¿Ahora o nunca? V

Quinta parte de esta historia, llena de sorpresas: ¿muerte? ¿infidelidad? Tendréis que leerlo… A Rofacale, mi gran maestro, que me enseñó a no tenerle miedo a escribir y que le puso algo de músculo a mis chicos, jajaja y a Cami (MAC), un chico que ha sufrido lo indecible por amor...

Cinco capítulos ya!!! Ni yo me lo creo jajaja, pues nada, chicos espero que este os guste también y, por favor, comentad y valorad, aunque sea repetir lo que otros han dicho que todo lo tomo en cuenta y me es muy agradable leer vuestros comentarios!!!!!

Tavo

Mae, qué vara más agüevada viajar en tren, mae, que por mi madre, ¡¡¡no parece como lo pintan en las películas!!!! [traducción: Tronco, que coñazo viajar en tren, os lo juro, no es como parece en las pelis]. Estoy que me muero de la agüevazón, ¡¡¡al chile!!! [estoy que me muero del aburrimiento, en serio]. Pero os cuento por partes; Dani y Fran llegaron justitos, por poco nos toca pagar otro viaje por esperarles, pero se veían tan felices que a ninguno nos habría importado…

Al fin nos subimos al puñetero tren y empezamos el viaje (que son unas cuantas horas…) y dejamos que todo el mundo se fuera a la cafetería a comer y después fuimos nosotros, teníamos la cafetería para nosotros solos y nadie nos molestó, luego nos fuimos a nuestros sitios y todos se durmieron menos Sarita y yo, que nos pusimos a conversar de su situación:

-Sara, ¿cómo te las apañaste para que tu madre te dejara venir con nosotros? –le pregunté, más que todo para hacer conversa, porque qué coñazo de película estaban poniendo…

-Pues es simple, le dije que vendría que a visitar a Rut, una amiga de la infancia y no le dije que veníais…

-Pues vaya, me sorprende que se haya dejado engañar tan fácil…

-No, no se dejó engañar, llamó a Rut y le dijo que como yo llegase con alguien le avisara para ir a recogerme, que no tenía permiso de andar con nadie, así que tuve que llamar a Rut y pedirle que me cubra, ella estuvo de acuerdo, comerá con nosotros algunos días para poder decir que nos vimos, pero nos dejara libres el resto del tiempo, jajaja

-Vaya, ya quisiera yo tener una familia aunque sea así… -Sara no me dejó continuar:

-Pero serás cabrito, ¡ya la tienes! ¡Tienes un esposo estupendo y tienes tres hermanos que estaremos contigo siempre! –no pude evitarlo, pasé por encima de Dani y le di un abrazo a Sara y me eché a llorar, de veras que eran mi nueva familia, no una familia que me pidió que me fuera lo más lejos y pronto posible, esto sí que son hermanos, no como los que dejé en Costa Rica, ya llevo tres meses y medio acá y no me han escrito para ver cómo llegué ni han contestado a mis correos, los chicos lograron lo que ellos ni siquiera intentaron, que sintiera que alguien me quiere.

Después de esto y de haberme desahogado con Sara, nos dormimos hasta que Luis nos despertó en la estación de Granada, una ciudad maravillosa, no cabe duda…

Luis

Pues, bien, hemos estado en Grana’, como dicen los lugareños, la Alhambra es preciosa, de eso no hay duda y la catedral y el mercado y demás, es una bellísima ciudad, no entiendo cómo es que yo que soy español no tenía ni idea y Tavo que es extranjero se moría por verla…

Bueno, después de un par de días conociendo la ciudad (tampoco se necesita mucho tiempo…) nos dedicamos a conocer las playas y eso sí que fue divertido, porque llevábamos tres tiendas, una por pareja y una para Sara, después de todo ella es chica y nosotros chicos, además así podía invitar a quien quisiera jajaja

Acampamos en todas las playas que se podían y en cada una pasaron cosas inolvidables cada noche, la más importante para mí fue la primera:

[Para seguir la costumbre, para esta escena propongo “Y nos dieron las diez…, en versión de Serrat y Sabina, preferiblemente]

