Agente sexual (2)
Andanzas de un agente secreto de lo más follador. He auto-censurado algunas partes. Tienen 46 capítulos, donde elegir. Relato en 72 trozos.
AGENTE SEXUAL
(2-72)
ESCRITA POR: SALVADOR MORALES
© Todos los derechos reservados
La corrida dentro del culo de mi madre fue grandiosa. Ella volvió a correrse de gusto. No saqué la polla de su culo, simplemente me eché a su lado con la polla metida todavía en su trasero. Abrazados y besándole el cuello así quedamos hasta que la polla salió por sí sola al quedar flácida y descargada. Un chorro de semen salió del ojete. Me acerqué a él y absorbí todo resto de semen, dejándolo limpito.
. - gracias hijito, me has hecho disfrutar mucho, te lo agradezco muchísimo -serás mentirosa, mamita, pero te lo agradezco, pues tenía un subidón el haberme follado a mi querida mamá, que no lo podía expresar con palabras-.
. - mamá, yo también he disfrutado del acto.
. - acércame la polla que te la quiero dejar limpita de lechita.
. - mamá, mi polla no está lo limpia que debiera.
. - de eso nada, seré yo quien te limpie tu pollita. Disfrutaré con todo lo que tengas adherida a ella.
Así lo hizo, primero despacio, luego sin pensárselo de nuevo, se introdujo toda mi polla en su boca, limpiando y tragando todo resto de suciedad de la polla de su hijo.
Puse el despertador en hora, me recosté junto a mi madre, abrazado, con mis manos encima de sus pechos anudados. Jugaba con sus pezones.
. - hijo, en caso que durante la noche sientas deseos de querer metérmela por donde quieras, no te prives, yo siempre estaré dispuesta para ti, dónde sea y cómo sea.
. - gracias mamá por tu comprensión y ser tan buena conmigo, te estaré eternamente agradecido.
Al rato nos quedamos dormidos hasta el día siguiente.
Una hora antes de tener que despertar a los chicos, mi madre sintió un suave lengüeteo en su vagina y se despertó. Era yo que le chupaba el chumino para que se despertara.
. - mamá, es el momento de comprobar mi experimento.
La destapé del todo y comprobé que las tetas de mi madre seguían anudadas, pero pugnando por explotar, de hecho, en estos momentos no se podrían desatar, ya que la nueva leche las hizo hinchar de tal manera que el nudo se fortaleció aún más y no se podrán desatar a no ser que fueran de nuevo vaciadas de leche. Saqué de nuevo la cámara e hice varias fotos de mi experimento.
. - mamá, si no te importa, las dejaremos así hasta esta noche, quiero saber cómo estarán al finalizar el día.
. - lo que tú desees hijo.
Me acerqué de nuevo al chumino de mamá y le comí su clítoris, luego le metí la pinga por su ojete, el cual ya no le dolía tanto, pero sí un poco. Disfrutó del momento, hasta corrernos ambos, quedando exhaustos y abrazados.
. - gracias hijo, es el mejor despertar de mi vida.
. - de nada madre, ahora te llevaré al baño, luego cambiaré las sábanas de la habitación.
En el baño ella pidió ser sentada en la taza pues deseaba hacer sus necesidades. Así lo hice, me puse delante de ella de rodillas mirando como hacia sus necesidades. Guarro que es uno.
En un momento dado, acerqué mi lengua a la vulva de mamá mientras orinaba, le tocaba el clítoris y bebí de su orina, luego me levanté y le ofrezco parte de la orina que tenía en mi boca, la cual recibió como el mejor presente, disfrutando ambos de ella.
Fue limpiada y luego bañada y vestida. La llevé a la salita. Después limpié la habitación y el baño.
Los chicos fueron despertados. A Luisita, con mi lengua en su vagina, cosa que le gustó cantidad.
. - arriba gandula que tienes que ir a la universidad.
. - hola hermanito, hoy he soñado contigo.
. - me alegro querida de que estés tan contenta, espero que soñaras algo bonito.
. - pues claro que sí, soñaba que tu pene me lo metías hasta el fondo.
. - descuida, esta tarde practicaremos y lo disfrutarás.
La chica salió disparada para la habitación de su hermano e hizo lo mismo que su hermano mayor le hizo a ella, pero ésta con la polla de Pedro. Dejándosela tiesa. Al poco se despierta Pedro con un agradable sentimiento entre las piernas y descubrió a su hermanita, a la cual dejó que continuara. Al poco se corrió en su boquita de porcelana.
Aunque era homosexual, de ahora en adelante practicaría con ella las clases de sexo de su hermano y es que disfrutar, disfrutaba de lo lindo. Una mamada es una mamada, venga de donde venga.
. - Pedrito, Julio me ha dicho que esta tarde intentará meter su polla en mi coño.
. - Luisita, baja la voz, que te oye mamá. En cuanto a lo que has dicho, yo también estoy expectante para esta tarde, pero no te pongas muy ansiosa, que mamá se da cuenta de todo y lo puedes echar todo a perder.
. - perdona, pero es que estoy tan contenta…, a mí también me despertó chupándome mi coño y me ha gustado un montón. Me portaré bien, descuida.
Se vistieron e hicieron la cama y se acercaron a su mamá, a la cual dieron un fuerte beso. Luego se fueron a la cocina, donde estaba haciéndoles el desayuno, el cual tomaron sin rechistar.
Su madre los vio tan guapos, limpios y obedientes, que los llamó antes de que se fueran.
. - hay que ver lo obedientes que os habéis vuelto con vuestro hermano. Os coméis todo lo que hace y estudiáis más que antes, ¿qué es lo que os ha pasado, para cambiar tanto en tan poco tiempo, cuando antes os hacíais los remolones para levantaros y no os gustaban las comidas que yo hacía?
Pedrito le respondió, adelantándose a su hermanita.
. - mamá, hemos visto que como no te puedes valer por ti misma, no podemos hacer otra cosa que ayudar a Julio en los quehaceres diarios de la casa y no darte más problemas de los necesarios. Hemos aprendido que somos unos privilegiados teniendo a una mamá y un hermano que nos quieren tanto y no podemos defraudarlos, por lo que Luisita y yo hemos hecho un pacto de ser obedientes y buenos dentro y fuera de casa, estudiando al máximo y comiéndonos lo que nos preparáis, y es que fuera de estas paredes hay mucha miseria y no nos habíamos dado cuenta que es mejor ser educados que unos deslenguados como algunos de nuestros compañeros.
