Afinidad (3)

Continuación de Afinidad I y II.

Mismo sitio, mismo día, misma hora. Aquella misma mañana había vuelto a rasurarme meticulosamente, me estaba gustado la sensación, toda esa sensibilidad adquirida. Había pasado una semana pero parecía que había pasado una eternidad, me puse nerviosa como el primer día cuando me subí en el coche de David.

  • Hoy te voy a llevar de excursión a una casa de montaña – me dijo David – pero antes vamos a hacer otra cosa.

David me llevó a las afueras de la ciudad, paró el coche y me dijo que me desnudara y que le diera la ropa, así hice. Él salió del coche y se vino hacia mi puerta, la abrió y me puso un collar con una cadena en el cuello.

  • Vamos a practicar un poco, porque quiero que te acostumbres a ir desnuda por la calle, a plena luz del día.

Aquello me excitaba un montón, aunque no tanto para perder la razón del todo, así que aceptaba siempre y cuando pudiera volver al coche cuando me sintiera incómoda. David dijo que aceptaba el trato. Salí del coche y sentí el sol bañar mi piel desnuda, sentía ruidos por todas partes, parecía que mis sentidos se habían multiplicado. Entonces David comenzó a tirar de la cadena que me había atado al cuello, apartándome del coche.

  • Tsk, tsk, tsk, no te tapes con las manos, quiero verte desnuda sin que te tapes. Además se te tiene que poner moreno el chochete, mira como lo tienes de la marca del bikini. Venga arrodíllate y chúpamela un rato, que luego estoy con tal calentón que me corro enseguida. Cuanto antes termines antes te dejo subir al coche.

Me puse de cuclillas para no clavarme las piedras en las rodillas, dejando mi coñito al aire y sintiendo las hierbas silvestres rozándome y me metí la polla de David en la boca, estaba dura, húmeda y palpitante, la situación aquella le excitaba tanto como a mi. Intentaba hacerlo lo mejor que podía y sabía, porque por una parte me excitaba todo un montón, pero por otra quería terminar pronto.

De pronto vi a 3 individuos que se acercaban donde estábamos nosotros y se lo dije a David, que quería meterme ya en el coche, pero él tiro de la correa y me dijo que razón de más para que me diera prisa en hacer que se corriera. Empecé a mamársela con avaricia. Cuando David descargó una enorme lechada, sujeto mi pelo bien fuerte para que me cayera toda dentro de la boca. Los 3 hombres ya estaban muy cerca y habían visto toda la escena. Sentía mucha vergüenza y encima David comenzó a pasear su polla llena de leche por mis labios.

  • Hola! os estaba esperando desde hace rato, este es mi nuevo juguetito, le acabo de follar toda la boca – le dijo David a los que hasta hacía un rato pensaba que eran desconocidos – vamos al coche.

Me pusieron en el lugar de en medio del asiento de atrás, totalmente desnuda como estaba, con el sabor amargo del semen de David en la boca, aquellos tipos comenzaron a magrearme y sobarme en el asiento de atrás. Tocaban mis tetas, pasaban sus manos por mis piernas, y tocaban impunemente mi coñito. Uno de ellos sujetaba la correa de mi cuello. David me había ordenado que fuera lo más amable que pudiera con ellos.

Mientras me tocaban yo acariciaba sus pollas, incluso me puse de rodillas a chupar una mientras otro de los individuos me comía el coñito. Aquello me excitaba un montón a pesar que lo estaba haciendo ‘bajo órdenes’.

Llegamos a una vieja casa, dentro había poco mobiliario una mesa, un colchón en el suelo, unas sillas y un poco de menaje de hogar. Sólo llegar David me tiró sobre el colchón mientras sus amiguitos se desnudaban. David volvió con una bandeja plateada.

