Airport escort
Hasta que abriendo la boca y acabando de sacudir la polla de Tadeo, Astrid recogió las ultimas ráfagas sin dejar de mirar al italiano con sus preciosos ojos, sacando su lengua tan cargada de semen, que no se veía más que el cremoso líquido, mostrándolo antes cerrar de nuevo la boca y engullirlo.
Astrid se recogió por detrás la preciosa, brillante y abundante melena rubia beige dorada en una pinza para el pelo y avanzo lentamente hacía la maquina de café, que estaba encima de la encimera de la cocina. Hacia un momento su novio Lars, había abandonado el apartamento que compartían en Goteborg tras darle un beso de buenos días, para dirigirse a su trabajo.
Astrid vestida aún con su ropa de dormir, un pantaloncito corto sedoso de tono gris, y una camiseta de tirantes del mismo tono, cogió su taza de café recién hecha, se agrego algo de leche y se dirigió al banco de la cocina, sentándose sobre uno de taburetes altos y apoyando la taza de café sobre el banco de la cocina, absorta en sus pensamientos, recordando la conversación de ayer con su amiga Aneta.
Aneta y ella eran amigas desde la secundaria, pero no eran muy amigas de estudiar, estudiantes mediocres, prefirieron estudiar un oficio y ahora con veintiún años, cada una de ellas trabajaba. Aneta como asistente de laboratorio y Astrid como vendedora de ropa en una boutique de marca en el dutty free del aeropuerto de Goteborg.
Aneta era una chica de metro sesenta y cinco, delgada y de cara angulosa , rubia platino con gafas.
- Bueno nena, ya sabes que Suecia tampoco es perfecta, si aquí tenemos servicios sociales y todo eso. Pero no todos somos ricos, ni podemos llevar una vida de ricos.
Le decía Aneta el día anterior, conversando en un bar de la ciudad.
- Esa ya lo se, no soy tonta Aneta, yo no quiero llevar una vida de ricos. Pero no sé, algo más que simplemente trabajar y quince días de vacaciones al año en algún hotel del sur de Europa. No sé, viajar siempre que lo desees, poderme dar ciertos caprichos sin que tenga que pensármelo mil veces, comprarme una bonita casa con jardín sin tener que ahorrar veinte años, no sé, no lo considero algo tan de super ricos.
Contestaba Astrid con fastidio.
- Cariño para eso teníamos que haber estudiado una carrera, algo que nos daba mucha pereza te recuerdo, además aún estaríamos allí estudiando, y luego encuentra un buen puesto de trabajo, etc, etc… como mínimo diez años más…. La otra opción es que te cases con un hombre rico, jajajaja… tu podrías zorrita presumida y coqueta!
Le contesto Aneta riendo risueña. Astrid bajo la cabeza ligeramente con semblante serio, como si mirase a su Iphone, al tiempo que se acomodaba el flequillo de su preciosa y sedosa melena rubia beige dorada, que le cruzaba la frente de izquierda a derecha detrás de su orejita derecha. Astrid era una preciosidad.
Media un metro setenta, con un cuerpo estilizado y fibroso, unas piernas bien formadas y largas, un verdadero sueño, con ese hueco tan sexy entre las piernas, que acababan en un culo bien hecho completamente esférico, de juventud perfecta, redondo y firme como el mármol y respingón que sobresalía. Su vientre plano y tenso en una cinturita de tallo de avispa, donde ondulaban unas preciosas, adecuadas y firmes caderas y toda su piel sedosa como la porcelana y sin ningún rastro de bello de ningún color. Siempre bronceada, o natural o por solárium, pero sin abusar con ese tono justo que cogen las mujeres nórdicas cuando están bien bronceadas.
Su rostro no era el típico rostro de ángel de hielo nórdico, era ligeramente ovalado, acabado en un precioso y perfilado mentón que daban ganas de comérselo, dos perfectos pómulos realzaban dos maravillosas y redondeadas mejillas, adorables cuando se sonrojaban. Su nariz era pequeña y armónica, también respingona y preciosa, sus labios adorables sin ser muy carnosos, pero perfectamente sensuales, sus ojos redondos y muy vivos, de color verde miel con pestañas largas y adecuadas, una larga y delgada ceja de color oscuro intenso perfectamente perfilada en una larga curva bordeaba sus ojos. En armonía con todo su cuerpazo tenia dos preciosas tetazas perfectamente redondas, naturales en toda la turgencia de sus veinte años en forma de gota de lluvia copa D. Y unas manos y pies delicados y bien formados, siempre perfectamente cuidados y con las uñas pintadas adecuadamente.
El problema era que Suecia estaba lleno de bellezas, mucho más espectaculares que Astrid, más altas, con más pecho, con aquellos rostros fríos y angelicales. Por lo que Astrid sabia que la opción de un marido rico en Suecia era remota para ella.
Desde los catorce años era una fashion victim, loca por todo lo relacionado con la moda, ropa, zapatos, complementos, los cuales ella sabía combinar muy bien, con una clase especial para vestirse y lucirlo. Por todo ello se había decido a formarse como vendedora de ropa, con gran entusiasmo en las empresas donde se había formado como aprendiz y ahora en la boutique donde trabajaba, su motivación era máxima.
Y su presencia era impecable. Siempre la mejor combinación posible, faldas un palmo por encima de la rodillas , vestidos con escotes de cuellos redondeados o en pico redondos, camisetas de lycra y seda, amplias dejando que sus preciosas y armónicas tetas se realzasen solamente desde dentro de la tela, blusas adecuadas que realzaban su figura sin hacerla muy llamativa, todo combinado con chaquetitas elegantes y adecuadas, sobretodo le gustaba realzar sus largas y preciosas piernas, por eso faldas cortas, leggings, vaqueros y pantalones ajustados, vaqueros o de cuero. Medias de seda siempre adecuadas, a veces con dibujos y cenefas, sexys pero no demasiado provocadoras. Era una enamorada de la lencería fina, solo usaba tangas y wonderbras de encaje, o tangas deportivos y sujetadores deportivos cuando iba al gimnasio. Hasta su calzado era delicioso, siempre que podía llevaba tacones altos, le entusiasmaban los tacones altos, pero también sabia vestir botas y semi-botas muy elegantes, así como zapatos planos de mujer.
- Huuuuummm imagínate Aneta, poderte comprar el coche que te venga en gusto, viajar en descapotable por las costas soleadas de la Toscana, habitaciones de hotel de cinco estrellas, tener un ropero lleno de Gucci, Dolce Gabanna, Louis Vuitton, Tommy, etc…, etc…, etc….
Decía Astrid a Aneta envuelta en una ola de ensoñación frustrada.
- Astrid, deberías quitarte esos sueños de la cabeza, no te va a beneficiar desear lo que no tienes. Trabajas en una boutique del aeropuerto, una muy buena y que paga muy bien, y te deja su ropa a precio de saldo. Con eso deberías ser feliz! Has hablado con Lars de esto, porque el con su sueldo de reparador de ascensor, ahorrando y siendo organizados, pues como todos los demás chica, una casa propia en quince o veinte años, niños en diez años, vacaciones con agencia de viajes a playas del sur de Europa. Vamos lo normal hija, baja de la nube!
Contesto Aneta un poco con fastidio y hartazón.
- Joder Aneta! Yo no estoy pidiendo un yate o un jet privado, ni una mansión en Goteborg y otra en el lago Como en Italia. Solo pido un poco de placer y satisfacer mis deseos, jodeeeeerr!!
Se quejo frustrada Astrid, convencida de que lo que pedía no era algo extraordinario, sino algo que tenían muchas chicas de su edad.
Así recordaba Astrid totalmente frustrada, mientras el agua de la ducha acariciaba su escultural figura corriéndole cuerpo abajo resbalando por su sedosa piel, suave como la porcelana, la conversación del día anterior con Aneta. Preguntándose que podría hacer para alcanzar aquello que anhelaba.
Por supuesto no había hablado de aquello con su novio, el rubio platino vikingo de veintiséis años Lars, con su rostro de hielo y su metro ochenta y cinco de altura. Era un hombre apuesto al estilo sueco, pero muy seco y poco comunicativo. No la comprendería y la mandaría callar y conformarse con su vida, diciéndole que era más que buena, como había hecho Aneta.
