Al final consiguió doblegarme y hundirme (3/3)
Nuestra protagonista se ve asediada por su madre y posteriormente acepta voluntariamente entregarse a una cliente e incluso a la nueva gerente, todo ello tramado por su Jefa que, al final, consiguio lo que en principio era increible: doblegarla a sus caprichos sexuales.
Al final consiguió doblegarme y hundirme
Capitulo 3.- Al final soy utilizada por todas para complacerlas.
Llegué a casa alrededor de las seis… A las siete en punto llamaron a mi puerta.
"Mamá... ¿Qué estás haciendo aquí?"
"¿Por qué no estás en Chicago que es donde se supone que debes estar?", me preguntó.
"¿Cómo supiste eso?"
"Andy me llamó... Estaba preocupada por ti... ¿Qué pasó?... ¿Por qué no fuiste?... ¿Estás enferma?... Algo está mal?"
"No, nada de eso... Mira, mamá, no lo entiendes… De todos modos, simplemente no fui… Puede que pierda mi trabajo pero no quiero ir."
"No perderás tu trabajo, Julia… De hecho, le hice esa misma pregunta a Andy y ella me aseguró que sólo estaba preocupada por tu salud y tu seguridad... Dijo que te vería el próximo lunes cuando regresara... ¿Tienes algún problema con ella o algo así?”
-
"No quiero hablar de eso, mamá... ¿De acuerdo?... ¿Qué está pasando ahora?... ¿Eres tú ahora la amiga íntima de Andy?"
-
"No... Hoy hablé dos veces con ella y me parece una chica muy agradable... Escucha... No seas tan sarcástica conmigo… Si estáis teniendo un problema, estoy seguro de que tú y ella podéis hablarlo y tratar de resolverlo... No olvides que ella es tu jefa… Puede que haya algunas cosas de ella que no te gusten... Si me lo permites, puedes aprender a que te gusten, conmigo... Quién sabe… A veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan… No quieras perder un buen trabajo por eso", le insinuó claramente que sabía todo.
"Hablaré con ella cuando regrese… ¿Quieres un poco de café?”, le dije tratando de cambiar de tema.
"No, no quiero nada… Ah!, por cierto, Andy me contó sobre la costosa blusa de seda que te compró… Vamos a echarle un vistazo."
"¿La blusa de seda?... ¿La que le rogué que no me comprara, pero ella la compró de todos modos?… La tengo guardada."
"Enséñamela... Quiero verla."
"Estoy cansada, mamá... No quiero.”
-
"¿Cuánto tiempo puedes tardar en sacarla?... Quiero verla."
- "Está bien... Está bien… No sé por qué me compró esa maldita blusa… Le dije que no me la comprara."
Fui a mi habitación de huéspedes donde había puesto toda la ropa que la Sta Andrew me había comprado... No sabía en qué bolsa estaba, así que empecé a buscar.
Mi madre gritó desde la sala de estar.
- "Cuando la encuentres, póntela... Quiero ver cómo te queda."
Finalmente la encontré y me la puse.
Cuando entré en la sala de estar, mamá me habló con una voz temblorosa:
"Andy tenía razón... No puedes llevarla con sostén... Se ve ridículo... Quítate el sostén y veamos cómo se ve, entonces."
"Mamá, no voy a quitarme el sostén... ¿Qué demonios te ha entrado?... Esto se está poniendo raro."
"No lo entiendo... Lo hiciste para Andy… ¿No lo harás para mí?"
"Como supiste..."
"Ella me lo dijo... Me dijo que te probaste toda tu ropa nueva para ella".
"¿Qué más te dijo?"
"¿Por qué... ¿Había algo más que debería saber?"
"No... No... Sólo me lo preguntaba... Estoy muy sorprendida de que te hayas echado a perder con esta perra... Porque ella es una perra, créeme."
-
"Estas diciendo una cosa terrible de una mujer que ha sido muy buena contigo, Julia… No puedo creer que no estés agradecida."
"Vamos a dejarlo, mamá... No quiero hablar de ella... Estás segura de que no quieres tomar nada."
"No... Sólo quiero verte con esa blusa sin el sostén…. ¿Vas hacerlo para mí o no?
"Está bien… Ahora lo hago si eso es tan importante para ti."
Regresé a la habitación y me quité el sujetador… El contacto con la seda hizo que inmediatamente se pusieran erectos mis pezones… La blusa era muy sexy.
Cuando entré en la sala de estar me sentí avergonzada... La reacción de mi madre me sorprendió.
