Airblows - el placer de volar

Un matrimonio cincuentón debe llegar cuánto antes a Venecia para allí tomar un crucero que les llevará por el Mediterráneo... sin embargo, su compañía habitual les falla y deben tomar un vuelo de última hora en una compañía de nombre ¿¿AirSexy??

  • ¡¡Unos sinvergüenzas!! ¡¡eso es lo que es esta gente!! ¡son todos unos SINVERGÜENZAS!

  • Tranquílizate Guillermo, por favor...

Almudena, una señora de unos cincuenta años, algo regordeta, con el típico peinado corto de peluquería que llevan muchas señoras a esa edad, intentaba sin mucho éxito calmar a Guillermo, su marido, también afincado ya en los "cincuenta y"... pelo aplastufado sobre los claros que ya empezaban a asomar, incipiente bigote, camisa y pantalón de pinzas. De una estatura media pero de aspecto más bien tirando a rechonchete y un tono de voz, que cuando se mostraba enfadado, empezaba a recordar a algo parecido a un flautín...

  • ¿¿Tú te das cuenta Almudena?? ¡¡con la de años, que he sido yo cliente de esta compañía!! y ahora que no tienen vuelo... que me reubique en ésta, ¿¿Cómo puñetas han dicho que se llama?? ¿¿Air World?? ¿Air Won?... ¡¡NO LOS CONOCE NI SU PUTA MADRE!!, ¡Coño, que reubiquen a gente que no haya tomado nunca un vuelo con ellos!, ¡no a mi!...

La mujer seguía intentando calmar a su esposo:

  • Guillermo, ¿pero no te han dicho que en esa compañía nos iban a dejar pasar con pase VIP? pues ellos lo habrán hecho con su mejor intención, ¿no?

  • Pase VIP, ni Pase LECHES... todo para que venga una azafata de medio metro a servirme un vasito con pistachos... - continuó refunfuñando Guillermo, ya más apaciguado.

Y continuaron comentando la jugada hasta que por fin les llamaron a embarcar...

  • Guillermo, te voy a hacer una pregunta a ver si a ti también te resulta curioso... - Almudena se recogió los brazos, mientras hacía un pequeño tubo con el "Pronto" (revista de prensa rosa)

  • A ver... - contestó él elevando la mirada de la prensa deportiva.

  • ¿A ti no te parece que hay en la cola muchos hombres?

Guillermo arqueó las cejas y automáticamente respondió: - ¡¡No digas tonterías , mujer!!

Almudena desenrolló la revista, y continuó ojeando algunas páginas con gesto de desacuerdo mientras Guillermo echaba una ojeada rápida a la gente que había por allí... lo cierto es que... aunque no dejaba de ser una tontería, su mujer tenía razón... había más hombres que mujeres en una proporción de 1 mujer cada 10 hombres. Bueno... un poco raro sí que era, pero igual era una casualidad...

  • ¿El señor es VIP? muy bien, aquí tiene sus boletos, por favor pase por aquí... una compañera les atenderá al fondo y les acomodará en su asiento - Les comentó aquella exhuberante azafata, rubia, sexy, y generosos pechos, con voz dulce.

  • ¿Qué te han dado Guillermo?

  • Pues... no sé, dos boleto con un número... no tengo ni idea, igual es que sortean algo.

  • ¡Igual sortean un viaje! ¿Te imaginas?

  • ¡No digas tonterías! ¿cómo un viaje? ¿qué compañía regala un viaje? ¿y estos?... ¡pero si ni les conocemos? ¿un viaje? - continuaba Guillermo mientras negaba con la cabeza.

  • A lo mejor es una botella de champán y bombones...

  • Bueno... eso... no sé, ¡podría ser!. Me tiene desconcertado esta gente... toma, quédate tú con uno y yo me quedo con el otro.

La azafata que les esperaba al fondo, era una verdadera preciosidad... piernas largas y torneadas, culo firme, buen pecho, morena, de dulces rasgos latinos:

  • Pasen por aquí, señores. - Les indicó la chica amablemente.

Tomaron asiento mientras un chico fortachón les colocaba las maletas y procedieron a colocarse el cinturón de seguridad, mientras desenrollaban sus respectivas lecturas.

