Al Caribe por trabajo (6)
Cristina, una bella auditora, viaja al caribe por trabajo, pero, ¿solo trabajara? Capitulo 6: Llegada al hotel
Capitulo 6: Llegada al hotel
Esa fue mi tarea el resto del camino al hotel. Mi boca tenia un sabor pastoso después de recoger de los asientos del taxi todas las corridas de los chavales, teniendo restos de semen por toda la comisura de mis labios y mejillas, así como por mi melena al refregar mi cara por los asientos para no dejar ni gota, como el maldito taxista me exigió, llegando a parar incluso un par de veces para darme nalgazos por no estar realizando bien mi trabajo, según el.
Mas limpios me fue imposible dejarlos solo con la ayuda de mi lengua y mi boca, los chavales se habían descargado a gusto viendo el espectáculo que les dimos. Tal y como me indico, grabe en su móvil un vídeo de como recogía las corridas, el cual le pase una vez termine mi labor, que coincidió con la llegada a un enorme complejo hotelero, que según me informo era la dirección que tenia apuntada en el papel que le enseñe en el aeropuerto.
- Vamos guarra abajo de mi taxi, y espero que hayas dejado todo limpio como la patena y no tenga que volver por aquí para darte un severo correctivo y quejarme de ti a tus superiores en el hotel. – me dijo el taxista una vez paro en la puerta del hotel.
- Señor, por favor, déjeme en paz de una vez, he hecho todo lo que me ha pedido.
- Que te bajes de una vez puta que me quiero largar de aquí lo mas rápido posible. Fuera coño
Y eso hice, me baje. Y nada mas hacerlo salio derrapando con el taxi como si lo estuvieran persiguiendo.
Me quede en la puerta del hotel como en shock después de lo que me había pasado en las ultimas horas. Estaba empezando a oscurecer a esa hora, pero mi mente no respondía, hasta que escuche una voz desconocida:
- ¿Puedo ayudarla en algo señorita? – oí que me preguntaban
Levante la vista y pude ver a un mulato vestido con un traje chaqueta que supuse seria el que usaban los empleados del hotel. Era guapo, se veía que tenia un cuerpo bien formado, pero lo que pensaba en ese momento era la impresión que debía estar dándole en ese momento. Vaya facha que debía de tener después del viaje en taxi realizado.
- Si por favor, podría avisar a Susana de que he llegado al fin. Soy Cristina, la nueva auditora. Si hace el favor de indicarme también un cuarto de baño para asearme mientras la espero – le indique intentando aparentar la mayor seriedad y elegancia posible, algo difícil ya que olía a sexo y semen a distancia.
- Sin duda alguna Doña Cristina. Estábamos esperando su llegada. Acompáñeme y le indico donde esta el aseo mientras me acerco a recepción para avisar a Doña Susana – me indico haciéndome un gesto para que lo siguiera en su caminar.
Nada mas entrar al hall del hotel me indico una puerta donde se encontraban los aseos. Rápidamente me introduje en ellos, para evitar la vergüenza que estaba pasando a ojos de este empleado. Que iban a pensar de mi en el hotel si se corría la voz.
Lo primero que hice fue mirarme al espejo, y casi me da algo de la impresión al verme. Mi cara brillaba, pero no por efecto del sudor, sino de la cantidad de semen que aun quedaba en la misma y que me había refregado por la misma como si fuera crema facial cuando lo había recogido de los asientos. En mi pelo también tenia manchones blancos de lo mismo. Y mi ropa estaba totalmente arrugada y tenia un aspecto imperdonable.
Me lave mi cara y mi melena con el chorro de agua fresquita que salia de los lavabos para al menos quitar la mayor parte de los restos de la experiencia sufrida en el viaje en taxi, e intente colocarme y alisar mi ropa en lo posible, teniendo un resultado nulo en el intento.
Que iba a contarle a Susana que me había ocurrido. No podía dar impresión de ser una persona tan débil y tan fácilmente sobornable ante la gente a la que tenia que realizar la auditoria por la que me había desplazado, maldita fuera la hora, hasta ese país y ese hotel en concreto. Decidí no decir nada, y llevarlo en secreto a pesar del principalmente daño psicológico sufrido, aunque físicamente mi culito estaba sufriendo los síntomas del doble desvirgamiento sufrido en las ultimas horas, ademas de estar muy cansada por el esfuerzo realizado.
