Al Caribe por trabajo (9)

Cristina, una bella auditora, viaja al caribe por trabajo, pero, ¿solo trabajara? Capitulo 9: Violación de Julio el conserje

Capitulo 9: Violación de Julio el conserje

Me despertó a la mañana siguiente el sonido del teléfono de la mesita de noche de mi habitación. Al descolgar pude escuchar la dulce voz de mi adorada Susana.

  • Vamos arriba cielo que se te pegan las sabanas jajaja Ya he visto a Juan y Jonathan y visto el careto y las ojeras que llevan la fiesta debió alargarse. Espero que disfrutaras de su compañía, porque al contrario no es necesario ni preguntarlo al dejarlos con una autentica diosa – me alago Susana.
  • Susana ya vale que me vas a ruborizar con tanta mentirijilla jajaja Lo pase fenomenal con los chicos, aunque hubiese preferido estar en tu compañía – le conteste yo
  • Por eso te llamo, en un par de horas paso a recogerte para ir de compras como acordamos, y tranquila que paga el hotel. Te dejo que te prepares, y mando que te suban un desayuno para que recuperes fuerzas. Un beso amor.

Y diciendo esto colgó la comunicación, dejándome soñando con poseer o dejarme poseer por esa increíble mujer. Me levante al fin de la cama y me di una reparadora ducha después de la maratón sexual de la noche anterior, y me aplique un poquito de crema en mi anito, el cual tenia lógicamente algo dolorido.

Cuando estaba acabando de aplicarme la crema, hoy que llamaban a la puerta. Al estar desnuda por acabar de salir de la ducha me coloque la toalla que había usado, la cual me tapaba desde mi pecho hasta poco mas de medio muslo, pero no quería tener esperando a la persona que golpeaba. Aun no me había dado tiempo a secar mi pelo, por lo que mi pelo aun húmedo caía por mis hombros desnudos de manera seductora.

Me encamine descalza y abrí la puerta de la suite para ver de quien se trataba. Era Julio, el mismo conserje que me había pillado en varias situaciones comprometidas me volvía a ver bastante ligerita de ropa. Se quedo con la boca abierta sin articular palabra. Delante de el había un carrito, por lo que supuse que seria mi desayuno lo que traía.

  • Buenos días Julio, perdón por recibirte así pero vengo saliendo de la ducha. Supongo que me traes mi desayuno. Pasa y espera un segundo que voy a darte una propina – le dije para suavizar la tensión creada.

Al volverme para ir por mi bolso, la toalla se engancho en un quicio de la puerta, y sin saber como por la inercia de mi movimiento me quede desnuda como me trajeron al mundo. Intente con mis manos cruzandolas sobre pecho y pubis tapar lo posible, pero mis sugerentes atributos estaban a la vista de este chaval, que no sabia que podía pensar de mi hasta que le escuche decir tras dar un portazo:

  • No te preocupes por la propina Cristina que me la voy a tomar yo mismito jajaja
  • Julio no te equivoques por favor. Esto es un malentendido –le intente hacer ver a la vez que retrocedía lentamente hacia el interior de la suite
  • Me da igual lo que sea. Llevas como una puta calentándome desde que llegaste, y ahora me voy a desfogar quieras o no – me grito con cara de salido a la vez que se abalanzo sobre mi.

Intente huir pero el fue mucho mas ágil que yo, y rápidamente me agarro y me tuvo a su merced. Se puso a mi espalda agarrándome las manos por detrás con una mano, mientras con la otra repasaba todo mi cuerpo, desde mis tetas a mis labios vaginales, a la vez que me decía todo tipo de ordinarieces al oído de lo que me iba a hacer.

Con el cordón de la bata de baño, que tenia sobre la cama, me ato las manos a la espalda para tener las suyas libres, y me arrojo sobre la cama, y empezó a chuparme con sus labios y lengua por todo mi cuerpo. Cubrió de sus babas todo, haciendo especial incidencia en mis pezones, que acabaron irritados de tanto chupeteo mezclado con algún que otro mordisco.

  • Ahora te voy a follar como a la perra que eres, y te aconsejo no grites si no quieres que te de una paliza que no olvides en tu vida.

