Agradeciendo su trabajo

Cierto es el dicho que dice ‘Quien bien trabaja, bien come’

Agradeciendo su trabajo

Frank se secó la frente con la camiseta y miró el montón de tierra que había volcado de la carretilla... Todavía le quedaba una carga más que hacer y parecía que le estaba costando una eternidad.

Como su amigo Brad estaba en el hospital con una pierna rota y el marido de Britt estaba en París por negocios, Frank se ofreció a arreglarle su jardín y ganar algo de dinero extra... Hace dos semana que había cumplido los dieciocho años y ese dinero le vendría muy bien para permitirse comprar algunas cosas.

La madre de su amigo, Britt Norman, miró por la ventana de su cocina y se fijó en el paquete que se marcaba en el pantalón de Frank, cuando éste, de pie, se secaba las gotas de sudor con un trapo.

  • "Frank, ¿por qué no vienes a tomar una cerveza fría?", gritó Britt por la ventana.

  • "¡Iba a terminar en este momento!", le respondió Frank.

  • “Has hecho un montón de faena... ¡Ven a tomar una cerveza!"

Frank dejó las herramientas en el suelo y fue a la casa, frotándose las manos en los jeans... Britt le destapó la botella de cerveza mientras le hacía una alabanza de su trabajo y se la entregaba.

  • "Ahí la tienes, te la has ganado", dijo Britt.

  • "Gracias... Guau, que rica", le respondió tras beber un largo trago de cerveza.

  • "Voy a ir a ver a mi hijo más tarde... Si quieres verlo, te puedes venir conmigo."

  • “No puedo, tengo entrenamiento de fútbol... Iré a verlo mañana por la mañana", le respondió Frank.

  • "OK... El médico dijo que le dará el alta el martes...Voy hacerle un pastel y llevárselo."

  • "Eso seguro que le gustará."

  • "Si, los pasteles que hago le gustan mucho...  ¿Y Tú?... ¿Hay algo que quieras?", le preguntó Britt.

  • "No se ahora que pedir?"

  • "Cualquier cosa que te apetezca... Si hay algo que pueda hacer, solo tienes que decírmelo", agregó Britt.

Mientras hablaba, la morena, de cuarenta y dos años jugueteó con el botón superior de su blusa... Sus pechos eran grandes y Frank se encontraba mirándolos algo embobado.

Britt no era una mujer delgada, pero tampoco estaba gorda… Tenía las caderas y el culo que cabría esperar de una mujer de su edad que había tenido un matrimonio feliz durante veinte años.

  • "¿Quieres unas aceitunas, Frank?"

  • "No, gracias... Con la cerveza me basta."

  • "¿Seguro de que no quieres alguna cosa más?", le dijo mientas se despasaba el botón superior de su blusa asegurándose de que tenía toda la atención de Frank.

El joven parpadeó y pensó que ella lo había hecho accidentalmente, pero de cualquier manera se encontró mirando sus pechos.

  • "¿Te gustaría ver mis pechos, Frank?"

  • "¿Perdón?", le respondió sorprendido.

Mientras hablaba, la polla de Frank comenzó a desplegarse en sus jeans… Estaba a la edad en que lo más mínimo podía hacerlo más duro.

  • “Escuchaste bien, Frank... Te pregunté si le gustaría ver mis pechos.”

  • "Yo... bueno, es decir… Eres..."

  • "¿Eres, qué?"

  • "¡La madre de mi mejor amigo!"

  • “No puedo discutir eso, Frank… Pero creo que podría darte un pago adicional por todo tu arduo trabajo."

  • ¿Y el señor Norman?... ¿Qué hay de él?”, preguntó Frank, vaciando su botella de cerveza.

  • Estará fuera otros cinco días... De todos modos, no estoy siendo infiel como tal... Aunque sí quiero darte placer.”

La palabra "placer" hicieron temblar la polla de Frank hasta que se paró en la cocina de Britt con un pene obviamente erecto.

  • “Creo que una buena paja y una mamada te vendría muy bien, Frank... Todavía eres virgen, ¿no?"

La cara de Frank se sonrojó intensamente y respondió:

  • "Ummm, sí. ¿Cómo lo sabes?"

  • "La intuición de las mujeres… Sabemos estas cosas."

  • "Correcto... Bueno, sí, tienes razón."

  • “Tus jeans están a punto de estallar, Frank... Quítatelos y déjame ver tu polla.

  • ¿Está segura, señora Norman?

Britt abrió unos botones más en su blusa... Ella estaba ya en la franja de los cuarenta y esa tarde la traviesa mujer quería jugar y causar estragos en la libido del joven.

Frank no sabía si debía quedarse o irse, pero miró como un ciervo a la luz de los faros, hasta que la blusa de Britt quedó completamente abierta y sus pechos se movieron hacia adelante, tensándose dentro de su sujetador, mostrando dos suaves colinas.

Britt ayudó a Frank a pensar, desabrochándole sus jeans.

Luego, bajó la cremallera y liberó la tensión de su pobre polla.

Miró a Frank directamente a los ojos cuando buscó detrás de ella y desabrochó el cierre del sujetador... Sus pechos, finalmente, se revelaron en todo su esplendor.

Frank medio jadeó, medio suspiró mientras miraba sus firmes y redondos pezones... Sus pechos en forma de pera todavía estaban tan llenos y, aunque pesados ​​y colgantes, aún no habían sucumbido por completo a la fuerza de la gravedad... Mientras se movía, parecían estremecerse y rebotar entre sí.

