Agustin
La historia de Agustín, y su vecina.
Mi nombre es Agustín, vivo en una ciudad pequeña del norte de España, ahora tengo 36 años y estoy soltero. Mi vida sentimental ha sido bastante plana; tuve una novia durante unos años, pero después de un tiempo decidió que se marchaba a trabajar a otra ciudad para poder progresar en su carrera profesional y debido a la distancia y el alejamiento nos fuimos distanciando y al final lo dejamos. Seguimos siendo mas o menos amigos y nos llamamos de vez en cuando. Por lo que ella me cuenta no tiene pareja estable pero de vez en cuando se da una alegría, con alguien que conoce por ahí. En el tiempo que estuvimos juntos follabamos pero tampoco demasiado, creo que en ese tiempo yo no fui capaz de aportarle nada especial, alguna vez que ha vuelto mi ciudad (su familia es de aquí) nos hemos vuelto a ver y alguna vez incluso nos hemos ido a la cama, pero sin compromisos para ninguno de los dos.
Pero no quiero hablaros de pasado, quiero contar una experiencia absolutamente excitante, al menos para mi, que me ha ocurrido estos últimos meses.
Yo vivo solo, y paso poco tiempo en casa porque por mi trabajo estoy bastante tiempo fuera, además el poco tiempo que tengo libre lo paso con mis amigos por ahí. Mi piso es pequeño y suelo limpiar los sábados en la mañana. Con los vecinos no tengo ni buena mi mala relación porque casi no los veo, en la urbanización tenemos una piscina comunitaria a la que acudía pocas veces.
A lo que iba, de la limpieza de la escalera, portal, etc. se encarga por encargo de la comunidad una de las vecinas, Marga, esta casada, tiene más ó menos 45 años y esta jamona. Vive tres plantas más arriba de donde vivo yo y aunque había coincidido con ella ocasionalmente, no paso de ahí. Pero un martes que había vuelto de madrugada de un largo viaje y no tenía que volver a la oficina hasta el día siguiente, y estando esa mañana en la cama, me despertó que llamaban a la puerta. Me levanté zombi y salí a abrir la puerta, era la típica encuesta. Mientras atendía a la chica en la puerta del piso, pasó mi vecina Marga barriendo y fregando la escalera. Venía con una especie de chándal que le marcaba el inmenso culo que tiene, y sobre todo le marcaba el potorrazo, tenía los labios del coño supermarcados, era una visión impresionante. Yo estaba contestando pero no dejaba de mirarle a ella y mi polla se puso como un poste, como pude me deshice de la encuestadora y ya había decidido hacerme un pajote a la atención de mi madura vecina cuando justo cuando iba a cerrar la puerta ella me preguntó si podía darle un poco de agua caliente y así no subía hasta su piso. Yo le dije que la daba todo lo que ella quisiera, a lo que ella con guasa me respondió "que si todo, pero todo lo que quisiera". Me quedé cortado y le dije que pasase a mi casa, en la cocina mientras llenaba el cubo no le quité la vista de encima. Tenía todo el culo que le marcaba las mollas, y yo no podía dejar de mirarle. Y como digo mi polla estaba en un estado más que respetable.
Evidentemente Marga se dio cuenta de cómo la miraba y sonreía, me preguntó como así estaba en casa, a lo que tuve que contestarle que acababa de volver de viaje y estaba roto, cuando lleno el balde salió delante de mi moviendo el culo como lo que es, una gran puta. Antes de cerrar me dijo que si necesitaba algo más, con mi permiso volvería a molestarme, a lo que respondí que ella nunca molestaba. Una vez despierto decidí desayunar para volver a la cama. Cuando me metí otra vez entre las sábanas no podía quitarme de la cabeza a mi vecina y su potorrazo, y como estaba bastante acelerado empecé a meneármela.
