Aina, una sumisa de Barcelona

Aina quiere descubrir lo que siente una sumisa.

Como siempre quiero agradeceros a todos y a todas las críticas y valoraciones sobre mi anterior relato escrito en catalán, y como no podía ser de otra manera, aquí os hago la traducción a la lengua castellana, que por cierto al igual que la galega, euskera y catalana, son lenguas del estado español y merecen el mismo respeto, y animaros a los posibles autores de esas tierras, a que nos deleiten con relatos en dichas lenguas.

Un saludo.

Hacía unos días que me había agregado al msn, como suele ocurrir no habíamos coincidido, pero aquella tarde fue diferente, abrí el msn y ella estaba ahí, rápidamente tomó la iniciativa y empezamos a charlar, de hecho esas primeras conversaciones suelen ser muy rutinarias, demasiado para mi gusto, pero ciertamente con ella fue totalmente diferente. Hablamos un poco de todo, supongo que ella quería mostrarse como una mujer educada, con estudios superiores, quizá incluso, en su interior, crea que el hecho de desear ser una sumisa es una "anomalía", impropia de una mujer joven, independiente económicamente y con una formación excelente…pero se equivoca, el desear ser dominada no es patrimonio de nadie, se desea o no, y ella lo deseaba. Aún no me lo ha confesado, pero estoy seguro de que cuando está en el bufet de abogados en el que trabaja y piensa en mí, en lo que deseo que haga y en como satisfará mis y sus instintos más primarios tiene un sentimiento contradictorio de deseo y a la vez de rechazo, pero siempre acaba acatando mis deseos. En nuestras primeras conversaciones ella intentaba controlar la situación, pero a medida que las conversaciones derivaban hacía temas más íntimos la cosa cambió…Le dije que deseaba verla, y como suele suceder me dijo que no tenía cam

-No hay problema, te arreglarás, bajarás a la calle e irás a un cyber en el que tengan cámaras. Tienes veinte minutos para hacerlo.

Mientras esperaba, intentaba imaginarla, de hecho me agrada que tengan que salir de casa e ir a un cyber, así les doy tiempo a reflexionar sobre lo que harán, y lo que puede significar para ellas…cuando no aparecen siempre sientes aquella frustración, pero cuando entran al msn, sabes que tienen las cosas claras…la señal me distrajo de mis pensamientos, me invitaba a verla. Ante mi, mirando a la cámara había una chica de unos treinta años, morena, con el pelo liso, unos ojos marrones escondidos detrás de unas gafas con montura metálica, labios finos…siempre se me ha hecho difícil describir a alguien por aquí, pero he de decir que era bastante atractiva.

-Tenía ganas de verte, de saber como eres, y he de suponer, después de las conversaciones que hemos tenido, que si estás aquí, es porque quieres seguir con este juego, verdad, Aina?. Es difícil satisfacerme, sabes lo que busco en una mujer, lo que espero de ella…¿piensas que serás capaz de comportarte como una auténtica sumisa?,¿ sabes que te pondré a prueba en este mismo momento?, ¿ has pensado que a veces te sentirás humillada, sucia, como una vulgar ramera?... se que ya estás mojada…¿verdad?

Bajó la mirada.

-Si, estoy excitada.

-Muy bien, Aina, ahora mismo irás al baño y te quitarás las bragas, entrarás en la primera tienda de informática que encuentres y comprarás una web-cam. Tienes una hora para hacerlo.

-Pero

Cerré el msn, para luego abrirlo una hora más tarde…ella ya estaba allá, esperando…Le envié un correo electrónico, diciéndole que se quitase la ropa, conectase la cam, se pusiese de pie con las piernas abiertas y los brazos detrás, y esperase a recibir nuevas instrucciones. Me invitó a ver las imágenes, y estaba allí, tal como le había ordenado…estuve observándola sin decirle nada durante unos quince minutos, ella sabía que la estaba mirando, que la estaba examinando…pasado ese tiempo le dije que se pusiese los dedos en la entrepierna y que los enseñase a la cam…estaban mojados, estaba excitada, y yo también.

