Ahora o nunca IX
Las cosas se complican un poco, pero sólo un poco
A mi amigo Boyleo, que pese a todo está, ha estado y estará allí… y a Cami (San Andrés) que al final pudo descubrir el amor…
Fran
Salimos corriendo de la heladería y llegamos a casa en menos de nada y, una vez dentro, la ropa voló de camino y al llegar a la habitación nos empezamos a besar y como siempre pude sentir el amor que nos tenemos, sus besos eran tiernos, lentos, apasionados, pero disfrutando el momento. Nuestras lenguas se enzarzaban en una deliciosa batalla, se acariciaban una a la otra mientras intentaban llegar al mínimo rincón de la boca del otro, era maravilloso, no lo puedo describir con palabras…
Una vez desnudos, empecé a recorrer su cuerpo, a deleitarme con sus músculos, a describir sus formas con mis manos; pronto mi lengua se unió a la fiesta, le comí sus orejas, de la manera que tanto nos gusta: haciendo presión con mis dientes en su lóbulo a acariciándolo con la lengua; rápido teníamos unas erecciones de campeonato.
Lo tumbé en la cama y me comí todo su bello pene, primero besé su capullo rosadito, luego bajé por el tronco dándole besos y mordiscos y luego me deleité con sus huevos, uno a la vez, para que tuviera que pedir más. Cuando lo hizo me metí los dos a la boca y los tuve un rato. Pero ya no podía esperar más, me metí todo su pene en la boca y empecé el típico mete-saca hasta que lo sentí a punto de acabar. Dejé su polla de lado y me acosté sobre él y nos besamos hasta que se le bajó un poco.
Luego él me devolvió el favor y me hizo una mamada de campeonato, la verdad es que habíamos practicado mucho y a él se le notaba…
No duramos mucho en eso porque me moría de ganas de ser suyo, que me llenara de su leche, signo evidente de nuestro amor, él lo entendió y pronto su verga estaba taladrándome, él decía que le encantaba mi culito, tan estrecho como si fuese virgen. Yo sólo podía responderle que le amaba, estábamos teniendo un polvo bestial y, después de un rato, acabó dentro de mí, fui suyo nuevamente, yo estaba en las nubes, pero todavía no había descargado.
Luis dio con la solución a esto, me ofreció su culito en pompa, yo lamí su agujerito que sólo yo he disfrutado y cuando estuvo listo lo ensarté, probamos varias posiciones y, finalmente, descargué dentro de él, mientras tanto, él gemía y gozaba y, cuando me corrí, él también lo hizo, dándome un placer indescriptible.
Sara
Un día nos dejaron salir a tomar algo y, ya en la cafetería, me dieron ganas de ir al baño y cuando volví, Manu no estaba, me asusté y salí corriendo. Justo en la esquina, pude ver cómo Manu esnifaba algo, lo cogí y me lo llevé a la clínica, allí nos dijeron que tenía que empezar el tratamiento de nuevo, porque él nos confesó que nunca había dejado de consumir, por lo que era como si no hubiésemos hecho nada.
Dani
[Para esta escena no vendría mal escuchar “Duele el amor” de Alex Syntek y Ana Torroja como ambientación…]
-Ummm… ufff… -desperté, por fin las cirugías estaban hechas, ahora a preguntar por mi Tavo…
Intenté levantarme y pufff, tenía algo en la espalda, una costura en mi espalda, no podía moverme, me dijo una enfermera, puff, entonces llamé a gritos al doctor y él me dijo que la cirugía de Tavito no había terminado, que durmiera un poco.
Eso hice…
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Me desperté y volví a llamar al doctor y me miró muy serio y me dijo:
-Tengo una noticia muy seria que darte.
-Dígame, doctor, necesito saber cómo está mi esposo…
-Verás, Dani, no sabíamos que tu esposo es alérgico a la anestesia y lo descubrimos de mala manera: lo sedamos y, una vez terminada la operación, cuando debía despertar, no despertó, está enla UVI, está en estado de coma, es increíble que esté vivo…
No lo soporté, no supe cómo ni cuándo, pero estaba con el traje protector, la mascarilla y los guantes, sentado junto a él, con su mano en la mía, viendo cómo se alejaba del mundo sin poderlo evitar, lloré, no lo pude evitar, lo reconozco, es el amor de mi vida y nunca podré dejar de amarle y sé que es egoísta no querer dejarlo partir, pero él es el motivo por el que vivo, es mi Tavo y haría lo que sea por él, incluso dar mi vida si eso basta para salvarle.