Y dicho esto me abrió las piernas en V, y bajándose los pantalones y colocándose en medio pude ver que iba a penetrarme. No estaba mal dotado, pero comparado por ejemplo con mis dos sementales de la noche anterior era bastante normal. Me la metió hasta el fondo de mi vagina, acto que me molesto mas por la falta de lubricación que por el grosor de su pene, y empezó a bombearme con furia.

Creía que iba a correrse rápido debido a la calentura que traía, y no andaba muy lejos. Pero antes me dio la vuelta, y colocándome boca abajo en la cama, me coloco su polla a la entrada de mi culo.

  • Estoy a punto de correrme pero lo voy a hacer dentro de tu culo. Me vas a llevar a la desgracia pero al menos que sea por catar este pandero – y me dio un palmetazo en cada nalga con cada mano que me hizo gemir y encoger algo mi trasero.

Al momento note como su pene se interno sin problemas en mi ano, en parte por la practica intensiva de los últimos días, ademas de la cremita que me acababa de aplicar tras ducharme. Me bombeaba con violencia, y reconozco que si bien tampoco sentía un gran placer, tampoco me desagradaba la follada, a pesar de no ser consentida por mi parte.

Pero cuando mejor estaba note el liquido recorrer mi ano. Se había corrido como un burro por la cantidad de semen que notaba en mis intestinos, y me había dejado a mitad de gozo.

Julio estaba desfondado echado sobre mi, aun con la polla metida en mi trasero, y empezaba a ser consciente de lo que había hecho, cuando escuchamos abrirse la puerta de la suite...

  • Cristina donde estas cariño. Vamos que tenemos que ir de compras que hay que buscar ropa que te haga aun mas bella si es posible. Cristina Cristina...

Oíamos a Susana acercarse al cuarto donde habíamos acabado, cuando Julio de un salto salio por la terraza para desaparecer justo a la vez que Susana entraba en el cuarto, y no pudo detenerlo.

  • Pero Cielo que ha pasado aquí. ¿Que te ha hecho el animal de Julio?  ¿Te ha violado cariño? – me decía mientras me desataba las manos de mi espalda
  • Siiiiiiiii – fue todo lo que pude decir y me eche a llorar en sus brazos
  • Como lo coja lo mato te lo juro – gritaba por la ventana buscando donde había ido

Susana se acerco a la cama y me acaricio delicadamente intentando consolarme en la medida de lo posible, ya que estaba empezando a asimilar que había sido objeto de una violación, y estaba llorando a moco tendido. Me abrazo fuertemente contra su pecho, lo que alivio en buena medida mi pena al estar en sus brazos.

  • Vístete rápido que tenemos que ir a denunciarle a la policía local. Yo te acompañare. – me dijo instándome a acompañarla a la jefatura de policía. Yo solo quería seguir en sus brazos.
  • Pero si solo tengo lo que traía cuando llegue, el traje chaqueta con la minifalda blanco, y no se ni donde tengo el top que me pongo con el – le indique
  • Pues te pones un sujetador debajo y punto. Y no te laves que te tendrán que hacer una revisión medica allí. Ah, y coge tu documentación personal.

Así en 5 minutos estaba subida en un coche oficial con mi diminuto y sexy traje camino de la jefatura de policía local para presentar queja por violación contra Julio acompañado de Susana. Tardaríamos mas de media hora en llegar, ya que el complejo hotelero estaba bastante apartado. Nos bajamos Susana y yo, la cual se dirigió nada mas entrar en las dependencias hacia la oficina del Capitán de la Policía Local, y le explico bastante enojada lo que había sucedido.

El capitán se llamaba Tomas, y yo notaba que no dejaba de echarnos un exhaustivo repaso a nuestra anatomía a la vez que charlaba con nosotras, especialmente a mi. Debía rondar los 50 años, y sufría de barriga cervecera, ademas de tener un bigote canoso poco aseado de lo mas desagradable.

  • Por favor señora Susana, no se enoje con nosotros por culpa de un mocoso caliente que no controla sus impulsos sexuales, lógicos vista la belleza de las presentes. Tomen asiento por favor señoras – nos indico el capitán

Eso hicimos, yo intentando evitar que se me viera mi ropa interior debido a la raja de la minifalda al cruzar mis piernas, ya que estaba atento a mis movimientos el viejo ese.

