Al otro lado del Cauce del Arroyo Tamarguillo
A veces que se me han acercado y mientras me dan conversación se animado, animan a meterme mano mmm, ya sea acariciándome el pecho o introduciendo su mano hasta mi entrepierna y magrear mi miembro ooohhh.
Al otro lado del Cauce del Arroyo Tamarguillo
Muy buenas a todos, desde este medio os hago saber de mis experiencias, me gusta contárosla o al menos lo intento de tal manera que os imaginéis, pudiéndola recrear en vuestra mente y con la única pena, precisamente que no seáis alguno de vosotros. Debo decir que no busco amistad… sino simplemente sexo, deseo relaciones esporádicas.
Os debo de confesar antes de nada que siempre me he esforzado en mejorar… sexualmente, como bien sabéis mis gustos son los hombres maduros (+ 50), buscando siempre mis preferencias no importándome si es uno o varios. Busco hombres activos pero no hay día que no acabe con un versátil, además no hay maduros que no deseen una buena putita, encontrando en mí a esa glotona y de paso si desean poder preñar… mmm.
Comenzare… vale, hace ya de esto años… quizás cinco o seis años quizás, por ese tiempo cuando accedías por la rotonda de RTVA a los aparcamientos de Expo92. Comenzaba a envalentonarme al tomar una carretera de servicio a la cual accedías a los aparcamientos del Estadio Olímpico. Cuya carreta se le conoce como Cauce del Arroyo Tamarguillo, carretera que iba paralela a la vía del tren, carreta que a medio camino y tras pasar un puente, podías acceder al otro lado de la vía pasando bajo un puente. En esta zona ha día de hoy entre otras cosas encuentras… Club de Aeromodelismo Radio Control Saeta, Circuito Isla De La Cartuja de Motocross y naturalmente los campos de labranza.
Antes también encontrabas lo mismo o al menos los dos primero, pues de campo de labranza al fondo y toda esta zona estaban poblados de maleza, arbusto y arbolado, zona que era prácticamente zona cruissing. Aquí os puedo confesar que tuve infinidad de encuentros, donde os puedo asegurar que todos o en su gran mayoría fueron satisfactorios… mmm, donde en muchos de ellos comencé con uno y como tantas veces acabas siendo de todos… mmm.
Me aventure por aquella zona invitado por conocidos… me envalentone por comentarios y habladurías, sobre aquel lugar… comentarios que te hacían soñar con aventuras… mmm. Aun recuerdo mis primeras andanzas, donde no realice nada… donde el miedo podía conmigo. Pero recuerdo la vez primera que aun temeroso me aventure, echándole huevos nervioso e incomodo deambule por aquellos parajes, donde me salían al paso todo tipo de machos y donde el mido me hizo rechazarlos. Aquella vez no fue la primera pero sí aquella que conocí a Julio Alberto, cuya persona me atrajo por su físico y complexión, aquel hombre no dudo en presentarse con su nombre verdadero y edad (55 años), cuya complexión fuerte y carácter iba de la mano, soliendo vestir camisa blanca, pantalón celeste y zapatos.
Recuerdas el día por lo que haces… y yo ese día me aventure hacia el fondo, donde la maleza continua loma confundiéndose con los cañizos, donde te encuentras un camino bordeado con bancos de hormigón que te dejan la espalda hecha polvo y no mejor dicho… mmm, aun recuerdo aquellos laberintos de cañas que tantas aventuras han proporcionado… mmm.
Bueno continúo… deje mi coche a un lado junto a la arboleda como era costumbre, quedándome en el interior de mi coche a la espera de que algún desconocido maduro se acercara… mmm. Yo soy de esos que incluso con mi mirada fija llamo su atención, mientras unas veces me magreo mi miembro sobre la misma tela del pantalón o en otras ocasiones, saco mi miembro fuera y me masturbo a la vista de quien quiera verlo… mmm.
Y no ha habido curioso que finalmente se atreven a acercarse… mmm, podría deciros muchos o para ser sinceros… demasiados. Pero ahora me contentare con recordar a un viejo amigo, amigo que me enseño cosas y que hizo realidad sus fantasías, amigo que para nada demostraba esa amistad y si esa brutalidad a la hora de dar placer… mmm. Aun recuerdo cuando este tras días quedarse mirándome se decidió finalmente a acercarse, pues siempre desde la lejanía me miraba al tiempo que se magreaba… mmm.
Como he dicho este finalmente se acerco, caminando en mi dirección mientras fumaba… olor que siempre me dejo impregnado, llamando este olor la atención de mi mujer que la colonia que llevaba… mmm. Tras llegar se apoyo sobre mi coche, haciendo indicio que bajara la ventanilla me pregunto seguidamente…
- “Que buscas, chuparla o que te la chupen”.
