Ahora o nunca VI

Los amigos deben decidir a quién apoyar, pero es imposible elegir… ¿podrá más la ira que el amor?

A PPSP, que en “Un Amor Inolvidable” demuestra que todos nos equivocamos en el amor, pero ¿habrá siempre perdón? Tendréis que terminar de leer la serie (conforme la vayamos publicando, claro) y a Camilo y Andrés (“Me enamoré de mi hermano”) que le dieron su propio final a su historia

Dani

[Para esta escena, la de Fran y la de Luis, podéis poner de fondo “Reconciliación” de Ricardo Arjona]

No lo podía soportar, verlo allí, en una esquina del bar, primero estuvo hablando con otro chico, creí que era algún colega de la universidad, total se reía y todo, pero cuando el chico lo besó, eso ya era superior a mis fuerzas. Los chicos no lo veían porque estábamos sentados de manera que ellos miraban a la puerta y Tavo y yo mirábamos hacia dentro. Mis puños se cerraron por debajo de la mesa, pero fue inútil, una lágrima resbaló por mi mejilla y antes de que los chicos pudieran preguntarme algo me levanté y salí corriendo de allí. Pude escuchar cómo los tres se levantaron en el acto y supuse que venían detrás de mí, pero en mi carrera pude oír cómo algo se rompía y Luis y Fran se daban media vuelta y se dirigían a Tavo.

Al llegar a casa, subimos a mi cuarto, una vez allí me tiré en nuestra cama (cómo me dolía el sólo pensar en ello) y lloré como un niño, no podía creer que Tavo, el hombre al que le había dado mi corazón, lo rompiera en mil pedazos.

Podía sentir mi corazón, hasta ahora cálido por su amor, se helaba al sentir el acero de la traición traspasándolo, era imposible sobrevivir a ello, Sara me sacó de mis pensamientos:

-Dani, todo tendrá su explicación, estoy seguro, ya verás como Tavo…

-No digas su nombre, no lo menciones, no quiero nada con él por ahora, pero tampoco quiero que me dejes solo, necesito que alguien se quede conmigo o haré una locura…

-¿Qué quieres que haga? –Sarita se veía preocupada por mí e interiormente me alegré de tenerla allí, aunque me cabreó que Luis y Fran se quedaran con él.

-Simplemente quédate conmigo, haz lo que quieras, pero no te vayas –dije suplicante.

Sara simplemente se sentó a mi lado y me obligó a sentarme, luego me abrazó y fue lo que necesitaba, dejé salir toda mi frustración, mi dolor, sentí como algo dentro de mí que me oprimía se vaciaba y me dejaba en paz, que conste que no era la vejiga…

Después de un rato, no sé cuánto tiempo, llegó Tavo con los chicos, se les veía bastante golpeados a Luis y Fran, pero Tavo estaba ileso, salvo su cara roja por la vergüenza. Cuando vio a los chicos Sara se fue corriendo hacia ellos y nos dejaron solos para que habláramos:

-Creo que te debo una explicación… -empezó a decir Tavo.

-No me debes nada, lárgate, no quiero pensar en ti por ahora, has destrozado mi corazón, no me pidas que te acepte de regreso así como así –cogí mi anillo y se lo tiré, él lo cogió al vuelo y empezó a llorar- llora todo lo que quieras, pero hazlo lejos de mí, ¿vale? No aparezcas por aquí, cuando pueda hablar contigo te llamaré, vete con alguno de los chicos, o con tu nuevo novio, pero déjame, ¿sí? –no quería ni verlo, sabía que podría hacerle mucho daño si dejaba a mi ira hacer, así que mejor sacarlo de allí, la verdad estaba dispuesto a perdonarlo si tenía una buena explicación, pero primero tenía que calmarme.

Tavo simplemente siguió allí, frente a mí, llorando mientras yo le gritaba y cuando mencioné a ese con el que se besaba, simplemente cerró sus ojos en un gesto de infinito dolor, en cuanto terminé de hablar se dio la vuelta y salió de allí.

Fran

Cuando vimos que Dani lloraba y se levantaba de inmediato nos levantamos para irnos con él, si Tavo estaba haciendo algo malo (había dicho que iba al baño, pero ya tardaba) sería su culpa y nosotros primero ayudaríamos a Dani y luego veríamos qué hacer con él. Sin embargo, al salir oímos cómo se rompían varios vasos y alguien gritaba “maldito cabrón, ¿cómo se te ocurre?”, seguido de un gemido de Tavo producto de un golpe en su pecho. Los tres nos quedamos congelados, no sabíamos que hacer, Sara y yo nos miramos y decidimos dividirnos, ya que había pelea, Luis y yo iríamos con Tavo y ella se iría con Dani.