Pensaba refunfuñando deseando con fuerza cumplir sus anhelos, mientras se subía un tanga negro de encaje atravesado en la cintura por una cinta magenta de seda, que tenia en el centro del mismo debajo de la línea de su ombligo un lacito decorativo. Mismo lacito decorativo que adornaba el cierre delantero del wonderbra negro de encaje a juego con el tanga y que sostenía sus esplendidos melones del tamaño de dos esplendidos cocos. Después se puso un precioso y sexy liguero, también negro, pero liso y de lycra, del que se iban a sujetar dos medias negras de seda con una muestra como apaisada de rayas inclinadas hacia arriba y enfocadas como si quisieran unirse, repitiendo este dibujo por toda la pierna.
Encima se puso un vestido negro de algodón de una pieza que se cerraba por la espalda, con un escote redondo que se cerraba por su cuello y donde resaltaban como dos bultos sus preciosos y perfectos melones y que se ajustaba a sus divinas y anchas caderas, que excitaban la libido de todos los hombres que las podían contemplar.
Se acerco al espejo del baño, apenas se maquillaba era un diosa preciosa de veintiún años, que en relaidad no necesitaba ningún maquillaje , con un rostro perfecto, apenas algo de colorete, la raya de los ojos, rímel fino alargando perfectamente sus pestañas y algo de pintalabios rojo húmedo, listo.
Luego se puso encima una chaquetita rojo pastel de solapa de ante, sacando con sus femeninas, delicadas y finas manos por fuera de la misma, de forma muy sensual, su preciosa lisa y fina melena rubia beige, que le caía hasta la mitad de la espalda, después se calzó unas semi-botas de tacón alto con un dobladillo artificial a la altura del tobillo de ante rojo pastel a juego con la chaqueta, se puso el abrigo y se dirigió a la boutique del aeropuerto donde trabajaba. El sistema de trenes sueco la llevaría con seguridad y eficiencia, con lo que ella daría con poder ir en su propio coche, tal vez un Audi o un BMW deportivo con techo!
El trabajo no era diferente a cualquier otro día, muchos pasajeros mirones, pero pocos compradores también las piezas de ropa eran carísimas. En la tienda nunca había más de dos personas atendiendo a los clientes. Y aunque Astrid tenía el característico semblante frio y sonrisa robótica de las mujeres escandinavas, sabía manejarse muy bien con los clientes, tenía mucho éxito sobretodo con los hombres que entraban a comprar algo para sus mujeres, sobretodo los extranjeros, cuanto más del sur de Europa, de América, África o Asia, mejor! Tenía que sonreír poco y su inglés era bastante bueno para solo vender ropa. Pero lo definitivo era su juventud, aquella chica rubia y veinteañera, tan atenta y profesional, moviendo su lozano y perfecto cuerpo, lleno de firmes curvas, ante ellos los atrapaba en su red y siempre conseguía venderles algo.
- Aaaaaayyyyy! Hoy no parece ser un buen día, me marcho un rato ha comer algo y hacer la pausa del mediodía, cuando vuelva puedes irte tu, te parece Astrid?
Le dijo Anne la encargada a Astrid.
- Si no hay problema, Anne!
Respondió Astrid afirmando a la vez con su ligeramente ovalado y precioso rostro acabado en aquel dulce mentón.
Apenas había pasado el rato, cuando apareció un “cliente habitual”, Astrid lo había visto numerosas veces en el año y medio que llevaba trabajando allí, y le había vendido suficientes piezas para su mujer, para conocerle bien y saber que en realidad el principal argumento de venta era ella misma. No sabía que sucedía, pero con los hombres no suecos tenía un efecto devastador.
El cliente era un hombre de negocios italiano, llamado Tadeo, hacia varios viajes de negocio a Goteborg al año, exportaba productos de lujo italianos por todo el mundo. Tendría unos cuarenta y cinco años, de un metro setenta y cinco, y el pelo peinado con raya al medio, con el cabello castaño oscuro, espaldas cuadradas y algo de barriguita, siempre llegaba mostrando una amplia sonrisa. Hablando en inglés e intentando ser afectuoso, demasiado para los estándares de Astrid.
- Astrid, Astrid, Astrid…..cuanto tiempo, nena… que maravilla sigues tan preciosa como recordaba.
Saludo Tadeo abriendo las manos e intentando abrazar a Astrid, que estiro la columna rechazando el contacto al tiempo que respondía con una sonrisa cortes.
- Muchas gracias Tadeo, usted tan cortes como siempre. Que le trae por aquí?
Respondió Astrid guardando las distancias.
- Ya sabes nena, lo de siempre mis negocios en Suecia, ya te lo he comentado otras veces.
Tadeo había intentado flirtear con ella desde el primer día que entro en la tienda, tratando de ganarse su confianza y tener temas de que hablar diferentes a la mera compra, le había contado su vida con todos los detalles, hasta le había mostrado una foto de su mujer y sus tres hijos allí abajo en Italia.
- Si, entonces las cosas marchan bien por lo que veo!
Respondió sonriente y formal Astrid.
- Viento en popa a toda vela, viento en popa a toda vela. Pero déjame que te vea más de cerca nena, déjame!
Dijo Tadeo, cogiéndola de sus delicados y finos dedos y haciéndole dar una vuelta sobre sus semi-botas de tacón alto, a lo que Astrid accedió gustosamente sin dejar de sonreír complaciente. Aquello no implicaba mucho y le ayudaba a vender más.
- Madre mía, eres la chica más guapa del aeropuerto…..rompecorazones!
Dijo estentóreamente Tadeo.
- Jajajaja… no tanto, no tanto!
Respondió entre risas Astrid, impasible y acostumbrada a las zalamerías del italiano.
- Bueno dime que es lo que te gustaría llevarle a tu mujer este viaje, unos accesorios clásicos, un bolso, alguna chaqueta quizás?
Pregunto resuelta Astrid.
- Pues no la verdad, es que esta vez he visto ahí afuera un par de zapatos de tacón negros, decorados con brillantes, un diseño con mucha clase.
Respondió Tadeo.
- Ahhh si, ya sé de que zapatos hablas, respondió Astrid, dime que talla usa tu mujer, y te los muestro.
Contesto Astrid risueña y decidida.
- La talla 39!
Dijo Tadeo examinando con deseo el movimiento del cuerpo de la chica, que balanceaba su culo y sus caderas sobre sus semi botas de tacón a cada paso que dirigía hacia el almacén a buscar los zapatos.
- Mira que casualidad la misma talla que yo.
Respondió entrando en el almacén Astrid.
Al poco salió con la caja de los zapatos en la mano y su mejor y formal sonrisa.
- Bueno aquí están, la verdad es que son maravillosos, ya me gustaría a mi podérmelos comprar, se nota que quieres y cuidas mucho a tu mujer, Tadeo.
Dijo Astrid sacando los zapatos y poniéndolos sobre el mostrador, enseñándole los detalles de forma especial a Tadeo de forma muy convincente. Mientras este miraba con cara de no estar del todo convencido.
- Huuuuuummm, bueno veras…. Es que unos zapatos de novecientos noventa euros, así sobre el mostrador o en un maniquí….huuuuumm, si luego no le quedan bien….no estoy aquí al volver a la esquina…..jajajaaja.
Respondió poco convenció y sonriendo Tadeo.
- Si quieres me los puedo probar yo, y ves cómo quedan en una persona de verdad?
Propuso Astrid convencida de que aquella podía ser la gran venta del día.
- Huuuuummm, bien acepto….veamos que tal te quedan a ti.
Acepto Tadeo.
- Ven sígueme a la zona de probadores, no vaya a ser que entre alguien más a mirar y me vea aquí cambiándome los zapatos delante del mostrador, que ridículo, no, jejeje!
Contesto Astrid guiando a Tadeo a la zona de probadores, que seguía su perfecto y esférico culo ajustado en la falda del vestido arriba y abajo, como hipnotizado por él.