Estaba en lo mejor de mi paja cuando sonó el timbre de nuevo, estaba fastidiado por la interrupción y pensé incluso en no abrir, pero por si acaso era de nuevo la vecina volví a la puerta. Y así era, Marga estaba de nuevo en mi puerta con el cubo. Con una sonrisa de oreja a oreja me dice que si puedo llenárselo, y yo con sorna le digo que llenarte ¿el qué?. Marga sonrió diciendo que era un pícaro y me pidió permiso para pasar, volvió a la cocina y de espaldas con todo el culo salido yo no podía más. Ella tenía una conversación intranscendente que no recuerdo, pues no podía dejar de ver su culo, algo pasó por mi cabeza que me acerque a su espalda y sin pensarlo (de haberlo pensado nunca me hubiese atrevido) le coloqué mi paquete en el culo y le agarré las tetas desde atrás. Marga no protestó, su único comentario fue que ya era hora, que tenía que ser muy tímido e inexperto para no darme cuenta que desde el principio me estaba incitando para que hiciese lo que había hecho. Ella se dio la vuelta y casi me come a mordiscos. Tenía que estar muy salida y necesitada de sexo porque no me dejaba ni respirar. Yo por supuesto no paré quieto y mientras nos besábamos le toqué el culo todo lo que quise y un poco más. Ella estaba apoyada en la fregadera y como no podía escapar la tenía toda aprisionada y empujándole con mi paquete sin parar de morrearnos. Fue ella misma la que metió mano en mi pijama y no se lo pensó y soltando el botón lo dejo caer; como no duermo con calzoncillos, inmediatamente mi polla saltó como un resorte. Marga me la estuvo acariciando y meneándomela, hasta que yo también como pude le hice bajarse el pantalón del chándal para acariciarle el coño. Ese día llevaba un tanga más que diminuto, tan pequeño que no fue preciso quitárselo, lo hice a un lado y metí primero un dedo, para acabar con tres de mis dedos enterrados en su coño, que lo tenía absolutamente chorreando. Como pude puse mi polla a la entrada de su chocho y sin esfuerzo entró hasta las pelotas. Diré que tengo un rabo normal, tendrá creo que 15 cm. pero es bastante gordo, fue clavárselo y que Marga empezase a ronronear y a maullar. Al rato de estar follandomela se corrió agitándose como una loca, y entonces me corrí echándole toda mi leche en su coño.
Estuvimos un poquito todavía abrazados y dándonos pequeños besos, por eso cuando no separamos la situación era cómica, los dos medio vestidos que casi no podíamos andar y apoyados en la fregadera. Nos vestimos más o menos y charlamos un poco.
Marga me dijo que no pensase mal de ella, que no era tan puta como yo pudiera pensar, sino que estaba enfadada con su marido y llevaban sin hablarse y sin follar más de un mes y que al verme tan erecto en la escalera se le ocurrió que yo podría calmar su calentura. Me dijo que su marido lleva intentándola convencer un montón de tiempo para contestar a un contacto y hacer intercambio con otra pareja; y ella no ha querido y de ahí viene todo los enfados, pero que ahora que ha comprobado que con otra polla puede conseguir un montón de placer que verá para dejarse convencer. El problema es que ella quiere tenerlo controlado todo y con una pareja que no conoce no lo tiene claro.
Con esta conversación tan caliente yo me puse otra vez en forma y era tan evidente que mi pijama marcaba claramente una respetable erección. Al notarlo Marga me miró sonriendo e insinuándose volvió a acercarse a mi. Me dio el morreo mas morboso que me han dado en mi vida, y a la vez metió la mano en mi pijama machacando mi polla a toda velocidad, enseguida la tenía gordísima. Le dije que mi cama seguía deshecha y que me encantaría follarmela allí. Ella me dijo que encantada y de mi mano fuimos a mi dormitorio. La cama estaba toda revuelta y yo en un suspiro me quite el pijama quedándome totalmente desnudo. Ella se quito todo menos el tanguita, que se le metía por los labios marcándole todo el coño, y se echó encima mío. Estuvimos besándonos, rozándonos y metiéndonos mano un largo rato, cuando ya no podíamos más se puso a mi lado toda abierta de piernas y yo poniéndome encima se la metía hasta dentro del todo. Estuve entrando y saliendo de su coño, a veces deprisa, a veces despacio, Marga gemía sin parar y se corrió al menos dos veces seguidas casi sin interrupción, pues yo no deje de clavársela y por eso cuando me corrí yo volviéndole a echa mi leche en su coño me quedé exhausto y todo tirado en la cama. Marga se levantó entro al baño y en el bidet se limpió bien el coño, salió y se vistió. Yo seguía en la cama todo tirado, así que ella me dejo en la camita como un niño bueno. Antes de marcharse le dije que siempre que necesitase algo ya sabía donde acudir, le di mi número de móvil y le dije que hasta la tarde noche no vuelvo a casa.
