Ahora entiendo porque la entusiasmaban tanto...
Al pasar a buscar a mi novia por el club, no esperaba encontrarme con la sorprendente escena que relato.
Con Bárbara, mi novia, habíamos quedado en que yo saldría de trabajar ese jueves, y la pasaría a buscar por su clase de patín artístico a eso de las ocho de la noche, el tema es que salí un poco más temprano del trabajo que de costumbre, como ese día no tenía otra cosa que hacer, decidí ir directo para el club donde ella practica, asi de paso podía comprobar cuanto había avanzado en su estilo, si había mejorado, y de paso, darle el gusto de asistir aunque mas no sea, a un rato de una de sus clases.
Llegué una media hora antes de lo acordado, por lo que saludé al tipo que oficia de portero en el club y pasé, cuando llegué a la pista de patinaje, allí no había nadie, llamé pero nadie contestó, por lo que decidí atravesar toda la pista para llegarme hasta otro gimnasio mas pequeño donde a veces se realizaban algunas prácticas reducidas, cuando iba caminando, podía oír voces lejanas, a medida que me acercaba al pasillo que divide la pista del gimnasio, las voces se hacían más audibles, en ese pasillo había una utilería y un pequeño cuarto donde se guardan los patines, las botas y demás implementos específicos de la actividad.
Cuando llegué a la puerta de ese cuarto, escuché claramente la voz de un hombre que decía;
´ Siiii, siiii, así, así, seguí.´
No se escuchaba otra cosa mas que eso y algunos murmullos entrecortados, hasta que asombrado, reconocí la voz de Bárbara que decía;
´ Te gusta así papito?, te chupo bien?, soy fanática de tu verga! ´
Fuí con prisa hasta el gimnasio y trepándome a un cajón de salto, llegué hasta una pequeña ventanita que daba al cuarto donde la puta de mi novia le estaba dando una mamada a su instructor, una vez que alcancé la ventana, me puse a mirar y allí estaban, Martín, el profesor de patín, solamente con una remera, portando una pija erecta, venosa y con un glande morado de dimensiones impresionantes, es decir, la verga en sí era grande, pero su cabeza era lo que mas impresionaba, nunca había visto algo así, por lo visto a Bárbara también le había impresionado eso, pero lo expresaba en forma totalmente diferente ..
El estaba de pie apoyado en un mueble y mi novia estaba en cuclillas, totalmente empelotada y abocada a dar cabida en su boca al garrote de su profe, siempre se lo decía cuando me la chupaba, es una experta en mamadas, te hace delirar con su lengua y sus labios, la chupa como nadie y Martín parecía compartir esa opinión, ya que estaba totalmente perdido y relajado por el trabajo de mi chica sobre su pollón.
La furia me recorría por dentro, ahí estaba ella, supuestamente tan buenita y fiel, habría que ver desde cuando andaba encamándose con este u otros tipos, ahora que la tenía así delante de mis ojos, veía lo que quizás por tarado me había negado en todo ese tiempo de relación con ella ( casi un año y medio ), que en verdad era una tremenda puta y que hiciera lo que hiciera, ella necesitaba siempre más, parecía ninfómana, y eso que yo me caliento por cualquier cosa, pero era casi imposible seguirle el tren cuando desataba toda su lujuria y deseo
En ese momento, tuve una involuntaria erección, no me entendía a mi mismo, ya que tenía ganas de romperles todos los huesos a los dos, pero por otro lado se me había puesto la verga como una piedra, vaya uno a saber que vericuetos de mi subconsciente habrían tocado esas imágenes, pero me calentó mucho ver a mi novia chupándose una pija que no era la mía.
Entonces, sin pensarlo demasiado, fui hacia la puerta del cuartito y, aunque como pude ver desde la ventana, tenía una silla trabándola por dentro, ya que la cerradura estaba rota, la abrí de par en par con una fuerte patada, no sabía bien si los iba a moler a golpes o que haría, pero mi impulso fué ese, ni bien entré se quedaron los dos congelados, mi novia sosteniendo en su mano la verga de su instructor y este con cara de no entender nada.