- "Dios mío... Esa blusa te sienta muy bien."
Continuó mirando fijamente hasta que me volví extremadamente consciente de mí misma, parada allí mientras mi madre me miraba sin perder ningún detalle.
-
"Tienes bonitas tetas, bebé", me dijo a la vez que alargaba su mano para tocármelas... Y yo retrocedí.
"No tienes que alejarte de mí, cariño... Soy tu madre... Ven aquí."
"¡Mamá!... ¿Qué te pasa?... Me estás asustando... Oooh… Nooo... ¿Qué te dijo esa perra?... No me mientas."
"Lo sé todo, Julia... Andy me contó todo... Y tengo que decirte que, durante un tiempo, estuve en shock... Luego me di cuenta de que me estaba calentando escuchando su historia… Pensé que iba a estallar… La imagen tuya de rodillas ante ella me excitaba."
Me quedé allí, congelada, mientras mi propia madre ahuecaba mi pecho y sus suaves manos acariciaban y pellizcaban mi pezón… Pude sentir esa necesidad familiar y tuve que luchar contra ella... ¡Esta era mi madre!
Retiró las manos y, con un rápido movimiento, se sacó el suéter por la cabeza y se quedó allí frente a mí, con los pechos desnudos… No llevaba sujetador… Yo jadeé y le dije:
- "Mamá... ¿Qué estás haciendo?... Yo no,... no entiendo,... qué seas ..."
Ella me cortó en seco... La vi levantarse uno de sus pechos y llevarlo hacia su propia boca… Sus labios rodearon su gran aureola oscura.
Estaba completamente estupefacta... Mis sienes, palpitaban… Mis rodillas me flojeaban... Retrocedió hasta el sofá, se sentó y separó las piernas para mostrarme una gran porción de sus muslos.
"¿Por qué no le haces a tu madre, lo que le hiciste a Andy, cariño?... Ven aquí y hazlo a tu mamá... ¿Vale, cielo?"
Corrí a mi habitación consumida de vergüenza, humillación y miedo... ¡¿Qué estaba pasando?... ¿Estaría cumpliendo alguna orden de Andy?’ , pensé… Me tiré sobre la cama sollozando.
No sé cuánto tiempo estuve allí... Oí la puerta abrirse y luego cerrarse… Noté el peso de su cuerpo estirándose detrás de mí… Sentí que sus brazos me envolvían y una mano ahuecando mi pecho... Me quedé completamente inmóvil.
La mano se movió de mi pecho hacia abajo, encontrando mi entrepierna, tratando de meter los dedos entre mis muslos… No sé por qué los separé ligeramente para dejar que los deslizara.
- "Oh Dios mío... ¿Me vas a joder?", le dije.
Mi propia madre comenzó a susurrarme en mi oído:
- "Eso es lo que quieres, no es así, mi bebé... Quieres a alguien que te folle… Siempre fuiste una zorra sumisa… Cuando eras más joven, en la escuela secundaria ya tenías esos labios tan carnosos… Por eso a menudo me preguntaba si los chicos preferían que les hicieras una mamada en lugar de follarte."
-
"Mamá, por favor."
Podía sentir los jugos que fluían de mi vagina, manchando la cama... Me di la vuelta y vi el coño de mi madre a centímetros de mi cara… Podía oler su sexo, su coño... Bajo hasta que mis labios tocaron sus bragas húmedas... Inhalé el olor y solté otro chorro de jugo de mi coño goteando en mis sábanas blancas.
"Eso es, niña ... deja que mamá disfrute con esa lengua caliente tuya. Mamá quiere correrse en boca de su hijita ... Eso es, chúpala… Así… Así… Eres muy buena lamiendo coños... Quiero correrme."
Puse mis labios alrededor de su gran clítoris... Moví mi lengua sobre su extremo sensible... Podía oírla gemir, casi delirantemente.
- "Oh Dios mío, voy a correrme... Maldita puta... Chúpale el coño a tu mamá... Arrrrgggggggg."
El sonido de sus gruñidos vulgares en sincronía con sus caderas empujando, golpearon mis labios, rompiéndolos y sacando sangre.
Estábamos realizando un indescriptible tabú pero nos deleitamos con el placer. La pierna de la madre, accidentalmente, tocó mi coño hinchado presionando mi clítoris y me abracé a ella como una perra hasta que me provocó un orgasmo tan intenso que casi me desmayé.
A los pocos segundos de correrme, el coño de mi madre me asfixiaba, haciéndome jadear en busca de aire… Sus jugos de coño fluyendo tan profusamente en mi boca que pensé que me ahogaría… Mi cuerpo estaba convulsionándose en éxtasis absoluto.