-Eres una guarra,¿ verdad que si, Aina?, sabes que te miro, y tan solo eso ya te excita…se que te ordenaría que te pajeases y lo harías, pero no, no voy a dejar que lo hagas, la próxima vez que sientas algo dentro de tu coño yo estaré allí….Retírate, pronto empezarás a recibir mis ordenes a través del correo electrónico.

Dejé que pasasen unos días antes de empezar a enviarle e-mails con las instrucciones de debía llevar a cabo, el primero de ellos se lo envié a su dirección de correo en el trabajo, en el le decía que quería que se dirigiese a una tienda de animales a comprar un collar de perro a la medida de su garganta, que debía llevar siempre puesto cuando contactase conmigo y cuando llegase a su casa, asimismo la citaba para esa misma tarde en el parque de la Ciutadella, después de salir de su trabajo en el despacho.

Eran cerca de las siete y media cuando aparqué el coche y me dirigí al lugar donde ella tenía que estar esperándome, de lejos pude ver que estaba mirando unos papeles, que imaginé que eran del trabajo. Ella no me vio hasta que estuve delante, me miró y abrió las piernas, con lo que pude ver satisfecho que no llevaba bragas, tal como le había ordenado a través del correo. Se levantó para saludarme, y le dije que me siguiese. Fuimos al aparcamiento, y al entrar en el coche, me saqué la polla para que me la chupase, la verdad es que lo hacía bastante bien, durante un rato estuvo lamiéndola, saboreando el líquido seminal que desprendía, hasta que exploté llenando su boca de esperma, que se fue tragando

-Vamos a tu casa, quiero ver donde vives

Me dijo una dirección de una calle del barrio de Gràcia, cercana a la laza Joanich, en pocos minutos llegamos, después de estacionar le dije que caminase delante de mi, mientras detrás observaba sus andares y la forma redondeada de sus caderas, que pronto saborearía…Sacó las llaves y entramos en el portal, en el ascensor le subí las faldas y le acaricié el coño, tirando de la abundante pelambrera que le ocultaba los rosados labios ya húmedos. Abrió la puerta del piso, y se hizo a un lado para que yo entrase, al cerrar la puerta hice que se arrodillase ante mi, durante unos segundos miró mis ojos, pero enseguida los bajó servilmente, mirándome la bragueta

-Ja ja ja ja…así que ya quieres volver a chupármela, eres más guarra de lo que pensaba…pero tendrás que esperar, me la comerás cuando yo te lo ordene…desnúdate, quiero ver la mercancía que se me ofrece..

Sin pensarlo se sacó la blusa, liberando unos pechos no demasiado grandes, pero con unos pezones completamente erectos y con una aureolas oscuras, se quitó como pudo las botas, y finalmente dejo que la falda cayese al suelo. Ante mí tenía a aquella mujer, tan segura de si misma, vestida tan solo con la cadena de perra, excitada, preparada para darme placer…levantó la vista y vio mi cara de disgusto

-El coño de una perra, debe estar completamente depilado, no me gustan los pelos.¡ Depílate!

-Señor, no lo he hecho nunca…no tengo maquinillas

-Vístete de inmediato y vete a comprar espuma de afeitar y cuchillas, y no me hagas esperar mucho rato. No sabía que hacer, dudaba, pero al ver que me levantaba para marcharme se decidió.

-Aquí al lado hay un supermercado de paquistaníes, no te vayas, por favor…amo...

-Ve, te espero aquí.

Bajó a comprarlo, mientras la esperaba en su piso, me acerqué al frigorífico para beber alguna cosa, solo tenía nestea, coca cola diet y porquerías de esas, así que tuve que beberme un vaso de agua, me senté en el sofá y ojeé un libro que tenía por allá, poco después sonó el teléfono, descolgué y una voz femenina me preguntó un poco sorprendida si Aina podía ponerse y quien era yo, le dije que era un amigo y que no estaba, que la llamaría enseguida que llegase a casa. Unos minutos después oí el ruido de las llaves al abrir la puerta, entró, dejó la bolsa con la espuma y las cuchillas sobre la mesa, y sin mediar palabra se quitó toda la ropa de nuevo.

-Ves a buscar unas tijeras y llena una palangana con agua tibia.

Mientras ella iba a buscar lo que le había pedido, coloqué una silla ante el sofá.

