Agatha 2

Puertas 3 y 4... sigue un poco más fuerte

Puerta 3

Me encontraba en una habitación diferente, sencilla similar a la de un hotel, la excepción de que tenia chimenea, en un sillón junto a este, yacía un hombre sentado fumando un cigarrillo, pasa dijo, siéntate a mi lado, obedecí sin decir palabra, cunado estuve a su lado lo observé detenidamente era algo mayor que los demás que había conocido podría ser de la edad de mi padre, tenía algo peculiar una forma de mirar que había visto en algún lugar pero no recordaba donde. Portaba un saco y en el tenia un prendedor con la letra V. Eres tan hermosa como..... pero no termino la frase. Mira niña no voy a mentirte, este día voy a tener que cogerte, aunque no quieras, conozco que acabas de pasar una mala experiencia, así que te pido que colabores un poco y no te resistas, yo seré lo más sutil posible. Mi mente estaba en blanco, lo único que logré fue mover la cabeza en forma afirmativa como señal de consentimiento. ¡Excelente! exclamó. ¿Se te apetece un poco de vino? Dijo mientras me señalaba una botella de vino tinto que se encontraba junto a él, si dije de manera y tímida casi al instante, colocó en mi mano una copa con delicioso vino, conversamos un poco y después de 3 copas, yo ya estaba mareada, el se acercó poco a poco, tocó mi cabello como se le hace a los niños para dormirlos " eres tan suave y delicada, eres hermosa", no me di cuenta en que momento comenzó a besarme, el rose de sus labios empezó a agitar mi corazón, lo hizo por mucho tiempo su boca era una cueva que guardaba pasión, cada vez que movía su lengua yo podía sentir cosquillas en todo mi cuerpo, su mirada fue disipando poco a poco mis miedos y fue relajando mi cuerpo, lo abrasé no pude evitarlo, este movimiento pareció sorprenderle. Toqué su espalda como si buscara algo que se me hubiese perdido, al sentir mis manos abandonó mi boca y siguió a mi cuello, con cada movimiento nuestros cuerpos se fueron calentando, mis pezones endurecieron volviéndolos sensibles a la túnica, un casi inaudible "Ha" salió de mi boca, el lo noto, "dame un segundo" dijo mientras se levantaba, trajo consigo un poco de hielo, que paso sobre la túnica sobre mis pezones, al instante estos se pegaron a la ropa dejando ver el hermoso tono rosado, ese frío me encendió aun mas.