. - venir aquí queridos, tú también Julio.
Los tres nos acercamos a mamá y ésta nos llenó de besos.
. - Dios me ha brindado con unos hijos maravillosos, no sabéis cuanto os quiero a los tres.
Volvió a besarnos en la boca y en la frente.
Los tuve que separar, pues si no iban a llegar tarde a las clases. Fuera de la vista de mamá y antes de abrir la puerta de la calle, me saqué la polla y se la dí a chupar a los chicos, que con gusto me la mamaron hasta hacerme correr, cuidando no mancharse con mi semen. A mi vez, a Luisita le dí unos lengüetazos en su coño, que la hicieron correrse en cantidad, cuyo liquido no desperdicie, dejándola bien contenta. A Pedrito, que ya la tenía de nuevo empalmada, como es habitual en la juventud, se la chupé con deleite, dejándolo seco de lechita. Luego los sequé con papel de servilleta los restos de las corridas que pudieran tener ambos y los despedí hasta la tarde.
Los chicos estaban fascinados con su hermano mayor. Estaban en la gloria. Sería su secreto de por vida.
. - tengo los mejores hijos que pudiera tener una madre. Alcánzame tu miembro, hijo, lo necesito –dijo mamá cuando regresé con ella-.
. - mamá, tendrás que esperar un poco, pues Pedrito y Laurita me han dejado seco en la puerta antes de despedirse.
. - me alegro que la cosa marche con ellos. Han cambiado mucho y para bien, desde que estás aquí.
. - es que un poquito de disciplina y una buena polla, hacen milagros mamá.
. - ¿cómo hemos podido estar, todos estos años, sin disfrutar de esta manera, hijo?
Me dediqué a las faenas de la casa. Hacia mediodía y teniendo la comida preparada, le dije a mamá que necesitaba ir a la tienda a buscar unos materiales. Me despedí de mamá con un beso y metiéndole dos dedos en su vagina, cosa que ella agradeció en el alma.
Los chicos regresaron del colegio y al no verme por la casa, fueron gritando hacia su madre:
. - mamá, mamá, ¿dónde está Julio?, ¿es que se ha ido otra vez?, ¿dónde está…?
. - tranquilos chicos, que solo ha ido a la tienda a comprar algo. No os preocupéis, que en el caso de que tenga que irse por trabajo, volverá a nuestra casa de nuevo, os lo prometo. Venir aquí los dos, quiero que me beséis mucho, mucho…
Así lo hicieron los chicos, después de los achuchones, mamá se dio cuenta que Pedrito estaba empalmado, pero no dijo nada, él intentó esconder su calentura y es que, con los achuchones, Pedrito le vio el conejo sin bragas a su madre, pues estaba rasurado y se le veía toda su vagina. Pensó que eso de ser maricón se estaba desvaneciendo, pensando en cogerse a su madre allí mismo, pero se detuvo, sería cuando Julio le dijera que su madre estaba dispuesta a ello, entonces ya disfrutaría de su progenitora.
Al poco llegué y los dos chicos fueron hacia mí.
. - ¿qué os pasa chicos?, no me he ido lejos, solo he ido a la tienda. El día que tenga que irme os lo diré, pero volveré, no os preocupéis.
. - eso mismo les dije yo, hay que ver el cariño que te han cogido tus hermanos… -dijo con retintín-
Cogí la indirecta y sonreí. Me dirigí hacia la cocina y sirviéndoles los platos, les dije:
. - mamá me ha dicho que este es el plato que menos os gusta, que nunca lo acabáis. Pues de ahora en adelante os lo comeréis hasta acabároslo, cuando os lo haga yo o mamá. No quiero que dejéis ni las raspas.
. - Luisita y yo hicimos un pacto de comernos todo y lo cumpliremos, aunque nos sirvas excrementos de caballo.
. - tranquilo, que todo llegará –dije sonriendo.
Los chicos limpiaron el plato y se fueron a hacer sus deberes. Así daba gusto. Todo el mundo cumplía con su deber de hijo y de alumno.
Después tocó alimentarnos mamá y yo. Me acerqué con la comida al salón. Puse el plato en la mesita delante de ella.
. - ¿sabes que Pedrito me vio mi conejito y se empalmó de inmediato?
. - era lo que quería. Que fuera pensando en cogerte cuanto antes, así será más fácil para él.
Me levanté, me saqué la polla y cogí un vaso de cristal y oriné en él, llenando medio vaso, que puse sobre la mesa. Luego cogí otro y pedí a mi madre que orinara en el vaso, cosa que hizo entre sonrisas. El vaso de ella lo puse en mi bandeja y el mío en el de ella.
Comimos la mitad de la comida guisada por mí y de bebida nos llevamos a la boca los orines. Al principio nos resistimos un poco ambos, pues era salado y algo desagradable, como ya sabíamos ambos, pero luego de un trago, nos bebimos todo el líquido amarillo. El estómago no estaba acostumbrado, pero tendría que acostumbrarse, porque de ahora en adelante tomaríamos bastante pis el uno del otro. Al final le fuimos cogiendo gusto.
Me acerqué un momento al baño y traje en un papel una cosa marrón. Eran excrementos míos.
Mi madre se quedó pasmada.
. - no sé si después de los orines me podré tragar eso que traes ahí.
. - no te preocupes, empezaremos con un poco al principio, mezclado con comida e iremos aumentando la dosis en días posteriores. Yo tampoco la he comido nunca, pero quiero probar todo lo relacionado con el sexo y esto es uno más.
. - pues hijo, si tú lo tomas, no seré yo quien se eche atrás, adelante pues.
Cogí un poco de mierda y lo mezclé con la comida e hice lo mismo con la comida de mi madre.
Me llevé con rapidez mi cuchara a la boca, casi ni mastiqué y tragué sin respirar.
. - no era para tanto.
Continué comiéndome la comida mezclada con mierda y acabé con ella, dejando el plato limpio como mis hermanos. Era el turno de mamá.
. - lo importante es que al principio te lo comas de golpe, casi sin masticar y para dentro, luego será más fácil. No pensar en nada más.
Así lo hizo mi madre, le puse la cuchara en la boca y masticó y tragó rápidamente la mierda. Volví a traerle más y de nuevo para dentro.
. - es verdad, cuando le coges gusto a esto, es un placer para el paladar, dame toda la comida que tengo hambre de tu mierda.