  • Déjese de halagos y haga su trabajo de una santa vez. Este hecho no voy a consentir que quede impune – le grito con malos humos Susana.

Note que al capitán no le gustaba la actitud de Susana, pero era listo y se sabia controlar, ya que sabia del poder que tenia el complejo en la vida de la isla, por lo que intentaba calmarla

  • No se preocupe señora Susana, que haremos una investigación exhaustiva, y el culpable acabara con sus huesos en prisión, como supongo que sera su interés. – intento explicarse Tomas – Señorita me permite su documentación por favor para abrir la denuncia.
  • Claro aquí tiene – le dije mientras alargaba mi mano para hacérsela llegar, la cual agarro mas sensualmente de lo necesario, pero no quise armar ningún escándalo.
  • Gracias señorita.... Cristina Fernández por lo que puedo leer. Ahora pasaremos a la sala de interrogatorios junto con nuestro medico para tomarle declaración – me dijo – Doña Susana esto va a tardar varias horas por lo que le sugiero que se vuelva al hotel, y una vez terminada mandare una patrulla para devolverla sana y salva, y si se hace muy de noche el ayuntamiento le pagara el alojamiento en la mejor suite disponible, ya que supongo que tendrá asuntos que resolver.
  • Si tengo cosas pero no quiero dejar aquí sola a Cristina en estos momentos – la oí decir pero en su cara note la preocupación por las cosas pendientes.
  • No te preocupes Susana que Don Tomas me cuidara como si fuera su hija. No hace falta que te quedes aquí esperando sin poder hacer nada hasta que acabe de declarar – Le dije intentando aparentar una confianza y una entereza que no tenia realmente
  • Pero Cristina – intento decir cuando Don Tomas la corto nuevamente
  • Susana tendrías que esperar horas hay fuera con toda la chusma que tu sabes que pasa por esta jefatura a diario sin poder ayudar en nada a esta chica, ya que en la declaración no puedes estar presente
  • Susana por favor vete, así solo tendré una preocupación que sera declarar y no estar pensando también como te encuentras – le rogué
  • De acuerdo si me lo pedís acepto contra mi voluntad. Pero llamare varias veces para ver como va la cosa – indico y dándome un beso en los labios, y dándole la mano a Don Tomas salio de la oficina para coger el camino de vuelta al complejo hotelero.
  • Bien Cristina acompáñame a la sala de interrogatorios. Me esperaras allí mientras busco al medico. Vamos sígueme – me dijo abriéndome la puerta y dejándome salir en primer lugar de la oficina.

Hacia un calor y una humedad terrible en el sitio, por lo que rápidamente mi poca ropa se me pego a mis contornos mientras nos desplazamos por la jefatura. Parecía como si fuéramos haciendo un Tour de visita porque estuvimos dando vueltas durante casi 20 minutos, en los que recibí toda clase de piropos e improperios desde policías a delincuentes. Nadie quedaba indiferente ante mi presencia, casi me gastaron y me comieron solo con la mirada.

Por fin llegamos a una sala, de la cual abrió la puerta y me hizo pasar al interior, diciéndome que lo esperase allí que iba a buscar al medico. En el centro había una mesa con sillas y en un lateral una cama de chapa. Se notaba que debía ser insonorizada por el acolchado de la pared, y tenia un gran espejo, como los que se ven en las películas que no puedes ver a la gente que esta detrás, pero eso solo lo imaginaba ya que no sabia si era falso o no.

Estuve durante un rato esperando, en el cual no deje de pensar en todo lo que me había ocurrido desde que había pisado esa maldita isla. Sentada en una silla bastante incomoda no dejaba de pensar en mi desdicha de los últimos días, aparte de que me estaba ocurriendo en el aspecto sexual.

Pensando en estos temas andaba cuando entraron al cuarto el Capitán Tomas acompañado por otro joven de tez morena similar a la mía, habitual por aquellos lares, bastante mas joven que el capitán, vestido con una capa blanca que supuse seria el medico al que había ido a buscar.