Lo primero que me salió ( no sé porque ), fue reírme ruidosamente, casi a carcajadas, primero se miraron entre ellos extrañados en la misma posición en que los encontré, luego, ella, soltando el pedazo de su profe, me dijo;
´ Mi amor, te puedo explicar ´
Yo;
´ Ja ja, que querés explicar, puta de mierda?, estás en pelotas y chupándole la pija a este repelotudo. ´
Martín;
´ Momentito que yo no soy ningún ..´
Yo;
´ Momentito las pelotas, encima querés que te recague a trompadas, pedazo de gil? ´
Aunque a decir verdad, me sentía mucho más gil yo por los cuernos que me había puesto la trola de mi novia, continué;
´A ver putita como se la mamás?, dale, cométe esa pija, dale .´
Ellos se miraron nuevamente y ella, parándose me dijo;
´ Pero mi vida, como vamos a hacer eso?, no puedo ´
Yo le grité;
´ Ahhh, asi que ahora no podés?, metéte esa verga en la boca pedazo de puta ´
Ella, algo asustada, empezó a sorber poco a poco el pedazo de carne con sus labios que tanto me habían besado y chupado, se fué metiendo la pija primero tímidamente para luego, con un poco mas de confianza, dar nuevamente rienda suelta a su monumental chupada, recorriendo todo el falo con sus labios y lengua, mordiendo un poco aquí y alla, proporcionando inmenso placer a cada segundo.
Yo trabé nuevamente la puerta con la silla y desnudándome me posicioné por detrás de Bárbara, mi poronga estaba enhiesta como un mástil, sobre todo viendo como las hermosas tetas de mi novia se zarandeaban con el movimiento cada vez mas febril que imponía su enloquecida felación, así que poniendo mis manos en su espalda, la atraje un poco hacia mi y la clavé en un solo movimiento, toda mi verga se deslizó dentro de su concha completamente humedecida por sus propios jugos, ella gemía muy fuerte mientras casi toda su boca era ocupada por parte de la tranca de su profesor, me puse a clavarle la verga una y otra vez, dándole con furia contenida, tratando de lastimarla con mi pija, sin pausa la cogí durante largos minutos, mientras le garchaba la concha y ella seguía lamiendo el garrote de Martín, escupí abundante saliva en mi mano y lubricando con ella su ano, le empecé a meter un dedo, a lo que ella respondió;
´ Mi amor, por ahí no, sabés porque no te lo entregué, no quiero ´
Yo;
´ Ah, la nenita putita sigue sin querer por el orto?, ahora vas a querer ´
Seguí metiéndole el dedo en el culo soportando sus constantes quejas, hasta que estuvo bien lubricado, entonces retiré mi verga de su vagina y la apoyé sobre la entrada de su agujero posterior, con un empujón metí casi toda la cabeza de mi chota, ella se estremeció y dió un fuerte grito de dolor;
´ Noooo, ahhhhgggg, por favor, noooooo. ´
Entonces, cuando aún estaba gritando, dí un fuerte empujón y desgarré su ano virgen completamente, allí gritó mas fuerte aún, casi lloraba, brotó un poco de sangre de su agujero maltrecho, pero esto no me importó y me puse a bombear con velocidad y fuerza, en unos minutos Martín dijo;
´ Estoy por acabar, corréte Barbi. ´
Yo;
´ Ja ja, Barbi?, que par de pelotudos, ningún corréte, llenále la boca de leche infeliz ´
Entonces ella protestó;
´ No por favor mi vida, odio el semen, no quiero, basta, por favor. ´
Yo;
´ Perra, dejá de llamarme mi vida, mi amor y todas esas pelotudeces, no te gusta la lechita pero bien que te
lo habrás cogido y le habrás chupado la pija a este y a otros, no?, ahora te vas a comer toda la guasca,
sabés? ´
Ella;
´ No mi amor, es la primera vez que te engaño, creéme, no me hagas esto. ´
Yo;
´ Ja ja, sos buena actriz puta, y vos marmota, llenále la boca o te rompo los dientes peor de lo que lo voy a
hacer de todos modos. ´
Como si yo pudiera manejar el tiempo de su acabada, obedientemente en ese instante, de la brillante verga de Martín, comenzaron a brotar unos fenomenales chorros de lefa que cayeron en su mayoría en la boca de mi novia, ella a desgano, escupía toda la leche que podía, al fin, toda su cara quedó llena de guasca caliente, su gesto era de asco pero igualmente se puso a mamar nuevamente la verga de su amante.