Le serví el resto del plato, dejándolo limpio también, luego le limpié la boca con la mía.
. - y ahora como postre, un poco de leche y semen. Hoy lo haremos con leche embotellada, mañana con tu leche.
Puse leche en dos vasos y luego me saqué la polla y se la dí a mamá para que me la chupara, cosa que hizo con mucho gusto. Al correrme eché mi propia leche en los dos vasos, mezclándola bien con la leche vacuna. Le dí de beber a mamá uno y el otro para mí. Estaba deliciosa la leche con semen. Después de esto llevé a mamá al baño a lavarnos los dientes y luego la dejé en su dormitorio a descansar, informándole que estaría con los chicos en unas nuevas clases, que, si no era estrictamente necesario, no lo llamara, para no interrumpir los estudios sexuales de los chicos, cosa que ella estuvo de acuerdo. Después de un largo beso en sus labios y una comida de coño en profundidad, me dirigí hacia las habitaciones de los chicos.
Los chicos habían terminado con sus estudios y me estaban esperando. No se habían acercado a la salita, puesto que les había pedido que no lo hicieran, porque estaba preparando a su madre. Los chicos entendieron perfectamente.
. - hola chicos, hoy la clase será la penetración del pene en la vagina y en el ano. Desnudémonos los tres.
No hizo falta repetirlo, en un plis plás los chicos estaban desnudos.
. - empezaremos con Luisita, después de unos cuantos lengüeteos por todo su cuerpo, para que suelte fluidos y así la penetración no sea tan dolorosa, nos acercaremos a la vagina y la chuparemos con fruición hasta que se lubrique lo más posible.
Así lo hizo Pedro. La chica disfrutaba con la lengua por todo su cuerpo. Con mis dedos fui ampliando la abertura de la vagina de Luisita.
. - una vez que Luisita esté bien lubricada, nos ponemos un aceite especial tanto en su vagina como en nuestra polla. Dado el tamaño de la vagina y el tamaño de mi miembro, es muy aconsejable que primero te penetre Pedrito, luego lo haré yo.
Pedro, muy atento a las explicaciones de su hermano, no hizo ningún comentario.
Pedrito se removió preparándose para su clase de práctica.
. - recuerda Pedrito, una buena lubricación es primordial, luego comprueba que tu pareja, hombre o mujer también esté bien lubricada. Cuando se la metas, hazlo despacio y atención a las indicaciones de tu hermana. Nada de brusquedades hasta que ella te dé el permiso.
Ante una indicación mía, Luisita le hizo una mamada a Pedrito, cuya polla se puso aún más tiesa. Ella misma le lubricó su polla y luego volvió a introducirse aceite en su propia raja. Todo estaba a punto.
Pedrito puso la punta de su polla en el agujero de Luisita y esperó el permiso de ella, cosa que hizo de inmediato. Su polla, mucho más pequeña que la mía, que estaba aún por terminar de desarrollar, fue introducida la cabeza en el agujero. Esperó un momento y miró a su hermana. Con su visto bueno siguió metiendo la polla.
El miembro se deslizaba lentamente al fondo de la cueva. Luisita lo sentía dentro, aunque le dolía, no era ese dolor desgarrador que sí tendría cuando le diéramos por culo.
Pedro sintió un breve frenazo en su entrada, no era otra cosa que la rotura del himen de su hermana. Viendo que no había obstáculo por parte de ella, introdujo por completo su polla dentro de ella, deteniéndose allí. Estaba calentita y acogedora la cueva del tesoro de su hermanita.
Luisita puso sus manitas sobre las de su hermano, como diciéndoles, espera un poco que me recupere…
. - Pedrito, cuando tu hermana te dé permiso para moverte, hazlo al principio despacio, un mete y saca lento, cuando veas que ella disfruta y con su consentimiento, hazlo más rápido. Pero ojo, no quiero que te corras dentro de ella, podrías dejarla embarazada y sería un grave problema para todos, pese a que haya comenzado a tomarse la píldora.
Pedrito entendió las explicaciones de su hermano y esperó que le avisara si podía continuar. Así lo hizo. Primero despacio. Ella empezó a gozar de una manera diferente.
. - más rápido, hermanito, pero con cuidado.
Pedrito aceleró el ritmo, disfrutando como nunca él y también ella.
Ella tuvo su primer orgasmo por penetración, oficialmente había perdido la virginidad a manos de su hermano Pedro.
Luisita cosechaba un orgasmo tras otro, mientras Pedrito viendo que estaba próximo su propio orgasmo, obedeció las indicaciones dadas, sacó su pene y lo introdujo en la boca de su hermana.
Fue una buena corrida. La primera follada de su vida. Disfrutó de lo lindo. Ella recibió la corrida que fue tragada sin compasión, quedando abrazados los dos hermanos.
Un rato después, limpié a Luisita la sangre derramada, que, por cierto, fue muy poca la que soltó, alegrándome, pues no estaba muy seguro que fuera tan fácil y saliera tan bien la cogida de la chica.
. - Luisita, ahora vete a tu habitación, acuéstate y descansa un rato, mientras continúo con las clases prácticas con Pedrito.
La chica se acostó en su cama, supervisándole su vagina, para luego dirigirme hacia la habitación de su hermano.
. - Pedrito, ahora te enseñaré el enculado, puesto que es tu vocación, cosa que yo respeto. Es algo que harás a menudo, recibirás grandes pollas en tu ano. El método es el mismo, primero poner a cien al amante, besándolo por todo el cuerpo para que coja color, ya me entiendes. Pondrás a tu pareja de espaldas o a cuatro patas, o de lado, etc., le introducirás tu lengua en el ojete lo más profundo que puedas. Luego le introduces primero un dedo y después dos hasta abrirle un hueco lo suficiente grande como para que quepa tu polla, si es primerizo, luego le pondrás lubricante en el agujero y también en tu polla, ¿alguna pregunta?
. - ¿lo de los dedos es siempre que me follé a un tío? y otra cosa, acabo de correrme, no creo que pueda encularte.
. - la respuesta a lo primero, acabo de decirlo, solo si es primerizo, si no, no. Si el que recibe polla ya está acostumbrado, también tiene el culo acorde con los diferentes tamaños de polla y no hará falta y lo segundo, no te preocupes, primero te encularé yo, después ya veremos si cuando te toque, la tienes tiesa o no y si no, lo dejamos para otro momento.
