Al Caribe por trabajo (11)

Cristina, una bella auditora, viaja al caribe por trabajo, pero, ¿solo trabajara? Capitulo 11: Viaje en tren Dia 1

Capitulo 11: Viaje en tren Dia 1

Salí corriendo del coche patrulla, que arranco nada mas bajarme, a los brazos de mi amada Susana, que estaba esperándome con aire impaciente.

  • Cristina, cielo, ¿esta todo bien? – me pregunto al notar mis ganas de abrazarme a ella
  • Si – mentí
  • ¿Seguro? – volvió a preguntar sin tenerlo del todo claro
  • Seguro, es solo la felicidad de verte Susana – le volví a mentir aunque parte era verdad
  • ¿Esta ya todo solucionado? He dado ordenes de que no vuelva a trabajar jamas en nuestra empresa ese energúmeno – me dijo
  • Susana, deja el tema, que prefiero olvidarlo. Ha sido un malentendido, y te ruego que dejes también a Julio tranquilo. No le hundas la vida, por favor – le pedí temiendo las represalias del capitán
  • Eres un cielo cariño. Te violan y encima le tienes pena – me dijo mientras me besaba tiernamente en los labios
  • Hay que creer en las segundas oportunidades. Todos cometemos errores – y pensaba mas en mi que en nadie en ese momento
  • Si quieres lo contrato de nuevo jajaja – agrego
  • No me importaría, te lo aseguro – es mas, lo hubiese preferido para evitarme mas problemas. Y después de lo que mis agujeros se habían tragado su polla no me preocupaba lo mas mínimo.
  • Me estas preocupando. Anda, vamos dentro, que debes realizar una llamada urgente a tu jefe en España, y que te cuente el lo que viene a continuación, que ya esta todo organizado.
  • ¿Pero...?
  • No te preocupes, llama y sal de dudas. Cuando ha llamado le he dicho que estabas arreglando un papeleo, porque creo que lo de la violación debes contarlo tu misma si quieres – me dijo mientras me acariciaba amorosamente la cintura
  • Gracias Susana. No se que haría sin ti, pero preferiría que fuera un secreto nuestro, y olvidarlo lo mas rápido posible. Voy a llamar a Don Felipe ahora mismo, que sino se puede enfadar.

Y me dirigí a la zona de teléfonos y le pedí a la operadora del hotel que me pusiera en contacto con mi oficina en España, donde comenzaba la jornada, mientras aquí ya era bien entrada la noche. Hable con la secretaria de mi jefe para que me pasara con el, la cual me dijo que estaba bastante enojado, porque no le había devuelto la llamada el día anterior.

  • Hombre, por fin se digna a aparecer, Cristina. Parece que esta mas de vacaciones que otra cosa, señorita – me dijo con un tono bastante malhumorado
  • Lo siento, Don Felipe, pero el papeleo se demoro varias horas, pero ya lo tengo resuelto, y puedo empezar a realizar las entrevistas hoy mismo – si supiera todo lo que me había ocurrido en los últimos días no creo que lo llamara vacaciones, sino putiferio
  • Bien, eso espero, pero sobre eso quería hablarle. He recibido una llamada del dueño del hotel, que quiere tener noticias constantes de su desempeño, y para ello quiere conocerla en persona. – me comentó Don Felipe
  • Seria un ho

nor, señor – le dije, aunque lo que me apetecía era acostarme y olvidarme del mundo y de mis problemas * Perfecto porque va a conocerlo en breve. Hemos concertado dos días de reunión para que le aclare los objetivos y como piensa llevar a cabo su labor. Para ello tendrá que desplazarse a su mansión privada que esta en la otra punta de la isla – me dijo * Pero señor … – empece a decirle ya que no me apetecía viajar a ningún lado, solo estar con mi Susana y nada mas, y descansar * Ni peros ni señor ni nada. No me defraude, señorita Fernández, no me defraude – ya se había enojado joder * No señor, no es mi intención. Haré lo que ordenen – recule rápidamente * Perfecto, eso espero. Susana tiene todos los detalles del viaje. Espero sus noticias a la vuelta, aunque también me habrá informado el dueño del complejo. Le recuerdo que es nuestro mejor cliente en la actualidad – volvió a insistir * No señor...

Pero ya había colgado dejándome con la palabra en la boca. Colgué y fui hacia el hall donde me esperaba Susana.

