Al final decicí subir
Un experimento en la tierra.
Al final decidí subir.
Tanto tiempo aquí abajo, tanto tiempo pasando calor, tanto tiempo escuchando lo que la gente me teme, al final uno lo quiere ver con sus propios ojos y notar con su propio cuerpo.
Barajé muchas posibilidades pero cada una de ellas me parecía mejor que la anterior, así que decidí, aprovechando mi poder, realizar mi experimento con todas las formas posibles.
Forma Original:
No duró mucho tiempo. Rojo, caliente, grande, peludo . Estas no son formas muy conocidas o aceptadas por los seres humanos, esos pobres animales que se asustan de todo lo que sea más grande que ellos.
Aparecí en un callejón, a media noche, donde solo había tres prostitutas, que nada más verme, comenzaron a gritar y a correr. No era lo planeado.
Solo alcé mi mano y las tres se detuvieron. Tres mujeres que se consumirían en mi mundo, no podían huir así de mi, de su futuro dueño.
Caminando hacía ellas, les pregunté porque huían de mi. Solo una de ellas, aterrorizada por no poder moverse, logró, entre sollozos, decirme que yo era un monstruo. Otra armándose de valor, adivinó quien era y gritando me dijo que yo era el mismísimo Diablo y comenzó a santiguarse. Esto me enfureció más aún.
¿Por qué me teméis si vosotras folláis solo como se hace en el infierno? Les pregunté
A lo que la tercera me respondió entre sollozos:
Porque, estamos en la tierra
Sonreí dándome cuenta de lo simple de sus mentes, de sus pensamientos.
En el fondo soy el señor de las tinieblas y no he venido a la tierra a discutir sobre temas morales.
Les ordene que se desnudaran. Me encantó hacerlo, puesto que eran conscientes de que estaban haciendo algo en contra de su voluntad, pero no podían negarse, los sollozos, pasaron a un llanto dulce como el de un niño con hambre. Las tres ya estaban desnudas completamente. No me importaban sus cuerpos, solo las iba a usar para copular con ellas, saber como es su calor aún vivas, saber como el ser humano es mientras peca.
Mi pene, comenzaba a crecer según mi mente se lo ordenaba, abrí las piernas y las ordené que se acercaran a tocarlo y a lamerlo. Con lágrimas en los ojos y con cara de disgusto, se acercaron a mi gran masa de carne roja. Solo una de ellas se atrevió a decir que tan grande era imposible hacer nada con ella. Decidí entonces que ella misma fuera la primera que lo probase.
Abrió la boca todo lo que pudo, pero solo llegaba a abarcar medio glande. Lamiendo, chupando lo que podía. Las otras dos comenzaron a lamer a los lados, con lágrimas en los ojos, pero con mucha pasión . Toda la que yo les ordenaba.
Los "por favor", los "basta ya", los "déjanos ir", pasaron a gemidos cuando se dieron cuenta de que polla estaban chupando, cuando se dieron cuenta de quien era yo.
Me recosté en el frío y húmedo suelo, y la primera trató de meterse mi polla por el coño, pero fue imposible, por más que las otras dos la ayudaban. Con mi mano, tome a una por la cintura y puse su coño encima de mi boca. Mi lengua larga y caliente hizo que se me corriera infinidad de veces encima de mi roja cara. Mientras las otras dos trataban, ya como locas, de meterse mi polla en sus coños, casi peleándose por ello.
Imposible Dijo una de ellas, ya cansada
Decidí que todas pasaran por mi boca. Las tendí en el suelo, desnudas y aprovechando mis lenguas, comencé a lamer sus goteantes coños . A la vez. Todas se corrieron, todas me pidieron más y todas me dijeron basta cuando los orgasmos las estaban empezando a matar.
Me puse en pie y las ordené que me la mamaran las tres hasta que me corriera. Así lo hicieron.
Lamiendo, chupando, pajeando, incluso mordiendo, lograron sacarme una gran, blanca y espesa corrida, esparcida por todos sus cuerpos.