- Por fin Cristina, ya estaba empezando a preocuparme. Estaba a punto de llamar a los abogados para que se informaran de que es lo que ocurría y porque no llegabas. Que tranquilidad cuando Julio me ha dicho que habías llegado cariño – escuche decir a una voz que rápidamente reconocí, y que hizo que mi espíritu y mi humor cambiara de momento. Mi amada Susana, Hacia solo unas horas que no la veía y me parecían años
- Susana... – Fue todo lo que dije y corrí a sus brazos, empezando a llorar para desahogarme por lo que me había ocurrido
- ¿Que te pasa Cristina? ¿Te ha ocurrido algo? ¿Porque lloras? Dime Cristina mírame – me separo de su cuerpo con sus brazos levantándome la barbilla para que la mirara a esos ojazos que me hipnotizaban
- No Susana lloro por el miedo que tenia por que me expulsaran del país. Lloro de alegría porque todo se haya solucionado para bien. Y por volver a verte, te echaba de menos – le mentí pero que iba a hacer. Era débil, yo lo sabia, pero no quería que los demás lo supieran.
- No pasa nada cielo. Ya paso todo. Vamos acompáñame que estas hecha un desastre. Querrás descansar después del día que llevas
Y diciendo esto me dio un cálido beso en los labios, y agarrándome de la cintura me acompaño cruzando el hall y subiendo en el ascensor hasta mi suite, la cual abrió con una llave que llevaba en su bolsillo.
- Descansa cielo. Date una ducha y duerme, y ya mañana te enseño el complejo, y te presento a la gente que debes conocer, que ya se ha hecho de noche. Me voy que tengo que terminar un trabajo.
Y dicho esto me acaricio mi cabeza y cerro la puerta de la suite, dejando la llave en la mesita de la entrada. La habitación era inmensa, mas grande y amplia que mi casa de Madrid, y con todo lujo de detalles. Pero no tenia ganas de observar nada. Mi cuerpo no podía mas.
Rápidamente me quite la ropa, me di una ducha rápida en la bañera, observando que tenia hasta un jacuzzi en el aseo, que ya probaría otro día, y una vez me quite los restos que aun quedaban por mi cuerpo de las folladas del día, me deje caer en la cama y caí en un profundo sueño.
No se cuantas horas pasaron, solo que me despertó el sonido del timbre de la puerta. Me incorpore de la cama como buenamente pude, aun notaba los excesos del día anterior. Estaba completamente desnuda, ya que me gusta dormir así, y no sabia donde estaba mi maleta y mi ropa. Envolví mi cuerpo lo mejor posible con la sabana de la cama y me acerque a comprobar quien llamaba a la puerta de la habitación.
Al abrir comprobé que era Julio, el chico que me recibió a la llegada al hotel. A pesar de sus buenos modales, note que no pudo dejar de dar un repaso a mi cuerpo que sugerentemente solo se escondía tras una fina sabana blanca de seda, lo que hizo que no pudiera evitar ruborizarme.
- Buenos días Doña Cristina. La señora Susana le envía el desayuno, ademas de este paquete que me ha indicado que le entregue. Si me permite pasar para dejarle el carrito del desayuno señora – Me informo del motivo de encontrarse a las puertas de mi suite.
- Buenos días Julio. Por supuesto pase y deje el desayuno. Perdone mi look pero me has cogido aun durmiendo, y no se ni donde están mis cosas
- No se preocupe, usted debe estar guapa con lo que lleve señora. Si me permite – y diciendo esto entro al salón de la habitación a dejar el carrito
- Señorita, Julio, y por favor trátame de tu – le decía mientras cerraba la puerta para que no me viera nadie del exterior solo tapada con la sabana.
Lo que no controle es que al evitar que me vieran desde fuera, me volví dándole la espalda a Julio, el empleado del hotel, dejandole al descubierto toda mi parte trasera, ya que solo había colocado la sabana para tapar el frontal de mi cuerpo, fundamentalmente mi culo, que era objeto de deseo por parte de los hombres, como pude comprobar sin ir mas lejos el día anterior.
