Al fin estamos solos.
Primera vez de una joven pareja.
Al fin estamos solos, la puerta está cerrada, tras ella dos personas, dos amigos, dos amantes, dos complices…
Las miradas dicen mucho de las personas, con tan solo una mirada ella era capaz de llevarme del cielo al infierno, de alegrarme o destrozarme.
Aquí nos encontrábamos los dos, en tu habitación, tal y como habíamos planeado anteriormente.
Es nuestra primera vez juntos, y se respiran nervios en el ambiente, te sientas en la cama, me mandas que me siente a tu lado, tímidamente, nos empezamos a besar.
Llevo esa camisa que tanto te gusta, especial para esta noche, tu hoy vas sencilla, pero guapa, muy guapa, esa blusa te queda bien, aunque realmente siempre me a dado igual lo que te pongas, nunca tengo ojos para mirar a otras desde que te conocí.
Tras el primer beso de esa noche, los nervios desaparecen, es el momento de fundirnos en uno solo, con mis manos, empiezo a acariciarte la cara, te vuelvo a besar, nos tumbamos sobre la cama.
Me empiezas a desabrochar la camisa, y a acariciar mi cuerpo, te levanto un poquito el tuyo, y hago lo mismo, nuestros cuerpos son solo separados por un sujetador, con una mano, te lo desabrocho, te sorprende, y me miras pícaramente, me sale una sonrisilla, es el momento de ponerse a jugar.
Vuelvo a recostarte sobre la cama, sin dejar de besarte, mi mano derecha va bajando lentamente hacia tus piernas, acariciando, y disfrutando, cada centímetro de tu cuerpo.
El llegar al borde del pantalón, me detengo, lo desabrocho con suavidad y empiezo a meter la mano, rozando con los dedos por encima de tu ropa interior, despacito… Los gemidos empiezan a fluir mientras nos besamos, pero hay algo que te quiero hacer, no puedo parar aquí.
Dejo de besarte, me incorporo, te quito esos zapatos que te has puesto para mi, y empiezo a bajarte el pantalón, dejándote solo con el culotte, hoy parece que venias a por mi, llevas todo lo que me vuelve loco, no obstante, también te lo quito, no es necesaria mas excitación que la de tenerte, una vez quedas desnuda frente a mi, meto la cabeza entre tus piernas, y empiezo a jugar, de arriba a abajo, haciendo círculos con la lengua...
Siento como aumenta tu respiración...
Me separo un momento, te muerdo las piernas y pienso, ¿Meter un dedito...o dos? Mmmmm…solo la idea me vuelve loco.
Seguiría entre tus piernas, me metería tu clítoris en la boca, y lo cerraría con los labios, dentro de ella, estaría solo contra mi lengua
Los haría pelear, mientras los dedos siguen buscando ese puntito tan deseado, entran, salen, entran...
Poco a poco, a mi se me va poniendo dura, pero aun no es mi turno, me levantaría un momento, pondría mi mano izquierda un poco mas arriba de donde empieza tu rajita, presionaría hacia abajo, y con los dedos que tengo dentro hacia arriba.
Una vez con eso, la lengua volvería al ataque, un segundo asalto.
Notando, como te vas mojando mas y mas, sin parar, cogería otro dedito, y empezaría a rozarte el ano...separaría un momento mis labios, y te sonreiría, me miras, sabes lo que quiero, me sonríes, y vuelves a cerrar los ojos, me das tu aprobación
Ya con mis manos y mi boca ocupadas, no nos queda mas que conseguir el primer orgasmo, sentir como tu piel se eriza, con las manos agarras las sabanas, y los dedos de los pies se encogen mientras dura ese momento de placer.
Estamos disfrutando con ello, pero ahora me toca a mi.
Te levantas, fuertemente, quieres devolvérmela, esto no puede quedar así, me empujas contra la pared, quedo sentado
Te abalanzas contra mi me besas en la boca, y tus manos buscan como agarrarme el pene, me desabrochas el pantalón, y antes de que pueda pestañear, me quitas los pantalones y la ropa interior.
Cuando la tienes en tus manos, te separas un momento, me sonríes mientras te muerdes el labio, esta grande, esta dura, esta así por ti.
Me tiembla el cuerpo, quiero que empieces ya, me haces sufrir.
Empiezas a darme besos en el cuerpo, deseo que bajes, y vas bajando, muy lentamente. Juegas por mi cuello, esta a tu merced.
