Ahogar la culpa (3/10) Incredulidad

La infidelidad es vivida como una de las peores traiciones que enfrenta a la pareja y, en general, se piensa que el infiel es el culpable. Pero su actitud es sólo el resultado de la crisis de pareja. El cónyuge infiel buscará aspectos que su pareja no le brinda y éstos pueden ser intelectuales, sexuales, físicos y emocionales.

Las emociones son actos entre acto. Un método de conseguir directamente un deseo y un método defensivo indirecto, de conseguir que un deseo que tenemos, no se arruine por un obstáculo que interfiere. Obtenemos las cosas que se dan por generosidad y que son deseables. Podemos desear realizar nuestra sexualidad, tener el apoyo de un compañero, alguien con quien distraerse… Cuanto mayor es la expansión personal que se obtiene por medio de la interrelación con el otro, implica necesidades materiales, pero también intelectuales, de goce erótico, de fruición, de alianza, de ayuda. La intensidad y profundidad del intercambio nos hacen contemplar al otro, como necesario para ser. A su vez, la pérdida del amor implica convertirnos en una sombra de lo que podríamos ser.

Ahogar la culpa ( 3 ) Incredulidad.

¿Esto no me ha pasado a mí? No he sido yo. Me han echado algo en el café, una droga de esas. Seguro…eso ha sido… No ha sido culpa mía. Yo quiero a mi marido.

Las cosas con Aarón, han mejorado. Le siento feliz. Yo soy culpable.

Le doy todo lo que me pide. No hago todo lo que el desea. Yo soy la responsable.

Incluso…. me he planteado tener…. ¿Lo tendré? Así cumpliría su deseo Yo soy la causante. Aarón no. Él no.

Su madre está contenta. Viene a casa ha enseñarme a ser,… mejor… ¿esposa?...

Como ella solo saber hacer…. Yo soy la insensata.

Mis compañeras me animan, no hacen nada más que hablarme de las cosas de la vida de casados. De lo bien que se está. No salimos ni a pasear. Mi hogar se ha convertido en mi oscuridad. Una cárcel de la felicidad. Me asfixió.

Aarón está contento. Yo estoy triste. Lo podré aguantar.

No he vuelto ha… bueno… ha éso. Es mi penitencia. Mía es la falta.

Cada día…, cada vez…, lo hace peor… Pero no puedo. No debo.

Soy mala. Soy una cochina. No debo pensar. Debo ser una buena mujer…, más compresiva…, más afable…, buena con… mama… con mami… tengo qué aprender ha llevar mejor las cosas… tener muchos nietos… Cada día la odio más.

He conocido un nuevo camino al trabajo.

Miro por la ventana… le veo entrar.

Deseo bajar. No puedo… La silla se mueve sin parar. Mi pie también, los dos juegan sin cesar al mismo compás.

El cuerpo me arde. José tiene la calefacción muy alta 23º C marca. Ya hemos preparado la feria, voy de azafata, siempre me toca lo mismo. Que rollo. Lo había olvidado, que semana llevo no recuerdo la mitad de las cosas. Olvido todo. No me centro en nada. No se donde tengo la cabeza.

No tengo futuro… Soy una guarra… ¿Por qué me ha pasado? Mi cuerpo tiembla. Ahora hace frío. Me duelen los brazos, la cabeza más. El paracetamol se ha convertido en mi camarada. Una pastilla más. Soy una romántica.

Mi compañera me comienza hablar.

Además… el otro día se la chupe….Me gusto. Más…, de lo que yo me imaginaba.

Mas fue tan corto. Demasiado breve. Pero él fue tan feliz. Se lo debía.

Me quede con más ganas…, como siempre. Sus ojos me miraban através del espejo. Le gusta. Le encanta. Me corta. Se le pone más dura. Que cerda soy.

Le debo de dar todo lo que él desea… sea… ¿lo que sea?… ¿Lo que él quiera? Duda. Yo le quiero. ¿Él me quiere?

Mi cuerpo es suyo. Le pertenece. Ya no es mío.

¿Mi libertad?... También…, Sé lo debo. No se lo diré. Le satisfaceré sus… necesidades... ¿Todas?.... Que locura. Pero le amo.

Yo antes no hablaba así, no actuaba así. ¿Qué me pasa? Con esas palabras…, con esas silabas tan… con éstas ideas… tan… ¡Obscenas!

