Ahilen y yo (1)

Me llamo Marck, mi hermana y yo compartimos un secreto…De común acuerdo queremos compartirlo con ustedes. Mientras escribo, Ahílen que es su nombre, me va relatando cada detalle ya que se expresa mucho mejor que yo, esta es nuestra historia.

Ahilen y yo (1)

Me llamo Marck, mi hermana y yo compartimos un secreto…De común acuerdo queremos compartirlo con ustedes. Mientras escribo, Ahílen que es su nombre, me va relatando cada detalle ya que se expresa mucho mejor que yo, esta es nuestra historia.

Esa mañana mi padre fue a despedirme con un fuerte abrazo de oso, recuerdo estar profundamente dormida muy bien tapadita, hasta que una pequeñas cosquillas me despertaron tan dulcemente que no podía dejar de sonreírle al ver su sonrisa que iluminaba su rostro de una manera que parecía un dios… porque eso era mi padre para mi… un dios.

_ ¿Como esta mi pequeña?_ pregunto sin dejar de hacerme cosquillas

_ ¡¡¡Para papi que ya me duele el estomago!!!_ grite riéndome

_ Dejo de hacerte cosquillas mi pequeña si me regalas un millón de besos, mira que te voy a extrañar_ recalco haciendo una mueca para manifestar tristeza

_ Anda papi no te pongas triste, ya veras que con mi millón de besos solo me extrañaras así de poquito_ dije señalándole con los dedos_ además solo será un fin de semana ¿verdad? _ pregunte

_ Siii… claro que si _ dijo contento nuevamente con esa sonrisa que hacia que lo amara cada día más.

Con mi millón de besos y saludándome con la mano dio media vuelta y salio de la habitación. En el umbral de la puerta se encontraba mi madre que nos había estado observando. Nunca en mi vida vi un rostro tan siniestro. Había veces en que le tenía miedo, un miedo que me helaba hasta los huesos.

Esa imagen de despedida de papa me acompaño los siguientes siete años de mi vida ya que nunca más regreso a casa, murió en un accidente aquella misma mañana por culpa de un conductor ebrio. Después de eso mama se ensaño conmigo hasta el día de hoy.

A la edad de quince años muy pocas cosas son las que entiende una, pero con el tiempo descubrí la maldad que albergaba en su corazón.

Ese día estaba contenta, el motivo era que ese mismo día llegaría Marck, mi hermano. Mama siempre lo llamaba mi tesoro. Era muy absurda la manera que tenia mi madre de adorar a mi hermano. Pensaba en ese tiempo que eran celos hacia el, lo que me llevaba a "supuestamente" mal interpretar el amor que le profesaba a Marck mi madre.

Con respecto a mi… nunca obtuve de ella una palabra de cariño o de afecto, solo miradas sombrías y hasta podría decir que de desprecio. ¿El motivo? Con el tiempo pude descubrir cuales eran

La calle solitaria al oscurecer y después de una intensa nevada daba una cierta impresión de desasosiego.

Invierno en Londres… ¡Que fastidio! No poder salir con los amigos a tomar algo es lo que mas me ponía de mal humor y para colmo era mi último día en aquella grandiosa ciudad.

Bueno no dejaría que el mal tiempo fuera un obstáculo para salir de juerga. Me dije para mis adentro sonriendo porque ya tenia planificada la noche.

Mery… era una hermosa mujer… si pero a pesar de quererla mucho no estaba enamorado de ella. ¡No! Aun me quedaban unos cuantos años por delante para disfrutar antes de echarme la soga al cuello. ¡Si solo tengo veinticuatro años!... ¡en que diablos estoy pensando ¡Que manera de enredar los pensamientos que tiene uno!

Sin darme cuenta llegue hasta el departamento de Mery, subí corriendo las escaleras, solo eran dos pisos hasta daba pereza subir en ascensor.

Al llegar toque el timbre y espere con una inmensa sonrisas en mi boca y con un hermoso ramo de flores a que se abriera la puerta y me saltara asfixiándome con sus apasionados besos.

Nada. Ni un sonido de llaves en la cerradura, nada de nada. Volví a tocar el timbre, unos segundos mas tarde me di cuenta de que Mery no estaba en casa. ¡Que fiasco!

No entendía nada, habíamos quedado en encontrarnos aquí en su departamento, la pasaríamos bien un rato y luego iríamos a encontrarnos con unos amigos para tomar unos tragos y bailar.