Su boca fue el que los auxilio de ese frío con pequeños besitos. Quité poco a poco la ropa que lo cubría, a pesar de ser mayor estaba en excelente estado físico, fue como un detonador ver ese cuerpo frente a mí, pose mis labios en sus hombros los recorrí con mi lengua, puso un poco de hielo en sus pezones inmediatamente fui a ellos como di me hubieran dado una orden, los lamí como una perrita, bajé a su abdomen terminando en su ombligo, levantó mi rostro entre sus manos "quítame los pantalones " me dijo, en cuestión de segundos tenia frente a mi un falo que pedía coger a gritos, el se encontraba sentado en el sillón, yo estaba hincada frente a él, tomo mi cabeza y la dirigió a su pene "Chúpamela" "Quiero que me la comas toda", tomé ese pedazo de carne entre mis manos y lo coloque en mi boca, primero lo ensalive bien del capullo a la base, deslizaba mi lengua de arriba abajo, lo introduje hasta el fondo mamaba con hambre feroz, lengüetazos, mordiditas aquí y allá, pasaba luego a sus testículos que sufrían el mismo trato, mis manos no paraban si no estaba en su palo estaban en sus joyas, subí la mirada, su rostro reflejaba el placer, del cual yo era la culpable, no pude evitar bajar una de mis manos a mi rajita, estaba completamente mojada y parecía palpitar, pude notar que estaba un poco mas dura. El notó mi maniobra, "ve acuéstate en la alfombra con las piernas hacia mí", así lo hice me quite le braga y me acosté frente a él con la túnica hasta la cintura dejando al descubierto mi sexo, "Ahora mastúrbate", la verdad no tuve objeción, acerqué una de mis manos a mis labios empecé por darle pequeños pellizcos y a jalarlos después uno de mis dedos empezó a frotar mi clítoris primero despacio pero conforme me emocionaba lo hacia con mas fuerzas, el calor aumentaba mi rajita se humedecía mas, mis manos parecían poseídas sabían donde tocar, metí uno de mis dedos en mi huequito que emana mis fluidos a montones, después no fue suficiente le siguió otro y después otro, tenia 3 dedos en mi y no me había dado cuenta, inicié un ligero mete y saca con ellos, mientras con el meñique tocaba la entrada de mi culito, los movimientos de mi cuerpo fueron cada vez mas bruscos, de pronto una lengua furtiva se posó sobre mis dedos y trató de entrar con ellos, como no pudo una mano obligó a mis dedos a salir de allí, levante mi cabeza, de manera magistral aquel hombre pasaba su lengua en mi sexo mientras introducía uno de sus dedos en mi mientras con la otra se masturbaba, no puedo olvidar ese sonido, yo estaba totalmente abierta, su lengua recorrió todo, desde el principio, donde dio un trato especial a mi clítoris, escalofríos recorrían mi cuerpo, "ha,ha,ha,ha,ha" era el único sonido que podía gesticular mi boca, siguió un segundo dedo "mmmmmm méteme otro logre decir", de inmediato el tercero iba en camino, sentí un ardor, sus dedos eran más grandes que los míos, " ya le dije, no mas" pero el cuarto ya estaba entrando, me dolía pero no hice nada para evitarlo, adentro a fuera fue el movimiento siguiente, me ardía, me dolía pero cada vez que los metía el placer era espectacular, mas rápido mas rápido, no lo pude evitar mi cuerpo se estremeció, casi podríamos decir que convulsionó, mis líquidos llenaron su mano, la sacó inmediatamente la acercó a su nariz y lo olió con placer, su lengua recogió esos preciados fluidos, escuche como se masturbaba más rápidamente, se levantó como un resorte y escuche como en una de las esquinas de la habitación el expulsaba esa emulsión.

Se sentó en el lugar donde había estado antes, yo no había reparado que todavía me encontraba con las piernas abiertas de par en par, no voy a negar que estaba disfrutando todavía mi orgasmo, al cabo de un rato me incorpore, el me miraba fijamente mientras fumaba un cigarrillo, extendió uno hacia mí, el cual negué con un leve movimiento, "eres mejor de lo que pensaba y además hueles muy bien" me sonroje un poco al escuchar aquellas palabras, " pero las cosas no pueden quedarse así, esto solo fue un aperitivo, yo te quiero comer toda, además de meterte esto" dijo mientas tomaba entre sus manos su pene, el cual yacía dormido entre sus piernas, " por el momento es inofensivo pero dame unos cuantos minutos y esa cara de felicidad la vamos a cambiar por una sonrojada por el sexo".

Nos miramos por un par de minutos sin mediar palabra, de pronto vi como algo se movía muy sigilosamente, para mi sorpresa era el tronco de aquel hombre, no había tardado mucho en ponerse duro de nuevo, creo que el estar frente a el sentada y oliendo a mujer le excitó. Se acercó a mi procurando quitarme cuidadosamente la túnica que me separaba de la total desnudes, yo solo cerré mis ojos esperando sus tiernos besos, cosa que no ocurrió cuando los abrí pude observar a mi compañero de cuatro patas frente a mi, "quiero que me la mames como una ternerita" me dijo, yo gatee de 4 patas y puse mi rostro entre sus piernas, ya había visto como lo hacían los terneros y traté de imitarlo lo mejor posible, succione lo mejor que pude, la posición me excitó mucho y en cuestión de minutos mi rajita chorreaba de nuevo, el se volteó y comenzó a olerme como, lo hacen los perros, dejando escapar expresiones de lo rico que olía mi cosita, no pudo contenerse con la polla a reventar me tomó por la cintura y me clavó toda su estaca de un solo golpe, no pude evitar soltar una expresión de dolor " Hay" exclamé, sentía como entraba y golpeaba la pared de mi vagina, note que era grande cuando se la mame pero ya adentro era mas de lo que yo creía. Sentía sus testículos golpear mi clítoris, el salpicar de mis fluidos, el olor a sexo inundo la habitación, quería retorcerme del placer, en un acto de demostración de fuerza el se sentó y me colocó sobre él, invitándome a que lo cabalgara, yo enloquecí, me sentaba sobre ese pedazo de carne, cada ves trataba de que llegara mas adentro, me movía frenéticamente mis senos bailaban sin parar el los tocaba y aprisionaba con fuerza, mi cuerpo sudaba sin cesar " mas, dame mas, que rico, mas, maldito perro dame mas", sus ojos se exorbitaron al escuchar estas palabras, ya no podía mas, sentí como mis músculos empezaron a contraerse para dar paso a lo inevitable, convulsioné, luego mi cuerpo se relajó, el dio 3 envestidas más cunado pude sentir que su miembro pedía a gritos expulsar su leche, como siempre lo sacó y terminó en una de las esquinas.