  • Bien Dona Cristina por fin he encontrado al Licenciado Jiménez, que se encargara de la evaluación medica. La veo un poco tensionada cierto – me pregunto el capitán
  • La verdad es que si capitán, pero por favor tráteme de tu por favor. Mucho gusto licenciado – le conteste
  • Eso tiene solución. Por favor licenciado inyectele una dosis de lo que usted ya sabe – le dijo Don Tomas al medico
  • ¿Como que me inyecte? ¿Pero porque razón? – dije mostrando un elevado grado de desconfianza en mi tono de voz
  • No confía en la autoridad señorita? – me presiono el capitán
  • Por supuesto señor – que iba a decir en esa situación.
  • Bien entonces relájese y deje actuar a nuestro experto medico – cerro la conversación don Tomas

Y el medico procedió a colocarme una inyección en mi brazo izquierdo, para la cual no tuve que retirarme mi chaqueta ya que la manga de la misma era corta. Sentí un leve pinchazo, para al poco tiempo sentir como mi cuerpo se relajaba, incluso en exceso pensé.

  • Bien Cristinita vamos a iniciar el interrogatorio si le parece bien. ¿Esta ya mas relajada?
  • Si – le conteste
  • ¿Jura decir toda la verdad y no poner dificultades al esclarecimiento de la verdad de los hechos investigados?
  • Si – conteste cada vez mas relajada
  • Entonces empiece a relatarnos los hechos señorita

Empece a contarles lo que me había ocurrido, que iba saliendo de la ducha cuando llamaron, que salí a abrir solo con la toalla y que esta se engancho dejándome desnuda.

  • ¿Y se quedo completamente desnuda? – Pregunto el capitán
  • Si – fue todo lo que agregue notando como me ruborizaba
  • Vaya vaya señorita vaya vaya. Esto nos crea un problema – dijo el capitán mirando al medico
  • ¿Que problema señor? – pregunte
  • Creo que el Licenciado estará de acuerdo con mi apreciación pero le voy a tener que pedir que se desnude señorita – me soltó de golpe el viejo barrigón del capitán
  • ¿como? – fue todo lo que atine a decir ante mi sorpresa
  • Licenciado usted que opina – le pregunto al medico
  • Estoy de acuerdo con usted capitán. Para poder apreciar mejor los hechos debemos ser conscientes de los sentimientos del acusado, y para ello debemos verla en la misma condición que en ese momento. Este tranquila que esta entre profesionales – le replico el medico
  • ¿Pero...? – la situación me parecía tan surrealista que no sabia que decir aparte que la inyección cada vez me mantenía mas relajada y me costaba concentrarme
  • Vamos señorita colabore con la investigación o tendremos que detenerla por dar falso testimonio y negarse a contribuir al cierre de la misma – me decía Don Tomas a la vez que rodeaba la mesa para acercarse a donde yo me encontraba
  • ¿Detenerme...? – Ya solo era capaz de hacer comentarios cortos por mi estado
  • Si detenerla por eso le aconsejo que colabore amablemente a lo que le vayamos pidiendo jajaja – escuche que me decía muy cerca de mi oído el capitán

Al instante note unas manos poderosas que procedían de mi espalda recorrer el frontal de mi cuerpo para desabrochar los botones de mi chaqueta. Intente detenerla pero me sentía muy débil, poco podía hacer

  • Cristina relájese y déjeme hacer que somos unos profesionales jejeje – me dijo Don Tomas al oído ya que sentí su pesada respiración en mi cuello a la vez que me retiraba el pelo hacia la espalda para dejar mi frontal libre

No se que me pasaba pero no podía oponer resistencia, mi cuerpo no me acompañaba. Que me habrían inyectado pensaba entonces. Pero Don Tomas no se detuvo. Sin prisa pero sin pausa fue retirando los dos botones que cerraban mi chaqueta blanca, para dejar mi torso solo tapado por el sujetador negro que me había colocado, que era bastante diminuto y tapaba con dificultad mis senos, aparte de tener transparencias, pero no tenia otros a la hora de vestirme en el hotel a causa de la perdida de mis maletas.

  • Vaya señorita Cristina, que ropa interior mas sugerente trae puesta. Échese un poco hacia delante para retirarle la chaqueta del todo – me dijo a la vez que me ayudaba a incorporarme un pelin y me la retiraba por detrás.

Volví a dejarme caer en el respaldar cuando note sus manos recorrer mi cuello camino de mis senos, para desabrochar el cierre delantero del sujetador, que con gran habilidad me retiro, dejando mis pechos a la vista. Puse mis manos en cruz sobre ellos con la poca energía que me quedaba .