Me volví sobre mis pasos y ya nuevamente en la calle busque mi celular y marque su número. Me atendió la contestadota, por lo visto Mery tenia el teléfono apagado. Luego llame a varios de mis amigos para preguntar si la habían visto. Ninguno sabía nada de nada.

¡Que me lleva el diablo! _grite

No podía creer como se me había aguado toda la noche, ni ganas de ir con los muchachos. Me regrese a mi departamento con la hiel en los labios.

Camine un rato para despejarme, no quería irme a dormir aun, al llegar mire hacia arriba y vi que comenzaba a nevar nuevamente.

¡Era el colmo!

Ya en mi departamento, acostado y bien abrigado mi mente comenzó a divagar. Recordaba mi casa, a mi madre y a mi padre que se amaban tanto. Ojala alguna vez yo pudiera ser tan feliz con la mujer que fuese mi esposa como los son mis padre.

Que diablos me pasaba, era la segunda vez que pensaba aquel día en el matrimonio. Tal vez era la soledad que sentía. Si… Hacia bastante tiempo que nada llenaba el espacio vacío que había en mi corazón y en mi vida.

Ya en el aeropuerto la ansiedad no me dejaba tranquila, como estaría Marck… ¿habría cambiado tanto como los escuchaba hablar a Eloisa y Efraín estos últimos días? Vagos recuerdo venían a mi memoria de cuando niña, siempre se había mostrado mi protector ante mama, las vacaciones en el campo en casa de la tía Helen, única hermana menor de papa, la pasábamos genial.

Muchos recuerdos gratos volvían a mi mente en esos momentos de tensa espera. Mama a un costado no dejaba de mirar la pista desde el enorme ventanal de vidrio, ni un momento se había percatado de mi presencia. Si lo hizo nunca me lo demostró.

El nerviosismo de mama se hizo evidente al acercarse uno de los inmensos aviones que era de bandera inglesa, por lo visto en ese arribaba mi hermano. No espero un segundo más… y con toda celeridad se encamino hacia las escaleras que daban a los portalones de arribo.

Yo me quede arriba, no me anime a seguirla, sabía de antemano que se molestaría. Quería ella sola ser la primera a quien viera y quien lo recibiera. Esperaría a que pasase los primeros minutos y luego aparecería. La verdad no me molesto mucho porque de esa manera podría ver realmente cual seria la reacción de Marck al verme. Si estuviésemos las dos no sabría si seria por ella o por mí

Bajaba muchísima gente por la escalerilla del avión, mama estaba muy impaciente hasta que pudo divisarlo por lo alto que era. También pude verlo… No podía creer lo apuesto y alto que era. Se parecía a papa pero con la belleza de ambos, de papa y mama. Una inmensa sonrisa se dibujo en su rostro al ver a mama, era idéntica a la de mi padre, este comenzó agitando su mano para saludarla, mi madre saltaba de alegría también agitando su brazo. Nunca vi tanta felicidad en su cara, no podía negarse que para ella Marck era digno no solo de su amor sino de su respeto y admiración.

_ ¡Madre!_ grito Marck tirando su bolso para poder abrazarla

_OH Marck! No sabes como te eché de menos querido_ balbuceaba mama sin poder contener las lagrimas.

_ Yo también mama, no veía en la hora de llegar_ dijo sonriendo_ ¿Donde esta?... Donde esta mi pequeña traviesa _ interrogo a mama mientras buscaba con la mirada

Al escucharlo a mama se le borro totalmente la alegría del rostro

Marck se puso serio, no entendía la actitud de nuestra madre.

_ ¿Sucedió algo mama? ¿Le paso algo a Ahílen? _ exclamo muy alarmado

En eso me vio

Creo que por la expresión de su rostro no hubo necesidad de palabras. Estaba como desconcertado y la verdad no entendí porque.

Y allí estaba, acercándose a paso lento aquella joven muy parecida a mama, pero mil veces más bella. Alta, delgada de fina cintura y de largas y bien torneadas piernas. Cabellera extremadamente larga de un color oro blanquecino, profundos y brillantes ojos turquesas y un rostro… un rostro que me acelero bruscamente el corazón. Estaba vestida con una especie de solerito, una cinta del mismo color evitaba que el cabello se acumulara en su rostro ocultándole la visión, lo tenia tan largo y lustroso.

Llego hasta donde mama y yo estábamos, con una tierna sonrisa producida por aquellos labios de los cuales no podía apartar la mirada me abrazo.

_ Hola Marck…_ dijo y su vos fue tan dulce y sensual para mis oídos que tuve que apartarme para que no se diera cuenta de cuan afectado estaba.