Era un jueves y era nuestra primera noche acampando en una playa (como novios), cómo era lógico, íbamos a dormir en pelotas, así que nos desnudamos, pero una vez desnudos, nos apeteció hacer otra cosa y, a juzgar por los sonidos provenientes de la tienda de Tavo y Dani ellos ya habían empezado su fiesta, por su parte, Sara estaba con un “amigo” que conocimos ese día en la playa…

Yo me quité todo menos la cadena que me regaló Fran, aprovechamos que en Granada nadie nos conoce y le grabamos, debajo de la frase “tuyo por siempre” las letras F y L, ahora sí que era un sello a nuestro amor.

Una vez desnudos, Fran y yo nos besamos con ternura, como todos los besos de Fran, me derretí y ya no me podía contener, le empecé a tocar la polla que pronto estuvo dura, 18 cm todos míos y que sabía que era virgen, lo primero que le hice fue recorrer su cuerpo entero con mi lengua y cubrirlo de besos, jugué un rato con sus tetillas, hacía poco habíamos descubierto que a él eso le encantaba y a mí me volvía loco verlo retorcerse de placer…

Seguí bajando hasta que llegué a su polla y la llené de besos, como queriendo demostrarle cuánto lo quiero, luego succioné un poco su capullo y lamí su freno, finalmente, me la metí en la boca, cuando Fran me avisó que estaba por correrse me detuve, no quería que terminara todavía, quería más, así que lo besé hasta que se le bajó un poco y luego él me devolvió el favor, me hizo una de sus mamadas que llevan a la gloria y, cuando me ofreció su culo, le di una sorpresa:

-Fran, lo he pensado y quiero perder mi virginidad, toma aquí está el lubricante…

-¡Coño! Eso sí que no me lo esperaba, amor, pero ya que insistes…

Entonces Fran me acostó boca arriba y, enrrollando uno de los sacos de dormir, me lo puso debajo de la cintura, dijo que para que fuera menos cansado para mí ¡siempre tan detallista! Luego se embadurnó su verga con el lubricante y preparó mi culo, usando el lubricante que quedó en sus manos primero me introdujo un dedo, después otro y, finalmente su verga. Primero metió la cabeza, con mucha delicadeza, teniendo cuidado de no hacerme daño, una vez que mi culo se acostumbró, fue metiendo todo su cipote dentro, cuando sentí sus huevos en mis nalgas suspiré aliviado, ya era suyo.

-¿Quieres que la saque? Total, ya no eres virgen…

-No hagas el idiota, Fran, así que me duele, ¿me vas a dejar sin gozar?

Entonces Fran se movió con ritmo lento pero firme, haciéndome extrañar cada milímetro que sacaba de su polla y gozando cuando me la volvía a meter, era increíble, era un placer que nunca había experimentado, pero que repetiría, seguro.

Pronto me dijo que estaba por correrse, me extrañó su poco aguante, pero entonces recordé que era él también era virgen y le pedí que terminara dentro de mí. Sentir su leche en mis intestinos me produjo tanto placer que me corrí ahí mismo. Terminamos tan agotados que Fran cayó sobre mí y lo único que pudimos hacer fue darnos un rápido beso antes de que nos ganara el sueño. Al final nos dormimos así, él sobre mí, su verga en mi culo.

Cuando despertamos, su verga estaba fuera, pero dura como una piedra, yo estaba igual, así que hicimos un rápido 69 para salir sin que los chicos se rieran mucho…

Sara

[Para esta escena recomiendo “Cuando agosto era 21” de Fernando Ubiergo, es muy vieja así que si no la encontráis podéis usar la versión plagiada del Mägo de Oz llamada “Para ella”]

Después de una semana de playas, en la que los chicos hicieron el amor toooooooooooodas las noches, e incluso alguna tarde, decidimos conocer Grana’ de noche, ya nos quedaban sólo cuatro días y teníamos que aprovechar…

En una de esas, íbamos como a las tres de la mañana con un pedo del quince cuando…

-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡No puede ser! ¡Esto no es posible! Chicos, decidme que esto que veo es una alucinación fruto del alcohol –grité al ver una callejuela que los chicos ignoraron.