Los chicos iban a cuidarlo, incluso Javi aunque ya se acercaban los días en que tenía que volver al seminario, pero en fin, que hasta Ale y Chris se ofrecían para estar con mi Tavo, pero yo me resistía a irme, no quería, me resultaba insoportable la idea de que despertara o muriera y que yo no estuviera a su lado, diciéndole que lo amo.
Javi
Bueno, después de un verano maravilloso, en el que retomé contacto con Luis, conocí a su novio y a sus amigos, por fin era 1 de octubre, tenía que volver al seminario, así que hice mi maleta y me piré a “la cárcel” cómo lo llamaba Mau…
Nada más llegar tuvimos una reunión con los formadores que nos explicaron el funcionamiento del seminario durante este curso, las fechas importantes (las vacaciones y exámenes y tal) y las normas de convivencia, vamos, el bla bla bla bla bla de todos los años…
Después de la reunión tuvimos la misa inaugural y la clase inaugural, a cargo del profesor más coñazo de la universidad, la verdad, me dormí en cuanto dijo el título de la clase…
Nada más salir de allí, antes incluso de cenar, me llamó aparte el rector (o sea el mandamás) para hablar conmigo y me sorprendí al ver que en su despacho estaban TODOS los formadores, como si se tratara de algo gravísimo, yo suponía que me iban a dar un rapapolvo por dormirme en la clase inaugural, pero no:
-Javier López, hay una situación muy grave que nos preocupa respecto de usted –empezó el rector.
-Usted me dirá, Padre –estaba muy nervioso y tenía la garganta seca, no sabía a lo que se refería- pero…
-No me interesa lo que usted tenga para decir, joven, sólo contésteme una pregunta: ¿es cierto que usted este verano se ha estado juntando con homosexuales, incluso ha comido y, todavía peor, dormido en casa de ellos?
-Señor rector, usted conoce tan bien como yo la posición dela Iglesiaen este tema, así que no veo nada de malo en ello, sí, tengo amigos homosexuales y me he quedado con ellos, eso no quita… -vaya, así que ése era el problema, pues bien, ahora verán.
-Eso no quita que usted sea un desobediente y un progresista que no piensa más que en su beneficio, ya habíamos hablado de esto, joven López, esta última desobediencia no nos deja más opción que hacer una votación: los que estén de acuerdo en que debemos expulsarle, que levanten la mano –incluso él, que no podía votar, levantó su mano- está decidido, joven, por unanimidad, lo que garantiza que no nos equivocamos –“o que se equivocan todos” pensé yo- usted queda oficialmente expulsado de esta universidad y de este seminario. Mañana en la mañana ya debe estar fuera de este recinto sacro que usted mancilla con esas amistades tan poco recomendables y sus perversiones. Puede retirarse.
-Gracias, ahora sé lo que debo hacer –me di el piro de allí sin darles tiempo a más.
Llegué a mi habitación y recogí mis cosas (no había desempacado nada), me subí a mi coche y me fui a casa, les dejé las llaves con el portero.
Una vez en casa llamé a Luis y Fran y nos fuimos de marcha para celebrar “mi libertad” recién recuperada, en el transcurso de la madrugada, se nos unieron los Mau y Clara.
Mau y Clara estaban muy serios, distantes el uno del otro, parecía que se habían peleado. Entre el alcohol en sangre y la confianza que nos teníamos, pronto les pregunté qué pasaba y nos lo contaron: se habían peleado porque Clara no quiso que Mau fuera solito a una fiesta y el tío, gilipollas que es, se fue de todos modos.
Menos mal era una simple rabieta de ellos que arreglamos dejándoles encerrados en el baño de chicos y haciendo guardia para que nadie entrase…
Justo salíamos todos del baño, ellos muy sonrientes, hay que admitirlo, cuando llegaron Ale y Chris, la fiesta siguió como si los únicos heteros que había invitado nunca hubiesen discutido.
Luis
Cómo cambian las cosas en dos meses: Manu recae en la droga; Tavo es alérgico a la anestesia y ha estado en coma desde la operación, hace mes y medio; y los soplapollas de los formadores del Javi lo echaron del seminario por ser amigo nuestro… eso fue un lunes, el miércoles tuvimos una sorpresa que no nos esperábamos: sonó el timbre de casa y fui a ver quién era; se trataba de Lola, una chica de unos veintitantos que vivía en el piso de enfrente, tenía un niño de cinco años y era evidente que estaba embarazada de nuevo, cuando sus padres se enteraron fue impresionante, sus gritos se escuchaban por todo el edificio y le dijeron que tenía que elegir entre uno u otro.