Dicho y hecho. Fue lengüeteado por todo el cuerpo, polla incluida. Me dirigí hacia su ano e introduje mi lengua en el agujero. Pedro sintió un cosquilleo que no le desagradó en absoluto, es más, vio que su pene parecía reaccionar de nuevo.
Con los dedos hice su agujero acorde con mi polla, no consiguiendo abrir el agujero al tamaño descomunal de mi tranca. Lo embadurné de aceite el agujero y mi polla.
. - Pedrito, llegó el momento de la verdad. Te diré lo mismo que a Luisita, ya me avisarás cuando paro, pero no me pidas que te la saque, aguanta como un hombre, puesto que recibirás más como la mía y no podrás negarte, una vez que empiezas a recibir pollas, te gustará un montón. Yo mismo, me gustan las mujeres, pero no hago ascos a un buen culo como el tuyo o de cualquier otro tío. Un agujero es un agujero. Por último, cuando la saque de tu culo, mi polla saldrá con semen y restos de tu trasero. Limpiarás mi polla y la dejarás como la patena. No le hagas ascos a una buena limpieza. Hoy tomarás algo de mierda, más adelante te la pondré en un plato, todos comeremos mierda y pis.
Comencé a introducirle la polla. Empecé por la punta y me detuve. Pedro empezó a respirar entrecortado, pero aguantó.
Continué introduciéndola. Ahora sí que le dolía el culo, era como si le metieran el palo de la fregona. De nuevo me detuve, hasta que se tranquilizó y el agujero cogía forma y se agrandaba por momentos.
Seguí un poco más. En este momento, Pedro apretaba los dientes, no quería darme el gusto de negarse ante mi enculado y resistió el salir corriendo. Vi que Pedro hacía un gran esfuerzo por no gritar, algo de agradecer por mi parte.
. - puedes gritar, Pedro, que lo hagas no quiere decir que no eres un macho. La primera vez a mí también me dolió horrores y grité.
Pedro no aguantó más y dio un grito que aminoró sobremanera mordiéndose los labios. Aguantó y aguantó.
Mientras, viendo que podía seguir, y de un empujón, introduje toda la polla dentro del culo de mí hermano. El grito de éste ahora sí fue audible bien lejos. Me detuve de nuevo, para que mi polla se acostumbra al agujero de Pedro o viceversa, su culo se acostumbrara a mi rabo.
Después de la embestida, Pedro, con lágrimas en los ojos, empezó a sentir que lo que tenía en el culo no era el palo de una escoba, era la escoba entera. Estuve bastante tiempo para que aminorara el dolor del culo del chico. Luego meneé ligeramente la polla, empezando el chico a sentir un gustillo. Me dí cuenta de ello y empecé con un suave mete y saca. Luego aceleré y aceleré las embestidas.
No tanto Pedro como yo, pero empezábamos a disfrutar del enculado. La polla de Pedro estaba ya dura, durísima. Me corrí dentro de él, dejándole la polla dentro, hasta que salió por sus propios medios.
Seguidamente Pedro se metió en su boca mi polla y la succionó toda ella, dejándola limpia de restos de semen y demás, como le había dicho “el profesor Cojonciano”.
. – ahora, si estás dispuesto, te toca encularme a mí.
Pedro estuvo de acuerdo. Con el dolor anal que tenía encima, lengüeteó todo mi cuerpo y se fue directamente al ojete susodicho. Embadurnó polla y agujero. No hizo falta agrandar nada, ni engrasarme el culo, pero por practicar, lo deje a su libre albedrio y agrandó mi agujero anal y sin avisar, me enculó directamente.
Esperaba una cosa así y comencé a disfrutar del enculado. Pedro arremetía contra mi culo frenéticamente. El disfrute aumentaba, parecía que el chico no quería vaciarse y quería disfrutar del momento. Al final se corrió dentro y dejó la polla en mí como yo antes en su culo. Al poco de salirse, me la comí y la limpié como hiciera él con la mía. Los dos estábamos exhaustos, besándonos apasionadamente.
Después de terminada la clase práctica de sexo anal con Pedrito, me acerqué a la cama de mi hermana desvirgada, y comprobé que dormía. Le revisé sus partes, y viendo que todo iba bien, la dejé descansar.
. - Pedro, date una ducha y descansa tú también. A tu hermana, no la toques, de momento.
Me acerqué al dormitorio de mamá.
. - ese grito que oí era de Pedro ¿verdad?, siempre el primer enculado duele, lo digo por mí.
. - así es, pero al final le fue gustando y luego él me dio a mí por culo. Salió satisfecho de la experiencia. Luisita fue desvirgada por la vagina por Pedro. Ahora descansa. Sangró muy poco, por suerte.
. - al final seremos una familia muy feliz, todo quedará en casa, sin malos rollos de enfermedades ni peleas. Todos follaremos con todos.
. - me lavaré un poco y descansaré.
Cuando la tarde desaparecía, Luisa fue despertada por seguridad y fue lavada con mucho cuidado. Se le puso una crema especial para vaginas maltratadas. Sorpresivamente se recuperó estupendamente. Caminaba un poco encorvada, pero al llegar la noche, ya estaba en perfectas condiciones. De todas maneras, tendría todo el fin de semana para recuperarse totalmente, ya que era viernes.
Me acerqué a mi madre y le dije:
. - mami, mañana será el gran día.
. - estupendo, ya estaba deseando tener a mis dos hombres dentro de mí y a mi niña tomarse toda mi lechita de teta y de coño.
. - ahora vamos a ver cómo va el experimento de los pechos atados.
Las tetas se habían deformado peligrosamente para la dueña. Se lo hice notar.
. - mamá, después de sacar las ultimas fotos, tengo que vaciarte las tetas de toda leche. No veo muy seguro que dejemos por más tiempo el nudo en tus tetas, no vayan a explotar. ¿A ti te duelen o sientes algo?
. - hijo, solo una presión en el pecho, pero nada más.
Le hice las fotos.
. - lo dicho, las vaciaré ahora mismo.
Mamé como pude los pezones anudados de mi madre. Según menguaban sus tetas, la presión disminuía también. Al final dejé las tetas todas escuálidas, vacías de toda leche. Después pude desanudar fácilmente los pechos de mi progenitora. Una vez suelto el nudo, las tetas no quedaron como antes del experimento. Estaban en direcciones extrañas.
. - no te preocupes hijo, en cuanto haga más leche, volverán a su posición de siempre.