Mi cara estaba manchada con sus jugos pero me deslicé de la cama al suelo… Mi cuerpo todavía temblaba de un clímax incesante.
Finalmente, mi cuerpo se drenó, me levanté a un lado de la cama y me quedé mirando su cuerpo sin vida, profundamente dormido, con el pelo de su coño enmarañado por sus secreciones.
Me quedé allí sentada, mirándola, entristecida por la pérdida de nuestra relación madre-hija… Esto se había ido, sin duda, y lo que habríamos cambiado por lo que serían episodios ocasionales de placer corporal enfermo... ¿Y qué pasará cuando ella se vuelve vieja y repulsiva?... ¿Todavía querrá follarme? , pensé... De repente su vagina me estaba repugnando.
Me puse de pie y salí de la habitación tambaleándome... En la cocina me lavé la cara, frotando los jugos de las comisuras de la boca… Me limpié el coño varias veces… No dejaba de llorar... Entré en la sala de estar, mientras una corriente de flujo bajaba por mi pierna.
Me senté en el sofá... Mi mente trataba de explicarse todo lo que nos había pasado a mi madre y mi... Esa mujer cruel y arrogante, la señorita Andrew, lo había provocado sin duda alguna… ‘¿Cómo pudo haber cambiado nuestras vidas para siempre?... ¿Cómo hacíamos algo tan claramente antinatural y depravado? ’, me preguntaba.
Me acosté en el sofá y a los pocos minutos ya estaba dormida… Estaba demasiado cansada para pensar en cómo iba a enfrentar a mi madre por la mañana.
Me desperté con el olor del café… Mi madre estaba vestida, lista para irse... Su comportamiento sugería que el encuentro sexual que tuvimos anoche no le preocupaba en absoluto.
"Es hora de levantarse, Julia... Será mejor que te apresures o llegarás tarde al trabajo”, me dijo… Se inclinó y me besó en la frente... No se había bañado y el fuerte y penetrante olor a sexo apestaba a ella... O tal vez venia de mi.
"Mamá, tenemos que hablar... ¿No tienes dudas acerca de lo que pasó aquí anoche?... ¿No ves inmoral lo que hicimos?"
"No, Julia, no tengo ninguna duda… Eres una perra sexy y guarra, y cuando te miro a través de estos nuevos ojos, los ojos abiertos por Andy, quiero follarte... Y, desde que lo mencionaste, me entran de nuevo ganas de darte un buen polvo antes de irme."
Me di la vuelta en el sofá, enterrando mi cara en un cojín, cubriéndome las orejas con las manos... Esto era como una pesadilla.
Sentí su peso sobre mí y volví la cabeza… Mirando hacia arriba vi su falda levantada hasta la cintura y su entrepierna cubierta de bragas manchadas.
- "Mamá, déjame en paz... ¡Sal de aquí, ahora mismo!"
Ella me ignoró y de nuevo llevó su hinchado coño hacia mi boca.''
- "Mamá, no voy a... Podrías haberte bañado, Cristo."
Su coño amortiguó mi boca… No iba a ceder ante su voluntad ... No lo haría... Pero el débil calor en mis entrañas decía algo diferente. Mi lengua se movió, buscando un camino sin obstáculos a través del laberinto de su largo vello púbico negro... El sabor era agrio al principio, pero sabía que podía cambiar rápidamente... Siempre paso.
-
"Eso es lo que eres… Una maldita puta... Chupa el coño apestoso de tu madre... ¿Te gusta, no, nena?... Te encanta mi coño con olor a orina, ¿verdad?"
- "Mmmm... Sí, mamá... Fóllame... Fóllameeeeee."
Mis dedos encontraron mi clítoris y lo agité entre dos de mis dedos... Estaba disfrutando mucho... Iba a correrme otra vez mientras chupaba un sucio y vil coño... Chupaba el coño de mi madre.
Sentí su cuerpo endurecerse... Sus gruñidos incoherentes... Un pequeño chorro de orina... Y lo disfruté, tragando y queriendo más.
Ella se corrió una vez más, golpeando mi cara con su entrepierna... Gritaba mientras su orgasmo atormentaba su cuerpo, liberando una descarga cremosa en mi boca de tía cachonda.
Ella se bajó de mí y se arregló la falda, observándome mientras llegaba al orgasmo... Sus palabras resonaban en mi cerebro:
" Dulce perra perra... La próxima vez que vayas a limpiar el coño de tu madre, lo harás así de bien... ¿Cómo suena eso, cielo?”
