Adolescentes gemelo y gemela (3) pronto follarán
En la playa se metieron en el agua y salieron..., bajo la sombrilla un culo fue inundado...
Después de la hora y media de viaje por fin llegaron a la playa, descargaron el equipaje, estaban muertos de calor, además de que iban calientes, sobre todo Andrés y Sandra... cuya fogosa situación no terminaba de aplacarse.
Los padres se pusieron a poner en orden la casa, un poco de limpieza no le venía mal, y los hijos, que venían preparados para ir directamente a la playa, tuvieron que aguantar y obedecer a sus progenitores y poner un poco de su parte y ayudar para que todos pudiesen disfrutar de la casa de la playa.
Así que todavía no podrían relajarse tumbándose en la arena y remojándose en las aguas, pero no dudaban en disfrutar de vez en cuando de unas caricias fugaces, cada vez que se quedaban solos en cualquier rincón de la casa, cada vez que ambos padres salían a llevar bolsas de basura, ellos se iban a la habitación más cercana... Andrés acariciaba el chochito de su hermana, complaciéndola durante unos cómodos segundos, y sus pezones se ponían duros como piedras, detalle que al padre no se le pasaba por alto porque alguna vez le miró hacia esa dirección... en otras ocasiones, si ambos salían de nuevo... Sandra se agachaba y le comía la polla a su hermano, hasta ponérsela dura del todo, pero sin sacarle nada de semen, pues no daba tiempo para tanto, en cuanto escuchaban la puerta, tanto ella como el, al que le tocase el momento, dejaba de acariciar el sexo de su compañero-compañera de juegos sexuales.
Aunque hacía bastante calor, el tiempo meteorológico no acompañaba, corría una brisa un poco desagradable, a pesar de ser caliente, pero se notaba desagradable, a pesar de todo, los hermanos seguían insistiendo en que irían a la playa, seguían pasionalmente ardiendo y ambos tenían ideas fijas que en cuanto se encendían, nadie podía detenerles... a saber qué pensarían.
Al cabo de pocas horas, después de haber arreglado la casa, haber comido y tras descansar una siesta que todos se tenían bien merecida, cerca de las nueve de la noche, aún siendo cercana la hora en que empieza a anochecer, Andrés y Sandra seguían en sus trece de irse a la orilla de la playa al menos, a disfrutar del relax que da el sentir la arena en la piel y el sonar de las olas acercándose.
Los padres le dieron el permiso, pero con la intención de que no tardaran mucho pues iba a anochecer pronto y deberían tener cuidado, aunque sabían que eran responsables y se cuidarían mutuamente.
Andrés: Si padre, yo cuidaré muuucho de mi hermana, no la dejaré que se separe un milímetro de mí, trataré de estar lo más cerca posible de ella.
Sandra: Seguro que si, padre, yo también haré lo posible porque esté muy pegadito a mi, mi querido hermano, Andrés, ¿te parece bien que nos pongamos la crema aquí en casa para no perder mucho tiempo junto al agua que todos nos ven?
A: Me parece una buena idea, aunque el sol no aprieta mucho pero... nos la pondremos.
Andrés no conocía las intenciones de su hermana y cada uno fue a su habitación a embadurnarse bien de crema solar, el se la puso por cada rincón de su cuerpo mientras Sandra, ungía cada rincón de su piel y, muy cuidadosamente, también se untaba por cada rincón “invisible” de su cuerpo, así que se llenó dos dedos, los dedos que más conocían su cuerpo interno y muy lentamente se los empezó a meter en su vagina, pensando “por lo que pudiera pasar”, así que, tardando un poco más de la cuenta, aprovechó para, estando en esa situación, acariciarse su sexo, tocarse los labios, menores, mayores, despacio, el clítoris, frotárselo hasta conseguir llenar sus dedos, además de con la crema anti rayos uva..., con sus propios placenteros jugos sexuales, llegó a gemir, muy bajito... pero como había un silencio sepulcral, Andrés sabía en qué andaba su hermana y los dedos de su hermana, por lo tanto, decidió embadurnarse bien la polla, por fuera y por dentro, se echó el pellejo hacia atrás, llenándose lo más sensible de su cuerpo con el aceite corporal que usaban, así resbalaría más si hiciese falta. Sandra también se acordó de su culito, que todavía no había sido ni tocado por mano humana, y con un poquito de gracia inició su autopenetración con esos dedos que previamente le habían hecho disfrutar acariciándose su clítoris, se penetró con un dedo, lentamente hasta el fondo, al no sentir dolor ni malestar, se atrevió a meterse dos dedos, le volvía a llegar placer, pero un placer distinto, un poco más frío, pero distinto, cuando por fin vio que sus dedos salían y entraba más alegremente que hacía dos minutos, se los sacó, se acomodó su bikini y salió de la habitación.
