Al este del meridiano de greenwich 4

Sus ojos se pusieron brillantes, me abrazo por la cintura, rozo sus labios con los míos, apoyo su cabeza en mi pecho, y me dijo con su voz embargada de emoción, te prometo esforzarme todo lo posible por tener una relación contigo, acaricie su pelo y note como se estremecía

Dios como lo había deseado, me recorrió una sacudida enorme de la cabeza a los pies, quedando alojada en mi vientre, con unas pulsaciones que no se querían marchar.

La ceñí por la cintura,  pase  mi otra mano por su estilizado cuello, recorrí sus labios con mi lengua, note que habría su boca ligeramente y suspiraba. Estábamos recostadas sobre esa especie de cama que había construido Mar con esos soportes de madera para paletizar, en verdad nadie lo diría era un mueble alucinante y súper cómodo.

Por fin empuje mi lengua dentro de su boca, su lengua se reunió con la mía, en una maravillosa danza erótica como no sentí nunca igual.

Mar me hecho los brazos alrededor del  cuello, apretó su abrazo haciendo el beso muchísimo mas profundo,  sensual, absolutamente carnal. Nos levantamos y me dijo, quítate los zapatos al principio no entendí que pretendía Al ver mi cara de desconcierto me dijo.  - Adriana cielo llevas no se sabe cuantos cm de tacón, yo voy descalza y además me sacas 10 cm…sonreí ¿Qué complejos?

Se apartó  un poco, me miro con sus preciosos ojos de ese profundo color avellana, tenía la respiración rápida y entrecortada,  la mirada nublada por el deseo y algo de miedo. No cielo es que quiero hacer algo, déjame tus zapatos…

Acerco sus labios suaves y tiernos,  ahora rojos y  un tanto hinchados,  a mi oído y me dijo no sabes lo que te he añorado. Se puso los zapatos, de que te ríes Adri, ahora somos de la misma altura. Eso era lo que pretendía.

¿Si  porque? Para poder hacer esto –Me agarro por la cintura, metió sus dedos entre mi cabello mi inclino hacia atrás y me dio el beso más alucinante de mi vida, mordió suavemente mi labio inferior succionándolo fuertemente, acariciaba mis dientes con su lengua, dulce y calidad el beso se fue haciendo más profundo y erótico, bajo por mi mejilla acariciándomela con sus labios, pasando su lengua por mi cuello me soplo y siguió su camino con la lengua y los dientes por mi clavícula y hombro. Estaba al borde de correrme lance un fuerte gemido.

Tuve un momento de lucidez o tal vez no quien sabe. Mar por favor si seguimos aquí no voy a poder parar  y terminare, haciéndote el amor aquí mismo preciosa – ¿Y no tengo claro si estas preparada? por mi parte hace tiempo que estoy más que preparada.

Sé que nunca quieres dormir en mi cama Adri, pero esta noche quédate conmigo. No planearemos nada, dejemos que todo  fluya por si solo. Me encantara dormir y despertar junto a ti, pero no se si me podre contener.

Pues no te contengas yo te marcare mis limites.

Esto con su preciosa voz sexi arrastrando las eses con ese ligero acento valenciano, que recordaba ha mi idioma materno el Italiano.

Mar me tomo de su mano y  me llevo hacia su casa.  ¿Cariño te quedaras a pasar el fin de semana?  ¿Quieres que me quede? Siii…pues deseo cumplido. –Regresamos hacia la casa, con nuestras manos entrelazadas.

Se detuvo antes de entrar, y me pregunto  ¿Sabes donde te metes? No quiero hacerte sufrir, a demás te aviso que vas ha dormir de pena.

Tendrás que ser paciente conmigo, no se si… si seré capaz de darte lo que necesitas me dijo, puse mi dedo índice sobre sus labios sshh,  ya no soy una niña, tengo casi 34 años, se lo que quiero, te quiero a ti y no me importa arriesgarme por ti.

Quiero estar contigo quiero conquistarte, cuidarte, amarte hasta que seas mía, y esperare lo que sea necesario hasta conseguirlo.

Sus ojos se pusieron brillantes, me abrazo por la cintura, rozo sus labios con los míos, apoyo su cabeza en mi pecho, y me dijo con su voz embargada de emoción, te prometo esforzarme todo lo posible por tener una relación contigo, acaricie su pelo y note como se estremecía.

