Al borde del abismo

Historia de incesto entre madre e hijo.

AL BORDE DEL ABISMO.

Hola, me llamo Nora…….no importa mas, de cuarenta y……..tantos años y mi historia es la siguiente.

Somos tres hermanas de clase media alta, o sea una buena casa, un buen empleo de nuestro padre, varios carros y una buena cuenta en el banco. Mi hermana mayor Ana, nos lleva un año, y Lidia es mi gemela. Las tres nos casamos jóvenes pero pudimos terminar los estudios. Soy sicóloga y desde que termine mi carrera la ejerzo ininterrumpidamente con buen éxito. Lidia es ginecóloga y Ana es licenciada en leyes. Mi marido es Ing. Industrial muy exitoso y todo fue bien hasta que cumplí treinta y seis años. En ese momento llegamos a un acuerdo y nos divorciamos. Mi hijo en ese entonces de 17 años siempre me apoyo y por lógica mi marido no lo quiso con el, pues el quería su libertad total para casarse con otra. Esto fue como una maldición familiar pues en los dos años siguientes mis hermanas también se divorciaron. Ana con una hija y un hijo y lidia con una hija. En ese momento nosotros vivíamos en Guadalajara, Lidia en León y Ana en México DF

Pasaron tres años que vivimos muy en paz, Pedro (así se llama mi hijo) creciendo y madurando y yo trabajando en mi consulta hasta que llego esa mujer a mi consultorio.

Verónica……..no importa, de 43 años me pidió cita para un lunes al medio día, llego a mi consultorio y mi recepcionista la pasó, se sentó en el diván y comenzó a narrarme su historia.

-Doctora (en México a los sicólogos todo mundo les dice doctor) tengo un problema muy grande y no se como enfrentarlo. Lo peor es que no me arrepiento y no pienso renunciar a el, necesito que usted me aconseje para dejar de preocuparme por ello.

-Bueno Verónica, si me dices cual es el problema tal vez te pueda ayudar.

-…..Desde hace dos años tengo relaciones sexuales con mi hijo.

-¡¡¡Que!!!

  • Que desde hace dos años mi hijo y yo somos amantes.

Me pareció muy fuerte lo que me decía y por un momento no supe que contestar lo que ella aprovecho para continuar.

-La situación mi hijo y yo la asumimos tal como es, somos felices así y no pensamos renunciar a ello; se puede ahorrar todo eso del daño psicológico que puedo causarle y demás teorías, el tiene 23 años y sabe muy bien lo que hacemos y no solo lo acepta, sino que lo desea. Nuestra vida es plena y maravillosa.

-Entonces ¿Qué hace usted aquí?

-El problema es que mi hijo quiere hacerlo publico, primero entre la familia, después ante todos y yo creo que no debemos. Por eso estoy aquí, para que me aconseje.

Me quede callada un buen rato pero lo terrible era que mis pensamientos no iban hacia el caso, sino HACIA MI HIJO, mi mente de pronto reacciono pensando como seria mi hijo como amante. De momento me horrorice por lo que pensaba y retome la consulta.

-Yo pienso que no deberían hacerlo publico, la sociedad aún no esta preparada para una situación así y serian rechazados en todas partes, además están las cuestiones legales, si alguien presenta una denuncia podrían ir a la cárcel a pesar de ser mayores de edad.

-Es lo que yo le digo, que no podemos hacerlo publico.

-¿Puedo preguntarle algo con carácter científico?

-Si doctora, pregunte.

-¿Como ha afectado su relación madre-hijo el hecho de tener una relación sexual.

-Bueno…….creo que ha mejorado en un 50% desde que dormimos juntos. Las pequeñas cosas que me molestaban de el ahora trata de no hacerlas, por ejemplo. Ahora tiende su cama, recoge sus platos de comida, limpia su recamara, lava el carro y es mil veces mas cariñoso conmigo. Ya no sale los fines de semana y ha roto todas sus relaciones femeninas, pero eso si, me exige sexo constantemente y yo se lo doy con todo mi amor.

-¿Y el amor de madre?

-Se acrecienta cada día, pasamos de horas de lujuria a horas de ternura en un instante y las mezclamos durante el día.

La consulta continuo por ese derrotero, yo preguntando y ella contestando sobre su vida sexual en común con su hijo. Al final le dije que no lo hiciera público y ella entendió que era lo mejor. Nos despedimos y se dirigió a la puerta, al salir se volteo y me pregunto.

-Perdone doctora ¿Tiene usted hijos?

-Si señora, tengo uno.

-Pues atrévase, le aseguro que no se arrepentirá, brinque al abismo.

Apuro el paso y salio de mi consultorio.