Respondiéndole… “Ambas cosas, pero me gusta más chupar”.
Tras indicarme que me bajara de mi automóvil, me invito a que lo siguiera… cosa que hice, llevándome hacia el interior de la arboleda. Donde tras detenerse… se me abalanzo y comenzó a comerme la boca, rehuí sus besos apartando la cara y este entendiendo mi gesto, continuo besando mi cuello al tiempo que desabotonaba los botones de mi camisa. Tras acariciar mi pecho, espalda e incluso nalgas… mmm, yo me aventure a acariciar su miembro primero sobre el pantalón y continuar después fuera de este… mmm.
Sientes las miradas de otros en nosotros, pero mi nuevo amigo para nada se molestaba, solo susurraba al oído déjalos que miren… mmm. Cuando este se agacho por primera vez y se introdujo mi miembro en su boca… aaahhh, creí morir de placer… que manera de chupar… que habilidad… ooohhh. Pero mientras chupaba comenzó a magrear mis nalgas… mmm, comenzó a juguetear con mi orificio anal… aaahhh, introduciendo sus dedos dentro de mi hasta tener dos… uuuffff.
Teniéndole que ser yo quien lo apartara a modo de evitar correrme, haciéndome este arrodillar y demostrarle lo que sabía hacer, dejando que continuara hasta el final y no avisando de su llegada. Mi relación con Julio Alberto se alargo hasta dos años, años que cada vez que congeniábamos me hacia gozar de lo lindo, donde según él había que explorar nuestros placeres. Me llevaba a lugares donde me despelotaba completamente, acabando por penetrarme ya sea boca arriba, boca abajo o de lado… aaahhh.
Dejando poco a poco que se acercaran los mirones y con el tiempo dejar estos de de ser mirones, convirtiéndose de meros espectadores a participe… aaahhh, disfrutando no solo de una polla sino hasta a veces de tres… ooohhh. Aun me veo comiéndole la polla y unirse un segundo y luego un tercero, intentando meterme hasta dos pollas en la boca, mientras me acarician ya sea la espalda como las nalgas… aaahhh. Comenzando a ser penetrado por aquella persona que no disfruta del sexo oral… mmm, persona que me hacia estremecer como buena putilla que soy… uuuffff, no siempre por el tamaño de su miembro pero si por esas embestidas iniciales… aaahhh.
Aun recuerdo cada uno de sus juegos… mmm, como aquel en que me convenció para dejar mi coche estacionado y montarme en el suyo, llevándome por una carretera si eso se podría llamar carretera, paralela al rio hasta que esta desembocaba en un apeadero destrozado. Junto a esta carretera había una casa abandonada casi en ruinas y a pocos metros un campo de labranza, Julio Alberto como os he dicho… no era persona que pierden el tiempo sino que van al grano, como siempre entre besos que finalmente acepte, caricias y magreos acaba este por desnudarme poco a poco por completo… mmm.
Mientras yo no dejaba de masturbarlo primero sobre el pantalón y segundos después fuera de este… mmm. No recuerdo bien en qué momento me pregunto si me gustaban los tríos con gente de color, cosa que te extraña más cuando me ha dejado ser usado con hombres latinoamericanos o marroquí… uuummm. Pero piensas que quizás este quiere hacer realidad otra de sus fantasías, cosa que precisamente yo siempre estoy dispuesta a realizarla pues estoy deseosa de pollas, conteste…
- “Lo que tu desees me parecerá bien… mmm”.
Apareciendo en no más de cinco minutos un hombre negro enorme, enorme por la altura y llamaba la atención su constitución, pues aunque se apreciaba que era mayor aun se apreciaba. No tenía ni vellos ni cabellos, pero si extremidades largas tanto brazos como dedos, estos más gruesos de lo normal… cosa difícil de olvidar.
Yo continuaba comiéndole la polla a Julio Alberto… no dejándome este que me apartara, menos aun cuando se acerco y se saludaron muy efusivamente… quedándose este mirándome. Mi amigo me dijo que continuara comiéndole la polla, creo recordar que ese hombre no me gustaba mucho pero el momento era muy morboso… mmm. Sentí como ese hombre de color comenzaba a acariciar mi cuerpo… mmm, sentí sus grandes manos en mis cabellos e ir descendiendo por mis espalda hasta llegar a mis nalgas… aaahhh. Primero con una mano y luego fueron dos… uuuffff, magreaba mis glúteos con fuerza e incluso llego a golpearme con la palma de su mano… uuummm. No pudiéndome quejar por tener la polla de mi amigo dentro de mi boca, momento que ejercía una embestidas brutales dadas por el estado de excitación… mmm, eso y la presión de su mano en mi nuca… mmm.