Gemí sintiendo un placer increíble.
Ir a trabajar fue difícil, especialmente cuando no quería estar allí… Me encerré en mi oficina y permanecí allí todo el día… Alice me llamaba de vez en cuando para consultarme sobre algún cliente, pero aparte de eso, durante todo el día no tuve ningún contacto personal con nadie.
El viernes, me sentí un poco mejor conmigo misma… Alice estuvo fuera durante la mañana visitando clientes, así que me vi obligada a reunirme personalmente con los clientes que fueron al banco… Ella volvió eran alrededor de las 14 h.
Cuando entró por la puerta principal, a pesar de que tiene veintidós años, hoy juraría que tenía sólo quince... Y es que no iba vestida de banquera sino que llevaba
una nueva minifalda y calcetines blancos hasta la rodilla… Su pelo rubio largo le llegaba hasta la mitad de su espalda… La encontré realmente suculenta… Fantasías extrañas comenzaron a formularse en mi mente.
La observé mientras cruzaba el vestíbulo desapareciendo en el baño de mujeres... Dejé que mi mente viajase…
Qué pasaría si entrase en el baño sorprendiéndola sentada en el inodoro?
’, pensé.
Ella seguramente diría ... ‘¿Qué estás haciendo aquí, Julia?... ¿Y por qué miras mi coño?... Siempre supe que eras una zorra rara desde que vine a trabajar aquí… ¿Quieres lamérmelo, ¿no?, pedazo de puta?... Bueno, no te cortes y ven!’
‘Le susurraría... ‘Por favor, quiero comer tu coño suculento ... Tu dulce, coño virginal... Quiero que te corras en mi boca... Quiero lamer tu culo... Quiero complacerte… Quiero complacerte, mucho Alice.’
Ella se volvería realmente mandona conmigo... ‘Ponte de rodillas, perra antes de que te deje adorar mi bonito coño... Antes de que pruebes mi crema, mi dulce crema de vainilla, tengo algo de champán para ti.’
Colocaría mi cabeza entre sus cálidos muslos, llenaría mi nariz con su olor, rodearía su pequeña hendidura con mis labios... Y esperaría,... esperaría hasta que el chorro de su orina caliente llenara mi boca... Me lo tragaría lo más rápido que pudiera... Necesitaba beberlo todo... Sería tan cálido, enfermizo, pero de todos modos bebería hasta la última gota... Y luego ella escupiría en mi...’
-
"Julia... Julia."
-
"Oooh... Qué pasa"… Alice estaba parada frente a mí, tratando de llamar mi atención.
-
"Vaya, debiste haber tenido un sueño interesante... Me llamaste por mi nombre nombre tres veces.’
-
"Lo fue, y nunca lo podrías imaginar... De todos modos, qué es lo que quieres".
- "La Sta. Andrew está en la línea uno... Quiere hablar contigo."
No estaba preparada para esto… Se suponía que iba a volver el lunes... ¿Qué podría querer que no pudiera esperar hasta entonces?... Pensé que tendría todo el fin de semana para pensar qué quería decirle... Comencé a temblar... Mi coño estaba en llamas ... Pude sentir la humedad de mis bragas, resultado de mi ensueño.
Antes de descolgar el teléfono, esperé un momento para ver a Alice alejarse... Qué culo tan exquisito y apretado tenía... En todo el tiempo que la había conocido, ¿por qué me había dando cuenta?
-
"Hola, Sta. Andrew, soy Julia… ¿Cómo está?"
-
"Escucha Julia, no tengo mucho tiempo... Sé que le dije a Alice que regresaría el lunes próximo... Bueno, los planes han cambiado... No volveré hasta el lunes siguiente."
- "De acuerdo... ¿Hay algo de lo que quieras que me ocupe mientras estás fuera?... Todo está funcionando bastante bien en este momento pero si puedo ser de ayuda..."
-
"Es por eso que llamo… Una de nuestras sucursales de Chicago tiene una cliente muy rica ... A ella no le gusta volar, así que me pidió a alguien la llevase a Las Vegas… Le dije ella, ya que la carretera pasa por ahí, que se detenga y pase una hora más o menos contigo... ¿Entiendes?
-
"No sé... Qué debo hacer yo..."
La señorita Andrew me interrumpió.
- "Sabes exactamente a lo que me refiero, Julia... Encárgate de servirla en todo... Es una cliente muy importante… Y escucha, usa algo que la haga apreciar sus activos... ¿entiendes?