  • ¿Te has fijado qué asientos, Guillermo? - Comentó Almudena asombrada de ver el espacio que les quedaba libres para sus piernas.

  • Sí... la verdad es que son amplísimos estos asientos... y ... ¡van de dos en dos!. La verdad es que cómodo, sí que se va cómodo. - Comentó Guillermo impresionado por la amplitud y comodidad que proporcionaba "una compañía de juguete", según anteriores palabras suyas mientras discutía con su mujer.

Pasaron unos minutos hasta que todo el mundo estuvo en su sitio, y el avión comenzó a circular por las vías... se escuchó una voz a través de los altavoces:

  • Buenas tardes, señores pasajeros, a continuación se realizará una demostración del protocolo de seguridad blablabla... por favor, atiendan a las indicaciones de nuestro personal. Guillermo resopló aburrido mientras su mujer continuaba completamente ensimismada en el "Pronto".

  • Guillermo... el hijo de la cantante ésta que vino aquí el otro día, ha reconocido que es homosexual... fíjate tú qué cosas... con lo guapito que era el muchacho... - suspiró ella.

  • Sí, Almudena. - Respondió él sin ni siquiera saber de qué narices estaba hablando su mujer.

Dos preciosas azafatas y un chico imponente, comenzaron con la demostración...

  • Uy Guillermo, por favor, el azafato - exclamó Almudena con sorpresa mientras se mordía el labio inferior.

  • No... si... aquí lo que está claro es que cogen a la tripulación por guapos... yo... no sé, de qué puñetas van estos.

  • Guillermo, y mira la muchacha... si le van a rebosar las tetas por arriba... ¡si se las estoy mirando hasta yo!.

  • Hijadelagranputa... va "bien cargada" la "muchacha". - respondió Guillermo completamente hipnotizado por el bamboleante movimiento de la azafata.

  • A lo mejor por eso vuelan tantos hombres con esta compañía...

La luz se hizo en la cabeza de Guillermo con aquella sugerencia de su mujer.

  • AhAhhhh Aaaahíiiii, ahí Almudena ahí... esa va a ser la clave, Almudena... pues... como esto vaya por este camino... ¡a ti no te extrañe que yo que sé! ¡que la del carrito de los pistachos salga en top-less!

Almudena le miró incrédula: - Noooo... ¿nooo?... ¿tú no creerás?... ¿en serio?, oooh por favor.... que chabacanería... - exclamó ella horrorizada. Y continuó para decir: - Pues a lo mejor él, sale... ¡en taparrabos!. OOohhh jajajajaja, ¿te imaginas Guillermo?.

  • Yo ya de esta gente, no sé qué esperar, me tienen despistadísimo... igual, te va a servir el café y la leche te la echa del...

  • ¡¡Guillermo!! ¡no seas guarro!, ohh, qué cosas tienes - comentó ella entre risas.

  • Y si es la chica... se saca la teta y...

  • ¡¡Guillermo!!

Entre bromas, cotilleos del "Pronto", comentarios deportivos de Guillermo que no escuchaba nadie (basicamente, hablaba para sí mismo, pero en voz alta), y alguna mirada furtiva al personal del avión, transcurrió media hora larga...

Una relajante y sensual música empezó a sonar por los altavoces del avión. Una voz en tono sexy pronunció:

  • Señores pasajeros... prepárense para disfrutar, tomen un descanso, y relájense mientras toman un aperitivo servido por nuestro personal, nos vamos a ¡Venecia! ¡que comience el carnaval de máscaras!.

Y la música comenzó a sonar un poco más alta mientras todo el avión apagaba sus luces y se encendían unos pequeños pilotos de colores que emanaban una tenúe luz de diferentes colores... se escuchó una especie de "psssssssssssssssttttttttttttttt", y una fresca y sutil fragancia invadió todo el avión.

  • ¡Qué bien huele Guillermo - exclamó Almudena con los ojos como platos mientras miraba para todos lados atónita.

