Al Este del Meridiano de Greenwich 10
Mar subió hasta llegar a mis labios con los suyos húmedos y brillantes a causa del lubricante de mi sexo, me ponía a cien esa sensación de comer el fruto prohibido.
Cariño despierta mi amor, me decía Adriana mientras acariciaba mi rostro y besaba mi frente, abrí un ojo con mi sonrisa de medio lado pues me sentía muy feliz de despertar de semejante manera.
Adriana había preparado un suculento desayuno que trajo consigo a la cama en una bandeja, mi chica tenía esos detalles románticos que me ensanchaban el corazón, en la bandeja traía una camelia que era una de las flores que mas me gustaban, y de las que mi jardín estaba plagado.
–Ummm, hola cariño, ven mi amor, aquí, vamos, más cerca, no seas tímida Adriana, suelta la bandeja que te quiero agradecer debidamente-le dije cogiéndole la bandeja y depositándola sobre la cama.
Tire suavemente de la mano de mi mujer, depositándola sobre mi por encima de la ropa de cama, cogiendo su preciosa cara entre mis cálidas manos, la mire a esos increíbles ojos verdes y fui acercando mis labios a su boca rosada, anhelante, algo temblorosa, hasta entrar en contacto con esos labios, que me transportaban a el paraíso con solo sentir su cálido aliento, comenzando a sentir ese sabor tan particular, que me izo suspirar no de pasión, ni de lujuria sino simplemente de un amor que con el paso de los meses, había ido creciendo como una pequeña bola de nieve que va rodando por la ladera hasta convertirse en una gran avalancha que sin darnos cuenta ni desear escapar de ella había engullido nuestros corazones y almas, haciéndome sentir parte de ella igual que yo sentía que Adriana era parte de mi…tal vez la mejor parte.
Adriana también suspiro, metiendo su cara en el hueco de mi cuello, cerrando los ojos y abrazándome fuertemente, me dijo. –Te amo MAR, y quiero compartir mi vida contigo, dormir junto a ti, disfrutar de tu cuerpo y despertar al día siguiente, para comprobar que no fue ningún sueño, me iba diciendo enfatizando sus palabras con tórridos besos y succiones por todo mi cuello y mentón, mientras en mi oído continuaba diciéndome, te echo de menos demasiado el tiempo que no estamos juntas, te quiero tanto que me cuesta respirar cuando despierto y no te encuentro a mi lado. Desearía que el tiempo se moviera a mi antojo, ralentizarlo cuando estoy así como ahora juntas a punto de comerte me dijo estallando en carcajadas.
Y es que literalmente me estaba devorando; la garganta haciéndome gemir por la anticipación y anhelo de su ardiente boca en mis pechos, duros como piedras, los agarro con sus dientes succionando fuertemente, colorean de mis aureolas de un bonito tono rojo, por encima y por debajo del camisón me hacia jadear súper excitada, con mi vagina palpitando entre mis piernas, comenzando a lubricarse con unas oleadas de calor que pusieron mi cara al rojo vivo, gracias al esplendido trabajo que mi mujer me dispensaba en las tetas a la vez que tocaba, mi clítoris, pero lo que me estaba poniendo como loca era lo que me decía en ese italiano chulesco y soez, que hacia que mi cuerpo se tensionara con las amenazas de Adriana.
—Prepárate mujer que te voy ha follar y a comerme ese jugoso coño, para seguir con esa preciosa boca que tienes, te quiero comiendo entre mis piernas, con esa maestría que tienes en la lengua. Jajajaj
Me senté en la cama tomándola por sorpresa, riendo un poco nerviosa al escuchar esas palabras tan sucias… pero tan excitantes salir de la boca de toda una seria y reputada doctora y abrazando a esa maravillosa mujer por la cintura, la bese profundamente, paseando mi húmeda lengua por el interior de sus mejillas, lamiendo de manera lujuriosa sus labios, mordisqueándolos y tirando de ellos con los dientes y a chupetones ardientes y mojados, empujando a Adriana contra el colchón, abriendo sus piernas con la mía hasta que entreabrió sus suaves muslos, permitiéndome colocar mi húmedo sexo en su muslo, a la vez que con el mio frotaba su mojada vagina contra mi pierna, tire de su finísima camiseta interior con los dientes y tirando de ella con las manos la hice girones dejando sus turgentes pechos al aire lanzándome con mi lengua a por ellos lamiendo dejando un rastro de mojados besos, lamiendo loca de deseo, mientras dejaba a Adriana inmovilizada sujetando sus muñecas a los lados del cuerpo sin dejar que me tocara, la estaba volviendo loca, alternaba besando también su boca acariciaba la punta de su lengua con la mía en una danza erótica muy sensual. Solté sus brazos diciéndole que estuviera quieta, que era mi turno de hacerla llegar al cielo. –Mi amor déjame quiero corresponder a tu fuego con el mio, luego seré tuya. – le dije a Adriana.
