Aendiz

Primer encuentro ....

Llevábamos un buen rato de conversación explorando posibilidades cuando “Apenas -dije respondiendo a su pregunta- el roce de unos dedos o de una lengua en mis pezones me pone si no a mil sí que me predispone, más bien me dispara, a todo”, en ese momento los dedos de Noelia dedos vinieron a rozarme por encima de la camisa y los de Noel hicieron eco al otro lado. “¿Así’” “así…” respondí en un leve jadeo.

Noelia y Noel (les llamaré así porque este encuentro fue cerca de Navidad) habían contestado a mi anuncio en un digital. Intercambiamos unos correos y al fin me pidieron un número de teléfono que, por supuesto, les facilité y me llamaron “¿Leonyardo?” “Sí” Era el nombre con que firmaba el anuncio y parte de mi dirección electrónica pero eso ahora no importa. El contacto estaba hecho y tras alguna duda por mi parte, y supongo que por la suya, ahora compartíamos un café en la mesa de su casa. Y hablábamos…

Mis manos titubearon un momento pero fueron a posarse sobre sus rodillas, sentados como estaban dejándome entre ellos yo tenía cinco dedos para cada uno. Noelia llevaba falda y medias y por ellas fui subiendo sin prisa, lo mismo que por la pierna de Noel. Sus dedos jugando en mis pezones me decían que mis manos eran bien recibidas. La derecha alcanzó el sexo de Noelia y ésta separó un poco las piernas permitiendo un primer contacto de mis dedos con su sexo aún con ropa interpuesta… mi otra mano alcanzó la entrepierna de Noel donde también fue bien recibida. A pesar de la ropa, su erección era evidente…

Aquello no se había planeado y mi cuerpo reaccionó tensándose un segundo y relajándose enseguida para más que aceptar disfrutar de la sensación. A fin de cuentas era para lo que nos habíamos reunido aunque, en principio, sólo para hablar, sondear a ver si… y parece que si.

No sé ellos pero a mí las dudas se me despejaban por segundos. Los dedos preguntaban, los cuerpos respondían. “Vamos allá” me dije antes de intentar trepar por el panti de Noelia hasta encontrar de dónde tirar para bajarlo un poco…la izquierda intentó soltar el cinturón de Noel …

Sus manos me ayudaron en la tarea facilitándome el acceso; el uno abriéndose el pantalón, la otra bajando un poco el panty y apenas mis dedos tomaron contacto con su piel, sus manos fueron a abrir mi propio pantalón así que las caricias, el jugueteo con mis pezones vino a reforzarse con atenciones un poco más audaces. Mis manos encontraron la forma de sobrepasar las escasas fronteras de tela que aún quedaban para entrar en contacto con la piel, con las pieles, los ensortijados vellos púbicos de ambos y ellos el mío… al unísono el gemido que inauguraba la complicidad, el primer paso al menos… cada vez más relajado disfrutaba de las caricias de cuatro manos sobre mi cuerpo. Cuatro manos provocando sensaciones…

Era la primera vez que tocaba a un hombre y me dejaba tocar por él. Sus caricias entre mis piernas, el jugueteo con mis pezones, el dejar escapar algún gemido mientras oía los suyos aumentaba la excitación que me producían las caricias de Noelia… y de Noel; ambos estaban siendo un poco más decididos que yo, no quedaban botones en los ojales de mi camisa y el pantalón totalmente abierto les permitía que la caricia cambiase el nombre: me estaban masturbando a dos manos. Sin dejar de hacer lo mismo que ellos me abandoné un instante disfrutando de otra puerta de cielo abierta…Noelia tiró de mi slip y fue Noel quien continuó su labor en el suave movimiento de una pajita a tres que quiere abandonar la timidez… la mano de Noelia entra en mi ropa… yo intento abarcar cuanta más piel mejor, la izquierda se cierra en torno al primer pene que toco y no es el mío…. La derecha pulsa resortes de hembra y ambas provocan gemidos, jadeos… El deseo flota en el aire.

Supuse que ellos lo tenían más que hablado y habrían convenido un código de señales no ya desconocidas sino siquiera perceptibles para mí…

Noelia se levantó “Ven” me sugirió y aceptando su mano y sujetándome el pantalón con la otra fui tras ella. Me llevaron a su aseo. Noelia se sacó el vestido por la cabeza “Estaremos mejor desnudos ¿no te parece?” No sé si me lo esperaba (sí, lo esperaba y lo deseaba y la mujer lucía toda su provocadora desnudez pregonando inmediatos placeres) ¿Cómo no estar de acuerdo? dejé caer el pantalón mientras ella abría el agua de la ducha “¿templada?” me preguntó y asentí. Noel también se había desnudado. Con un gesto me invitaron a entrar a bajo el agua de aquella lluvia domesticada. Apenas lo hice me siguieron situándose cada uno a un lado… sus cuatro manos llenas de gel tomaron posesión de mi cuerpo del que tomé espuma para corresponder a su gesto… Noelia llevó una mano a mi pecho y la otra al pene ya erecto y Noel hizo lo mismo… respondí imitando su gesto pero ellos tenían cuatro manos y yo dos que llevé a buscar sus sexos… sonrisas, gemidos de aprobación. Dos personas buscando darme placer y yo devolviéndolo… despacio, sin prisas… un dedo explorador entre mis nalgas se detuvo justo en el lugar preciso, como pidiendo permiso para entrar. Sólo acerté a susurrar más que a decir “si…si…” y separé las piernas para facilitar la entrada….despacio, despacio pero hasta dentro… Mi erección aumentó. Las caricias que recibía ya yo merecían tal nombre. Yo les hacía una paja y ellos a mi… mis pezones recibieron sus lenguas... ellos bajaron el ritmo y yo les seguí… “¿Bien?” me preguntó Noel “Muy bien… muy…” El agua resbalando por los cuerpos que vi reflejados en el espejo… mi excitación estaba en su cima, a mis oídos llegaban jadeos… creo que fui el primero en correrme ¡y de qué modo! Seguí acariciando aquellos sexos, las manos que pinzaban mis pezones fueron en auxilio de las mías y medio segundo después supe que también mi labor daba fruto y ambos se corrían frotándose con mi cuerpo… La lengua de Noelia vino a mi boca y un instante después nos besábamos los tres bajo el agua templada…

Salimos y nos envolvimos en toallas después de secarnos. Un café en silencio hasta que Noel “es evidente que has disfrutado ahora la pregunta es si querrás más” “Sí! Claro que quiero más” “¿ha sido como esperabas?” “No sé lo que esperaba… pero ha sido muy placentero… ¿me invitareis más veces?” “Estaremos fuera unos días pero si. Sí que te invitaremos.” “ Y ya no será una sesión… para menores” añadió Noelia.

Y a buenos entendedores….

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