Astrid se acerco a un probador y saco el taburete de diseño que había en su interior, para sentarse junto a la cortina y empezar a descalzarse de una forma muy sexy y femenina, que tenía embobado al italiano de mediana edad, que observa a la chica relamiéndose los labios con la punta de la lengua.
Luego de una forma muy delicada y sensual se puso primero uno de los tacones negros con brillantes y luego el otro. Incorporándose como una diosa para dar una vuelta sobre ellos y mostrárle así a Tadeo como le quedaban, y que bien le quedaban pensó, ojala pudiesen ser de ella, fantaseo un momento, andado con soltura, alzando los pies ligeramente para mostrar los zapatos, al tiempo que agitaba sus turgentes, lozanas y firmes curvas de juventud, fibrosas y duras como el mármol.
- Tachaaaan! Son maravillosos, no te dije, a mi me enloquecen, así que tu mujer va a estar encantadísima.
Dijo Astrid más risueña de lo que había estado nunca.
- Huuuuummm a mi mujer no se si le van a encantar o si estará encantadísima, chica, pero a ti te quedan de muerte, te compraría a ti con los zapatos, si me dejaras! Huuuuumm!!
Contesto Tadeo embargado por el deseo hacia Astrid, que siempre tenia al pasar por aquella tienda y aquella exhibición de sensualidad había encendido de forma incontrolable.
- Huuuuuummmm.
Exclamo gimiendo y lanzándose de rodillas a los pies de Astrid al tiempo, que empezaba a lamerle los pies por encima de las medias por la parte que dejaban ver los zapatos.
Astrid asustada intentaba zafarse de las manos y los besos de Tadeo, cuando una tarjeta de visita cayó de su chaqueta, quedando entre Astrid y Tadeo.
Astrid se agacho y recogió la tarjeta, mientras Tadeo se quedaba parado observándola.
- “Airpor Escort”.
Leyó en voz alta extrañada Astrid, al tiempo que podía ver debajo una web, que respondía al mismo nombre.
- Que es esto?
Dijo Astrid entre extrañada e indignada.
Tadeo se incorporo y se arreglo el nudo de la corbata, adoptando un semblante muy serio y autoritario.
- Esto, cariño, es una web de señoritas muy inteligentes, elegantes y extraordinariamente hermosas, que utilizan ambas actitudes para ganar grandes cantidades de dinero.
Respondió Tadeo, relajando un poco la expresión al final y observando como Astrid lo miraba con un interés desconcertante para él, como si lo que le hubiese dicho fuese chino.
- Huuuuummm! Son chicas todas, que trabajan en tu sector, es decir en trabajos relacionados con los aeropuertos, azafatas, dependientas de las tiendas del dutty free, controladoras hasta mujeres de seguridad, que están despampanantes y que a través de esta página, se prostituyen ocasionalmente por cantidades escandalosas de dinero, como escorts independientes.
Completo su explicación de una forma más coherente Tadeo, observando la expresión mayúscula de asombro de Astrid. Que ni podía imaginar que algo así existiese, y menos que el bucólico y católico Tadeo, por mucho que flirtease con ella, con su familia perfecta y sus tres churumbeles usase algo así.
- Dios mío! Me estas diciendo que algunas de las mujeres con las que estoy aquí trabajando, se prostituyen como putas de lujo y luego llevan una vida tan normal.
Pregunto Astrid cayendo en la cuenta de lo posible de lo que le contaba Tadeo, como alguien a quien le ha caído el velo y ve de repente lo plausible de un asunto.
- Claro cariño, en todos los aeropuertos del mundo, si entras en la web veras que va por aeropuertos, y en todas hay chicas, algunas pueden llegar a ganar hasta cinco o seis mil dólares por encuentro. En todos los aeropuertos hay hoteles, mínimo de cuatro estrellas, donde se puede reservar habitación y disfrutar de un encuentro, así que yo ya he disfrutado de dos azafatas en el hotel de este aeropuerto. Compréndelo, todo el tiempo viajando, sin estar casi con mi mujer, uno tiene sus necesidades.
Respondió con voz didáctica Tadeo.
Cinco o seis mil dólares por cada encuentro sexual! Se repetía sin cesar en la cabeza de Astrid. Para ella como para la mayoría de las mujeres de su circulo, una cosa era el sexo y otra el amor. Ella amaba a Lars, y también le era fiel, no era el más apasionado amante del mundo, pero estaba bien dotado y aunque era bastante clásico, lograba hacer que se corriera. Pero Dios mioooo!!! Cinco o seis mil dólares por encuentro sexual, aquello era una fortuna y estaba ocurriendo allí mismo, a su alrededor, imagínate hacerlo cuatro o cinco veces al mes y tener veinte mil o más dólares para disfrutar la vida. Madre mía!
Astrid como buena mujer nórdica, a pesar de destilar toneladas de sensualidad con su cuerpo y sus maneras, tenia ese semblante frio e impasible que les hace parecer estatuas. Con esa mirada desafiante y suficiente, aunque en el caso de Astrid su mirada era dulce, pero igual de impasible como si nada la afectase. Hasta que afloraba el deseo, deshinibida por el efecto del alcohol o cachonda pérdida muerta de ganas de follar y en el dormitorio se transformaba de dulzura y formalidad en una sucia y viciosa perra en celo.
Astrid se había iniciado en la exploración sexual de su cuerpo con solo doce años, con Aneta y otras amigas, haciendo concursos de ver quien se corría antes, masturbándose juntas mientras de dos en dos se daban besos franceses. Había perdido la virginidad a los dieciséis años, con un guardia de tráfico que la iba a multar por conducir sin tener la edad, y que acabo corriéndose en su boca y desvirgándola. No tenía muchos tabúes, ni manías, si se había sentido atraída y tenía ganas, follaba, para ella el sexo era como, comer, dormir, otra función vital, sin más relevancia.
Su relación con Lars iba muy, muy, muy en serio, por eso le era totalmente fiel, y la verdad siempre salían juntos. Pero seis mil dólares por un rato de sexo, aquello era escandaloso e increíble, pensaba Astrid que no paraba de darle vueltas en la cabeza a aquello, no viendo más que ventajas.
- La verdad todas las veces que vengo a Goteborg, examino la página pidiéndole a Dios, encontrarte y poder concertar contigo un encuentro. Pero nada, Astrid, tu nunca apareces en la página.
Continúo diciendo Tadeo.
Una idea cruzo como un rayo la cabeza de Astrid.
- Y por una chica como yo cual seria la tarifa?
Pregunto Astrid a la vez indignada y dulce, con las manos en jarra mirando con reproche travieso a Tadeo.
- Buuuuuufffffffff, por una diosa como tú!!! Digamos que unos cuatro mil por un completo!!!
Respondió Tadeo esbozando una sonrisa picarona, mientras repasaba con las manos el nudo de la corbata.
- Solo cuatro mil!!!!!!!!!
Contesto con cara de ira Astrid mirando fijamente a Tadeo.
- He dicho un completo, oral, besos en la boca, coito. Hasta los seis mil dólares nena, hay que hacer cosas especiales, anal, grupos, orgias, parejas, viajes, cosas así, cariño, cosas así!
Dijo Tadeo acercándose lentamente como un felino a una presa, haciendo que Astrid retrocediese hacia atrás entrando en el probador de espaldas, al tiempo que se tambaleaba sobre los preciosos zapatos negros de tacón con brillantes, y el italiano entraba tras ella, esbozando una sonrisa maléfica y lujuriosa
- Vaya parece que lo encuentras un negocio interesante, ehhhhh!!
Dijo el italiano sonriendo de oreja a oreja, mientras Astrid trataba de apartarlo poniendo las dos manos hacia delante.
- De eso nada, querido Tadeo, lo encuentro repugnante.
Dijo Astrid con voz casi susurrante y poco convincente, soportando el peso del pecho del italiano contra ella sin hacer fuerza para apartarlo.
Mientras el italiano cerraba la cortina del probador y miraba a su alrededor con ansiedad contenida, girando de nuevo su cara a Astrid, que lo miraba muy altiva y desafiante.
- Ahora no tengo condón, pero me da mucho morbo hacerlo aquí. Que te parece quinientos euros.