Una forma maravillosa de comenzar un nuevo día, Mar de manera suave pero dominante como nunca la vi poso sus manos en mis suaves caderas, subiéndolas de manera extremadamente lenta en una caricia que de tan suave quemaba la piel, erizando todo mi cuerpo, Mar era una amante tierna pero firme, con una carga erótica de alto voltaje, que derribadas las primeras barreras de nuestra nula experiencia en las relaciones lésbicas, me transportaba a otra dimensión, para mi nunca conocida llevándome en múltiples ocasiones al orgasmo simplemente con los juegos previos.
Con esa caria me estaba matando, subió su finísimo camisón de seda blanco, dejando su cuerpo desnudo sobre el mio era tan hermosa que solo quería acariciarla hacerla mía pero prometí quédame quieta aunque eso me estaba incendiando, frotaba su pierna contra mis labios mayores y clítoris abiertos por la presión que ejercía con su caricia, sin romper el contacto visual en ningún momento, ojos profundamente castaños, brillantes, traviesos, chispeantes contra verdes, salvajes, algo mas fríos que los de Mar pero igualmente, enamorados.
Yo también quería sentir su cuerpo desnudo en mis manos, sobre mi, juntar mi sexo con el suyo, estabamos las dos completamente desnudas pase su pelo por detrás de su oreja, acariciando la línea de su delicado mentón con mi índice, ella hizo lo mismo conmigo sonriendo las dos como estúpidas, Mar me acerco a su cuerpo atrapando mi aureola en su boca que estaba caliente como un volcán, succionando dulcemente, dejando un rastro de húmedos besos entre los dos pechos ya que hacia el camino de uno a otro besando y lamiendo mientras soplaba mis erectos pezones arrebolándolos, cosa que provocaba fuertes punzadas eléctricas en mi vagina, recostada en la cama, situándose entre mis piernas, simplemente, acerco su boca a mi sexo dando unos lametones, de esos que solo Mar sabia, con la lengua suave pero firme de abajo a arriba, recreándose en la curva superior de mis labios, sin tocar el clítoris que quería disfrutarlo de otra manera, ascendió con su boca besando y succionando por mi abdomen, deteniéndose un buen momento en mis pechos, tirando de ellos con los dientes, estábamos henchidas de amor y lujuria, gimiendo sin control yo acariciaba su cuerpo al no poder resistirme mas, moviendo mis manos de manera frenética sobre el apretando sus firmes glúteos entre mis manos, los cuales me gustaba mordisquear y apretar con mi pubis cosa que a Mar le encantaba y lograba calentarla en cuestión de segundos, Mar subió hasta llegar a mis labios con los suyos húmedos y brillantes a causa del lubricante de mi sexo, me ponía a cien esa sensación de comer el fruto prohibido.
Mar abrió con su mano mi sexo, colocando el suyo de la misma forma, y agarrándome por las caderas comenzó un movimiento como en una penetración masculina sonriendo de manera divertida, literalmente penetrando con su clítoris dentro de mis labios menores, no era simplemente frotar era seguir un ritmo que golpeaba mi clítoris de manera rápida y hasta algo pornográfica ambas gritando locas de lujuria buscando una liberación que de esta manera era más lenta pero sumamente incendiaria y explosiva.