De repente... la música cambió y cuatro azafatas y dos azafatos aparecieron en fila en escena y se fueron colocando a lo largo del pasillo... ellos íban con una especie de boxers que marcaban toda su anatomía y el torso desnudo que dejaba ver unos cuerpos bien moldeados. Completaban su atuendo con una máscara de carnaval y una capa brillante.

Las chicas, por su parte, llevaban medias altas con liguero blancas, a juego con unas preciosas braguitas de encaje, y un camisón ligeramente anudado que dejaba bien a las claras que ninguna llevaba sujetador. También, como en el caso de los chicos, llevaban un antifaz de carnaval que cubrían sus ojos...

El personal comenzó a hacer sensuales movimientos, intercambiándose de cuando en cuando los puestos, para dar gusto a todo el mundo, acariciando sus cuerpos, apoyando sus piernas en los asientos... una de las sensuales azafatas se acercó al asiento dónde se encontraba acomodada nuestra parejita, y apoyando la pierna izquierda ligeramente en el asiento donde se encontraba Almudena (que ocupaba el asiento de pasillo), comenzó a tocar su cuerpo desde los hombros... pasando sensualmente por encima del camisón hasta undir una de sus manos hacia dentro, tocando levemente el nudo del mismo, y deslizando su mano hacia debajo hasta llegar a su ombligo mientras entreabría los labios en un provocador gesto.

A Guillermo le empezó a subir el calor por el cuerpo, y ya notaba como allí debajo, su compañera pedía paso... se estaba poniendo cachondísimo...

La música continuaba sonando, y la chica comenzó a pasar la mano por su pierna izquierda, inclinándose levemente lo que provocó que las abriera ligeramente un poco más...

Guillermo dirigió rápidamente la mirada por entre el liguero y sus sensuales braguitas, deseando vislumbrar "algo", y... ¡sí!... se podía intuir el principio de los labios mayores de la muchacha, incluso si forzaba mucho la vista, enfurruñando sus pequeños ojos, podía... sí... aquello, eran como los pequeños e incipientes pelitos que surgían tras algunos días desde la depilación. Eran, casi imperceptibles, quizá medio imaginados, pero a él le servían de sobras, su mente no paraba de repetir una y otra vez aquella frase...

  • Sí, sí, sí, por favor, más... ábrete más... esos... ¡esos son los pelitos del coño de la muchacha!, madre mía que buenísima está, qué cuerpazo tiene... venga... un poquito más... muévete un poquito más y con suerte te veo un poco de la raja...

La polla de Guillermo no sabía dónde esconderse. La sensual chica continuaba con sus sensuales movimientos... Guillermo seguía hablando consigo mismo mentalmente:

  • Madre mía... madre mía, que paja me voy a cascar cuando llegue al puto aeropuerto... ¡¡¡maaaaaaaaaadre del amor hermoso!!!. Esto... esto no es real... esta tía no puede estar así de buena y .... ¡¡¡y así de cerca!!!.

La chica se inclinó hacia delante, dejando sus exhuberantes pechos más a la vista, y Guillermo se recreó completamente en ellos, intentando guardar todas esas imágenes en la retina... acto seguido, hizo una especie de reverencia y continuó bailando hacia otro lado.

  • Se te ha puesto el pito tieso... - Recriminó Almudena.

  • ¿Eh? ¿qué? ahh... no... no sé...

  • Que no pasa nada, ¿eh?, que la chica estaba muy bien... yo le he estado mirando el culito también al chico de detrás. Bueno... y a la muchacha también la he mirado, era guapísima...

  • Yo... Almudena... yo... yo no sé de qué va esta compañía... pero es rarísima... yo... joder, es que me ha dado hasta calor con la "puta niña esa".

  • Uy Guillermo, pues el más jovencito tiene un culo... mmmmmm.... madre mía qué culo... yo ya estoy muy mayor "para estas calores", ¿eh? ¿tú te acuerdas Guillermo, cuando tú tenías también el culito así respingón?

Guillermo hizo un gesto de extrañeza mientras continuaba mirando el "espectáculo" y no respondió nada... "ni cuando era mocito estaba yo como ese chaval", pensó él contrariado. Pero bueno... si Almudena alguna vez le había visto con esos ojos...