La pobre chica salió llorando de allí y nosotros la recibimos, esa noche ella durmió en nuestra cama y Fran y yo en el suelo de la sala, no nos pareció correcto que la pobre durmiera en el sofá y era muy estrecho para los dos, pero nos las apañamos. Ella volvió a su casa y, como no escuchamos más gritos, creímos que sus padres habían aceptado la situación.
Bueno, que al abrir la puerta me la encontré a ella con el niño, les invité a pasar y les ofrecí algo de beber, que ellos aceptaron con gusto. De repente ella me dijo:
-Luis, llama a Fran que necesito pediros un favor muy serio.
-Vale, lo haré –me levanté del sillón y fui a llamar a Fran, él dejó el ordenador y bajó a ver qué quería pedirnos Lola.
-Ya estoy acá –dijo Fran mientras se sentaba en el reposabrazos del sofá en el que estaba yo, automáticamente nos abrazamos y la miramos con gesto interrogante.
-Es algo difícil de pedir, pero bueno, aquí voy –la chica tomó aire y nos dijo-: ¿os acordáis del pollo que montaron mis padres cuando se dieron cuenta de mi embarazo? Pues me pidieron que eligiera, ahora que sé que espero una niña, he hecho mi elección.
-¿Y a quién has elegido? –le preguntó Fran que, al no tener las manos juntas para retorcerlas, me retorcía el cuello con la que tenía libre, pero no lo hacía con mucha fuerza, con lo que terminaba siendo un masaje, muy placentero, por cierto.
-He decidido que me quedo con la niña, pero no sabía qué hacer con el niño, así que he pensado que tal vez vosotros querríais adoptar a mi Camilo…
-Sería un honor –dijo Fran-, siempre habíamos querido tener un hijo, pero no se había presentado la oportunidad…
-Pero, -intenté poner las cosas en claro- tenemos un par de condiciones: lo haremos legalmente, ante el juez y tal, eso por un lado y, por otro, bueno, más que una condición, es un favor que te pedimos, nos gustaría que visites a Cami de vez en cuando, que nosotros seamos sus padres no quitas que seas la madre que lo parió… -qué más hubiera dicho Fran, nunca lo supimos, porque Lola se lanzó sobre nosotros y nos dio un abrazo impresionante…
Os cuento cómo es nuestro hijo, es un niño precioso, blanquito de piel, no sé si su estatura es acorde a su edad, pero me parece que será alto, tiene el pelo castaño y, lo más bello de su carita de ángel: unos ojos verde esmeralda que te miran con un cariño y una inocencia acojonantes.
Bueno, un par de días después nos fuimos al juzgado y arreglamos todos los trámites de la adopción, nuestro hijo ahora es Camilo García Martínez. Esto nos llenó de alegría (es cierto eso que dicen que todo hijo es una bendición) y llamamos a los chicos para celebrar, nos llevamos una gran sorpresa, porque Javi no apareció solo, sino con una chica llamada Marta que era su mejor amiga, si se hace amigas rápido el tío, ¿no?
Chris
A mediados de septiembre, es impresionante la de gente que hay en los Mercadona aprovechando las ofertas, pero bueno, hay que hacer la compra…
En la única caja abierta a esa hora, estaba un chico que me sonaba de algùn sitio, pero ni idea… bueno, él fue muy amable conmigo cuando me atendió y tal, pero me descolocó al final, cuando me dijo “es un placer verte, Chris”.
-¿De dónde te conozco? –sí, vale, a veces soy un poco borde…
-Digamos que hicimos negocios en México, soy Alberto…
¡Coño! ¡Alberto! El tío era uno de mis clientes, el más guapo y el único que no me trataba como una mierda, de hecho siempre me pedía o beberse mi leche, o que me corriera en su mano para asegurarse que al menos yo disfrutaba un poco. Es un chico de 1,70, pelo negro, ojos marrones, una piel tostada, pero sin exagerar, el cuerpo definido, pero no marcado, yo no diría que fibrado, pero casi…
-Oye, Chris, ¿nos podemos ver en cinco minutos? Justo tengo una hora libre para comer y quisiera decirte algo muy importante para mí…
-Vale, te espero fuera –no tengo ni puñetera idea de qué quería decirme, pero daba igual, Ale estaba en la universidad y yo comería solo.
-Gracias, tío.
A los cinco minutos salió, lo sé porque eso me dura un piti, así que lo tengo medido jajaja. Bueno que el tío se me acercó y me dijo:
-Chris, yo sé que no nos conocimos en el mejor momento ni el mejor medio, pero, ahora que los dos hemos dejado eso atrás, quiero decirte algo que me he callado todo este tiempo y que me está matando –el chico estaba muy nervioso, jugueteaba con su carnet de identificación mientras hablábamos y yo ya temía que lo partiera o lo lanzara por ahí.