Mar alcanzo antes el orgasmo, esa sensación de dominación la había excitado hasta el limite, su grito con la espalda arqueada hasta ese extremo, no dejaba dudas de su monumental orgasmo, cayendo sobre mi pecho, lanzando palabras de amor. Al sentir la liberación de mi mujer y sus abundantes y cálidos fluidos mojar mi clítoris y toda mi vulva estalle de manera literal bajo su cuerpo, en ricas oleadas de convulsas contracciones, hasta gritar entre el cabello negro de mi preciosa chica.
--Mar me corro me corroooo, te amo, te amo, que rico mi princesa. Haciendo que Mar se partiera de la risa al oír semejante apelativo de princesa, que no le iba nada, pero me abrazo más fuerte besando mi pecho, hasta que nuestros cuerpos fueron retomando, su ritmo respiratorio normal.
--Adriana, cariño? Mírame, mírame mi amor lo que te dije antes no pienses que es fruto de la pasión, te amo profundamente y eres lo más importante en estos momentos en mi vida.-me dijo Mar acariciando mi pelo, giro sobre su cuerpo arrastrándome con ella quedando yo encima, y dándome un azote en el trasero me dijo.
–Venga mujer aliméntame, que me dejaste sin fuelle, sino Fabricio hoy me liquida en el gim, me decía haciéndome cosquillas.
Nos sentamos en la cama Mar apoco las almohadas en el cabezal de la cama, me apoye en el, y con Mar sentada entre mis piernas, puso la bandeja por encima de nuestras piernas, conforme levantaba tapas de los platitos de la bandeja su sonrisa se iba ensanchando, zumo recién exprimido de naranja, piña natural cortada que estaba muy dulce, tostadas, con rica mermelada de moras la preferida de Mar y unos graciosos Dorayakis jajajajaja, que a Mar con esas cosas que tenia a veces de niña grande le encantaban, al verlos soltó una carcajada, poniendo en su bonito rostro esa sonrisa que me desarmaba de sincero placer infantil, jajajajaa.
Mar me daba de comer y yo a ella, si ya se lo que pensáis todo muy cursi, pero es que realmente es muy bonito compartir una mañana de sábado tiradas en la cama, amándose a todos los niveles y eso es lo que nosotras, hicimos esta mañana. Amarnos aunque como decía una buena amiga poniendo chile en la ecuación, y es que me encantaba ver como mis sucias palabras sofocaban e incendiaban a Mar.
Nos duchamos juntas, Mar se iría con Fabricio al gimnasio y querían dar una vuelta en moto. Ya que desde el embarazo no habíamos salido para no dejar a Meritxell sola.
Meri y yo iríamos a su apartamento teníamos esa conversación pendiente a demás moría de curiosidad, por conocer cosas de su vida y su familia. Estaba realmente impaciente por llegar a casa de Meritxell, y por fin poder conocer esa parte de mi mujer, desconocida que era la parte del puzle que nos faltaba para avanzar.
Mar se marcho con Fabricio, daba gusto verlos lo pasaban genial juntos cualquiera diría que eran una pareja, porque si antes su relación era estrecha desde el episodio de Florencia aun estaban más unidos Fabricio la consideraba una hermana, además de tener un carácter muy parecido y compartir infinidad de horas en el estudio desarrollando sus proyectos, eran los mejores amigos, y eso que a veces en el gim, en vez de Aikido parecía que hacían lucha libre porque se zurraban de lo lindo, pero el enfado terminaba al salir por la puerta del gimnasio.
--Adriana nos vamos? Me pregunto Meritxell, que lucia ya una barriguita considerable, como dice una gran amiga mía, y es que la mayoría de las europeas se ponen más bellas durante el embarazo no se si eso es cierto, pero en el caso de mi guapa cuñada, era más que cierto, estaba fantástica, con un halo de paz y felicidad… había cogido algo de redondez pero la favorecía haciéndola parecer más joven y lozana, que junto con su belleza y ese espectacular tono de ojos dorados, volvía las cabezas de todos los que nos cruzábamos por la calle a pesar de su ya evidente embarazo, y es que Meri era el prototipo de mujer casi perfecta.