Al volverme pude cerciorarme de mi error, al verlo vuelto hacia mi con la boca abierta de par en par y comiéndose mi cuerpo con los ojos, pero ya era tarde para evitarlo, por lo que lo mas inocentemente que pude volví a colocarme de frente a el para evitar que siguiera contemplando mi desnudez, no sin dejar de comprobar que mi cuerpo había hecho efecto en su ser por un mas que evidente bulto en sus ceñidos pantalones.
- Muchas gracias Julio, no te puedo dar una propina porque no tengo ni mi bolso a mano – le dije para intentar cambiar de tema y que pasara la embarazosa situación creada por mi descuido.
- No se preocupe señorita, ya me ha dado una propina mucho mejor. En el carrito viene también el paquete de doña Susana. La dejo para que disfrute del desayuno.
Y diciendo esto se despidió, dejándome pensando en lo que me había insinuado con lo de la propina. Que debía estar pensando de mi después de mi llegada ayer y de como lo había recibido en mi propia suite esta mañana. Pero no ganaba nada dándole vueltas a la cabeza, por lo que despojándome de la sabana que ya no necesitaba, me lance a engullir el desayuno, ya que estaba famélica porque llegaba sin comer desde el día anterior aparte del ejercicio físico realizado, que al menos al sentarme notaba en mi irritado y recientemente desvirgado agujerito.
Una vez saciado el apetito, me dispuse a abrir el paquete. Dentro del mismo venia un precioso y sensual biquini junto con un pareo a juego, así como un sobre cerrado que supuse traería alguna nota escrita, por lo que lo abrí y leí lo que venia dentro del mismo.
“ Querida Susana, espero que hayas descansado plácidamente en tu suite, la cual he escogido especialmente para ti personalmente. Es mi preferida de todo el recinto. Tengo que ausentarme durante todo el día del complejo, pero esta noche he concertado una cena a cuatro para presentarte a mis dos colaboradores mas estrechos en la dirección del hotel.
Mientras llega la noche espero que te relajes tras el día de ayer y disfrutes de nuestras instalaciones. Con tu llave, que deje en la mesita de la entrada, tienes acceso libre a cualquier actividad, así como a cualquier comida o bebida que te apetezca consumir.
Hay un problema con tu maleta, ya que se ha extraviado en el trayecto del aeropuerto al hotel, pero no te preocupes que pronto aparecerá. Tengo medio hotel buscándola.
Por si quieres tomar el sol y disfrutar de nuestras piscinas te mando este paquete con un biquini con el que estoy segura que te veras preciosa y resaltaras aun mas tu belleza.
Deseando verte a la noche y disfrutar de tu compañía, pidiéndote disculpas por no poder estar contigo en tus primeras horas en el hotel, me despido con un sensual beso.
Susana Martínez
Gerente del hotel
Una vez leída la nota, saque de su envoltorio el biquini. Era precioso, en un leve tono rosado que seguro me quedaría perfecto con mi tono de piel, pero a la vez era bastante mas sensual de los que yo solía usar cuando iba por Madrid a la piscina.
El conjunto constaba de dos piezas. La superior consistía en dos triángulos delanteros que a duras penas taparían poco mas que mis pezones, dejando buena parte de mis tetas a la vista, que se anudaban con unas diminutas tiras tanto a mi espalda como detrás de mi cuello, acompañado de una braguita del mismo color rosado consistente en un triangulo delantero diminuto que taparía mis labios vaginales si no hacia mucho movimiento, así como un leve hilito trasero para colocar en el pliegue de mi trasero, que dejaría a la vista de todo el mundo mi cola, el cual se acordonaba a los lados de mi cintura. Todo esto se acompañaba de un pareo a juego que al menos taparía mi culo mientras lo llevara puesto.
Mi ropa estaba inservible del trato del día anterior, olía a semen a lo lejos, por lo que o me pasaba todo el día encerrada en la habitación a la espera de mi equipaje, o me ponía el equipo que me había mandado Susana. Me apetecía ver el hotel, ademas que la ocasión me permitiría ver su funcionamiento como un huésped mas sin la ayuda de nadie, lo que me daría una mejor idea de como trabajaban.