Me quede confundida, realmente no creía lo que había escuchado y menos lo que yo experimentaba en ese momento. Para mi el incesto era lo mas asqueroso que podía pasar en una relación y ahora esta mujer me lo describía desde otra óptica que me generaba sensaciones que nunca había tenido. Fue tal mi confusión que cancele las citas que me quedaban para la tarde y me fui a mi casa con el cerebro a punto de estallar. <> <> esas frases no se borraban de mi mente pero, ¿Mi Pedrito? ¿Mi niño haciéndome el amor? ¿Seria posible?

Sin darme cuenta llegué a mi casa donde mi hijo estaba probando la comida de doña Chelito, la señora que todos los días de 09:00 a 15:00 hrs. nos arregla la casa y nos hace la comida, al verme llegar me saludo como siempre, dándome un beso en la mejilla, y continuo con lo mismo, pero mi reacción fue tal que el la noto al instante.

-¿Te pasa algo?

-No hijo….. nada.

-Es que sentí que temblabas cuando te di el beso.

-Bueno, es que tuve un día pesado, por eso no voy a ir en la tarde al consultorio.

-Hombre, pues que bien, así estaremos juntos.

No supe si alégrame o no y el también lo notó al grado que me volvió a preguntar.

-¿No seria mejor que fueras al medico?

-No mi vida, solo es cansancio.

Comimos juntos como todos los días aunque yo mas bien pique algo nada mas y a la sobremesa el platicó de las novedades en la universidad, después se fue a la sala a ver una película y no pude dejar de observarlo.

Mi Pedrito a los 20 años es un chico atlético, bueno en todos los deportes y un estudiante promedio que cursa el 5to semestre de arquitectura, alto, ancho de espaldas y esbelto. Piel blanca y pelo muy negro como yo. A cualquier mujer se le antojaría una encerrona con el. Maduro para su edad, tierno y cariñoso pero como todo chico, un poco irresponsable.

-Me voy a acostar un rato mi vida.

-Esta bien mamita, yo voy a jugar una cascarita de fútbol al rato.

Me metí en mi recamara y me desnude, poniéndome un salto de cama para dormir una siesta, al acostarme trate de hacerlo, pero la excitación era mucha. Me pare y me mire en el espejo. A mis 39 años tenia un cuerpo firme y voluptuoso, con tetas grandes y el culo duro. Algo de celulitis pero sin estrías, alta, blanca, de pelo muy negro como ala de cuervo. A los 35 años me había dado un retoque en la nariz lo cual según la gente me dio mucha "luz" y me rejuvenecía mucho. Siempre me veía en el espejo que nunca falla: Los ojos de la gente común que pasa por la calle y se te queda viendo. Siempre notaba que los hombres de cualquier edad no me quitaban la vista de encima, fueran jóvenes o viejos.

La excitación me gano y saque del cajón de mi cómoda un consolador que usaba para "trabajos manuales" pues como toda mujer me masturbaba seguido. Lo lubrique y me lo introduje en la vagina iniciando un mete y saca, sin darme cuenta mis labios empezaron a murmurar.

-¡Así mi vida, así mi bebe, has feliz a mamita con tu verga, dale tu lechita en su rajita!

¡Estaba fantaseando con mi hijo! ¡Me excitaba pensar que me hacia el amor!

De pronto tuve un orgasmo tremendo que me dejo agotada, la fantasía me había hecho vaciarme bárbaramente y me quede dormida. No supe cuanto tiempo hasta que sentí que alguien me hablaba y me tocaba el hombro.

-Mami……mami…. ¿estas bien?

-¿Eh?....... ¿Si?.......... ¿Que pasa?

-Nada mamita, ya regrese de jugar fútbol y vine a ver como seguías.

-Bien hijo….bien, ¿Que hora son?

-Las seis y media de la tarde.

De pronto volteo al lado de mi cama y veo el consolador todo embarrado de mis jugos, por lógica tenia que verlo el, pero nada decía, no supe que hacer de momento y alcance a ver el inicio de una sonrisa en la cara de mi hijo, como la cosa mas natural del mundo lo puse debajo de las sabanas y continué como si nada.

-A la hora de la comida te vi muy afectada, si necesitas alguien en quien confiar o a quien contarle algo, aunque soy tu hijo sabré comprenderte, ya soy lo suficientemente mayor para entender que necesitas hacer tu vida aparte de mi.

(O sea, el pensaba que estaba preocupada por un hombre cualquiera y no se imaginaba que el motivo de mi estado era el)

-No hijo, no es nada de eso, lo que pasa que una paciente me contó algo que me impresiono mucho.

