Al regresar mi esposa de fiesta IX (Fin)

Capitulo final de la serie. Recomiendo leerla de principio a fin. Gracias a todos los que la habéis seguido.

JORGE

Exhausto, tumbado en la cama tras descargar toda aquella tensión, esperaba desnudo a que mi mujer terminara en el baño de desmaquillarse, de quitarse la roba, de ponerse más cómoda. Tan solo guardaba en mi mano el tanga roto que me había entregado momentos antes. De vez en cuando me lo llevaba a la cara, podía oler su sexo, su sexo mojado. Me la imaginaba, una y mil veces, siendo follada por aquel semental. ¿Cómo habría ocurrido?

Ninguno de los dos decía nada. Pero yo empezaba a notar como mi polla, a medida que volvían a invadirme aquellos pensamientos, reaccionaba. Carla vino a la cama, con un pijama corto de verano de seda puesto, se había desmaquillado y refrescado, pero a mis ojos seguía resplandeciente, sexy… joder, como me pone mi esposa. El pijama es negro, de tirantas, y muy escotado. Se subió a la cama lentamente, mirándome. Pude ver sus tetas pidiendo paso entre la seda. Mi polla reaccionó, deseaba follármela de nuevo, pero a la vez, estaba ansioso porque me contara todos los detalles de aquella noche. Carla llegó a mi altura y me besó…

-Cierra los ojos… -me dijo sensualmente. La obedecí…

-Mmmmm… -le dije- ¿qué vas a hacerme?...

-Chssss –me calló- silencio. Tú relájate, cornudito mío, voy a hacer lo que sé que ansías que te haga…

Ante esas palabras, mi polla acabó de reaccionar. Noté un chispazo y como la polla se me empalmaba, firme y tiesa, como si no hubiésemos follado hacía apenas unos minutos. Noté su mano recorriendo mi pecho…

-Vaya… -su voz, un susurro en mi oído- parece que te encanta que te llame cornudito, ¿eh?...

Su mano siguió descendiendo, hasta que sus yemas rozaron mi polla tiesa, mis huevos. Joder, que rico recordarlo.

-Voy a contarte como ha sido con él, voy a contarte como me ha follado…

Su mano llegó a mi polla, y empiezó a pajearme lentamente. La situación me encantaba, me excitaba, me ponía malísimo. Alguna vez habíamos jugado con aquello, pero siempre eran aventuras que ella se imaginaba mientras me lo hacía, o algún escarceo que hubiese tenido por cam.

-Verás… en el fondo, deseaba que ocurriese. Cuando lo he visto llegar al local, cuando sus ojos han encontrado los míos… me he mojado, me he puesto muy cachonda… -Carla me mordió el lóbulo de la oreja mientras me lo decía, noté su mano agarrar con fuerza mi polla- También es cierto, que sabía que no podría ser… mis amigas estaban allí, no era plan. Incluso hemos bailado, pero no podíamos acercarnos demasiado, no podíamos hacer nada que llamara la atención… ¿lo entiendes?... el “qué dirán”…  pero… el deseo estaba  ahí… Luego, el chico ha sido listo y también ha sacado a bailar a María. Ha sido cuando hemos hablado, tu y yo… ¿lo recuerdas?... tú me has dado pie, cornudo mío… tú has sido quién quería que me follara aquel tío de nuevo… tú eres quién me provoca, soy tuya….

Sus palabras no podían ser más acertadas. Me estaba encantado. Tuve que pedirle que bajara el ritmo de la paja….

-Chssss –le susurré- por favor hazlo lento, no quiero correrme, quiero que me sigas contando…

-Mmmmm –noto que sonríe- ¿ya te correrías…? Me pone saber que te excita tanto…

Su mano soltó mi polla, y siguió acariciandome con la yema de los dedos, ahora los huevos, ahora el capullo….

