Adolescentes gemelo y gemela (11) follan a menudo
Juegan a vóley playa... hacen amigos... y... suceden cosas...
Un nuevo amanecer, con las claras del día comienzan a despertar los tres adolescentes, en primer lugar las dos chicas, que casi a la vez comienzan a desperezarse, Sandra da un beso de buenos días a su prima, que estando en la misma cama, la tenía bastante cerca...
Sandra: Buenos días Patricia, muchas gracias por darme a conocer una nueva forma de encontrar placer, ayer me lo pasé como jamás había sentido.
Patricia: Buenos días, querida prima, y esto no ha hecho más que empezar.
S: ¿Cómo has llegado a conocer tanto sobre sexo?
P: Empecé a contactar a través de mi profesor con gente... y más gente... y nuestras apetencias a estas edades, ya sabes, ya vives como son, y, vino una experiencia, y otro examen y más experiencias, y más gente... variedad... placer... etcétera etcétera.
S: Pues me da mucha alegría que hayas aprendido tanto y me estés enseñando tantas cosas.
Y a continuación le dio un morreo a su prima para terminar de agradecer el compartir con ella la información de tantos conocimientos sexuales.
Patricia, con la boca ocupada jugueteando con la lengua de su prima, aprovechó un instante para mirar por lo alto de ella, observando que su primo, que dormía boca arriba, tenía un poco más debajo de su ombligo un bulto...
P: Uauuu, mira como está Andrés, pidiendo guerra... con la “tienda de campaña” montada, no descansa ni durmiendo -ambas chicas rieron tras la observación- se me está ocurriendo algo... ¿te apetece pasarlo bien?
S: A mi siempre Patricia, y siendo contigo, no lo deberías dudar jamás.
Con precaución se acercaron donde estaba Andrés, muy despacio lo despojaron de la sábana que cubría su cuerpo, la única prenda que evitaba el frescor de las primeras horas de la mañana, porque siempre dormía desnudo, desde hacía unos meses, en las distintas estaciones del año. Ya en cueros total pudieron ver la elevada posición en que se encontraba la punta de la polla del joven, totalmente erecta, apuntaba hacia algún lugar indefinido del techo... como si tuviera un imán.
P: Esto está listo... para hacerle un trabajito lindo, Sandra.
Sandra se reía, mientras veía a su prima acercarse sigilosamente, como si alguien le fuera a escuchar, a la polla de su primo, empezando a acariciarla con una mano.
S: Se va a dar cuenta y nos va a estropear la sorpresa Patricia.
P: Descuida, que sé también como hacerlo.
S: No me digas que ya has tenido en tus manos a un chico durmiendo.
P: Si, fue con unas amigas, una noche loca... y nos subimos a un chico a casa... ya te contaré.
Todo se lo decían en susurros, y con mucho cuidado, fue acercando la mano al miembro de su primo, que no cesaba de roncar, de respirar fuerte, o como quiera llamársele, con los dedos, acarició la punta del pene...
P: Mira Sandra, ni se inmuta -y comenzó a tocar el agujero, haciéndole giros alrededor del pellejo que todavía guardaba el glande- ooohhh, la tiene seca... se la vamos a tener que mojar un poco.
Y seguía con su dedo jugando alrededor de la punta de la polla, inmediatamente, con la mirada de Sandra yendo desde la cabeza de Andrés hasta la cara de Patricia, acercó su rostro al mástil que tan sabroso le parecía, empezó a besarlo, y le escupió un poco de saliva en la punta.
P: Esto para que haga mejor su función, lo que le espera es grande, a este “bello durmiente”.
S: Yo también quiero colaborar Patricia -y acercó su rostro a la erecta polla y también le escupió suavemente un poco de saliva, mientras su prima, iba dejando a la vista el ya mojado glande, por tanta saliva que le había sido echado- me encanta verlo brillar.
P: A mi lo que me encanta es esto otro -sacó la lengua y empezó a saborear el frenillo que tanto gusto da cuando ese músculo lo manipula con sus pasadas- mmm, que rico, sabe bien -decía cuando las papilas gustativas tomaban el sabor del pene más endurecido por sus lamidas- mmm... ven prima, pasea tu lengua también por aquí.
