Ahora juego yo sola

El arriesgar tiene estas cosas

Jorge, me dijo que la sorpresa de ese día se tenía que posponer, su padre había empeorado aún más y debía de quedarse esa noche en el hospital, le dije que yo me pasaría a verle y me dijo que no lo hiciera, que mejor, me fuera a casa y que ya me iría contando. Aproveche para avanzar trabajo, y segui en la oficina, sin reparar en la hora. Noemí, mi secretaria se quedó conmigo a pesar de que la indique más de una vez que se fuera. Vi que era tarde y salí de mi despacho.

Noemí, te tenías que haber ido hace siglos, mira que eres cabezona...

Te he dicho que te esperaba, Joana, por nada del mundo te dejaría aquí sola. Además no tenía mucho más que hacer. Dame 2 minutos, que aviso a Rufí, que està de camino para recogerme.

Rufí, era el novio de Noemí. Un hombre más joven que ella al menos 20 años, rondaría los 40. Era de una estatura normal, sin apenas pelo, con barriga de al que le gusta comer y beber, llevaba unas gafas de pasta muy gruesas, pero era un chico encantador, siempre estaba pendiente de su novia, a Noemí se la veía encantada con él, decía que la había devuelto la fe en los hombres. Rufí tenía un pequeño negocio de mantenimiento de ordenadores, y así se habían conocido. El venía con frecuencia a nuestra oficina y era con ella con quien peleaba porque todo funcionará.

Cuando salimos de el edificio, allí estaba ya Rufí, pare un momento para saludarle, y se empeñaron en fuéramos a picar algo, mis planes estaban ya echos así que acepte. Yo, como pensaba que esa noche tendría otra emocion con Jorge, me había vestido para la ocasión, un vestido rojo muy corto, con mis hombros al aire, liguero de encaje con medias de rejilla, un tanga rojo, y zapatos de tacon de aguja, rojos por supuesto también. El pelo lo llevaba suelto. Si me sentaba se veían mis ligueros, y continuamente estiraba la escasa tela hacia abajo, y procurará no cruzar las piernas. En el local que cenamos, me provocaron desde los camareros hasta casi todos los clientes que estaban solos. Rufí, se lo paso en grande, todos le señalaban, estaba con dos travestis, y una de ellas parecía que iba pidiendo guerra. Bebimos una buena cantidad de vino, y nos reímos mucho. Al salir de allí, me despedí para irme, pero se empeñaron en tomar la última copa en una discoteca cercana, donde paraba mucha gente de nuestra condición, acepte con la condición de que me iría pronto.

El sitio estaba muy bien, con diferentes plantas, y en cada una de ellas un ambiente, una para charlar tranquilamente, otra con música latina, y la superior con música más cañería. La gente era diversa, parejas de hombres, grupos de mujeres, tranx con sus parejas, jovencitos buscando guerra... Nosotros pedimos la copa y nos fuimos a unos sofás a charlar, veía chicos y hombres solos que me hacían gestos y yo miraba a otro lado. Sonó mi teléfono, para decirme el estado de su padre, me pregunto donde estaba y se lo dije, también le conté con quien estaba, y que me iría pronto.

Joana, si estàs agusto, quédate mas, es buena compañía, relájate, no te agobies.

Mientras hablaba con Jorge, Rufí había ido a pedir otras consumiciones, y Noemí estaba bailando en la pista, por no quedarme allí sola, fui en su busca y empeze a bailar a su lado, al instante vi que ya estábamos rodeadas de chavales jovencitos, que aprovechaban cualquier circunstancia para rozarse con nosotras. Noemí, se hizo fuerte, y corto un par de acosos que ya eran muy pesados. Después de un rato de rechazar ataques, volvimos al lado de Rufí, que se lo había pasado en grande, viendo nuestra situación.

Jajaja, cariño, vamos a salir más con Joana, para ver como te meten mano.

Eres un cochino, a mi no me meten mano porque no me dejo.... Jajaja

Yo me rei de sus ocurrencias, y le dije a mi amiga que iba al baño.

Al dirigirme al baño, me pareció ver una cara familiar, era el chico que la pasada noche en su coche se había pajeado encima de mi, cumpliendo una fantasía de mi hombre. Intenté que no me viera y corrí hacia el aseo, el miraba en otra dirección y estaba acompañado, por un grupo de muchachos de su edad. Me repase el labial, hice mi pipi, y salí decidida a irme a casa ya. Una mano se agarró a mi cintura y me paro en seco.

Te he visto en la pista con tu amiga, que casualidad, desde ayer no hago otra cosa que pensar en ti, he pasado por el parque hoy para repetir y no te he encontrado, y mira donde estás.

Supongo que el color desaparecio de mi rostro, mi ciudad es grande, y encontrarme justo con quien menos me esperaba, me dejó descolocada.

Hoy no trabajo guapo, yo también descanso.

Pero una copa si te tomaras conmigo no? Venga mujer sin compromisos.

Estoy acompañada con mi amiga y su novio, además me voy a ir ya.

No seas tonta, una copa y te dejo ir... Ayer no charlamos mucho, jejeje.

Mira otro día, si quieres cuando vayas a buscarme al parque  nos conocemos mejor.

Le di dos besos e intente irme.

Dime como te llamas al menos, he visto tus tetas y no se tu nombre.

Me llamo Joana.

Hèctor, si te piensas lo de la copa, estaré aquí con mis amigos.