Mama nos miraba con tanta frialdad que pensé que estando Marck presente evitaría que el se diera cuenta de su actitud hacia mi, pero no fue así.

Casi de un tiron lo aparto de mí y lo tomo de un brazo llevándoselo hacia las portezuelas donde debía buscar el equipaje.

Yo me quede mirándolos como se alejaban sin decir palabra. Unos segundos después Marck se volvió a mirarme y sin tener tiempo de ocultar mi rostro pudo ver la tristeza que había en lo profundo de mis ojos.

No pude sostener su mirada, di media vuelta y me dirigí hacia la puerta de salida.

Media hora más tarde los vi aparecer, sentada en el asiento de atrás los esperaba tratando de recobrarme pero no consiguiéndolo, aun persistía en mí la actitud malvada de mama.

Se sentó en el asiento del volante dispuesto a manejar, mama lo hizo a su lado y dispuso que Efraín, el chofer, lo hiciera junto a mi.

Ya en la autopista me di cuenta de la agobiante tensión que había dentro del auto, mire a Ahílen por el espejo retrovisor, permanecía con los ojos cerrados, parecía serena sino fuera por el constante movimiento ocular que denotaba un estado nervioso hubiera pensado que se había quedado dormida. Como había cambiado, jamás me imagine que se convirtiera en una joven tan bella, la verdad me quede pasmado cuando la vi, y lo peor de todo es que no entendía esa necesidad que sentí cuando me volví a mirarla y ver tanta tristeza en su carita, fue como si un impulso me dominara por completo una fracción de segundos pero desistí de regresar y abrazarla, de consolarla. Me sentía confundido, ¿¡Que diablos me pasaba!?. Porque mama hizo lo que hizo, es como si… Como si estuviera molesta con ella, no… Mi sentido de la percepción me decía que había algo más, algo mas profundo que una molestia con ella. El solo hecho de pensarlo me saco de onda, se que mama siempre fue muy estricta con Ahílen, pero de ahí a ser malvada adrede con ella me resultaba traído de los pelos.

Abrí los ojos y me tope con la mirada penetrante de los ojos de Marck, al verse descubierto bajo rápidamente la vista, mama a su lado parecía hecha de piedra, solo movía suave y lentamente su mano acariciando los cabellos a Marck. Volví a cerrar mi ojos pero con la certeza de que los ojos de Marck nuevamente estaban mirándome por el espejito. Eso no era nada extraño para mi ya que de niños el siempre tenia la particularidad de observarme cuando dormía.

Unas horas mas tarde ya en casa mama salio al centro con la escusa de ir al mercado para traer unas cosas así le prepararía a Marck su comida favorita. No recordaba cuando mama me hiciera una comida a mí, siempre me la preparo y aun hoy lo hace la cocinera que vivía con nosotros desde que tenía memoria.

Me encontraba en el ático tratando de leer uno de los tantos libros que papa me regalara, pero no podía concentrarme . Cuando mire hacia la puerta vi que Marck estaba apoyado en el marco.

_ Pensé que la presencia de tu hermanito alteraría algunas de tus costumbres… pero veo que no será así_ me dijo algo serio

Se acerco a paso lento, se sentó junto a mi lado y tomo de mis manos el libro que estaba leyendo. Lo hojeo pausadamente leyendo unas líneas de cada página.

_ Tan importante esta la lectura que no le dedicas un tiempito a tu hermano_ dijo acariciándome la mejilla

_ No… no es eso _ balbucee

_ ¿Entonces que es? _ Interrogo mirándome fijamente a los ojos _ que te tiene tan preocupada y hasta diría alejada de mi, es como si mi presencia te molestara_ concluyo bajando la mirada algo tiste.

_ Marck… lo que sucede es que mama esta muy contenta con tu regreso y no quiero estar en el medio para que mi madre pueda disfrutarte tranquilamente_ respondí tratando de ser convincente, pero la verdad no le estaba mintiendo ya que era parte de la razón por la cual trataba de alejarme de el

_ Esa es la excusa mas tonta que pude escuchar Ahílen… dime la verdad pequeña_ suplico dejando el libro y tomándome de las manos

Yo permanecí en silencio con la cabeza agachada, el con la ternura mas grande me la levanto hasta que nos miramos fijamente, me acariciaba la mejilla y entonces me beso la frente. Fue un beso dulce… tierno, me sentí muy querida por el.