Donde tengo la cabeza. No me centro. No me reconozco. Algo tengo que hacer.

Mi compañera me sigue hablado.

Creo que tengo fiebre, me tiemblan las manos, me duelen los brazos, no me puedo concentrar

Tengo que buscar en Internet la droga esa… Seguro que existe. Tiene que existir. No soy así… Yo no. Una pastilla más.

Aarón es tan bueno. No me gusta cuando me mira de esa forma. A él le gusta obsérvame cuando duermo… Lo sé.

La ventana me devuelve mí propio reflejo. Las ojeras se me han acentuado. No duermo bien últimamente. Tengo pesadillas.

No como…, seguro que es eso. Ya lo dice mi suegra: "una buena alimentación niña".

Tengo el cuerpo cansado. Me duele todo. No se lo voy a contar. No debo. Mas tengo que hacerlo, que persona soy….cruel y cobarde me definen bien. No puedo. Tengo que hablar, se lo debo.

Aarón es tan bueno.

Se lo contare esta noche. Que sea lo que Dios quiera, merezco que me deje. Que me abandone como a una perra. Lo soy. No debo soñar. ¿Le gustara?

Le veo entrar en la cafetera, es él, mira hacía los lados. Sonrío… no me busques, no estoy dentro. El alma se me calma. El cuerpo responde.

Me apetece un café. Tan caliente…, tan humeante…, con aroma…, con sabor… Sonrió.

Sigo mirando la ventana, mis pezones están duros… ¡Malditos traidores!

Mi compañera continúa hablado.

Tengo la boca seca. No puedo estar en mi mesa, me voy al archivo, del archivo al despacho de José, del despacho a la maquina de agua, del jodido bidón a mi mesa.

Los pezones siguen duros, férreos… pétreos…. Hace mucho calor. El cuerpo me está tiritando. Los dientes no. El vello si.

Mi compañera… habla

Mi tanga está mojado

Pienso en mi suegra, cada día me cabrea más.

Tengo nauseas, las manos me tiemblan.

Sigo mirando…, le sigo viendo. Demasiada temperatura.

Desconecto.

Me acario por encima de la falda, por debajo de la mesa. Brinco. Los ojos se me cierran. La mano está sobre mi tanga. Mi coño reacciona. Mi respiración me hace culpable. No puedo parar. Los movimientos se acentúan. Mis caderas les acompañan.

Mi compañera me continúa hablando.

No la entiendo, no sé lo quiere, que pesada está. Su voz me taladra, solo escucho una lejana conversación. Solo afirmo, como una autómata. La cabeza, se mueve sola. La sonrío. Su voz es lejana. Mi mano continúa con su cruel labor.

Cállate… ¡¡ YA!!... Si Aarón me viese ahora… Sonrío.

Hace mucho calor. Estoy excitada. Me estoy lentamente masturbando en la oficina.

Otro paracetamol pasa a través de mi garganta. Ya he perdido la cuenta. Me duele la cabeza.

La ventana me lo ofrece de nuevo, sigue allí. Estoy mojando mi tanga. No tenia que haberme puesto bragas hoy. Un dedo al natural. Sobre la piel húmeda. Mi clítoris lo recibe. Movimiento circular. Mi mente es poesía. No lo puedo parar.

La cabeza sigue afirmando, la conversación se hace más lejana.

Estoy entrando por la puerta de la cafetería.

No se como he llegado hasta aquí. No llevo bolso, la blaiser se ha quedado olvidada en la silla. Nadie me observa..., él me mira…, aparto la mirada… el cabello esconde mi rostro de miradas furtivas, desconocidas.

Bajo las escaleras, son tantos escalones, que oscuro está abajo… que calor tengo. Caronte me debe de estar esperando… Un botón se desabrocha. Otro cae. ¿Cómo óbolo valdrá? No lo puedo parar.

Solo personal autorizado.

El hades ante mi ya está. El Aqueronte no tiene secretos para mí, ya lo he cruzado… Está una vez más será.

Mi mano sujeta el picaporte de la puerta, él está bajando. Cierro la puerta antes de que él entre.

Avanzo hacia el espejo.

