Al instituto! (2)
En la segunda parte, a falta de uno, buenos son dos. Una pareja en lugar de un trio.
A la semana siguiente de mi estancia ya era íntimo de Alberto y Felipe. Lamentablemente, Felipe estaba malo y había sido internado en la enfermería del complejo, debido a su alta fiebre. Sólo quedábamos Alberto y yo y ya era la hora de saborear la polla de Alberto. Fue la 2ª noche después de que Felipe se recuperara, aunque ya le habían dado el alta, estaba en una cama reposando y esa misma mañana saldría de la enfermería:
Lo hice aposta, le tenía muchas ganas a Alberto y decidí descargarme una peli porno gay, de las que le gustan a él. La dejé puesta mientras hacía como que iba al váter justo en el momento en el que Alberto aparecía en la habitación después de haber ido a ver a Felipe. La respuesta fue justo la que esperaba. Alberto cerró la puerta de la habitación y se sentó en la cama que estaba enfrente del ordenador y se echó la mano al pantalón del chándal, se lo quitó y se quedó en boxers y sin camiseta.
Fue entonces cuando salí del váter. Alberto se me quedó mirando, ya que debido al calor, los chorreones de sudor me caían por los marcados pectorales y los pezones ya duros y mi bulto se dejaba asomar por mis boxers.
Uy me la he dejado puesta dije yo.
Ya te ibas a hacer una paja salidorro? preguntó Alberto.
No, sólo la he descargado, pero por lo que veo tú ya ibas a ello.
Jejejejejeje, la verdad es que sí. Felipe ya se ha recuperado completamente y vendrá dentro de un par de horas.
Pero de momento estamos tú y yo solos, no?
Sí, eso parece.
Alberto supo lo que quería decir y se puso a ver la película. En esa escena, un chico le estaba dando por culo a otro mientras el tercero se la chupaba al enculado.
Lástima que no esté Felipe para hacer eso, eh Juan?
Desde luego.
Y entonces, antes de que él echara mano a su boxer, yo llegué y me puse debajo de sus piernas, con mi cara pegada a su boxer. Él supo lo que yo iba a hacer y apartó enseguida las manos de su polla.
Yo empecé a sacar la lengua y lo recosté entero en la cama. Mi lengua saboreó su boxer empapándolo entero hasta que su polla se puso durísima por el simple contacto de mi saliva con su polla. Entonces le lamí los huevos, sin quitarle aún el boxer.
Entonces cuando terminé, sí se lo quité y su polla se liberó chorreando gotas de mi saliva, lo que aproveché para masajearla un poco, hasta que se fue la lubricación. La vista fue entonces genial, tenía delante una magnífica polla de unos 17 cms carnosa, con un capullo muy bien formado y con el grosor justo para entrar bien en cualquier culo un poco acostumbrado. Ahí fue cuando mi lengua salió disparada a lamer su polla como un largo helado, sólo con la lengua, jugueteando con su capullo un rato, con sus huevos y recorriendo una y otra vez el tronco desde los dos lados hacia arriba y hacia abajo. Entonces me la metí entera en la boca, lo que cogió, claro. Estuve 5 cortos minutos jugueteando con la mano, la lengua, los labios, los huevos, hasta que su polla quedó chorreando de saliva. Fue una experiencia maravillosa, la mejor polla que he probado en toda mi vida, jugosa y juguetona. Fue cuando pensé que me penetraría, pero no. Me tumbó en la cama y hundió su cara en mi culo, produciéndome una sensación que nunca antes había experimentado, que florecía haciendo que todo mi vello se pusiera de punta. Alberto lo sabía y no paraba, cada vez más deprisa, y lo que me sorprendió: su polla no bajó, siguió tiesa durante todo el proceso.
Estaba deseando que me penetrara, pero él no tenía pensado eso. Me levantó y me sobeteó un poco con las manos hasta que sus delicados labios se toparon con los míos y su lengua entró en mi boca. Respondí con el mismo movimiento y entonces entendíu lo que quería. El sabor de mi culo, el de su polla y el de nuestras lenguas se fundieron en un caliente beso que él hizo aún más caliente tocándome con suavidad el agujerito ensalivado de mi culo. Después de un buen rato así y de varios toqueteos de oreja, cuello y demás, llegó lo eternamente esperado por mí. Me puse a 4 patas y Alberto paseó su polla por todo mi culo hasta que tocó el ano, con el que jugueteó un poco antes de que su pedazo de polla entrara lentamente a mi ano. Primero lo hizo con mucha delicadeza, pero cuando vio que ya no me dolía no se lo pensó y aceleró el ritmo muchísimo hasta que dijo que se quería correr.
Entonces me di la vuelta y estando a 4 patas aún, mi boca pasó a su polla, con la que jugueteé y sin que Alberto la tocara, simplemente con el jugueteo de mi lengua, se corrió entero en mi cara. Alberto escurrió todo su semen con la mano y entonces me dijo que me levantara. Hizo pasar su lengua por toda mi cara, recorriendo todos los goterones de semen y al final acabó en la boca. El semen que yo no había probado aún se introdujo hasta el fondo de mi garganta con su lengua. Fue maravilloso.
Casi me corro allí mismo, porque además nuestras pollas estaban en contacto, la suya aún dura y húmeda y la mía súper caliente. Pero me tocó esperar a que Alberto bajara a mi zona baja y la chupara como nunca ante me había hecho nadie una mamada. Fue tan espectacular que tardé menos de dos minutos en correrme entero en su cuerpo. Alberto no tragó el semen, pero si jugueteó con él. Los dos acabamos cansados del todo, mientras la película porno seguía su curso con sus jadeos.
Al rato apareció Felipe ya recuperado y que venía a cambiarse de ropa. Ya estábamos los tres de nuevo en la habitación.