-
"Sí, señora... Entiendo lo que quiere decir."
-
"Bien, te veré una semana a partir del lunes… Dale un beso a tu madre de mi parte... ¿Sabes a qué me refiero, verdad?"
Mi cara seguramente debió haberse puesto roja como un tomate… ‘¡Mi madre le había contado lo sucedido entre nosotras!... ¿Cómo pudo ella decirle a una completo extraña que ha tenido relaciones sexuales con su propia hija? ’, pensé... En ese momento odiaba a mi madre.
El teléfono hizo clic... La señorita Andrew colgó sin más discusión... Después de absorber la esencia de nuestra conversación, finalmente me di cuenta... Me estaban tratando como una vulgar puta.
El fin de semana no comenzó bien… Tan pronto como llegué a casa del trabajo, mi teléfono comenzó a sonar... Deje que mi contestador respondiese... Era mi madre, queriendo juntarse de nuevo conmigo.
Ella me llamó cada treinta minutos durante tres horas, y finalmente se dio por vencida... Yo sabía lo que ella quería… En realidad, yo quería lo mismo, pero no con ella.
Fantaseé con Alice, lamiendo su culo limpio y recibiendo su orina en mi garganta, masturbándome… Perdí la cuenta de los orgasmos que tuve.
El domingo por la noche, fui al armario y saqué la ropa que la Sta. Andrew me había comprado… Ella me había ordenado que usara algo provocativo el martes, el día en que debía entretener a su amiga especial.
El lunes lo pasé mirando en Alice y me masturbé teniendo un orgasmo en la puerta de mi oficina a plena vista de ella... Me acerqué a su escritorio y me paré cerca de Alice… Ella me sonrió... Quise interpretar eso como interés aunque sabía que eso era una ilusión.
Ahora era muy consciente de lo mucho que necesitaba a la señorita Andrew, lo mucho que la deseaba… Sabía que no habría una conversación seria con ella cuando regresara… Simplemente me tiraría a sus pies y haría cualquier cosa que ella me ordenara hacer.
El martes, el día en que debía ‘ entretener ’ a una de las clientes más ricas del Banco... No me importaba, me había convertido en una puta para mi empleador… Mi mente se había vuelto tan absorbida por el placer sexual que mi juicio se había empañado... ¿Sexo normal?... Ya no sabía lo que era normal... No estaba cuestionando por qué el sexo depravado era tan gratificante... Sólo sabía que me humillaría por conseguirlo.
No sabía qué ponerme ese día… Finalmente decidí imitar a Alice... Cuando me miré en el espejo pude ver las similitudes aunque creo que mi atuendo subió el indicador de puta una muesca o dos.
Después del almuerzo, escuche el sonido de admiración que venía del área del vestíbulo... Fui a ver qué estaba pasando... Pude ver la gran limusina estacionada frente al banco.
A través de la puerta principal caminaba una mujer impresionante... Era alta, atlética, muy guapa... ¿Sería esta la mujer rica?
Ella caminó directamente hacia mí... Yo no sabía su nombre.
"Julia?"
"Sí, soy Julia."
"Soy Madison… Madison Tomson... Creo que Andy te llamó y te dijo algo, no?"
"Sí ... sí, lo hizo... ¿Quiere pasar a mi oficina?"
L
a llevé a la oficina de la señorita Andrew, la de los bonitos muebles y paredes insonorizadas…
Una vez dentro, todo se volvió incómodo para mí... No sabía qué decir… Y no dije nada.
La señorita Tomson se sentó en la silla de cuero grande y mullida, asegurándose de que una parte amplia de sus muslos estuvieran expuestos a mi vista.
-
"Le gustaría algo de beber, señorita Tomson... Vino, una bebida fría... Puedo conseguirle casi cualquier cosa."
- "No, no tengo tiempo para eso… ¿Te explicó Andy mi propósito al detenerme aquí en esta ciudad de caballos?, dijo bruscamente.
-
"Ella no fue muy clara... Si me dice lo que quiere..."
-
"Ven, Julia, ponte frente a mí"… Y yo fui rápidamente.
-
"Arrodíllate aquí delante de mí"
…
Mientras hablaba, separaba aún más sus piernas y su falda corta le subía a las caderas.
-
"¿Qué ves, Julia?... Aquí, entre mis piernas... ¿Qué ves?"
- “Veo que lleva unas preciosas braguitas color lavanda… Se ven caras", le respondí tartamudeando.