Mi camisa no tiene botones abiertos. Me rodea con sus brazos, una en mi hombro, la otra en mi abdomen sus labios no dicen hola, ya se conocen, son amigos, viejos conocidos, mi cuello los recibe con el cariño de toda una vida. El lóbulo de la oreja se presenta, sin pedir mi permiso a su boca, sus dientes prueban su sabor. El otro… ya lo conocen.

Mi camisa… no está.

Imagino. Sueño. Siento. Me pregunto. ¿Sí el espejo fuera…?. Descarto. Locura No hay vergüenza, No hay pena en mis pensamientos. Calor. ¿Le gustaría?. Sé la respuesta.

Sus manos se abrazan con suavidad a mis pechos. Estoy completamente loca. El espejo sigue allí, las taquillas también, falta una, la de la derecha. Sueño. Me excito cada vez más… Mucho más…. Deseo que... No lo puedo… Ni pensar

Fuego.

Sus manos juegan con los bordados del sujetador, la conversación entre mi cuello y sus labios se acentúa. Pego la cabeza contra su hombro. Ella se ladea, facilita la labor a sus labios. Ellos siguen trabajando, los siento por mi cuello, por todo mí ser. Mi temperatura sigue aumentando, mi respiración más…. Ya no soy yo. He vuelto a perder la noción del tiempo, éste se ralentiza. Me he entregado a él. Solos somos los dos. ¿No existe nadie más? Pego mis nalgas contra su cuerpo, no puedo dejar de moverme contra él. Siento algo duro. Se lo que es. No soy tonta. Me gusta el tacto. No dejo de moverme sobre él. Está entre mis nalgas en el centro de las dos. Entre ellas. Me gusta la sensación. Soy poderosa. Tiene que seguir duro.

Las puntas de sus dedos se central en los bordados centrales… Mis pezones me van a estallar. Desean saludar, presentarse también a él, con rigor marcial. Ellos están cordiales. Mi mano acaricia su nuca. Ya no tengo frío. Me ha dejado de doler la cabeza.

Sigo bailando contra su pene, es mi rival. Mi amigo. Mi compañero de viaje. Quiero placer, solo sentir, nada más.

Me observo en el reflejo. No existe duda en mis ojos. Ahora ya no.

Él esta delante, de rodillas. Mis dos manos retiran mi cabello hacia atrás, mis dedos se entrelazan. Hombros atrás. Pechos… ¡Arriba! Pezones triunfantes.

El sujetador está al lado de la camisa…, a mis pies. "Hola vieja amiga… ¿Qué tal? ¿Cómo estas hoy?... Ahora vienen los demás". Las manos siguen detrás.

La punta de su lengua, rodea mi pezón, con lentitud, se entretiene en su punta. Más presión. Despejo. Estoy completamente entregada. Completamente mojada.

Excitación me llamo. Mi nombre es. Mi apellido… vesania. Esta se apodera de mí. Furia… Demencia…. Locura… Nunca antes lo había sentido. Lo deseo. Me abro de piernas. Estoy entregada a él. Al placer sin nombre. ¿Sola con él? Los temores han desaparecido.

Sus manos se entretienen delante. Las mías detrás. Las dos acarician mis pechos, sopesándolos sin brusquedad, son frágiles… sensibles… delicadas… Fuertes.

Él los acaricia con mimo. Me estremezco. Mis ojos se cierran. Su lengua se acelera. Mis suspiros más. Ellas, las dos, aprietan más. Mis piernas se rasgan. Todo mi cuerpo esta preparado para mi disfrute. Para su uso. Todo expuesto. Todo al aire. La imagen en el espejo me excita más si cabe… todavía más. Su lengua lame el pezón derecho, mama el izquierdo. Mis manos sostienen su cabeza mi cuerpo. La lengua aprende su camino, conversa con mi ombligo… el abdomen… los pechos… Se para en los pezones. Me muerde. Me gusta.

Recorren su camino… Una vez más… Otra vez más... Reflejo.

¡Para ya!… ¡Acaba ya!…. ¡Sigue más!… ¡Debajo!… ¡de!… ¡una vez!... ¡Ya! ¡Abajo!. ¡Te necesito! Lo deseo. Vergüenza. Reflejo. Sientó que Aarón esta presente. Excitación. Tranquilidad. Miedo, Pavor. Su necesidad.

