Al final me decidi
Esto suele pasar la primera impresión, uno, tiene que recomponer la fantasía a la realidad. Me relaje un poco, y le dije que sí. Total había puesto mil excusas para tener toda la tarde libre, así que por que no. Dijo vamos a mi casa, al principio no me pareció buena idea pero no le quise decir que no. Vivía en un pequeño chalet, cerca del mar, lleno de mucha vegetación y muy agradable.
Soy aficionado a los chat, sobre todos gay, ya que he de reconocer que me gustan los hombres. La verdad es que allí, doy rienda a mis fantasías, siempre está claro que tope con un partenaire apropiado. Casi todo el mundo quiere que le enseñes la polla o el culo, y después de esto que te la menees o no sé que mas. Pero de vez en cuando encuentras gente que le gusta fantasear como tú y dar rienda suelta a todo lo que uno lleva dentro.
Le conocí en uno de esos chat, al principio no me dijo nada pero vi que me miraba, entonces le hable yo. Nos presentamos y me pareció un tío muy correcto. Vi su Cam, y aunque estaba entrado en años, se conservaba bien, decía tener 52 años, pero quizás debían ser algunos más. La verdad es que me gustó su figura, grande, potente. Estaba bronceando y si, tenía un gran bulto entre las piernas. Para que nos vamos a engañar, eso me agrado, Además mantenía una conversación sexual activa conmigo, que me gusto. Yo normalmente soy versátil. Pero con un señor mas mayor que yo y más grande físicamente pues, me dejo arrastrar a una actitud más pasiva, entendida esta como el que va a ser follado, no el que está inactivo ante todo lo que pasa a su alrededor.
En una de esas sesiones de chat, llegamos al éxtasis, sacaba de mi todo. Si, el me decía, quiero que me lo des todo. Yo oía esas palabras y mi cuerpo, respondía alzándome en actitud de recibirle. Me apretaba la polla, deseando que fuera él el que lo hiciera. Hasta llegar a correrme y explosionar salvajemente. A él también le pasaba igual, llegaba al éxtasis conmigo. Me parecía increíble como conectaba con aquel señor y el conmigo, según me decía. No tardo, en proponerme que nos viéramos en real.
Aunque no éramos de la misma ciudad, la distancia que nos separaba no era mucha, unos 70 km. Yo al principio, dudaba. Pero en unos días de esos tontos, o malos que tiene uno, le dije que de acuerdo. Vivía en la zona de la costa, en un pueblecito. Quedamos en una gasolinera a la entrada del pueblo.
La verdad es que fue una locura, ya que el si me había visto la cara a mí, pero yo a él no. Las cosas de dárselo todo, que todo se lo daba. En fin, llegue a la gasolinera y espere un rato. Llego a l poco rato. Se acerco a mí un señor, debía tener casi 60, aunque, la verdad que bien conservados. De cara no estaba mal. Pero la verdad, lo pienso ahora y me alegro de no haber salido corriendo. Esa fue la primera impresión que tuve. El me dijo, tío tranquilo, nos tomamos algo y charlamos.
Esto suele pasar la primera impresión, uno, tiene que recomponer la fantasía a la realidad. Me relaje un poco, y le dije que sí. Total había puesto mil excusas para tener toda la tarde libre, así que por que no. Dijo vamos a mi casa, al principio no me pareció buena idea pero no le quise decir que no.
Vivía en un pequeño chalet, cerca del mar, lleno de mucha vegetación y muy agradable. Llegamos y nos pusimos unos gin tonic, la verdad es que empezamos hablar, y los miedos se fueron disipando y la realidad se hacía fantasía y la fantasía realidad. Cuando ya íbamos por la 2 bebida, me sentía muy relajado. No sé si era fruto de la conversación o del alcohol. Empezó a acariciarme si que yo lo notara, quizás su forma natural de hacerlo, no me previno. La verdad es que, me dijo ponte cómodo. Yo no sabía qué hacer. Opte por quitarme los bermudas vaqueras que llevaba y quede en slips y camiseta.
