Adolescentes gemelo y gemela (8) pronto follarán
En una tienda encuentran juguetes sexuales no imaginan lo que se les viene... encima...
Patricia, empezó a calmar a su prima Sandra que todavía se quejaba de la violación realizada por su propio padre, jamás le dolería tanto el culo como en esta ocasión, pero ya había aprendido lo que tenía que hacer para la próxima, ya sabía como tenía que actuar, caso de que volviera a encontrarse en otra situación similar.
Patricia: Sandra, llora todo lo que quieras, eso te hará bien, te servirá de desahogo, yo también voy a procurar hacerte olvidar esta mala experiencia, si me permites que te ponga un poco de vaselina en ese maltratado agujero, sentirás mejoría.
A continuación, después de haberse acostado, Patricia acercó su rostro al malogrado ano y le dio un besito, con lo que se estremeció Sandra poniéndose todo el vello de punta, pareció que le gustó el gesto de su prima, que a continuación empezó a masajearle el esfínter con los dedos y la vaselina...
Sandra: Nooo, déjame... otra vez no quiero sufrir por ahí... -decía mientras lloraba.
Patricia, que era muy comprensiva, sólo le dedicó un par de caricias, le tapó la zona con las bragas y se fue a dormir al lado de ella, mientras Andrés, absorto, lo miraba todo, en silencio, con un gesto de preocupación, maldiciendo hacia sus adentros a los mayores con los que convivía.
La joven sodomizada pronto se durmió, cosa que no le ocurriría a su prima hasta un rato más tarde, rato que le dio tiempo a pensar en cosas... en cosas que hacer con ese culito que había sido “abierto” en cierta manera... y que a ella también le había sucedido, en cierto modo, pero de forma más placentera, no debido a una forzada violación.
Mientras pensaba en esas cosas tan obscenas, se empezó a acariciar el clítoris, a sabiendas de que la prima estaba pegada a ella, pero roncaba como un tronco, y poco más allá estaba Andrés en otra cama, vuelto de espaldas, lo que desconocía era que el estaba despierto.
P: Mmmmm, como me ha puesto de caliente lo que ha ocurrido... -pensaba en voz alta mientras sus dedos apuñalaban su vagina.
El muchacho oyó todo lo que le dijo a Sandra, y más tarde, también empezó a escuchar como gemía Patricia por el placer que se estaba procurando, los gemidos lo calentaron, volvía a tener su pieza dura, y volvía a tener ganas de meneársela.
A: Que rico coño tiene mi prima, otra vez me ha calentado solamente con escucharla, no puedo dejar de hacerme una paja... -pensaba mientras agarraba su duro pene para pajeárselo.
Se dio la vuelta para observar bien a la autocomplaciente prima y se le pusieron los ojos como platos al ver que estaba sin cubierta alguna, aunque fue la prima la que le desvirgó y por lo tanto ambos conocían sus propios sexos, esa visión le impresionaba, por lo que inició un movimiento furioso de masturbación mientras veía los dedos de Patricia desaparecer en el interior de su vagina, saliendo hacia su clítoris, masajearse con fruición.
P: Aaahhh, aahhh, pero qué rico está esto... quiero tener una polla aquí dentro... de inmediato...
Mientras gemía casi como una loca, en bajito, con los ojos cerrados, se acariciaba el clítoris y se palpaba el interior de su vagina hasta alcanzar lo más profundo de sí misma.
Encontrándola así, Andrés se sobreexcitó de manera que se corrió casi de inmediato, lanzando un tremendo chorro hacia la cama de al lado, logrando salpicar a su prima en el muslo que tenía más cercano, y ella, que estaba a punto de correrse, tomó de forma casi inconsciente, con el dedo, esa gota de semen, y se lo introdujo dentro de su caliente coñito, alcanzando el deseado orgasmo, cerrando sus piernas con su mano apretada y mojada por los labios vaginales del sexo con el que había sido dotada.
Después bastaron un par de minutos para que se escuchara el silencio absoluto en la habitación.
La mañana siguiente después del estupro, prácticamente se quitaron de en medio, de la vista de los padres, temprano se hicieron con sus bañadores, como era un día de no mucho calor, no se llevaron sombrilla, si acaso daría un paseo por la playa y tomarían un baño, pero no más.
Paseaban por el centro turístico del lugar, y se distrajeron un rato mirando los chismes que estaban a la venta en un bazar de “souvenir”, no pensaban comprar nada, simplemente distraían sus pensamientos mirando los objetos que estaban expuestos para su adquisición.
La tienda estaba muy bien organizada, conteniendo todo tipo de elementos, Andrés, que no era muy de ir por tiendas, iba como de avanzadilla, más rápido que su hermana y su prima, que se detenían a ver y comentar cada uno de los objetos.