Una vez terminado el espectáculo, se hizo una especie de silencio y el personal acudió hacia la parte trasera del avión mientras la misma voz sensual de antes se dirigía de nuevo a los pasajeros:

  • Señores pasajeros, y ahora, justo después de nuestro espectáculo, aún quedará una sorpresa más para un afortunado o afortunada... es el momento de nuestro especial ... sorteo... por favor... rogamos silencio, estén atentos a sus boletos...

Guillermo y Almudena se miraron y casi instintivamente sacaron sus boletos y los miraron fijamente. Se intercambiaron unas miradas nerviosas y expectantes mientras transcurrían unos larguísimos segundos.

  • Almudena... esto... ¿para qué será?...

  • Ay Guillermo, no sé, pero a lo mejor es algo también "de cosas de estas como las de antes..."

  • Igual te regalan unas entradas a un espectáculo erótico... yo qué sé. Viendo esto...

  • Pues Guillermo... a lo mejor. Contestó Almudena mientras se llevaba la palma de la mano a la cara, como sujetándola.

Una voz completamente artificial, comenzó a sonar por los altavoces: El - número - premiado - es - el .... UNO

  • MIERDA!! exclamó Guillermo... ¡¡El uno!! si yo llevo el mil cuatrocientos dieciséis.

  • Pues anda que yo... que llevo el mil trescientos noventa y ocho...

-... CUATRO...

  • ¿Cómo qué cuatro? ¿cuatro qué? ¿pues no era el uno?

  • Ay Guillermo, yo del sorteo éste no me entero...

-... UNO...

  • ¡¡Ahhh Almudena!! ¡¡que esto es como lo del cupón de la ONCE!! ¡que va por números!

  • ....

  • ... SEIS ...

  • ¡Almudena! ¡Almudena que es el mío! ¡Almudena!

  • MIL CUATROCIENTOS DIECISÉIS. Enhorabuena al afortunado y gracias a los participantes.

  • ¿El tuyo cómo Guillermo? ¡¿¿que te ha tocado!?? bueno y... ¿y ahora qué se hace? ¿hay que decírselo a alguien o algo?

Y en ese mismo momento, la voz sensual del principio comenzó de nuevo a hablar por el altavoz, despejando las dudas de nuestra entrañable pareja...

  • Por favor, la persona afortunada levante la mano mientras un compañero de la tripulación acude a comprobar su boleto. Gracias. Permanezcan todos en sus asientos, por favor.

Una de las chicas acudió al asiento de Guillermo, que se encontraba alzando la mano a todo lo que le daba...

  • ¿Me permite el caballero?... Gracias. - Dijo la muchacha mientras extendía la mano para comprobar el boleto de Guillermo. - Todo correcto, caballero, su boleto es el premiado. Durante unos minutos viajaremos sólo con las "luces sexligths" para que pueda usted recibir su premio en una mayor intimidad... - Y la chica se marchó hacia la parte anterior del avión mientras hacía unas señas...

Guillermo miró a su señora completamente descolocado... ninguno de los dos acertaba a articular palabra...

En ese momento, una de las preciosas chicas de "carnaval", se acercó hasta el asiento de Guillermo, dejando ver su preciosa figura. Se introdujo de frente a la atónita pareja y se colocó de rodillas ante un ojiplático Guillermo.

  • Esto... señorita... ¿esto qué es?... el premio... ¿cuándo me dan ustedes el premio?

  • ¿El señor no conoce la compañía?

  • No... mire... nosotros íbamos a ir en Vuelos España, pero debido a un problema, nos han reubicado aquí y... no... no sé, todo ha sido una sorpresa - Continuó explicando Guillermo, medio balbuceante, mientras sus ojos estaban hipnotizados por la sugerente vista del escote que tenía de la muchacha.

  • Señorita, mire, nosotros no hemos viajado nunca con ustedes, y no sabemos muy bien de qué va esto, a mi marido le ha tocado un premio y simplemente queremos cobrarlo y ya está...

La chica sonrió mostrando usa pícara sonrisa y sus preciosos ojos verdes cubiertos por el antifaz de carnaval se iluminaron, mientras ladeó la cabeza.