Sandra tardó segundos en acercar su lengua al sabroso y ya conocido pene de su hermano querido, pero nunca lo había hecho de esa manera.
S: Mmm... sí que sabe rico prima, tiene un saborcillo particular... mmm... me gustaría tanto que me pasase su lengua ahora por mi clítoris, como aquella vez en la playa...
P: Bueno, ya tendremos, tiempo, todavía duerme, disfrutemos de su polla entre las dos.
Y entre lamidas, y auténticas engullidas, las primas gozaron de la polla de Andrés, subían y bajaban la piel, observaban el prepucio, el glande, chuparon de sus huevos, sorbieron de los líquidos lubricantes que, gotita a gotita, surtían del agujerillo de la punta del pene, y así andaban las dos primas, que, cada vez sentían más y más temperatura en cada poro de su piel, la calentura estaba pudiendo con ambas, algo tenían que hacer... y pronto.
S: Prima, estoy empezando a mojarme, con tanta lamida de polla, me he puesto a mil, deseo unas caricias o lo que sea... no aguanto más.
P: Lo mismo te iba a decir, pero con tanta carne en la boca, ni podía hablar, yo también me siento muy mojada, acaríciame, que yo te haré lo mismo.
Y poniéndose en otra postura sin molestar a Andrés, ambas comenzaron a acariciarse los clítoris con sumo placer, mientras disfrutaban a la vez de la tremenda polla que tenían al alcance de sus bocas.
S: Ooohhh, cuando me acaricias... el clítoris... qué rico... ufff... ese dedo que acaba de... formar parte de... mi cuerpo... me enloquece...
P: Siii, mmm... ya veo... que sigues mi ritmo... ooohhh...
Ambas suspiraban por las cosas que le hacían los dedos y la mano de la otra... ambas sentían erizarse todos los pelos de su piel, por lo que sentían cuando las caricias llegaban a sitios insospechados pero bien conocidos, ambas...
S: Ufff, me haces que me corra enseguida Patricia... ya me está llegando el orgasmo... ooohhh, no pares, mete el dedo, que te lo atraparé...
P: Eso es lo que quiero... que te corras... mueve tu el tuyo también,... dame esa alegría que está llegándote en estos momentos...
Mientras seguían mamando de la polla de Andrés, el cual se veía que se iba a correr pronto, aunque estuviera durmiendo, vista la forma de respirar, y su estómago subir y bajar desacompasadamente, estaban a punto de alcanzar el clímax.
S: No puedo más... me viene, me viene -y apretó bien las piernas, el dedo de Patricia no tenía escapatoria, se inundó con lo que surtía del chocho de Sandra.
P: Uauuu, ya me has hecho que me venga... prima mía -pero ella empujó para sentir más adentro los dedos de Sandra, el placer fue inenarrable.
En ese instante abandonaron la polla del muchacho, que seguía erecta y con las pulsaciones del que se va a correr en breve, los tres descansaron unos segundos, lo suficiente como para relajarse, y así, como para evitar la inminente corrida del chaval.
Andrés: Chicas... por lo que veo, os lo habéis pasado muy bien -acababa de despertar y miraba hacia sus bajos, donde ambas, con las cabezas cercanas a su polla, empezaban a respirar mejor, después de unos segundos respirando entrecortadamente.
P: Primo... como disfruto con los dedos de Sandra, y veo que ella también con los míos.
A: Me encanta saberlo, y me encanta que también disfrutéis de mi polla, aunque yo esté dormido, ¿podéis continuar ahora que estoy despierto? Así gozamos los tres.
Sin pensarlo dos veces, las primas se miraron y volvieron a la tarea que tanta pasión le estaban poniendo antes de alcanzar el clímax.
Mamadas iban y venían, las entrelazaban con lamidas que no dejaban impasible al hermano, tan engolosinadas estaban que inconscientemente, pero con la ayuda de Andrés que tiraba de sus piernas, se fueron posicionando de tal manera, que los chochos de ambas estuvieron al alcance de las dos manos del joven.