El joven llegó a un punto del local donde exponían disfraces, de todos tipos, y en un rincón más recóndito se topó con algo especial, algo que no era común en un sitio así, o al menos eso pensó, al no verlo jamás en comercios similares. Se encontró con objetos de tipo sexual, había una gama de dispositivos fálicos y vaginales, cabezas, cuerpos enteros, gran surtido de afrodisíacos y películas pornográficas, etc... le dio la risa al encontrar barajas de cartas y juegos de mesa sexuales, no cabía en su mente la existencia de esos elementos en una tienda de regalos, pero... al ser aquel un sitio turístico, existía la posibilidad de encontrar de todo en una tienda como esa.
Andrés: Venid chicas, si queréis reíros un rato, mirad lo que encontré por aquí.
Al principio alucinaron los tres y se le pusieron a la vez los ojos como soles de grande, a cada uno le pasó un pensamiento por su calenturienta cabeza.
P: Mira Sandra, que consolador más grande, tiene un pene en cada extremo... debe ser para ser disfrutado por dos personas ¿no te parece?
S: Ooohhh, siii, eso debe ser fantástico, qué cosa más grande, hermano... este te ha superado, que lo sepas.
A: Ya, pero... ¿sabéis lo que os digo? Que seguramente eso no me superará en el calorcito que os doy cuando os la froto dentro de vuestros estrechos canales, y seguramente... tampoco os proporcionará las lechadas que salen expulsada por mi polla, después de estar un rato, dale que te pego, metiendo y sacando mi carne de la vuestra.
De pronto, Patricia echó el culito hacia atrás como queriendo enganchar su medio erecta polla con el trasero, pidiéndole guerra... sin pensarlo dos veces, con disimulo agarró un consolador que no era de muy grandes dimensiones, que seguramente habría dejado en ese sitio otra clienta, pues no estaba con los demás, tomó a los primos por las manos y los llevó al stand de camisas e hizo que cada uno agarrara una, para irse en dirección a los probadores, después de preguntar al dependiente.
P: ¿Podemos probarnos esto, guapetón? -le decía mientras le enseñaba las prendas de vestir.
El dependiente, que sólo era un poco mayor que ellos, con cara que tenía de no apetecerle estar allí, parecía que no había pasado una buena noche, le indicó con un dedo hacia donde estaban los probadores.
S: ¿Qué haces? ¿Nos vas a regalar algo?
P: Tú calla y disfruta -le indicó casi en un susurro al oído.
Andrés, iba a regañadientes y una vez en el pasillo de los probadores, Patricia empujó a los hermanos hacia un pequeño cuartito en el que apenas si cabían los tres, ella entró la última tras haber comprobado que nadie les miraba.
Lo que no se dio cuenta, fue de un detalle...
P: Mmm, primo mío... que caliente me ha puesto ese sitio de los consoladores y demás cosas... sé que tú también te has puesto así, al sobarte con mi trasero en tu polla, la he notado crecidita...
A: Patri, uno no es de piedra, ¿no sabes...?
No le dio tiempo a terminar de hablar y ya estaba Patricia bajándole las bermudas a su primo, dispuesta a saborear el calor que seguro que desprendía su pene.
P: De verdad que no eres de piedra, pero tu pene se ha convertido en algo más duro que la piedra, uauuu, esto no es para desaprovecharlo.
Sandra excitada con lo que veía, se estaba empezando a mojar también, Patricia le dio el consolador que tenía en la mano...
P: Sandra, prima, sujétame esto y ve tocándolo, a ver qué te parece su dureza...
S: ¿Esto es para obtener placer? Si debe dar más dolores que alegrías...
Pero ella no cesaba de quitarse la prenda inferior que guardaba su bikini y por consiguiente su coñito caliente, cuando se deshizo de todo... empezó a acariciarse...
S: Gusto si que da... al pasarlo por el clítoris... tenerlo dentro... debe ser fantástico... pero no quiero que un trozo... de plástico me desflore...
Cuando decía esto no pensaba más que en la polla de su hermano, que ya estaba siendo engullida literalmente por la boca de su prima, que al mismo tiempo se acariciaba su clítoris muuuy suavemente...
P: Mmm, que ricura de polla, no me cansaría de comértela constantemente, siempre que... constantemente me llenara el estómago con tan rico líquido... mmm...
Las palabras de la experta mamadora estaba poniendo a los hermanos que no sabían lo que hacer, si reírse del placer que estaban sintiendo, agarrarse a distintas zonas de los cuerpos de los tres, o qué, en un instante, se puso a acariciar Andrés las tetas de su hermana, que todavía estaban escondidas bajo el pequeño bikini que las resguardaba, y Sandra, acariciaba a su vez los testículos de su hermano y trataba de alcanzar también el periné, al ver que su prima le besaba en esa parte de sus bajos y parecía desaforado...
Bastó un breve espacio de tiempo para que Sandra comenzara a gemir, por el placer que estaba obteniendo al acariciarse con el consolador en forma de polla con sus venas bien resaltadas. Cuando eso pasó, Patricia se puso de pie y le dijo...
P: Sandra, fóllame con el consolador, y te diré si merece la pena dejarse desflorar por el o no.
