Adolescentes gemelo y gemela (17) follan a menudo
Por fin... otra desfloración, Rosa pierde su virginidad... y algo maravilloso está a punto de ocurrir...
Andrés esperaba la orden de Diana, la orden estaba cerca, muy cerca, Diana, trataba de incorporarse, se acomodó como pudo, sin dejar que bajara la consistencia del miembro masculino que tenía entre sus manos nuevamente, Andrés continuaba dejándose hacer, loco de placer, sentía como le subían los chorros de semen y que estaba a punto de correrse, con un poco de autocontrol, concentración y relajación, las pulsaciones de su pene disminuían, aún así, el grosor no lo hacía, continuaba con su completa erección, esperaba que de un momento a otro le ordenara la experimentada amiga que desvirgara a Rosa, la virginal recién llegada al grupo, pero ya, satisfecha por varios orgasmos obtenidos durante las pocas horas que habían pasado durante esa mañana de sábado, aunque no lo suficientemente satisfecha.
La joven estaba dispuesta para lo que se le venía encima, se sentía totalmente preparada, su chocho jamás había estado tan mojado como ahora, la lubricación era perfecta y el color rojizo que tenía en sus labios, precioso, su clítoris apuntaba alto, loco porque fuera manoseado al mismo tiempo que su vagina fuera completamente destrozada por la polla que tenía a su plena disposición, como poseída, se dirigió a Diana...
Rosa: Diana..., vamos..., estoy más que preparada para sentirme completamente una mujer, y más puta... que ninguna, ese chorro que está por salir de ese pene que tanto manoseas, quiero sentir como me quema las entrañas, una vez que me rompa por dentro.
A Diana le hizo gracia la forma de expresarse de Rosa, la veía que estaba completamente emputecida, y sabía que ya era la hora, además, tenía cosas preparadas para después de comer, el sábado tenía aún muchas horas por delante, y quería que Rosa también disfrutara de los “juguetitos” inventados por ella, pero basados en artilugios creados para el placer, aunque de adquisición y precios un poco lejos del alcance de ese orgiástico grupo de adolescentes del que formaba parte.
Diana: Andrés, ya sabes lo que tienes que hacer, pero antes, deberás conseguir que tenga un par de orgasmo, antes de que tu pasión acabe inundando todas las tripas de esta pequeña que está a punto de convertirse en la nueva Mesalina del siglo XXI.
Andrés: Por finnn... Rosa... te voy a hacer disfrutar... como hice disfrutar a mi hermana, Sandra, aunque... creo que más todavía...
Así que, Rosa, que estaba dispuesta a todo, se tumbó en el suelo, arqueó las rodillas, levantó su pelvis, y estaba lista para que Andrés la utilizara como la puta que se sentía en ese instante.
R: Penétrame, no tengas pudor, dame caña machote nuestro.
El muchacho se arrodilló, tomó entre sus manos el erecto pene, que apuntaba hacia todos los lados excepto al chochito de Rosa, lo acercó al caliente sexo, y empezó a jugar con el, en primer lugar introdujo solamente la cabeza de su pene, y la volvía a sacar, esa sensación era la única que conocía Rosa, puesto que nada había penetrado más allá de esa posición, tal vez un poco más, pero no del todo más, unos centímetros más hacia su interior y por fin se terminaría de romper su aún intacto himen.
R: Nooo... me hagas... sufrir más... –decía entre cortas respiraciones, mientras sentía que sólo jugaba para sí mismo, aunque ella disfrutaba pero no lo absolutamente plena que quería.
El semental se dedicaba a disfrutar como nunca metiendo y sacando solamente la punta de su pene, el glande completo, sin llegar a introducir el cuerpo de su venablo, disfrutaba como loco al sentir cuando rozaba su frenillo con la joven vagina que estaba a punto de ser desvirgada, y entraba... y salía... y entraba... y volvía a salir... de esa nueva cueva inexplorada por ningún pene, y sentía también como bombeaba la sangre y hacía engordar esa musculosa cabeza que estaba a punto de conocer algo inexplorado.
A: Ooohhh... que gustooo... se siente como... si una lengua estuviera... deleitándose de este frenillo... que me vuelve loco... ufff... que me coman...
Y seguía en su tarea, entraba y salía, y entraba... y salía... Rosa no pudo más... intentó por todos los medios “autoempalarse” por el miembro que iba a hacerla completamente mujer, y haciendo un movimiento brusco de su cadera hacia arriba, pretendió hacer que penetrara en su totalidad esa caliente cabeza y el cuerpo al que estaba adosada, pero casualmente, en ese instante, Andrés se echaba hacia atrás y ella no pudo coordinar bien la penetración...