-
"¿Te gusta mirar mis bragas Julia?... ¿Te gusta mirar mi coño?"
-
"Sí," susurré.
- "Entiendo que eres una verdadera puta cuando se trata de comer coños… ¿Es eso correcto?... ¿Te gusta lamer el coño de una mujer?", dijo mientras
e
lla colocaba sus piernas sobre los dos brazos de la silla, mostrándome descaradamente la húmeda mancha que apareció en sus bragas y que iba creciendo por momentos.
Entrelazó sus dedos en mi pelo y me atrajo hacia ella... Coloqué mi cara tan cerca de su coño como pude, pero sin tocarla… Podía sentir el calor de su coño irradiar sobre mis labios mientras yo lentamente comencé a lamer sus bragas... Ella aceptó eso hasta que, haciendo a un lado su braga, forzó firmemente mi boca en sus labios vaginales.
Durante los primeros minutos fui consciente de lo que estaba haciendo… La lamí con todo el entusiasmo que pude... Mi coño estaba también humedeciéndose cada vez más mientras lamía su dulce coño
Ella tardó en emitir un gemido… Sus caderas comenzaron a ondularse lentamente mientras mi boca permaneció adherida a su encantadora abertura.
Cuando ambas manos se unieron a la parte de atrás de mi cabeza, supe que la estaba complaciendo... El empuje hacia arriba de sus caderas fuertes y atléticas se hizo más pronunciado… Finalmente, el golpe de mis labios se volvió tan severo, el dolor se disparó a través de mi mandíbula... No me importaba... Quería que ella me hiciera daño... El dolor solo aumentaba mi placer.
El gruñido vino desde lo más profundo de su garganta... Todo su cuerpo reaccionó a los espasmos placenteros que mi lengua le trajo...
Y luego se corrió... La lamí vigorosamente, haciendo todo lo posible para evitar que la cantidad de jugos espesos que tiraba gotearan sobre el asiento de cuero.
Con su orgasmo, su cuerpo se puso rígido y finalmente colapsó hacia atrás en el sillón de piel... Sentí total euforia... Estaba segura de haberla complacido.
Ella me empujó hacia atrás y caí al suelo de culo... Vi como metió la mano en su bolso y sacó un cigarrillo… Rápidamente me arrastré para encontrarle un cenicero.
-
"Andy estaba en lo cierto... Como chupadora de coño, eres única... Aunque las hay mejores, nunca he tenido a ninguna tan apasionada como tú... Fue un tremendo orgasmo el que me diste... Me encantó."
-
"Gracias, señorita Tomson ... Me alegra poder satisfacerle… Si lo desea, podemos hacerlo de nuevo... Incluso puede,... ya sabe,... hacerme otras cosas si lo desea... Yo haré cualquier cosa que me pida."
-
"Hay algo más que me gustaría hacer... Es mi especialidad lo que podría decirse... Y Andy me dijo que necesitas experimentarlo... Así que, en un momento, tan pronto como yo termine este cigarrillo, voy a hacerle un favor a Andy.
No podía imaginar de qué estaba hablando... Me quedé allí en silencio, como una puta buena y sumisa, esperando sus órdenes.
Cuando apagó el cigarrillo, me ordenó que me diera la vuelta y pusiera la parte delantera de mi cuerpo sobre el gran escritorio... Yo obedecí… Todavía era un misterio para mí... No podía imaginarla lamiendo mi coño... A menos que eso fuera algo que le gustara.
Podía escucharla detrás de mí, haciendo algo... Me sentí avergonzada por los jugos que corrían por mi pierna... No quería ofenderla.
Sentí algo entre mis labios vaginales… Todavía no sabía lo que estaba pasando… De repente me di cuenta... Era un consolador… Ella me iba a joder… Había pasado tanto tiempo desde que me jodieron... Separé mis piernas para permitir su entrada... Y noté cómo aumentó la presión de la cabeza de goma bulbosa entre mis labios vaginales.
Más presión de nuevo... Mi coño estaba tan mojado y tan receptivo que no sabía por qué no se deslizaba hacia adentro... Me enteré cuando por fin me metió la cabeza del consolador... Grité de dolor.
- "Ooooh, Dios, señorita Tomson… Es demasiado grande… Lo siento… No puedo meterme esto... Me duele mucho."
Ella no hizo caso de mis gemidos.
-
"AAAAAAGGGGGGGG," grité en agonía mientras tenía casi la mitad del consolador metido en mi coño.
- "Ooooh… Nooooo, por favor,... señorita Tomson... Duele... Duele mucho... Por favor…. Aaaaah… Aaaah!!"
