Agujeros de gusano IV. Final

Hoy se cumplen dos meses desde que regresé a este año, aun no he encontrado a Mariana. No negaré que me desespera un poco, pero siento que estoy cada vez más cerca de ella.

Sentí mi cara caer contra el pavimento caliente por el sol, dos hombres con uniforme policial se acercaban a mi apresuradamente.

  • Disculpe joven, no puede entrar aun, la paciente necesita descanso - escuché decir a una mujer.

  • Tiene que dejarme pasar, necesito hablar con ella - insistía una voz masculina - mire, esta abriendo los ojos ¡Emma! - mis ojos buscaban aquella voz. Vi la silueta de aquel chico acercarse a mi - ¡Emma! - su voz golpeaba contra mis tímpanos.

  • Shh - logré gesticular. El chico rió, mientras yo le sonreía. Sonreía porque lo recordaba y porque sabía que había regresado a casa.

  • Leo - dije con mis ojos aun entrecerrados.

  • Tengo tantas preguntas que hacerte - me tomaba mi mano izquierda - debes recuperarte pronto, ha sido un año duro para tu familia y para mi.

¿Había escuchado bien? ¿un año? Estuve solo tres días en el futuro . Y entonces, la recordé. Mariana . Mis ojos volvieron a empaparse y Leo intentaba secar mi rostro, sin éxito alguno. Había regresado a mi época ¿Dónde estaba Mariana? No estas muerta, lo sé. Simplemente era un mar de lágrimas, me dolía, volví a sacar mi dolor gritando, golpeando la cama en la que me encontraba. Intentaba ponerme de pie, pero Leo me lo impedía. Quería salir huyendo, vi muchos enfermeros entrar, una punzada en mi brazo derecho y mis ojos se fueron cerrando poco a poco.

Desperté con el olor del café que tomaba Leo en un sillón mirando hacia la ventana. Con mucho esfuerzo logré sentarme.

  • ¿Qué fue lo que pasó Emma? - me preguntaba Leo, levantandose, dejando la taza de café a un lado y sentandose junto a mi.

  • Te daré un resumen - dije tocando mi cabeza y buscando por donde empezar - viajé al futuro, no se cómo, no se por qué - agregué antes de que me interrumpiera - conocí a una chica hermosa allá y en menos de tres días me enamoré de ella - mis ojos volvían a parecer cascadas - pero, la he perdido, tuvimos un accidente, yo regresé aquí, pero no se donde pueda estar ella - lo miré tristemente - y me esta matando, Leo - cubrí mi rostro con ambas manos - necesito saber  donde está.

No me dijo nada por lo que parecieron unos 5 minutos.

  • Todo estará bien - y me dió un tierno abrazo.

  • ¿Dónde están mis padres? - pregunté secandome las lágrimas.

  • No lo sé - me respondió agachando la mirada - a los cinco meses de tu desaparición, se fueron del país.

  • Debes ayudarme a salir de aquí rápido - le dije obviando su respuesta.

  • Pero Emma... - no lo dejé terminar.

  • Te lo suplico, debo ir a un sitio - él me miró preocupado y asintió.

  • Por suerte, te traje ropa, vístete y ponte esto - me dió una gorra - saldremos como si nada hubiese pasado - le sonreí.

Lo tomé del brazo al salir por la puerta de aquella habitación y salimos del hospital.

  • ¿A dónde vamos? - lo miré sorprendida - no creas que te dejaré sola.

  • Iremos a un laboratorio - le dije mientras miraba las calles - creo que está como a dos cuadras, iremos caminando.

Caminaba muy rápido, Leo apenas podía seguirme el ritmo. Estaba intranquila, quería llegar lo más pronto posible a ese sitio y que me explicaran de una vez por todas que había sucedido.

  • ¡Aquí es! - le grité a Leo que venía corriendo detrás de mi.

Le di un golpe a la puerta y esta se abrió estrepitosamente, entré rápido, notablemente furiosa.

  • ¡¿Dónde están?! ¡IDIOTAS! ¡DEN LA CARA! - empecé a lanzar las sillas y mesas por todas partes.

  • ¡Emma! ¡Cálmate! - Leo me tomaba de los hombros e intentaba hacer que me tranquilizara - ¡No hay nadie aquí!

Dejé de luchar contra sus brazos, mi respiración seguía agitada, con el dorso de mi mano sequé algunas lágrimas y empecé a mirar todo el lugar. Leo tenía razón, el laboratorio estaba completamente abandonado. Al desorden que había ocasionado al entrar, se le unía otro. Habían montones de papeles cubriendo el suelo, la cama donde estuve, estaba en el suelo, las pizarras rotas a la mitad y de las tres lámparas que guindaban, solo una funcionaba y la luz que emitía era muy pálida, parecía un sitio sacado de una película de terror.