Me senté en el sillón mientras el hacia lo suyo, realmente esto me estaba molestando, no entendía porque estos hombres nunca depositaban su leche en mi, además que nunca había tenido la oportunidad de probarla siquiera, detuve mis pensamientos un segundo ¿Qué rayos estaba pensando?, estaba en un lugar extraño, olvidada por el mundo y utilizada como un objeto y lo que me preocupaba era que no había podido probar su semen, por Dios me estaba volviendo loca.

Sentó junto a mí en el sillón y coloco su cabeza en mi regazo, acaricie su cabello mientras observábamos como bailaban las llamas en la chimenea, me miro a los ojos y me dijo "te voy a dar un consejo que te va a servir mucho; no siempre el camino fácil da vida" mis ojos delataron mi poca comprensión de dicha frase, él agregó " por el momento se que no lo entiendes, pero en instante que lo instante que le necesites, si eres astuta, lo comprenderás". Yo lo abrasé y coloque su cabeza entre mis senos desnudos. Puedes explicarme que es lo que sucede aquí? Que hago en este lugar, quien rayos son ustedes?, el sonrió a mi pregunta acaricio mi mejilla y me invito a levantarme, me llevo frente a un espejo "Dime que vez", bueno lo que puedo ver, es pues a mi, "mira de nuevo" replicó, no vi nada diferente así, me sigo viendo a mi misma, "en algún momento, la próxima vez que te mires al espejo, notaras algo que siempre ha estado allí y que ahora no puedes ver" me dijo.

"Démonos prisa, debo terminar, vístete por favor",ya estando lista, colocó en mi cuello el collar con un nuevo diamante en el, "un ultimo consejo, si no puedes contra ellos úneteles". Como esperaba los 2 hombres llegaron por mi, el se despidió de mi con una sonrisa y un beso en la frente. Era la primera vez, pensé que tenia una sensación de estar 100% segura.

Puerta 4

No era preguntarse a donde me llevaban, sin mas fui llevada a otra puerta que fue cerrada apenas hube entrado en la habitación, esta en lo peculiar era más grande que las demás, no había nadie allí al menos eso supuse, así que me senté en sillón cercano, a esperar a ver que pasaba. Nadie podía negar que las habitaciones estaban equipadas con gran gusto, y que habían tomado el tiempo en hacerlo, estaba en estas cavilaciones cuando aparecieron como por arte de magia 4 hombres el primero era de tez muy oscura digamos que negra, el segundo era innegablemente latino, el tercero de origen árabe ( esto lo confirme al escuchar el acento de su voz) y el ultimo un europeo. Me puse en pie sin apartar la vista, cada uno era excelente representante de su etnia.