-
"Deja de quejarte, maldito coño... Voy a metértelo todo... Luego estarás rogando que te lo meta hasta el tope… Piensa en el coño de Andy goteando en tu boca… Piensa en esos labios hinchados, escupiendo ese jugo de leche, en tu adorable boca de coño y así te calentarás más", me dijo.
Dejo escapar un fuerte gemido cuando enterró en mí, la polla de goma hasta la empuñadura… Me dejó sin aliento… Mi coño fue estirado al máximo de su capacidad… De eso estoy segura… Tuve suerte de que no me abriera de par en par.
Ella me jodió sin piedad, gruñendo con cada golpe de polla... Podía sentirlo muy arriba en mi vientre... Placeres repentinos comenzaron a dispararse en mí... Estaba muy llena y de repente quería más.
-
"Dios mío, qué bueno... Por favor, más profundo, por favor... Destroza mi coño, Señora… Clávamelo más profundo."
Ella sintió que estaba a punto de correrme y sus golpes de polla se hicieron más rápidos, empujando la enorme polla en mí como si estuviera enloquecida.
-
"Oh, mierda... Me voy a correr... Sigue golpeándome... Estoy muy cerca... Así… Así… AGGGGGHHHHHHHHHHHHG"... Y me corrí.
Mis labios vaginales se contrajeron, adhiriéndome a la hermosa polla de goma... Quería mantenerla dentro de mí para siempre... Mi cuerpo temblaba incontrolablemente... Todo mi cuerpo estaba consumido de absoluto placer... Fue entonces cuando me sentí desmayada.
Cuando desperté, ella estaba sacando la enorme polla de mí… Podía sentir los jugos de semen saliendo de mi coño... Mi cuerpo seguía temblando por la sobrecarga de placer que había experimentado... El orgasmo fue brutal... Quisiera que nunca se detuviera.
Mientras yacía sobre el escritorio, cansada de moverme, la Sta. Tomson me besó en la mejilla… Escuché a la Sta. Tomson decirme:
- "Me gustaría verte otra vez, cariño... Tal vez podamos repetir esto de nuevo en algún momento… Dale un beso a Andy de mí parte... Y no te olvides de decirle que te jodí bien jodida... Ella se mostró inflexible sobre eso... Quería que lo hicieras… Que experimentases lo que ser una buena puta… ¿De acuerdo?
Y luego ella se fue… Me deslicé por el escritorio y me dejé caer en la silla más cercana… Me dolía todo el cuerpo... De alguna manera me sentí satisfecha... Por primera vez en una semana estaba saciada sexualmente.
Miré mi reloj y eran las 5 de la tarde… Sentí alivio porque todos se habrían ido… No tendría que arreglarme y podría irme a mi auto e irme a casa... Estaba anticipando buenas noches de sueño.
A la tarde siguiente, Alice recibió una llamada telefónica de la oficina central... Ella se iba a Chicago para estar de jueves a domingo… Una punzada de celos me obligó a averiguar si se estaba quedando en el apartamento de la señorita Andrew… Así que me atreví a preguntarle dónde se alojaría... Ella me dijo que tenía reservada una habitación en el mismo hotel en el que me iba a alojar cuando no quise ir.
Para mí, el resto de la semana transcurrió sin incidentes… Seguí masturbándome a un ritmo demasiado frecuente.
El sábado por la tarde finalmente decidí llamar a mi madre... No me contestó... Después de varias horas comencé a preocuparme… Fui a su casa, pero antes de llegar a su puerta, su vecina me dijo que se había ido a Chicago hace varios días a visitar a una amiga.
Entré en la casa, saqué una pepsi de la nevera y me dejé caer frente al televisor… Algo estaba pasando... Todos querían ir a Chicago, menos yo… Mi madre no conocía a nadie en la ciudad, seguramente debe estar visitando a Andy... Pero ¿por qué mi madre?
Noté la luz parpadeante en su contestador automático... Curiosamente, apreté el botón para escuchar sus mensajes.
"Hola, soy Andy... Estoy libre la mayor parte de la semana. ¿Por qué no coges el coche y te vienes?... Sabes la dirección de mi apartamento... Deja tu sostén en casa... Tengo un bonito y sedoso regalo para ti… Llámame si no puedes hacerlo… De lo contrario te estaré esperando."
Me puse lívida... De repente me sentí terriblemente sola… Sola y rechazada... Por un momento me olvidé del sexo, de toda mi sórdida vida... Me quedé en medio de la sala de estar y lloré, lloré por mi antigua vida y por mi mamá.