_ ¿Puedo irme contigo Marck? Cuando regreses de las vacaciones, ya terminare la escuela, la verdad ya no quiero estar aquí_ dije de repente y me largue a llorar mientras lo abrazaba con todas las fuerzas de que era capas

Sabía que había tristeza en su cara pero no imagine la magnitud de su desesperación. Sollozaba descontroladamente, su cuerpo temblaba, mire su rostro bañado de lágrimas, estaba pálido, como si hubiera esta guardando tantos sufrimientos, tanto dolor. La verdad me asuste por como lloraba. La abrase por la cintura y la senté en mis piernas, la acunaba como lo hacia cuando era una niña y por alguna travesura salía lastimada.

Unos minutos más tarde habiéndose recuperado un poco le dije

_ Dime Ahílen que sucede, porque estas así… Te vas a enfermar pequeña, cuéntame que es lo que te puso en ese estado_ ella solo se mantenía en silencio, me acerque y le bese la frente, ambas mejillas y sin darme cuente le di un suave y ligero beso en los labios. Al comprender lo que acababa de hacer la solté bruscamente y me senté a su lado

_ Anda… quiero que me digas la verdad Ahílen, que te tiene en ese estado

Ella me miro, respiro hondo y comenzó a hablar

Una hora más tarde me encontraba aturdido, lleno de amargura he impotencia. Nunca me imagine que mi madre fuera capaz de hacer con ella lo que hizo, todos estos años desde la muerte de papa.

Salí del ático porque no quería que ella me viera perder los estribo, menos si con quien los perdía era con mi madre.

Entre a mi cuarto, cerré la puerta y las cortina, me tire en mi cama tratando de contener la furia y las lagrimas.

Pasaron varios minutos para que volviese a mi acostumbrado control, pero algo mas andaba dando vueltas en mi mente… el beso

¿¡Como diablos se me ocurrió besarla de esa manera, es que estoy perdiendo la cordura!?

Por más que intentaba no pensar en ello, volvía a mí con más fuerza. A pesar de que fue un beso ligero hay cosas que a los hombres con experiencia no se les escapa por más que fuese algo fugaz como ese beso. La tibieza de sus labios, su sabor, su tersura, su aliento, su respiración, el aroma de su pelo y hasta de su piel, son muchas cosas que puedes percibirlas en una fracción de segundo.

Todas esas sensaciones me golpearon muy fuerte, tanto así que si no apartaba esos pensamientos y sensaciones me excitaría y por lo cual terminaría masturbándome.

Haciendo un tremendo esfuerzo logre controlarme. Decidí tomar una ducha fría por las dudas.

Una vez vestido salí del cuarto, baje al living, allí estaba ella terminando de preparar las cosas para la escuela. Al verme me sonrío tan dulcemente que una vez mas mi corazón se acelero desbocadamente.

_ Saldré a dar una vuelta unos minutos, regresare antes de la cena pequeña… luego tu y yo hablaremos seriamente ¿si?_ dije poniéndome serio, le lance un beso con la mano y salí lo mas rápido que pude de la casa.

Pasaron los días y sin que Ahílen me dijera me estaba dando cuenta de la magnitud del desprecio que mama le manifestaba, la verdad no entendía cual era la razón. Ahílen era una jovencita tranquila, respetuosa, aplicada con sus responsabilidades, nunca salía de casa, no tenia amigos teniendo ya la edad hasta de tener algún noviecito por allí. Al pensar en eso el gusanillo de los celos calo muy hondo en mi. El solo hecho de sentirme celoso me hizo reír, nunca pensé en comportarme como un guardabosque con mi hermanita, pero no era eso lo que realmente me molestaba, no… había algo más, pero me daba terror reconocerlo.

Ella era una excelente chica, mas de una madre quisiera tener una hija como ella, y no lo digo porque sea mi hermana sino que es verdad. En los días que llevaba en casa no había podido encontrarle ningún defecto, que era lo que hacia que mi madre la odiara, porque llegue a la conclusión de que mi madre la odiaba.

No podía continuar esta situación, hablaría con mama y le pediría una explicación.

Dos días antes de mi regreso a Inglaterra escuche unos gritos que provenían del cuarto de Ahilen, di un salto de la cama y así solo en short salí disparado como un rayo hacia su cuarto, cuando llegue el corazón me dio un vuelco, vi a mama pegándole a Ahilen con la soga con que ataban al perro, esta trataba de protegerse con los brazos pero mucho no podía impedir.