  • Supongo que ya habrás hablado con  tu jefe ¿verdad? Bien, porque tengo el coche que te va a llevar a la estación esperándote. Debes irte ya o no llegaras – me dijo
  • ¿A la estación? Solo me ha dicho que tengo que ir a una reunión – le aclare
  • Bien, no te preocupes, yo te cuento mientras vamos hacia la puerta – y me agarro por el brazo y tiro de mi, lo que me recordó a lo que hacia el capitán de policía – El coche te va a llevar a la estación para que cojas el tren que te llevara a la otra punta del país. Son tres días de viaje, y cuando llegues te estará esperando Kevin, que estará en la mansión, para recogerte en la estación
  • ¿Tres días? Pero déjame al menos que me asee y me cambie de ropa – le rogué
  • No hay tiempo, aparte que estas preciosa con este traje. Vas a causar sensación. Te aseas en el baño del tren, pero como te pares mas no llegas y no sale otro hasta la semana que viene – me informó
  • Si no queda otra – y puse morritos de pena por despedirme de ella nuevamente
  • Te espero a la vuelta cielo – y me dio el beso con lengua mas increíble jamas soñado.

Casi desmayada me monte en el coche, que salio derrapando a toda pastilla rumbo a la estación. Me quede dormida nada mas empezó a caminar. No desperté hasta el fin de trayecto, cuando me despertó el chófer meneandome el cuerpo, a la vez que miraba mis muslos, ya que dormida había separado mis piernas, y vería perfectamente mi diminuto tanga negro.

Salí del coche lo mas rápido que pude acompañado por el chófer, me dio la carpeta con la documentación, y a la carrera monte en un tren que iba arrancando su marcha camino no se hacia donde, solo que el viaje era largo, no sabia yo lo movido que iba a ser.

Estaba muy cansada, era medianoche, y tenia tres días por delante en un tren muy antiguo y con unos asientos de maderas bastante poco cómodos para lo que estaba acostumbrada a ver en mi país natal. Una azafata que me pidió el billete, el cual encontré en la carpeta, me indico que iba sola en el tren, y me dio un cojín para que me pusiera lo mas cómoda posible. Se lo agradecí, y recostándome en el asiento, mas por cansancio que por comodidad, me quede profundamente dormida.

Un par de horas después, note un frenazo brusco del tren y me desperté. Parecía que habíamos parado en otra estación, y se escuchaba bastante bulla en los andenes. La curiosidad me hizo levantarme y acercarme a la ventanilla para ver de que se trataba. Esperando para subir al tren estaban unos 25 o 30 chavales, que parecían pertenecientes a algún equipo deportivo, porque todos llevaban la misma equipación.

Ellos también debieron verme a mi, ya que empezaron a señalar hacia la ventana en la que estaba asomada y a lanzarme besos, por lo que decidí alejarme hacia la otra ventanilla del tren para apaciguar los ánimos. No quería mas problemas, pero estos parecía que me buscaban a mi continuamente.

Poco a poco fueron subiendo todos al tren, y como no fueron desplazándose hasta mi vagón para instalarse en el, a pesar de que el resto del tren estaba vacío. Venían bastante contentos, y con una copa en la mano. No se si habían ganado algún campeonato. Eran un equipo de béisbol profesional del país por lo que ponía la equipación.

Intente yo cambiarme de vagón para estar relajada, ya que se habían colocado todos a mi alrededor, pero la revisora me lo impidió ya que me informo que como no era necesario iban a apagar los demás vagones para ahorrar luz, y que debíamos permanecer todos juntos al menos durante la noche allí, y se despidió hasta por la mañana, ya que su compartimento estaba en la otra punta del tren.

No sirvieron de nada mis quejas, por lo que volví a ocupar mi asiento, que ya había sido ocupado por alguno de los chavales, pero me habían dejado un hueco en la esquina para que me sentara. Me temía lo peor, vaya nochecita me esperaba.