El lunes por la mañana llegué al trabajo tarde... Estaba extremadamente tensa por ver a la señorita Andrew... No vi a Alice por ninguna parte, así que después de revisar mi correo, golpeé suavemente la puerta de la señorita Andrew... Alguien respondió "entra"… Cuando entré me sorprendió Alice, sentada detrás del escritorio de la señorita Andrew.
- "¿Qué estás haciendo aquí, Alice?... ¿Dónde está la señorita Andrew?"
-
"Ella ya no está trabajando en esta sucursal, Julia… Se queda en la oficina central."
"¿Qué?... Ella te dijo eso… ¡No me ha llamado!... ¿Qué diablos está pasando?... ¿Te pidió que limpiaras su escritorio?"
"No, ahora es mi escritorio, Julia… Soy la nueva Gerente... Me promovieron… Es increíble… Casi me triplicaron mi salario... incluso me dieron el uso de un apartamento en Chicago."
Podía sentir las lágrimas en mis ojos.
- "Escucha, Julia, me dijeron que podría mantenerte como mi asistente... Así que, si aceptas, trabajarás directamente para mí... Naturalmente, tu salario se ajustará... Andy dijo que te ofreciera lo que cobrabas antes... ¿No hay problema con eso, verdad, Julia?... Tendrás un recorte salarial, pero, como me ordenó la Sta. Andrew, obedeciéndome y haciendo lo que te pida… Ya sabes a lo que me refiero."
Regresé corriendo a mi oficina y llamé a Chicago… Cinco veces llamé durante la siguiente hora… La señorita Andrew no quiso atender a mis llamadas... Cuando la Srta. Tomson estuvo aquí y dijo que la Srta. Andrew quería que me jodiera, ese era el mensaje… Desobedecí y su respuesta fue clara: ‘ Vete a la mierda .’
Ella era tan cruel como yo nunca creía que podía ser... La puerta de mi oficina se abrió… Alice asomó la cabeza por un momento y me preguntó:
"Bueno, ¿te quedas o no?, Julia... Necesito saberlo."
"Sí."
-
"¿Si, que?"
-
"Sí, señora."
-
"Oh, casi lo olvidé... Adivina con quién me veo en Chicago… Con tu madre… Lleva una blusa muy bonita… Escucha, tu madre tiene un pecho que... bueno, ya sabes a qué me refiero… Quedé muy sorprendida de verla allí, especialmente con la joven –ya sabes quien- que estaba colgando sobre ella… ¿Quién lo habría adivinado, eh?... tu madre.”
Mi cuerpo y mi mente estaban completamente adormecidos… Me senté en mi escritorio durante las siguientes dos horas, sin poder moverme... Y, por primera vez en toda la mañana, sonó mi teléfono interior.
"Hola", le contesté.
"Julia, soy yo, Alice… Sólo para que sepas… Voy a ir al baño... Ven."
Esperé un par de minutos... Finalmente, salí de mi despacho y por el pasillo llegué al baño… Entré y luego, cerré la puerta.
-
"¿Qué estás haciendo aquí, Julia?... ¿Y por qué estás mirando mi coño?... Desde que vine a trabajar aquí, me di cuenta de que eras una zorra… Quieres lamer mi coño, ¿verdad, pedazo de mierda?
"Sí… Por favor, quiero comer tu coño suculento,... tu dulce, coño... Quiero que te corras en mi boca... Lamer tu culo... Quiero complacerte… Quiero complacerte mucho, Alice", le respondí.
"Ponte de rodillas, perra... Pero antes de que te deje adorar mi bonito coño... Antes de que pruebes mi crema,... mi dulce crema de vainilla, tengo algo de champán para ti."
Coloqué mi cabeza entre sus cálidos muslos, respirando profundamente, rodeando su pequeña rendija con mis labios, esperando... El chorro de su orina caliente llenó mi boca… Trago lo más rápido que puedo... Necesito beberlo todo... Estaba muy caliente y tragué hasta la última gota. Y luego ella escupió un gargajo en mi boca cachonda.
Y luego dicen que las fantasías no se hacen realidad.
F I N
Tras un tiempo sin saber nada de la Sta. Andrew, un día sonó el teléfono de mi despacho y escuché su voz.
- Julia, creo que has aprendido la lección… Así que te espero el jueves en mi casa”… Y colgó sin darme tiempo a responderle.
Lo que sucedió a continuación, lo dejo abierto a las muchas sugerencias que me pueden dar mis lectores.