-Pues aunque no lo creas, no iba a hacerlo. Nos hemos quedado María y yo solas, pero cuando hemos dicho de marcharnos, iba a salir del local tras María, y he notado su mano en mi espalda. Me he girado y he quedado hipnotizada con su mirada. Ha pedido un último baile… y María ha dicho que me esperaba en el coche. No sé que habrá pensado…

Su mano dejó de rozarme en ese momento. Abrí los ojos, y pude ver a Carla con la mirada perdida, preocupada…

-Venga ya, cariño. María es tu mejor amiga. Si te pregunta tú cuéntale lo que creas oportuno, pero estate tranquila, ella no dirá nada, la conoces de hace años. No me contará ni a mí…

Carla me miró, y me sonrió.

-Chsss…. –puso un dedo en mis labios- ¿Quién te ha dado permiso para hablar, cornudito mío?

Volví a cerrar los ojos, y noté como mi polla tiesa recuperaba la atención de sus caricias…

-Hemos bailado. Muy poco la verdad. Lo deseaba, y él a mi. Me ha dicho que me quería follar, y yo lo deseaba también. Me ha llevado a un cuarto, se ve que conoce al dueño de la discoteca. Era un cuartucho de material. Me ha dado igual, estábamos solos y nos hemos abalanzado el uno sobre el otro. No he tardado en arrodillarme… -Noté como Carla me agarraba de nuevo la polla- y en bajarle los pantalones… mmmmm… me encanta su polla, cornudito mío… - la mano de Carla volvía a moverse, arriba y abajo, pajeándome..- se la he chupado, mientras él no paraba de decirme lo rico que lo hacía…

En mi mente, mi mujer como aquel día en que lo hicimos los tres, con ese pollón en su boca, en cuclillas, en aquel cuarto de la discoteca…. Me iba a reventar la polla….

-Luego, de repente, como un animal, me ha levantado, me ha volteado y me ha puesto contra la pared… se ha puesto condón, estate tranquilo… he notado como sus manos hurgaban bajo mi falda… me ha arrancado el tanga, me encantaba notar como deseaba follarme… He notado su polla entre mis piernas… bufff… tócame cariño…

Mi mano buscó, obediente, el coñito de Carla bajo el pantaloncito corto de pijama. Estaba chorreando. No tardé en conseguir meterle un dedito, mientras ella seguía pajeándome rico, y susurrándome al oído…

-Mmmmm, cariño, ha sido tan rico, cuándo me la ha metido desde atrás, y ha empezado a follarme como un animal… en cada embestida, me levantaba los pies literalmente del suelo… es una bestia, y me ha follado como tal… oh, si, si –el ritmo de mis dedos en su coñito había aumentado- sigue cornudito mío…. Joder, que pollón tiene el cabrón, como me la clavaba una y otra vez… hasta que…. Me corrí… y él, también… se corrió… oh, si….

Notaba como me iba a correr. Sus palabras en mi oreja, el contacto de su coño húmedo en mis dedos, su mano que no paraba de pajearme rico…

-Ohh.. si, nena –le dije- voy a correrme….

Ella aumentó el ritmo de la paja….

-¿Dónde se corrió amor? ¿Te gustó recibir su leche?...

-En mi coñito… se corrió en mi coñito, noté los espasmos de su pollón descargando, eso aumentó mi orgasmo, fue bestial….

-Ahhhh –exclamé, mientras borbotones de corrida brotaban de mi polla. Mi mano dejó de tocar su coño, aunque la notaba muy excitada. Abrí los ojos, y pude verla mirándome, con la carita coloradita, guapísima como siempre, riéndome. Me besó.

Aquella noche volví a darle placer a Carla. Le excitó rememorarlo y me pidió que la ayudara a correrse. Tuve que usar mis dedos, mi polla no daba para más esa noche. Pero fue increíble. A la mañana siguiente, al despertar y verla a mi lado, la deseaba más que nunca. Follamos otra vez.

Ese fue nuestro despertar en este mundo. Primero con un chico, luego con otro. Si tuviese que pensar en ello en perspectiva, diría que lo más importante fue que Carla se sintió a gusto en todo momento, y yo también. La quiero tanto…

Con este llego al final de la saga “Al regresar mi esposa de fiesta”. Espero les haya gustado, un saludo a todos.