¡¡¡¡ Por favor… más… dame algo más….!!!!. Suspiro. Le tiro de los pelos. No aguanto. Le empujo la cabeza con rabia, con desesperación. Soy brusca. El ansia me embarga. Necesito su lengua en mi coño. Le obligo ha bajar. Tiene que descender de una maldita vez…. ¡Ya!…. ¡Ahora!… No puedo. Me tiemblan las piernas.

Se ha parado mi respiración…. La falda…. saluda a los demás. Te odio Aarón. Eres culpable.

Los dientes se libran del tanga. Mis manos le ayudan, apresan su cabeza contra mi cuerpo, le exigen más… La espalda yace en el suelo, las rodillas… el cielo quieren tocar. La flor se ha abierto… como la reina de la noche, doncella de una noche, solo una vez al año…, la primera vez. Más que lamer… roza…, acaricia…, besa…, toca…. Mi alma…, no se lo que es…, el yo… Mi yo… El escondido, el que nunca aparece, el secreto, el oculto, el hasta ahora invisible a los demás… surge… ruge…se hace presente. Convulsiono. El mundo se para, deja de rotar, luces de colores aparecen sin cesar. Vibro. Las caderas se elevan, su cabeza se hunde… una vez más…, la ultima vez…Soy egoísta… Espasmo.... Mis manos no le dejan salir, mis muslos se lo impiden. Apresan su cabeza, su boca…., su legua no deja de empalar. No le dejo retroceder, nunca un paso atrás… Me derramo. Suspiro. "Te deseo mi amor". Pienso. Reflejo.

Vierto mi contenido en su boca, contenta…, plena…, satisfecha. Él lo saborea gozoso…quiere más…no para… un poco más… Me parto... La paz está conmigo.

Giro sobre mi misma…, bocabajo… Termino de morir, de volver a vivir… Mis ojos se han cerrado…, sigo temblando. Sigo suspirando… Ya puedo respirar

Los ojos me brillan en la oscuridad. No hay lágrimas. El mundo sigue parado.

Mi respiración se ha calmado.

Con los ojos entreabiertos le observo, le miro curiosa. Sigo en el suelo. Todavía no me he dejado de agitar. He vuelto ha dejar de respirar. Acabo de convulsionar. No soy capaz de cerrarlas por propia voluntad. La última gota se la ha bebido con ansiedad. Como en una poesía acabo de terminar… de orgasmar… De mi soledad.

Los brazos protegen los pechos. Él sale de entre mis piernas.

Un brillo conocido empapa su rostro, se acentúa en su boca. En sus labios ya no está. No me importa. Sé que es mió, de nadie más. Ahora es mío, solo mió

Él se incorpora, de pie está. El David se hace presente. Artemisa ya no soy. Mas afrodita emerge de entre las olas, de entre su blanca espuma. Como Urano curado, su pene aparece ante mí. Largo, grueso, palpitando, tieso… ¡¡ Enhiesto !!

Roble duro, años de sabiduría le avalan. Como si de Dios se tratara, me arrodilló ante él en señal de humildad, de adoración ante su infinita majestad. Expreso mi miseria de pecadora, pero no de mi arrepentimiento. Sé lo que quiere. Sus ojos le delatan. Mas no lo exige. Da un paso adelante. No me puedo mover. Su mano abarca su tallo. Mi boca cerrada está. Lo deposita con suavidad. Mis labios lacrados lo reciben. No empuja. Lo pasea por mi rostro. Le hace conocer cada centímetro de mi cara, ojos, nariz, frente…. le saludan al pasar sin parar. Los testículos, la barbilla me golpean sin cesar. Los labios tapiados se derrumban sin dignidad.

Comprendo el nuevo sabor. Su respiración se agita. Mi mano remplaza a la suya en la labor. La boca ha dejado de estar sellada. Continúo de rodillas en señal de respeto y dignidad. Él profesando su fe, de pie está. La boca comienza a succionar… a libar. Sus manos ambos lados de mi cabeza están. Succiono... Paladeo…. Un nuevo sabor. Lo desconocido me atrae. La respiración..., él no la puede controlar.