_ ¡¡Mama!!_ grite tomándola fuertemente de brazo hasta hacerle daño. Reaccione con cólera, quería hacerle daño, el mismo que Ahilen había sufrido todo estos años pero mis principios me lo impidieron… era mi madre

La solté y me acerque a Ahilen quien aun continuaba tirada en el suelo quejándose de los golpes y heridas que le había causado nuestra madre. La cargue dócilmente sin decir nada y me la lleve a mi habitación, la deposite con mucho cuidado para evitar que le doliera más todavía el daño sufrido. No pude contener las lagrimas, al verla allí como un animalito indefenso, ella al notarlo trato de consolarme…consolarme ella a mi… eso fue demasiado. La abrace y juntos lloramos por mucho rato.

Busque en mi placard unas gasas y un desinfectante para curarla. Ella se acostó y cerro los ojos, se mantuvo así hasta después de que termine de curarla.

Tenía magullones y cortada por todo el cuerpo, pequeños hilillos de sangre manchaban sus ropas.

_ Deberás sacarte esa ropa para poder curarte_ dije mirándola

Ella no dijo nada, se quito la camisa y la pollera quedándose en ropa interior. La verdad que a pesar de las heridas y hematomas de un color rojizo azulado, verla así casi sin ropa me afecto muchísimo, tanto que no podía concentrarme, para poder lograrlo decidí comentarle cosas de mi vida

Ella me escuchaba atentamente pero mantenía los ojos cerrados, de ves en cuando podía observar como el rubor subía por su cuello para cubrir su rostro de un color sonrosado. Pensaba para mis adentros que el que yo la viera así debía ser algo muy vergonzoso para ella, era placentero ver como expresaba una profunda timidez , eso me inundo el corazón de amor… un amor que sin darme cuenta los últimos días no solo se iba acrecentando sino transformando y para peor de mis males no era nada fraternal. Me apresure a terminar para evitarle más vergüenza, y evitármela a mí también.

Cuando termine le acerque una de mis remeras largas, le quedaba bien, solo le cubría hasta muy arriba de las rodillas, la verdad le quedaba exageradamente sensual. Era mejor que saliera del cuarto sino quería que ella descubriese algo que me sucedía cada vez que estaba a su lado. Eso me preocupaba y por ello no tenia paz, sentía mi corazón acelerarse con solo mirarla, si la tocaba su piel me quemaba y activaba toda clase de emociones y sensaciones nuevas, su perfume me estremecía el cuerpo de tal manera que era casi imposible dominarme, y la otra noche… la otra noche no aguante mas y me masturbe pensando en ella.

Se que esto esta mal pero no puedo controlarlo, es mas fuerte que yo, mas poderoso que mi cordura

Al verla solo en ropa interior no pude controlar una incipiente erección.

Me fui a la cocina y le pedí a Eloisa que fuera a mi cuarto a cuidar a Ahilen hasta que yo regresara, que no la dejara ni un segundo sola y que si mi madre trataba de entrar a la habitación llamara a la policía. La señora me miro desconcertada, pero al ver como había maltratado a mi hermana no tendría ningún reparo en tener que hacerlo

Con esa tranquilidad salí a la calle

Me fui al juzgado y pedí hablar con un amigo de la infancia quien era hijo de un juez, le plantee a ambos la situación y sin decir mas me dijo que mañana a primera hora tendría en casa los papeles listos. Les di las gracias y me fui

Me llegue a una telefónica llame al aeropuerto y reserve dos pasajes a Inglaterra para mañana a las tres de la tarde, todo quedo arreglado, ya casi muy entrada la tarde regrese a casa.

Trate de entrar a mi cuarto y estaba con llave, toque suavemente y la vos de Eloisa pregunto

_¿Quien es?

_ Marck, Eloisa, abre _ respondí

Inmediatamente abrió

La habitación se encontraba en penumbras, Eloisa me miro, sonrío y salio de la habitación. Le puse llave a la puerta luego me acerque a la cama y con mucho cuidado me acosté a su lado. Su respiración era apacible, tranquila, el tranquilizante aun hacia efecto.

Como a las dos de la mañana me despertaron unos quejidos… Ahilen estaba llorando en dormida, tal vez tiene una pesadilla. No se si es bueno o malo despertar a alguien en plena pesadilla pero no podía dejarla que hasta en los sueños sufriera.

Con mucha suavidad le acaricie el rostro y dulcemente le hable al oído

_ Tranquila pequeña, solo es una pesadilla, no dejare que nunca nadie mas te haga daño… lo prometo Ahilen…_ no se si en dormida escucho mis palabras pero a partir de ese momento volvió a dormir serenamente.

