Adoptado ( cap. 4)

Su nueva vida copmenzaba a presentarsele....

De golpe la luz de la mañana lo despertó, era Liliana que abría las cortinas y los llamaba avisando que el desayuno estaba listo.

Los tres estaban desnudos desparramados en la cama, no había que deducir mucho lo que había pasado esa noche, ¿Estaría Liliana acostumbrada a hallarlos así?

Vero y Damián despertaron con naturalidad y agradecieron a Liliana por despertarlos.

-Buen día –dijo Vero y besó a sus dos hombres en la boca, enseguida se abrazaron entre los tres y comenzaron a tocarse, pero Vero les recordó que el desayuno estaba listo, se pusieron una bata y bajaron a desayunar.

Liliana había preparado una abundante mesa y ya les traía café y leche.

Pedro miraba con vergüenza a Liliana, esta le sonrió, era obvio que la muchacha estaba acostumbrada a verlos así y ellos también, solo a él le avergonzaba la situación, pero ya se acostumbraría.

Desayunaron  y charlaron plácidamente, Damián le dijo que estaban más que contentos con él, que había superado todas las expectativas y que esa semana, si le parecía bien, se podía mudar.

Él también les dijo que estaba contento y que lo había disfrutado mucho, en sí, no podía creer lo bien que lo había pasado y aunque sabía que todas las noches no iban a ser así, estaba feliz por la nueva vida que comenzaba.

Se despidió de ellos no sin antes arreglar con Damián su comienzo laboral para ese lunes y como el jueves terminaba el mes, sería un buen día para mudarse.

Corrió al súper donde trabajaban sus amigos para contarles como le había ido y los detalles de todo lo sucedido.

Doris estaba de franco pero encontró a Willy y le contó todo, este se puso contento por lo bien que le había ido.

Caminó las pocas cuadras que separaban  el súper de la pensión pensando en lo que le había vivido…

Estaba temeroso, había sucedido todo tan rápido y tan bien que temía que algo vaya a estropearlo, pero recordó las palabras que una vez le dijera un viejo muy respetado en su pueblo:

-Todos nos merecemos cosas buenas y vivir bien, si tenemos actitud positiva, todo sale bien, si somos temerosos de lo que podría salir mal, eso sucede…. ¡Atraemos lo que pensamos!

Recordar eso lo puso de buen ánimo,  se prometió disfrutar de lo que estaba pasando y agradecer al universo por todo lo recibido.

Cuando llegó a su pieza se tiró en la cama pensando en todo eso, ya le había dado hambre, bajaría a comprar algo para comer.

De pronto golpearon a la puerta, era Doris, con una caja de pizza en una mano, una cerveza fría en la otra y una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Vengo a que me cuentes todo!

Pedro sonrió pensando en cómo el universo estaba satisfaciendo sus deseos…..

Comieron y charlaron, cada vez que Pedro se encontraba con Doris sentía que se le iluminaba el alma…. Nunca le había ocurrido algo así…. Ni siquiera con su novia en el Chaco, ¿Se estaría enamorando?...no era el momento más apropiado para enamorarse, prefirió dejar que las cosas sucedan como sea, vivirlas y dejarse llevar…

A Doris las anécdotas de Pedro la empezaron a calentar, sintió que su conchita estaba cada vez más mojada y un deseo irrefrenable de bajar su mano hasta ella la asaltó de repente…. Obviamente lo hizo y a Pedro le perturbó la situación….

Primero acarició su concha por encima de su ajustado jean, luego lo desabrochó para permitir que su mano llegue a acariciarla, gimió y volvió a sacar sus dedos chorreando para metérselos en su boca,  saborearlos y volver a empezar…

Pedro estaba tan perturbado por la escena que ya no pudo seguir con el relato, pero Doris lo retó y le dijo que siguiera.

Entonces ella se sacó el pantalón y la tanga, se sentó en su cama y abriendo las piernas continuó con el jueguito…

El muchacho estaba enloquecido, ver masturbarse a su amiga era algo que lo volvía muy loco. Se paró, se sacó el pantalón y el slip y tomando una silla se sentó delante de ella y continuó el relato.