La boca de Patricia no dejaba de llenarse de carne mientras decía esto y Andrés no dejaba más que hacerse hacer, agarraba a su prima por la nuca, en tan incómoda postura y comenzó a follársela llegando a alcanzar la campanilla que daba paso a su garganta, sintiendo un placer sin igual.
A: Ooohhh, prima, como sigas me voy a correr... muy pronto...
P: Me tengo que quitar la calentura que tengo... ya... y también quiero quitárosla a vosotros que os la he contagiado... adrede, jajaja. Venga Sandra... ¿a qué esperas?
S: Voy primita querida... es que vuelven a venirme las calores...
Sandra se puso de rodillas, mirando el coñito caliente y mojadísimo de su prima, puso el consolador, como si fuera un puñal, despacio introdujo la cabeza de la polla de plástico en la entrada vaginal de Patricia, y despacio desapareció en su interior... y de nuevo acercó sus dedos a su recién corrida vagina...
P: Ooohhh, métemelo del tirón, y sácamelo, fóllame prima... fóllame...
De forma obediente Sandra sacaba y metía el consolador en su totalidad dentro de su prima, que estaba siendo follada por dos sitios a la vez, su primo se follaba su boca y su prima le metía el consolador hasta el fondo... sentía que la corrida humana estaba cercana...
A: Me está... llegando Patricia... prepárate... prima...
Patricia no podía más que gemir... por lo de atrás... y por lo de delante... movía sus piernas... para que Sandra le metiera más y más... por un momento pensó que tenía que haberse hecho de otro consolador de más grandes dimensiones...
Sandra se iba a correr de nuevo al ver al hermano gemir de esa manera, y a su prima disfrutar tantísimo con el consolador dentro de su cuerpo.
P: Aaahhh, aaahhh, dame tu leche... de una vez... que me viene... el orgasmo...
Andrés fue el chico obediente en esta ocasión y se derritió en el fondo de su garganta, Patricia se lo tuvo que tragar, y a su vez, cerró las piernas, Sandra no pudo sacar el consolador, parecía que se le había incrustado a la prima, y al encontrarse como se encontraba, volvió a gozar de las caricias que se estaba dando en su pimpollito...
S: Otra vezzz... otra vezzz... me viene también a mi... prima... ooohhh, cuanto gustazooo...
Casi exhaustos los tres, se sentaron en el pequeño espacio que ocupaba el sitio del probador... entre risitas, se felicitaron por el placer que se habían dado de manera tan improvisada, y en cuanto se arreglaron un poco... salieron para abandonar de nuevo las prendas de vestir en su lugar, dejando el consolador disimuladamente en un sitio cercano a donde debería de estar... Patricia pensó que deberían aparentar que realmente habían entrado a comprar algo y cogiendo una bolsa de globos largos, de esos que sirven para hacer figuras de globoflexia, que había cerca de la salida, se la puso al vendedor para que se la cobrase, después se despidieron amablemente del dependiente... y se marcharon muy agradecidos del lugar...
El dependiente... con una cara totalmente distinta a la que hace escasamente diez minutos le había indicado donde estaban los probadores, y con una sospechosa toalla puesta sobre los muslos, bajo la cual se vislumbraba un extraño bulto... diplomáticamente y casi agradecido también se despidió de los tres satisfechos muchachos.
Lo que no sabían los muchachos, aunque sospecharon del dependiente, es que éste también se había autocomplacido, mientras observaba con una cámara que tenía instalada en los distintos probadores, al complaciente trío darse placer en tan pequeño espacio de terreno.
P: ¿Habéis visto el bulto que tenía bajo la toalla? Antes no la tenía, ni la toalla, ni por lo tanto... el bulto.
S: Se habrá pajeado... mirando alguna revista porno de las muchas que tienen allí.
A: O lo mismo nos ha estado escuchando... porque vaya tela cuando os habéis corrido como habéis chillado.
Al unísono, las dos chicas sorprendidas y sarcásticas preguntaron “¿siii?”
Saliendo de la tienda, Sandra se encontró con su amiga Diana, vecina de toda la vida de la playa, unos años mayor que ella, intercambiaron saludos, y algún que otro cotilleo, y de forma inesperada, le dijo...
S: Diana, me gustaría pedirte un favor...
Diana: Dime guapísima, hay que ver qué cuerpo se te ha puesto, ligarás muchísimo... tu hermano seguramente... también... -y le dio un codazo a Andrés, que se puso colorado.
S: Bueno... son varios los favores, nosotros, todavía no podemos comprar ciertas cosas... tu ya sabes... ¿las comprarías para nosotros?
D: Claro que sí, pídeme lo que quieras pillina, cuando dices eso es porque... serán cosas... ¿para adultos?
A Sandra se le estaba pasando el comprar algún que otro consolador y algún que otro anticonceptivo, todo en plan masculino y femenino...
Mientras Patricia también tenía sus ideas... propias...
Pero eso... es otra historia...