P: Ooohhh, Andrés... te lo estarás encontrando muy mojado... después del último orgasmo...
S: Siii... pero no te detengas... ufff, el mío también estará chorreando... pero sigue metiendo dedos, hermano... ooohhh...
A: No os preocupéis... vosotras seguid con el trabajo que me hacéis... que me encuentro en el séptimo cielo...
Y disfrutaron de las lamidas, de las engullidas... de los dedos.... de todo lo metible y por meter...
De nuevo Sandra y Patricia sentían que el orgasmo se acercaba, pero esta vez, quiso dárselo bien Andrés, la primera fue Sandra.
A: Sandra, déjame tu chocho, que le voy a dar un lavado con mi lengua, me encanta comértelo, y ahora que ha sido desvirgado, debe ser fabuloso.
Sandra se situó, poniendo cada rodilla a la altura de sus oídos, fue bajando lentamente, y su vagina chocó con la lengua que iba a darle tanto placer, sentía la respiración de su hermano, en su pelado culito, Andrés empezó a trabajársela con la lengua, sentía como se le abrían los labios, se le cerraban, tenía que descansar de vez en cuando, su polla también estaba siendo bien tratada con las dos lenguas femeninas, y el comenzó a pasar la suya por el clítoris tan rico de su hermana...
S: Ooohhh, me enloquecen tus lamidas, hermano -y empezó a menearse como follándose nuevamente la lengua que tanto le gustaba, no tardó mucho tiempo en derretirse.
La polla de Andrés no tardaría mucho más en eyacular, pero... ¿en qué boca? Eso todavía estaba por descubrir. Era el turno del chocho de Patricia.
A: Patricia... prima... antes... ooohhh, de que me corra... déjame que te coma el coño enterito, clítoris y demás...
No tardó mucho Patricia en posicionarse como antes hizo su prima, el coño lo seguía teniendo mojado, sus labios ya estaban empezando a abrirse y cerrarse, pues mientras a Sandra le hacía conseguir el orgasmo, sus dedos no se habían detenido en el coño de Patricia.
P: No aguantaré mucho más... dame fuerte... Andrés... dame fuerte... no pares... ¡¡¡ooohhh!!!
Y dando un tremendo grito de placer, consiguió el orgasmo tan deseado, comenzó a pajear al muchacho, que ya sentía la eyaculación subirle por la uretra, con mucho cuidado de que no le diera toda la leche a ella, apartó su cara, haciendo un gesto a Sandra, ambas abrieron las bocas, acercaron las lenguas y vieron el surtidor que tanto masajeaban emitir los cálidos chorros blanquecinos, hacia el cielo, para después ver como bajaban directos a sus lenguas, que supieron saborear las cálidas gotas proporcionadas recién salidas del cuerpo del adolescente.
A continuación, extenuados, volvieron a dormirse para... levantarse precisamente a la hora de comer, esa mañana de playa, piscina, baños marinos, los habían disfrutado... pero de esa otra manera también preferida por los tres.
Después de la gozosa comida, como no tenían sueño como para dormir la siesta, se fueron a la playa, se llevaron simplemente una toalla cada uno. Tras un rato tomando el sol, algún que otro baño que se dieron en el agua y alguna furtiva mirada por los distintos bañistas, decidieron darse una vuelta por la costa.
Estaban paseando y llegaron a un punto donde casualmente se encontraron a un grupo de tres chicos que se preparaban para jugar a vóley playa, inocentemente se acercaron a ellos, que estaban intercambiando miradas con los jugadores y le ofrecieron a Andrés jugar...
Paulo: Hola, necesitamos a un jugador para hacer dos equipos, veo que nos mirábais, ¿os interesa pasar un rato haciendo deporte y divirtiéndose? -le dijo dirigiéndose a Andrés en un español más o menos conseguido.
A: Venga vale, chicas, ¿qué os parece? ¿Me recogéis a la vuelta del paseo?
Paulo: Si quieres, se pueden quedar con nosotros, así podemos formar dos equipos de tres.
Las chicas aceptaron la oferta, se repartieron y al final cada una quedó en un equipo que estaba formado por dos chicos y una chica.
