Al este del meridiano de greenwich 2

Me levante y cuando le tendí la mano, levante la vista y vi esos ojos traviesos chispeantes, de color castaño oscuro, que reflejaban el sol dándole un tinte rojizo, que podría describir del color de la coca cola.

Venga vejeta ha la ducha, mira Meri nenita solo tengo dos años mas que tu, que ya tienes treinta.

¿Por cierto Meri ya estrenaste mi regalo? Aunque no se si estaba mas destinado a fabriicciioo que ha ti.  JA JA JA.

Meritxell enrojeció como una amapola, hasta las orejas, me pego un fuerte azote en la nalga, y salió disparada, al grito de me quedo tu ducha. ¡Habiendo ocho duchas en todo el edificio!

Meri y Fabri tenían un ala independiente en mi casa, donde se quedaban cuando les apetecía o realizábamos alguna tormenta de ideas, delante de un buen fuego, después de cenar y tomar un fantástico vino de la bodega, nutrida tanto por Fabri,  como por mí.

Cuando estábamos solas en casa, Meritxell dormía en mi cama, si se le puede llamar dormir a charlar y cotillear hasta entrar en coma, sobre todo mi bicho que es un lirón…cuando por fin salió de la ducha, estaba a punto de dormir nuevamente.

Tenia jet lag, una jaqueca  monumental,  estaba desnuda, y pelada de frio con una bata de baño Muberry, regalo de un cliente, que no podía ser mas hortera.

Habíamos dejado la ropa mojada en el cuarto de la plancha, ya que no queríamos que mi asistenta, Roció nos cortase la cabeza.

Corrimos desnudas como cuando éramos niñas, sin importarnos un pimiento Fabricio ya que estaba acostumbrado, de vernos a ambas de tal guisa por las playas libres, a las que vamos cerca de mi casa de verano en Alicante.

Cuando pasamos por delante de él, leía un periódico deportivo y ni se inmuto.

Meritxell me dijo, en repuesta a tu pregunta. Si Mar tu regalo lo estrene anoche y a Fabricio le gusto muchísimo ja  ja  ja ; le había regalado para su cumple un conjunto de lencería de alta  costura de la Perla, azul cobalto el color preferido de su amorcito, y unos stilettos de Patricia rosales “Los famosos y prohibitivos patricios” con su característica perla en el tacón e incrustaciones de piedras preciosas, negros altísimos, un prodigio del diseño. Fabricados en Alicante.

Cuando pasamos en verano por allí mi bicho funde su tarjeta visa, y me arrastra por todas las tiendas y outles habidos y por haber, yo que odio ir de tiendas aarrg. Yo no soy muy amante de la moda, más bien me incomoda, ni fetichista del calzado, pero había llegado a la conclusión que en nuestro trabajo el habito si hace al monje. Si llevara lo que yo quisiera no me darían ni la hora.

Los vestidores de nuestras casas diseñados por Fabri, son para verlos, hay mas alta costura que en parís. Aunque debo reconocer que soy adicta a Oscar de la renta, y me encanta la ropa vintage de Balenciaga y tengo algunos vestidos espectaculares. (A lo bueno se acostumbra cualquiera).

Por lo general utilizo a Meri, para que me compre lo necesario, un buen arreglo yo lo odio a ella le encanta.

Por fin mi ducha reparadora mana de los dioses. Cuando me mire, en el espejo, ¡JODER  Mierda esta quien es!  No me extraña la cara que pusieron mis amigos en la T-4.

Por fin esta en la ducha, cuando Fabri y yo la vimos en Barajas, nos preocupamos muchísimo, sabíamos que lo estaba pasando mal, pero no hubo manera de que me dejara ir con ella a Tokio, además la forma en que se fue sin tenerlo previsto, en pleno ataque de ansiedad.

Furiosa seria decir que el huracán Katrina era una simple tormenta tropical, la palabra más parecida a su estado seria “ IRACUNDA” solo la había visto así en una ocasión y aquella vez le salto los dientes de una patada al asesino terrorista responsable de matar a su marido Marc y sus dos mellizos de 30 meses Marco y Quique.

En pleno juicio el, la miraba y se sonreia, todos los días la provocaba, al quinto día de juicio le salto encima y cuando la quitaban le lanzo una patada en la boca, gritándole haber como te ríes ahora sin dientes pedazo de cabron.

Por supuesto fue amonestada por el tribunal, poniéndole una multa considerable y exhortándole a pedir perdón al tribunal y al acusado.

Se negó rotundamente a ambas cosas y cuando fue reprendida por el juez, dijo que no lo haría, aunque se congelase el infierno y el mismo dios la fulminase con un rayo, para  remate de males le hizo una peineta al juez con su bonito dedo corazón.

Estuvo diez días en el calabozo y tubo que cumplir seis meses de servicios comunitarios en un hospital en pediatría, y dando gracias, que uno de los sicólogos que la habían atendido anteriormente, atestiguo que era mentalmente inestable, sino, probablemente le cae más tiempo, que al  asesino terrorista.

Por supuesto, cuando termino su servicio los niños quedaron tristes por el profundo cariño que le cogieron a Mar.