El golpe que le dieron a Tavo lo hizo retroceder un poco, lo que aprovechamos para meternos entre él y los que lo golpeaban, eran dos tíos como armarios, pero bueno, nosotros teníamos la ventaja de la agilidad desarrollada en la montaña y éramos tres contra dos. Pensé que estaba chupado conseguir que nos dejaran en paz, pero los tíos esos querían pelea, así que terminamos en un uno contra uno Luis y yo contra cada “armario” y Tavo se dedicaba a aporrear al que se le acercaba más de la cuenta, ellos o nosotros, le daba igual.

Al final varios de los presentes del bar nos lograron separar y se llevaron a los otros dos fuera, ya que querían seguir peleando aunque tenían un ojo morado uno y el labio inferior roto el otro. Entonces nos dimos cuenta que nosotros estábamos hechos unos guiñapos, pero no podíamos hacer nada, no al menos hasta llegar a alguna casa, así que nos fuimos a casa de Dani y Tavo, ellos tenían que hablar y Tavo estaba intacto (salvo el golpe en el pecho, que seguro dejaría marca).

De camino Tavo nos explicó lo sucedido: resulta que uno de los “armarios” le había echado el ojo y lo quería obligar a montarse un trío con ellos dos, Tavo se negó diciendo que él está casado y Roberto (como se llamaba el tipo) simplemente se rió en su cara y lo besó para intentar hacerlo cambiar de idea, ese beso fue lo que vio Dani, pero no vio cómo él lo rechazaba con una buena ostia en la boca, ahí fue cuando Esteban, su “amigo” intervino golpeando a Tavo, resulta que el tipo este tenía lo que Tavo llamó una “manopla” luego averiguamos que era un puño americano, al menos no le rompió nada, encima nos metimos nosotros en la pelea y se lió parda…

Mientras nos contaba llegamos a su habitación, Sara, Luis y yo los dejamos solos y Sarita se dedicó a curarnos un poco, la verdad es que lo hacía muy bien y cuando Tavo bajó, pocos minutos y muchos gritos después, ya estábamos menos adoloridos. Durante la cura le contamos a Sara lo ocurrido y ella le pidió a Tavo que se quitara el polo para mirar el golpe, así lo hizo y pudimos ver que el gilipollas de Esteban tenía un buen gancho porque Tavo ya tenía el pecho completamente morado, Sara le examinó un poco y le dijo que tendría que aguantarse y Tavo dijo que eso lo podía aguantar, pero lo que le había dicho Dani no y nos contó lo sucedido en la habitación.

Estaba terminando de hablar cuando bajó Dani y dijo:

-Tenéis que elegir, o estáis con Tavo o conmigo –se le veía en uno de sus arranques de mala leche, así que no le dimos importancia, pero Tavo empezó a llorar desconsolado, así que Sara intervino.

-Pues ni con él ni contigo, con los dos, sois nuestros amigos, ¿qué digo? ¡Sois nuestros hermanos! No podemos elegir entre uno y otro, mira lo que ha sufrido Tavo por quererte –le levantó el polo a Tavo y le mostró el golpe.

-Pues me da igual, tendréis que elegir -Dani no lo entendió o no lo quiso entender y se fue a su habitación, que cerró de un portazo.

Luis

Al final ninguno se fue a su casa, Sara usó mi móvil para explicarle a su madre la situación y Verónica, muy comprensiva, le gritó que no se moviera de aquí hasta que los chicos hablaran y tomaran una decisión. La verdad Verónica era muy maja cuando tomaba confianza, ¡pero cómo nos costó que confiara en nosotros!

La familia de Dani estaba fuera, sus padres y su hermano se habían ido a Cáceres porque Iván (el hermano de Dani) quería conocer la ciudad y como el coche es algo estrecho, los chicos se ofrecieron a quedarse para que fueran más cómodos, lo que ninguno se creyó, se querían quedar para otra cosa, pero bueno, todo se fue a la mierda…

Sara durmió en el cuarto de Iván y Fran y yo nos acomodamos en la buhardilla, pero caímos dormidos antes de darnos cuenta que no habíamos pensado dónde dormiría Tavo. Me desperté a media madrugada con eso en mi cabeza, pero después pensé que se habría instalado en el sofá y me metí en la “cama” (no era más que un colchón en el suelo) de Fran, le abracé y me volví a dormir a su lado.