Cuando entre con Adriana en casa, la comida estaba en la mesa, Meritxell al vernos las caras se emociono, nos abrazó y dijo a Fabricio sube una botella de  L` Ermita, de la cava amor, que ahora nuestras hermanas son de los dos ja  ja  ja… Comimos solomillo de ternera al foei de pato, en salsa de reducción de un magnifico Pedro Ximenez mi plato de carne favorito, que mi bicho me había preparado pues sabia que venia de Tokio hasta las narices de Shusi y Sashimi,  además kFC es mentira no es go.

Tuvimos una sobremesa muy agradable, Fabricio encendió la chimenea que por cierto era uno de mis diseños, el tiro colgaba del techo, por lo tanto abajo tenia la base del hogar quedando el fuego a la vista por todos,  lados podías ver ha todos los presentes en la sala.

Estábamos recostados en el sofá de La sala, que es  enorme de cuero claro, en forma de “U” En un lado  Adriana conmigo dormidita entre mis piernas, con su perfecta cabecita en mi abdomen, le acariciaba su cabello y de vez en cuando suspiraba, la verdad es que  estábamos muy cansadas.

Y después de comer, beber y excedernos con los postres al calor de la chimenea cualquiera aguantaba.

Del otro lado Fabricio y mi bicho estaban igual, pero los dos dormidos, estoy intentando no dormir para acabar de una vez con el desfase horario, no se si lo conseguiré, guau que día más “PERFECTO”. –Las personas que más amo, durmiendo bajo mi techo…Puede haber algo más maravilloso o mejor en el mundo.

Me levante y decidí bajar a mi leonera en donde trabajo y tengo mis cosas de dibujo, pintura y demás aficiones. La escalera diseño de Fabri es impresionante, toda de cristal con un cuerpo central por el que entra luz natural, es redonda como si fuera de caracol pero sin tener los escalones disminuidos parece una escultura. En esta parte del  sótano esta mi estudio, un baño, el gimnasio y la cava escavada en la roca, abovedada de tres metros de ancho por cinco de largo y surtidita de buenos vinos.

Me puse a trabajar, perdí la noción del tiempo, estaba tan entretenida dibujando, cuando me estrecharon desde atrás, poniendo su barbilla en mi hombro, fantástico respire su perfume y me di la vuelta entre sus brazos, me beso. Mar cariño esto es impresionante, se inclino en la mesa de dibujo de una dimensiones enormes que yo misma había diseñado y construido y se quedo sin palabras… ¿Pero en que momento has hecho esto? con los ojos como platos. Me sonroje un poco y dije con doble sentido, pues era el titulo de la acuarela. “Mientras dormías”  Bella durmiente.  ¿Te gusta? Que pregunta, es fabulosa muy buena,  si tanto te gusta - ¿Prefieres que la cuelgue en mi habitación o que te la regale? Podemos colgarla en el tuyo. Yo podría ir a colocarla y ver que tal queda…sexi

¿Quieres ver mi estudio? –Por supuesto. Mira cariño y me fue enseñando, era una sala diáfana y luminosa las paredes interiores, revestidas de ladrillos de adobe en un tono beige claro. Es una sala de unos  150mts. Rectangular con diferentes sitios de trabajo, esculturas por un lado, diferentes trabajos en madera al  fondo una pared de mono capa blanco muy pulido, donde había colgados oleos y acuarelas en esos soportes que se usan en las galerías.

Cerca de su mesa de dibujo hay una zona de estar, con una nevera con armarito en el que habían vasos y  otros utensilios de cocina, una pequeña maquina de hielo y sobre una alfombra de una lana suavísima, un gran y espléndido sofá estilo Barcelona en piel blanco. El suelo de una atoba rustica terracota también era espectacular. Nos tomamos unas copas, yo un gimtonic con mucho hielo y lima exprimido de ginebra Bombay sapphire, y Mar igual pero nordic  y hendricks.  Ven vamos Adri te enseñare algo.

Mar me dio la mano y nos acercamos  a la pared toco un panel de mandos domótizados, apretó unos botones, e voila unos paneles empezaron a desplazarse dejando a la vista una enorme pared  de cristal por donde el sótano prácticamente colgaba en un valle… iluminado en ese momento por la luna llena. ¿Te gusta Adriana? Claro cariño, con mirada sorprendida, no tengo palabras.