Dijo el italiano entendiendo las señales que le mandaba la preciosa rubia veinteañera sueca.
- Jajajaja, por ese precio una chica como yo de tu pagina no te da, ni un beso! Y sin condón olvídate!
Respondió Astrid, muy altanera sosteniendo aún más en el pecho al italiano maduro.
- Bueno pues mastúrbame mientras te manoseo, me da mucho morbo hacerlo aquí, estoy duro como una estaca, vamos!
Rogo el italiano moreno.
- Por quinientos euros! Ni un beso!
Siguió regateando la sueca, que se estaba calentando y notaba arder su vientre, pero que sinceramente pensaba que con esa actitud, conseguiría que el italiano, se rindiera. Ya vería ella luego lo que hacia con la web, etc… probablemente nada.
- Mil euros! Mil euros y me masturbas aquí y me dejas sobarte y besarte!
Subió las apuestas Tadeo para sorpresa de Astrid.
- Mucho quieres tu por mil euros! Además seguro que no llevas tanto dinero suelto, y sigue siendo poco para lo que quieres de mí.
Insistió Astrid mirando con los ojos entrecerrados, altanera y orgullosa a Tadeo.
- Llevo más de seis mil euros en metálico! Subo la apuesta, mil euros y los zapatos son tuyos los pago para ti, me masturbas aquí, me dejas besarte y sobarte, pero aquí en el probador que me da mucho morbo!
Astrid lo miro callada y sorprendida totalmente muda! Aquello eran dos mil euros! Pero, ella quería pensarse lo de la web de escort, además seguro que lo descartaba, verdad????
El italiano vislumbro en el rostro precioso de la veinteañera la duda, se echo mano al bolsillo de la americana y se saco la cartera! Saco primero dos billetes de quinientos euros y luego otros dos. En aquella tienda Astrid estaba habituada a verlos, así que no se sorprendió.
El italiano sonriendo complacido alargo la mano y coloco los billetes en el bolsillo de la chaqueta de solapas rojo pastel de ante de Astrid. Mientras observaba como esta seguía su mano hipnotizada, moverse de nuevo hacía su cartera.
- Y otros dos mil, si luego vienes a la habitación 5A del hotel del aereopuerto (siempre reservo una habitación cuando estoy aquí, por si pesco una rubia como tú) y acabamos con un completo, que te parece!
Propuso el italiano con una gran sonrisa victoriosa dibujada en el rostro, dejando salir los otros cuatro billetes de su billetera.
Los ojos de Astrid brillaron y se abrieron como platos! Cuatro mil euros , cuatro mil euros, mas de mil quinientos euros más de lo que ganaba con un mes de trabajo, solo por tener sexo con aquel italiano de mediana edad. Astrid había quedado completamente convencida.
Astrid cambio el semblante y una sonrisa complaciente se dibujo en su cara. Se separo del italiano y en un rápido movimiento se saco la chaqueta de solapa, dejándola caer en suelo, y quedando allí solo con su vestido de cuerpo entero negro de mangas cortas. Justo antes de que su suave y fina mano de delicados dedos se dirigiera sigilosamente a la entrepierna del italiano, empezando a bajarle lentamente la bragueta.
- Huuuuummm de acuerdo acabemos aquí pronto, mi encargada esta a punto de volver de su pausa del mediodía y durante la mía nos veremos en el hotel.
Dijo Astrid mostrando su perfecta y blanca dentadura alineada, con su mejor expresión de perra en celo. Algo que el italiano no pudo resistir, y se abalanzo hacia ella y cogiéndola dulcemente por la mandíbula con ambas manos, empezó a besarla lenta y cuidadosamente.
- Cuanto he deseado poder tenerte, diosa sueca de veinte años.
Susurro Tadeo lleno de deseo.
- Vamos a ver si es verdad! Demuéstramelo!
Dijo Astrid, que había dejado de ser la formal vendedora cortes y distante, para cambiar su semblante en un perra en celo llena de deseo, sacándole la verga al italiano violentamente, y empezando a pajearle, arriba y abajo, abajo y arriba, con sus finos y cuidados dedos, con uñas de manicura francesa pintadas de rosa.
- Oooooohhhh, siiiiii nenaaaaaaa, sssssiiiiii! Sluuurrrppp.
Empezó a gemir el italiano enroscando su lengua en la de Astrid, que respondía a sus besos con ardor, cerrando los ojos al tiempo que sus manos se perdían por debajo de su falda, alcanzando con una de ellas sus perfectas, firmes y lozanas nalgas redondas y respingonas y con la otra el triangulo delantero de su tanga.
- Ooooohhhhh, oooohhhh, que culo tieneeesss nenaaaa, oooohhh!!!
Gemía de placer el italiano pellizcando la superficie esférica, lisa, sedosa y dura, como si fuera de mármol, de las nalgas de Astrid. Mientras con la otra mano se había colado por debajo del triangulo de su tanga y empezaba a juguetear con sus labios, que ya estaban húmedos de segregar liquidos.
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaahh ……. Aaaaaaahhhh!
Gimió entre susurros Astrid, despegando sus labios de los del italiano de mediana edad y lanzándole una mirada de leona en celo con los ojos entrecerrados, cuando Tadeo empezó a pasar de los labios empapados al clítoris. Algo sorprendido por lo rápido que Astrid se había calentado, inconsciente de que la formal y distante dependienta, siempre era la primera que se corría en el concurso con sus amigas, perdiendo así siempre, pero siendo una bendición para todos los hombres que se tropezó desde entonces, por la rapidez en al que su libido se activaba.
- Sluuuuurrrrpppp, sluuuuuurrrrpppp!
Morreaba Astrid desesperada, besando al italiano moreno con algo de barriguita de mediana edad, tan modosa, fría e impasible normalmente, y completamente desatada en aquel momento.
Con la mano del culo, Tadeo le subió la falda del vestido hasta la cintura. Dejandole completamente libres las piernas con media y liguero y sin dejar de masturbar la empapada raja de la sueca de apenas veinteaños.
- Aaaaaaaaaahhhhhh….. siiiiii….nenaaaaaa….. que bieeeeeennnnnnn…. Que piernasssss tieneeeesss… nenaaaaa!
Gemia y se retorcia de placer Tadeo!
- Siiiiiii, siiiiiii, te gusta como te pajeoooo, te gustaaaaa, aaaaaahhhhh, aaaaahhhh, a mi me gusta como me tocassssss. Aaaaahhhh estoy empapadaaaaa.
Jadeaba entre susurros de pie Astrid cerrando los ojos y tirando la cabeza para atrás entre beso y beso, arrastrada por el placer. Aumentando más y más el bombeo salvaje, de sus finos y delicados dedos, tirando la piel de la tranca del italiano de talla normal, pero gruesa y firme hacia atrás, y hacia adelante, adelante y atrás.
- Siiii, siii, siiiiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiiiiii!!! Sigueeeee y que ya estooooyyyy llegandooooo!
Gemía entre susurros, intentando apagar su voz Tadeo, apoyándose con las manos en las paredes laterales del probador, con su polla tiesa como una vara de metal entre la fina mano de perfectos dedos de bonitas uñas de la preciosa rubia sueca.
Astrid sintió que la polla de Tadeo palpitaba sin cesar, temblaba y estaba preparada para estallar. Se aparto un poco sin dejar de besarle entre morreos y besos franceses. Mierda! Pensó, ella estaba en camino de correrse, con lo fácil que era masturbarle y lo que le costaba a Lars y lo fácil que lo había hecho aquel italiano baboso, moreno y con algo de barriguita.
- Aaaaaahhhh ….aaaaahhh…oooooh!
Se puso tenso Tadeo, jadeando con voz apagada, estirando el cuerpo y salpicando completamente el espejo del probador con varias ráfagas de su corrida.
La verga de Tadeo perdió tensión, pero Astrid no dejaba de pajearle y besarle con pasión, guiada por el instinto con el fin de que el continuase pajeandola con sus dedos, algo que hacía pero de forma más relajada ahora.
Astrid soltó la polla de Tadeo con su preciosa y delicada mano también cubierta parcialmente con la leche cálida del italiano.