[A partir de ahora es mejor no escuchar más la canción anterior jajaja]

Dani

Me costó mucho dormirme, no quería pensar, pero todo estaba allí, en mi cabeza dando vueltas y haciéndome enojar mucho más, podía sentir la sangre bombear en mi cabeza y el ligero zumbido en los oídos que te indica que un poco más y revientas, todo me daba vueltas y lo único que podía hacer era llorar.

Al final me dormí, pero, como siempre, me desperté pronto, serían las 7 a.m., me dieron ganas de beber algo y cuando abrí la puerta de mi habitación me llevé una sorpresa:

-¿Qué coño haces aquí? –Tavo estaba sentado junto a la puerta de mi habitación, estaba empapado en llanto y parecía haber pasado allí toda la noche, llorando.

-Esperar a que me llames, no puedo vivir sin ti –miraba al suelo y se le notaba agitado, como con miedo de que le volviera a gritar. Verle así y no alegre, como siempre, me conmovió, mi corazón, frío como el hielo, veía el sol y quería dejar que lo calentara, mi ira desapareció al instante.

-Pues te llamo en este momento, Tavo, quiero hablar contigo de lo de anoche, pero vamos a la cocina, que me muero de sed -¯este era el momento perfecto para intentar la inminente reconciliación…¯.

Tavo se levantó y me siguió obediente, no dijo nada, pero se le veía nervioso, bueno, más que vérsele casi podía escuchar como temblaba, además estaba blanco como un papel… serví un par de vasos de Coca-Cola (no suelo desayunar así, pero es la única bebida que me quita realmente la sed) y le dije a Tavo que se explicara. Tavo me contó todo y, la verdad, no pude hacer más que creerle, era descabellado, pero algo en mí me decía que debía creerle, que no podía perderle, que le necesito:

-Vale, Tavo, digamos que acepto tu explicación, ¿cómo me lo demuestras?

-Mira mi herida –me mostró el golpe, se veía mucho peor que la noche anterior, al verlo yo sentí como si me lanzasen un cubo de agua fría encima: Sarita me lo mostró y no quise creerle, recuerdo lo que dijo “mira lo que ha sufrido Tavo por quererte”- y aquí está tu anillo –me tendió el anillo y me dijo-: “prometo serte fiel todos los días de mi vida, tanto en las alegrías como en las penas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe” ¿te acuerdas? Pues eso haré, no te dejaré nunca, te amo más que a mi vida.

Escuchar eso de su boca me hizo sentir único, nunca nadie me había dicho que me amaba así y mucho menos después de que lo mandara a la mierda por creer que me ponía el cuerno. Sentía como me hinchaba por dentro, mi corazón volvía a caldearse, no había duda, necesito a Tavo, él es mi felicidad y ahora estaba conmigo, ya nada ni nadie nos volvería a separar.

Sara

Me despertaron unos gritos, no sabía que eran, pero provenían de la cocina, así que me levanté a como pude y me vestí. Al salir al pasillo pude ver a Luis y Fran con cara de sueño y susto que también se dirigían a la cocina, así que me uní a ellos.

No podía creer lo que escuchaba, se me oprimía el corazón al oírlos y por la forma de caminar de los chicos, que cada vez iban más aprisa, pude notar que ellos tampoco.

-¡ERES UN CABRÓN! ¿CÓMO SE TE OCURRE PONERME LOS CUERNOS? –se oía gritar a Dani con un odio que realmente paralizaba.

-Yo… yo… yo… de veras… de veras… no quería hacerlo… yo… te amo… -decía Tavo con la voz temerosa y muy entrecortada, como si tuviera miedo.

-¡PUES AHORA ME LAS PAGARÁS! ¡YA VERÁS, GILIPOLLAS! –en ese momento los chicos llegaron a la puerta y estallaron en carcajadas, no entendía nada, así que me apresuré a llegar a la puerta y no podía creer lo que veía: los dos estaban sin camiseta y el motivo por el que Tavo hablaba tan agitado era porque Dani no paraba de besarlo, era evidente que nos estaban gastando una broma y Luis y Fran se metieron entre ellos…

-Pues no, no harás nada –le dijo Luis mientras sujetaba a Dani por detrás y los obligaba a separarse.

-Tú tampoco te moverás –Fran hizo lo propio con Tavo.

-Vale, vale, que era broma –Tavo no pudo contenerse más- aunque me gustaba la forma en que me compensaba los gritos jajajaja

-Vale, pues Tavo, si quieres que Dani te rompa el culo a pollazos, dilo y nos damos el piro, que no queremos meternos entre vosotros –Luis se hacía el cabreado, pero tenía una sonrisa en la cara que lo delataba.

-¡Claro que quiero! ¡Así que largaros de mi casa, no os quiero ver hasta mañana! –Tavo pilló la broma de Luis y le siguió el juego.