Caminé mirando detalladamente todo el lugar, algunos papeles en el suelo, tenían nombres de personas junto con una codificación extraña, eran cientos de nombres en listas.

  • Emma - me giré a ver a Leo, tenía una libreta en sus manos - esto tiene tu nombre - corrí hacia él y tomé la libreta.

"Emma Osorio 19 años / Mariana Arbeláiz 17 años"

Mis ojos se abrieron al ver mi nombre y el de Mariana. La libreta solo tenía hojas y hojas de números, hasta el final.

  • Aquí hay otro - dijo Leo entregandome la otra libreta.

"Emma Osorio 20 años / Mariana Arbeláiz 18 años"

Solo eran más y más números. Necesitaba más que eso. Dejé las libretas en manos de Leo y me dirigí a la habitación donde había estado antes del viaje.

Las sábanas de la cama estaban regadas en el suelo, el colchón no estaba y al lado, había una mesita de noche con un papel sobre ella, lograba ver letras en vez de números. Mi corazón se sobresaltó y mis manos empezaron a temblar, tomé el papel, era una especie de carta y leí.

"Emma, se que debes estar confundida con las cosas que te han pasado últimamente y lo lamento. Escribo esta carta mientras estas inconsciente en el laboratorio, es la última vez que nos veremos, estoy seguro de ello, aunque tu creas que es la primera, porque es la única que vas a recordar. Debo confesar que nos hemos conocido una y otra vez, alrededor de 5 veces, para ser exacto. Espero que seas compresiva, las cosas que hice, las hice por la ciencia.

La primera vez que nos vimos, venías con Mariana Arbeláiz, fue en el año 2009, tenían un año ya juntas y se veían muy enamoradas. Quedamos sorprendidos al ver el patrón que poseían, eran exactamente iguales. Queríamos saber que tan largo podría ser, los cálculos matemáticos para ello, nos llevarían toda una vida. Esas ecuaciones deben estar en algun lugar del laboratorio, eran páginas y páginas y aun no dabamos con el final. Entonces, decidimos realizar un experimento, un experimento que luego se convitió en dos, luego en tres, fueron 4 en total. Y lo que piensas, lamentablemente es cierto, la memoria de ambas fue borrada 4 veces, perdóname.

El experimento consistía en llevarlas a situaciones totalmente distintas y observar si su patrón cambiaba, aunque fuese, en un valor.

El primer experimento, lo realizamos en esta misma ciudad. Un 3 de septiembre de 2009, una semana después de su llegada a este lugar. Borramos su memoria por primera vez, siguieron su vida normal, pero al pasar dos semanas, volvieron a encontrarse.

Para el segundo experimento, la señorita Arbeláiz fue trasladada a otra ciudad, tu permaneciste aquí. Borramos sus memorias por segunda vez y al cabo de una semana, volvieron a encontrarse.

Su amor crecía cada vez más, nos parecía imposible, pero así era. el patrón era cada vez más extenso y con cada intervención se extendía mas, como si se fortaleciera.

En el tercer experimento, enviamos a cada una a un país distinto del continente americano, borramos sus memorias y en menos de 5 días se conocieron, una vez más.

Para el cuarto experimento, ya nuestras intenciones se habían intoxicado, queríamos destruir el patrón, estábamos cegados por la fuerza con la que se fortalecía. Borramos sus memorias y enviamos a Mariana al continente Europeo y además de eso, instalamos coordenadas de memorias, donde ella estaba casada. Creíamos que habíamos logrado destruirlo definitivamente, había pasado una semana, luego dos, tres, pero al cumplirse un mes, se conocieron.

Las situaciones en las que se conocieron fueron las más comunes, viajes de trabajo, conferencias, vacaciones.

Durante ese tiempo, habíamos perfeccionado algunas ecuaciones referentes a los viajes en el tiempo. Al darnos cuenta, que habían vuelto a encontrarse, decidimos usar eso. Separarlas en épocas distintas. Justo ahora, estoy mirándote, lamento tanto el daño que he hecho.

Sin embargo, no estoy seguro de esto ya, al parecer hemos logrado romper el vínculo. Hace unos momentos, la viste y no la reconociste, aunque ella a ti si, pero solo te cree parte de sus sueños, no sabe que ha sido real cada sueño que ha tenido...

Hemos decidido enviar a la señorita Arbeláiz al futuro y dejarte a ti en esta época. De esa manera, el patrón se habrá roto por completo.

Al terminar la carta, Emma yacía recostada en el suelo, con el papel estrujado en su puño y este a su vez aferrado a su pecho, sentía que ya no tenía lágrimas para derramar, ahora entendía todo, aunque no recordaba la mayor parte, solo su viaje al futuro.

