Al despertar
Un relato corto para empezar muy bien el dia.
Despierto aún no ha amanecido.
Busco su cuerpo pero ya no está a mi lado.
Me levanto y dirijo mis pasos hacia el salón. Allí está. Mirando el mar a través del ventanal. Los tenues rayos del sol que comienza a despertar se reflejan en su moreno rostro.
Me detengo a observarle sin hacer ningún ruido. Su ancho cuello, sus fuertes hombros apenas tapados por la camiseta de tirantes blanca que usa para dormir su sugerente y prieto trasero que me provoca a través de los bóxers de licra sus fuertes manos que sujetan la primera taza de café del día
Me acerco despacio beso su cuello y da un respingo no había notado mi presencia sigo lamiéndole el cuello, mordiendo su lóbulo
Me pongo frente a él y me arrodillo bajo sus impolutos bóxers su polla, ya morcillona, aparece ante mi e inmediatamente me la meto entera en la boca le noto palpitar, crecer, llenarme de vida
Lamo sus pelotas, juego con ellas, me meto una en la boca la otra las dos las succiono suavemente primero con fuerza después voy recorriendo con la punta de mi lengua el camino que separa sus huevos de su capullo. Saboreo el preseminal de una polla que ya muestra arrogante los 20 centímetros que tan bien conozco.
Chupo el glande suavemente su respiración agitada me dice que estoy en el buen camino abro la boca y me la meto entera mis labios rozan su recortado vello púbico lanza su primer gemido aguanto la respiración manteniéndomela entera dentro todo lo que mis pulmones me lo permiten
Me coge la cabeza con las dos manos se entonces que debo obedecer cojo con mis manos sus duras nalgas y me dispongo sumisamente a que mi boca sea follada
Comienza el vaivén, suave al principio, más rápido después, lo adapta a su placer, a sus necesidades que me encanta satisfacer los gemidos son ya constantes, la follada atroz. Mi saliva me resbala por el cuello mientras en cada embestida si capullo toca mi campanilla
El momento se acerca ya viene dámelo por favor .
Con un grito aprieta mi cabeza y se corre dentro de mi boca intento tragarlo todo, pero parte sale por la comisura de mis labios y resbala caliente por mi cuerpo sus músculos antes tensos comienzan a aflojarse el descanso del guerrero
Miró por el ventanal. Esta amaneciendo y el sol nos baña de luz .
- Buenos días amor.- me dice sonriendo.