. - es verdad mamá, aunque si no vuelven a su posición natural, que volverán, yo me apoderaré de ellas y te las mamaré como siempre. Me gustan, estén como estén. De hecho, cuando más morbo me da, es cuando te las he dejado secas y deseo seguir mamando y mamando, aunque no salga ni gota de tu leche maravillosa.
. - lo sé hijo y por eso te quiero todavía más.
El sábado amaneció muy soleado, por lo que, a media mañana, le desabroché un par de botones a mamá. Le quité el sostén y las bragas, estaba impresionante, parecía más una puta que una madre. Pero era lo que queríamos para atraer a Pedrito.
Los chicos estaban viendo la televisión. Al colocar a su madre al lado suyo en el sofá, Pedro no pudo resistirse y le echó un ojo, o, mejor dicho, los dos ojos. a las tetas de su madre, las cuales no eran tapadas sino por un solo botón, como si se los hubieran abierto por accidente.
. - ay, hijo, me puedes ayudar, es que tengo mucho calor, me podrías soltar el botón de la camisa, te lo agradecería muchísimo.
Pedro, un rato caliente por ver a su madre así, se acercó más a ella y con cuidado de no tocar carne, le desabrochó el botón que le quedaba. Al momento la camisa se abrió por ensalmo, dejando totalmente al descubierto los pechos de su madre, las enormes tetas lecheras.
Pedro no podía quitar los ojos de las tetas de su madre. Se empalmé más todavía.
. - ¿te gustan mis pechos, hijito?
Él, sin decir nada por su boca, afirmaba quedamente con la cabeza.
. - acércate y tócalos, querido. Anda, no te cortes, soy tu mamá y te doy permiso.
Él obedeció ciegamente, le puso las manos encima con cuidado, acariciándolos amorosamente.
. - puedes besarlos y chuparlos. Verás que tengo lechita para mi niño. Adelante hijo.
Así lo hizo, chupó y succionó con deleite, perdiendo la vergüenza de que a quien le estaba chupando las tetas era a su querida madre. En eso que Luisita se acerca a su madre.
. - mami, yo también quiero tu lechita.
. - claro hija, acércate y cógete la otra teta y bebe mi lechita.
Así estaban cuando entré en la salita, sonriendo que la estratagema hubiera funcionado. Los chicos se detuvieron cohibidos de lo que le pudieran decir su hermano y profesor.
. - continuar chicos. Disfrutad de mamá, ella tiene lechita para todos.
. - Pedrito, hijo, veo que el pajarito te ha crecido, ¿me lo puedes enseñar, querido?
Pedro me miró y asentí, se bajó sus pantalones y calzoncillos.
. - anda querido, acercámela a la boca, que quiero saborear la pollita de mi niño -pollita, pollita, ya no era tal pollita, ahora era una señora polla, no tan grande como la mía, pero ya lo será con el tiempo-.
. - mamá, mamá, yo quiero chuparte tu pajarito, anda por favor, déjame chuparte un poco… -insistía Luisita-.
. - adelante mi niña, es todo para ti.
Luisita se metió entre las piernas de su madre y empezó a chupar y chupar el chumino de su madre. Ésta empezó a disfrutar con sus dos hijos. Pedro estaba disfrutando de la mamada que le hacía su madre. Esto lo había soñado multitud de veces antes, sin conseguirlo.
Me desnudé también y le puse la polla en la boca a Pedro, la cual chupó con fruición tan rico manjar.
. - Pedrito, quiero probar tu polla en mi chochito, anda dame ese gusto, hijito.
Pedro no se hizo de rogar. Luisita se apartó y se subió al sofá, se puso de tal manera que le puso su conejito a su madre al alcance de su boca para que se lo chupara como hizo ella antes.
Mientras Luisita era chupada por su madre, Pedrito empezó a introducir su polla en la cueva de su progenitora. Ella la sintió dentro, agradeciéndole mucho las embestidas.
. - hijo, puedes correrte o no, dentro de mí. Si pasara, no te preocupes, después de teneros a ti y a tu hermana, me operé para no tener más hijos.
Me puse detrás de Pedro y empecé a lengüetearle el ano, abriéndoselo más y más. Preparado para ello, eché aceite en mi polla y en su ano.
Pedro sabía lo que venía ahora y estaba preparado para ello. Abrió bien las piernas, permitiéndome su enculado.
En un momento dado, todos estábamos ocupados en el culo o conejo del otro, acompasados y con buen ritmo. Todos jadeábamos, los que más, eran mamá y Pedro.
Uno tras otro nos fuimos corriendo, llegando al orgasmo mi madre y mi hermana al mismo tiempo.
Después de la follada o mamada, todo se paró un momento en busca de un respiro. Al final todos quedamos satisfechos, quedándonos uno al lado de los otros.
. - hijos, me habéis hecho la madre más feliz del mundo. Esto lo repetiremos muchas veces más. Gracias a todos por hacerme tan dichosa.
Después de aquel día, el disfrute y hacer disfrutar a los demás fue lo primordial de la familia. Luisita se recuperó perfectamente. Todavía tenía que ser enseñada a ser enculada, pero eso sería más tarde.
Pasaron los días y llegó el momento de volver al hospital para que le quitaran la escayola a mi madre. Estando a la espera del sanitario que se la quitara, Luisita, que no quería perderse nada, se acercó a su madre y disimuladamente le metió los deditos en su panocha, dando su madre un respingo, pues no lo esperaba, para después disfrutar como una loca de las caricias de su hija querida. Al llegar el sanitario, Luisita interrumpió las caricias y se llevó los dedos a su boca, su madre había disfrutado con ello.
Una vez salimos del hospital y ya en el auto, que era del tipo furgoneta cerrada, se pasó atrás con Luisita y mientras yo conducía y sonreía, ellas se daban un lote de conejo al ajillo.
Al llegar, entraron bien sudadas a la casa, allí los esperaba Pedro, bien caliente. Mamá se abalanzó hacia su polla. Se puso de rodillas, chupándole con frenesí y se la dejó bien dura. Mamá se bajó las bragas y se puso a cuatro patas, allí mismo, en la entrada.
Pedrito la enculó bien fuerte, como a ella le gustaba. Me saqué la polla y se la dí de comer a mi madre que la recibió gustosamente.
Al rato y sin moverse nadie de la entrada, me puse debajo de mamá e hice que ella se sentara en mi polla. Ahora recibía por los dos lados. Su hija no desaprovechó la oportunidad de otra vez ser comido su chochito por su madre y así lo hizo.