El hermano ya la estaba esperando, con la toalla colocada discretamente tapando su abultada excitación, se despidieron de sus padres con el típico besito de hasta luego y tomaron rumbo de la playa, que no estaba a más de doscientos metros de distancia.
Durante el camino...
A: Te he escuchado como disfrutabas ¿qué te estabas haciendo?
S: Se me antojó protegerme el chocho de los rayos solares y también le he puesto un poco más de crema de la cuenta... se me fueron los dedos... hacia el interior... y no pude aguantarme.
Mientras le contaba eso, sus pezones volvían a tomar un tamaño especial, un tamaño que el hermano no dudó en mirar mientras escuchaba a su querida hermanita, sabiendo que estaba poniéndose otra vez a mil por horas.
A: Pues ¿sabes que se me ha puesto dura de tan solo escuchar el gemido que se te ha escapado?
S: ¡Ah! ¿Crees que me habrán escuchado? -se refería a sus padres-.
A: Nooo, estaban en la cocina, tomándose un aperitivo, pero como yo estaba esperándote, no pude evitar oír el sonido que salió de tu habitación y mira... -desplazando la toalla que tenía a modo de calzones, le enseñó el tamaño que había tomado su polla-.
La cocina estaba unos metros más alejada que el salón donde la esperaba Andrés, por lo que no habían escuchado las manipulaciones de su hija dentro de sus bajos.
Una vez en la playa, extendieron las toallas, abrieron la sombrilla para cubrirse del poco sol que quedaba por “calentarles”, y se acomodaron unos minutos antes de decidir entrar en el agua, decisión que tomaron tras ver en la distancia una pareja tomar un baño.
A: Mira aquella pareja, el agua debe estar helada, con el viento que corre, no sé como se atreven, aunque me dan ganas de meterme.
S: A mi también, pero ¿sabes para qué? Porque tengo curiosidad de saber qué hacen realmente, ¿no los ves que están demasiado cerca?
Y era verdad, ella estaba muy acaramelada, con los brazos detrás del cuello de el, dándole besitos en la boca, no había nadie más en el agua, solo ellos dos, las olas iban y venían, olas que no permitían tener sensación de estar en ninguna piscina precisamente, continuamente se les veía que subían y bajaban, por la ida y venida de las olas.
Andrés no se lo pensó más y le propuso a Sandra entrar en el agua porque quedaba poco sol y de noche no le hacía gracia bañarse, así que decidieron ponerse cerca de esta pareja, como si ellos también fueran una pareja, y así los cuatro protegerse por si algo pasaba, una mala ola viniese y golpease a cualquiero lo que fuera.
Y visto y no visto, entraron en el agua...
A: Uauuu, que calentita que está el agua, es increíble, me encanta que esté como caldo.
S: Es cierto, como me gusta a mi también, oye, mira a esos dos, no sé pero... a mi me da que... están haciendo algo más que... darse un baño...
A: Vamos a acercarnos disimuladamente.
Eso hicieron, como si las olas le fueran empujando se acercaron un poco más y... comenzaron a escuchar algo más de la cuenta... ella gemía... el respiraba... rápido.
Pareja Ella: Mira estos dos... mocosos..., que se van... a dar cuenta... pero... ufff, no me la saques...
Pareja El: ¿Acaso dudaste... que te iba a dejar... de follar? Con lo agustito... que estoy ahora... casi a punto... de correrme en tu interior?
Pareja Ella: Ooohhh, que me... está llegando..., el tener a dos adolescentes... mirando... me está poniendo cada vez... más caliente... aaahhh.
A: Oye... ¿has escuchado los gemidos?
S: No... a ver si te vas a pensar que soy sorda... claro que los he escuchado, sino, mira... -se incorporó un poco enseñando sus tiesos pezones- y esto no es de frío precisamente...
A: Pues pasa tu las manos por mis bajos y sentirás algo... inaudito...
Ahí fue cuando sintió Sandra la envergadura que había tomado la polla de su hermano... que estaba lista para el ataque otra vez.
Pareja El: Creo que se han... dado cuenta que follamos... la niña me está guiñando... el ojo y me saca la lengua, joder... que me voy a correr...
Pareja Ella: Joder... que putita nos ha salido ¿no?... -le entró la risa floja y comenzó a moverse más rápidamente con la polla de su novio dentro-, córrete ya... que no puedo más... o le digo al chico que me la meta también por el culo.
Y entre gemidos de los dos a la vez el depositó toda su leche dentro de ella, que lo agarró fuertemente por el cuello y quedaron unidos durante unos interminables segundos, ambos con los ojos cerrados disfrutando de tanto placer.
Una vez alcanzaron su objetivo, miraron hacia la nueva pareja, que no sabía que eran hermanos, a pesar de ser gemelos, y les enviaron besitos, parecía que conocían la calentura que le invadía a los quinceañeros.