Me decidí rápidamente, me duche y me coloque el biquini. Me mire al espejo, y estaba radiante, pero como no, si mi ropa interior era mucho mas recatada que el atuendo que usaba. Mi culo quedaba expuesto a las miradas ajenas en todo su esplendor si no usaba el pareo, por no decir el sensualisimo escote que lucia en mi pechera. Pero como decía Susana en la nota, iba espectacular.
Me coloque el pareo para disimular en lo posible la desnudez de mi trasero, y baje hasta el hall del hotel para pedir en recepción un folleto con un mapa y una descripción de las actividades que el complejo ofrecía. Habia de todo lo que una mente pudiera imaginar, era impresionante la cantidad de actividades que se podian llevar a cabo, así como el tamaño y amplitud de las instalaciones.
Me dispuse a dar un paseo para familiarizarme en lo posible con el complejo, en el que no deje de observar como era blanco de la mirada de toda la gente con la que me cruzaba en mi camino, tanto hombres como mujeres. Por un lado sentía algo de pudor por mi look, pero también me halagaba advertir el efecto que causaba en los demás. En Madrid no hubiese sido capaz, pero allí no me conocía nadie, lo que me tranquilizaba bastante.
Tras un rato de paseo, y supongo al cambio horario, me empece a encontrar bastante cansada, aparte que la humedad del ambiente hacia que me apeteciera disfrutar de un baño en alguna de las múltiples piscinas que tenia el complejo, pero por otro lado me daba pudor quitarme el pareo. En la duda estaba cuando mirando el folleto descubrí que estaba cerca de una piscina exclusiva a la que solo tenían acceso una pequeña parte de los huéspedes, lo cual supuse haría que estuviera menos atestada, y según me había indicado Susana yo tenia acceso a cualquier lugar.
Me decidí a probar suerte, y me encamine hacia allí. En la puerta de acceso pase por el escaner mi llave, abriéndose la misma y dándome acceso a la piscina. Era enorme y redonda, teniendo en el centro de la misma unas camas amplias que sobresalían del agua, que supuse que estarían ancladas al suelo con patas de hormigón, así como una barra cercana para disfrutar de cualquier bebida. Era impresionante, jamas pensé en encontrarme en un ambiente como aquel.
Comprobé que no había mucha gente, por lo que me relaje bastante, y decidí disfrutar de un baño en la misma. Me coloque en una tumbona que vi libre, y antes casi de llegar se acerco un empleado a preguntarme si deseaba algo de beber.
Le pedí un cóctel, ya que estaba sedienta, y le pregunte si disponía de algún kit de crema solar para no quemarme. Rápidamente me acerco ambas cosas, por lo que me dispuse a disfrutar de la estancia. Me bebí el cóctel casi al trago, estaba fresquito pero era algo fuerte para mi. Luego me quite el pareo con bastante vergüenza, mirando por puro pudor a los laterales para ver si me observaba alguien mi trasero. Vi que el empleado que me atendió no me quitaba ojo, pero no note muchos mas ojos atentos a mi, por lo que mis miedos se aplacaron bastante.
Me aplique la crema por todo mi cuerpo, ya que a pesar de mi color de piel, no tenia habito de tomar el sol y me podía ocasionar alguna quemadura que no deseaba. Una vez resuelto este tramite, me zambullí en la piscina a disfrutar del agua cristalina. Que gozada, siempre me había gustado nadar desde pequeña, y ya que no había mucha gente podía disfrutar de la amplitud de la misma.
En ello estaba cuando note como me salpicaba agua de gente que había saltado también a bañarse, y me vi rodeado por la presencia de varios individuos. Deje de nadar poniéndome de pie dentro del agua, y observe quienes eran los que me rodeaban, para descubrir que eran los amigos de Kevin, el hijo del dueño del hotel, los chavales que habían hecho el ultimo tramo del vuelo en avión con Susana y conmigo.
Solo de pensar lo que le habían hecho a la azafata me puse bastante nerviosa, pero cuando se abrieron un poco y dejaron pasar a Kevin me relaje bastante, no se el porque realmente, pero su sonrisa y su cuerpo me encantaban, me volvían loca. Su pelo mojado, sus pectorales desnudos, me puse a mil en segundo.
