Ahriana
Dos chicas tenían muy buena relación y un desengaño amoroso de Ariahna las unió aún más.
Sucedió en el aniversario de la compañía, se celebraban los cinco años de su fundación de "Garza y García, Asoc.". Yo tenía solo un par de años trabajando ahí, era la coordinadora de eventos en el departamento de Relaciones Públicas. No por ello había hecho a un lado a algunas amistades de menor rango, había yo hecho amistad con la secretaría del vicepresidente de la compañía; ella se llamaba Ahriana, al tener la misma edad las dos, habíamos logrado una buena relación.
El Lic. Garza, quien era el jefe de Ahriana, además de ser el hijo de uno de los dueños, era para mi gusto un completo Yupie. Para colmo de males, Ahriana se había ido enamorando de él. Esto en una telenovela quizás tendría un final feliz, pero no es así en la vida real, por lo menos, no siempre.
Ahriana se desvivía por el trato hacia su jefe, pero al parecer el Lic. Garza, solo se aprovechaba de esto. El Lic. Garza para mala suerte de mi amiga, estaba casado. A veces el amor nos vuelve un tanto ciegos, por no decir estúpidos. Pues bien, Ahriana tenía esta loca idea de que su jefe se divorciaría para estar con ella. Idea que el Lic. Garza alentó, según ella me contó, que a su vez su jefe le contó la vieja historia del matrimonio por conveniencia, que el no amaba a su esposa, que sólo había sido una táctica mas de negocios hecha por su padre.
Con esto fue que logró que Ahriana fuera suya, en realidad no le prometió nada, solo aprovechó el hecho de que mi amiga sacara sus conclusiones. Ahriana me contó todo lo que sucedió en aquella tarde en la que salieron los dos con rumbo a un motel en las afueras de la ciudad. Por lo menos esta experiencia fue agradable y satisfactoria para mi amiga.
Pues bien, después de esto, el Lic. Garza, la trató como a cualquier otro subordinado, ya no charlaba con ella, pues al fin y al cabo, ya había obtenido lo que el quería.
A las dos semanas de su encuentro, se celebraba el aniversario de la empresa. Todo parecía ir normal, sin embargo, Ahriana se dio cuenta de todo el plan de su jefe, estaba ahí muy bien acompañado de su esposa, se veían como la pareja del año, los dos jóvenes, con ropas de calidad, y todo un futuro por delante. Ahriana solo apretaba los dientes mientras bebía una y otra copa, sus manos temblaban a cada sonrisa que prodigaba el Lic. Garza.
En un momento me distraje y perdí de vista a Ahriana. Me di cuenta de que había olvidado mi teléfono celular en mi oficina, y decidí ir por el, ya que necesitaba hacer una llamada. Al llegar al ascensor, noté que alguien había subido, aspiré el perfume que había quedado impregnado en el reducido espacio del ascensor y supe que era el mismo que Ahriana usaba ese día.
Ahriana siempre me había gustado, ella era una chica de estatura media, de piel blanca y de cabello castaño claro, su figura no era exuberante, pero tenía lo suyo, era de esas mujeres que aparentan ser delgadas, pero que tienen muy bien puesto lo que la naturaleza les dio.
Yo recogí mi celular e hice mi llamada, me decidí por averiguar si mi amiga estaba arriba y oprimí el botón del ascensor en el piso en el que trabajaba Ahriana.
Ya estando en el piso indicado traté de descubrir algún movimiento, sin embargo no notaba algún indicio, solo alcancé a escuchar lo que parecía el sonido de la fotocopiadora -Habrá alguien que esté trabajando en estos momentos?- pensé. Con suma cautela me dirigí hacia el lugar del que parecía venir el sonido.
Mientras me acercaba alcanzaba a escuchar algunas murmuraciones, se escuchaban como parte de algunos sollozos, dando la vuelta a una esquina de los cubículos que ahí se encontraban descubrí algo que casi me hizo caer de espaldas.
Sobre de la fotocopiadora estaba Ahriana, sentada en la ventanilla donde se colocan las hojas que van a ser fotocopiadas. Ella tenía su falda levantada hasta la cintura y sus panties estaban tiradas a un lado de la copiadora, yo la tenía de espaldas hacia mi. Desde mi posición podía notar como sus nalgas se pegaban a la copiadora, se inclinaba y encendía el sistema de fotocopiado, con lo que me daba una amplia vista de su entrepierna. La luz que destellaba de la fotocopiadora hacia que sus finos vellos que rodeaban su apretado agujerito posterior brillaran un poco mas.