Enredo sus manos en mi cabello y besándome  apago las luces y con ese reflejo lunar que resultaba incorpóreo, nos besábamos  y acariciamos nuestros cuerpos, mientras nos desnudábamos, poco a poco iba  deslizando su pantalón, mientras acariciaba y besaba sus muslos, le ayude a sacar su camisetita y chupe sus pezones por encima del sujetador de encaje blanco me deshice de esa prenda e hice lo mismo con sus mini short acariciando por donde pasaba  lentamente con pasión y a la vez con devoción. Desnudas al fin una frente a la otra, decidí tomar la iniciativa besando su  cuello mordiéndolo al igual que su mandíbula, su lóbulo de la oreja, a la vez que agarraba su pecho en mis manos, acariciaba al principio tímidamente, después subiendo en intensidad y maestría. Pellizcando sus pezones pequeños, suaves, rosaditos...

Que eran Súper  cálidos y sabrosos. Mar jadeaba, arqueaba su cuerpo hacia mi boca, entre sus piernas brillaba la humedad con la luz del plenilunio. Fui bajando besando sus abdominales, arrastrando mis manos por sus costados, pasándolas por detrás de sus caderas hasta posarlas sobre sus preciosas nalgas, redonditas muy duras por el ejercicio. Ella me tiraba del pelo atrayéndome hacia su centro, que toque con manos temblorosas descubriendo su intimidad, acaricie con la nariz su clítoris, pego un pequeño grito Adriana por favor…mientras temblaba y jadeaba más fuerte. – Con mi lengua empecé a trazar círculos, elipses, por su clítoris, la entrada de su vagina, sus labios mayores el pubis, que lo llevaba depilado integral, su olor y sabor dios me estaban volviendo loca, fuera de mi. Yo no me podía controlar,  necesitaba hacerla mía.

Adriana en cuatro años, no digas nada cariño lo se, no te preocupes, te quiero, yo tampoco he estado con nadie desde que te conocí.  Y con una mirada de amor reciproca, volví ha enterrar mi cabeza en su sexo.

Mar apretó mi cabeza más fuerte a la vez que sus piernas querían cerrarse, no podía aguantar más la excitación. Metí mi lengua rígida dentro de su sabrosa vagina recogiendo todos sus fluidos, como si de una abeja recolectando néctar  se tratara.

Escuche su dulce suplica por… fa avor Adriana  ¿Qué necesitas mi amor? Por dioosss Adriana…quieres que te lo diga,  siii…amor. No puedo me siento ridiculaaa… Dilo cariño solo estamos nosotras. JODER FOLLAME Adrianaa. Gracias, pero pensaba que dirías, hazme el amor, la empuje hasta  el espléndido sofá, sin más empecé a penetrarla con mi mano, primero un dedo, luego otro, variando el ritmo y la intensidad. Estábamos demasiado excitadas y cansadas para más preámbulos. Estimulando el punto G, con suaves y rápidos toquecitos, frotando adentro y afuera mientras mordisqueaba su clítoris y lo succionaba. Mientras Mar como podía me acariciaba y se retorcía de desesperación y lujuria.

Su vagina empezó a estrujar mis dedos, notaba las contracciones previas al orgasmo, una marea de jugos que lubricaban todo mi cara, mis manos, sus preciosos muslos, su ano que acariciaba con mi dedo índice, su cuerpo se tenso como un arco, rápidamente subí a su boca y recogí un grito de su garganta con mis labios.  “Adriana, cariño me corrooo”  Estallo en un increíble orgasmo, coloque mi sexo sobre el suyo frotando nuestros clítoris, al notar sus contracciones, sé provoco en mi una respuesta  que nunca tuve con nadie, llegando yo también al orgasmo casi a la par con Mar.

Tiempo después, cuando recuperamos nuestras respiraciones y nuestros corazones latían más calmados en ese comodísimo sofá Mar me pregunto ¿Adri en verdad has disfrutado? Claro que si cariño. ¿Porque te preocupa eso? Bueno es que yo apenas hice nada. Me miraba con pesar… Cariño, la mire con ternura, he tenido el mejor orgasmo de mi vida. Me toco la cara.

Cielo vente ha mi cama, estoy exhausta y tengo frio.

Le di la mano y Adriana y yo subimos a mi habitación, a pesar de estar muy cansadas nos dimos una ducha rápida a la vez, y metí a Adriana en mi cama. Puso su cabecita de preciosas rizos suaves y oscuros en mi pecho, mientras lo besaba. La mire intensamente con cierta preocupación.

Mar cariño que tienes…Adriana me preocupa dormirme y despertar con esas pesadillas, que veas mis miserias y sobre todo que pases miedo.