¡Buenos Días! Me dijo el primero, mi nombre es Bintou, permíteme presentarte a mis amigos el es André dijo señalando al latino, Joseph (el árabe), y por ultimo Dimitri. Mucho gusto, respondí, mi nombre es Agattha, "¿Por qué no vamos a comer algo? Supongo que tienes hambre", no iba a negar que el estómago me ardía del hambre. Nos sentamos a la mesa, que estaba ya preparada, pero no había nada de comer allí, ellos me indicaron que podía sentarme donde desease, cuando estuvimos todos sentados, se abrió una puerta que estaba tras de mí, de ella salieron 8 hermosas mujeres vestidas de sirvientas, con deliciosas viandas en sus manos que fueron colocando en la mesa, su vestimenta era como las que se consiguen en un sex shop, cubrían únicamente lo necesario, el resto de sus carnes estaba expuestas de forma vulgar, evitaron todo el tiempo verme a los ojos, es mas, evitaron cualquier contacto conmigo, mi cara de asombro fue vista por mis anfitriones que esbozaron una leve sonrisa. Comimos plácidamente, evite sacar el tema de las muchachas ya que supuse que no recibiría respuesta a mis preguntas, nuestra conversación se basó mas que todo, en la tierra de donde era oriundo cada uno, la camaradería entre ellos era evidente, parecía que tenían bastante tiempo en conocerse, aunque no me dijeron como fue que llegaron a parar a ese lugar.

Después de cenar, nos dirigimos a un salón continuo al comedor, no pude poner cara de sorpresa al entrar, nunca había ido a un night club, pero definitivamente aquel lugar era una copia exacta de uno, era muy similar a los que había visto por la televisión, luz tenue casi imperceptible, una tarima en el centro del salón, y el irremplazable tubo en el centro de la misma impecable, brillando con la poca luz que recibía. Al fondo a la izquierda se encontraba lo que podríamos decir un minibar, con una cantidad ini9maginable de bebidas alcohólicas.

La sonrisa amigable de Bintou y el ademán que hizo con su mano me invito a sentarme frente a la barra de aquella tarima. "¿Qué deseas tomar?" me pregunto, un poco de vino tinto respondí, no puedo negar que desde que tome con aquel hombre mayor, el vino me había gustado de sobremanera, los demás no pidieron nada, como un lenguaje que solo ellos pueden descifrar Bintou se alejo hacia el mini bar y preparo las 5 bebidas. Vodka para Dimitri, para Joseph Brandy, André wisky, para el un poco de ron y finalmente el vino para mi. Debo admitir que la situación me resultó un poco incomoda, estar con 4 hombres bebiendo no era el mejor de los cuadros para una mujer.

Después de 2 rondas el piso se movía un poco bajo mis pies, y no podía definir muy bien sus rostros, que ahora me resultaban particularmente mas bellos. El licor puede jugar malas tretas, la conversación dio un giro de 180º grados pasamos de hablar de nuestras comidas favoritas a sexo. El color rojizo de mis mejillas daba a conocer que el alcohol hacia de las suyas en mi cuerpo.

Sin perder mas tiempo Andre se inclino hacia mi oído y susurro "desde que entramos no has dejado de ver el tubo, vamos anímate", mi asombro fue abismal, procuré en lo mas posible ser lo mas discreta, en efecto desde que entramos aquel objeto había llamado mi atención desde el instante que llegamos, mi mirada busco la de aquellos hombres, que con una leve inclinación de cabeza me incitaban a hacerlo. Lo había visto por la TV, mujeres que se movían en ocasiones como una serpiente, y en otras como un mono girando de aquí allá. "En la esquina de la tarima hay un baúl llévatelo y regresa apenas estés lista" dijo Joseph.

Efectivamente encontré un cofre de tamaño mediano, Salí de la habitación con el, algo me decía que no debía abrirlo allí dentro. Ya en la sala, ansiosa, lo abrí, un disfraz de colegiala se encontraba en su interior, una blusa blanca diminuta ( como demonios iba yo entrar en eso) una enagua tan pequeña, que parecía que a la hora de fabricarla se quedaron cortos de material, una corbata, zapatos negros de tacón altísimo, medias u unas gafas, mas abajo pude encontrar un juego de hilo dental negro extremadamente diminuto, con un brasier que definitivamente servia para sacar el mayor provecho la anatomía femenina.

Un frío recorrió mi cuerpo, ¿estaba perdiendo la razón o algo por el estilo?, como era posible que me prestara para estas cosas, debía salir de ese lugar no envolverme en sus vicios, pero había que ser realistas ellos eran 4, y yo pues, no es necesario ser un erudito para hacer el calculo.

