Ahora no lo recuerdo

Ella me dijo que quería algo fuerte. Ahora no soy capaz de recordar si me lo dijo de viva voz o simplemente me lo escribió. Pero el caso es que ahí estaba su petición, una invitación en toda regla a ser malvado.

AHORA NO LO RECUERDO

Ella me dijo que quería algo fuerte. Ahora no soy capaz de recordar si me lo dijo de viva voz o simplemente me lo escribió. Pero el caso es que ahí estaba su petición, una invitación en toda regla a ser malvado. Y a mi me gusta ser malvado, mucho, aunque no siempre, aunque tampoco con todo el mundo. Con ella si, con Mara siempre me ha apetecido ser malvado, desde el primer dia que la vi. Eramos compañeros de trabajo.

Lo somos. Bueno, eso creo. Ahora no le recuerdo demasiado como tampoco recuerdo si me dijo que se lo describiese o me pidió que se lo hiciese. Hubiese preferido lo segundo, aun a riesgo de un rechazo en forma de bofetón. Mara era una espléndida mujer de poco mas de 30 años, pelo castaño y ondulado que caía de forma fantástica sobres sus no menos fantásticos hombros, preámbulo de un cuerpazo que el diablo había colocado alrededor de un ángel despistado. Sus pechos grandes, sus caderas magnificas, su sonrisa extraña era una invitación a preguntarla "¿en que diablos estas pensando?", sus labios mordibles, toda ella era comestible, totalmente, sin dejar nada en el plato. Mi padre siempre me decía "no te dejes nada en el plato, niño". Con Mara iba a llevar ese consejo hasta las ultimas consecuencias. Necesitaba comerla de arriba a abajo, perderme en cada esquina de su cuerpo y recuperar la conciencia meses después. Convertirme en un antropogafo, prófugo de la justicia. quería comerla sin pasar mas allá de un inocente mordisco en cualquiera de sus nalgas. Ella me dijo que quería algo fuerte, aunque ahora no recuerdo si me lo dijo o me lo escribió. Fuese como fuese yo le envié un correo electrónico que decía:

"¿Querías que te dijese algo fuerte? Pues léeme bien Mara…el viernes vendrás a mi casa y solamente entrar por la puerta te empujare contra la pared y mis manos masajearan tus pechos mientras mi lengua explorara tu boca. Después comenzare a morderte el cuello sin dejar de meterte mano, si, te meteré mano, sin preámbulos, te sobaré las tetas por encima de la ropa. Si. Después te arrastraré hasta el comedor y te tiraré al suelo, es parquet, no estará frío. Y te quitare toda la ropa, no dejare ni un rastro de tela que oculte tu desnudez y entonces comenzare a comerte de arriba a abajo, cada centímetro. Cuando te hayas corrido, no antes, me aseguraré de ello aunque me deje la lengua y la saliva en el empeño, te llevaré a la cama, te estirare. Sin esperar (¿esperar? ¿a que?), cogeré mi pene con una mano y lo encaminaré hacia tu boca. Tu sonreirás tímidamente y abrirás la boca, meteré mi polla, solo la punta, prefiero que seas tu quien decida como y cuanto comer. Claro que me encantaría follarte salvajemente la boca, pero no lo haré, al menos ahora, a menos que me lo pidas. En la vida no siempre hacemos lo que deseamos, la mayoría de las veces solo hacemos lo que creemos que los demás desean. O a veces ni eso. Estarás de lado y tus pechos, grandes aunque menos de lo que había imaginado, caerán de costado, alargaré la mano y cogeré uno que comenzare a magrear sin fuerza pero tampoco sin educación. Me apetece que te des cuenta de que quiero meterte mano, me apetece que sientas que te deseo de la forma mas primitiva posible. Ahora mismo no se si vamos a hacer el amor o a follar pero como tampoco se si esta situación se repetirá así que he decidido que haré lo que me apetezca y ya me dirás tu si no debo.