Al llegar con mis Noemí y Rufí, me encontré que habían pedido otra consumición y estaban acaremelados, besándose y con sus manos en sus cuerpos. Me encontraba un poco incómoda en esa situación, y vi que Héctor y sus amigos se habían situado más cerca de nosotros. Él, me hacía gestos para que fuera con ellos, yo procuraba ignorarle, y miraba en cualquier dirección menos en la suya. Apure mi copa y me despedí de mis amigos, se empeñaron en acompañarme, y les convencí de que no, que tomaría un taxi.

En la puerta de la discoteca no había taxis, y me diriji a la calle principal, un coche sono a mi lado, y por la ventana del acompañante se asomo Hector.

Ya te vas reina? Monta con nosotros, te llevamos donde quieras.

No gracias, he quedado aquí me vienen a buscar.

Joana, no te estoy preguntando, móntate, es de dos maneras como lo quieras hacer, por tu voluntad o por la mía.

Aquello me asustó, no se veía a nadie en la calle, no podía correr, y un veintañero y sus amigos me obligaban a subir a un coche. Si no lo quisiera hacer me había amenazado con hacerlo a su manera.

De acuerdo, pero me lleváis a casa.

Sí mujer claro que te llevamos a casa.

Un chico alto, salió de la parte de atrás del coche y me invito a entrar, lo hice y me senté entre medias de el alto y un chico moreno y gordito.

Chavales, esta zorra es Joana, no veáis que tetas tiene, las tuve ayer en mi boca, decíais que esta noche era aburrida, pues ya veis que puta nos vamos a follar hoy y gratis.

Héctor, por favor, llevarme a casa o dejarme aquí, tengo prisa.

Mira guarra, te vamos a dar rabo todos, cuanto antes nos folles, antes te vas a seguir zorreando por ahí, osea que tú decides. Como no está tu chulo ese de ayer contigo? Ayer te vi darle el dinero, búscate otro perra, es muy viejo para ti.

Sabía que me había metido en una ratonera, tenía que haber dejado a Noemi Noemí y Rufí que me acompañarán, pero ya era tarde.

El que conducía, fue a un descampado, estaba claro que ya lo tenían pensado. Allí tirado había un colchón, nada más bajar de el coche, note muchas manos por mi cuerpo, mi vestido desaparecio, y les oía reírse al verme solo con mis ligueros.

Joder tío, que travero más logrado, si parece una tía de verdad, que culo y que tetas tiene, me tiene la polla como un burro ya.

Me vi arrodillada en el colchón, y al momento, la primera polla de la noche pugnaba por entrar en mi boca. Mi instinto me indicó que fuera lista y que no me resistiera. Abrí mi boca y empeze a chupar, notaba otras pollas por mis mejillas, al abrir los ojos, vi un surtido de pollas jóvenes, rodeando mi rostro. Empezó una maratón, uno la sacaba de mi boca y otro la metía, mis manos agarraban las que quedaban sueltas y las masturbaban, no quería pensar, solo quería que pasara rápido, los pellizcos en mis tetas me dolían, azotes por doquier, alguna mano movía mi tanga e intentaba introducir dedos en mi ano.

Puta, gime como ayer, chillabas para que me corriera pronto lo sé. Hoy te vas a hinchar a leche, te vamos a preñar entre todos.

Una mano cogió mi pequeño rabo y lo intentaba pajear, al final y al ver que no conseguía excitarlo desistió.

A ver putita, que polla quieres primero en tu culo, es lo único que vas a elegir.

Decidí que fuera el gordito, la tenia más pequeña que ninguno, y si me iban a follar todos, que fuera primero el, para acostumbrar mi esfinter. El gordito se situó detrás y apunto.

Por favor, en mi bolso tengo crema hidratante, damela primero para que no me duela, la tienes grande, y me vas a romper.

Sabía que eso le excitaria, y que a alguien con poca experiencia le haría terminar antes.

No, Joana sin crema ni hostias, jodete, queremos ver como chillas como una cerda.

Héctor, llevaba la voz cantante  y el gordito le obedeció, pero note como se escupió en la mano y lo unto por su capullo. Al menos uno iba a tener cuidado. La enchufo y apretó hasta meterla, sin parar. Había escogido bien, y al ser tan pequeña, mi ano dilato rápido. No podía gemir, porque otra polla estaba en mi boca, el vaivén del gordo, hacia que la otra entrarà a tope en mi garganta. Todos gritaban, el gordo de corrió rápidamente, y otro ocupó su lugar, era menos delicado y entraba más fuerte, note un mordisco en mi espalda.

No me marqueis por favor.....

Chicos tratar a la puta bien.

Cuando termino el segundo, fue Héctor el que me monto, mientras el alto, que era al que se la chupaba, salió de mi boca y se corrió en mi cara.

Héctor lo quería retrasar, pero le era imposible, yo notaba como su eyaculacion era inminente. No voy a mentir, yo también llevaba un rato corriendome, la situación me había excitado.

Al final no se corrió dentro, sino en mi espalda, yo caí de bruces en ese colchón apestoso. El gordito, se entretuvo en limpiarme, y me ayudo a vestirme.

Casi avergonzados, y no se porque, me llevaron hasta un taxi, cada uno me dio 20€, al final me estaba convirtiendo en puta callejera.

Llegué a casa cuando amanecía, mi rutina era ducharme cuando llegaba, me vi en el espejo y no me reconocí. Con semen seco en mi cara, despeinada y sucia. Era una zorra.