Llegamos a casa de Meri, alguien iba a limpiar de vez en cuando, ya que desde que descubrió su embarazo Mar no la dejo volver al apartamento, ya que mi hermano viajaba gran parte de la semana era absurdo quedarse sola allí. Meritxell dormía mas días a la semana con Mar que yo misma, antes a Mar esto le irritaba un poco, aunque Meri haciendo oídos sordos se metía en su cama cabreando a Mar, y haciéndola claudicar y resinarse pero desde que estaba embarazada no le importaba incluso algunas veces que Fabri viajaba en fin de semana, hacia palomitas de maíz y un montón de chucherías mas y nos quedábamos las tres en su cama, viendo películas, llorando a moco tendido, y charlando hasta caer exhaustas, en los brazos de Morfeo.
El apartamento era mediano pero muy acogedor y femenino, sin ser empalagoso, nos sentamos en la sala Meri preparo un te de jazmín, y comenzó a sacar álbumes de fotos, sentadas en el sofá tapadas con una mantita Meritxell fue dibujándome una cronografía de la vida, de mi mujer fotos desde su nacimientos, con sus padres que eran muy guapos, Mar se parecía más a su padre Enrique, un hombre alto, fuerte, de espeso y brillante cabello negro, su madre Anna era rubia de ojos claros, muy guapa parecía una modelo.
Me apenaba mucho ver fotos de Mar en esos años sombríos en los que perdió a sus padres con tan solo dos años de diferencia ambos muy jóvenes de apenas cuarenta y pocos años, se veía en los fotos, ese vacío en la mirada que a veces le descubría, estaba en todas aquellas fotos, también nos reímos muchísimo con fotos de ellas de niñas, en una dormían las dos en una tumbona de la playa, parecía que volvían de la guerra y la mama de Mar con un lápiz de ojos les dibujo unos bonitos caracolillos de pelo en la frente y bigotillo como de flamenco estaban súper graciosas las dos pegaditas, en la tumbona con las piernecitas flexionadas, un esa posición típica de los bebes. Ay estaban tan bonitas y tiernas, Mar ya de tan pequeñita era muy hermosa, con los labios muy rojos y el mechoncillo de pelo en la frente.
Después llegaron las fotos con su marido Meritxell me explico, como se conocieron como era su vida, se notaba que era la época más feliz de Mar se veía joven despreocupada, alegre, embarazada, y luego con esos preciosos bebes, sentí que se me partía el corazón, eran preciosos los dos, Quique era idéntico a Mar, con su misma sonrisa traviesa, muy blanquito como su hermano Marco, pero de cabello oscuro mientras que Marco lo tenia claro yo diría que el niño se parecía a la madre de Mar, Anna, rubio con ojos claros.
Sentí una ternura enorme y también un vacío una añoranza desconocida, hasta entonces, el impulso irrefrenable de albergar en mi vientre un hijo, solo con ella con mi amor, me quede impactada, porque jamás había pensado en ello, me trastornaron tanto esos sentimientos que Meritxell lo noto y me abrazo fuerte, luego separándose para mirarme a los ojos y me dijo.
–Adriana, he visto el anhelo en tu mirada, pero no se lo pidas por ahora, hace poco una noche toque de manera superficial el tema con Mar y te aseguro que no esta preparada todavía.
--Lo conseguirás con paciencia, pero mi consejo es que no se lo digas por ahora. Aunque realmente no se cuando será el momento adecuado, no sé que aconsejarte Adri tirarte al ruedo o esperar hasta dios sabe cuando- me dijo Meri con un beso.
Varias veces en los siguientes días había querido dar marcha atrás y hacerle caso a Meritxell. Lo que paso después de poco no acaba con mis nervios.
Regresaba con Fabricio al final no saque mi Honda, hacia mucho frio y me fui de paquete con Fabri, lo pasamos genial hacia tiempo que no salíamos en moto, mi novia y mí Bicho, iban a salir juntas no se si de compras, o a tomar algo. Yo ni harta de vino quería ir otra vez de tiendas con esas dependientas tan tiesas, que parecían autómatas, hablándote como si en vez de ropa “JODER” te estuviesen vendiendo la vida eterna.
Cuando regresamos mi chica estaba en la cocina preparando la cena con Meri, que en ese momento cortaba unas verduras, la abrace por detrás apretando mi pubis en su precioso culito, pasando mis brazos por su cintura giro el torso e hizo algo muy curioso me aparto el cabello de la frente me beso allí y en la punta de la nariz, ¡después me pego un morreo! Que me dejo con las piernas temblando jajajaja, es que Adriana era así algo descarada y perversa, le encantaban los retos, nunca se tiraba para detrás.