  • Señora, al ser el premiado un caballero, a menos que especifique lo contrario, recibe el premio de una de las compañeras, en este caso yo. Y el premio consiste en una deliciosa felación.

No...

Aquella palabra no había salido de aquella chica... - Madre mía, estoy senil y caliente - pensó Guillermo - desde que me han bailado las chicas éstas, ya sólo oigo lo que me parece.

  • Perdone usted, señorita - interrumpió Almudena - ¿pero ha dicho usted que el premio que ha ganado mi marido, consiste en una felación?

  • Sí señora, está usted en lo correcto...

  • ¿Le va a hacer usted "una mamada" a mi marido? - Almudena no daba crédito a lo que estaba ocurriendo. La chica rió disimuladamente...

  • Sí señora, en eso consiste el premio... si usted no tiene inconveniente, claro. Se supone que la gente que viaja con nosotros, ya...

  • Entiendo - cortó ella - y miró a Guillermo expectante.

  • ¿¿¿Qué??? - Preguntó él sin saber qué decir.

  • ¿Qué qué vas a hacer? ¿que si quieres "el premio"?

  • Hombre... mujer... yo... no... sé... no...

  • ¿Cómo que no sabes?

  • Nonononononono, cariño, no quiero decir que no sé... no claro... que no... claro, que por supuesto no, cariño, esto no... no...

  • Si mira como se te ha puesto... - dijo ella despectivamente en tono de reproche

  • Cariño, es normal, es involuntario...

  • Perdonen que les interrumpa - Cortó la chica - entiendo que el señor entonces no va a disfrutar de su premio. ¿No?

Guillermo miró a la imponente chica... tragó saliva... y dirigió una mirada de resignación a un lado.

  • ¿Quién diantres ha dicho eso? - Preguntó completamente asombrada su mujer.

  • Bueno... usted y ... su marido, estaban...

  • ¡Pero yo no he dicho que no le den su premio!, allá su compañía y usted personalmente con lo que hacen... ¡ábrase visto! ¡una mamada! ¡¡¡al inutil de mi marido le ha tocado en el viaje UNA MAMADA!!! - y acto seguido Almudena empezó a reirse.

  • Entonces, la señora...

  • Nada, nada... chúpesela usted a mi marido con total tranquilidad. Anda Guillermito, saca el pajarito, que esta chica tan mona te va a hacer una cosa que no catas desde nochebuena del año pasado. - Y continuó riéndose... - Una mamada.... jajajajajaja... madre mía Guillermo, yo esto no me lo quiero perder, que no te vas a ver en otra igual jajajajajajaja. ¿Pero qué edad tienes tú, criatura?

Guillermo bajaba la vista avergonzadísimo mientras la chica les contemplaba completamente boquiabierta...

  • Tengo veintitrés, señora... ¿tiene algún inconveniente?

  • Noooooooooooo, para nada, inconveniente ninguno... Anda Guillermo, que desde que teníamos la edad de esta muchacha, no te la chupa una chica con esa edad. lig

Guillermo aprovechó la curiosa reacción de su señora para rápidamente bajarse los pantalones y dejar al descubierto una más que prudente polla, completamente enhiesta y dura mientras exhalaba una especie de suspiro. Almudena cerró la boca y abrió los ojos.

La chica, abrió ligeramente su camisón, para dejar ver un poco más de sus exhuberantes pechos a través de su escote, y se recolocó entre las piernas de Guillermo, acarició sus piernas con ambas manos y entreabrió la boca mientras dirigía hacia él sus preciosos ojos verdes. Aquella chica no era real... ¡¡¡¡qué preciosidad!!!!

Almudena, que se había quedado completamente muda, asistió expectante a aquel momento, mientras la chica continuaba pasando ambas manos, hacia delante y hacia debajo de las piernas de Guillermo. Las abrió un poco más, mientras colocó los huevos de Guillermo en sus manos, y los puso suavemente sobre el asiento, recolocando su polla para poder chuparla con más facilidad.

Almudena, no pensaba que aquella chica se la fuera a mamar a su marido... lo veía demasiado surrealista... pero... allí estaba la polla de su marido a unos escasos centímetros de la boca de aquella putita. Almudena se arrepintió un poco de lo que había dicho antes, pero aquella chica dirigió una última mirada a Guillermo, con aquellos profundísimos ojos verdes, bajó la vista, y acercando sus labios a aquella rejuvenecida polla, la empezó a lamer...