D: Rosa... relájate y déjate hacer..., que Andrés... está demostrando ser el perfecto amante y desvirgador de señoritas –Diana estaba empezando a frotarse su vagina, otra vez volvía a ponerse su máquina en marcha.
La joven, que estaba disfrutando como loca, pero quería disfrutar más, le hizo caso a su amiga y también se dejó hacer, seguían los dos jugando con sus cuerpos, Rosa, alcanzó su clítoris para producirse más placer pero Diana le dijo que no, que eso tampoco.
Después de varios minutos, en los cuales Andrés sentía que le venían de nuevo los chorros ardientes y que se iban a desperdiciar en el aire, se detuvo, en un ejercicio de atleta profesional, apoyándose en los nudillos de sus dedos con los puños cerrados, y la punta de su pene ubicada en el cubículo que tanta calor le estaba trasladando...
A: Rosa... no se te ocurra moverte... siente como me late la polla... parece que tengo dos corazones... uno arriba y otro abajo... ahora vendrá lo mejor, acércame tus pezones.
Rosa le obedeció al instante, subió sus senos y Andrés empezó a lamer dulcemente los pezones tiesos como estaca que tenía la pequeña, eso casi la hace enloquecer del todo, los lamía dulcemente, mientras su polla dejaba de latir, aunque seguía dura y dentro de ella, y lamía de nuevo esa delicia, Rosa, sentía la lengua pasearse por sus dos senos, cada vez estaba más loca, agarró la cabeza del muchacho y la acariciaba, tomaba su espalda entre sus manos y lo abrazaba, ya no sabía donde dirigir sus manos, sus ojos los tenía totalmente cerrados y sus piernas abiertas a tope, sólo pedía, en silencio, que aquello no acabara, que siguiera durante horas, ya no le importaba la penetración, estaba completamente llena, sin llegar a estarlo todavía.
A esas alturas, el resto de chicas, ya volvían a sentirse mojadas de nuevo, cada una a su manera se proporcionaba placer, y todas observaban lo que estaba a punto de suceder en ese coñito juvenil, y en general tenían sus corazones que notaban como que se les iba a escapar de su cuerpo, de lo acelerado que iban.
A: Rosa... disfruta... que voy a entrar dentro de ti...
Acercó sus labios a la boca de Rosa, y mientras besaba a la chica, empujando, comenzó a moverse muy lentamente hacia el interior de ese cuerpo femenino abriendo la raja caliente que poseía y cada vez entrando más y más en su interior, el himen no fue obstáculo ninguno, debido al estado en que se encontraba, Rosa, sintió como un pequeño pellizco en su interior, abrazó a Andrés cuando se lo partió, cerró los ojos, como agradeciendo, esbozó una sonrisa y colocó sus manos en el trasero del muchacho, que seguía penetrándola más y más, ella, sentía como entraba toda la carne endurecida del joven, y seguía empujando con sus manos para que la partiera totalmente, mientras tanto, el resto de chicas, observando la reciente desvirgación, continuaban, Sandra tomó el móvil y se lo acercó a su chocho ya desvirgado por esa misma polla, haciéndolo vibrar sentía que se le venía todo el placer del mundo al punto que a ella más le gustaba...
Andrés seguía con su propósito, terminar de hacer mujer a aquella niña, y seguía empujando, hasta que dio con el tope de los testículos, porque no terminaba de encontrar tope en esa cueva ya abierta del todo.
R: Oooohhh,... esto es riquísimo... ahora no te salgas... por lo que más quieras... está caliente... como me arde...
A: Ufff, pues tú... parece que eres... un horno... también siento como me arde mi miembro... ¿tienes fuego en tu interior?
Mientras se decían estas cosas y muchas más, comenzó a sacar su pene erecto, y a la vez, salió algo rojizo, su placentero músculo estaba arrastrando lo que era la prueba de haber acabado con la virginidad de la joven...
En el sillón, Sandra no sabía como hacer para que el móvil no dejara de vibrar... tomaba el de sus amigas y se hacía llamar a sí misma, para sentir la vibración en su coño inundado de nuevo, por lo que veía y por lo que sentía en sus adentros...
Ya no había piedad, la pequeña había dejado de serlo, Andrés empezó a moverse primero lentamente, dentro del cuerpo femenino que había sido destinado a ser de su polla, y disfrutaba como loco, Rosa derramaba lágrimas de puro placer, con las piernas entrelazadas en los muslos del muchacho...
A: Rosa..., vamos a darnos... la vuelta... ooohhh, ahora serás tu... la que me cabalgues... y verás que disfrutarás más aún...
R: Mmmm... ¿aún más?... Pero... ¿se puede?...