Me acerque tratando de que pudiera notar cada vez mas mi presencia, pues no deseaba que le diera un infarto al verme. Ella estaba inclinada para hacer funcionar la fotocopiadora cuando yo le sujeté sus finos dedos. Se sorprendió un tanto al hacer esto, pero me reconoció al instante, el licor ingerido le habían hecho efecto y se mostraba desinhibida.
Le pregunté que era lo que estaba haciendo. Ella entre sollozos me dijo que le estaba preparando una venganza al Lic. Garza, ya no le llamaba cariñosamente Jorge. Me decía que había planeado hacer que el fuera quien la deseara ahora, que estaba fotocopiando todo lo que el se iba a perder por haberla engañado. Que iba a ir mostrándole una a una fotocopia de su vagina caliente y abierta.
Yo estaba bastante caliente al tener su entrepierna de cortos vellos frente a mi, esos labios esponjados, con ese clítoris sobresaliente, el contacto con su mano había hecho que mis pechos se endurecieran y que mis pezones comenzaran a puntear por debajo de mi ropa.
Mi cuerpo no le pide nada al de esas modelos que vemos diariamente en revistas, mis pechos son de un tamaño promedio, con unos pezones muy prominentes, son sensibles a unas conocedoras caricias, mi vientre es plano y mi trasero es redondo, de esos de los que invitan a los hombres a prodigarles una buena mirada. Soy una belleza con el cabello rojo como el fuego, el cual testifica mi entrepierna que es natural.
Esta era mi oportunidad, no era mi intención aprovecharme de mi amiga, puesto que ya había tenido una mala experiencia con su jefe, sin embargo, yo esperaba satisfacerla mejor y prodigarle un agradable consuelo.
Ahriana estaba vestida con el típico uniforme de la empresa, un horrible traje sastre, en el que lo único que se rescataba era el top que llevaba ella por debajo del saco, el cual se abrochaba hasta el cuello y no mostraba que era lo que se usaba debajo. Yo portaba un vestido negro, ajustado a mi cuerpo, la cual enmarcaba mi figura, por encima llevaba una chamarra de piel, mi ropa interior era solo una fina tirita que hacía las veces de tanga, esta se metía muy dentro de mis redondas nalgas, todo esto era complementado por un bra de esos de los que tienen la copa al descubierto, por lo que mis pezones hasta este momento querían rasgar el vestido.
Había llegado el momento y decidí que no había marcha atrás, le hice ver a Ahriana que no valía la pena el que ella gastara sus lagrimas por alguien que no valía la pena. Ella no entendía razones y estaba decidida a jugarle esta venganza. Por lo que, entonces me propuse ayudarle con su venganza.
Le dije que sería mejor si le mostraba su caliente vulva mojada, bien lubricada, para hacerlo babear de deseo. Así que le dije que necesitábamos que ella se excitara, mis dedos rápidamente llegaron hasta su vulva, ella trató de negarse pero era muy tarde, el tratamiento de mis dedos y la idea surtieron efecto, ella abrió mas sus piernas para darle paso a mis dedos. Podía sentir como sus labios esponjados respondían a mis caricias, sus finos vellitos se entrelazaban con mis dedos, estos recorrían su vulva de arriba hacia abajo, mientras ella respondía a mis caricias.
-Necesitamos que estés mas mojada Ahri- le dije, así que alcance su cabeza con mi mano libre y la atraje hacia mi. Sus labios llegaron cerca de los míos y comenzamos una serie interminable de besos, su lengua era deliciosa, se enroscaba con la mía mientras nuestros labios se unían. Mi mano fue bajando por su cuello hasta llegar a sus delicados pechos, los frotaba con la palma de mi mano sintiendo sus erectos pezones. Mientras mi lengua era absorbida entre sus labios, chupeteándola una y otra vez, mis dedos fueron bajando la tirita de su top, su seno ahora estaba libre, mis dedos no tardaron en comenzar a rodear su duro pezón, me entretenía pasando la yema de mi dedo sobre de este mientras mis labios tomaban su labio inferior y tiraba de el suavemente.
Mis dedos en su entrepierna ahora se entretenían en adentrarse un poco mas profundo dentro de su vagina, salían empapados de sus líquidos lubricantes y los pasaba sobre de su clítoris erecto. De su garganta salían gemidos que me hacían temblar y que eran apagados por mi boca. Mi lengua fue bajando por su cuello para llegar a sus pechos, terminé de bajar su top para que ahora sus senos se mostraran libres, suaves, tersos, solo para mi.