Allí las dejé, tiradas en el suelo, recuperándose de su cliente más importante.
Pero no estaba contento. Abajo en mi palacio negro, sentía que el no poder poseer, el no poder sentir el miedo en las caras mientras follaba o violaba a alguna mujer u hombre, no estaría completo.
Decidí subir de nuevo con mi segundo plan.
Forma humana:
Aparecí en el mismo callejón, a la misma hora, en distinto día, con distinto cuerpo, elegí una apariencia que los humanos consideraban atractiva, algo así como moreno, ojos grandes, alto, elegante una farsa de hombre escondido detrás de un simple aspecto.
Salí del callejón. La ciudad era grande, llena de luces, llena de gente. Noté como algunas mujeres ya me miraban. Pensé lo irónico que era Dios, dando vista a los superficiales.
Ví muchas mujeres y hombres elegantes y hermosos en la puerta de un local, supuse que allí habría más como "yo".
Oscuro, calor, ruido, muchedumbre. Se parece levemente a mi hogar.
Entré, fijándome en toda la falsedad que desprendían. Fijándome como las mujeres me devoraban con la vista.
Gente bailando en medio de la sala. Me siento en un taburete cercano a la pista y contemplo como cuerpos sudorosos, se entremezclan. ¿Que les ocurre, que hacen que no comienzan a follar todos? Lo están deseando y no se atreven malditos remilgados.
Un leve chasquido de mis dedos . Y todos los hombres de la sala, comienzan a besar a las mujeres que tienen delante.
Otro leve chasquido y las mujeres les devuelven sus lenguas a los hombres.
Otro más y ellas bajan hasta poner su cabeza a la altura de las entrepiernas de ellos.
Otro más y ellos se sacan sus pollas.
Ahora si se parece más al infierno.
Frente a mi una fila de mujeres y hombres se agolpan para intentar chupármela. No les voy a defraudar y me la saco. Como lobos se lanzan sobre ella. Me encanta esto.
Noto cabezas entre mis piernas, hombres, mujeres, se pelean por un trozo de mi carne. Hago que crezca un poco más para tratar de saciarlos.
Un último chasquido y todos están desnudos. Follando, a cuatro patas, hombres follando a mujeres, mujeres follando a mujeres, hombres sodomizando a otros. No se ve suelo, solo hay cuerpos desnudos, atractivos . Follando.
Entre mis piernas ya no hay espacios, solo veo cabezas. Todas buscan lo mismo.
Me corro, con la misma potencia que con las tres putas. Casi ahogo a la muchacha que estaba chupándomela en ese momento, le entran arcadas. Se pelean entre todos por una gota de mi leche.
Solo se escucha la música, los cuerpos agotados se esparcen por todos los lados, desnudos, brillantes. Como estar en casa.
Pero sigo sin encontrar lo que he venido a buscar.
Salgo del local, me dirijo a otra calle. Veo otro lugar iluminado, con gente fuera, me acerco.
Son más jóvenes, mucho más jóvenes, trece años?, dieciséis? Jóvenes. Seguro que ellos si me complacen.
Me acerco y sin hablar, una de las chicas, con una minifalda demasiado corta, me pregunta si me he perdido. Decido no usar mis poderes aquí, voy a trabajar y a violar como hacen los hombres que acaban en mi reino.
Le digo que no, que vengo a tratar de follar con alguien joven. Las chicas se miran y se ríen a carcajadas. No me lo puedo creer, no salen asustadas, ni gritan. Una de ellas me dice que me busque a alguien de mi edad, las otras le ríen la gracia.
Le digo que me gustaría probar con ellas. Se vuelven a reír y me dicen que ellas tres me matarían si lo hiciera con todas a la vez. Ahora el que ríe soy yo.
Una de ellas, dice que sus padres no están en casa y que vayamos los cuatro a ver que podemos hacer.
Me aseguro que mi poder no esta actuando solo.
Llegamos a una casa, entramos y las tres chicas se sientan en el sofá. Me dejan de pie delante de ellas y me preguntan que que voy a hacer ahora.