Al verme me dijo, más cómodo Fran, más cómodo. Su palabras me habían hipnotizados como lo hacían en el chat. Voy a ayudarte, sin darme cuenta me tenia desnudo, en la tumbona de su jardín, a lado de la piscina. Si, y además, me apetecía estar así para él. Darle todo. Empezó a comerme la boca, como tanta veces me había dicho lo que lo haría. Su boca y su lengua apresaba la mía, esta ultima recorría toda la cavidad traspasando su saliva a mi boca y de mi boca a la suya. Mientras tantos sus enormes manos se apoderaban de mi polla y mis huevos, aun todavía no muy excitados, como si le pertenecieran. Ves Fran, así es lo quiero todo. Todo es para mí. Oír esas palabras, hacia que más deseara entregarme a él.
Se de desembarazo de su ropa, sin apenas darme cuenta, y nos fundimos en un abrazo cuerpo a cuerpo. Dios que sensación de estar atrapado en ese cuerpo que me inundaba por todos lados. Sus manos iban de mi cabeza a mi culo y de mi culo a mi cabeza, con movimientos suaves que me hacían poner cada vez más duro. No sé, si más deseaba sus caricias o sus palabras. Me dijo, por fin, hoy te hare mío y lo serás para siempre aunque te vayas. Esas palabras me excitaron sobremanera.
Me volteo, y de golpe me tenía ofreciéndole el culo. El empezó a comérmelo, y masajearme el vientre. Era un muñeco en sus brazos, pero me gustaba. Aunque no la podía alcanzar, veía su polla, ya descapullada como brillaba de lo excitada que estaba y como se movía, a espasmos a la espera de entrar en mi. Me dijo, amor quieres dármelo todo. Yo estaba extasiado, sí, soy para ti, hazme tuyo. Suavemente me ladeo el cuerpo y empezó a introducirme su polla suavemente, mientras mis pezones le pertenecían por derecho propio. Su polla, recorría todo mi interior como si lo conociera de años, suavemente pero con decisión. Noté como sus huevos tocaba mi culo, y de golpe y porrazos como me empezó a follar frenéticamente. Qué maravilla, me bamboleaba como si fuera un muñeco de trapo. Disfruta y se mío por este instante. Estaba extasiado. Dámelo todo me decía. Es todo tuyo, cógelo, le decía yo. Un calor me inundó mi interior. Su leche recorría mis entrañas y yo explotaba de placer. Se la saco y me empezó a comer el rabo todo lleno de leche que creí que me moría haciéndome correr por segunda vez o sacando los últimos resto que quedaba.
Mi cuerpo se movía alocadamente, del grado de éxtasis que habías llegado. El se reía, así amor, disfrutar, me decía. Mi culo palpitaba de placer y se movía buscando nuevamente su polla. Mi esfínter se contraía y se expandía intentando atrapar su polla. Amor ya me corrí, esto se bajo, pero no te preocupes te daré todo el placer que necesitas. Me cogió, y me introdujo sus dedos y empezó a follarme el culo también o mejor que con su polla. No se cuantos dedos me metió, pero notaba como me recorrían todas mis entrañas, como si le pertenecieran.
Creí, enloquecer, mi cuerpo de cintura para abajo no me obedecía, dabas espasmos de placer incontrolados que hacía que no fuera dueño de mi mismo. Así, así, me decía, eres mío. Seguro que si, al menos de cintura para abajo le pertenecía. Explote nuevamente y quede exhausto.
Tarde varios minutos en recuperarme. Mientras él había ido por dos nuevos cubatas. El tuyo, no lleva alcohol, no quiero que te pase nada por la carretera cuando te vayas, me dijo. Nos relajamos un poco y me comento que si que en lo de la edad se había quitado algunos. Que la gente tiene ciertos prejuicios y que por eso lo hizo. Le dije que no pasa nada. Que me había gustado, darle todo. Y qué tiempo al tiempo. El me dijo que no tardara mucho. Cogí el coche y me fui. Mientras iba conduciendo pensaba en todo lo que había pasando. Si la verdad, que en el fondo algo de mí ya le pertenecía a él para siempre.