Prefiero pedir perdón a pedir permiso, es eso ¿no Mara? Tú seguirás metiéndote mi polla en tu boca, no demasiado dentro pero me gustará. Estoy seguro de eso. Cogeré una de tus manos y la encaminare a mis testículos, me gusta que los masajeen suavemente mientras me la están chupando. Ahora me vienen a la cabeza muchas de las cosas que hemos hablado, por ejemplo que no te importaba que eyaculasen en tu boca. Me alegro porque ahora mismo es lo que me apetece hacer. No se si decírtelo, tampoco importa demasiado. Cogeré tu cabeza y apretare un poco para hundir aun mas mi polla en tus labios, tu no te resistirás. Te cogeré del pelo y comenzare a follarte la boca con suavidad. Tu me miraras mientras lo hago. Me gusta, me encanta. No sabes las veces que he soñado con esto, las veces que me he masturbado pensando en esto que hago eso contigo. Dejare de tocarte un pecho y bajare hasta tu sexo, estará húmedo, comenzare a masajearlo. Con un dedo, lentamente, explorando tus reacciones. Me gustara tu sexo, tu vello púbico, me gustaran tus pechos, tus piernas, tu cara. Me gustara todo. Comenzare a hacer círculos alrededor de tu clítoris y tu ronronearas y moverás tus caderas sin dejar escapar mi polla de tu boca. Yo me doblaré y pondré mi boca en tu sexo sorbiéndolo y comiéndolo, degustando cada momento salado de tu sexo. Abriéndote las piernas con las dos manos mientras mi polla seguirá presa de tu boca. Cuando note que voy a correrme te miraré a la cara y eyacularé dentro de tu boca, te advierto que la primera corrida es abundante así que ten cuidado cuando recibas mi semen, después lo tragaras. Si Mara, lo tragarás. Entonces me levantaré y cogeré un preservativo, mi pene estará de nuevo erecto en segundos, volveré a metértela en la boca, aun manchada de semen, para que me la pongas bien dura y me pondré el preservativo, te abriré bien abierta, una pierna en cada dirección y te penetrare lentamente, entonces comenzare a follarte, no te haré el amor Mara… te follare. Comiéndote la boca, la lengua, el cuello, las tetas, magreando cada centímetro accesible de tu cuerpo.

Te pondré a cuatro patas, de lado, tu encima. Todas las posiciones posibles, y si te corres me es igual, seguiré follándote, metiéndote un dedo en el culo mientras te follo lentamente y susurrándote obscenidades, también te susurraré que te quiero, aunque no entiendas tan magnifica contradicción. Y si me lo permites entrare en el último agujero de tu cuerpo. El viernes me correré en tu cara, en tu boca, en tus pechos. Te correrás en mi boca, mientras te follo o con dos de mis dedos entrando y saliendo rápidamente de tu coño. Tú lo deseas, yo lo deseo. Quizás no sea lo que debamos hacer pero estamos comenzando a acostumbrarnos a hacerlo. Y lo haremos, aunque sea una sola vez. El próximo viernes. Sin excusas. Ahora si quieres puedes masturbarte leyendo este correo o haz lo que te apetezca, pero el próximo viernes… te follare. ¿Querías que te dijese algo fuerte? No se me ocurre nada mas fuerte Mara."

Eso es lo que escribí, pero ahora no recuerdo su respuesta. Creo que nunca sucedió o si sucedió solamente sucedió en mi imaginación. Si cierro los ojos aun puedo verla tumbada, desnuda, en el suelo de parquet de la entrada, puedo ver cada centímetro de su cuerpo. Y veo mis dedos entrando en los agujeros de un cuerpo que aun no conozco. O si. Ahora no recuerdo.

Es una putada tener una imaginación que supera la realidad. A veces las cosas solo suceden en mi mente. Así que voy a dejar de escribir esto y escribiré otro correo a Mara preguntándole si sucedió realmente. Y si no sucedió… entonces le pediré que suceda. Pero no… ¿Cuál es el correo electrónico de Mara? Ahora no lo recuerdo.