Yo, excitado por semejante escena, me aferré fuertemente a sus preciosas tetas que tanto orgullo y deleite me habían producido alguna vez y aceleré mis movimientos dentro de su recién desvirgado ojete, cuando tras intensos minutos de traqueteo estuve a punto de acabar, me retiré de su culo, aparté a Martín y poniéndome frente a la cara de mi chica, le solté cuatro latigazos de espeso esperma, algo del cual cayó sobre su estúpido amante que estaba a un costado mirando, pero por otra parte, embadurnaron aún mas su rostro y su asqueada boca, luego y sin darle tiempo a protestar, le metí de un empellón la pija en la boca, si le tenía asco al semen, ni que decir de chupar mi poronga llena de leche, un poco de su mierda y sangre de su orto, le clavé la pija sin piedad hasta la garganta y al retirarla, ella tuvo una arcada que tras un par de vacilaciones, finalmente pudo contener.
Comencé a vestirme como si nada hubiera pasado, ellos seguían quietos sin saber que hacer, entonces Martín se adelantó y me dijo;
´ Mirá viejo, yo te puedo explicar, pero no nos podés tratar así ´
Yo;
´ Ah, no los puedo tratar así?, quien carajos sos boludo?, te cogés a la trola de mi novia y encima me querés
dar lecciones de moral?, tomá, guardáte esto! ´
Acto seguido le solté un golpe de puño en la cara, de esos cortitos que duelen mucho pero no noquean, de su nariz comenzó a emanar una buena cantidad de sangre, entonces Bárbara me dijo;
´ No ves que sos un bruto, que hacés?, la culpa es mía no de el. ´
Yo;
´ Que lindo como lo defendés, casáte con el tarada si lo querés tanto, a vos no te pego porque jamás le levanté la mano a una mujer, aunque sea tan pero tan puta y zorra como vos que te hacías el corderito fiel, el mejor recuerdo que voy a guardar de vos es haberte roto bien el culo y haberte llenado la boca de leche cuando siempre me negaste esas cosas, y ahora, sabés que?, vos y tu noviecito váyanse bien a cagar ´
Ella;
´ No mi amor, no te vayas, hablemos ´
Yo;
´ Si querés hablar compráte un micrófono, por suerte pasó esto ahora y me pude librar de vos, hasta nunca
putita asquerosa, chau. ´
Cuando me iba retirando, los miré por última vez, los dos ensangrentados por mi culpa, aunque ella por mi verga y el por el golpe que le dí, para colmo, ambos estaban salpicados y manchados de leche y me dieron un poco de lástima en cierta manera
Es así que desde ese maldito día, no volví a ver a Bárbara nunca más, no atendí ni una de sus miles de llamadas, me hice negar cada vez que venía a casa a tratar de hablar y quemé sistemáticamente las muchas y estúpidas cartas que dejaba en mi buzón, estuvo insistiendo por casi seis meses, hasta que finalmente desistió de sus intentos hace muy poco tiempo, supongo que se habrá dado cuenta de que esa vez tomé una especie de extraña venganza y que de ninguna manera querría volver a verla en mi vida
Me alegro de que lo haya comprendido.