- Vamos, vamos, vete…. Que arregle este desastre, y en cuanto arregle este desastre y mi encargada este aquí voy a la habitación 5A.
Dijo Astrid saliendo de su ensimismamiento, sacándose los zapatos para que si llegaba la encargada no la encontrase con ellos puestos, y empujando a Tadeo, que con una gran sonrisa de satisfacción y victoria, salía y se metía la polla dentro del pantalón.
- Allí te estaremos esperando yo, y dos mil euros más, Astrid diosa del sexo nórdico. Jajaja.
Salió el italiano del probador entre risas, abandonando la tienda, mientras Astrid se acomodaba la falda y le dirigía una dulce sonrisa, moviendo la cabeza mientras pensaba “que payaso!”. Justo antes de volver a cerrar la cortina del probador, morderse la yema del dedo índice de su mano derecha contemplando la corrida de Tadeo contra el cristal, y consciente de su privacidad, sacándose el tanga rápidamente, y arrodillándose frente al cristal, para a continuación empezar a lamer los chorros de semen del italiano que recorrían el espejo, mientras con los dedos índice y corazón se masturbaba hasta correrse. Nadie podría jamás ni tan solo intuir o imaginar como la modosa, formal y elegante Astrid con aquel aire impasible y de sonrisa dulce inamovible, amaba el sabor del semen. Y como lo amaba!
Anne la encargada entro en la tienda con aire distraído. Astrid ya había limpiado el probador y se había recompuesto, de nuevo con su aspecto frio, formal y distante y su sonrisa impasible tras el mostrador.
- Que tal ha ido todo?
Pregunto la encargada.
- Muy bien, he vendido los zapatos negros con brillantes!
Respondió Astrid esbozando una esplendida sonrisa de satisfacción.
- Jajajaja….. muy bien!!!! Te has más que ganado tu pausa, anda vete.
Contesto riendo alegremente la encargada, mientras Astrid salía de la tienda muy sonriente llevando una bolsa.
Recorría los pasillos limpios y relucientes del aeropuerto encantada con la bolsa que contenía sus zapatos nuevos de mil euros. Entro en un lavabo de señoras con expresión eufórica en la cara y los ojos brillantes. Se metió dentro de uno de los lavabos y se cambio las semi-botas de ante rojo por los zapatos negros con brillantes. Eran espectaculares, se dijo a si misma, sonriendo feliz, y echándose el pelo delicada y femeninamente por detrás de sus preciosas orejas.
Eran preciosos, maravillosos, le sentaban extraordinariamente bien, al final de sus sexys medias negras de seda con muestra bordada. Y los había conseguido por un simple encuentro sexual, pensó y recordó, que el italiano de mediana edad y otros dos mil euros la estaban esperando en la habitación 5A del hotel del aereopuerto.
Huuuumm, además el italiano la había masturbado muy bien, a lo mejor escondía otras sorpresas que ella no conocía, se dijo sonriendo para si, sin alterar su semblante serio de sonrisa impasible camino del hotel y de la habitación5A, sintiendo como su raja se excitaba solo de pensar en volver a sentir el tacto habilidoso del italiano.
No era la primera vez que entraba en el hotel, pero esta vez lo hizo con un andar más cuidadoso, como distraida se dirigio al ascensor y subio al primer piso.
Con sus preciosos y delicado puñitos, golpeo la puerta de la habitación 5A. La puerta se abrio y ante ella aparecio el italiano vistiendo el batin del hotel sonriendo de oreja a oreja e invitandola a entrar.
Astrid le lanzo media sonrisa entro en la habitación y se adelanto esperando que el italiano cerrase la puerta, mirandole suspicaz. El italiano saco de un bolsillo del batín los cuatro billetes de 500, agitandolos con la mano, mientras en la otra mano agitaba una caja de condones.
- Jajajaja...mi diosa vikinga, aquí esta todo lo que necesito para follarteeee....jajajaja.
Estallo el italiano en una risa ruidosa.
Astrid relajo la expresión de la boca y sonrio abiertamente, balanceando de forma lujuriosa su cuerpo sobre los preciosos tacones de brillantes, y tomando elegantemente con sus finos dedos los cuatro billetes de 500 euros. Para guardarselos en su cartera, justo antes de deshacerse de la americana roja pastel de solapas.
- Buuuuuffff....como te deseo.....diosa nordica...como te deseo....sluuuurrrpp.
Se abalanzo Tadeo sobre Astrid robandole un morreo, mordisqueandole la mandibula, y lanzandole un lenguetazo a las finas y perfiladas cejas castañas de la chica, que ya sentia la entrepierna empapada, y buscaba con denuedo la boca del italiano de mediana edad con barriga.
- Vamos nena, desnudate para mí lentamente.
Le pidio el italiano a Astrid al tiempo que se sentaba sobre la cama y se servia champan, que previamente había abierto en una copa.
- Huuuummm....así que quieres que me desnude..eeeehhh!
Decia con su voz dulce, aniñada y sexy Astrid. Mientras balanceandose como si bailase, se bajaba lentamente la cremallera del vestido. Dando vueltas sobre si misma y mostrando su sedosa piel al italiano.
- Buuuuuuffff.....buuuuuuffff me vuelves loco.....buuuuufff
Resoplaba el italiano, que había abierto el batín dejando ala vista su barriga y su ropa interior, y no dejaba de frotarse su tranca inerte.
Astrid dejo caer el vestido a sus pies de forma lenta y sexy, sacando después uno a uno los pies enfundados en los preciosos tacones de brillantes del círculo que habia formado el vestido en el suelo. Poniendo las manos en jarra y dando una vuelta sobre si misma, mostrando su cuerpo, sus finas y largas piernas entalladas en sus preciosas medias negras grabadas con ligero a juego, sus explosivas curvas, sus nalgas firmes y turgentes expuestas por el hilo rosita del tanga, sus caderas preciosas , su talla de avispa y sus preciosas tetas armonicas del tamaño de un coco, que sostenía su sexy wonderbra de encaje, antes de llevarse las manos delicadas a su sedosa y abundante melena rubia beige brillante, para con los dedos abiertos acondicionarse y peinarse el cabello, regalando una amplia sonrisa de leona en celo al italiano. En su mente no quedaba ni rastro de su novio, tenia tres mil euros en su cartera y se volvia loca de ganas de follar
- Uuuuaaaauuuuuhhhhh que riquisima......estas.....jooooder.
Exclamo el italiano abriendo los ojos como platos, justo antes de dar un gran sorbo de champan a su copa, he incorporarse para volver a abalanzarse sobre la sueca, y morrearla, pasando de su boca a la de ella todo el champan, que Astrid bebio llena de vicio y deseo.
- Por donde quieres empezar con tu vikingaaah?
Pregunto Astrid al italiano, esbozando su más perfecta y preciosa sonrisa, con su dientes perfectos. Mientraas Tadeo le sostenia la cara con las dos manos, mirandola y alabando su preciosa belleza natural.
- Huuuuummm......soba mi “muñequito” mientras mis manos se abren paso.
Contesto el italiano, antes de dar otro trago a la copa que sostenia y volver a besar a Astrid pasando así el champan de nuevo a la chica.
- Jajaja...pobre muñequitooooohh..
Dijo ronroneanto como una gatita entre besos y tragos de champan, Astrid!
El italiano empezo a jugar con el precioso wonderbra negro de encaje de Astrid y esta lo llevo hasta el cierre delantero. Tadeo sin dejar de enredar su lengua en la de la chica en un gran beso frances, logro abrir el cierre del wonderbra, liberando los preciosos globos naturales de Astrid del tamaño de dos cocos, de copa talla D, armónicos y perfectos cayendo en forma de gota de lluvia, mientras su lengua exploraba todos los rincones de la boca de la sueca, empezo a amasarlos, poseyendolos completamenta con toda la palma de las manos abiertas, en forma de garra, abriendo y cerrando los dedos.
- Siiiii, siiiiii, siiiii...más fuerteeeee...siiiii, mis pechoooos soy muy sensibleeee.....siiiii...apreta más fuerteeeee!