  • Siéntese señorita que le tenemos guardado su asiento. Nos hemos sentado a su lado porque no hay mas hueco en el vagón – me dijo uno de los que habían ocupado mi asiento, el mas cercano a la posición que ocuparía
  • Gracias – le dije para parecer educada mas que por otra cosa, ya que no tenia ganas de charla. Y la indumentaria que llevaba no me dejaba mucho juego de movimientos, por lo que me senté lo mejor que pude. Cruzando mis piernas para evitar que mis vecinos de enfrente me vieran nada , ya que no me quitaban ojo a la entrepierna y muslos.
  • Relájese señorita que hoy estamos de celebración. – mientras me decía esto me pasaba la mano por los hombros y me acariciaba el pelo – Lo mismo se quiere unir a nuestra celebración también jajaja – y la carcajada fue generalizada.
  • Por favor déjeme – mientras intentaba quitarme su mano de encima, pero en el forcejeo cometí el error de separar mis piernas
  • Ufffffffffffff que espectáculo – oí decir de la bancada de enfrente
  • Pervertido – fue lo que le grite cuando me percate del porque de su comentario
  • No me insulte que yo no la he llamado a usted guarra ni nada parecido. ¿No querrá problemas verdad? – volvió a decir el chico que tenia sentado enfrente
  • Por favor déjenme tranquila, no me hagan nada por favor – ya empezaba a suplicar, mis humos se habían esfumado
  • Y porque piensa que vamos a hacerle algo – me pregunto mi vecino de al lado
  • Pues porque no dejan de comerme con los ojos – le dije mientras me hacia cada vez mas un ovillo en mi misma
  • Porque tenga estos preciosos muslos – y a la vez de decirlo me los sobaba con su mano – o este precioso cuello – y me lo intentaba besar con sus labios
  • Déjeme

Y le di una bofetada en toda la cara que lo enfado, y se abalanzo sobre mi a la vez que otros se levantaban para ayudarle. Empece a dar patadas a toda persona que se acercaba, pero mi defensa estaba flaqueando, y poco o nada podía hacer ante tanto chaval con las hormonas descontroladas.

En eso sonó un  silbato y todos se quedaron quietos. Un hombre mas mayor que el resto venia con una copa en la mano y evidentes signos de borrachera

  • Señorita perdone a los chavales pero acabamos de ganar un campeonato y estamos celebrándolo. Yo soy su entrenador y son unos buenos chicos que no le harán nada que no desee porque son unos señores – logre entenderle a duras penas, ya que se le trababa bastante la lengua
  • Me parece perfecto, pues dígaselo y que lo demuestren – conteste yo mientras trataba de colocar mi ropa en su posición original después del magreo sufrido
  • Jajaja las hormonas señorita, y ante una belleza como la suya ya sabe. Beba señorita de la copa para celebrar la victoria y sellar nuestra amistad – Traía la copa llena de un liquido que olía a alcohol puro
  • No gracias lo que me gustaría es poder descansar. Celebrenlo ustedes que son los que han ganado – le conteste
  • Vamos señorita un sorbito solo y la dejamos descansar – agrego
  • ¿Seguro? – pregunte
  • Palabra de Boy-Scout – me respondió, lo que me hizo gracia – Ya se ríe, perfecto. Solo una cosa, no vale escupir el liquido que nos queda poco. Mis chicos le aguantaran la cabeza y mantendrán su boca abierta para evitar que haga trampa
  • Pero solo un sorbo – quería ya acabar de una vez y descansar
  • Solo uno

Y entre varios chicos me prepararon, para lo cual volví a descolocar mis piernas ante el disfrute de la bancada de enfrente, pero como era inevitable y quería acabar con el tema cuanto antes no dije nada. Un chico me sujeto las manos, mientras otro por detrás me sujetaba la cabeza hacia atrás y me obligaba a tener la boca abierta al taparme la nariz.

! Bebe bebe bebe ! Se empezó a escuchar por todo el vagón cuando el entrenador se acerco a mi posición, y empezó a derramar el contenido total de la copa en mi boca. Me tuvo como dos o tres minutos bebiendo lentamente toda la bebida alcohólica. Al principio intente forcejear, ya que el liquido me quemaba la garganta, pero eran chicos atléticos y me tenían bien sujeta, para poco a poco perder energías, ya que ademas era y soy una persona que no me gusta beber, por lo que a la mínima me emborracho.

Cosa que me ocurrió esa noche. Cuando por fin me soltaron y todos aplaudieron porque me había bebido toda la cantidad sin derramar una gota, la expresión de mi cara y mis gestos indicaban claramente mi estado de embriaguez.