Me das mordisquitos, notas con cada mordisco como se endurece un poquito mas.
Ya no puedo aguantar, te lo pido por favor, pero soy tu rehén, no puedo hacer nada.
Sigues bajando, notas que mis pezones, aunque pequeños están muy duros, y mas cuando haces círculos con la lengua sobre ellos.
Mientras sigues bajando, con la otra mano, me arañas la pierna, levemente, algo que no llega al dolor, pero llama la atención de "eh, estoy aquí, ahora mando yo"
Y por fin, yo pensando que a llegado el momento, me vuelves a hacer sufrir una vez mas con tu lengua, poniéndola en la punta, bajas hacia abajo, por fuera, te mataría ahora mismo, no puedo pensar en otra cosa que tenerla dentro de tu boca. Eso lo sabes, y te gusta, te encanta que te desee.
Llegas hasta los huevos, con tu mano derecha, no sueltas mi pene, con la izquierda, empiezas a tocarlos, masajeándolos suavemente.
Por favor, mátame.
Y por fin, me miras a los ojos, me vuelves a sonreír, yo tengo cara de suplicarte que lo hagas ya.
Pones los labios...y para adentro
Imaginándome que empezarías despacio me sorprendes haciéndolo como si fuese algo que deseases desde hace años y no pudieras, mi cuerpo se estremece, no me lo esperaba
Tu mano derecha y tu boca, suben a la vez, ahora soy yo quien agarra las sabanas.
Te la sacas, me la dejas llena de saliva, sabes que me gusta, y tu boca, también babada, te abalanzas a mi, me besas, un beso guarro, lascivo, que ambos queríamos.
Ahora mismo soy un muñeco, podrías usarme para lo que quisieras, y eso te encanta, mientras nos besamos, me sigues masturbando, intento con mis manos llegar a tu entrepierna, me apartas, me miras:
"Ahora estoy yo"
Vuelves a bajar, esta vez mas despacio, te la sacas de la boca, y vuelves a jugar con la lengua, como al principio.
Esta vez al llegar abajo, te los metes en la boca, me vuelves a mirar, tengo los ojos cerrados, es demasiado para mi.
Levemente, se escucha en la habitación un "cari..."
Es todo lo que mi cuerpo, en un ultimo golpe, puede hacer, sabes que estoy a puntito de correrme y te paras, no vas a dejar q me corra en tu boca, hoy no.
Siguiendo sentado, te pones encima mía, esta tan mojado todo, que entra a la primera, sentirte es una sensación inimaginable.
Me rodeas con tus brazos el cuello, y yo con mis manos te agarro las caderas, nos besamos, empiezas a subir y a bajar, lentamente.
No tenemos prisa
Solo estamos tu, y yo.
El mundo se a parado.
Dejandonos disfrutar.
Te aparto la cabeza, dejando el cuello desprotegido, lo muerdo, sin dejar marca, algo entre mordisco y cosquillas, todo lo que hagamos hoy nos va a gustar.
Te deseo, me deseas, ambos lo sabemos.
Empiezas a gemir, algo mas fuerte de lo normal sabiendo de sobra que me encanta escuchar eso, pero aun no puedo correrme.
Hago fuerza con las piernas y la espalda, te tumbo contra la cama, la postura del misionero, tan mítica en el sexo, a la par que placentera, ahora vuelves a ser mía.
Me pongo de rodillas y mientras estas boca arriba te agarro los pechos, esta vez si, con algo de fuerza. No lo puedo evitar.
No hemos parado de movernos desde q entre en ti y eso se está notando, sabes que me queda poco pero tenemos q llegar los dos.
Durante unos segundos, sin parar, me pongo frente a ti, con los brazos estirados uno a cada lado tuyo, apoyándome en el colchón
Por mi forma de respirar, sabes que casi llego, dándote cuenta, de que también te falta poco.
"Bésame" salen de tus labios
Me acerco a ellos, quien soy yo, para negarme? Nos empezamos a besar.
Aumento un poco, levemente, la intensidad con la q muevo mis caderas, porque llega el momento
Te abrazo, me abrazas.
Notas como fluye por dentro de ti, y yo del mismo modo, noto como se contrae todo tu espacio sobre mi.
Nos abrazamos mas fuerte aun, no hemos parado de besarnos.
Abrimos los ojos, nos miramos
Me sonríes, te sonrío.
Somos uno, te quiero.