-Bueno, yo se que el secreto profesional en tu trabajo es sagrado, pero de todos modos estoy para escucharte.

Me di cuenta que seguía en el Salto de Cama con que me había acostado y se transparentaba todo dejando ver mis tetas pero Pedrito lo tomaba muy normal, también es cierto que en otras ocasiones me había visto ligera de ropa o hasta con el culo al aire y siempre se lo tomaba como si nada. Me levante y me vestí delante de el como muchas veces antes y nos fuimos a la cocina a tomar un café y ver televisión. La plática se torno intranscendente y fuimos a buscar la cena a una taqueria cercana. Regresamos, cenamos y nos dispusimos a acostarnos como todas las noches, el se fue a su recamara y yo a la mía y me puse un camisón normadito, prendí la tele y me puse a verla y como a la hora de estarlo haciendo oigo ligeros toquidos en mi puerta.

-¡Si, adelante! ¡Pásale hijo!

Entra mi Pedrito en pijama.

-Nada mami, solo vine a ver como te sentías antes de dormirme.

-Bien hijo, ya te dije que fue por un caso medico por lo que me puse así.

-Bueno, me voy a acostar.

-Hijo………… ¿podemos hablar un poco?

-Claro mami.

-Mira hijo, el tema es escabroso, tuve una paciente que me confeso que tiene dos años de tener relaciones sexuales con su hijo y quería mi consejo porque su hijo quiere hacerlas publicas, como comprenderás me impacto tanto la consulta que no pude evitar ponerme mal.

Esperaba una reacción de alarma de parte de mi hijo pero el solo me preguntó.

-¿Y que le dijiste?

-Lógicamente que estaban mal, que la sociedad no estaba preparada para algo tan fuerte, que podían tener problemas con la policía.

-Ahhh………pos si.

-¿A ti no te parece que hice bien?

-Claro que si mamita, el mundo aun no esta preparado para algo así.

-Pareciera que no piensas lo mismo.

-Mira mami, el mundo ha evolucionado pero hasta la aparición de la moral judío-cristiana no fue condenado el incesto. Sabemos que en la antigüedad era practica común desde la antigua Roma pasando por Egipto o la misma edad media cuando el papá Juan XXII ponía multas a los incestuosos pero no los condenaba al infierno, o sea, podías vivir como pareja con tu madre, hermana o hija previo pago de "indulgencias" algo debe tener puesto que grandes personajes de la historia lo practicaron desde Nerón, Caligula, Mirabeau, Lord Byron, los hijos de Catalina de Médicis, etc.

-¿A ti no te disgustaría practicarlo?

-Esa pregunta no se le hace a un hijo.

-¿Por qué no?

-Porque tal ves la respuesta no te gustaría.

De pronto de levanto y salio de mi recamara dándome las buenas noches, pero no fue tan rápido que no alcanzara a ver que llevaba una erección, la platica lo había excitado y no pude dejar de pensar <>

Esa noche no pude dormir pensando como hacer para que mi hijo me hiciera el amor, imaginaba mil ardites hasta que llegue a la conclusión que lo mejor era hablarlo directamente, aunque ayudando con un buen escote y algo que lo dejara fijarse en lo que se iba a "comer". Al otro día nos fuimos cada quien a lo suyo pero antes de salir le note que traía mala cara, el tampoco había dormido mucho. Atendí 2 o 3 casos y a media mañana me fui a comprar un sostén transparente que dejaba ver mis pezones y unas bragas más pequeñas de las que normalmente uso. En mi consultorio me cambie la ropa interior y me lave un poco pues aunque me había bañado en la mañana quería oler bien para el. A la hora de la comida como todos los días doña Chelito nos la sirvió y luego levanto la cocina para irse a su casa y nosotros nos fuimos a la sala a ver un poco de televisión. Yo tenía la costumbre en los días de calor a veces de abrirme el blazer y dejaba ver mi sostén pues siempre usaba sostenes oscuros y gruesos y mi hijo lo veía muy natural y prácticamente ni volteaba a verme, pero ahora desde que empecé a desabotonarlo fijo sus ojos en mis tetas, al notar que mi sostén era transparente y se me veían los pezones no pudo evitar apretar las piernas, entonces le pregunte.

-¿Podríamos continuar la platica de anoche?

-Claro mami, pregunta lo que quieras.

-Dime…….. ¿Tendrías relaciones incestuosas?

Se quedo callado unos instantes como meditando su respuesta y luego me contesto.