Amor yo soy medico no me voy a morir del susto, además  puede que hoy no tengas pesadillas y si las tuvieras, para eso me tienes a mi, yo te confortare, cuidare y amare si tu me dejas. Y selle mi promesa con un cálido y profundo beso, como me hubiese gustado darle aquel lejano día un la habitación del hospital.

Adriana eres maravillosa, sabes tengo la sensación de haber tirado dos años felices, a la basura, por ser tan ciega y obtusa. Eso nunca mi cielo tú no eres nada de eso. Adri abrázame mete tus piernas entre las mías que estas helada y así, nos fuimos quedando dormidas. En la madrugada Mar empezó a hablar mientras dormía y cada vez se agitaba más. La abrace más fuerte y fui acariciando su cabello, mientras le susurraba ya no estas sola mi amor estas conmigo yo cuidare de ti. Su cuerpo se fue relajando hasta quedar completamente dormida.

Pipipi pi, Mar se incorporo miro el reloj y pensó que debía estar mal marcaba las 9:00 de la mañana y Adriana y ella seguían durmiendo. Se recostó en la cama con una sonrisa y pensó mientras miraba a Adriana, que a lo mejor había esperanza para ella.

Mientras miraba a Adriana fijamente, con una sonrisa esta empezó a abrir sus preciosas esmeraldas y medio dormida dijo, cariño no ha sido un sueño. Desde luego que no amor, metiendo ya su mano bajo la camisetita de su chica. Mientras le  decía ahora tu vas a ser mía, con esa sonrisa abrasadora en sus ojos y esos hoyuelos que tanto le gustaban dándole a su cara una expresión infantil.

Paseo mi mano por el pecho de Adri , suave lentamente, mientras beso sus labios calentitos, con esa expresión soñadora del primer despertar juntas. Mi mano va surcando ese océano de piel y musculo sedoso, fragante, cálido, navegando en dirección sur hacia ese mar cristalino húmedo, salado y dulce, que pruebo con mis dedos, prosigo mi recorrido más al sur. Acaricio ese dulce torbellino mi preciosa doctora se estremece, se arquea mientras me devora la boca, suspirando palabras de amor de lujuria, soeces menuda sinfonía de sonidos… Tocan a la puerta de nuestra habitación, sutilmente con un nudillo. Oh… deslizo mi mano hacia arriba pasando la palma por sus labios mayores y menores ejerciendo presión en su duro y caliente clítoris, mientras mi dedo corazón se arrastra por todo el valle de su sexo desde su ano, pasando por la entrada de su vagina hasta pasar la cima de su pubis, Adriana ya perdida me abraza y estalla en convulsiones, liberando ríos de magma ardiente sobre mi.

La cubro con el edredón… con voz cansina pasa. Meritxell abre la puerta, y al vernos tan sonrojadas. “Joder que vergüenza “ ¿No me digas que he interrumpido algo?  Claro bicho tu siempre tan oportuna, lo siento es que como es tan tarde y tu sueles levantarte a el amanecer…nos miro contrariada. Anda ven no seas tonta, ¿Nos has preparado el desayuno? Pues claro a eso venia. Bueno Meri , enseguida nos vestimos y salimos que quiero llevaros a un sitio, mientras daba un besito a su amiga para acabar con la situación un tanto incomoda. Bien vamos poniendo la mesa mientras os ducháis.

Mar a sido…fantástico. No cariño, no ha sido nada, un pequeño anticipo de lo que tendremos esta noche, cuando por fin, acercándose a su oído y tocando con sus labios el lóbulo dijo ( se-as mi-a) poniendo énfasis en esa frase.

Cuando por fin se reunieron en la isla, de esa maravillosa, y mientras terminaban de ayudar con las preparaciones, Adrina  observaba todo,  en el centro tenia una fantástica placa de inducción muy grande y rectangular, de esas que pongas el utensilio de cocina que quieras se adapta a su tamaño, hornos, lavavajillas y un enorme frigorífico americano que picaba hielo, dispensaba agua y remitía los pedidos de existencias al supermercado elegido, todo integrado y panelado en diferentes texturas y tonos blancos… Ya que Mar se la había diseñado a su gusto y usaba siempre que estaba en casa al ser gran amante de la cocina. Prepararon unas ensaladas de frutas, zumos naturales de naranja y piña el preferido de Adri y Fabricio, tostadas al estilo mediterráneo con tomate natural rayado y un buen aceite de oliva y como no, Jamón serrano al que los Italianos se habían aficionado en demasía.