Esa mañana dormí como un bendito y no me levanté ni para comer, a media tarde comí lo que me pareció y no salí, directamente a la cama de nuevo.
Al día siguiente justo después de comer, estaba en la oficina y me llamaron al móvil, era Marga preguntándome si iba a estar esa tarde en casa, yo le dije a que hora salía de trabajar y que si quería nos podíamos ver en mi casa; quedamos a una hora y allí me apareció, venía vestida con su bata de casa, así como descuidada, nada más lejos de la realidad pues en cuanto se la quite, me llevaba un conjunto de lencería de los de resucitar a un muerto. Estaba terriblemente buena, después de mordernos, de besarnos y meternos mano en la misma entrada de mi piso nos fuimos derechitos a mi dormitorio. Ella se quito la bata y casi me quedo bizco al verla, es difícil describirla, pues Marga esta jamona y tiene carne, curvas, de todo y bueno. Yo me desnude como un rayo y enseguida estábamos encima de la cama follando. Esa tarde me amorré por primera vez a su coño, y Marga se derretía, estuve mucho tiempo entre sus piernas y se corrió tantas veces que le quedaron los muslos brillantes de sus corridas, cuando ya estaba casi cansada se la clave, ella puso sus muslos por mis piernas y sin dejarme escapar nos volvimos a correr, primero yo y luego ella de nuevo.
Nos quedamos un rato acostados charlando, y ella me contó que se le había ocurrido que ya que su marido estaba tan insistente en hacer intercambio, que le iba a dar el ultimátum de que antes quería probar un trío, que ella se encargaría de encontrar a la persona adecuada, que por supuesto sería yo, y de esta forma se podría acostar conmigo sin que su marido dijese nada. Yo le di mi aceptación y quedamos que nos seguiríamos viendo por las tardes.
Al día siguiente me volvió a llamar y volvimos a quedar, fue más rápido pues su marido volvía antes a casa, pero aún así echamos un par de polvos cojonudos.
Esa semana ya no pudimos vernos más veces pues coincidió que yo salía de viaje y que su marido no trabajó otra tarde. Total que tuvimos que limitarnos a charlar por teléfono y explayarnos en lo que haríamos en cuanto estuviésemos juntos.
El lunes siguiente pudimos encontrarnos en mi casa de nuevo, yo volví a casa pronto y dispusimos de mucho tiempo esa tarde. Marga se debió de correr al menos ocho veces y yo lo hice en tres ocasiones. Como otros días, me estuve mucho rato comiéndole el coño que le encanta, tanto que mi lengua jugueteó en su culito, lubricándolo y dejándolo preparado para más tarde. Quise encularla y aunque al principio no quería, acabé follándomela por ahí. Como dije tengo la polla bastante gorda y le deje el agujero del culo abierto y rojo y por supuesto lleno de leche. A Marga no le gusta demasiado y dice que aunque con su marido lo ha hecho algunas veces, como ella no consigue demasiado placer prefiere follar por el coño. Me contó que sus planes iban bastante bien y que su marido al principio no le convenció la idea del trío, pues dice que él también quiere tener una hembra para él, pero que luego acepto como mal menor. Entonces trazamos un plan, quedamos que un día que fuese a salir, iría provocativa y que yo tenía que hacerme el encontradizo en el ascensor y que tenía que ser muy evidente que la devorase con los ojos, y luego de hacerme el simpático tenía que hacer por coincidir con su marido en el bar donde suele jugar la partida hasta conseguir cierta amistad y confianza con él. De esta forma la próxima vez que coincidiésemos en el ascensor ella le diría a su marido que yo podría ser un buen candidato pues la miraba con mucho deseo.