-Vale, pero no te quejes si no te puedes sentar en una semana, ¿eh, Tavo? –esta vez fui yo quien habló.

Estallamos en risas los cinco y servimos café para todos y desayunamos muy alegres, ver a estos dos reconciliados era estupendo. Dani me pidió que le hiciera una foto de él y Tavo, sin camiseta. No entendí muy bien, pero se la hice, Dani insistió mucho en que se notara la marca del golpe que tenía Tavo (tampoco era muy difícil) y en mostrar sus anillos.

Después de desayunar y ducharnos, invité a Fran y Luis a comer en casa, total los otros dos tendrían su comida romántica. Los chicos se vinieron y le contamos a mamá lo sucedido, mi madre parece que sí entendió lo de la foto porque de lanzó el portátil y me dijo:

-Entra a Facebook, me apuesto lo que sea a que te encuentras una sorpresa…

-¡HOSTIA! ¡Chicos, mirad! –mi madre tenía razón, Dani subió la foto, la puso de fondo de su biografía, pero le agregó un título “ las heridas del amor ”.

Al ver esto Fran y Luis se metieron uno en la boca del otro y tuve que esperarme hasta que quisieron separarse para comentar con ellos la verdad de esa frase:

-Chicos, qué impactante, ¿no?

-Sí, y qué cierto, yo hice sufrir mucho a mi Fran, pero mira, ahora estamos juntos y felices –dijo Luis con un poco de melancolía por lo que había sufrido Fran al no atreverse a declarársele.

-Pero el amor verdadero es así, si no duele, si no mata, nunca sabrás que es amor lo que sientes y no calentura –entonces empezó a cantar “Contigo” de Serrat y Sabina-: Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y escena del sofá; yo no quiero que viajes al pasado y vuelvas del mercado con ganas de llorar. Yo no quiero vecinas con pucheros; yo no quiero sembrar ni compartir; yo no quiero catorce de febrero ni cumpleaños feliz. Yo no quiero cargar con tus maletas; yo no quiero que elijas mi champú; yo no quiero mudarme de planeta, cortarme la coleta, brindar a tu salud. Yo no quiero domingos por la tarde; yo no quiero columpio en el jardín; lo que yo quiero corazón cobarde es que mueras por mí. Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres; porque el amor cuando no muere mata porque amores que matan, nunca mueren.…¯

Después de derretirme por dentro, como siempre que escuchaba esos versos, nos llamó mi madre y nos fuimos a comer.

Dani

-Por fin se han ido los chicos... –le dije a mi príncipe azul.

-Sí, ¿en qué estábamos? –me dijo pícaramente Tavo.

-No recuerdo, tendremos que subir a la habitación, a ver si lo recuerdo…

Tavo ni lento ni perezoso me tomó de la mano y me llevó a nuestro cuarto. Una vez allí nos terminamos de desnudar y nos besamos como nunca, aunque tuve cuidado de no lastimarle el pecho.

Después de un rato besándonos, me arrodillé frente a él y me tragué de golpe sus 23 cm de verga, quería demostrarle que le perdonaba, que le quiero, que no puedo vivir sin él. Tavo lo entendió porque empezó a gemir de inmediato y  me dejó hacer. Empecé el típico mete-saca hasta que sentí ese pollón firme y preparado para todo, entonces me levanté le comí las tetillas y fui al buró, de dónde saqué un preservativo, se lo coloqué y le pedí que se acostara, no me atrevía a tocarlo para no lastimar su golpe.

Tavo se acostó y me esperó con su picha enfundada en látex apuntando al techo. Me senté sobre él penetrándome yo mismo, poco a poco, para hacerle gozar de cada milímetro de mi culo, no quería que este fuera un polvo más, era nuestra reconciliación…

Tavo estaba muy cachondo y pronto me agarró de las nalgas y marcó el ritmo al mismo tiempo que movía sus caderas, haciendo que sintiera su verga en lo más profundo de mí, era increíble, nunca habíamos gozado tanto.

Estuvimos casi media hora en esa posición, no me atreví a cambiarla porque me daba pena lastimarlo. Finalmente, entre gemidos y alaridos de placer nos corrimos al mismo tiempo, yo sobre su abdomen y él dentro de mí, en el condón.

Me levanté, le quité el condón, le hice un nudo y lo lancé a la papelera de la habitación, luego me abalancé sobre él y me bebí mi semen de su abdomen. Luego me acosté a su lado, él se giró me besó, me abrazó y dijo:

-Dani, sin ti no puedo vivir, te necesito, eres el amor de mi vida.