La madre quedó disfrutando de los ricos manjares de la familia. Fue corrida por ambos agujeros, llegando al éxtasis máximo. Hasta su hija le daba sus jugos, que chupó, dejándola limpita.
Así fue el primer día sin escayola y el último sin obstáculos por parte de una madre para con sus hijos queridos.
Dos días después de que todo se normalizara en la familia, esto es, que todos follábamos con todos y a todas horas, como una buena familia que éramos, decidí pasar unos días con los abuelos maternos, para intentar, si era posible, atraer a los viejos hacia el sexo compartido con el resto de la familia.
Los chicos no estaban muy contentos con mi escapada, pero esperaban que fueran unos pocos días y volver a tenerme con ellos.
Fin capítulo 2
Capítulo 3
Visitando a los abuelos
Después de llamar a los abuelos y decirles que deseaba pasar unos días con ellos, cosa que ellos agradecieron, pues mi compañía era bienvenida, llegué a la casa, la cual estaba en una ciudad que distaba a unos 150 kilómetros. Era pequeña y coqueta la casa, bastante antigua, pero en buenas condiciones.
Me recibieron los dos abuelos, con grandes abrazos y besos. Entré y me acomodé en la habitación que fuera de mi madre. Estuvimos hablando de la familia. Los abuelos agradecieron la visita, la cual podía alargar todos los días que quisiera, pero sin pasarme, que las vacaciones tenían principio y tenían final.
Me contaron que han empezado a tener problemas económicos, debido a la crisis y de que las pensiones no han subido apenas nada con respecto al aumento de los precios. Que poco a poco han empezado a acumular deudas.
. - pero vamos a ver abuelos, ¿por qué no habéis llamado a vuestra única hija, o a mí mismo?, ¿para qué está la familia, si no es para estos casos?, vamos a arreglar este problema ahora mismo, os ayudaré en todo lo posible. Sacad todas las facturas pendientes de pago y dejármelas ver, mientras, voy a darme una ducha e iré luego a pagarlas.
Los abuelos, con lágrimas en los ojos, agradecieron el gesto del nieto para con ellos. Mientras la abuela buscaba las facturas pendientes, el abuelo dijo que necesitaba ir al baño a hacer sus necesidades. Mientras, me acerqué a mi habitación, me desvestí y me coloqué una toalla alrededor de mi cintura y me acerqué al baño, esperando a que el abuelo terminara.
El abuelo, que me vio esperando en la puerta…
. - entra nieto, no seas tímido, que hay confianza.
Sonreí y puse en marcha uno de mis trucos que pensaba usar con los abuelos. Me aflojé un poco la toalla, para que, con un simple roce, se me cayera.
El baño era bastante pequeño, tendría 1.5 x 2.5 m., con su lavabo, taza y plato de ducha. Frente a la taza había un pequeño obstáculo que tuve que sortear, por lo cual casi me pegaba al abuelo que estaba sentado en la taza. En ese momento, imperceptiblemente, me rosé con el obstáculo y la toalla cayó instantáneamente al suelo, poniéndoseme mi polla, la cual estaba empalmada, a pocos milímetros de la cara del abuelo. El abuelo quedó pasmado mientras yo no me movía.
. - nietito, cacho polla que te gastas, nunca había visto una tan gorda y larga, es de puta madre.
. - pues según tengo entendido la tengo como la de mi padre. Toque, toque y vea lo dura que la tengo.
El abuelo no se lo pensó dos veces y me la cogió con las dos manos y la estuvo manoseando con delicadeza.
. - abuelo, puede probarla si quiere, sírvase usted.
. - nietito, la verdad es que la abuela me tiene a dos velas, si no te importa te la chuparé un poquito y después si no es mucho pedir, me la puedes meter por el culo, para así disfrutarla, que ya llevo años de abandono por parte de tu abuela.
. - adelante abuelo, estoy a su disposición para lo que desee, ahora y mañana también.
. - gracias, muchas gracias nietito, pero antes me limpiaré el culo, puesto que acabo de cagar.
. - abuelo no es necesario que se limpie, quisiera darte por culo con el culo cagado, luego solo con lavarnos, quedaríamos limpios de nuevo.
El abuelo estuvo de acuerdo y se puso a ello. Se quitó la dentadura postiza, dejándola a un lado y le empezó a chupar a su nieto la polla. Lo hacía con rapidez, no fuera que llegara la abuela y nos cogiera in fraganti. Luego se metió en el plato de ducha y se puso a cuatro patas, agarrado a la grifería. Su culo aun cagado estaba a mi disposición, el cual no me anduve con preámbulo alguno y se la clavé, primero despacio, para luego continuar hasta el fondo.
El abuelo apretaba los dientes por el dolor, ya no recordaba cuando fue la última vez que puso su culo a disposición de un tío, lo único que si se acordaba era que disfrutó como un niño que se lo agujerearan como ahora hacía su nieto.
Mi polla entró suavemente, puesto que la mierda del abuelo hacía de lubricante natural. Una vez dentro esperé un momento, para luego empezar un movimiento rítmico y constante de mete y saca, cosa que, para el viejo, era recordar buenos tiempos, hasta su polla vieja empezó a ponérsele dura.
Eyaculé dentro del viejo, el cual la recibió como agua de mayo. Al terminar, sin decirle nada al viejo, solo con gestos, le dije que me la metiera ahora a él a mí por mi culito. Cogió aceite de la abuela del armario del baño y se untó su polla y mi culo. El viejo no esperó más, puso su polla en mi entrada anal y me la clavó de un golpe hasta el fondo. Debido a que estaba bien lubricado y de que la pinga del abuelo no era muy grande, la recibí con gusto.
Después de unos pocos minutos de mete y saca del viejo, se corrió. Al sacarla, me dí la vuelta y se la metí en su boca, para deleite del viejo, dejándola seca y limpia de lechita y restos.
Terminados los enculados, y de yo también darme un atracón con su polla enmierdada, nos bañamos juntos. Nos lavamos el uno al otro con abundante champú. Sobre todo, fueron lavados las pingas y los culos, metiéndonos los dedos bien profundos en nuestros agujeros para que quedaran bien limpio y libres de olores mierdosos. Al abuelo se le volvió a poner empinada, no quise desaprovecharla y se la mamé hasta volver a dejarle seco de leche su polla. Parece que era verdad, que el viejo llevaba bastante tiempo en abstinencia.