En cambio yo, pase el resto de la noche observándola dormir, había tomado una decisión y por mas que se me venia a la mente los nuevos sentimientos que nacieron por ella no me echaría para atrás, que la vida o dios decida que es lo que sucedería desde hoy en adelante.

Eran como las nueve de la mañana cuando me levante totalmente dolorido por no poder dormir, pero con la alegría de haber pasado toda la noche junto a Ahilen, para mi sorpresa había descubierto que ya no sentía ese vacío constante que me acompañaba a donde fuera, no solo eso descubrí sino que era ella quien me llenaba plenamente ese vacío y me colmaba de paz y ganas de vivir, de seguir adelante. En lo que estaba cavilando escuche que llegaba el cartero. Baje corriendo, pretendía ser el primero en ver la correspondencia ya que estaba esperando los papeles del juez, no quería que mama los viera porque seria capaz de hacerlos desaparecer con tal de fastidiar a Ahilen.

Unos minutos más tarde ya en mi habitación mientras leía lo que me llegara del juzgado vi que Ahilen abrió lentamente los ojos mientras se desperezaba.

_ Buenos días pequeña… como te sientes_ pregunte guardando en un cajón el sobre y luego me acerque para hacerle cosquillas

Se levanto bruscamente tratando de evitar que se las siguiera haciendo, a pesar de que aun debería dolerles los magullones no dejaba de sonreírme.

_ Muy bien señorita, es hora de levantarse, ve a darte un baño y luego vienes a que te cure esos rasponazos _ dije sentenciándola con el dedo

Media hora mas tarde regreso con un solerito, estaba preciosa, se sentó en la cama a esperar que yo le sirviera una vez más de enfermero.

Eso me hizo reír sin ganas tan fuerte que ella dio un brinco y se río a su vez.

Una vez curada me dio un sonoro beso en la mejilla y salio de mí cuarto.

Deje las cosas sobre la cama y salí corriendo para alcanzarla, no quería que bajase sola por las dudas estuviera mama en la cocina. Como me lo temía cuando llegue a la cocina mama tenia cogida a Ahilen nuevamente del brazo, al verme la soltó.

_ ¡Es suficiente madre! Ya no es necesario que trates de amenazarla para que no hable conmigo, simplemente porque Ahilen ya me lo contó todo, ahora puedes explicarme que es lo que te sucede, porque la maltratas de esa forma _ interrogo Marck furioso

_ A ti no tengo porque darte explicaciones _ respondió mama con arrogancia

_ Esta bien, como quieras, ni falta que hace_ se dirigió a mi y dijo_ Ahilen ve con Eloisa y prepara tus maletas, te vienes conmigo_ ordeno

_ Ella no sale de esta casa_ sentencio mama

_ No necesito de tu permiso para llevármela_ espeto el _ Tengo el permiso de un juez y de la policía, si tratas de impedir que ella venga conmigo te denuncio, tu eliges madre, pero de una forma u otra Ahilen viene conmigo _ amenazo

Al escuchar lo que Marck le decía, no dijo una sola palabra y salio de la cocina. No podía creer que mama no enfrentara a Marck, las lágrimas se me deslizaban una tras otra bañando mi rostro, mire a Marck agradecida.

Casi al medio día estábamos los dos listos, Marck fue hasta el cuarto de mama, esta solo miraba por la ventana como una estatua, no se volvió al entrar el al cuarto.

_ Quiero que me firmes este poder_ dijo Marck

Mi madre se acerco hasta donde estaba un montón de papeles, al leerlos se dio cuenta que le cedía la patria potestad de mi persona hasta mi mayoría de edad. Sin decir nada tomo la lapicera que el le ofrecía y firmo de una sola vez. Luego regreso a la ventana. Marck siempre se caracterizo por ser un buen hijo, se acerco hasta ella y beso su mejilla con ternura. Al hacerlo pudo ver lágrimas en los ojos de su madre.

_ Te quiero madre, a pesar de todo… Te quiero_ dijo con un hilo de voz

Con el corazón dolido tomo mi mano y salimos de la habitación.

El taxi esperaba ya en la entrada, cargamos todo el equipaje, saludamos a Eloisa y a Efraín y nos fuimos.

Marck se tapaba el rostro con ambas manos, sabia que estaba llorando, lloraba de dolor y amargura, el se dio cuenta de que acababa de perder algo que el había amado toda su vida… a mama.

Eso me dolió en el alma porque lo había hecho por mí.

Sigue