Me vestí rápidamente, procurando quedar lo mejor posible. En efecto la bendita enagua solo tapaba la mitad de mis nalgas. Cosa que realmente me molesto. Me dirigí al salón, ellos esperaban ansiosamente, sus ojos casi salen de sus orbitas cuando me vieron entrar, subí silenciosamente a la tarima, el miedo estaba haciendo estragos, el fervor del licor desaparecía, André inmediatamente me tendió una copa de tinto que bebí de golpe, le pedí otra que desapareció rápidamente. Este elixir mágico me dio ánimo en cuestión de minutos.

Mi cuerpo parecía que tuviera mente propia, empezó a bailar al son de la música que Bintou apropiadamente ambiento. Mis caderas se movían insinuando que deseban ser tocadas, les enseñaba mis nalgas de forma vulgar, alzaba mis manos, ponía cara de perra en celo, jugueteaba con mi lengua, pero el tubo me llamaba a gritos, me abalancé hacia el, lo rozaba como si fuera un hombre, pasaba mi lengua en el mientras miraba a mis compañeros sudar por lo que veían, me aferre fuertemente con mis manos, coloque mis piernas alrededor del tibio metal que se calentaba cada vez mas con el roce de mi cuerpo, me solté quedando colgada de cabeza, mi falda descubrió lo `poco que me tapaba, dejando al descubierto mi sexo, solo cubierto por la pequeña tela del hilo; un suspiro fue la respuesta de ellos, me dirigí hacia ellos gateando sensualmente, bese a Joseph con pasión, mientras sentía como los demás se morían por tocarme, así pase uno por uno, besándolos hasta saciarme, me pare frente a ellos y desabroche la blusa que callo al otro lado del salón, mis senos se erguían victoriosos, me senté frente a ellos con las piernas abiertas y las separe para que pudieran verme en todo su esplendor, puse uno de mis dedos sobre mi rajita, que palpitaba sin cesar, primero un dedito, mmm, luego 2, el tercero iba en camino, cuando sentí unos brazos que me tomaban y me llevaban a la fuerza hacia el tubo, los tipos no aguantaron mas, me ataron a el, una cantidad de manos invadían mi cuerpo, unas se preocupaban por despojarme de la poca ropa que me cubría, otras se peleaban por entrar en mi, un par se apoderaron de mis tetas.

Bintou, me miro fijamente, "ahora vas a saber, lo que es tener 3 pichas en tu interior zorra" diciendo esto, todos se bajaron los pantalones, mi asombro fue supremo, la de Bintou era descomunalmente grande, rasgando en la exageración, André le seguía en tamaño, Joseph y Dimitri compartían el tercer lugar, Primero se la mame a Dimitri mientras, con una mano masturbaba a André y Joseph, Bintou me daba una mamada de película, al cabo de un rato decidieron cambiar papeles André se comía mi sexo con hambre atroz, mientras Joseph no dejaba de de lengüetear el orificio de mi culito, intentando meter su lengua en el, mis senos eran victimas de Dimitri y mi boca era penetrada por Bintou, estuve a punto de asfixiarme, ese pedazo de carne era mucho para mi.

Cuando se cansaron de tanto juego, Bintou miro a sus compañeros de juegos, "buenos muchachos, es hora de el premio mayor, ¿Quién será el dichoso?" "bueno, hagámoslo con piedra papel o tijera, entre Joseph y André y otro entre tu y yo y los 2 que ganen, se lo rifaran de igual manera" respondió Dimitri, al final André y Bintou se jugaron la oportunidad de tener "el premio mayor", el ganador, Bintou, los muchachos rieron maliciosamente, "pobre chica, le va a ir como de feria".