Ambos estaban que sentían que se salían, totalmente embrutecidos por el placer, de un brusco giro cambiaron la posición, ahora Andrés estaba a merced de Rosa, que estaba empalada totalmente, si el pene que tenía dentro hubiera sido más largo, la habría atravesado completamente.
En la nueva postura, Rosa empezó a hacer lo que le dijo el joven, y cabalgaba, como si estuviera montando a caballo, en posición de sentada, observando todo el ambiente de placer existente alrededor de ambos...
Así pudo ver como dentro de Sandra se perdía el móvil que se encendía y se apagaba cada vez que el vibrador que poseía hacía de las suyas, y sin poder evitarlo, cerraba las piernas con el artilugio dentro de su chochito, cuando las abría el móvil salía solito, para con la mano volver a introducirlo, y así una y otra vez...
Sandra: Ufff, ufff... oooh... me tenéis supermojada... me voy a correr otra vez... y este móvil del demonio... no se queda dentro, ¿la vibración... no podría... quedarse... aaahhh... fija?
Se veía que de nuevo iba a alcanzar otro orgasmo tremendo, la vagina de Sandra ya estaba preparada para todo, esa visión, para Rosa, era nueva, pero ya pensaba en repetirla para si misma... sentía como Sandra que el placer estaba próximo, aunque ella, sentía el calor de la polla del hermano de Sandra, y estaba teniendo un polvo apoteósico.
Estaba un poco perdida observando a Sandra cuando sintió la mano de Andrés, que ya sabía de sobrada cuenta el placer que le iba a dar con sus dedos al coñito de Rosa...
R: Ooohhh, Andrés... siii... me vuelves loca...
El hombrecito puso sus dedos precisamente en el clítoris de Rosa, mientras su polla hacía aparición y volvía a perderse dentro de su cuerpo, Rosa estaba cada vez más frenética, seguía ansiando que aquello debería convertirse en algo infinito, sentía que iba a llegarle un orgasmo...
R: Siii... siii... no pares ese dedo... no te detengas...
Andrés acariciaba a veces con delicadeza el adolescente clítoris, otras veces con más rudeza, unas veces más lentamente y otras veces con brío.
R: ¡¡¡Ooooh!!!, me estoy... corriendooo... –y se corrió con el masaje de los dedos de Andrés al tiempo que la polla le entraba y salía cada vez más deprisa.
Sandra vio aquello y sentía que se iba a correr con el móvil dentro suya... empezó a sentir que no vibraba, algo pasaba, pero le daba igual lo qué era... ya sentía sus primeros espasmos... empezó a mover las piernas, como si estuviera follándose a otro hombre..., las abría... las cerraba... se movía como endemoniada..., los ojos entrecerrados... el placer era inminente...
S: Mmm... necesito... algo caliente... aaah... dentro de mi, litros de leche hirviendo... me estoy corriendo yo también...
En ese preciso segundo, se detuvo su tiempo... el orgasmo fue genial... el móvil hizo un sonido como de desconexión, ese sonido le hizo dar un respingo... fue el final de su orgasmo, que la venció por completo... dejó su móvil dentro de su cuerpo, apagado, por unos instantes, puso la mano para que no se le saliera... mientras sentía como latían sus músculos y tenía pequeñas explosiones de placer.
Y casi en ese mismo segundo en que escuchó a Sandra gemir, gritar, disfrutar de su orgasmo, Rosa, que seguía siendo empalada por la polla de Andrés, que se movía ya como loco porque estaba a punto de caramelo, se estaba empezando a derretir literalmente, los chorreones les caía por los labios vaginales, los testículos de Andrés brillaban porque estaban pingueando de tanto flujo vaginal, y Andrés apasionadamente loco, se movía en su interior, para... en cuestión de dos minutos después de haber conseguido que orgasmara por segunda vez, como le pidió Diana, se fundió en el interior de la joven recién desvirgada, llenándola a tope, y que aún teniendo la polla totalmente incrustada en su vagina salía por los resquicios que podía.
R: Hostias... que caliente... está esto... qué bueno... no pares de lanzarme chorros... derrítete totalmente... dame toda tu vida...
No dejó de decir cosas mientras su cuerpo se llenaba de semen y más semen, y sus paredes vaginales apretaban la rica polla que la atravesaba, también con pulsaciones como si tuviera vida. Después de ese polvazo, Diana le regalaría una pastilla para no quedar embarazada...
Sandra por su parte, conectó el móvil a la red eléctrica y lo encendió de nuevo, quedó asombrada cuando observó un video... que mostraba su interior... de alguna manera había tocado algún botón, que conectó la cámara de su móvil, haciendo una película de su propio orgasmo... y se puso a enseñárselo a sus insaciables amigas... pero eso... es otra historia.