. - hijito, muchas gracias por limpiarme las cañerías que tenía algo oxidadas. Cuando te veas con ganas de follarte a alguien, aquí me tienes a tu disposición para lo que desees.
. - gracias abuelo, es bueno saberlo.
Luego salimos del baño, el viejo vestido y yo con la toalla atada a la cintura, igual que había entrado antes al baño.
Cosas de la calentura, volvía a tener la polla erecta, la toalla formaba como una pirámide en mis partes. Oí movimiento en mi habitación, pensé que era la abuela buscando las facturas.
Cuando entré en la habitación, ella estaba agachada a mi derecha, entonces me quité la toalla.
. - hijito, estoy buscando las factu…
La vieja se encontró a su nieto desnudo al lado suyo, quedándose asombrada y al mismo tiempo, fascinada, no quitando ojo de mi gorda y larga picha.
. - lo siento abuela, creía que no había nadie en mi habitación.
Hice ademan de recoger la toalla…
. - tranquilo nieto, yo ya he visto de todo. No te preocupes, por mí puedes seguir desnudo en tu habitación.
. - gracias abuela
La abuela seguía agachada buscando los papeles, me acerqué y puse la polla al lado de su boca, como buscando ropa para ponerme, como quien no quiere la cosa.
La abuela pensó, qué pena no haber encontrado una polla como ésta en su juventud, con esta sí que hubiera disfrutado y no la de su marido. Sus partes se humedecían a ojos vistas, hasta tuvo un orgasmo y eso solo de verme en pelotas.
. - ay hijo, como me estás poniendo, nunca he catado algo como eso que tienes entre las piernas. A mi edad ya ni el abuelo me satisface plenamente.
Pensé que uno, o los dos, mentía descaradamente, sobre el tiempo de no tener relaciones maritales.
. - abuelita, usted todavía está de buen ver, ¿porque no se sirve una ración?, no todos los días puede uno estar a régimen.
. - ¿de verdad que puedo, nietito?, te lo agradecería enormemente.
. - adelante, esto es para usted.
. - pues sí, voy a aceptar tu ofrecimiento, pero antes voy a cerrar la puerta, no vaya a venir tu abuelo y nos coja haciéndolo.
Fui yo quien cerró la puerta con llave, luego me acerqué a la vieja que se había levantado ya. Le besé dulcemente en la boca, luego en el cuello. Ella jadeaba de emoción y de miedo al mismo tiempo. Seguidamente le saqué el traje largo que llevaba. Quedando en enaguas y sostén.
La abuela tenía 88 años, el abuelo dos más. Tenía el cuerpo de anciana como lo que era. Me gustaban todo tipo de mujeres, pero tirarme a mi abuela me puso a cien. La seguí besando, luego le quité el sujetador, sus tetas cayeron por la fuerza de la gravedad. Pese a la edad, las tenía bastante gordas. Le llegaban al ombligo. Se las chupé y chupé, lo que hizo que la abuela se corriera de gusto.
La cogí en brazos y la llevé a la cama. De mi bolsa saqué un bote de lubricante que puse a mi lado.
. - ay hijo, como me estás poniendo.
. - descuida abuela, todavía no sabes nada, te voy a llevar al séptimo cielo.
En la cama, subido encima de ella, volví a lengüetearla toda ella, bajando poco a poco, besándola por doquier. Ella estaba calentísima.
Le bajé las enaguas, unas enaguas grandísimas, las tiré al suelo y me dediqué a su chumino. Le metía la lengua, haciéndola vibrar de lo caliente que estaba. Su vagina soltaba fluidos generados por su excitación.
. - por favor, métemela ya, no puedo más.
Cogí el lubricante y unté las dos partes a contactar, metiéndole un par de dedos en la vagina a la abuela. Acto seguido le acerqué la polla al agujero por donde salió un día mi madre.
Se la metí lenta pero constante hasta tocar con los huevos su vagina. La vieja vibró de nuevo, corriéndose otra vez. Inicié el movimiento de vaivén, disfrutando y haciéndola disfrutar a ella también. Cada vez más rápido, pero no quise correrme dentro de la abuela, lo quería hacer por su culo respingón. Claro, si ella se dejaba…
. - ¿abuela, podría metértela por el culo, por favor…?
. - hijito, ese agujero no lo he usado nunca para eso, creo que me dolerá mucho…
. - abuela, es verdad que al principio te dolerá, pero una vez superado el dolor, el disfrute es tanto o mayor que por delante, ¿probamos abuela?, lo haré con cuidado y muy lubricado. Además, es mi agujero favorito y los días que esté aquí…
. - bueno hijo, vamos a intentarlo, pero sé cuidadoso con el culito de tu abuela que ya tengo mis años.
. - abuela, la edad no importa para el disfrute sexual, siempre se tendrán ganas de hacerlo, siempre.
Le dí la vuelta con cuidado a la abuela, posando mi lengua en su raja, chupándosela con fruición. A la abuela nunca le habían comido el culo, ni siquiera en su juventud, eran otros tiempos más recatados que los actuales.
Su amante nieto le metió primero uno y luego dos dedos para agrandarle el agujero, una vez conseguido, le eché un buen chorro de lubricante en el ano, luego me embadurné la polla otra vez. Después la acerqué al agujero y empujé un poquito hasta meter la cabeza.
La abuela Lola lo sintió y apretó los dientes, quejándose quedamente. Luego seguí un poco más, ahora sí gritó la vieja, pero entre dientes, para no llamar la atención de su marido.
. - hijo, me duele una barbaridad, para un momento.
. - descuide abuela, iré penetrándola poco a poco e iré parando un tiempo cada vez para que acostumbre mi polla a su agujero, al final llegaré a entrar todita, le doy mi palabra.
Así lo hice, después de un buen rato, la polla terminó de alcanzar su intrusión en el culete de la abuela. Me detuve de nuevo. Ella sudaba copiosamente por el dolor y por el éxtasis que estaba empezando a sentir. Era verdad, el enculado le gustaba tanto como la follada por delante. Solo faltaba que disminuyera el dolor de la entrada culera de la gorda polla de su nieto.
Después de que desapareció el dolor más fuerte, la abuela me dio permiso de que continuara. Lo hice, primero despacio el mete y saca. Ella ya disfrutaba de su enculado. Continué con más ritmo, hasta que la vieja me pedía más y más rápido. Así lo hice.
. - por favor, córrete ya que no puedo más, me vengo, me vengo…
Fue copiosa, aunque no la más abundante, puesto que había repartido la mitad con su marido.