  • No señorita ayúdenos a esclarecer los hechos por favor, retire sus manos a los costados – me dijo a la vez que me tomaba las mismas y me las colocaba donde quería, para dejarles la vista limpia y sin obstáculos de mi delantera – Colóquese un segundo de pie por favor señorita.

Fue la siguiente orden que me hizo. Me incorpore como una autómata sin saber porque, pero lo hice. Vi como Don Tomas se arrodillo delante mio, y a la vez que pasaba sus poderosas manos por mis glúteos, deslizaba la cremallera posterior de mi minifalda, la cual cayo hasta mis tobillos por causa de la gravedad, dejándome vestida solo con un diminuto tanga negro a juego con mi ya perdido sujetador.

  • Joder Cristinita vaya espectáculo que se debió encontrar el acusado. ¿Que opina Licenciado? – pregunto Don Tomas
  • Uffffffffffff – fue todo lo que añadió atento como estaba a mis curvas el medico.

Una risa estridente salio de la boca de Don Tomas, a la vez que sus manos siguieron de su labor. Tras un nuevo repaso a mis glúteos aun mas descarado que el anterior, y en esta ocasión sin ropa que lo obstaculizara en lo mas mínimo, tirando de la tira del tanga lo saco de entre los cachetes y lo deslizo por mis muslos hasta dejarlo junto con la minifalda en mis tobillos.