Sandra no podía más, tenía que ir a hacerse un dedo como está estipulado, pero quería que se lo hiciese su hermano, y fuera del agua, una vez disfrutado de la manera que lo hizo en el coche, quería sentir otra vez la mano de su hermano, y...
S: Vamos a la toalla, que me da cosa quedarme aquí a solas en el agua, quiero que me acaricies de nuevo... que estos dos me han terminado de poner caliente del todo... y además... quiero probar otra cosa.
A: Pero ¿crees que puedo salir del agua ahora? Que estoy empalmadísimo.
S: Pero si no hay nadie, guapo, además, me gusta que estés así, siempre... empalmado.
Y sin pudor ninguno, y calientes como hierro abrasados salieron del agua y se fueron a las toallas, Andrés se sentó en la arena y Sandra se puso delante de su hermano, como si fueran pareja, también se sentó, se cubrió con la toalla, estaban a cubierto de cualquier mirada y discretamente se deshizo de la parte baja de su bikini, desnuda como estaba, animó a su hermano a que también se descubriera.
S: Quítate ese bañador que tanto estará estorbando a tu dura polla.
A: Difícil me lo pones, contigo delante, ve dándole tironcitos y me lo sacas.
Como pudo, terminó de sacarle el bañador, ahora estaban desnudos desde el ombligo hacia abajo, el con la polla apuntando al cielo y ella con todo su chocho mojado, no precisamente por el agua del mar, y despacio, muy despacio, reculando, se acercó a su hermano, estaban solos en la playa, nadie apareció, tomó la mano de Andrés y alcanzó a ponérsela en su clítoris, al tiempo levantaba su culito, se posicionó con destreza, parecía que lo había hecho toda la vida, y de un pequeño empujoncito, mientras era complacida por la mano de Andrés, hizo que la polla traspasara su culo, así no tendría más que menearse un poco para sentirla bien adentro, como la toalla disimulaba cualquier movimiento, Andrés acomodó su cabeza en su cuello y con la boca, la ponía más caliente mientras besaba su cuello, y más caliente aún mientras penetraba con su dedo en su vagina, y ella estaba más caliente aún cuando se sentía absolutamente llena también por su inexplorado culito.
S: Ooohhh, que ricuraaa... esto solo lo había visto... en videos... y hacía tiempo que... quería sentirlo dentro... de mi cuerpo... ooohhh, hermanito... qué placer...
A: Joder... hermana... me podrías haber dicho que tienes otro chocho en tu culito... como ha entrado de bien mi polla... ¿no te ha dolido?
Para ese instante, después de unos pocos de movimientos, la polla de Andrés era evidente que había tomado todo contacto con el culo de su hermana, ella se movía despacio, sacándola un poquito de su interior, lo justo para sentir el placer ella y su hermano, Andrés no cesaba en acariciar su clítoris, cada vez más rápido, Sandra se detenía de vez en cuando...
A: Ufff, como te detengas... podemos... estar así toda la noche... follando en la arena de la playa...
S: Eso quisiera... yo... tener tu polla en mi culo toda la noche... y tu dedo dándome todo el gusto... ooohhh, me está llegando...
A: ¿Siii? Te daré más rápido... para que alcances varios...
Y así estuvieron, acariciando con sus dedos su clítoris y haciéndola correrse en varias ocasiones, mientras ella se movía con la polla dentro de su culo, hasta que decidió iniciar el movimiento para hacer que se corriese, y como seguía sin aparecer nadie y habían sido unos cuantos sus orgasmos, colocó sus brazos en la arena y prácticamente... comenzó a botar sobre el inmenso órgano sexual de Andrés... ahora era ella la que se lo follaba a el, se dejaba penetrar en su totalidad... quería sentir la leche de nuevo en su cuerpo... esta vez en su culito indecente...
S: Córrete... joder... qué rico... no te corras... sigue dándome... uauuu...
A: Como sigas botando así... vas a... conseguir lo que... quieres...
Botando botando como estaba, después de diez minutos imparables tras cuatro orgasmos interminables, consiguió que su hermano le diera todo lo que tenía en sus casi vacíos huevos y sintió de nuevo el cálido fluir de sus líquidos esta vez en su estrecho culito abierto por vez primera... y de nuevo volvió a tener un orgasmo brutal.
S: Uauuu... qué caliente se siente ahí dentro todo...
Se tumbó hacia atrás, obligando a Andrés a echarse también hacia atrás, y todavía con la polla dentro... dejó que fuera perdiendo fuelle... sintiendo las últimas gotas que le transmitía su hermano a través de su polla.
Una vez recuperados y agradecidos ambos por ambos... volvieron a casa... con el brazo por el hombro, como si fueran lo que ya eran, una pareja, pero que no lo querían aparentar.
En casa, cenaron, contaron a los padres lo fría que estaba el agua, y lo relajados que venían.
Esa noche, durmieron... en la playa... por primera vez... separados... por poco tiempo... pero eso... es otra historia.