Y comenzó el juego y unas veces subían un tanto unos otras veces otros, como pasa en cualquier juego de balón, así iba transcurriendo el tiempo, empezaron a venir espectadores, simples espectadores, que en realidad eran amigos de los que invitaron a los tres a jugar, pero los gemelos y la prima no tenían ni idea, se fueron sentando para observar como iba el juego, y los jugadores estaban como emocionados, los primos más que el resto.
Como es normal, cada cierto tiempo se cambiaban de campo, en ese trayecto las dos primas se morreaban con delicadeza, pero un piquito solamente, y mientras la pelota estaba en juego, algún que otro cachetazo de “felicitación” llegaba a prender en el culo de alguna de las jóvenes, que se lo tomaban a risa y le ofrecían la mano saludando a quien segundos antes le había “felicitado” de manera tan graciosa, ellas también tomaron ese gesto de salutación y les golpeaban a ellos por haber metido tantos.
Pasado un tiempo, los espectadores, también entraban en el juego, intercambiándose por los demás jugadores, no había más chicas por lo que ellas no eran reemplazadas y seguían jugando constantemente, sintiendo las cachetadas de felicitaciones por todos y cada uno de ellos, siempre tomándoselo a bien, pero, comenzando a tener ciertas sensaciones en distintas partes de su cuerpo...
Llegó un momento en que el calor se hizo insoportable, tenían que descansar y...
S: Oye, ¿es normal que nos estén cogiendo el culo cada vez que metamos un tanto?
P: No lo sé, pero dudo que sea normal que cada vez que pierda una pelota, también me cojan el culo...
S: A mi me están poniendo caliente esta gente con tanta cachetada, ¿a ti no? Además, ¿has visto que están cuadrados? Son italianos, dicen que los mejores amantes del mundo.
P: Pues si quieres comprobar como me tienen a mi no tienes más que meter la mano ahora que estamos bajo el agua para sentir como estoy... jajaja.
Y Sandra lo hizo, con disimulo como haciendo que hablaban, apartó el bañador y palpó los labios de su prima, ese sentir resbaladizo de sus dedos por los labios le confirmó lo ardiente que le había puesto tanto jugar con los italianos, rápidamente se les pusieron los pezones duros a las dos.
Esperaron un rato, se refrescaban y cuando les apeteció salieron en dirección a la “cancha” dibujada en la arena para jugar al vóley.
S: ¿No te parece sospechoso el bulto que tienen algunos de los jugadores?
P: A ver si te crees que a ellos no les pone tanto tocarnos, he visto que alguno de los que está sentado se acomoda con frecuencia su pene, debe ser que lo tiene duro...
Y riendo se incorporaron a sus respectivos equipos. De nuevo volvieron los saludos, los morreitos, las calenturas, y... Andrés... que también sentía los mismos toqueteos... pero por parte de un tío, que se le acercaba demasiado, el por precaución, se dejaba hacer, sin decir nada, su pene, crecía... levemente, inconscientemente, pero... crecía.
Transcurrió bastante tiempo antes de finalizar el juego, ya empezaba a bajar el sol por el horizonte, decidieron tomarse un descanso, y se acercaron a tomar unos refrescos al chiringuito, todos juntos, los espectadores y los jugadores, se presentaron por fin, los italianos con los que habían comenzado a jugar se llamaban Pietro, Paulo y Placido, siendo Paulo el que encabezaba el equipo con Andrés y Sandra.
Charlaron distendidamente, se reían por la forma de hablar de los italianos, pero no cesaron de hacerlo, llegando a oscurecer totalmente mientras pasaban el rato, en cierto momento, desaparecieron Andrés y Paulo, parece ser que les dio un apretón y se acercaron a los aseos, buscando un urinario, sería de tanto beber... tardaron bastante en regresar...
Cuando se dieron cuenta, las horas pasaron volando, ya era casi media noche, los jóvenes no habían hecho acto de presencia por la casa en ningún momento, y no quisieron que se asustaran, llegaron Paulo y Andrés por fin, se despidieron de sus nuevos amigos y quedaron para otra ocasión jugar otro partido.