Mi lengua se detenía en pequeños momentos en donde le daba suaves besos, así llegue hasta sus senos, mi lengua danzaba ondulando sobre de esa superficie redonda. De vez en vez mi boca succionaba un poco sobre de la suave piel. Mi lengua comenzó a trazar líneas de sus pezones hacia el área del seno, así estuve hasta que sus pechos lucían brillantes por la humedad de mi lengua. Mis dedos eran un mar de lo empapados que estaban con sus jugos, ahora se sucedían uno tras de otro entrando en su vagina ardiente, sin darme cuenta encendí la fotocopiadora y comenzó a funcionar, sacando una y otra fotocopia de su vagina, con mis dedos aplastados dentro de ella. Hice aun mas, la levanté un poco y mi dedo medio fue a dar dentro de su ano, era apretado a mas no poder, pero mi dedo mojado como estaba se deslizó fácilmente, Ahriana, se retorció un poco pero después se dejó hacer, su mente estaba inundada con ese deseo de venganza, así que pensó que le haría mayor daño el que viera como su ano era penetrado también.
Mi boca se pegaba a sus pezones, los succionaba lentamente uno a uno, mientras su vagina resplandecía por el efecto de la máquina funcionando. Mis dientes comenzaron a tirar de sus pezones y ella estaba en el éxtasis total, sus dedos bajaron hacia su vagina y comenzó a frotarse muy duramente su clítoris, mis dientes con sus pezones y mi dedo trabajando en su apretado anillo comenzaron a surtir efecto, su cuerpo se tenso y sus pechos se endurecieron aun mas, presa del orgasmo que Ahriana estaba sintiendo, la ventanilla de la fotocopiadora era una laguna gracias a sus jugos, ella dejó caer su cabeza hacia atrás y dejo salir todo ese placer que la quemaba por dentro.
Ella se dejo caer para recuperarse de todo el placer obtenido, cuando ella me miró a los ojos supe que ella sabía de todo mi plan, y que no le desagradaba la idea. Me atrajo hacia ella y me dio esa boca que tanto me había gustado.
Ayudándole a bajar de la fotocopiadora me rodeó el cuello con sus brazos, mis manos se encontraban sobre de sus nalgas, las apretaba entre mis dedos y las abría, mis dedos alcanzaban su entrepierna, sintiéndola empapada de sus jugos.
Sus manos comenzaron a desnudarme, ahora comprobaría si ella también gustaba de las mujeres como yo, o era todo producto de los efectos del alcohol.
Pasando sus dedos por mi espalda comenzó a deslizar el cierre de mi vestido, un montón de tela se hizo alrededor de mis pies, mis senos libres de la copa de mi sujetador fueron rápidamente presas de su boca. Su lengua dibujaba círculos concéntricos alrededor de mis duros pezones, los cuales cada vez se iban cerrando mas y mas, hasta que su lengua se enroscaba alrededor de mis pezones, lamía uno y otro alternando las caricias de su lengua sobre de uno y otro de mis pechos.
Detrás de mi se encontraba una silla, la cual atrajimos y Ahriana me sentó en ella, mientras su lengua recorría mis pechos lamiéndolos, chupándolos, besándolos. Ella tomaba mis pechos entre sus manos y los juntaba para lamer las puntas de mis pezones al mismo tiempo, su lengua era bastante experta en el tratamiento de unos firmes pechos.
La fina tira de tela que se encontraba entre mis piernas estaba mojada a mas no poder, se metía muy rico entre mis labios vaginales y frotaba mi clítoris exquisitamente.
Su lengua fue bajando por mi vientre, encontró mi ombligo y lo lamió hasta darse gusto. Su lengua continuó su viaje y llegó hasta mi pubis, en donde solo asomaba un pequeño triángulo de mis vellos afeitados. Su lengua se deslizó por encima de mi tanga y lamió mi pubis, bajó aún mas y comenzó a pasar su lengua sobre de los labios que sobresalían de mi tanga.
Subía y bajaba por cada uno de mis labios desprovistos de vello. Hasta que sus dedos hicieron a un lado la entrepierna de mi tanga, su lengua comenzó a pasar entre mis labios, sacando un delgado hilo de mis jugos, el cual unía mi vulva con su lengua. El placer que yo sentía era inenarrable, mi excitación estaba a tal punto que no necesitaba de mucho, su lengua se deslizaba cada vez mas profundo en mi vagina. Mis dedos tiraban de mis pezones y los soltaba para darles un rico movimiento a mis pechos.
Fue cuando su boca tomó mi clítoris sediento de caricias que todo mi orgasmo llegó, mis ojos se desorbitaron y mi cuerpo temblaba presa de esas corrientes eléctricas que corrían por todo mi cuerpo. Mis jugos fluían en chorros, su boca quedó bastante mojada con mi jugos, hasta que mi cuerpo desmadejado se quedó inmóvil.