Bueno linda, voy a desatarte y quiero que te pongas de 4 patas, me indico André, obedecí, observe como Joseph traía una botellita, que le entrego André, coloco un poco del liquido de la botella en la palma de su mano, tomo un poco con los dedos de su otra mano y se dirigió a mi culito, separó mis nalgas y coloco un poco en la entrada a mi culo, el frío del liquido me obligo a dar un respingo, el alcohol me tenia divagando un poco, pero cuando la razón regresaba a mi cabeza caí en cuenta que el premio mayor era mi culo, y el ganador fue el del pene mas grande, estos malditos me iban a perforar el culo; trate de escapar pero para mi desgracia Joseph y Dimitri me sujetaron con fuerza, que casi me lastiman. "Vamos pequeña, no te asustes no puedes huir así que afloja porque no será nada fácil" dijo Bintou con una sonrisa. Déjame ir por favor, no me hagan esto, pueden cogerme por mi rajita, se las mamo, le chupo los testículos lo que sea pero por piedad no me hagan esto, mi culito es virgen. " eso lo sabemos, porque crees, que tuvimos que rifarlo" refuto Dimitri.

"Esta listo, disfrútalo preciosa" dijo André mientras me daba unas leves nalgaditas, yo estaba casi descompuesta del susto.

Un falo aliente se acercó a mi, André separaba mis nalgas para no perder detalle de la penetración, sentí como con dificultad entraba el capullo, me dolía, me ardía, de pronto empecé a llorar, esto no provoco ningún signo de piedad en ellos, el pene se detuvo un momento, esperando que mi cuerpo se adaptara un poco, y siguió su trayecto, ya no puedo mas, detente, ya no aguanto gritaba entre sollozos, mira grito Joseph "se la comió hasta la mitad, la muy perra", esto apenas lo pude escuchar, ya empezaba a desmayarme "no va aguantar" dijo Dimitri, voy a darle algo para q vuelva en si", "hazlo rápido no me quiero coger a una descompuesta" dijo Bintou. Un poco de alcohol en mi nariz me regreso al mundo de los vivos.

La penetración continuo hasta que en un momento de un solo tirón la metió toda, eso era mas de lo que podía soportar, el estomago me dio un vuelco y vomite, las risas no se hicieron esperar, el mete y saca empezó casi inmediatamente acompañados de "que rico hueco tiene, duro, y caliente", "mira lo rojito se le pone", me daba de forma brutal, la introducía hasta el fondo para sacarla rápidamente, la metía de nuevo rápido llevándose de camino todas mis entrañas. Podía sentir el olor a sexo, de ves en cuando sacaba su pene y lo colocaba en mi boca para que lo lubricara, daba golpecitos con el en mi rostro, yo por puro instinto reaccionaba, lamiendo de arriba abajo dando un cuidado especial a su punta; a pesar de la situación que me encontraba no podía dejar de admirar el cuerpo de ese hombre, despedía un olor a macho embriagante, la totalidad de su cuerpo estaba confeccionada con simetría perfecta

Esto duro como 45 minutos, luego André se colocó debajo de mí y apunto a mi sexo, y me penetro sin mayor cuidado, los 2 mientras me follaban sincronizadamente, 1,2,3,4, los escuchaba jadear, creo que en ese momento mi cuerpo se volvió inmune al dolor, lo único que sentía era como me cogian esos 2, cambiaron de posición, André con mas energía, me dio embestidas mas fuertes y seguidas. El roce de sus mientras solo separados por una delgada capa de carne, les provocó el orgasmo, de forma sincronizada salieron de mí depositando su preciado liquido en un frasco un poco mayor que los que había visto antes.

Mis piernas no soportaban ya mi peso, dejándome caer. "Ea, que cabrones son, la han dejado casi muerta, ahora nosotros como la vamos a follar?" dijo Dimitri totalmente enojado, " es que ya ni una mamada puede dar" afirmo Joseph mientras levantaba mi mentón con uno de sus dedos". Yo estaba extremadamente agotada, ya ni sabia que parte de mi cuerpo me dolía, estaba ya en la inconciencia.

"Dejémosla descansar un poco, para que la puedan disfrutar como se debe" dijo Bintou, se fueron a la barra, y continuaron bebiendo, mientras yo en medio de la tarima recobraba poco a poco las fuerzas.