Cenamos los cuatro entre risas y bromas, nos quedamos en el sofá, viendo una pelí, yo acariciaba su pelo que olía a cítricos, bese un pequeño lunar que tenia en el hombro, acariciando esa parte con mis labios, Adriana se entretenía pasando se dedo índice entre los botones de mi camisa lo hacia de manera inconsciente, mientras estaba concentrada viendo en la pantalla, una película de Natalie Portman y Clive Owen, dos de mis actores preferidos, que junto con mi querida amiga Eva con la cual había ido a ver todas las películas de ambos me fascinaban. Me agache para acariciar la cabeza del perrito de Meri el gracioso enano. Jajajaja.
Antes de acabar la peli Adri tiro de mi, y me llevo casi a rastras a mi estudio, me sentó en el sofá puso música, no se pero me daba la impresión de caer en una encerrona por supuesto yo me deje encantada, me tomo en sus brazos sobre sus rodillas me daba mucho placer estar así con ella, cuando se ponía en plan Doña Rizzi, metió su mano por debajo de mi camisa apretándome un seno con algo de fuerza. Que me hizo dar un respingo de la sorpresa.
–Dios nena que te pasa jajajaa, me quieres comer entera me siento como caperucita jajajaj. Dios Adriana que parece que me quieres violar, jajajaja.
Adriana seguía con su labor de bajarme los pantalones del pijama, me incorpore un poco para facilitar su labor, me dejo con los pantalones en los tobillos me hacia mucha gracia verla tan desatada tenia la sensación de que le pasaba algo, cuando estaba nerviosa a veces actuaba de esta forma. Como devoradora sexual, claro que yo me dejaba encantada.
--Haber amor, para un poquito ¿Qué te ocurre cielo, venga dímelo? Por fa doctorcita vengaaa dime que te pasa, dímelo. –le dije a la vez que comencé a hacerle cosquillas, ella intentaba zafarse de mi, en la pelea nos fuimos calentando sobremanera. –Mar por favor jajaja para, jajaja para me vas ha matar, por dios amor para jajaj.
Intente tumbarla en el sofá pero no había manera se escapo corriendo medio en pelotas escaleras arriba, jajajaa yo corrí tras ella sin pantalones con una minúscula braguita tanga de color burdeos, que no tapaba nada, pasamos de esta guisa corriendo delante de Fabri y Merri, que escupió los cereales de la boca poniéndose perdida del ataque de risa, junto la alcance entrando en mi habitación y saltando sobre ella en plan jugadora de futbol americano, conseguí derribarla en la cama por la cintura quedando mi cara sin haberlo previsto en el mejor sitio del mundo su fantástico trasero, el cual mordí, dándole después una fuerte palmada, lejos de producir el efecto que yo deseaba mi mujer lanzo un gemido, pero no de dolor o molestia un señor gemido gutural de lujuria, jajaja dios me dio mucha risa, jamás pensé que le fueran los azotes.
–Amor que te pasa te hice daño? Le pregunte a Adriana, aunque conocía perfectamente la respuesta, jajaja le había puesto cantidad el cachetazo. Adriana bastante sofocada me dijo. –Mi amor umm me podrías dar otra vez, nunca lo hemos hecho así pero me he sentido súper excitada. –Claro que si pervertidilla, jajaja ya note lo caliente que te pusiste, me estas mojando los muslos umm con este riquísimo néctar. —le dije -metiendo mi cabeza entre sus piernas para lamer su rico sexo que estaba más dulce que nunca poniéndome de lo más golosa, atrapando en mi boca su brillante y rico clítoris que lo notaba muy caliente y riquísimo.
También aproveche para trabajarme su rico ano, introduje mi lengua en su interior era la primera vez que hacia tal cosa, sabia que a mi italiana le gustaba y a mi me encantaba complacerla, pego un grito fruto de la sorpresa y sobre todo de la enorme excitación que sintió, era una sensación extraña, ya que su ano se apretaba enormemente, estrujando mi lengua que termino siendo expulsada poniendo mi cuerpo en estado de ebullición, con la entrepierna encharcada en mis flujos, acaricie sus nalgas y le pegue otra cachetada, uniendo mi pubis con sus nalgas apretando y embistiendo.