Con la polla metida en su agujero todavía, la abuela sudaba y jadeaba, luego con una mano le cogí una teta y la otra se la metí en la vagina. Tocando el micro-pene de la anciana, que sobaba.
La abuela no recordaba una follada como aquella. Estaba maravillada con el potencial de su nieto. Lo mejor era que lo tenía en la familia.
Una vez sacada la polla, se la puse a la abuela en la boca. Ella, gustosa, me la chupó y me la dejó como los chorros del oro.
. - hijito, gracias, muchas gracias. Cuando te veas necesitado, no hace falta que recurras a gente de la calle, aquí me tienes a tu disposición para lo que desees.
. - gracias abuela, te tomo la palabra y lo tendré en cuenta.
La abuela se vistió y terminó de localizar las facturas, luego, se fue al baño a darse una ducha. Mientras, me vestí también y viéndola salir del baño, juntos fuimos a la salita, donde el abuelo leía el periódico.
. - ¿has encontrado los papeles, querida?
. - sí, aquí los tengo.
Les eché un vistazo, preguntando alguna dirección que no conocía y me dispuse a marchar. Me dí la vuelta un momento y les dijo:
. - hoy no comemos en casa, estad preparados a las 12.00 que os recogeré para ir a un restaurante que le he echado el ojo. Abuela ponte guapa y no escondas ese cuerpo que Dios te ha dado. Abuelo, si te afeitaras, parecerías más joven. Hasta después.
. - este nieto no nos lo merecemos –dijo la abuela.
. - lo puedes jurar, tiene cosas maravillosas…- dijo su marido.
. - aféitate y ponte tu mejor traje y una corbata, que yo me pondré mi ropa más bonita.
Pasó el tiempo, los dos abuelos esperaban a su nieto para ir al restaurante. La abuela estaba despampanante, con una ropa adecuada a su edad, pero preciosa, regalo de su hija. Él, con su corbata azul y su camisa blanca, parecía un pingüino de elegante.
El viejo cuando la vio vestida así, dio un silbido, cosa que agradeció ella. Estando sentado, él le dio un suave beso en los labios, beso que ella correspondió, luego siguió hacia su escote, el cual había subido con uno de esos sostenes-milagro.
. - querida, quiero sacarte una teta y chuparla. Me estás poniendo caliente.
. - tranquilo amor, que falta poco para que llegue Julio.
. - pero si todavía falta un cuarto de hora, venga por favor.
. - bueno, pero rapidito, no nos coja el chico.
El viejo le sacó una teta y raudamente se la empezó a chupar denodadamente, claro que ella no se estuvo quieta y le sacó la polla, masajeándosela. En el mejor del momento, oyeron el claxon del coche de un servidor.
. - vamos, que ya está aquí.
Los dos se pusieron de pie de un salto y se colocaron sus partes en sus sitios. Se arreglaron un poco y se dirigieron hacia la puerta.
Los llevé a un precioso restaurante que habían inaugurado recientemente y que anunciaban en los medios. Era visitado por gente famosa.
Fue una comida memorable. Ni la del día de bodas se podía comparar. Los sirvientes eran solícitos y muy amables. La comida me salió por un pico, pero eso no importó, un día es un día.
Al llegar a casa, les informé de los pagos hechos.
. - abuelos, a día de hoy no deben nada a nadie. Es más, en la tienda donde suelen comprar los comestibles diarios, he dejado una cantidad suficiente para que puedan retirar materiales por unos 6 meses y cuando se acaben, dejé dicho que me llamaran y les enviaría más. También he ido al banco y he abierto una cuenta a vuestros nombres y he depositado 12.000,00 euros, que vienen a ser unos 2.000.000 de las antiguas pesetas. Con ese dinero podréis disfrutar haciendo algún viaje a donde queráis.
Estaba sentado en medio de ellos en el sofá. Los abuelos, ambos, empezaron a llorar imperceptiblemente al principio y mucho más luego. Se abrazaron a mí, agradeciéndome el gesto hecho para con ellos.
Al unísono, entre sollozos me dijeron:
. - ¿cómo podemos pagarte lo que has hecho por nosotros, querido nieto?
. - no sé si puedo pediros algo en lo que he pensado toda mi vida.
. - dí lo que sea, querido, haremos tu deseo realidad, te lo mereces –dijeron ambos-.
. - pues… siempre he deseado… hacerles el amor a mis abuelos preferidos, bueno ya lo solté, perdonadme si me he extralimitado.
Los abuelos se miraron el uno al otro, ante un momento de indecisión, la abuela habló primero:
. - esposo, yo no sé lo que tú pensarás, pero si eso es lo que quiere mi nieto Julito, yo estoy dispuesto a darle lo que quiera, diré más, se lo daría ahora y siempre que me lo pida, ahora te toca hablar a ti, mi amor.
. - bueno, no es una petición muy ortodoxa, pero dado que estoy totalmente de acuerdo contigo querida, tenemos que ser agradecidos con nuestro Julito por lo bueno que ha sido con nosotros. Yo, por mi parte, estoy de acuerdo y sí, también puede disponer de mi cuando quiera y el tiempo que quiera. De hecho, siempre he querido tener nuevas experiencias y creo que ya me falta poca vida para poder cumplirlas. Sí, doy mi consentimiento.
. - gracias querido, sabía que me había casado con el mejor hombre del mundo, bueno y bondadoso.
Le acerqué mi boca lentamente a mi abuela, besándola en los labios, introduciéndole la lengua, luego me acerqué al abuelo e hice lo mismo. Empecé a desvestir al abuelo, apoderándome de su polla que introduje en mi boca, haciéndole una mamada. Luego me volví hacia la abuela y le estrujé las tetas, luego la desvestí también, chupándole sus pechos. Tetas que ya sabían a qué olían. Olían a abuela.
Me puse frente suya y le bajé las bragas y puse mi cabeza entre las piernas de ella y le chupé el chumino. Mientras, el abuelo me desvestía a mí, quitándome el pantalón, luego los calzoncillos. Mi polla estaba dura, me levanté y dejé que los dos me la chuparan.
. - abuelo, quiero que mientras me follo a la abuela, tú me la metas por detrás, quiero disfrutar el doble.
Levanté un poco las piernas de la abuela y le metí la tranca sin contemplaciones, sin vaselina, ni ostias. Ella dio un fuerte respingo.
(Parte 2 de 72)
FIN