De regreso a casa, Andrés no abrió el pico para nada, iba absolutamente en silencio, mientras las chicas bromeaban con todo lo ocurrido...
S: ¿Has visto la mancha que tenía en el bañador el que estaba sentado detrás del de azul? Creo que se ha corrido de tanto magrearse el pene.
P: Anda ya, que exagerada eres, ¿cómo va a ser eso? ¿Ahí delante de todos? Lo que me he dado cuenta es que ninguno se le iba la vista de nuestros senos, intentaban hablarnos mirando a la cara pero era inevitable que bajaran la vista, jajaja...
S: Prima, es que tenemos unas tetas que nos gustan hasta a nosotras... -mientras decía eso, acariciaba una de las tetas de su prima.
P: Andrés, he visto que Paulo no se separaba de ti en ningún momento, habéis hecho muy buenas migas, ¿no?
A: Bueno... si... es bueno el chaval, se le ve buena gente... parece ser que suele hacer muchos favores... -es lo único que dijo el muchacho, que todo el camino lo hizo callado, pensativo, como si estuviera en otro mundo.
Y llegaron a casa, las chicas seguían en ese estado de excitación que les habían hecho alcanzar la presencia de tanto italiano salido cerca, se fueron a sus habitaciones, no sin antes recibir un “tierno” saludo de los invitados, que no se cortaban un pelo, y sus anfitriones...
David: Por fin llegan las chicas más monumentales del mundo, cuanto placer van a dar cuando tengan unos años más, mira que alto apuntan... los pechitos de las dos... con sus pezones bien tiesos...
Blas: ¡¡¡Daviiiid!!! Por favor, comportate, que es mi hija y mi sobrina.
Las chicas se enfurecieron un instante y desaparecieron en la habitación indicando antes que ya habían cenado y no tomarían postre.
Andrés, como siempre, se tumbó en su cama, desnudo, durmiéndose en seguida por el agotamiento que había sufrido tras tanto partido de vóley, las chicas también se desnudaron, pero seguían intercambiando impresiones por los chicos, y entre frase y frase se iban sintiendo...
P: Sandra,... sigo estando chorreando, por las manos de mis compañeros de juego... al final no sabían más que meterme mano por todos lados, una cosa es que me cojan el culo, pero... se agarraban a mis tetas, me han puesto como una moto -y se señalaba a los pezones.
S: Pues a mi no es que me tocara mucho Paulo, pero los que se intercambiaban por el si que me sobaron todo lo que pudieron y más... por lo que yo también... estoy ansiosa por una buena polla... y ya ves Andrés... no está para nada... ¿no te parece que está demasiado callado?
Andrés dormía como un lirón y no se dio cuenta de que las chicas estaban locas por una polla entre sus piernas, por lo que ellas mismas, se tuvieron que procurar placer.
Sandra fue la que comenzó, lamiendo los pezones duros de Patricia, después se acercó a su cuello y la besó, con mucha paciencia, le pasaba la lengua, le lamía el cuello, haciendo estremecer a su prima, que cada vez estaba más y más cachonda...
P: No me hagas eso... sabes que vas a acabar conmigo...
S: Para eso lo hago... para tenerte a mi merced y comerte enterita... que es lo que me gusta...
P: Pero después... te voy a tener que comer yo a ti...
S: Estoy deseando sentir tu lengua... penetrar por todos mis agujeros...
Sandra siguió bajando de nuevo, volvió a los senos de su prima, la apretó contra sí, quería devorarlos, y continuó bajando, su ombligo no se libraría de los besos y caricias.
P: Tardas demasiado, me está viniendo el orgasmo sin llegar a desearlo... estoy a punto de correrme... y todavía te queda... aaahhh, por llegar... al sitio clave...
S: Eso quiero, prima mía... que te lo pases bien... -y continuó con sus besos y su trayectoria.
Alcanzó por fin la zona baja, su lengua se recreó en su clítoris, toda la vagina estaba mojada, a consecuencia del placer obtenido sin apenas haberla tocado, ahora sería cuando si que iba a sentir su lengua lamer su clítoris, sus labios, y sus interioridades... ayudándose de los dedos.