-Perfecto, ahora abrirás las piernas y cortarás los pelos con las tijeras, luego lo acabaremos de arreglar con las maquinillas de afeitar.

Pasaron unos minutos mientras dejaba el coño como a mi me agrada, hasta que finalmente estuvo depilada, y con la zona enrojecida.

-Pica, verdad perrita? Ponte crema. Por cierto, has recibido una llamada, creo que era de alguien del trabajo, y me ha dicho que la llames sin falta

Mientras llamaba, empecé a acariciarle el sexo, abrió las piernas, y mis dedos empezaron a jugar con sus rojos y brillantes labios, recorriéndolos con mis dedos…pronto estuvo completamente mojada, momento en que mis dedos fueron entrando dentro suyo, mientras cada vez le era más difícil hablar. Mi dedo empezó a jugar con su clítoris, erecto, excitado y completamente húmedo, saqué mi dedo mojado, y con esa lubricación empecé a meterlo dentro de su culo, primero apretado, pero con el masaje de le hacía se empezó a relajar, hasta que me permitió meterle todo el dedo dentro de su culo. Le dije que colgase el teléfono, cosa que hizo casi de inmediato, la apoyé en el mueble, y mi dedo empezó a entrar y salir con ritmo, mientras ella suspiraba de placer.

-Te gusta, verdad, perrita?, te gusta sentir mis dedos dentro de ti…lo se

Le quité el dedo del culo, y se lo di para que lo lamiese, lo hizo con fruición, saboreando el gusto de su propia mierda

-Tan fina que parecías, y resulta que eres una cerda, jajajaja

-Ponte de rodillas y demuéstrame que sabes chupar una polla.

Me la sacó del pantalón, basándola, lamiendo la punta, su lengua acariciaba todo el tronco, muy lentamente, lubricándola con su saliva, hasta que finalmente le llené la boca con mi leche.

-Ni se te ocurra tragártela. Vas a ir a buscar una copa y depositarás mi néctar dentro.

Se levantó y fue a la cocina a buscarla, se arrodilló ante mí, y mirándome a los ojos dejó el líquido dentro, depositando la copa sobre la mesa, mientras me levantaba y me dirigía a su habitación ella me siguió a cuatro patas, como una perra. Abrí unos cuantos cajones, hasta que encontré unas bufandas, le ordené que se tumbase en la cama, y con dos de ellas la até al cabezal de la cama, dejando sus manos inmovilizadas, acerqué mis labios a sus oídos y le dije todas las cosas que pensaba hacer con su cuerpo, su reacción fue inmediata, empezó a secretar fluidos por su entrepierna

-Te masturbaré hasta que no aguantes, y el placer sea tan intenso, que me tengas que suplicar que te deje que te corras, cuando creas que estás a punto de morir de placer, cogeré mis pinzas y te las colocaré en los pezones provocándote placer y dolor a la vez, y espero que aguantes tus orgasmos…has comprendido, verdad, perrita?

Ella movió la cabeza asintiendo, mientras me levantaba e iba a buscar el vibrador en la bolsa. Le abrí de nuevo el coño, totalmente enrojecido, desprendiendo un olor fuerte a hembra caliente, que excitaba mis sentidos. Le metí la punta del vibrador, moviéndolo por la parte exterior del coño, jugando con los labios carnosos, y buscando entre los pliegues su clítoris, sintiendo su humedad…Cuando vi que su grado de excitación era muy alto, le tiré de los pezones, completamente erectos, y le apliqué las pinzas. Gritó de dolor, pero muy pronto, empezó a mover su pelvis para que el vibrador entrase dentro de ella, estaba sudando, un líquido salía de su coño, ensuciando las sábanas, hasta que llegó el momento esperado por ambos, en el que entre gemido intensos, y a pesar del dolor que sentía en los pezones, que yo tiraba para intentar que no se corriese aún, mi perra llegó al clímax, sintiendo placer y dolor a la vez.

La tuve un rato más atada, observándola, mirando su cuerpo mientras se relajaba, le pregunté si tenia sed, y me dijo que si, me levanté y fui al comedor a buscar la copa con mi esperma, la acerqué a sus labios, y lo bebió hasta no dejar una gota