No se cuento tiempo trascurrió, cuando logre incorporarme, mi acción inmediatamente llamo la atención de mis inquisidores. "Al fin niña, esta espera se ha hecho eterna" dijo Dimitri, supe lo que sucedería, y sabia que los ruegos y gritos eran inútiles. " A ver perrita, toma la posición que te corresponde" me indico Joseph, así que me coloque de 4 patas como la vez anterior.

El primero fue Dimitri, su estaca penetro sin miramientos, me dolía, ardía, Joseph, mamo un momento mi sexo, antes de introducir el suyo, Bintou me cogía por la boca, sentía como sus testículos chocaban contra mi barbilla, no puedo negar que ese era mi favorito; casi vomito por la dureza de sus embestidas, el tipo creía que se estaba cogiendo que sabe que, y por ultimo André mamaba y mordía mis pezones sin piedad alguna, los manoceba sin cesar. Mi pobre ano estaba que no aguantaba mas, palpitaba tratando de asimilar ese pedazo de carne que lo invadía, un tiempo después Joseph cambio de posición con su compañero de faena, este por lo visto esperaba con mucha ansia su oportunidad, el sudor cristalino recorría nuestros cuerpos como el rocío lo hace por las mañanas sobre la fresca hierba.

Fue mas largo de lo que creí, esa tortura duro mas de 30 minutos, hasta que al fin Dimitri y Joseph saciaron sus impulsos, colocando con aires de victoria su semen en el mismo frasco, como anteriormente lo hicieron sus compañeros.

Bintou me dio una pastilla según él para el dolor, cuando la hube ingerido entre en un estado de relajación total, durmiendo al instante. Recuerdo como un sueño como él me cargaba delicadamente.

Desperté no sé cuanto tiempo después, él (Bintou) se encontraba a mi lado, me encontraba vestida y por lo visto, bañada. Me confesó que mientras dormía, me dio un buen baño, me vistió y me dejo dormir, que llevaba así mas de 5 horas y que pronto tendría que salir de esa habitación. "Mis compañeros, me pidieron que me despidiera de ti de su parte, ellos duermen, por el momento quedaron muy cansados", no me quedó otra que sonreír, la verdad a pesar de todo no había sido tan traumarte como pensaría cualquiera.

"Debo darte esto verdad" me dijo mientras habría el puño, descubriendo en el centro de la palma, un pequeño diamante como los que colgaban de mi cruz, se acercó colocándolo en uno de los orificios, encajando a la perfección.

No puedo negar, que ese hombre tenia una mirada muy peculiar, parecía que examinaba cada parte de tu ser, con su mirada fija, además que sus ojos te envolvían como en un hechizo que te impedía salir de ellos, no era lujuria, sino como un misterio que se escondía tratando de sacar lo mas intimo de tu alma.

Mi cuerpo me dolía, pero no impedía que dejara de admirar aquel hombre, realmente era peculiar, no era que me estuviera enamorada de él, sino que su forma de ser me llamaba mucho la atención, quien sabe que cosas cruzaban por su mente, cuento se ausentaba en sus pensamientos.

Escuche el crujir de la puerta donde se abría, mis ya conocidos anfitriones llegaron por mí, no espere a que me ordenaran salir de allí, con paso pausado pero firme, me encaminé hacia la puerta; Bielka se encontraba afuera esperando mi salida, la mire a los ojos por unos instantes; y pude notar que realmente no me miraba a mi, sino al hombre que hacia poco se encontraba conmigo, preferí no voltear a mirar, eso en lo personal no me concertaba.

Llegamos a la quinta puerta, espera a que fuera abierta, ya había dejado atrás los llantos y el miedo que me inundaban al principio, ahora lo único que sabia era que si seguía con un poco de tranquilidad quizás pudiera encontrar alguna forma de escapar de allí, encontrar un punto débil de aquel lugar, pero mientras tanto debía ser lo mas tranquila posible, además que me comía la curiosidad del por qué había tanto secretismo en ese lugar, y alrededor de todo esto, que tenia que ver el perfume con toda esta maraña de intrigas, tal vez era solo una máscara para atraer chicas a ese lugar, que parecía un prostíbulo.

Atravesé la puerta, no sentí miedo, lo que estuviera allí, no podía ser peor que lo ya vivido.