Jadeaba y pedia Astrid, cuyos pezones se estaban poniendo duros como el granito.
Tadeo se acerco a la mesa donde estaba la botella de champan y tomando la botella la acerco, sonriendo y dejando caer pequeños chorros sobre sus tetas desde arriba, para que chorreasen hasta los pezones donde el italiano con la lengua fuera, recogia el champan, relamiendo toda la superficie de sus melones y devorando y succionando los pezones de astrid, erectos y puntiagudos que apuntaban al frente.
- Aaaaahhh....aaaahhhh....aaaaaahhh.....siiiii...siiiiiii!
Gemia retorciendose de placer Astrid, tirando la cabeza para atras hacia la pared, nunca le habían comido las tetas de aquella manera, con aquel deseo y pasión, la había puesto a mil.
- Date la vuelta y apoyate contra la pared con las piernas separadas, cariño!
Ordeno suavemente Tadeo, deshaciendose de la botella de champan y de la bata. Astrid obedecio. Dándose la vuelta y apoyándose con la palma de sus delicadas manos en la pared, entre jadeos de placer, abriendo sus largas y firmes piernas, que sostenia sobre los preciosos zapatos negros de brillantes.
El italiano lanzo dos suaves palmadas con cada mano a cada una de las firmes y perfectas nalgas de la chica con mucha delicadeza, después relamiéndose, tomo con dos dedos de cada mano el tanga por la cintura y sacando el hilo de entre las nalgas lo dejo caer a los pies de Astrid, que no dejaba de mover la cabeza acomodandose sus preciosa y sedosa melena rubio beige de forma muy sexy.
Sin dejar de apretar sus armonicas tetas del tamaño de dos grandes cocos, como si fueran garras que se abren y se cierran, Tadeo empezo a lamer la espalda de Astrid, dejando que su lengua acariciase lentamente la sedosa piel de su espalda, recorriendola desde la cintura hasta los hombros, mordisqueando y besando su nuca, mientras la chica movia el cuello gimiendo de placer, y el italiano con barriga, abria sus empapados labios y empezaba a jugar con ellos, alcanzando el clitoris con sus dedos corazón y anular y frotandolo firmemente.
- Oooooohhhhh...siiiiiii...ooooohhh... siiiii!
Gemía Astrid de placer, cerrando los ojos y extirando sus preciosos y finos brazos bien contorneados, al apoyarse en la pared.
- Que putita eres...estas empapada.....jajajaja...con lo modosita que pareces en al tienda.
Comentaba Tadeo sonriendo con malicia, y recibiendo un beso lujurioso de Astrid, que entornaba los ojos poniendo una agresiva mirada de viciosa.
Tadeo siguio devorando la preciosa y suave piel de porcelana levemente bronceada de Astrid, devorando a lenguetazos y chupetones las caderas, comiendose a besos los precioso hoyuelos del final de la espalda de la chica, abriendo la boca al máximo paera morder la perfecta esfericidad de las nalgas turgentes de la sueca. Sin dejar de frotar sus labios vaginales y su clitoris cada vez con más intensidad.
- Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh..................siiiiiiiiiiiiiiiiii.......aaaaaaaahhhh... nuncaaaaa me lo habíaaa hecho tan bieeeeeennn!
Gritaba Astrid de placer en sueco, para que Tadeo no la entendiese, con un cierto grado de vergüenza al reconocer en el hombre del sur de Europa, una habilidad para darle placer que no había conocido antes.
El italiano se puso de rodillas entre las piernas de la chica, y sin dejar de jugar con sus dedos en la raja de la sueca, empezo a lamerle y lanzarle chupetones en la parte interior de los muslos, que no cubria su preciosa y sexy media negra de seda con grabados.
Astrid no paraba de gemir de placer, cerrando los ojos y tirando la cabeza hacia atras, cuando de repente Tadeo empezo a comerle la raja, combinando la mamada con un frotamiento brutal con el dedo indice y corazón sobre el clitoris de la chica, que abrio mucho las piernas, sintiendo como si se fuera a orinar.
- Oooooooooooooooooooooooooooooooooooohhhhhhh! Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii....oh,oh, oh, oh, oh,oooooh...buf, buf, buuuf.
Estallo Astrid en un tremendo orgasmo, poniendo todo su cuerpo en tensión y chorreando sobre la cara del italiano, que salio de entre sus piernas con una sonrisa de triunfo y con su rostro empapado en la corrida de Astrid.
Que habilidad tan maravillosa tenía el italiano de pelo negro y barriguita, pensaba Astrid jadeando, nunca antes ningún hombre le había provocado un orgasmo como aquel, había sido increíble.
Tadeo la tomo suavemente por las muñecas y la llevo hasta el borde de la cama, sin dejar de besarla enredando su lengua en la de la preciosa sueca de metro setenta y piernas largas como una noche de invierno, estilizadas de forma que le formaban aquel precioso hueco sexy entre las mismas.
- Me encanta tu perfume profundo y con un ligero toque de vainilla……es tan sexy me la pone como una piedra….huuuuummm…sluuuurp, sluuuurp.
Dijo el italiano atrayendo hacia si apasionadamente a Astrid y enroscándose con ella en un beso francés.
- Déjame ver como de duro se pone tu muñequito sureuropeo…jajajaja
Dijo sonriendo Astrid mientras acariciaba su paquete, arrodillándose frente al italiano que permanecía sentado en el borde de la cama.
- No, no ,no, nena déjate puestos esos preciosos tacones negros con brillantes todo el rato, como realzan tu maravilloso culo….huuuummm
Advirtió Tadeo a Astrid, ante un amago de esta de descalzarse. Astrid siguió con sus tacones puestos mientras alzaba su rostro, mirándole con sus preciosos ojos verdes y sonriéndole inocentemente a Tadeo, mientras con sus delicadas manos y sus finos dedos le bajaba el bóxer al italiano.
- Eres preciosa, preciosa no dejes de mirarme mientras me la chupas….mi diosa vikinga.
Astrid cogió el rabo estándar pero bien grueso de Tadeo y empezó a zarandearlo lascivamente, juntando los labios y golpeándoselos con él como si fuera un látigo.
- Te la voy a chupar como no te la han chupado en tu vidaaaah!
Exclamo llena de vicio como una perra Astrid, entornando los ojos y devolviendo una mirada sexy y agresiva al italiano, antes de ajustar sus labios y empezar a besar el prepucio de Tadeo.
- Oh, oh, oh….si nenaaaa, siiii diosaaaa rubiaaaa!
Exclamaba de placer el italiano agarrándose a las sabanas de la cama, cerrando los ojos y tirando la cabeza hacia atrás, sintiendo como la punta de la lengua de Astrid chupaba con fruición su glande, mientras sus labios ajustados masajeaban la parte superior del tronco de su verga.
Con una de sus delicadas manos empezó a masajear las bolas del italiano, mientras con los finos y sedosos dedos de la otra sujetaba el tronco de su polla por la base. Justo antes de abrir mucho sus preciosos y redondos ojos verdes y mirar fijamente a Tadeo, justo antes de engullir la tranca palpitante del italiano hasta la mitad.
- Aaaaaaaaahhhhh……aaaaaaaaahhhhh……siiiiiiii!
Gemía de placer el italiano con barriga , abriendo mucho los ojos y la boca, mirando lleno de placer a la preciosa rubia sueca, que combinaba el bombeo adelante y atrás, atrás y adelante tragándose su gruesa polla, con lengüetazos laterales, lentos y detallados a toda la superficie del tronco, para al tiempo que le pajeaba arriba y abajo con su preciosa y delicada mano, acabar lanzando salvajes lengüetazos con toda la amplitud de su lengua sobre el glande de Tadeo y finalmente volviendo a engullir su palpitante polla morena, bombeando sobre ella adelante y atrás, atrás y adelante…sin dejar de mirar fijamente a la cara del italiano, que explotaba de placer y morbo…mientas Astrid repetía le proceso una y otra vez, prolongándolo en el tiempo por más de ocho celestiales minutos para el italiano.