Poco a poco aquello comenzó a gustarme… quizás porque este comenzó a restregar sus grandes dedos por mi orificio anal… ooohhh, dedos que podrían ser los penes de algunos que conozco… aaahhh, humedecía estos de vez en cuando en su boca y sentía la saliva… ooohhh. Aun me acuerdo que fue el mismo Julio Alberto quien propuso a este que antes de penetrarme mi orificio anal, debía de probar mi boca… cosa que ese acepto, colocándose delante de mí y ponerme sus 22cm de carne negra delante de mi boca… mmm. Fue el mismo quien tras colocar sus manos a ambos lado de mi cabeza sobre mis orejas, comenzó a deslizar su glande por mi rostro en especial por mis labios… ooohhh, separe los labios y este empujaba una y otra vez, contentándose como bien decía en entrar su glande solamente, pues ya habría tiempo por empalarme… aaahhh.
Poco a poco se me introducía su glande, sacándola para que chupara y lamiera su tronco hasta sus enormes genitales, cuyo olor desagradable soltaba. Ensalivaba esta para que oliera menos, también para que me entrara dentro de mi boca con mayor facilidad… aaahhh, introduciéndomela poco a poco sin prisa hasta tener la mitad dentro de mi boca. Me prevenía sobre mis dientes pues según el separaba poco mis mandíbulas, sugiriéndome que en casa mantuviera un grueso palo o alguna verdura entre estos, como si esa no fuera la única vez que nos viéramos. Os confieso que me costaba respirar y todo, más aun por la dificultad de tragar saliva, causa por esto último que tuve arcadas.
Mientras tragaba la polla de ese hombre propuso a Julio Alberto que fuera preparando mi orificio, propuesta no siendo otra que me penetrara… o sea que me follara mi culito a modo de dejarme mi orificio listo para su polla. Este hizo caso y tras escuchar primero el romper de algo y después ver caer el envoltorio de un condón, rápidamente me hizo comprender que me esperaba. Con dolor sentí su glande presionar mi orificio anal, este presionaba una vez tras otra hasta que por mi me entro, su miembro no se destacaba por el tamaño sino todo lo contrario este destacaba por el grosor… mmm. Comenzó a embestirme durante minutos se detenía y se quedaba quieto a modo de que mi orificio se amoldara a su grosor, continuando minutos después hasta que retrocedió, alegando que aun no deseaba correrse.
Ese otro hombre saco su polla de mi boca y tras coger el preservativo que le dio el maduro… se lo coloco, sintiendo ahora el glande de este en mi orificio anal, acto seguido este comenzó a presionar y con facilidad me introdujo su glande… uuuffff, quedándose inmóvil dentro de mí al tiempo que me masturbaba con una mano y con la otra acariciaba mis cabellos. Más tranquilo pero molesto por el dolor, comenzó a presionar hasta acabar por introducirme la mitad… uuummm, espero nuevamente unos minutos a que pudiera adaptarme al grosor… mmm, espero a que mis paredes anales se adaptaran… uuuffff, tiempo que a mí me parecieron horas y pasado estos… mmm, comenzó a penetrarme más bruscamente… ooohhh.
Las fuerzas me abandonaron y las piernas me flaqueaban, no quedándome otro remedio que dejarme caer hasta arrodillarme sobre el suelo, quedándome en la posición de perrito y este me adelanto que era la mejor posición pues favorecía la penetración profunda… aaahhh. Sintiendo primero sus manos una a cada lado de mi cuello sobre mis hombros, apretando y tirando de mí hacia el… ooohhh, sintiéndola muy dentro de mí… sintiendo como golpeaba mi próstata. Hasta que entre alaridos se corrió, pensé que suerte para mí que tenía preservativo, pero era mentira deseaba que me hubiera preñado, pues a pesar del preservativo sentía que su leche estaba caliente, además hecho una buena cantidad… mmm.
Tras sacarla y quitarse el preservativo cogió y me la puso en la boca a modo de podérsela limpiar, saboreando el sabor de su leche… uuummm. Desde ese día hasta el último no hubo momento en que estando con mi amigo Julio Alberto no me compartiera con otros… ooohhh, sobre todo y en especial con este último… uuummm. Bueno aquí os dejo hasta una nueva experiencia… vale, ya me contáis que os aparecido… espero que no seáis muy crueles conmigo, aunque me deje hacer como una buena putita que dicen que soy. Mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com , lógicamente va todo junto, hasta pronto.