P: Aaahhh, otra vez... esos dedos... me penetran... prima... me da mucho gusto tu lengua...
S: Me encanta comerte el clítoris, no sabes el saborcito que tiene, así tan cálido como lo traes, y el entrar mis dedos en tu vagina... es fabuloso, siempre que pueda te lo haré.
Mientras decía eso, Patricia, gozaba de nuevo.
P: Aaaahhh, loca... maltrátame de esa manera, es una locura... aaahhh... pero maltrátame todo lo que quieras...
Y terminando de decir eso, volvió a correrse de nuevo, con los dedos de su prima dentro de su cuerpo.
P: Ahora es mi turno, Sandra, ahora te vas a enterar.
Y comenzó a besarle, el cuello, acarició su espalda con la yema de los dedos, sus pezones no se librarían de unas lamidas espectaculares, excitantes, Sandra también se estremecía, estaba ansiosa por la lengua de su prima, recordaba cada instante de placer...
S: Méteme todo lo que quieras, prima, ya sabes... todo lo que quieras... -y se abrió de piernas todo lo que pudo.
Patricia no se detuvo ningún instante, bajó de golpe al clítoris y...
P: Te vas a enterar de lo que es bueno, primita querida.
Comenzó a meter dos dedos, en la vagina mojada que tenía delante, su lengua no paraba de lamer, muy despacito al principio el clítoris de Sandra, que hacía movimientos de folladora...
S: Así... así... aaahhh, fóllame prima... fóllame bien con tus dedos... aaahhh... –y también le llegó el orgasmo casi instantáneamente.
Pero la cosa no quedaría así, cuando más tranquila estaba Sandra, sintió que la lengua de Patricia invadía su ano, se metía hasta donde podía...
S: Locaaa... que hoy no he cagado... vas a comer mierda... pero... no pares... que siento bastante gustito... aaahhh.
La lengua de Patricia no paraba de ir del ano de su prima al clítoris de la misma... dándole el placer que quería darle... y estaba dedicándose al clítoris, con un dedo metido en la vagina... cuando le pasó por la mente una idea de las suyas.
P: No te asustes con lo que vas a sentir, Sandra, relájate y disfruta...
S: Hazme todo lo tuya que quieras... -para entonces ya tenía un dedo en su vagina y la lengua de Patricia en el clítoris.
Lo que se le ocurrió a Patricia fue, con la destreza que tenía, mover los dedos de manera que un tercero, fuera a terminar invadiendo el ano de su prima, cuando la penetró, al principio se echó hacia atrás...
S: Ooohhh, me relajaré... quiero sentir tu delicado dedo, seguro que me da mucho más gusto que la polla de mi padre...
Y despacio la penetraba por donde no lo había hecho ningún dedo... despacio, se lo consiguió introducir en su totalidad... ahora tenía todos los agujeros excepto la boca, ocupados, y disfrutaba...
S: Hazme lo que quieras... me voy a correr... aaahhh... sigue... oooh, ese dedo detrás de mío... qué rico se siente... invádeme comoo quieras... aaahhh... aaahhh... ¡¡¡aaahhh!!!... ¡¡¡aaahhh!!!...
Y de nuevo volvió a tener otro orgasmo, bestial esta vez, descansaron un rato antes de que Morfeo la tomara entre sus brazos, para ese entonces, descubrieron que Andrés las miraba... en absoluto silencio...
S: Patricia, mira a Andrés, ¿no te parece que está demasiado callado?
P: No suele ser normal ese estado... creo que algo le ha pasado... Andrés, cuéntanos... ¿qué te ocurre?
A: Bueno, hoy... he tenido una experiencia... que no imaginaba que iba a tener nunca... -mientras les hablaba, veía como ambas se iban quedando dormidas- pero será mejor que os la cuente mañana... ahora mismo no tengo ganas, y vosotras os estáis quedando fritas...
Andrés por alguna razón... estaba pillado... y las chicas... dormían plácidamente... y mañana... sucederán más cosas... pero eso... es otra historia.