Se la iban a mamar a su marido... allí... delante de sus propias narices... ¿y qué había hecho ella? ¡nada!, ¡¡le iban a comer el cipote a su marido en su propia cara!! ¡¡con su beneplácito!! algo que no hubiese ni imaginado en sus 25 años de casada...

La chica continuó lamiendo aquella polla, mientras Guillermo balbuceaba de puro placer. La chica le acariciaba los muslos, acariciaba sus huevos, acariciaba su tripa, mientras su lengua subía y bajaba, y sentía como su saliva impregnaba su polla, haciendola sentir húmeda y cálida. Guillermo comenzó a traspirar... a exhalar pequeños suspiros... le estaban haciendo la mamada de su vida.

La chica paró en seco, y dirigió otra sensual mirada a través de sus impresionantes ojos verdes a Guillermo... bajó de nuevo la vista, y ahora sí, se introdujo su polla entera en la boca, mientras hacía pequeños ruidos al tragársela... arriba y abajo... arriba y abajo... paraba un instante eterno, le miraba con sus ojos verdes con la polla aún en el interior de su boca... y de nuevo empezaba el bucle... y arriba y abajo... y arriba y abajo, lamiendo, succionando, haciendo pequeños ruidos al chocar la lengua y la saliva contra su polla, mientras ella le sujetaba los huevos con la mano derecha por debajo para introducírsela entera.

Los asió con fuerza y abriendo un poco más la boca, Guillermo pudo sentir como la chica se la introducía hasta la garganta.

  • Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh - Suspiró en un auténtico torbellino de placer...

Almudena sentía envidia y contemplaba la escena imperturbable... posiblemente en todo lo que llevaba junto a Guillermo, jamás le había hecho nada ni remotamente parecido. Se sintió triste e incómoda y decidió que aquello tenía que llegar a su fin...

Se levantó de su asiento mientras Guillermo le dirigía la mirada con los ojos hacia arriba como pidiendo perdón, pero incapaz de resistirse a que aquella chica continuara haciéndole aquella suculenta mamada y Almudena hizo algo que le dejó asombrado. Se arrodilló al lado de aquella chica y asiendo la polla de su marido le dijo: Cariño... aquí, la de las "mamadas" para ti, soy yo.

Y acto seguido, introdujo aquella húmeda y caliente polla en su boca, y comenzó a ascender y bajar sobre ella, girando la mano sobre su base para darle más gusto a su marido, y continuó mamando mientras miraba sus ojos. Almudena, cerró la mirada y asiendo los huevos de su marido, como le había visto hacer a la otra muchacha, introdujo toda su polla todo lo dentro que pudo mientras le rozaba con la lengua...

  • Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh - Guillermo se encontraba completamente embriagado de esa sensación de placer que proporciona el preorgasmo...

Almudena sacó la polla de su marido de su boca, y se la ofreció nuevamente a la muchacha, mientras asentía con la cabeza... la chica volvió a clavar sus ojos verdes en Guillermo e introdujo nuevamente su polla mientras movía ligeramente su cabeza hacia los lados para colocarla mejor en su interior mientras la saliva volvía a hacer pequeños chasquidos con el movimiento de la lengua.

  • Me corro... me corro entero... me corro...

Y la chica, abrió por última vez sus grandes y profundos ojos verdes, y dirigió una última mirada a través de aquél antifaz de carnaval hacia los ojos de Guillermo, hacia los ojos de Almudena que asintió nuevamente con la mirada, y otra vez hacia los ojos de Guillermo, y se la volvió a tragar entera mientras sentía como Guillermo le inundaba la boca de leche caliente entre jadeos de puro placer...

La corrida le rebosaba por entre las comisuras de los labios y continuó mirando fijamente a Guillermo mientras se tragaba su lefa. Guillermo apretó su cabeza contra su polla como queriendo que no se escapara nada y ofreció los últimos movimientos de sus caderas mientras continuaba corriéndose en la boca de aquella preciosidad.

Buen viaje...