- Hola Cristina preciosa, vas espectacular. Te hemos visto ponerte la cremita solar y nos hemos tenido que tirar al agua para refrescarnos jajaja – oí que me decía mientras notaba como me agarraba por la cintura atrayéndome hacia su cuerpo – Recuerdo que en el avión prometiste tomarte una copa con nosotros. Chicos, que se note que somos unos caballeros, traedle una copa rápido.
- Kevin, se que te lo prometí, pero no debo porque acabo de tomarme un cóctel y no estoy acostumbrada a beber alcohol. Me alegro mucho de veros chicos, otro día me lo tomare encantada. Ah, y gracias por el piropo – le conteste intentando huir de allí para que no notara lo mojada que estaba y no solo por el agua de la piscina, sino también por su intimidante presencia.
- No nos puedes hacer el feo – me decía mientras no me soltaba atrayéndome mas hacia el, haciendo que notara la tremenda erección que llevaba – Vamos guapa relájate y disfruta, un chupito al menos no me puedes rechazar
- Bueno pero uno solo de acuerdo – acepte ya que no sabia que excusa poner, y estaba deseando volver a mi tumbona.
Rápidamente me vi brindando con los chavales. No se que me hicieron beber, pero era fuertisimo. Intente escupirlo, pero me taparon la boca y me obligaron a bebérmelo de un trago. Era puro fuego
lo que pasaba por mi garganta camino de mi estomago.
- Eso es Cristina traga que esta muy feo rechazar una invitación. Es de muy mala educación jajaja – me decía al oído Kevin mientras me restregaba su miembro por mi barriga y me acariciaba mi cintura
Yo no era capaz de articular palabra ni casi de moverme. La conjunción del cóctel mas el chupito me habían afectado bastante. No bebía casi nunca, y mucho menos lo que me acababa de tomar. No estaba borracha, pero si en un estado de semiinconsciencia que no me dejaba reaccionar.
Cada vez me notaba mas rodeada, el espacio entre los chicos y yo cada vez se recortaba mas. Notaba su aliento y su calentura por todo mi contorno, ademas de las manos de Kevin por mi cuerpo que no podía retirar. Note como agarraba los nudos del costado de mi diminuto bañador y los estiraba para retirarlos...
- No Kevin por favor déjame – le decía mientras trataba de sujetar sus manos para evitar lo inevitable
- Jajaja chicos Cristina dice que quiere otro chupito como el ultimo jajaja – y mientras decía esto note como me agarraba las manos mientras otro me tapaba la nariz – Bebe guapa bebe veras como te relajas y disfrutas mas de nuestra presencia jajaja
Y eso hice, bebí. No me quedo otra porque en cuanto abrí la boca para respirar por la falta de aire me echaron otro chupito dentro y me la cerraron, obligándome a tragar de nuevo lo que fuera que parecia fuego. Después de esto ya no tenia reflejos, era un pelele en sus manos, notaba pero no era capaz de reaccionar. Mis manos caían inertes alrededor de mi cuerpo, y me mantenía en pie porque Kevin me sostenía agarrada.
No reaccionaba, pero si note como finalmente desamarraron mis braguitas, y de un tironcito me la quitaron del todo. Empece a notar como varias manos empezaron a recorrer tanto mis muslos, como mi coño y mi culo. No podía contar cuantas manos a la vez recorrían mis partes intimas, si sabia que las de Kevin seguían quietas en mi costado sosteniéndome derecha para que sus colegas tuvieran pleno acceso.
Los toqueteos continuaban sin cesar, en medio de una piscina publica del hotel, y no podía hacer nada por remediarlo. No me salia la voz para protestar, pero lo que si empezaron a salir de mi boca fueron gemidos de placer en cuanto de los bruscos toqueteos pasaron a acariciarme el clítoris mas delicadamente con un pulgar, no se quien seria el dueño, mientras otro me introducía un dedo dentro del coño.
Mi mente me decía que me estaban violando en medio de una piscina, pero mi cuerpo iba por libre y empezaba a disfrutar de los tocamientos recibidos. También notaba como la erección de Kevin iba en aumento, y sin saber como mis manos se metieron por su bañador y agarraron ese pedazo de cipote. Y vaya pedazo de polla, jamas había tocado una ni tan siquiera similar.