Adriana suspiro un gemido largo e intenso expulsando gran cantidad de flujos, le di en mordisco seguida de otra cachetada en esta la agarre por la cintura contra mi pubis y sentí su fuerte orgasmo con una liquida eyaculación impresionante, la voltee para poder degustar su ardiente vagina, y beber esa liquida y ardiente eyaculación prolongándola con mi boca, hasta limites insospechados por mi.
Adriana apretaba mi cara entre sus muslos, presa del frenesí, no pudiendo resistir me suplicaba que terminara pero continúe hasta provocar un segundo orgasmo que la dejo patidifusa jajajaja, mi estupenda mujer quedo en la cama incapaz de moverse y hablar.
Me tumbe junto a ella, poniendo mi cabeza en su pecho las piernas entrelazadas, el problema es que yo también estaba que ardía y mi chica estaba comatosa en la cama, recordé que Adriana había comprado un artilugio por internet llamado el Tiani 2 jajaja rebusque en la mesita de noche hasta encontrarlo el cacharro en cuestión era de silicona azul joder iba a pegar un polvo con un pitufo jajaja. El cacharro en cuestión, era una especie de pinza el cual estimulaba el clítoris y el punto G, aun tiempo incluso leímos que podía usarse a la vez que la penetración, vamos un portento.
El chisme en cuestión era de mi mujer me ponía muchísimo saber que lo había tenido Adriana en su interior, pegadita a su cuerpo y besando su cuello y pechos, use el cacharro en cuestión, la verdad nunca había usado uno, pero este valía su peso en oro,jajajajaa, devorando los pechos de mi dulce doctora que solo me abrazo la cabeza me transporto a un gran orgasmo en cuestión de un par de minutos, quede tan relajada que apenas acertaba a cubrir nuestros agotados cuerpos con el edredón.
Adriana se coloco de lado y yo detrás apretando mi pubis en la parte baja de su nalga y la mejilla en su espalda y así quedamos dormidas viendo la luna desde el ventanal de mi habitación en una despejada noche invernal calentita por el cuerpo de mi riquísima italiana, dulce, pasional, fantástica en todos los sentidos.
La mañana nos encontró así dormidas con el sol entrando hasta la cama, dios que maravilla poder estar así sin prisa viendo a mi chica dormir con las mejillas sonrojadas, con una carita de felicidad, no quería ni tocarla para que no despertara pero no podía evitar apretarme contra ella me encantaba frotar mi pecho y pubis en su espalda y trasero, no era solo sexual era como hacerla mía, demostrarle que la sentía parte de mi.
Desperté con el sol en los ojos, estaba abrazada desde atrás por Mar, notaba en mi piel el roce de sus erectos pezones, y su pubis perfectamente depilado en mis nalgas, moviéndolo suavemente, me besaba muy despacio en el omóplato derecho en un lunarcito que a Mar le encantaba besar y lamer.
Me volví en sus brazos para poder verle la cara quería hablar con ella, estaba nerviosa y no sabia como abordar el tema intuía que no lo tomaría bien. Mar vio mi cara de preocupación y cogiendo mi cara entre sus manos me pregunto.
--Cariño que pasa a que viene esa cara, hice algo que te molestara? Como no le contestaba se sentó en la cama haciendo que me sentara poniendo las piernas sobre las suyas quedando frente a frente, Mar levantando mi cara me volvió a preguntar. –Dime mi amor me estas preocupando-me dijo Mar.
–Ante todo no te enfades, por favor mi amor, promete que me escucharas, quiero pedirte algo muy importante, no para ahora mismo, pero si para el futuro. Me dolió ver la cara de Mar que empezaba a verse demudada por la tensión sospechando de lo que deseaba hablarle. –Bueno Adriana habla de una vez, dime de que va todo esto. –me dijo Mar algo seca y tensa.
Tome sus manos y mirándola a los ojos le dije lo que hice con Meritxell, la mañana del sábado, sabia que estaba muy enfadada pero intentaba controlarse, aunque la delataba una venita que se saltaba en su sien.