  • Emma - Leo se acercó a ella e hizo que se sentara en el suelo, recostando su espalda en la mesita de noche.

  • Me la quitaron Leo - lloraba desconsoladamente mientras se aferraba a su amigo. Leo tomó el papel y lo leyó.

  • Hijos de... - Leo calló un momento - aquí hay algo más - Emma se separó de él y tomó la carta.

Esto es una locura.

Hace unos minutos, Mariana Arbeláiz fue trasladada al año 2134, con coordenadas de memorias específicas y hace unos segundos, tú, Emma, tuviste un accidente, tu cuerpo no ha sido encontrado, aun no creemos que hayas sido trasladada también. Tus coordenadas fueron desconectadas, yo mismo me encargué de ello. En caso de que también hayas viajado al 2134, no recordarás nada, pero tu memoria irá apareciendo con los días. Hemos estado observando los patrones de ambas, los  consideramos patrones infinitos. No pueden estar una sin la otra. Ni siquiera en épocas distintas. Este experimento se ha acabado.

Frederick Marcano, 2013

Y como si una luz hubiese inundado mi alma, me levanté - tal vez - dije mirando a Leo levantarse - tal vez pueda encontrarla una vez más - la esperanza volvió a mi y salí de aquel horrendo lugar.

  • Dijiste que tuvieron un accidente ¿y si murió? - la poca delicadeza de Leo me hizo enojar.

  • ¡No! ella no estaba en el auto, debe estar aquí también - dije mirando hacia la calle, buscando a Mariana entre las personas que transitaban.

Hoy se cumplen dos meses desde que regresé a este año, aun no he encontrado a Mariana. No negaré que me desespera un poco, pero siento que estoy cada vez más cerca de ella.

  • Iré a tomarme un café Leo - le decía a mi amigo mientras salía de su casa. Había estado quedándome con él.

Caminé sin rumbo hasta encontrar una cafetería cerca de un parque.

  • Doble - le sonreí a la chica que atendía.

  • Aquí tiene - me dijo mientras me devolvía la sonrisa.

Me senté en una banca cerca de la cafetería. Tomaba sorbos de café, miraba los árboles. Que bonito lugar.

  • Mm, este sitio me parece familiar - me levanté de la banca y me paré en medio del camino, mirando hacia un lado, luego hacia el otro - se parece a...

  • Me da un té frío, por favor - mi corazón dió un vuelco. Esa voz.

Me quedé helada al ver las ondas doradas de aquella chica, de mi Mariana. Ella se giró y nuestras miradas se cruzaron, noté su mirada iluminarse, mis piernas no me respondían, solo podía mirarla.

  • Disculpa - me dijo un poco confundida - me creerás una loca pero... - no podía dejar de mirarla, la tenía justo al frente de mi, hablandome - te pareces mucho a una chica con la que he soñado ultimamente - Me recuerda.

Como pude, me senté de nuevo en la banca, invitandola a seguirme.

  • Y-yo... - temblaba, respiré hondo - también... he soñado contigo, Mariana - ella se sorprendió.

  • ¿Emma? - le respondí con una sonrisa.

  • Aunque... no eran sueños - ella me miraba curiosa - en verdad sucedió - me levanté y le ofrecí mi mano.

  • Ella se sonrojó - esto lo hacías en mis sueños - me dió su mano y empezamos a caminar.

  • No eran sueños - le dije de nuevo - te probaré que todo eso sucedió - apretaba su mano - y confieso que este encuentro ha sido mejor que el anterior.

  • ¿Qué sucedió en el anterior? - preguntó - no me digas que...

  • Rompiste mi nariz - reíamos mientras ella cubria su rostro avegonzado con su otra mano.

Éramos desconocidas que se habían enamorado una y otra vez en 4 años, no hacían falta preguntas ni respuestas, conocíamos cada gesto, cada mirada, cada sonrisa. No hacía falta recordar momentos, el sentimiento permanecía intacto, más fuerte, más puro.

Por fin te he encontrado, otra vez.

Fin.

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Espero que haya sido de su total agrado y espero que le haya gustado a mi fan xD jaja saludos para ti y tranquila que no les hago caso a los que me dicen eso.

Lamento no dejarlas en el futuro, tal vez si me hubieses dicho eso antes, te complazco y todo, ya será para otra oportunidad, pero por lo menos quedaron juntas xD

Gracias a los que leyeron y estuvieron hasta el final de esta historia que me tuvo el cerebro desordenado desde el inicio. Tal vez tarde un poco más en subir una historia nueva, pero algo nuevo se me tiene que ocurrir, hasta otra :D