-Yo también te amo, Tavo, te amaré por toda la eternidad porque eres el motivo por el que late mi corazón…

Finalmente nos dormimos abrazados y con una sonrisa en el rostro.

Luis

[Para esta escena, podéis escuchar “Simplemente amigos” de Ana Belén]

Bueno, al menos los chicos se reconciliaron, pero yo me quedé con las ganas, así que cuando Verónica nos ofreció un sitio para dormir la siesta, rechacé su propuesta, fui sincero y le dije que necesitábamos una cama, pero para otra cosa, así que mejor iríamos a mi casa, para no incomodarlas. Verónica lo entendió y nos despidió muy cariñosa, además nos dio dinero para un taxi (teníamos que caminar unos 20 minutos, no era mucho, pero ella insistió) “hay cosas que no deben esperar”, dijo. Así que al final nos fuimos en taxi y al llegar a casa…

-¿Qué hacéis todos aquí? –estaban mis padres, mis tres hermanos (un chico y dos chicas, éramos dos “parejitas”), algún tío y hasta los abuelos.

-Tenemos algo qué hablar con vosotros dos y es muy serio –dijo mi padre.

-¿Qué… qué… sucede algo? –Fran intentó preguntar, al tiempo que sus manos parecían un ocho de cómo las retorcía.

-Sí, vaya que sucede algo, hemos oído por ahí que vosotros no sois simplemente amigos… -mi abuelo se veía muy serio.

Nos miramos sin saber qué decir y entonces dije:

-Tenéis razón, no somos simplemente amigos, somos los mejores amigos del mundo ¿por qué preguntáis?

-Porque en un principio la familia se reunió para decirte que si Fran era tu novio, os podíais ir mil veces a la mierda y que dejaras de contar con nosotros –empezó mi hermano Antonio, vi de reojo a Fran y una lágrima resbalaba por su mejilla, yo me quedé sin aire, tenía la garganta seca y me sentía muy nervioso, no sabía lo que venía, pero por suerte Antonio continuó- pero el tío Carlos les hizo cambiar de idea…

-Efectivamente –dijo el tío Carlos- los únicos que os querían rechazar eran los abuelos, ya sabéis, ellos crecieron durante el franquismo y vieron cómo los homosexuales eran tratados como basura y no querían eso para vosotros, pero yo les dije que eso ya no era así y, después de discutir un rato, aceptaron mi idea…

-¿Cuál es tu idea, tío? –preguntó mi hermana Pili para animarle a continuar.

-Es simple, chicos, sabéis que tengo un piso en frente a Atocha que uso como picadero, pues bien, he decidido dejároslo con una condición.

-¿Cuál es esa condición? –preguntó Fran, ya no lloraba, pero habría sido capaz de destrozar una barra de plomo de cómo se retorcía las manos.

-Que os paguéis vosotros vuestras cosas, en tanto yo pueda, cubriré los servicios básicos (electricidad, gas, agua), pero la comida, el teléfono y el internet tendréis que agenciároslos vosotros…

-No, no será así, nosotros estaremos jubilados, pero tenemos dinero de sobra, nosotros pagaremos el teléfono hasta 50 € y el internet, así sólo tendréis que buscaros la comida, para que veáis que no tenemos problema con vosotros –esta vez fue mi abuela la que habló.

-Pues… la verdad no sé qué deciros… -empecé, pero Fran me interrumpió.

-Gracias, es todo lo que podemos deciros, Luis muéstrales la cadena, ya no nos vamos a esconder más.

Hice lo que Fran me dijo, les mostré mi cadena y les contamos cómo Fran se me había declarado y todo lo sucedido después, al final mi hermana Paloma pidió besos y la complacimos, la verdad me encanta besar a Fran. Me lo habría follado ahí mismo, pero nos cortaron el rollo:

-Ahora que ya tenéis todo resuelto tenéis dos cosas por hacer: primero, enfrentar la familia de Fran y, segundo, buscaros algún trabajo que os permita pagaros la comida y las marchas, porque la familia no da para tanto… -mi madre y su eterna prudencia tenía razón de nuevo.

Después de agradecerles a todos y que le dieran la bienvenida a Fran como un nuevo miembro de la familia, nos fuimos a enfrentar la familia de Fran, no sería sencillo, pero nuestro amor podía con todo…

Continuará…


Chicos, espero que os haya gustado, este no es tan corto como el anterior, pero es probable que igual os parezca corto, lo que pasa es que si lo hago más largo me salto muchos más detalles, además fue muy intenso, ¿no? En todo caso, pronto veréis que no todo es miel sobre hojuelas, de esta salieron airosos, pero hay más cosas en el futuro y en la vida, jajaja