Trató de hacerlo con lujo de detalles, exageró escenas, haciéndolas  lo más caliente posible, ella se pajeaba lentamente, metía dos dedos dentro de su concha y con la otra mano se frotaba el clítoris, jadeaba y gemía mientras Pedro le contaba sus aventuras y comenzaba a pajearse el también. Lo hacía muy lentamente, no quería acabar así.

La chica seguía en lo suyo y pronto tuvo un gran orgasmo, Pedro no aguantó más y fue directo a lamerle la concha, Doris seguía masturbándose y Pedro lamía sus dedos, su concha, bebía sus jugos…. Ella no tardó en tener otro orgasmo y cayó desparramada  en la cama, Pedro aprovechó para acostarse junto a ella y ponerse para un 69.

-Dame toda tu leche corazón –le decía mientras le chupaba desesperadamente la pija, Pedro gemía y seguía chupándosela, el cosquilleo en sus huevos le anunciaban que iba a explotar muy pronto, quiso aguantar lo más posible pero la forma en que Doris se la chupaba  no ayudaba para nada.

Se puso boca arriba y la chica se situó entre sus piernas para seguir chupándosela, él  le acarició sus cabellos  y gritando fuertemente acabó en su boca llegando a un éxtasis inigualable… Los chorros de semen caliente colmaron su boca, ella sonriendo se los tragaba, se bebió hasta la última gota y subió besando su cuerpo hasta llegar a sus labios y fundirse en el más apasionado de los besos. Ahí había más que sexo.

Media pizza se enfrió y un cuarto de cerveza se calentó sobre la mesa. Ellos seguían acariciándose y besándose apasionadamente, Pedro ya estaba duro de nuevo y no tardó en entrar dentro de Doris para darle pasión muy suavemente, abrazados y sin dejar de besarse locamente.

Estuvieron así más de media hora haciéndose el amor de la manera más tierna que existe. Llegaron juntos al éxtasis y quedaron abrazados,  cuerpo a cuerpo, piel a piel, gozando de tanta pasión.

-Creo que me enamoré de vos –le dijo Pedro así sin anestesia-

-No…no es el momento ahora para enamorarte de mí –le dijo ella- se te pueden estropear todos los planes…

-Pero yo…

-¡Nada! –Dijo ella- dejemos por ahora las cosas como están que así están bien….y no pienses que te vas a librar de cogerme porque lo haces con ellos…jaja…ya sabes cómo me gustan las cosas a mí, seamos libres y disfrutemos todo lo más posible…y por nada del mundo te pierdas la posibilidad que se te dio.

En si Pedro estaba de acuerdo, pero también sentía que su corazón le pedía estar con ella… tendría que aprender a separar las cosas y disfrutar de la compañía de Doris cada vez que pudiera.

Ese lunes amaneció temprano, estudió toda la mañana, comió algo y con sus mejores ropas fue hacia la escribanía de Damián, algo nervioso pero feliz, hacia su primer día de trabajo.

Damián lo estaba esperando y lo presentó como su sobrino el interior que estaba estudiando derecho en la capital.

Todos lo saludaron, trabajaban más empleados que lo que él creía, ya los iría conociendo, en principio le habían parecido un grupo de gente distinguida y amable…ya habría tiempo para conocerlos bien.

Damián notó que el muchacho estaba vestido con la misma ropa que usó para ir a su casa, por suerte la camisa estaba salvada de la mancha.

Le mostró todas las instalaciones y en un momento en que estaba solos le dijo:

  • Acá lo importante es que seas discreto, yo estoy seguro que lo sos, por eso te traje acá, limítate a hacer lo que te pidan, aunque la mayoría de las cosas te las voy a pedir yo.

Ah, … veo que no tenes mucha ropa, ¿no?

-No –dijo el muchacho- la verdad es que no tengo mucha ropa

-Bien, ya me acompañas a comprar –replicó Damián.

Salieron de compras a un conocido shopping de la capital, compraron bastante ropa, le dejó algo al muchacho para esos días y llevó el resto con él para su casa, así tendría menos para mudar.

