Adolescentes gemelo y gemela (1) pronto follarán
Lo hacen de manera inconsciente (noche del sábado)... se acerca lo mejor, con quince años... hay mucha fuerza.
Esa noche no podía dormir, hacía bastante calor, y para colmo, estaba excitado, no sabía si hacerse una paja o encender el ordenador para iniciar un chateo con la amiga que encontró hacía relativamente poco tiempo y con la que pasaba tan buenos momentos masturbatorios, estando con esa duda y la polla dura entre sus manos, no lo dudó mucho y conectó su portátil.
Andrés tenía quince efervescentes años, la edad en que todo lo que pasa por la mente de un muchacho es relativamente sexo en un noventa por ciento.
Una vez se conectó al chat encontró a su benefactora amiga, su nombre era Sandra, y también tenía quince años y también tenía una calentura efervescente que no dejaba que se consumiera en su interior sino que la exteriorizaba en cuanto podía.
Ambos estaban en el messenger, ambos tenían las cámaras a pleno funcionamiento, ambos... se mostraban desnudos y ambos... se acariciaban y... ambos... hablaban...
Los dos tenían sus “nombres de guerra” que los mantenían en el anonimato, y ambos también apuntaban con sus cámaras sus sexos para que a la persona que tenían enfrente disfrutara de lo que pretendían, pero aquí los nombraré por sus nombres reales, por ser de muy fácil lectura, Andrés y Sandra.
Andrés: Hola que guapo se te ve hoy tu “monte de Venus”, veo que te lo has afeitado.
Sandra: Si, por consejo de mis amigas, me lo he rasurado, dicen que así resulta más atractivo para los chicos, ¿tu que piensas?
A: Ufff, que me pone a reventar calderas, que tengo la polla que se me va a salir, ¿es que no me ves?
S: Siii, y me gustaría tenerla cerca, para que reventara en mis manos, y metérmela de esta manera.
Mientras se acomodaba en su silla, dejaba el teclado con el que había recién escrito para a continuación introducir su dedo corazón en sus ya húmedos y brillantes labios, abriéndose despacito para mostrar su clítoris a su amigo masturbador, en ese momento, arrastró la silla y Andrés escuchó como si algo se moviera afuera de su habitación, sospechando que algún miembro de su familia andaba por el salón de su casa, en ese momento en que ella iniciaba su autopenetración con su dedo, Andrés se escondió su polla con unos calzoncillos que tenía cerca, a Sandra le dio la risa y cesando su intención masturbatoria, le preguntó:
S: ¿Qué te ocurre?
A: Escuché un ruido, como de arrastrar un mueble o tropezarse alguien, no sé, me he asustado, pero no me ha quitado las ganas de seguir pajeándome.
Así que continuaron los dos, Andrés con su paja y Sandra metiéndose el dedo, estaban los dos en sus tareas, a Sandra se le veía cada vez más lo profundo de su interior, porque más se metía su dedo y más se abría su coñito de quinceañera y a Andrés, se le notaba la polla totalmente a punto de ebullicionar, cada rato se detenía para que no saliese el chorro de semen y golpeara con la cámara, la pantalla o llenase el teclado.
Seguían con sus asuntos y no podían más, a Sandra le resultaba pequeño su dedo así que tomó un bote de desodorante y comenzó a introducírselo, cuando lo vio Andrés, se le pusieron los ojos como platos, ansiaba poder cambiar ese bote por su polla y sentir el calorcito de ese joven coñito, así que acercó todo lo que pudo su polla a la cámara y le dijo:
A: Mi hermana también utiliza esa marca y ese desodorante, pero... de otra manera, para que no le suden los sobacos, si lo utilizara como tu, me encantaría hacérselo yo.
S: Pues ¿porqué no se lo propones? Lo mismo te deja hacerlo.
Y continuaba metiéndose el bote de desodorante a modo de consolador, cada vez lo movía con más frenesí, no paraba, de cuando en cuando lo sacaba lentamente, para introducírselo más lentamente, después se movía más rápidamente y así estaba durante un largo rato, llegando a conseguir el primer orgasmo de la noche con su joven compañero de “travesuras”.
S: Uauuu, no sabes el placer que me está dando este botecito de desodorante, si tuviera un consolador de verdad... me volvería totalmente loca...
Al muchacho se le antojó tomar un objeto también con el que liberar su erecta polla de tanto semen acumulado durante los dos últimos días, y alcanzó la botella que guardaba para esos menesteres pero que nadie de su familia sabía para qué guardaba esa botella tan deformada y arrugada por dentro con la boca tan ancha.