–Mar por favor no lo tomes así, necesito hablar de ello, tu también aunque te duela mucho, necesitamos pasar pagina, yo quiero tener un hijo contigo, en el futuro, los niños eran preciosos. –Mira Adriana no quiero explotar pero no teníais derecho a hurgar en mi vida, además yo no puedo tener más hijos, no quede bien…después… --Mi amor yo eso lo se, pero la idea, es que yo quiero un hijo tuyo, pero no necesariamente que lo gestes tu, además yo quiero, llevar a nuestro bebe, algo tuyo dentro de mi, hacerlo parte de nosotras.-le dije a Mar, que estaba gris como el hormigón e igual de pétrea.
Empezó a respirar agitadamente, se puso de pie algo tambaleante y temblorosa, saliendo disparada hacia el baño, cuando llegue a ella estaba vomitando, y llorando, me tire con ella al suelo abrazándola, y limpiando su cara con un pañuelo, no paraba de llorar y no quería que la tuviera abrazada, me dijo que deseaba estar sola un rato.
Salí de la habitación con una bata encima quería hablar con Meritxell era la primera vez, que me había rechazado, era culpa mía, tenia que haber ido mas despacio, me sentía muy mal al verla, en ese estado, toque la puerta de Meritxell, estaban dormidos pero mi hermano me hizo pasar, se alarmo bastante al ver la cara que traía.
–Que pasa hermana, estas bien, has discutido con Mar o que dime? Me lance a sus brazos, mi hermano me abrazo aguantando mi llanto.
–Adriana cielo te dije que tuvieras paciencia, lo siento cariño, seguro que esta enfadada. – me dijo Meri. –Dios Meri creo que más que enfadada esta dolida, siente que hemos abusado de su confianza. –Vale Adriana, cálmate respira, ahora ya esta echo ha lo mejor es para bien, y reacciona cerrando esa parte para seguir adelante, anda ve con ella, seguro que necesitáis hablar. – me dijo Meri.
Dios, Adriana me hacia tocado por debajo de la línea de flotación, sentía que me hundía tenia que pensar, tenia que pensar en ello, nunca creí que me vería de nuevo en la encrucijada de tener que elegir. Adriana entro en la habitación, había llorado me sentía fatal, se acercó a mi como con miedo, se sentó conmigo en la cama apenas podíamos mirarnos a la cara, pero haciendo un gran esfuerzo la atraje hacia mi pecho y la abrace.
Me tiro los brazos al cuello abrazándome fuerte, yo también la abrace no quería verla llorar era la primera vez que teníamos una bronca, y me partía el corazón aunque estaba dolida.
--No llores mi amor lo siento, pero necesito algo de tiempo para pensar; me voy a marchar un par de días, no te preocupes que volveré pero debo hacer algo. – me dijo Mar mirando mis ojos.
Mar agarro su bolsa de viaje, me dio un beso en la frente y se marcho sin mirar atrás, ni siquiera quiso decirme a donde iba, me quede sentada hasta que me encontró Meritxell, sentí como acariciaba mi espalda y me susurraba palabras de comprensión y consuelo.
–Adri, cariño lo siento, ya vi que salía en su coche. ¿Donde te ha dicho que va, cuando tiene previsto volver? -me pregunto Meri . –Eso es lo peor no quiso decirme a donde iba ha dicho que volvería en un par de días, pero no se Meri, me dio la impresión que me quería tranquilar y evitar asi que le preguntase mucho.
Ya habían pasado cinco días, sin saber donde estaba, no atendía el teléfono, ni nos había llamado, Meritxell estaba muy preocupada y yo me encontraba abatida tuve que volver a Barcelona, y ahora regresaba a Madrid quería estar en casa por si regresaba. No podía vivir de la preocupación que tenia, si le pasaba algo, yo me moría.
Dios mío, donde estaría ya habíamos preguntado en todas partes, Fabricio me recogió en la estación y con un gran abrazo me explico y me dio un beso. –Hola hermanita tengo novedades, Merche la mama de Meritxell ha llamado y nos a dicho que una vecina ha visto luz estos días en la casa de la Malvarosa, vamos cariño, que Meritxell esta en el coche y salimos para haya directamente te estábamos esperando para ir marchar a Valencia.