Bajo de ese avión triste medio enferma, se le notaba una perdida de peso considerable, estaba demacrada, sus ojos  ya de por si grandes se veían enormes con ojeras, paliducha tanto que hasta sus pequitas parecían difuminadas.

Esa  noche hable mucho con Fabri teníamos que hacer algo por ella. Es como mi hermana, nos conocemos como dice Mar desde antes de nacer, nuestros padres eran amigos, en valencia tenían unas casas de esas de antes, como de pescadores, en la playa de la malvarrosa, tenían un pequeño jardín delantero con un pequeño murete que evitaba que entrara la arena. Las casas están pegadas,  son grandes de altos techos, cocina pequeña al estilo de entonces y lo mejor tienen un enorme patio con arboles, una huerta, higueras, mimosas, bugasvillas…a nosotras de niñas nos parecía el paraíso. Los padres de Mar compraron un pequeñísimo catamarán, con el salíamos a navegar.

En mi casa tengo un poster de una foto que nos hizo el papa de Mar, Enrique, ya era muy buen fotógrafo, en la foto Mar corría conmigo en su espalda hacia el agua, porque yo no quería andar en la arena abrasadora. Teníamos cuatro años Mar y  yo dos.

Cuando sus padres murieron Mar heredo la casa, cuando se caso con Marco, la reformaron completamente y ese era su hogar hasta que todo pasó. No volvió a la casa ni siquiera a recoger nada. Quedo como el día en que todo paso. Como una de esas capsulas del tiempo, fuera del tiempo y del espacio

Mar es guapísima tenia un cuerpazo atlético, cincelado a base de gimnasio, que compartía con Frabri,  practicando Aikido, había sido idea de Fabri para ayudarla a eliminar tensión. Muchas veces venían magullados.

Mar mide 1.65 diez cm menos que yo, de cabello castaño casi negro, brillante, muy liso, menos cuando lo lleva largo, como ahora que forma tirabuzones grandes en las puntas,  sus labios en forma de corazón,  sin ser muy carnosos son de  color rosado, es de piel muy blanquita, cuando esta concentrada que es casi siempre, porque trabaja como una bestia, muerde su labio inferior por el lado izquierdo y frunce ligeramente el ceño, dándole un aspecto casi infantil.

Sonríe de medio lado por la mejilla izquierda, en la cual se forma un gracioso hoyuelo  es una persona chispeante graciosa pero con ironía, con un humor casi negro.

Lo mejor de Mar es su personalidad arrolladora, su valentía, su carisma que le ha hecho posible levantar, su empresa de la nada, sin tener una titulación superior, solo con agudeza, inteligencia y mucho trabajo casi siempre demasiado.

Éramos las mejores amigas desde niñas Mar por motivos familiares dejo de estudiar y estuvimos  unos años sin mantener contacto.

Un día siete años atrás,  tropezamos por casualidad y digo  tropezamos de manera literal,  al girar un pasillo en un centro comercial de Valencia, choque de frente con alguien y las dos caímos a el suelo.

Me levante y cuando le tendí la mano,  levante la vista y  vi esos ojos traviesos chispeantes, de color castaño oscuro, que reflejaban el sol dándole un tinte rojizo, que podría describir del color de la coca cola.

Tiro de mi mano, haciéndome caer a el suelo,  y me dijo con esa voz aterciopelada y sexi, donde vas tan rápido bicho…ja  ja  ja,  me avía quedado estupefacta.  Hacia como diez años que no la veía. Me dio gran placer el oírle decirme bicho, me lo puso a mis siete años, porque era muy traviesa y como mi mamá es un poco regañona y me castigaba, Mar casi siempre se inculpaba ya que su madre lo sabía y no le decía nada. (Óyeme bicho pórtate bien o tu madre no me va  dejar  entrar a tu casa)

Había tropezado conmigo, porque patinaba por ese largo pasillo con esas deportivas que llevan ruedecitas en el talón, me hizo muchísima gracia ver esa sonrisilla de diablillo, la misma que ponía cuando le robábamos  a mi abuela los flanes que dejaba enfriar en la bancada. Era tan demonia y tenia tanta labia que terminaba convenciendo a mi abuela que había hecho diez flanes en vez de doce.

Recuperamos el contacto, conocí a Marc y estuve a su lado en su embarazo que fue de alto riesgo y después con los bebes, Quique nació primero tenia su   sonrisa de medio lado y  Marc era mas parecido a su padre, los dos eran preciosos y ambas sufrimos su perdida.

Fue el tiempo más feliz de su vida, hasta que todo ocurrió así sin previo aviso, paseaban por una calle, cuando exploto un coche bomba, curiosamente Mar, que caminaba mas cerca del coche fue la única superviviente.

Sufrió terribles daños físicos que aun le daban guerra de vez en cuando y  peores los sicológicos.

Cuando despertó en la clínica miro mi cara y la de Lucia una amiga nuestra, por nuestras caras supo que todo había terminado no pregunto nada, no lloro ni entonces ni después.

Hacia mas de cuatro años de aquello, en ese tiempo no había tenido pareja, ni salido con nadie,  ni siquiera tenido un rollo, nos preocupaba esa soledad y tristeza. A mi me daba igual que tuviera un novia una novia o un pulpo como animal de compañía, pero necesitaba a alguien “YA”.