La lengua…, mi punta…, juega con su prepucio. Su glande entero es su campo de juego, está libre, nadie la osaría tocar. Mi mano su trabajo ha de realizar. Arriba… Abajo… sin parar. Mis pechos se mueven al compás. La otra, más curiosa y rebelde sus testículos han de tocar. Los aprieta con suavidad. Como si de mama se tratase acunando a sus huevos la mano está. Sopesándolos con calma, sin brusquedad… con armonía y bien estar. Mi boca continua con su trabajo, su capullo recibe mi máxima atención… la lengua no para de vibrar… de lamer sin piedad… la otra…no dejar de trabajar. La saliva brilla en la oscuridad.

El juego ha acabado, él la mano me la retira. Me pide las mías. A ambos lados de sus caderas las conduce. Yo en sus nalgas las dejo llevar. La cabeza me sujeta, fuertemente adheridas sus manos a ella están. El primer golpe es sorpresivo… certero. Mis ojos se abren de par en par. Mi campanilla la saluda por primera vez, es rápida en entrar… también lo es al salir… para volver a entrar. Me entran ganas de vomitar. No tengo tiempo… ella vuelve a entrar… salir sin saludar. El movimiento de sus caderas se acentúa. Su respiración más. Me esta follando por boca. Mi mente no lo puede procesar. Sus movimientos son cada vez más rápidos, vibrantes… Me sorprendo a mi misma… Cuando él sale de mi boca, sus nalgas contra mi boca empujo más fuerte. Mis manos le acompañan en el movimiento. Por primera vez lo quiero todo, lo deseo saborear, es algo de él que me quiero llevar… robar, no le voy a dejar escapar.

Sus movimientos de caderas se acentúan. Mis manos empujan más rápido…más violenta…Rauda…Veloz… Apresurada…Empujan sus nalgas sin piedad. Clavo mis uñas en ellas. Se quiere escapar. Lo impido. No te voy a dejar… ahora no. Eres mío. Solo mío

Sus piernas flaquean, está al llegar. Se para. Yo le replazo. Sujeto su pene por el tallo… Mi cabeza… Mi boca… Sustituyen su movimiento… Ahora mando yo. Adquiero el protagonismo que se me había negado… Más rápido…Más veloz…Más audaz.... Mi mano no para de masturbarle con frenesí… no puedo parar… mi lengua espera ansiosa… su corrida… desea saber su sabor… conocer…mi primer gusto

¡¡¡ Ya cae !!! Ni una gota fuera me conjuro a mi misma. No debe ocurrir.

No puedo parar…ahora no puedo desfallecer… ¡MÁS!… ¡MÁS!… Tiembla…. Se agita…. Es el fin… Es todo para mí... Abro la boca al máximo. Complaciente. Satisfecha.

Se vierte en mi boca. Se para. Yo no. Mi mano sostiene su pene, lo comienzo ha rotar sin compasión. Sin piedad. Los movimientos de mi mano son bruscos. Siento calor en mi boca, mi lengua…. Humedad. El paladar recibe con gusto las primeras andanadas. Ellas entran directamente en mi garganta. Le saco el pene un poco… a la altura de mis labios. Le deseo vaciar. La lengua recoge con satisfacción las siguientes…No puedo parar de mover mi mano sobre él… Lo quiero todo dentro de mí. Un líquido, viscoso, salado… inunda mi boca…. Lo saboreo con placer… Noto su textura… Lo disfruto dentro por unos instantes… Me enjuago la boca con su sabor… Lo muevo dentro… Lo siento… Mi lengua no lo deja de agitar. Su simiente entra en mi boca. Ya está. Me la trago sin dudar. Sus ojos me mirar con incredulidad. Los míos cerrados están.

Caliente por mi garganta desciende. No me importa. Él sigue callado. Su respiración más calmada está. Sus manos la cabeza me ha soltado ya. Yo mi labor debo continuar. Chupar…, Beber..., Tomar…, Catar… Succiono sin parar. Su semen de mi boca a mi garganta sin parar. Bebo.

Me la saca de la boca. Yo no le dejo… la quiero otra vez… por favor… solo una vez más. La locura ha acabado. La cordura me llega sin parar. Lloro. No se el porqué. La angustia de mi se apodera. No puedo respirar. Me quiere besar. Mis labios de han vuelto a soldar. Rechazo el beso, no es furtivo, pero no le puedo besar. No Aarón, ahora no. No mires. Vergüenza.

Me abraza, me consuela. Lloro sin parar.

Mi compañera ha dejado de hablar.