  • Jajaja señorita se lo ha bebido todo todo. Ahora no vamos a poder celebrar bebiendo – dijo el entrenador
  • Son malos, me quieren emborrachar – atine a decir, no se si me entendió
  • Dijimos un trago, no su largura, y nos ha dejado sin alcohol. Vamos a tener que celebrarlo de otra forma señorita jajaja ¿Que decís chicos?
  • Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – se escucho contestar al unisono

Note unas manos que empezaron a recorrer mi cuerpo, pero no sabían por donde me venían, porque parecía que era de todos lados, yo intentaba apartarlas pero mis reflejos habían volado. Note como me desabrochaban mi chaqueta y me la sacaban, al igual que mi sujetador, y como las manos que antes habían tocado sobre la ropa ahora se recreaban con mis desnudos pechos y pezones.

Me tumbaron en el asiento, y note correr hacia mis pies tanto la falda como el diminuto tanga negro a juego con el sujetador que ya había volado anteriormente. Note como dos manos me separaban los muslos, y un chaval, no se cual, se colocaba sobre mi y me penetraba por la vagina, y empezaba a follarme como un poseso hasta que con poco mas de unas cuantas embestidas se corría dentro de mi y me dejaba su semilla.

Rápidamente salio y otro ocupo su lugar, mientras ladeaban mi cabeza hacia el costado exterior, y abriéndome la boca me metían una polla y me bombeaban la boca. Después de unas cuantas embestidas ambos se volvieron a correr, uno nuevamente en mi coño, y el otro en mi boca, que parte trague ya que fue directa a mi garganta, y el resto rodó por la comisura de los labios hasta el asiento o el suelo.

Cuando uno acababa su puesto era ocupado por otro. Supongo que todos pasarían, y que al despertar mi boca sabia a rayos, y mi coño estaba un poco irritado y bastante pegajosos de las corridas sufridas, pues yo me quede dormida a consecuencia de la borrachera que cogí.

Al despertar tenia acostado sobre mis tetas a un chaval, y otro con su cara apoyada en mi pubis, y estaba completamente desnuda, y no sabia donde estaba mi ropa. Me sentía pegajosa, por lo que decidí ir al cuarto de baño del vagón a asearme en lo que fuera posible.

Me enjuague la boca con el agua del grifo, y después pase a intentar acicalar mi coñito. Introducía un par de dedos en mi coño y los sacaba llenos de semen de las corridas anteriores. Me enjuagaba y volvía a introducirmelos para seguir con la tarea, que debido a la cantidad iba a ser ardua. De tanto meter y sacar los dedos, y al imaginarme la situación, empece a calentarme, y a gemir al introducirme los dedos para la limpieza.

Estaba en el baño a punto de correrme cuando note unas manos que me agarraban por mis tetas desde atrás, me subía la pierna derecha a la pila, y me metía su polla hasta los huevos, a la vez que me tapaba la boca para intentar apaciguar mis gemidos, pero era imposible ya que estaba a punto de correrme.

Era el chico al que le había dado la bofetada, ya que lo vi por el espejo del baño. Estaba como poseído por la lujuria, y su polla, que tenia un tamaño bastante respetable, entraba y salia de mi vagina a toda velocidad

  • Nooooooooooo – dije cuando note que me la sacaba cuando yo aun no había llegado al orgasmo
  • No te preocupes que hay la llevas, pero por el culo – me dijo

Y me la enchufo en esa misma postura por el ano, y de un solo golpe hasta dentro. El grito que pegue mezcla del dolor y el placer que sentí ante lo inesperado, que ademas me llevo al orgasmo, hizo que un murmullo se empezara a escuchar a las afueras del baño.

  • Esperad joder que me corrooooooooooo – y estallo dentro de mi culo – Ahí la tenéis a la puta esta para que os la folléis joder

Y tras retirarse entre dos chavales me llevaron en hombros hasta mi asiento, y poniéndome en la posición del perrito, uno empezó a follarme nuevamente el culo, mientras otro aprovechaba los empujones traseros para hacer mas profundas las mamadas. No se cuantos pasaron, ni si alguno paso mas de una vez, pero estuvieron varias horas barrenandome el ano, ya que nadie me follo por el otro agujero, y uno tras otro se fue corriendo en mi boca, semen que fui tragando gustosamente uno tras otro, a lo que me estaba convirtiendo en adicta.

Cuando estaba casi amaneciendo, nos echamos todos a dormir exhaustos. Había podido con un equipo de béisbol de chavales, y me sentía orgullosa.

Dormimos varias horas seguidas ya que echamos las cortinas del vagón para que no nos molestara el sol. Eran casi las 3 de la tarde cuando desperté y vi a todos los chavales mirándome con ganas de volver a follarme.