¿Bueno nos dirás de una vez que planes tienes en este día? Sonreí enigmáticamente, diez minutos después estábamos embutiéndonos en los trajes de cuero de las motos. Meritxell le dejo un mono para que lo usara Adriana ya que tenían la misma altura y se puso una camiseta interior de montar de las mías

Sacamos las motos del garaje nos ajustamos todo el equipo, subí en mi Honda—vo6concept gris plata, con Adriana de paquete y Fabricio con Meritxell aunque ella también sabia conducir, las motos eran iguales en modelo pero de distinta cilindrada, la de Fabri roja y mas grande, cosa que siempre me restregaba en broma, ya que yo por peso y altura no podía con una así. Conecte el comunicador de los cascos para poder hablar con Adri en el camino y por fin le dije a Fabricio que iríamos a Segovia a comer, pero no por la autopista sino por la sierra de Navacerrada que en esta época otoñal era todo un espectáculo de color y fragancias.

Cuando circulábamos trazando las curvas, internándonos en la sierra el paisaje no decepcionaba, una paleta infinita de verdes, ocres, amarillos y rojizos que saturaban los sentidos, precioso como un cuadro impresionista de Claude Monet, trasmutado a la vida y los aromas a espliego, romero, tomillo…Dios como echaba de menos esto. Los pinos negros con su característico musgo un la zona norte de color mostaza oscuro, un paraíso cercano y familiar.

Paramos para hacer unas fotos, Meri y Adri se internaron en el bosque el suelo cubierto de helechos, les dije chicas por favor salir de hay de una vez. Como hacían cosa les dije, mira ya sois mayorcitas para saber que donde hay helechos hay garrapatas y sanguijuelas.

Salieron corriendo con cara de espanto como alma que lleva el diablo casi me revuelco de la risa, cogiendo yo así las garrapatas. Paramos en La granja de San Ildefonso, pues Adriana tenía muchísimo interés de conocer la Real Fabrica de Cristal y el parador de turismo.

Por fin en Segovia aparcamos las motos y caminando llegamos a el magnifico acueducto romano, nunca me cansaba de ver ni pintar esa mole de bloques de granito negro bruñidos por el agua durante miles de años y patinado por el tiempo.

¿Adriana, te gusta cariño? Estaba impresionada acariciaba las piedras que seguramente millones de seres humanos habían tocado antes. Mar es increíble que este así de bien conservado, tire de su mano ven conmigo, mira debajo de este arco siempre me hago una foto. ¿Nos hacemos una juntas? Claro pero no en este, sino en aquel. ¿Y eso porque cariño? Adriana porque si nos hacemos la foto aquí…parecería que te estoy prestando mi lugar especial. Además este otro con su cara traviesa, es más polivalente, aunque tenga peor luz para convertirlo en una pintura. Efectivamente estaba más protegido de las miradas ajenas, me empujo contra los sillares de granito, me agarro por la cintura, mientras me besaba tan profundamente que casi desfallezco por falta de aire, mientras recorríamos nuestros cuerpos con las manos frenéticamente.

Cuando nos separamos Meri y Adri tenían pinta de haber estado haciendo algo semejante, pues Meritxell llevaba el cabello como si hubiese venido todo el camino sin casco. Nos recompusimos un poco y emprendimos la subida por la calle empedrada hacia el restaurante, mientras nos quitábamos las chaquetas y cascos tomamos un vino en una terracita exterior que daba a el valle por donde pasaba un riachuelo desde arriba las vistas eran estupendas, una vez dentro del restaurante elegimos una mesa en el ventanal, ya que el restaurante era una espacie de casa colgado, como las que hay en Cuenca.

Pasamos una tarde maravillosa entre bromas, con la confianza de las personas que pese a ser cada uno de un padre y una madre eran más familia que la mayoría.

Comieron  cochinillo y cabrito asado al estilo segoviano, regado con un vino Coto de rioja del 2003. Yo por mi parte tome Magret de Pato al horno en reducción de burdeos blanc. Haciendo bromas y dándonos arrumacos en un momento dado Fabricio me acerco su cuchara llena de Judiones de la granja a la boca, cosa que hacíamos con frecuencia cuando salíamos  por hay de ruta con otros moteros. ¿Fabri no te parece un poco cochino comer tal cosa, cuando piensas tener una noche de Sex? Pobrecito, se puso de todos los colores, mientras nosotras nos reíamos como locas. Me entro un poco de arrepentimiento pero poco, cogí su cabeza entre mis manos y le estampe un beso mientras le decía si tu hubieras visto la cara.  Meritxell dijo Mar no hiciste ese camastro para esos menesteres y entre risas, mire a Fabricio pidiéndole disculpas con la mirada.

