solo no es el momento y necesitas tu espacio –sonrió- Toma –me ofreció el vaso y una pastilla- lo necesitas supongo

Fer: -sonreí con ella, para mí era claro que algo sospechaba o quizás pensaría que John tiene mucho que ver con mi actitud, pero tenía razón no estaba preparada para explicaciones aun- gracias –la abrace y me tome la medicina, en verdad el dolor de cabeza era insoportable-

Tía sol: ahora –se levanto- vamos que Nathalia debe estar aburrida.

Fer: tía y ¿luisa? –la detuve-

Tía sol: -suspiro- dale tiempo, está dolida contigo, es posible que no te hable muy bien en días, sabes que te adora y es tu más fiel compinche, pero –suspiro- también necesita tiempo, quizás a ella le cueste entender un poco más.

Fer: -eso era más doloroso aun, antes pude notar su tristeza pero… ¿tanto por una borrachera?- está exagerando un poco ¿no?

Tía sol: eso deberías saberlo tú –nuevamente sus respuestas raras- vamos ya –me resigne deje el vaso en la mesa y obedecí sin más retraso-

Salimos hacia la sala, y allí nos quedamos unos minutos. Mi tía hablaba fluidamente con Nathalia, al parecer su carisma le agradaba mucho, Y según me contaron Nathalia había aceptado quedarse a almorzar. Yo simplemente me dedicaba a mirarlas y a escuchar su conversación y rara vez participaba de ella; se me hacía muy extraño tenerla allí en casa, tan cómoda y en ese papel de amiga. Lo de anoche había sido importante si, y se lo agradecía muchísimo pero no se qué tan dispuesta estaba yo a tenerla en mi vida. Me estaba empezando a sentir incomoda con el momento y no dejaba de pensar ni un minuto en la necesidad q sentía por aclarar los eventos de la noche anterior y por supuesto, Nathalia no me estaba dando oportunidad de ello. Pensaba en eso, cuando mi tía se levanta a contestar su celular.

Fer: -debía aprovechar cualquier momento a solas- ¿Nathalia que sucede? ¿Qué haces? –me sonrió-

Nathalia: oye ni los buenos días me has dado ¿ehh? Que mala anfitriona eres –me miraba divertida, a pesar del mal aspecto y ojeras que aun tenia-

Fer: Nathaliaaaa –la mire detenidamente y levante una ceja- no juegues conmigo.

Natha: pfffffff noooo uhsssss –hacia caras desagradables- ya quisieras tú que yo jugara contigo.

Fer: -me reí por su tonto comentario, no pude evitarlo-

Natha: vesssss así está mucho mejor, tienes tremenda cara de guayabo y ¿te vas a amargar? Noooo te veras horrible para tus próximas conquistas –rio-

Fer: contigo es imposible -me causaba gracia sus tonterías, al parecer la pastilla había hecho su efecto- debe ser el analgésico porque déjame decirte, eres pésima comediante.

Natha: eyyyyyy –rio a carcajadas- anoche no decías eso.

Fer: -seguía siendo la misma atrevida de siempre- ¿qué te pasa? –La mire como si quisiera ahorcarla- precisamente tenemos que hablar de eso.

Nathalia: ¿qué? –Cambio drásticamente su expresión- No me vas a salir ahora con que no te acuerdas.

Fer: -suspire- no me asustes.

Natha: te pegaron tremenda rumbeada y ¿no te acuerdas?

Fer: de que hablas –en verdad me estaba asustando-

Natha: …

Fer: hablaaaaaaaa –me desespere-