  • Tranquilo chicos a la noche repetimos pero ahora mismo mi culito necesita un descanso – les indique con una sonrisa
  • No habrá noche señorita – me dijo el entrenador – Dentro de una hora nos tenemos que bajar en la siguiente estación, que tenemos partido, y ya no voy a permitir que nadie mas se la folle o no van a poder correr esta noche
  • Ups perdón jajaja – reí el comentario
  • Aunque hay una cosa que no veo justa señorita. Se ha follado y varias veces a todos y a mi aun no – me dijo
  • Yo no he excluido a nadie entrenador – afirme
  • Lo se pero le voy a pedir un ultimo favor, que me ayude a preparar el partido de esta noche, para que le cojan aun mas cariño a su bate de béisbol, y demostrar que con dedicación todo es posible – me dijo
  • Si puedo ayudarle estaré encantada – agregue – pero me gustaría vestirme antes con mi ropa
  • Su ropa esta en el baño no se preocupe, pero ahora necesito que siga desnuda. ¿Me ayudara? – me pregunto
  • De acuerdo – Lo dude algo pero total de perdidos al rio
  • Bien señorita ha demostrado que es flexible. Túmbese en el asiento y coloque sus piernas abiertas detrás de la cabeza.

Había sido gimnasta de niña hasta que me crecieron las tetas, y no tuve problemas en llevarlo a cabo.

  • ¿Conoce lo que es el fisting, señorita? Por cierto como se llama – me pregunto  el entrenador
  • Me llamo Cristina y no se lo que es – respondí
  • A fin de cuentas se trata de meter objetos dentro de agujeros – y vi como se untaba las manos con una crema o un aceite

Empezó con una mano a acariciarme el clítoris, mientras me pedía que cerrara los ojos y me relajara. Note como introducía a la vez tres dedos en mi vagina y hacia movimientos envolventes para intentar como agrandarla. Metía y sacaba los dedos, al poco cuatro, mientras seguía estimulandome el clítoris. Me estaba calentando.

De repente note que saco los cuatro dedos, y al volver hizo una presión mayor sobre mis paredes vaginales, y algo me inundo el coño por dentro. Abrí los ojos y mi boca se abrió de par en par al comprobar que el entrenador me había metido toda la mano dentro de mi coño. La sensación era rarisima, de sentirse llena, pero de una manera totalmente diferente a una polla. Movía la mano dentro de mi vagina y yo gemía con cada movimiento.

  • ¿Te gusta Cristina? – me pregunto
  • Siiiiii no pares por favor – respondí
  • ¿Quieres que pasemos al siguiente escalón? – me volvió a preguntar
  • Siiii – respondí sin dudarlo
  • Por favor acercarme un bate – dijo

¿Un bate? Pensé. No sabia que iba a hacerme pero si era tan placentero como esto ultimo me dejaba llevar. Uno de los chavales estaba untando un bate de béisbol con la crema que había visto echarse en las manos el entrenador, pero no me imaginaba donde iba a acabar ese bate.

El entrenador saco su mano de dentro de mi vagina, pero no dejo de estimularme el clítoris para mantenerme excitada, y cogió el bate de béisbol y lo acerco a mi entrepierna

  • ¿que va a hacer? Dije e intente incorporarme
  • Shhhhhhhhh relájate y confía en mi que vas a gozar, y mucho – y me empujo delicadamente para volver a recostarme en el asiento, y me relaje

Note que algo se coloco en la entrada de mi vagina, y tras realizar varios movimientos circulares conseguía introducirse dentro. Me acababan de meter un bate de béisbol en el coño, y por la parte gruesa. Poco a poco fue introduciendolo mas profundamente, para después ir sacándolo y metiendolo lentamente, como si me estuviera haciendo el amor. La dilatación que conseguía con esa penetración me estaba encantando, y el continuo roce con mi clítoris, me llevo al orgasmo, que quedo demostrado al saltar mis fluidos descontrolados a la cara del entrenador, que estaba atareado entre mis piernas.

Algún guau se escucho aparte de alguna risa por como quedaron las gafas que llevaba el entrenador.