Entre sus amigos había un adolescente, que llamaba papá a otro hombre y un hombre mayor. Estaba tan cachonda en el coche que ni siquiera había podido fijarme en ellos. David me puso de rodillas sobre el colchón y me hizo sujetar la bandeja bajo la barbilla, también me ordenó mantener la boca abierta ya que iba a beberme la leche de todos.

Comenzaron a pajearse en mi carita, los 4. Hacía eso por que me excitaba que David me viera así, porque aparte de él, los otros me insultaban y me humillaban. David se excitaba mucho con todo eso, incluso el que peor se portaba conmigo, que era el más joven, por lo visto era su regalo de cumpleaños y que iba a desvirgarse conmigo. Supongo que había aprendido a tratar así a las chicas gracias a los puticlubs que había visitado con sus amiguetes.

Fue el primero en correrse, y lo hizo en mi boca y barbilla.

  • Venga, no seas desagradecida, límpiale la polla al chico. – dijo David.

Así hice, a pesar de haberse corrido tenía la polla super dura aún. Una vez limpia volví a esperar el resto de hombres. Lo que no pude ir bebiendo fue cayendo en la bandeja, bandeja que tenía que lamer y limpiar constantemente. Eso les excitaba mucho y alguno no pudo evitar correrse en mi cara mientras chupaba la bandeja.

  • Mirad como mi gatita se bebe toda la leche – dijo David – venga Sergio (el chico joven) ha llegado tu momento, venga putita túmbate en la cama y abre bien las piernas.

David cogió mis muñecas y las ató sobre mi cabeza y a un mueble. El chico se puso entre mis piernas y comenzó a penetrarme, yo miraba a David, y mi mirada decía que eso lo hacía por él. Comenzó a follarme, sentía su enorme polla entrar y salir de mi coñito, no tardé ni 5 minutos en sentir su asqueroso esperma dentro de mi. Luego hizo lo mismo el padre del chaval y así me follaron todos. Sergio había metido su polla en mi boca y me la follaba hasta que le tocaba de nuevo metérmela. Tuve varios orgasmos pero en silencio, quería seguir el juego.

  • Venga, diles lo que quieres – me dijo David mientras miraba a sus amigos – mi amiguita es tímida, pero le gusta que le follen el culo. El chico joven fue el primero en decir que quería probarlo, yo me revolvía y le decía a David que todo había llegado demasiado lejos, pero era parte del juego, estaba muy excitada, si me hubiera creído y hubiera dejado de jugar, menudo disgusto me hubiera llevado :D!

David me puso a 4 patas, yo seguía atada y me dió unas palmadas en el culo, también lo sobó un poco y comenzó a lubricarme el culito con su saliva. Entonces sentí como la polla de Sergio me partía en dos, las otras veces había estado más lubricada. Comencé a llorar y Sergio comenzó a bombearme con fuerza. A David le encantaba ver hasta donde estaba llegando sólo para que el disfrutara. Sergio me volvió dejar llena de leche, por una vez la agradecí porque fue un suave bálsamo y me lubricó para las que me quedaban.

David hizo que me pusiera a horcajadas sobre el penetrándome el chochito, mientras sus amigos me iban follando el culo indiscriminadamente. Miraba a David a los ojos, como si no hubiera más mundo que él y yo, a pesar que estaban haciéndome todo lo que querían por detrás. Estallé en un orgasmo. David me sujetaba la cintura y me movía, yo estaba agotada, concentrándome en él había conseguido correrme y luchaba por que su polla no saliera de mi apretándola con mis músculos, lo que le hacía un efecto rebote a la que tenía alojada en mi culo. David no tardó en correrse, sentí su leche más caliente que las otras, o tal vez es que la había disfrutado más. David sacó la polla que había en mi culo:

  • Se acabó compartir mi juguete, ya habéis disfrutado bastante.

Ellos hicieron caso, era parte del juego. Entonces una vez solos David me puso a 4 patas de nuevo y me folló el culo por última vez recordándome quien tiene la última palabra. Yo recibí su lechada con gusto.