Así que se la acercó a su polla, la cual incrustó en su interior que previamente estaba lleno de vaselina para que pudiera resbalar tranquilamente sin problema y empezó a meneársela a modo de una vagina que se estuviera follando, la polla se ajustaba a su chocho particular perfectamente, al ser transparente, su amiga Sandra se excitaba más y más, y Andrés podía observar como a su bote añadía un dedo que incrustaba en los bajos de su vagina y al mismo tiempo en su ano, tenía casi todos los agujeros llenos.
A: ¿Tú sabes el placer que me da el roce que se siente al penetrar la polla en esta botella? Supongo que debe ser como un chocho al que me estoy follando alegremente...
El, llevaba haciendo eso varios meses ya pero nadie lo sabía en su familia, simplemente veían el objeto allí en su habitación y a todo aquel que preguntaba le decía que era un objeto decorativo.
Sandra al ver aquello se asombró:
S: Qué imaginación tienes, ojalá pudieras metérmela en lugar de hacerlo en esa botella, por cierto, mi hermano tiene una muy parecida en su habitación.
Y así estaban los dos, follándose y dejándose follar por los distintos instrumentos de placer que tenían a su alcance, los dos se miraban como entraban y salían y salían y entraban sus distintos sexos de sus distintos juguetes y ambos dejaban entrever como sus respiraciones se les aceleraban, a ambos se les veía que tenían muy cerca ese sentir orgásmico que se advierte cuando uno lleva un rato largo meneándose sus partes íntimas hasta que ambos estaban a punto de conseguir el placer mutuo.
Y seguían moviéndose, moviéndose cada vez a un ritmo más y más frenético, tanto que sus sillas también se movían de vez en cuando, y de modo casi imperceptible, se alertaban por los distintos ruidos que escuchaban a las afueras de sus habitaciones, ninguno de los dos sabían que estaban separados por un mísero tabique de apenas cinco centímetros, ninguno de los dos sabían que estaban “casi mirándose” de forma verdadera porque los portátiles que poseían cada cual estaba posicionados de esa manera, enfrentados, pero cada uno en su habitación.
Sandra alcanzó a levantar sus piernas, abriéndose por consiguiente casi en su totalidad y dejando entrever toda la raja de su vagina, con todo el bote de desodorante en su interior, saliendo y entrando a la vez que sus dedos, respirando sin parar cada vez más acelerada, eso produjo un movimiento más en su silla que se apoyaba sobre las dos patas traseras.
S: Me está llegando, como me gusta abrirme de piernas, casi cada noche lo hago cuando no enciendo el ordenador, pongo mis piernas al aire y todo lo que alcanzo va entrando en mi caliente hucha hasta que me llega el orgasmo.
Andrés mostraba como su polla entraba hasta el fondo de la botella y también se veía como su estómago respiraba con más frecuencia de la habitual estando próxima su corrida...
Y así estaban... les bastaron unos pocos minutos para correrse casi al unísono, Andrés metió su polla hasta el final, totalmente descapullada, dejando entrever a su compañera como fluía el semen por el agujerito que poseía en la punta la expulsión tremenda de semen en varios chorros, quedando un depósito de semen en el fondo de la botella preparada para las folladas.
Sandra no aguantó mucho más y se metió el bote de desodorante hasta el fondo, lo hizo perder de vista al metérselo íntegro, cerró las piernas y durante unos segundos no pudo más que gemir de puro placer, cosa que también hizo Andrés.
Los dos escucharon los gemidos del otro, pero sin saber que salían de la boca de su propio hermano y hermana, los dos fueron desconectándose de los portátiles, y lentamente los dos se echaron a dormir después de tanto placer obtenido.
A la mañana siguiente, se levantaron, y se pusieron a desayunar, al pasar por la habitación de su hermana para ir al lavabo, observó que en la mesa estaba el bote de desodorante... encima de una servilleta de papel... eso le despertó su instinto sexual y sus pensamientos... Sandra, no sabía porqué miró al interior de la habitación de su hermano gemelo, viendo que al lado del portátil de su hermano estaba la “botella decorativa”, con un residuo blanco en el fondo..., eso le hizo despertarle sucios pensamientos.
Se pusieron a desayunar y no entablaron apenas conversación, se empezaron a preparar pues ese domingo habían acordado irse todos a la playa, los padres como siempre... conducirían durante el trayecto mientras ellos iban detrás, como buenos hermanos, hablando de sus cosas y ocultando sus pensamientos sobre si preguntarle a su íntima hermano y hermana sobre lo ocurrido la noche anterior...
Pero eso... es otra historia.