Martes y miércoles pasaron rápido entre el estudio y él trabajo, el jueves se levantó y miró su cuarto, había llegado el  día de dejarlo. Guardó sus pocas pertenencias en un par de bolsos y llevó sus utensilios de cocina y algunos trastos que le serían inútiles a lo de los hermanos…esa sería su nueva casa cuando no estuviera en lo de Damián, así se lo habían ofrecido ellos y él estaba contento.

Llevó esas cosas a lo de Doris y Willy y se quedó a almorzar con ellos, Damián le había dado franco para mudarse y lo pasaría a buscar a eso de las cuatro.

Los hermanos decidieron darle una despedida especial, después de comer se desnudaron y lo desnudaron, comenzaron a besarlo, acariciarlo y franelearlo, Willy lamia su cuello mientras Doris besaba sus tetillas… Pedro estaba al re palo, los hermanos lo volvían loco besándolo y lamiéndole todo el cuerpo…ninguno de los dos fue más allá…de repente lo dejaron:

-Te dejamos bien calentito para la bienvenida que te van a dar…jaja… te dejamos los huevitos bien llenos de leche para que los disfrutes con ellos…jaja

-¡Están los dos locos! –dijo Pedro…jaja…. ¿qué hago así al palo ahora?

Los tres rieron juntos, Pedro se vistió y fue en búsqueda de Damián… abrazó a sus amigos que aún estaban desnudos  y se fue cargando sus bolsos hasta la esquina donde lo encontraría Damián.

Los hermanos se abrazaron y pronto comenzaron a besarse frenéticamente.

-Me preocupa mucho nuestro incesto –dijo Willy- es cada vez más seguido….

-Si –le contestó su hermana- tenes razón, mañana lo hablamos…ahora estoy muy caliente…

Cayeron en una cama y se prodigaron sexo desenfrenado hasta la noche y luego se durmieron abrazados.

A la hora convenida, Damián pasó a buscar al muchacho y lo llevó para su casa. Pedro estaba muy feliz, le duraba la calentura que le habían dejado sus amigos y su pija estaba muy dura, además, toda la excitación que le daba esta nueva vida ayudaba a que permaneciera así al palo.

Entró en su habitación y guardó sus pocas pertenencias en el amplio placard, sobre la cama estaban las cosas que habían comprado con Damián y un poco más de ropa que estaba mirando cuando entró Vero a saludarlo.

Le dio un húmedo beso en la boca y le dijo que ella le había comprado esa ropa que se había encontrado, él le agradeció con otro beso en la boca…   ¡estaba tan caliente! … pero no quiso seguirla, recordaba lo que le había dicho Damián sobre el sexo solo cuando estuvieran los tres y quería cumplir con las reglas.

-Seguro te querrás dar un baño, ¿no? – Dijo ella- ahí en tu baño tenes todo lo necesario…

Pedro terminó de acomodar toda la ropa y se dio una larga y hermosa ducha, hacía calor, se puso un short de los suyos y una de las remeras que le regalara Vero y bajó, allí la estaba esperando ella y tomaron un té.

Charlaron de banalidades y de cosas de la casa pero no de sexo, Pedro seguía muy excitado y eso se podía ver muy fácilmente por su short, incluso Vero lo notó pero no dijo nada.

Al parecer, el sexo solo era un tema para tratar de a tres pensó él…pero estaba muy equivocado.

Más tarde llegó Damián, la tarde terminó entre charlas amables y distendidas, luego cenaron algo liviano y cada uno se retiró, Damián sugirió que aunque era la bienvenida de Pedro, esa noche no tuvieran sexo, debía levantarse muy temprano y tendría un día muy complicado…por eso había suplicado que lo dejen dormir temprano…los tres rieron y quedaron de acuerdo. Él fue a bañarse, Vero a leer un libro y Pedro aprovechó a ordenar un poco sus papeles en su nuevo escritorio, al otro día debía retomar sus estudios para no atrasarse.

Estaba en eso cuando Vero se acercó hasta su habitación y le dijo:

-Ni pienses que no vamos a coger esta noche nosotros dos… ¿ eh?

-No hay problema –Dijo el muchacho- …pero como Damián dijo que la regla era…

-La regla es decirle que si a Damián y hacer lo que dice Vero… ¿entendiste?