  • Vaya vaya Cristinita veo que estas disfrutando. Ahora vamos a por el ultimo paso, el que distingue a la gente normal de los grandes, que solo se consigue con trabajo y esfuerzo. En el caso de los chavales se consigue practicando a diario con el bate, y en tu caso se consigue continuando siendo tan guarra como eres. El esfuerzo tiene su recompensa – dijo como si estuviera dando un discurso
  • Jajaja – me reí a pesar de la ofensa. Me daba igual, ademas se lo había demostrado
  • Ríete guarra que ahora llega la ultima etapa, en la que vamos a demostrarle al equipo que todo es posible con esfuerzo – me dijo muy serio
  • ¿Que vas a hacerme? Como no me fiaba intente incorporarme pero no me dejo
  • Sujetadla bien en la postura que esta ahora mismo. Que no se mueva – añadió – Ahora voy a meterte el bate de béisbol pero por el culo jajaja. Todo es posible jajaja
  • Nooooooo por favor déjame – intentaba soltarme pero me habían sujetado bien, y eran chicos atléticos

El entrenador comenzó a meterme tres dedos por el culo, que después de la bacanal nocturna de haberme follado por ahí a todo el equipo no le fue nada difícil, pero en nada de tiempo paso a los cuatro, para a continuación y esta vez si con algo de molestia introducirme su aceitosa mano entera en mi culo. La sensación era molesta, prefería una buena polla dentro pero nada podía hacer. Sin embargo la estimulación de mi clítoris que no había parado me mantenía algo excitada.

Tras varios minutos me saco la mano y lo vi coger el bate. Me asuste realmente, era muy gordo

  • Por favor no que me vas a lastimar – le rogué
  • Shhhhhhhhhh ya no hay marcha atrás. Es una demostración para lo chicos. Si ellos quieren que pare ¿Queréis? – pregunto
  • Nooooooooooooooo – respuesta evidente

Lo embadurno generosamente con la crema, y lo coloco a la entrada de mi ano. Comenzó a hacer movimientos giratorios para que se fuera adaptando al grosor, pero no conseguía introducirlo. Se dio cuenta que estaba mas tensa porque había parado de estimularme, por lo que le dijo a uno de los chavales que lo hiciera, ya que el tenia sus manos en la base del bate haciendo presión sobre mi culo.

No se como pudo pasar, si la estimulación ayudo, pero mi ano fue adaptándose y abriéndose poco a poco hasta introducirse una mínima porción del bate, que era la parte mas complicada. Para evitar que se volviera a salir dio un fuerte empujón, que penetro algo mas el bate

  • Aaaahhhhhhhhhhh dueleeeeeeeeeeeeee – me queje
  • Lo se y lo siento pero estamos llegando, y estoy forzando un poco la maquina, pero la flexibilidad de tu ano me tiene impresionado. Es el mas elástico que he visto. Ya ha pasado lo peor. Antes de irnos voy a hacerte correr otra vez – me dijo

Y era verdad que había pasado lo peor. Con la lubricacion que tenia el bate, y una vez abierto el hueco, se deslizo paso a paso hasta introducirse unos 10 cms y paro

  • ¿Que sientes Cristina? – me pregunto
  • Me siento llena – respondí. Era lo que sentía
  • Veis chicos que todo es posible. Ya tenemos el bate en su culo

Y se escucharon vítores y aplausos a continuación. Luego empezó a sacar muy lentamente el bate, para volver a meterlo. Era una sensación nueva, un tacto nuevo, pero estaba muy caliente. En cuanto acelero un poco volví a correrme como una ninfomana, que era en lo que me estaba convirtiendo.

En ese momento llego la revisora y les aviso que debían bajarse ya, y salieron corriendo

  • Te lo regalamos guarra jajaja – me dijo el entrenador mientras corría hacia la salida

Y se fueron y me dejaron el bate aun metido en el culo. No se dignaron ni a sacármelo.

  • Adecentese, que van a subir pasajeros – me dijo la revisora

La mirada que me hecho lo dijo todo, y se marcho dejándome en aquella situación. Con cuidado me lo saque y me levante con dificultad, ya que mi trasero había quedado algo dolorido, y me dirigí al cuarto de baño, donde estaba mi ropa, y me encerré para acicalarme dentro de lo posible.

Estuve como media hora recuperándome, y me aplique una crema reparadora que llevaba en el bolso en mi ano, para calmar los efectos devastadores del bate. Tenia el coño y el culo ardiendo, necesitaba relajarme. Me coloque mi sugerente ropa, y salí de nuevo al vagón.

Continuara...


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