-Dime, hombre que te escucho lo que sea –le animé a continuar.
-Güey, es que me enamoré de ti, sé que es tontería, pero yo contigo experimenté algo que no conocía: interés por el otro, que es posible amar a alguien que no sea yo, estoy impresionado, no lo puedo creer, es que es una maravilla –intentó besarme, pero lo rechacé.
-Tú lo has dicho, Alberto, ahora todo ha cambiado, yo creo que estoy con alguien, pero la verdad me dejas confundido, déjame pensarlo, ¿vale?
-Vale, Chris, no me esperaba ni siquiera eso, la verdad.
Nos despedimos y me fui a casa. Es cierto, creo que amo a Ale, pero Alberto fue quien me dio la esperanza para salir de ese mundo, él me pagaba el doble de lo que me exigía mi “jefe” para que pudiera sobrevivir, estudiar y ahorrar. Fue alguien muy especial, pero como creía que nunca le volvería a ver el pelo, no había vuelto a pensar en él. Ahora todo era un lío en mi cabeza… un mexicano y un venezolano metidos en mi corazón no era tanto el problema, el problema es que no sabía a quién amaba realmente…
Tavo
[Léxico de Tavo: vara = cosa; carro = coche (para los dela LOGSE); mae = amigo, persona, idiota]
[Para esta escena, si queréis, podéis tener presente “Sin ti no soy nada” de Amaral]
Todo estaba negro, recuerdo que estaba en el quirófano, que me pusieron una vara como una mascarilla que me noqueó, no recuerdo nada más, hasta que me desperté allí, no sé dónde putas, pero estaba tirado en el suelo de una calle y había una vara como un carro blanco, juraría que era una Hummer o algo así. Justo en este momento (no sé hace cuánto desperté, no tengo ni idea del tiempo y, ahora que me fijo, no tengo reloj… ¡ni ropa!, ¡estoy desnudo en medio de una calle!), en este instante, se abre la puerta del copiloto y se baja un mae alto, rubio con una ropa blanca que no me deja apreciar su cuerpo y me dice:
-Si ya no te queda nada por lo que luchar, sube.
Mientras decía esto, tendía su mano hacia mí, en ese instante me percaté que a mis espaldas no seguía la calle, sino que lo que veía era una vara como un cuarto de hospital y a un tío sentado junto a otro y tomados de la mano…
En el rato que me hacía a la idea de todo esto, vino a mi mente un flash, un par de ojos, grises como el cielo en día de tormenta y recordé un día de mi infancia:
RECUERDO:
Había un campamento scout internacional en Bogotá, no recuerdo de qué, pero como también había actividades para sección menor [niños] , pude ir, el campamento estuvo fenómeno, de los mejores de mi vida, pero lo importante vino después…
Íbamos por la calle cuando pasamos junto a un parque que tenía un lago y vi a un chico con un curioso uniforme color rosa, yo tenía unos 9 años y no tenía idea de lo que es una enfermedad rosa, así que me acerqué a él y le pregunté su nombre: Álex. Nunca lo olvidaré, él tenía una edad parecida a la mía, o eso creo, pero en su cara se veía el dolor, el sufrimiento, era un niño que había sufrido lo que los adultos ni se imaginan…
Estuvimos hablando un rato, él me señaló la microbus de su internado y la razón del uniforme, no lo entendí, ahora sí, pero de todas maneras me conmovió…
FIN DEL RECUERDO
Claro que en ese entonces Álex ya estaba contagiado, pero yo no le entendí lo que era el SIDA, sólo entendía que el estaba enfermo de amor y eso es algo que sólo ahora entiendo, “quiere hasta que duela, ama hasta que te sientas morir” como decía mi padre.
Entonces tomé una decisión, me levanté y…
CONTINUARÁ…
Esta semana he estado en una reunión del trabajo pesadísima en la que tenemos que dar informe de nuestro trabajo y, la verdad, sólo he descubierto que un colega tenía su propio ordenador aquí hasta ayer y me lo ha dejado a ratos por las noches, así que ya podéis imaginaros… además mañana me dicen si me cambian de puesto o me despiden o si sigo en el que estoy, no podéis imaginaros los nervios… Por eso me he tardado en escribir, porque ya habéis visto que las escenas no son tan difíciles jajaja también quiero disculparme por las canciones, sólo puse dos y no muy acordes, pero estos días no he escuchado música y me he quedado sin ideas musicales para este relato, para el próximo intentaré que no suceda!!!
Por último, quiero agradecerle a Papá, que me ha concedido mi deseo: que Álex (MAC) apareciera en mi historia…
Anderson