-Miara mami, la vida tiene muchos tabús y el incesto es uno de ellos, pero yo creo que si dos personas lo desean y están de acuerdo ¿Por qué no? ¿Acaso la gente entiende los días que pasa una madre, un padre o un hijo sin sexo y deseando al ser que vive con ellos? No. No lo entienden y lo condenan como algo malo pero que mejor muestra de amor puede haber entre dos seres que se aman que culminar ese amor sexualmente. ¿Por qué puedo amar a cualquier mujer pero mi madre, mi hermana o mi hija están vedadas?

-¿Me harías el amor?

-Yo solo se que te tengo un infinito amor, que cuando busco a una amiga busco que se parezca a ti en lo físico, que piense como tu, que se ría como tu y que tenga tu ternura. ¿Qué si te haría el amor? Por ti mataría, robaría o me suicidaría si eso te complace.

En ese momento vinieron a mi mente las palabras de la paciente <> y me decidí. Me acerque a Pedro lo bese en la boca y el me respondió al beso. ¡Dios mío, que placer! Aparte de mi marido me había besado con tres o cuatro hombres más en mi época de soltera pero como este ninguno. La primera sorpresa que me lleve fue el tamaño de su lengua, la tiene enorme y al meterla en mi boca sentí que casi me llegaba a la garganta. Lo tome de la mano y lo lleve a mi recamara donde continuamos besándonos y acariciándonos. Sus manos desabrocharon mi sostén y acaricio mis tetas tan tiernamente que casi tengo un orgasmo, mi mano fue a su bragueta y saque su pene ya erecto y lo sopese ¡¡¡sorpresa!!! Mi Pedrito estaba muy bien dotado. Cierto que ya tenia 20 años pero nunca creí que aquel pequeño pene que yo manipulaba en su niñez se convertiría en tremendo aparato. Yo solo había tenido relaciones con su padre y el no era difícil de complacer, por lo que mi experiencia sexual comparada con la de los jóvenes de ahora era muy poca, por lo que empecé a acariciarle pene con una mano y con la otra le sobaba los huevos, el me despojo de mis bragas y toda mi ropa quedo en el piso quedando completamente desnuda, al verme me dijo.

-Que hermosa eres madre, nunca me había fijado lo bella que estas, solo te conocía el alma pero tu cuerpo no le pide nada.

-Quiero que me hagas tuya y me poseas, aparte de tu padre nunca estuve con otro hombre y me falta experiencia, pero por ti aprenderé lo que haga falta por tal de hacerte feliz mi vida.

El me beso el cuello, los ojos y los hombros llevando su mano a mi entre pierna acariciando mi clítoris, yo comencé a manar líquidos reprimidos por años y que las puñetas que me hacia en solitario no alcanzaban a sacar pero que lubricaron mi vagina para la introducción de tan hermosa verga.

-¿Ya quieres que te la meta mamita?

-Si mi amor, lo estoy deseando locamente.

-¿Quieres que me venga dentro de ti?

-Lo estoy deseando mi vida, quiero sentir tu semen en mi vagina.

El se coloco frente a mí y apunto su pene a la entrada de mi vagina, yo levante las caderas para recibirlo mejor y su cabeza entro en mi hendidura, me dolió un poco por la falta de uso pero no como para rechazarlo y mi canal se relajo lo suficiente para que introdujera la mitad de su verga, nuestros labios se buscaron y nos besamos tiernamente disfrutando los dos plenamente del coito, al separase nuestras bocas lo escuche decir.

-Mamita, cuanto te amo, que feliz me haces.

-Yo también mi amor, nunca pensé que se pudiera disfrutar tanto.

Introdujo toda la verga y aunque me resentí no me queje, el placer de hacerlo con mi hijo paliaba cualquier dolor, me volvía loca, me enajenaba.

-¿La sientes mamita, sientes mi verga dentro de ti?

-¡¡¡¡Auggg!!! Si mi amor, siento como entra y sale, quiero tu semen en mi vagina una y otra ves hasta que me vuelvas loca.

Empecé a venirme poco a poco y el descargo su leche de golpe dejándome llena de amor y deseo. Fue tal nuestro placer que no nos separamos y repetimos la acción nuevamente durante unos minutos volviendo a descargar los dos. Nos quedamos abrazados durante mucho tiempo besándonos, acariciándonos y escurriendo nuestras humedades <> que razón tenia Verónica……..no importa.

Sin darnos cuenta nos llego la hora de la cena y se la prepare con mas amor que nunca y el estuvo lo mas tierno y cariñoso que jamás hubiera estado. Era como si volviera a ser niño y solo quería mis brazos aunque ahora acompañados de mis tetas y mi culo que acariciaba tiernamente. Descansamos un rato y a la hora de acostarse con toda naturalidad nos dirigimos a mi recamara donde continuaríamos nuestro amor. Había brincado el abismo.

Pacosuarez