Ya no escucho. Solo siento soledad. Continúo trabajando

La poesía apacigua el dolor. La ira.

La seguridad de mi hogar me acoge.

"Esto… No ha pasado. No ha sucedido..." Me repito cesar, sin parar de mirarme a mi misma. "¿Otra vez más?".

Las mangas de mi jersey tapan mis manos, se estiran sin parar, que largas son. ¿Cuánto darán de si? El brillo de mi cabello se ha pagado, el resplandor de mis ojos lo suplen.

La duda, la desconfianza en mi persona se acrecientan. No se como definirme.

Se cae un vaso, se rompe en mil pedazos, un fragmento ha rasgado mi mano. Sangro. No para de manar sangre. Tengo miedo. Siento pavor. Una venda tapa mi herida, la sangre ha dejado de fluir. El suelo recoge los mil pedazos. Los limpio. ¡Joder! Siempre quedaran fragmentos… Esos…, poco a poco irán apareciendo. Algunos…, nunca volverán.

Pierdo la razón, lo más importante para el ser humano. Me he enfrentado con mi "muerte", contra mi propia existencia. Y he perdido.

Los dogmas aprendidos han caído en el olvido. El dictamen de lo irracional a hecho presencia. El escepticismo me invade.

La duda en mi persona me corroe. No soy nada. La desconfianza, la apatía, la indolencia y el temor hacen acto de audiencia… Aparición en mí ordenada vida.

Lloro amargamente por lo perdido. Abrazo lo desconocido. Es mi futuro más próximo. El dolor ha vuelto. Tomo una pastilla. Su intensidad sé acrecienta.

No tengo fe en mi misma. ¿La he perdido?

Aarón ha llegado. Le abrazo. Me mira. Le miro. Cierro los ojos. Me cuenta. Le cuento. Tiemblo. Miedo en mis palabras. Temor a su reacción. Mi voz es suave, temblorosa, convincente.

Me escucha con atención y tranquilidad. La sinceridad de mis palabras, no concuerda con la verdad de mis sentimientos.

Siento calma. No paz. No me juzga. Yo soy el reo, su arma inocente, Aarón es el culpable.

Mis palabras son detonaciones. Son heridas profundas. Rasgan su mente. Excitan sus sentidos.

Aarón no me mira. La mirada pérdida, por encima de mis hombros. Mi voz ha callado.

Continúa mirándonos a través del espejo. Reflejos de sus sueños más ocultos, de sus anhelos declarados. Me mira a mí.

La complacencia está servida. El permiso otorgado. Las bendiciones dadas. Las necesidades cubiertas. Su deseo… Su sueño…. Cumplido.

Romper…, fracturar…, quebrar… Maldito bastardo de dormitorio. Ya no sueño. Tengo miedo. Tiemblo. Su pecho recogen mis lágrimas.

Su mirada me examina. Mi cuerpo siente su pene crecer. Amor. Deseo. Necesidad. Lo necesita. ¿Lo preciso? Me besa. Le quiero. Dios dirá. Mi cuerpo Dice si. Mi mente todavía dice no. Aarón me sigue empujando.

Su pene no para de aumentar entre mis manos. Sus manos empujan mis hombros hacia abajo. Mi cabeza los acompaña. Tiene la polla como nunca. Me asusto ante mis nuevos pensamientos. Palabras aprendidas. Me aterra el nuevo futuro.

Abro la boca… Unas lágrimas corren por sus mejillas Su polla crece más. El pené está como nunca antes lo había visto. Grueso, voluminoso, corpulento, robusto, hinchado, inflado… Una mano en sus testículos. Los sujeto sin compasión. La otra sobre su tallo. La muevo con fruición. Clavo las uñas en sus nalgas. Soy yo quien me muevo. Su polla crece aun más dentro de mi boca.

Muevo la cabeza con la rapidez recién aprendida. Calor. Humedad. Sabor conocido. Textura aprendida. Ira. Rabia. Dolor.

Fantasía realizada. Dominio de su ideal. De sus aspiraciones ocultas . Soy su quimera cumplida. Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero. Al fin lo soy. Mi pudor ha caído.**

Le odio. Soy una puta. Le quiero. Me he vendido por sus deseos. Me odio.

Ya he perdido la fe. Abrazo un futuro incierto.