- Vaya Cristina veo que te esta gustando nuestra compañía jajaja. Chicos ayudadme a llevarla a una tumbona al medio de la piscina que le voy a dar la bienvenida al hotel jajaja
- Venga Kevin joder no seas cabrón. Déjanos disfrutar de ella también
- Otro día chicos os prometo que disfrutareis de ella todos pero hoy es mía
Y yo mientras me repartían como una vulgar puta solo me dedicaba a gemir como una zorra y agarrar fuertemente su polla no se fuera a escapar. En esas andaba cuando note que me levantaban entre varios por encima de sus cabezas y me llevaban como un trofeo hacia una tumbona central. Vaya show con mi rasurado coño y mi apreciado trasero a la vista de todo el mundo que estuviera presente en la piscina. Me colocaron boca abajo en una cama amplisima, y note como se cerraba una especie de cortina a mi alrededor por toda la anchura de la tumbona, lo que daba un poco de intimidad.
El resto de los chicos se retiro, no sin antes darme una ultima caricia a mi trasero que estaba en pompa apuntando hacia el cielo, incluso alguna que otra nalgada que me dejo marca, quedándonos solo Kevin y yo dentro del habitáculo, ya este sin bañador y con una tremenda ereccion que también apuntaba hacia el cielo. Si en el avión por el ordenador se veía grande, en persona era monstruosa.
Seguía en un estado de semiinconsciencia, pero ya un poco recuperada del alcohol, pero de lo que no me había recuperado era de la calentura a raíz de los toqueteos. Necesitaba que me follaran, pero me daba miedo que fuera Kevin por mucho que me atrajera. Con esa polla me iba a abrir las carnes.
Estaba pensando eso cuando note que se subía a la tumbona, colocándome su cipote sobre mi culo, a la vez que retiraba el nudo de la parte superior de mi bañador, que aun llevaba, y retirando mi melena hacia un lado, a la vez que me besaba mi cuello y mi oreja me preguntaba:
- Dime Cristina quieres que te meta lo que estas notando en tu culo? Noto que el calentamiento te ha dejado bastante mojadita jajaja – mientras seguía acariciándome mi cuello a la vez que pasaba su polla por los cachetes de mi culo para que la notara. Yo no sabia que contestar
- Vamos dime zorrita, quieres que te la meta? – y note como con su pulgar me acariciaba mi clítoris, lo que venció cualquier ultimo atisbo de resistencia de mi cuerpo, abriéndome de piernas para que tuviera pleno acceso a mis muslos y me follara como quisiera –Vamos putita no te voy a follar hasta que me lo pidas.
- Joder cabrón follame de una puta vez por favor, no me hagas sufrir mas – le dije a gritos en un estado de enajenación sexual que no se porque sufría.
Y nada mas escucharmelo decir, se escupió en la polla una vez retirada de mis cachetes, y apuntando a mi coño me la clavo de un golpe hasta que le entro toda la cabeza y una parte de la misma. Me sentí como si me hubiesen clavado a la cama, vaya grosor tenia la polla de Kevin que me pareció que me abría en canal. Grite como una histérica rogándole que me la sacara, hasta que me tapo la boca para que no se escucharan tantos mis lamentos. No se lo que se escucharía fuera, pero nadie vino a mi rescate desde luego.
Kevin se mantuvo en esa postura durante un par de minutos, con sus manos haciendo presión en mi boca y su polla sin moverse dentro de mi vagina. Yo notaba como mi coño poco a poco se adaptaba aunque con sufrimiento al grosor de su polla. No se si Kevin lo noto también, o se harto de esperar, y avisándome me incrusto de otro empujón casi tres cuartos de su polla, que llego a sitios que jamas había llegado nadie, tanto en grosor como en largura. Yo chillaba como una posesa, se tenían que escuchar mis suplicas a pesar de taparme la boca, mis lagrimas habían encharcado el colchón.
- Vamos putita aguanta que pronto vas a empezar a disfrutar. Ahí llevas el resto – y soltándome la boca pero poniendo las manos detrás de mi cabeza y apoyándome la cara contra el colchón me dio un ultimo empellón hasta que sus huevos tocaron con mi vagina.
La sensación de dolor que experimente una vez totalmente empalada fue indescriptible en ese momento, solo pude morder el colchón con mis dientes para tratar de calmarlo en lo posible. Se quedo ahora si quieto por bastante mas tiempo, mientras yo me movía e intentaba escapar de ese suplicio que mi calentura había pedido.