- Ssiiiiiiiiiiiiiiii…………….siiiiiiiiiiiiiiiiiii…………….aaaaaaaaahhhhhhhh………ereeeeeesss divinaaaaa….chupaaaaa…chupaaaaaa…..valeeeeesss cada eurooooo, cada euuuuuroooo.
Aullaba de placer el italiano que estaba recibiendo una de las mejores mamadas que le habían hecho en su vida.
- Huuuuummmm….sabeeeesss Tadeooooo….me encantaaaaaahhh chupaaaarr pollaaaasss, miraaaa que humedaaaa me poneeee!!
Exclamo Astrid, con voz aniñada, dulce y lujuriosa, sacándose de la boca la polla erecta como una vara de Tadeo y tirándose su preciosa, sedosa y brillante melena rubia beige, que le caía hasta mitad de la espalda, hacia atrás de forma muy sexy con los dedos finos y delicados de su mano libre, llevándose luego esos dedos a su raja, hundiéndolos en ella y mostrando entre los mismos la humedad pegajosa de excitación sexual.
- Dioooooosssss….. con tus modales modositos y fríos! Jamás me imagine que fueras tan putaaaaaaahhhhh….me vuelveeess locooooooo!!!
Grito de éxtasis y morbo con su polla completamente erecta bajo su flácida barriga Tadeo.
- Vamoooosss follameeee la boca para acabaaaarrr……latin loveeerrr…
Dijo entre susurros viciosos Astrid, al tiempo que miraba con sus ojos entornados de perra en celo al italiano y se mordía los labios de forma sexy.
Tadeo se puso en pie junto a la cama con su polla tiesa como una lanza, mientras Astrid se recogía la melena con sus delicadas manos en una coleta y se la ofrecía como agarradera al italiano. Que la cogió con firmeza y coloco su polla sobre la lengua, en forma de alfombra que Astrid sacándola levemente de su boca ofrecía a la tranca de Tadeo, mientras apoyaba sus manos delicadas en el cuádriceps del italiano, completamente arrodillada frente a él, con su precioso liguero y sus medias de seda negra grabadas.
- Oooooooohhhhh…….oooooohhhh….aaaaahhhh!
Empezó a gemir el italiano al empezar a bombear con fuerza en la boca de Astrid, ayudándose de la coleta que sostenía con la mano para bombear su pollon en la boca de la veinteañera, adelante y atrás, atrás y adelante, sintiendo como la chica había juntado sus labios ajustándolos al diámetro de la palpitante tranca, al tiempo que la succionaba y masajeaba moviendo su húmeda lengua agitadamente.
- Aaaaaaaahhhhhh……nooooo pueddooooo maaaaasss me vengoooooo!
Estallo el italiano en un fuerte orgasmo, soltando la melena brillante de Astrid, parando el bombeo sobre su cabeza y poniéndose todo tenso, esperando que la chica se sacase su polla de la boca. Pero en cambio la zorra rubia sueca de veintiún años. Se la trago hasta la base del tronco. Haciendo que Tadeo estallase con más estrepito, soltando en su interior una enorme ráfaga de cálida crema humana.
Astrid emitió unas ligeras arcadas, y luego retiro poco a poco la cabeza dejando salir lentamente de su boca el tronco de la verga del italiano con barrriga, que no dejaba de lanzar violentas ráfagas en la boca de la jovencita. Hasta que abriendo la boca y acabando de sacudir la polla de Tadeo, Astrid recogió las ultimas ráfagas en sus mejillas y labios, antes de, sin dejar de mirar al italiano con sus preciosos ojos verdes muy abiertos, sacar su lengua tan cargada de semen, que no se veía más que el blanco y cremoso liquido, para mostrárselo al italiano antes cerrar de nuevo la boca y engullirlo, para a continuación, relamerse pasándose la lengua por los labios.
- Que bien sabe tu lechitaaaahh calentitaaa….latin loveeerr….me encanta la lechitaaa de machooo….hhuuummm
Susurro lasciva Astrid, como sabia que volvía locos a los hombres, entornando los ojos como una perra cachonda y recogiendo con sus finos dedos, como si fuera deliciosa crema, los restos de corrida que le habían caído en las mejillas, para chuparse luego los dedos y tragarse así hasta la última gota. Llevando al éxtasis al italiano.
- Ooooohhhh te has escapadooo del paraisooooo…oooohhhhh que maravillosamente puta ereeesss!!!
Dijo Tadeo antes de subir a la veinteañera a la cama tomándola firme pero delicadamente por los antebrazos y cerciorándose, que a pesar de estar sobre la cama, no se quitaba los preciosos tacones negros con brillantes de diseño.
La estiro junto a él, sin dejar de chuparle y mordisquearle el cuello y los hombros, mientras ella cerraba los ojos y retorcía la cabeza sobre la almohada, gimiendo placenteramente, sintiendo como los manos del italiano de mediana edad y barriga poseían su cuerpo, acariciando su preciosa y sedosa piel. Apretando con una mano en forma de garra sus tetas indistintamente, pellizcando suavemente sus erectos pezones, antes de bajar la cabeza para devorarlos y succionarlos, provocando los gemiditos lascivos de la sueca, mientras con la otra mano amasaba sus nalgas y muslos, pasando después a acariciar lleno de morbo las preciosas medias negras de seda grabadas de Astrid.
- Mira como me poneeeesss….putaaaaa…mira como me poneessss….es saber que voy a verte en la tienda y se me pone gorda la trancaaa…buuuuufff!
Dijo el italiano, enredando su lengua con la Astrid en un beso francés, al tiempo que llevaba la preciosa y delicada mano de esta a su polla, para que notase una nueva y dura erección que le apuntaba.
- Huuuuuummm que duro estaaaass y hace solo un momentooo que te has corridoooo…que machoooo eres… huuuumm
Musito llena de vicio la preciosa rubia sueca, pajeando con sus finos dedos la punta de la gruesa polla de Tadeo. El cual alargo su brazo y tomo la caja de condones, ofreciéndosela a Astrid con una sonrisa de satisfacción.
La veinteañera le devolvió la sonrisa, saco un condón del paquete y lo abrió colocándose la punta del mismo entre sus preciosos labios. Astrid era una mujer preciosa, pensó el italiano, mientras le acariciaba la melena sedosa, larga y brillante rubia beige, reflejándose en sus divinos ojos verdes.
La chica sin dejar de sonreír se agacho y ayudándose de sus labios y su boca, le coloco el condón en la polla, subiendo de nuevo y recibiendo un apasionado beso francés de Tadeo, que ya jugaba con los labios de su raja totalmente empapados y estimulados.
- Ponte de rodillas nena quiero empezar a lo perrito…huuuummm, plaaasshh
Dijo el italiano, lanzándole un palmotazo a una de las nalgas, mientras Astrid mordiéndose los labios inferiores lujuriosamente se ponía a cuatro patas sobre la cama, calzando sus preciosos tacones negros de brillantes, sus medias de seda negra grabadas con el liguero en la cintura.
Tadeo se situó tras ella, separando las piernas estilizadas y bien formadas de la sueca, apunto con su verga inerte, acariciando con su punta los labios empapados de la raja de la chica.
- Ooooohhh, siiiii, que caliente me poneeeesss…macho latinooo….oooooooooohhh, ooooooooooooooooh, no tan violentamenteeeee….aaaaaahhh siiiiiiii!
Estallo de placer Astrid al sentir inesperadamente, la profunda y violenta penetración del italiano, que hacia rebotar su barriga en el culo perfecto de Astrid, mientras la agarraba por sus divinas caderas, con sus manos en garra y la penetraba con violentas y secas embestidas, adelante y atrás, atrás y adelante…
- Aaaaaahhhhhhh, aaaaahhhhh, siiiiiiii, assiiiiiii, más , maaaaas, maaaaaasss, fuerteeeeee!
Aullaba de placer Astrid, sacudiendo todo el cuerpo al ritmo de las embestidas, agitando sus preciosos melones armónicos de copa D al ritmo del bombeo de Tadeo, adelante y atrás, atrás y adelante.
- Oooohhh…siiiii….que bieeeennn…. tu coñoooo me esta ordeñandooo, tan apretaditoooo… siiii.