El me saco la lengua diciendo, eso me pasa por ir yo solo con tres arpías como vosotras, la tarde fue estupenda terminamos con café y ellos tomaron tarta de ponche típica de la tierra.

La vuelta a casa la hicimos por la autopista de peaje, cruzando el túnel de Guadarrama,  pues queríamos llevar pronto descansar y aprovechar lo que quedaba del fin de semana en todos los sentidos, ya que nosotras empezábamos a sentirnos un poco angustiadas ya que nos quedaban pocas horas juntas.

Llegamos sobre las 8:30Pm  Adri  y yo fuimos derechas a la habitación ya que todo el viaje tan abrazadas… notando cada una el calor y las curvas de la otra, había obrado su magia y ya entrando en la habitación no podíamos despegar nuestras manos, lenguas y cuerpos que parecían fusionados entre si, cerré la puerta de una patada mientras nos íbamos desnudando como podíamos hacia la ducha, en realidad era una habitación en la que había un gran lavamanos de dos senos, con un mueble precioso con tintes cerezo a la derecha una gran ducha, con hidromasaje, dentro de una especie de urna en un cristal algo traslucido en el frente de la puerta un gran bañera de talasoterapia blanca el baño estaba revestido en suelo y paredes por cerámica extruida en tonos diferentes que daban la impresión de estar cayendo el ocaso.

Sin haber dejado de comerse la boca en ningún momento, desnudas completamente Mar dejo correr el agua ya caliente por el termostato. Se empujaron bajo esa enorme regadera que simulaba la lluvia, mientras se devoraban entre si, Mar empezó ha deslizarse por el cuerpo de Adriana mientras mordía, lamia chupaba y succionaba cualquier parte que se encontraba sus hombros, senos, haciendo círculos con su lengua en sus pezones, hasta visitar el sur.

¿Adrianaa… que deseass? con su voz ronca de pasión, dímelo amor, te deseo a ti, mientras tiraba ligeramente de mi cabello, por todas partes, sobre todo dentro de mi. Mar de rodillas abrió sus piernas y sentada sobre sus talones debajo de su sexo, comenzó dando mordisquitos en sus labios mayores y pubis tremendamente hinchados, calientes y extremadamente sensibles, Adriana jadeaba completamente, descontrolada, continuo  pasando su lengua por la entrada de la vagina internando su lengua adentro y afuera parando de vez en cuando para dar respiro a Adriana que estaba a punto de correrse, lamiendo alrededor de su apretado circulito, saboreando sus jugos dulces y a la vez ácidos como un sabor a magnesia de cereza, toda ella era deliciosa, dulce, listísima una persona perfecta…Mordí y succione su ardiente clítoris empezó a vibrar como las cuerdas de un violín, todo era como irreal estaba debajo de  sus piernas su altura ayudaba, penetrándola con mis dedos cada vez más y más profundo, sujetando su cuerpo las dos gimiendo fuertemente , sus gemidos me estimulaban hasta tal punto que estaba a punto de tener un orgasmo monumental, agradeciendo estar en el fondo de la ducha por que dudo que las piernas me aguantasen. Apretó mi cabeza con sus piernas y manos, mientras gritaba en pleno orgasmo “Mi amor me corroo me corroo, te quiero Marr”  y su cuerpo convertía mi boca en recipiente de sus  dulces y fluidos flujos a la vez que yo tenia mi propio orgasmo,  se desplomo sobre mi, y  la arrebuje entre mis brazos y piernas.

Mientras nos calmábamos con el agua cayendo sobre nuestras cabezas, me miro con esos ojos que parecían  ibones de agua cristalina y verde brillante de las selvas amazónicas. Mientras me decía, con pesar en su mirada Mar agarrándome la cara entre sus manos. ¿Qué te pasa mi amor? Rodaron las lagrimas por sus mejillas, no quiero que mañana llegue nunca, no se si podre dejarte, después de tanto tiempo sin ti ahora que eres mía no quiero dejarte. La mire con un profundo amor mientras le prometía que lo arreglaría para poder estar juntas.

Una vez secas nos abrazamos con todos nuestras extremidades muy apretadas esperando que nunca llegara el amanecer.

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Nota: Por hoy lo dejo estoy agotada de tanto sexo, que hasta fiebre me a dado.