Les digo que si las voy a follar, tanto si me dejan como si no. Que han llevado a un extraño a casa y que eso no lo hacen las niñas buenas.
Se vuelven a reír y noto como sus caras comienzan a turbarse.
Me desvisto completamente, mientras ellas me miran asombradas. Mi polla está dura ya y sus ojos me la devoran. Me acerco a ellas y la más desvergonzada me la empieza a pajear. Las otras dos la miran sorprendidas y esta les dice que es como lo hacen con sus amigos, solo que esta es más grande.
Se vuelven a reír las tres, y la segunda se la quita de la mano a su amiga y comienza a pajear.
Le digo que me la chupe, y me dice que no, que no sabe y que le da asco.
Es mi momento.
Chúpamela!!!!! - Le grito
Me mira asustada, mira a sus amigas, abre la boquita y se la mete, siento su inexperiencia en forma de dientes, no me importa, lo está haciendo bien y asustada, por fin siento el placer del mal. Comienza a chupar mejor, para y les dice a sus amigas que esta buena.
La tercera se anima y se la quita de su boca para llevársela ella a la suya, la limpia bien de saliva y comienza a tragar, muerde, lame, chupa, esta no esta asustada.
Me la saco de su boca y les digo que se desvistan. Lo dudan, tengo otra oportunidad para beber de su miedo.
Agarro a una por la cintura, la subo en el aire con facilidad y desgarro su camiseta y su falda, mientras grita y se resiste lo que su calentura le deja.
La vuelvo a soltar en el suelo, solo con el tanga y el sujetador. Les digo a las otras que se desnuden y lo hacen, ya bastante asustadas.
A la que acabo de dejar en el suelo, comienza a chupármela otra vez, y las otras dos ya están completamente desnudas. Les agarro las cabezas y obligo a las tres a que me la chupen a la vez. Así lo hacen y cada vez mejor.
Ordeno que se pongan a cuatro patas en el suelo, dudan pero obligo a una de ellas a hacerlo, las demás la imitan.
Comienzo sin remilgos a chupar y lamer los coñitos, con apenas pelo y alguno, para mi sorpresa, muy mojado. Voy trabajando uno tras otro, hasta que por sus gritos noto como se están corriendo casi a la vez.
Es hora de violarlas.
Me incorporo y les digo que voy a follarlas. Dos de ellas me miran aterrorizadas. La otra está más tranquila.
Me tumbo boca arriba y coloco a una de ellas sobre mi polla, no es virgen, no le duele y le gusta. Espero encontrármela en mi reino dentro de poco, será una gran esclava.
Las otras dos me las acerco a mi cabeza. Mientras las beso en la boca, les lamo los pequeños pechos y las masturbo con mis dedos.
La imagen es muy estimulante, dos chiquillas temerosas siendo masturbadas por mi, mientras la tercera me folla como una verdadera lolita.
Me reincorporo casi tirándolas en el suelo. Las pongo a cuatro patas a las tres y comienzo a follarlas así.
Sus gritos me demuestran que las dos asustadas son vírgenes, que la tercera es una verdadera ninfomanía y que me está gustando hacer esto, que por fin encuentro para que sirven los seres humanos.
Acabo corriéndome dentro de cada una, en tres corridas enormes. Creo que les he sacado varios orgasmos a las tres.
Me miran las tres, asustadas, tristes, no sabría describirlo.
¿Te veremos alguna vez más? Me pregunta la mas joven
Intento calmarme antes de matarlas a las tres, y respondo lo mas tranquilo posible.
Solo si dejáis que os lleve a mi casa
Las tres se miran, sonríen y se ponen en pie.
¿Está muy lejos? Dice la mayor
Sonrío y me acerco a ellas.
Las beso a las tres, una a una, matándolas con mi aliento, notando como se convulsionan y como dejan de respirar, como sus cuerpecitos se enfrían.
"Nos vemos en mi casa, pequeñas" Pienso
Dios tiene un muy duro trabajo que hacer aquí, pienso mientras llevo sus almas a mi casa, donde tendrán todo lo que quieran.