Tras un buen rato empezó a hacer flexiones encima mio, sacándome mas de la mitad de su polla, para a posteriori dejarse bruscamente caer y metermela hasta los huevos de nuevo. Cada final de flexión parecía que me la iba a sacar por la boca. No se cuantas haría, no las fui contando, pero fueron demasiadas seguro.
Supongo que se hartaría de hacerlas, porque me giro el cuerpo, y quitándome bruscamente el top superior de mi biquini, se metió mi pezón derecho en la boca y se dedico a succionarlo como si quisiera leche, a la vez que abriéndome las piernas en V volvió a metermela hasta los huevos, dejándose caer encima mía para que notara la penetración. Debía tener el coño como una boca de metro de las arremetidas que estaba sufriendo.
Pero no se que ocurrió, pero en esta postura unido a los chupetones en mis sensibles pezones hicieron que fuera pasando el dolor anterior, para empezar a gemir como una guarra, que era en lo que cada vez mas claramente pensaba que me estaba convirtiendo. Para que no se escapara con mis piernas me atenace a su espalda, para facilitarle aun mas la follada, que a pesar del dolor que me producía cuando llegaba al fondo de mi vagina, era un dolor placentero a esas alturas.
Sudaba copiosamente, pero me daba igual. Ahora si que estaba disfrutando de un tremendo macho como Kevin y de un cipote como el que se gastaba. Había sufrido, pero en ese instante no quería que dejara de follarme por nada del mundo.
- Follame cabrón, oooohhhhhhhhh que gustooooooooooo. Mas dentro siiiiiiiiiii – le decía notando la electricidad recorrer mi cuerpo
- Eso quieres zorra eso quieres
- Siiiiiiiiiiii métemela cabrón hasta los huevos siiiiiiiiiiiiiiiii
Y eso hacia, me empalaba hasta los huevos en cada embestida mientras a esas alturas nos morreábamos como dos animales, nos comíamos la boca como dos desesperados. En ese instante no pensaba, pero que deberían pensar el resto de la gente presente en esa piscina.
Pero nos daba igual, nosotros seguíamos a lo nuestro, El se incorporo y su puso de rodillas sin sacármelo, agarrándome yo de su cuello para seguir besándolo, mientras el con certeros golpes de pelvis me enterraba su polla y la dejaba dentro unos segundos, mientras nos comíamos mutuamente la lengua, para luego proceder a retirarse para de nuevo con un golpe de pelvis volver a penetrarme profundamente.
Cada follada me llevaba a la gloria, pero no podía mas, y notaba que Kevin tampoco...
- Me corro Cristina me corroooooooooo
- Córrete vamos córrete dentro de mi coño ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Y así fue, me recostó y se corrió dentro de mi vagina, a la vez que yo al sentir como su primer chorro me inundaba mi interior tuve un escandaloso orgasmo que supongo oirían casi en todo el complejo hotelero. Que placer sentí notando los cinco o seis chorros de su semen a la vez que me corrían por mi cuerpo las descargas eléctricas fruto de mi venida.
Allí nos quedamos con Kevin recostado encima mio y dándonos amorosos besos después de la brutal follada que habíamos tenido.
- Joder Cristina sabia que estabas tremenda porque no hay nada mas que verte, pero que fueras una leona como me has demostrado no me lo imaginaba – me dijo mientras me sonreía – y aun no he probado tu culito.
- Eres un cabrón, y no necesitabas emborracharme para follarme con lo guapo que eres, pero por favor déjame que me has molido con tu cacho de polla, y ademas me niego a que me metas eso por mi culito – le dije entre asustada y excitada a la vez
- Jajaja Cristina tranquila cielo que tu también me has dejado a mi hoy para el arrastre, pero otro día ten por seguro que voy a probar esta preciosidad – me dijo mientras me volteaba boca abajo y me sobaba mis nalgas con sus manos y me daba tortazos con su polla en las mismas.
Continuara...
Gracias por anticipado por su lectura. Espero recibir sus comentarios sobre este relato, tanto aquí como si lo prefieren a mi email.
Un saludo, y hasta la próxima, que sera en breve. Prometido.