-¡Bueno!  -dijo Pedro  riendo… ¿Pero si se entera? , no le va a gustar…

-Mirá, Damián toma pastillas para dormir, tardan un poco en hacerles efecto, pero después duerme como un tronco…vos te vas a acostar, me esperas desnudito en la cama y cuando él se duerma, yo me encargo de despertarte…

-No hay problema…así te voy a esperar –dijo el muchacho y ella se retiró.

Terminó de arreglar sus papeles y se  fue a acostar, desnudo, como le había pedido ella.

Le gustó la sensación de las suaves sabanas sobre su piel desnuda y pensó que de ahora en más así dormiría, además, parecía que debía estar siempre listo, el roce de la suave sabana sobre su pija lo excitaba mucho, estaba muy duro pero de eso se encargaría Vero más tarde.

Las cosas estaban cambiando y se dio cuenta que el matrimonio estaba dispuesto a todo, hasta romper sus propias reglas para provecho propio y él debía disfrutar de eso.

Se durmió pensando en eso y lo despertó un suave ruido cuando ella entró en su habitación, se hizo el dormido para seguirle el juego, ella subió gateando por los pies de la cama y cuando llegó a su pija comenzó a lamerla, estaba tan dura que se la metió en la boca y se la pajeó violentamente, luego de un rato, subió por su cuerpo y él pudo agarrarla de sus duras tet… -¡Esas tetas no son duras! ¡ y son más grandes! …-se dijo-…  ¿Liliana? –le preguntó…-que haces, si viene Vero se pudre todo…

-No te hagas problema… recién se acostaron y hasta que no se duerma Damián no va a venir…escuché lo que te dijo y me pareció que era una buena manera de que cogiéramos…no te me ibas a escapar.

Y diciéndole esto se le tiró encima besándolo y agarrando su pija con una mano y enterrándosela en lo más profundo de su concha para comenzar una cabalgata frenética que duró diez largos minutos, el chupaba y mordisqueaba sus tetas y ella gemía despacio, como acostumbrada a ser discreta y no paró hasta que el muchacho le regaló todo su néctar, llenándole su carnosa concha y dejándola satisfecha.

El muchacho fue al baño, se lavó un poco y se volvió a la cama, su mente no podía razonar lo que le había pasado y esperaba la llegada de Vero y así se volvió a dormir.

Una hora más tarde entró Vero, no fue discreta como Liliana, se arrojó en brazos del muchacho besándolo con mucha pasión.

Vestida con un mínimo camisón de seda color beige que la hacía más sexy aun y que Pedro prefirió dejarle puesto. Tanta pasión lo puso al palo nuevamente, a la edad de él eso es normal y gracias a eso no lo delataría.

Ella lo besaba con desesperación mientras el agarraba su hermoso culo con las dos manos, ella refregaba su concha ya muy mojada contra su pija dura y él estaba enloqueciendo...

Como pudo salió debajo de ella, la puso culo para arriba y comenzó a lamérselo con toda la pasión que tenía, su lengua recorría todo su precioso culo y bajaba hasta su concha y ella mordía la almohada para no gritar y así, como la tenía, le enterró la pija en su concha hasta los huevos, bien adentro.

-Dame duro pendejo… -susurró ella- y el la dio lo más duro que pudo, sin parar, ella hundía la cabeza en la almohada y su grito se oía sordo…. Acabó un par de veces pero Pedro quería penetrar y adueñarse de su hermoso culo.

Ya estaba mojado así que no le costó entrar en él y lo hizo de forma violenta, en un golpe entró la cabeza y en el segundo ya estaba todo adentro….

De ahí en más le dio duro como antes, una mezcla de dolor y placer se adueñó de ella que gemía y tapaba su boca con la almohada, solo se calmó cuando sintió el chorro de leche caliente entrando de prepo en su culo.

El muchacho cayó desfalleciente en la cama, ella le pidió de ducharse en su baño para no despertar a Damián.

Cuando sintió el ruido del agua se metió bajo la ducha con ella, quedaba tiempo para lamerle la concha bajo la ducha para hacerla acabar otra vez, era evidente que el motor de esa casa era el sexo y que la que manejaba todo era Vero…por lo tanto, había que tenerla contenta.