Para no extenderme os diré que así lo pensamos y así lo hicimos, y por supuesto salió bien. Yo empecé a frecuentar el bar donde va el marido de Marga y hablábamos a menudo, además ella cada vez que salían juntos me hacía una perdida y yo estuve un par de meses coincidiendo en el ascensor con ellos a todas horas, además le echaba unas miradas incendiarias para nada fingidas, a la vez que yo muy simpático charlaba con José Angel.
Después de un par de meses de hacernos los encontradizos Marga le dijo a su marido que podía intentar convencerme para hacer el trío. Al día siguiente que estuvimos de charla en el bar me dijo que ya que estaba soltero si quería y en base a nuestra buena amistad que fuese ese sábado a comer, sin darme más detalles. Por supuesto acepte y cuando hablé con Marga me dijo que no estaba todavía convencido, pero que ya se encargaría ella de que corriese el alcohol y todo fuese bien.
Ese sábado después de una buena comida, a la que fui pronto para "ayudar", pues sabía que José Angel iría más tarde y estuve todo el rato detrás de Marga metiéndole mano y calentándola para más tarde, estaba que aullaba de lo calentorra que la deje, de tanto tocarle el culo, las tetas, el coño y de decirle lo que le iba a hacer luego.
Ya en la comida bebimos mucho vino casi tres botellas y luego empezamos con los cubatas, llegó un momento que estábamos un poco acelerados los tres, y Marga dijo de poner un poco de música porque le apetecías bailar, al principio bailó con su marido arrimándose tanto a él que no le dejaba moverse, y poniendo su vientre con su paquete, por eso al poco él tenía también una notable erección. Luego fue mi turno, y me hizo el mismo tratamiento poniéndoseme una porra terrible. Yo miraba al marido en todo momento pero este no decía nada, parecía asentir con la cabeza. Cuando nos sentamos los tres en el sofá, Marga se echó encima de su marido besándolo pero dejando toda la espalda y el culo a mi disposición. Yo le oí a Marga como le decía a su marido a la vez que le besaba, que mi mano estaba acariciándole el culo, él respondió "déjale que disfrute al chaval". Ese fue el detonante de todo, pues enseguida estábamos amontonados los tres; sobre todo ocupándonos de Marga que se quedo desnuda como si nada, su marido y yo no turnábamos para morderle las tetas, y para meterla mano, fue José Angel el primero que se la folló, mientras yo en una postura bastante incomoda le puse mi tranca en la boca y estuvo mamandomela, aunque paraba pues su marido embestía tan fuerte que no podía mantener el ritmo. Cuando este se corrió sin pedir permiso me puse en su lugar y se la clave, estaba tan mojada de su corrida y de la leche del marido que entraba y salía sola. Entonces Marga se volvió a correr, nos quedamos los tres un poco parados descansando, pero fue ella la que dijo que teníamos que irnos a su cama que aquello no había hecho más que empezar. Allá nos fuimos y a su marido se le ponía morcillona pero no acababa de levantársela del todo, por eso fue Marga la que poniéndome de espaldas se subió encima mío y se la clavó hasta los huevos, y siendo ella la que hizo todo el movimiento de la follada. Era todo un espectáculo, verla con sus tetorras rebotando encima de mi polla, tanto que ahora sí a su marido se le acabo de empinar, Marga aprovecho para pedirle que se la metiese por atrás. Nos costó bastante pero entró, Marga no se podía mover ensartada entre los dos, pero era bastante incomodo así que nos desacoplamos y deje sitio a su marido para que se la volviese a follar, esta vez duró bastante rato bombeándola y Marga se corrió varias veces, cuando se vació de nuevo dentro de ella, inmediatamente cogí su puesto y volví a follarla yo, también aguanté bastante hasta correrme y entre tanto Marga lo hizo de nuevo. Total que acabamos hechos polvo y con los cubatas nos entró una modorra que hizo que nos durmiésemos los tres allí mismo.