  • Levante los pies un segundo señorita para poder sacarle la ropa del todo – cosa que hice sin objeción ¿Que me habían inyectado? Pensaba mientras siguió diciendo – ¿Le quitamos los zapatitos de tacón alto tan monos que lleva, Licenciado? – pregunto
  • Yo se los dejaría capitán, a mi personalmente me parece mas sexy así jejeje – le contesto
  • Se lo dejamos entonces, es un detalle sin importancia para la investigación. Señorita no se siente si no se lo ordenamos, ya que estaba de pie cuando la atacaron, ¿cierto? – me pregunto Don Tomas
  • Si capitán – atine a contestarle allí desnuda en mitad de la sala mientras los dos policías no dejaban de quitar ojo a mi cuerpo
  • Bien perfecto ahora que estamos en situación continuemos, ¿que mas ocurrió? - me interrogo nuevamente
  • Pues que se abalanzo sobre mi y me redujo y me llevo a la habitación de la suite y me derribo en la cama – le conteste
  • ¿como la redujo Cristina? ¿Le comento algo al retenerla?
  • Primero con sus manos y después me las ato con la cuerda de la bata de baño a la espalda. Me dijo que me iba a dar la propina – les comente tal y como había acontecido
  • Jajajaja perdone que me ria pero que te iba a dar la propina jajaja ¿Que le parece Licenciado? – le interpelo al medico
  • Que vaya mariconazo, la propina solo cuando se merece darle la cartera entera – contesto con aire de sádico mientras me repasaba de arriba abajo y bufaba como fiera enjaulada
  • No le eche cuenta Cristina que es un bromista jajaja – me comento viendo mi cara al oír el comentario del medico – Así supongo que fue como te ato ¿verdad?
  • ¿Pero...? – el cabrón me había atado las manos a la espalda con unas esposas mientras me interrogaba y ahora estaba inmovilizada delante de ellos
  • No te asustes que es para mantener la historia tal cual ocurrió – me indico Don Tomas – Y dices que te llevo a la habitación...
  • Siiiiiii – conteste presa del pánico pero sin energías para hacer nada mas. Seguia en estado de aturdimiento
  • ¿Y que hizo allí? – me pregunto
  • Me tiro en la cama de espaldas
  • Aja te tiro en la cama. Curiosamente aquí tenemos una cama que supongo no sera tan cómoda como la suya de la suite, pero que nos puede valer. Túmbese de espaldas para seguir con el interrogatorio – me indico
  • ¿Como? – pregunte
  • Que te tires en la cama joder – y dicho esto me agarro y de un empujón me derrumbe en la cama quedando boca arriba en la misma – No me hagas perder tiempo o te meto un paquete u otra cosa por desacato a la autoridad y falta de colaboración
  • Por favor déjeme – le rogué mientras lloraba a moco tendido sobre la mugrienta cama
  • No puedo dejarte. Una acusación de violación es una cosa muy muy grave para dejarla a medias – me dijo mientras me miraba con gesto serio
  • Por favor... – volví a rogarle
  • Déjate de pedir favores que si estamos aquí es por tu gusto. A ver ¿que mas te hizo el acusado? – me pregunto
  • Me toco – le respondí aun a sabiendas de lo que podía ocurrir
  • ¿Que te toco? ¿Por donde te toco? – me siguió interrogando
  • Por todas partes – dije
  • ¿Te toco por el cuello? – me pregunto a la vez que su mano se deslizaba por mi cuello y me acariciaba esa zona, a la vez que con sus labios lo besaba y daba mordiscos en el mismo, lo que me erizaba mi piel
  • Siiiii
  • ¿Y te toco los pechos? – y bajo sus manazas a esa zona. Me aprisionaba cada teta por completo con cada mano y me estaba volviendo loca
  • Siiiiiiii
  • ¿Y tiraba de tus pezones para ponértelos rígidos? – y hacia lo que decía. Los pillaba entre dos dedos y tiraba de ellos hasta su máximo consiguiendo una mezcla de dolor y placer alucinante. No sabia ya ni lo que contestaba
  • Nooooooooooooo
  • ¿Y te hubiera gustado? – mientras tiraba aun mas fuerte
  • Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
  • Pues vaya mierda de violador. ¿Y te acaricio el coño? – y eso hizo, me tenia loca. Pasaba sus dedazos por mis labios con una mezcla de suavidad y rudeza que me tenia cachondisima
  • Noooooooooooo
  • ¿Y no te comió el coño? – y abriéndome las piernas empezó a darme lenguetazos en mis labios vaginales, desde abajo casi pegado a mi ano hasta recrearse con la punta a lo alto de mi clítoris. Estaba como loca, ni me acordaba donde estaba en ese momento
  • Nooooooooooo
  • ¿Entonces que coño te hizo? – me pregunto parando un segundo para a continuación volver a la maravillosa labor
  • Me follo el coño con su mierda de polla – una vez dicho no se como pude llegar a decirlo
  • ¿Como? ¿Tenia una polla pequeña? ¿o es que a ti te gustan gordas? – pregunto mientras me metía dos dedos dentro de la vagina
  • Uuuummmmmmfffff me gustan muuuuuuuyyyyyy gordas – respondí
  • ¿Entonces ese fue el problema? ¿no que te follara a la fuerza guarra? – me pregunto mientras me metía un tercer dedo y aceleraba el ritmo
  • Siiiiiiiiiiiiii – respondí sin saber realmente que decía
  • ¿Quieres que te meta la mía, puta, que es bien gorda? – me volvió a preguntar
  • Siiiiiiiiiii – no dude la respuesta
  • Pues pídemelo zorra – me dijo
  • Por favor...
  • Por favor que zorra – me pregunto
  • Que me folles, que me revientes, que me rompas el coño con tu polla, que hagas conmigo lo que quieras, pero no me dejes a medias como el maricón de esta mañana – no me pude controlar mas y estalle con esa confesión de la que después me arrepentiría.

Vi como se levantaba de lamerme el coño, y se retiraba el cinturón. Era un hombre repulsivo viéndolo reflexivamente, pero en ese momento lo esperaba con mis piernas abiertas y masturbándome y gimiendo como una autentica ninfomana. Se bajo los pantalones a la vez que se bajaba el slip y quedo desnudo porque la camisa se la habría quitado anteriormente sin yo darme cuenta, y dejo a la vista una polla descomunal que cogía con su mano derecha sin casi abarcarla a pesar de sus manazas.

  • ¿Que te parece esta polla guarra? – me preguntó
  • Perfecta – mi calentura no me dejaba pensar, iba a reventarme ese cabrón
  • ¿Quieres que te la meta?
  • Siiiiiiiiiiiiiiiiiii siiiiiiiiiiiiiiiiii – no podía aguantar mas, me iba a correr solo de pensar tenerla dentro. Estaba calentisima, no se que me ocurría
  • Pues ahí la llevas

Y me la hinco hasta la empuñadura. Mi cuerpo se encorvo ante la intromisión, de mi boca salio baba sin control, a pesar de la abundante lubricacion de mi vagina note como cada centímetro de esa polla se colaba en mi vagina, ya que jamas había sentido algo de ese grosor.