El viaje de tres horas hasta Valencia se me hizo eterno por fin llegamos a la casa tocamos el timbre pero no abría la puerta, Meritxell entro a la casa de sus padres allí tenia un juego de llaves, por fin volvió con las llaves. Metió la llave y marco un numero pensé que me estallaba el corazón del miedo que tenia.
Fabricio nos dijo que esperásemos fuera, luego nos llamaría cuando viera que pasaba allí dentro, entro y yo sin poder resistirme le seguí dentro de la casa, allí estaba claro lo que pasaba, Mar estaba tumbada en el suelo entre un montón de fotos y con una mantita de bebe agarrada con fuerza, tenia una borrachera tremenda y estaba helada de estar en el suelo.
Había llevado mi maletín por suerte pude ponerle un inyectable, Fabricio la tomo en sus brazos, Meritxell encendió la calefacción y puso a llenar la bañera, la llevamos a una de las habitaciones, y en la cama la desnudamos, la envolví en una toalla y Fabricio la llevo a la bañera, me quede sola con mi mujer, por que para mi eso es lo que era. Estaba sufriendo pero por fin parecía enfrentarse a su dolor, y esperaba que con mi ayuda pudiéramos avanzar en nuestra relación. Y dejar atrás todos sus traumas.
Lave su negro cabello, y su piel, cuando entro en calor, vacíe la bañera y llame a Fabri que la llevo a la cama, me acosté a su lado secando su cuerpo, le puse el pijama y la arrope acostándome con ella, deje encendida la lamparita de noche y estuve mirando gran parte de la noche su cara. Exudaba alcohol por todos los poros, en el suelo había una botella de Wiski vacía no se cuanto habría bebido, pero para Mar, que nunca bebía mas allá de una copa, fue demasiado, estaba completamente inconsciente, suerte que llegamos a tiempo porque con ayuda del alcohol y en el suelo estaba completamente helada.
Ya en la mañana, Mar respiraba con normalidad aparte el cabello de su cara y poniendo mi cabeza en su pecho, me quede dormida de inmediato, tantos días de tensión se reflejaban en mi, estaba agotada y deprimida no sabia como tomaría el verme allí pero, era mi mujer y estaría a su lado, pasase lo que tuviera que pasar.
Desperté en la cama parece que mi mujer, me había encontrado y rescatado, Adriana dormía abrazada a mi tenia una profundas ojeras, aparte sus brazos muy despacio, no quería que despertara pero necesitaba ir al baño, la sensación de nausea era muy fuerte, vomite hasta la primera papilla, me di una ducha, y me metí en la cama con mi chica, me sentía fatal pero mejor de lo que merecía, había bebido todos los días desde que estaba aquí, pero anoche fue la ultima vez, en cuando pudiera estar en pie recogería la casa y empezaría de nuevo, no podía hacer otra cosa si quería tener un futuro con Adriana.
Estuvimos unos días mas en la casa, recogimos, las ropitas y todas las cosas de los bebes y de Marc, Fabricio lo acerco a caritas, para que lo entregasen a los necesitados, empaquetamos fotos y demás cosas que Mar, quería conservar estaba triste, pero por fin, asumía su duelo y miraba hacia delante, tenia una sorpresa para Mar había preparado un viaje, a Mexico, visitaríamos diferentes partes la Riviera maya, Cancún, Cozumel y muchos sitios mas. Mar siempre decía que deseaba ir, y no por trabajo como pasaba siempre, que apenas le dio tiempo de conocer nada. Lo llevaba tiempo preparando, Natalia se ocupo de liberar la agenda de Mar, por espacio de casi un mes.
Estaba muy emocionada, además, este viaje lo pagaba yo, mi hermano y Meritxell, también vendrían. Había preparado todo en Mexico, con la asistente de Mar allí, una chica joven pero muy eficiente la Srta. Marión Mc Nally, que busco los hoteles, transportes y me aconsejo de los mejores sitios para visitar. En menos de tres semanas viajaríamos, a Mexico allí esperaba darle a mi amada mujer todo el amor del mundo y algo más.
Gracias querid@s, por vuestra paciencia, por vuestros graciosos y cariñosos comentarios, que os agradezco de corazón. Un gran abrazo. Mar.