Al despertar seguíamos casi en la misma posición y Marga que cada día nos sorprende con un puterio nuevo se agarró a mi polla y empezó a chupármela, se me puso dura de nuevo, y en eso despertó su marido que al vernos otra vez enganchados se sorprendió. Cuando Marga vio que estaba lo suficientemente tiesa me pidió que se la metiese de nuevo, se tumbó de espaldas y abriéndose de piernas me colocó entre sus muslos.
Estuve un buen rato enchufándosela y se corrió otra vez, y después de mucho machacarla también lo hice yo. Jose Angel no dio muestras de reacción y tan solo nos miraba en nuestra follada, yo me quedé roto y después de un pequeño descanso me vestí y me fui a mi casa.
Directamente me metí en la cama, pues estaba agotado. Esa misma noche, me llamó Marga para decirme que su marido había quedado satisfecho y que ella en un descuido le dijo que con mi polla le había hecho feliz y que cuando tuviese oportunidad y al vivir en el mismo edificio vendría a visitarme si podía. Su marido puso mala cara pero tuvo que asumirlo.
Desde ese día a veces voy yo a su casa o ella viene a la mía, da igual que este ó no su marido, y cuando estamos juntos pasamos directamente al dormitorio a follar. A veces pero no siempre su marido participa con nosotros, pues cuando se corre un par de veces tarda casi una semana en reponerse.
También tuve que espaciar las salidas con mis colegas pues Marga es insaciable y me seca la polla un día si y otro también, pero cuando mi antigua novia ha venido de visita familiar, le he tenido que advertir a Marga que necesitaba descanso, pero lo que hizo fue hacer todo lo posible por conocerla, tanto que mi ex me preguntó quien era Marga. Tuve que reconocer que como ella, yo también me desahogaba y que era Marga quien se encargaba de hacerlo.
Desde ese día su apreciación hacía ella cambió y se creó una cierta rivalidad, tanto que si Marga sabía que la otra iba a venir me exprimía a tope, y la otra cuando nos encontrábamos me dejaba seco.
Total que el fin de semana que coincidían acababa con la polla en carne viva.
Como así no podía seguir se me ocurrió que un sábado cenásemos el matrimonio y nosotros dos, para que se conociesen ellas y perdiesen los recelos entre ellas, se lo dije a Marga y los invité a cenar en mi casa. Las cosas se desmadraron después de bebernos un montón de vino y licores, total que acabamos follando los cuatro, yo con Marga y luego con Tere, y el que más disfruto fue Jose Angel que por fin pudo tener un coño nuevo a su disposición; ese día disfruto como un chiquillo y se pasó toda la noche detrás de Tere. Follamos tanto que hubo un momento que nosotros estábamos agotados y ellas todavía con ganas. No se como saltó la chispa pero después de un primer beso entre ellas, pasaron a un increíble bollo. Estuvieron por lo menos una hora besándose y acariciándose la una a la otra, haciéndose gozar entre ellas, tanto que consiguieron que nuestras pollas dieran señales de vida. Cuando estábamos lo suficientemente tiesos se empalaron cada una encima de uno de nosotros, hasta que nos vaciaron definitivamente la poca leche que nos quedaba, por supuesto ellas se corrieron de nuevo.
Cuando Marga y su marido se subieron a su casa, mi ex me dijo que estaba encantada, de hecho se quedo a dormir esa noche, cosa que hacía muchísimo tiempo que no hacía y la mañana siguiente me dedicó una mamada como jamás antes me había hecho. Ahora ya no compiten entre ellas, todo lo contrario cuando aviso a Marga que va avenir Tere, se relame de gusto pues creo que las dos le han cogido el gusto al rollito lésbico y siempre que acaban con nosotros y nos dejan secos, se lo montan entre ellas. Jose Angel esta feliz pues tiene un coño joven y distinto y Tere es tan golfa o más que su mujer, por lo que nos tienen pasados de vueltas.
Estas próximas vacaciones nos iremos juntos por ahí los cuatro y posiblemente una pareja de Madrid amiga de Tere que según ella también quieren (o están ya iniciados, no lo sé) probar en el mundo del intercambio.