Mis piernas quedaron a los lados de su cuerpo, con su barriga cervecera pegada a mi planisimo vientre, mientras me embestía como un loco como queriendo sacarme su enorme polla por la boca. Yo me dejaba hacer, me limitaba a soportar los empellones en mi vagina, los cuales me provocaban una mezcla de dolor a su paso como una enorme excitación cuando notaba como sus huevos tocaban mi ano, señal de que me la había tragado entera.

Cada vez me costaba menos aguantar sus penetraciones, pese a que el no dejaba de acelerar su follada. Me estaba volviendo la excitación anterior, mis piernas las había colocado en su espalda para facilitar su penetración. Siguió follándome y follándome no se cuanto tiempo mas, cada vez mas cerca del orgasmo

  • ¿Te gusta guarra? – me pregunto bufando como un toro
  • Siiiiiiiiiiiiiii Uuuuffffffffffffffffffffff
  • ¿Te gusta mas esta polla guarra?
  • Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
  • ¿Quieres que pare?
  • Nooooooooooooo sigueeeeee revientaameeeeeeeeeeeeeeee
  • Toma guarra toma te voy a reventaaaaaarrrrrrrrr – y se corrió como un animal dentro de mi coño
  • Aaaahhhhhhhhhhhhhh – Al notar su semen no pude aguantar mas y me corrí como una loca

No se cuanto tiempo paso pero note como su polla salio de mi vagina dejándome desmadejada y reventada en el camastro aquel

  • Sabes una cosa guarra – me dijo – Julio es mi sobrino preferido y ya me había hablado de ti zorra. No le vas a joder la vida porque yo no te lo voy a permitir
  • ¿Como? – pregunte casi sin saber lo que pasaba
  • Lo que oyes, con lo que has dicho cuando te follaba, que ademas esta todo grabada, te voy a denunciar por denuncia falsa
  • ¿Pero....? – seguía aun en medio trance después del orgasmo
  • Te voy a joder la vida zorra como no hagas lo que te diga jajajaja
  • Por favor... – y me eche a llorar como una niña pequeña sin comprender mi mala suerte
  • Ahora te voy a traer una declaración que vas a firmar sin rechistar exonerando de cualquier culpabilidad a mi sobrino ¿Entendido?
  • Si – conteste mientras seguía llorando
  • Perfecto ahora mismo vuelvo pero según mi sobrino te follo el culo también ¿cierto?
  • Si
  • Y no vamos a dejar al Licenciado con ese calenton jajaja . Vamos culo en pompa ahora mismo guarra y sin protestar
  • Por favor – suplique
  • Que te des la vuelta – y cogiéndome por el pelo me obligo a quedar bocabajo sobre la cama – Vamos Licenciado aprovecha mientras vuelvo, y tu ni te cosques zorra

Y escuche cerrarse la puerta a la vez que rechinaba la cama donde estaba recostada sin atreverme a moverme. Unas manos se colocaron en mis nalgas para separarmelos y dejar aun mas expuesto mi agujero trasero

  • Veo que tienes el culito ya bastante trabajado – me decía a la vez que me palmeaba el culo con saña
  • Por favor no me pegues – lloraba lastimeramente
  • Calladita si no quieres problemas, pero si prefieres que te folle tu misma jajaja

Y dicho esto sentí como se colocaba un grueso glande en la entrada de mi ano, y de un fuerte empujón sin preparar me lo incrusto hasta mas de la mitad

  • Aaahhhhhhhhhhhhh por favor despacio me dueleeeeeeeeeeee – me queje
  • Callada y aguanta que aun te queda polla jajaja

Y de otro empellón me la metió hasta los huevos,y sin parar empezó una follada que me limite a soportar lo mejor que pude, pero sin llegar a excitarme en ningún momento. El medico si que estaba disfrutando ya que bufaba al lado de mi cuello y emitía gemidos como un animal.

No se el tiempo que estuve allí tirada mientras me follaba el culo, y me lo abría aun mas de lo que ya lo tenia, hasta que note como corría su semen por mis intestinos y se retiraba de mi trasero, y me dejaba allí tendida aun mas humillada.

Continuara...


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