Con el tiempo, la polla de Frank podría haber desgarrado sus calzoncillos... Britt no esperó eso, pero los relajó hasta que su polla dura como una roca saltó sobre la banda elástica.

  • "¿Quieres tocarlos?" preguntó Britt, mirando a su joven invitado, con seriedad.

  • "¿Puedo?" preguntó Frank cortésmente.

  • "Compruébalo tu mismo", dijo Britt, sexualmente.

Frank tragó saliva y luego ahuecó sus manos alrededor de ellos, apretándolos juntos, antes de pesarlos en sus palmas... Apretó un pecho con la mano izquierda y con la otra, pellizcó los pezones de Britt.

Frank aprovechó al máximo los pocos minutos que estaba en la cocina.

Este par de tetas de la madre de su mejor amigo eran espectaculares... Bonitos, llenos y de cerca tenían pequeñas venas justo debajo de la superficie, que irradiaban de las areolas... Eran realmente encantadores.

  • "¿Te gustan?", le preguntó Britt.

  • "¡Son fantásticos!", respondió Frank.

  • "Apóyate en el taburete de la barra, Frank, y te atenderé como es debido."

Frank cerró los ojos mientras hacía lo que ella decía.

Sin perder tiempo, ella presionó sus tetas alrededor de la polla de Frank, frotando carne con carne... Su grande desaparecia y luego reaparecia mientras ella movía su cuerpo hacia arriba y hacia abajo, amortiguando su pene maravillosamente entre sus increíbles y suaves tetas.

  • "¡Oooh, joder!... Qué gusto me da, señora Norman!”

Su prepucio subía y bajaba, atrapado como estaba entre sus enormes tetas... Frank bajó la mirada, preguntándose si ella se enfadaría si él se corría sobre sus tetas... Aún no estaba para correrse, pero no sabía cuánto tiempo iba a poder aguantar.

  • “¡Te gusta eso, chico travieso!... ¿Verdad?

  • "Sí... Oooh joder... ¡Es fantástico!"

  • "Pues ahora te mostraré cuál es el verdadero placer, Frank."

La respiración de Frank comenzó a hacerse más profunda y más rápida.

De repente, esto fue interrumpido por un gemido ahogado cuando Britt envolvió sus labios y lengua alrededor de su polla.

Frank se agarró el borde del taburete... Apretó los glúteos y apretó los dientes cuando las sensaciones abrasadoras de placer se apoderaron de su ingle e hicieron que su polla palpitara insoportablemente.

Britt usó más presión sobre su polla usando sus dientes para tirar su prepucio hacia atrás mientras su lengua lo lamía por todos lados.

Todo el cuerpo de Frank comenzó a temblar con una combinación de excitación nerviosa y puro éxtasis.

Si había algo que Britt Norman sabía hacer, era chupar una polla... La sabía hacer de maravilla y quería mostrar al joven lo bien que lo hacía.

Cambió de ritmo... Ahora su boca acarició su polla lenta y con suavidad... Ella sabía que no había necesidad de apresurarse... Él se correría pronto... No podría aguantar tanto placer.

Frank gimió con cada pase de sus labios por su polla inflamada... Trataba de contenerse porque aún no quería correrse pero no pudo aguantar más.

Britt probó los primeros botes de pre-cum... Tal vez ella dejaría que la follara la próxima vez, pero por ahora, solo quería que él llenara su boca con esperma.

Frank se corrió... ¡Y cómo se corrió!... Sus gemidos se hicieron más y más fuertes hasta que su voz fue un agudo grito de placer y su cuerpo comenzó a temblar... Entonces su polla explotó.

Britt cerró los ojos cuando Frank desató una enorme carga de semen en su garganta.

  • "¡Aaaah!... Oooh, señora,.. Norman!... ¡Aaaarghhh!”

Britt mantuvo los labios apretados alrededor del glande mientras ola tras ola de placer atravesaba el cuerpo de Frank y eyaculaba chorros y chorros de semen hasta la última gota llenando en su boca.

Por fin, ella soltó su polla y se tragó su esperma de una vez.

Miró a Frank y sonrió.

Luego volvió a tomar su polla en su boca y lo masturbó, succionando las pocas gotas restantes de esperma.

  • "¡Oooh, señora Norman, que bueno estuvo eso que me hizo!"

  • "Me alegra que te gustase, Frank... No llegues tarde mañana... Espero que termines mi huerto y cortes el césped.”

  • “Si seguro... Vendré más temprano."

  • “Vamos a dejarlo... Tengo un hijo en el hospital y tengo que ir a verlo y llevarle los dulces."

  • “Si... Fue maravilloso... Dígale que iré mañana a verlo.”

Frank se puso de pie y volvió a ponerse los calzoncillos y los jeans... Todavía era técnicamente virgen, pero ahora se sentía un poco más hombre.

No estaba seguro de cómo volvería a mirar a la Sra. Norman a los ojos, pero esperaba con ansias su próxima visita.

Quisiera que esta sexy mujer se abriera de piernas y pudiera follársela... Pero eso debía de esperar a que llegase, si es que tuviese la suerte de que llegase... Lo deseaba a pesar de ser la madre de su mejor amigo... Follar con ella sería una maravilla más.

F I N