Gemía al unísono el italiano rebotando su barriga sin cesar y aumentando el ritmo.
- Aaaaaaaaahhhhh…..aaaahhhhh…..que biiiiieeennn lo haceeeess, Tadeooooo, uuuuuff, uuuufff….maaaaass!
Gemía, jadeaba y bufaba Astrid, descubriendo una prolongación del placer desconocida para ella, sorprendida ante el transcurso de los minutos, dos, tres, cuatro, cinco… y el aumento del ritmo en la embestidas de Tadeo, sin que este se corriese. Con la mitad del tiempo su novio, Lars un chico atlético y joven, ya se habría corrido. Y allí estaba el italiano de mediana edad y barriguita llevándola al séptimo cielo.
- Ooohhh vamos a cambiar nena….vamos a cambiaaar de postura, para corrernos juntos, zorrita divinaaa…. huuuumm date la vuelta y coge una de las almohadas ….plaaaash!
Dijo Tadeo a Astrid, al tiempo que le soltaba otro palmetazo en una de sus perfectas y esféricas nalgas. La chica se dio la vuelta, se acomodó de nuevo con sus delicadas y femeninas manos su preciosa y larga melena, lisa y rubia beige y cogiendo una almohada se dirigió al borde de la cama, donde le esperaba el italiano con la lanza en ristre.
Tadeo lanzándole un morreo bien correspondido por la veinteañera, cogió el almohadón y se lo coloco bajo los riñones a la sueca, ante la extrañeza de esta, la cual dejo caer su espalda y su cabeza hacia atrás, cuando el italiano le levanto las piernas, situándola al borde de la cama, cogiéndoselas por los tobillos y abriéndoselas para empezar a frotar su miembro sobre sus labios, mientras Astrid ponía caras de placer juntando mucho sus labios, justo antes de que el italiano la ensartara con su polla estándar extra gruesa.
- Aaaaaahhhhhhhhh……….ssiiiiiiiiiiii…..aaaaahhhh…uuuuuuufff
Empezó a gritar y gemir de placer Astrid, sintiendo un poderoso cosquilleo y un aumento del placer muy rápido que no había sentido anteriormente, cerrando los ojos y agitando la cabeza loca de placer. Aquel italiano de mediana edad y sobretodo su barriga y su pubis carnoso, en aquella posición y con la almohada la estaban llevando al éxtasis, alcanzando su punto G.
Adelante y atrás, atrás y adelante no dejaba de bombear el italiano, cerrando los ojos y abriendo la boca de placer, mientras dejaba descansar los pies calzados en los preciosos tacones negros, sobre sus hombros para aumentar aún más el ritmo de su bombeo.
- Ooooooooooohhhhhh…..oooooohhh…..aaaaaaaaaaaaaaaahhhh!
Gritaba escandalosamente Astrid de disfrute incapaz de articular palabra, agarrándose fuertemente con sus delicados dedos a las sabanas, que retorcía salvajemente del placer increíble que le generaba Tadeo, bombeando atrás y adelante, adelante y atrás, chupando y mordisqueando sus tobillos durante más de tres minutos que le parecieron la gloria del placer.
- Aaaahhhhh….. aaaaaaaaaaaaaahhhh…..aaaaaaaaaaaaaaaaaahhh!
Estallo Astrid en un orgasmos vaginal y clitorial a la vez empapándolo todo, un grado de placer como una como nunca había experimentado antes.
- Oooohhhhh….ssiiiiiiii!!!!
Dejo de bombear el italiano estallando en un orgasmo, que pudo sentir Astrid en su interior por el palpitar violento de la gruesa polla de Tadeo.
El italiano con el pubis y el vientre empapado por la corrida de Astrid, saco su flácido miembro de la chica, que continuaba jadeando y convulsionándose tumbada sobre la cama, en éxtasis por el placer recibido. Se colocó a horcajadas sobre la chica y sonriendo maliciosamente, se extrajo el condón lleno de su cálido semen, avanzado sobre ella, hasta que se puso a la altura de sus preciosas, jóvenes, lozanas, turgentes y erectas tetazas de copa “D” y volcó el condón, dejando caer su contenido sobre ellas, al tiempo que lo exprimía al máximo para que no quedase dentro ni una gota, extendiendo el cremoso y cálido líquido, por la esférica y firme superficie de sus mamazas.
- Jajajajaja….huuuuuummm…que calentitaaa….estaaaaa, jajaja..
Dijo risueña estallando en risas Astrid contoneándose y facilitando así que la leche del italiano se extendiese por sus armónicos globos.
- Juega con ella y extiéndetela zorrita sueca…..vamoooss!
Replico Tadeo con mirada lasciva y de deseo.
Astrid sin dejar de mirarle fijamente con sus preciosos ojos verdes muy abiertos y sonriéndole complacientemente con su precioso rostros iluminado, empezó a extender con sus finos y femeninos dedos lentamente el semen cálido del italiano por la superficie de sus tetas perfectas, dibujando círculos con él, sobre su areola y sus pezones, para que quedasen bien cubiertos, recogiendo luego un poco con la yema de sus dedos y llevándoselo a la boca para degustarlo y tragárselo. Aquello era el éxtasis del morbo y del placer para Tadeo que sonreía satisfecho.
Astrid se limpió en el baño de la habitación y se vistió rápidamente, el tiempo de su pausa para comer estaba a punto de concluir. Y ella se iba servida y satisfecha, mejor follada de lo que podía recordar y con tres mil euros en billetes y mil más en zapatos.
- Buuuuufffff…..te veo así vestida y volvería a empezar de nuevo, ahora mismo, se me está poniendo como una piedra, solo de verte.
Dijo el italiano cuarentón con barriga, con la mirada iluminada y solo vestido con la bata.
- Jajaja….basta por hoy semental….que ya no me queda tiempo de la pausa…pero me quedo con la tarjeta del sitio web de escorts….y allí podrás encontrarme, siempre que estés dispuesto a pagar mi precio….jajaja.
Contesto Astrid guiñando el ojo a Tadeo, con una sonrisa de oreja a oreja y mostrando entre sus finos y delicados dedos, la tarjeta del sitio web de airport escort.
- No lo dudes ni por un momento…tú eres mi sueca favorita. ….jajaja.
Escucho, Astrid la risa de Tadeo, mientras cerraba la puerta de la habitación tras de ella, caminando sexy y desafiante por el pasillo del hotel, agitando su preciosa, sedosa y larga melena rubia beige, orgullosa y muy satisfecha en todos los sentidos.
Lars llego aquella tarde, después de lo habitual. Astrid estaba muy sonriente, vistiendo un pijama con un short de algodón y una camiseta de tirantes, con el pelo recogido en un moñito sostenido con una pinza del pelo. Se abalanzo sobre Lars, que venía muy cansado, intentando levantarle la libido, sobándole allí abajo, el encuentro espectacular con el italiano, no le había apagado la libido, sino que se la había aumentado. Pero el vikingo la rechazo, entre quejas lastimeras, por lo cansado que venía. Astrid se retiró a media sonrisa, sabiendo que por muy cansado que estuviera, si hubiera sido el italiano se la follaba hasta que se hubiese quedado muda de tanto gritar de placer.
La veinteañera sueca se alejó de su novio, dejando que el vikingo se sentase a descansar, mientras ella explicaba que había recibido un bonus extra de dinero, por lo bien que iba la tienda y unos zapatos a precio super reducido, y que tal vez podrían gastarse el dinero en algo especial, por una vez.
Lars la miro con desinterés y afirmo con la cabeza. Mientras ella se daba la vuelta y se mordía maliciosamente el dedo índice de su mano izquierda dirigiéndose a la cocina, encantada de su dinero extra. De momento esa explicación serviría para contentar a su novio, mientras ese fin de semana entraría en la web de airport escort, para ver qué es lo que tenía que hacer para anunciarse en ella. Por fin había descubierto una fuente fantástica para cubrir sus necesidades económicas. Echo una breve mirada de remordimiento hacia su novio, pero pronto se le paso, solo eran negocios, y podían ser muy placenteros…pensó, entrando en la cocina cantando y riendo la diosa veinteañera sueca.