-¡JOOOOOOOOOOODEEEEEEEEERRRRR! –gritaron los cuatro.

-Sarita, lo lamento, pero creo que si es verdad.

En el suelo, en medio de un mar de sangre, estaba Rut, mi amiga de la infancia, estaba allí con su vestido suelto, como para ocultar unos cuantos kilos de más, su inseparable bolso y con la boca y los ojos abiertos, pero no reaccionaba. Coño, que había tres scouts y por mucho que intentaron hacerle el RCP pero no reaccionaba, aparentemente había perdido mucha sangre. Llamamos a la policía y al llegar nos pidieron declaración (Tavo, que ubicó la fuente del sangrado, estaba todo manchado de sangre), los chicos presentaron sus carnets de scouts (vaya, “Siempre Listos”, y sus licencias de primeros auxilios, por eso no nos detuvieron, pronto llegó la ambulancia y nos fuimos al hospital. La enfermera preguntó por los familiares, le informé que todavía no habían llegado, pero que nosotros éramos sus amigos y que la habíamos encontrado, nos contestó que no podía darnos información, porque era muy delicada. Entonces, llorando, le pedí que al menos nos dijera si iba a estar bien y la enfermera se conmovió y nos explicó la situación:

-La joven, de apenas 14 años, estaba embarazada y fue a una clínica clandestina a abortar. Es evidente que no se trataba de un profesional, porque le perforó el útero y le provocó una hemorragia que la llevó a la muerte, ya estaba muerta cuando ustedes la encontraron. La policía encontró esto en su cartera, les pedí que hicieran dos copias, una para vosotros y otra para su familia, aquí tenéis.

Era un folio en blanco, que en el centro tenía dibujado un corazón y dentro decía “Tú y yo; hij@, te amaré por toda la eternidad”. Entonces no pude evitar recordar esa canción “y el profesor de ciencias hablaba de la inconsciencia de la juventud actual”, su padre era profesor de ciencias y se la pasaba hablando de las estupideces que cometemos las mujeres por amor, pero por lo visto Rut no le hizo caso.

Cuando llegaron sus padres la enfermera repitió la explicación y les dio su copia del dibujo, ellos se derrumbaron, lógicamente, y nos contaron que Rut tenía un novio que le exigía hacer el amor sin condón y correrse dentro, aunque ella estuviera en período fértil y que entonces, a escondidas de él, su padre compraba la píldora para que no pasara nada, pero hace tres meses a ella se le olvidó tomarla y ahí estaban las consecuencias, Rut no quiso abortar en un hospital para que él no se diera cuenta y pagó con su vida.

Los funerales fueron a los dos días en la catedral de Granada y los padres de los chicos les enviaron sus uniformes y los cuatro (Dani tenía un uniforme para esas ocasiones) le hicieron guardia de honor y la despidieron en el cementerio, fue muy emotivo y los padres nos lo agradecieron mucho. Mi madre, que vino al entierro, se dio cuenta de que los chicos estaban conmigo, pero al ver lo que hicieron por Rut, decidió darles un voto de confianza y “permitirme” ser su amiga, así que por ahora estaríamos juntos. Nunca podré agradecerles este gesto.

Dani

Después del entierro y de dar nuestro pésame a la familia nos volvimos a Madrid, ya no tenía sentido estar en Granada, además todos estábamos muy sensibles por lo acontecido allí, así que salimos un par de noches por ahí para despejarnos, todo iba muy bien hasta que vi a Tavo besando a un chico…

Continuará…

Chicos espero que os haya gustado este capítulo, es el quinto, ya, y no quise dejarlo pasar como uno más, por eso toqué ese tema tan delicado del aborto. Por tanto, este relato es in memoriam a todos esos inocentes que han muerto asesinados por sus madres y a todas aquellas madres que, por falta de profesionalidad, han muerto al abortar.

Os dejo una frase de Ronald Reagan como reflexión:

Todos los que están a favor del aborto, ya nacieron