Adolescente y su cuidador

Primer encuentro entre Marta y su cuidador

Subió el volumen de la música.

Quería evadirse,igual que decía la canción, volar a un lugar lejano, propio, en el que nadie pudiese entrar.

-Marta, te estoy hablando.

Ella, molesta por la interrupción decidió levantarse y encerrarse en el baño. No entendía como a sus 18 años, no podía quedarse sola en casa.

Pedro, nada sorprendido de su comportamiento, observó como se movian sus pechos cuando se levantó, y como su entreveia la silueta de su ropa interior. aprovechó, como en tantas otras veces, y sacó un conjunto de ropa interior.

Eligió unas que estaban un poco escondidas. Le llamó la atención, por la zona transparente de sus bragas. Eran de color azul y blanco, a rayas.

Se las guardó en el bolsillo , y salió de la habitación para ir al otro baño de la casa.

Ya con la puerta cerrada, se apoyó en la encimera y empezó a tocarse por encima del pantalón. Acercó las bragas a la cara y las olio. Se bajó los pantalones, y como un resorte, salió a descubierto su gran polla. empezó con un movimiento lento y metódico, disfrutando del momento.

Marta, salió de su baño cuándo escucho que pedro había salido de su habitación. Cansada de tanta pelea, decidió ir a pedirle perdón. Se acercó a la puerta del baño en el que pedro estaba en su lujuria prohibida, y antes de abrir, escuchó unos gemidos.

Decidida a gastarle una broma, abrió lentamente la puerta, lo suficiente para poder ver el interior. Un grito se ahogó en su garganta. ¡Eran sus bragas! En su cerebro se empezó a formar una imagen. Sacó su movil y se puso a grabar.

Cuando creyó que ya tenía grabado suficiente, abrió la puerta de golpe, sorprendiendo a su hasta ese momento, el que mandaba en la casa.

Pedro, se quedó balbuceando , sin saber que hacer o decir.

-Dame mis bragas.

pedro, con mano temblorosa le dio las azules y mojadas bragas a Marta.

-Ahora arrodillate.

Pedro obedeció rápidamente, quedando a la altura de su cintura.

Marta se quitó los leggins, dejando ver sus bragas color sepia con puntitos amarillos. Se podía entrever la humedad que empezaba a asomar.

-Vas a hacer todo lo que te ordene, o si no, publicaré el vídeo, de acuerdo?

-Si, haré todo lo que me pidas.

-Bien.

Marta apartó las bragas, y Pedro pudo ver su monte de venus a la perfección. Como las venas se tensaban con cada pulsación de su alocado corazón, de como se iba lubricando, y como palpitaba, ansiando ser satisfecha.

-Vas a empezar por lamer un poco, como buena mascota.

Instantáneamente, Pedro notó como Marta agarraba su pelo y lo empujaba a su lubricada vagina. A el no le quedó mas remedio que empezar a lamer la hinchada cueva de ella. Ella, notando las caricias de su lengua, soltó un revelador suspiro y apretó con mas fuerza la cara de Pedro.

Pedro puso sus manos en la cadera de Marta, dispuesto a todo, la levantó en volandas y, sin dejar de lamer, la depósito bruscamente en la encimera del baño, y sustituyendo su lengua por un dedo, momento que aprovechó para quitarle el sujetador, y se deleitó con la imagen de sus pechos bamboleándose al ritmo de su dedo.

Acercó sus ansisos labios al sensible pezón de Marta, y succionó fuerte, mientras lo masajeaba con la lengua. Fue alternando entre los dos, mientras notaba el cosquilleo en su polla ávida de sexo.

Marta se dio cuenta de lo que Pedro necesitaba, y decidió dárselo. Lo empujó, y agarrandolo del pene, mientras lo acariciaba, lo fue llevando a la cocina. Lo tumbó encima de la encimera, y poniéndose encima, fue bajando hasta que notó como el pene rozaba la encharcada entrada de ella, y fue moviéndose, masajeando toda la superficie de su coño con el endurecido pene.

Decidida a todo, bajó de golpe, engullendo la extensa polla de un solo golpe.Gritó, con una mezcla de lujuria, placer y dolor que hizo estremecer de placer a Pedro,

que notó como las paredes de su coño se agrandaban, adaptándose a su grueso pene.Ella fue subiendo y bajando, a un ritmo frenético, las gotas de sudor recorrían su desnudo cuerpo, perlando su suave piel. Pedro, con una mano ampliaba el placer de Marta, acariciando su cuerpo, y con la otra se acariciaba los huevos. Ella, apoyada en su torso, se movia apasionadamente, notando como el relieve del pene le acariciaba todo su ser.Pedro no iba a aguantar mucho más, azotó su culo y la apartó. Rápidamente, con una coordinación espontánea, Marta comprendió lo que se proponía, y le ayudó, se puso a 4 patas en el suelo de la cocina.

Pedro, sin perder ni un momento, empezó a penetrarla ferozmente, robando gemidos de placer a Marta. Con cada envite, el pubis de Pedro chocaba con la húmeda piel de ella.Siguió empujando sin frenar el ritmo durante unos minutos. Cuando notó de nuevo el cosquilleo, y la presión en su pene empezó a aumentar, dio una última estocada con todas sus fuerzas y lo sacó de golpe, apuntando a su firme culo y suave espalda. 4 grandes chorros salieron disparados. Marta, notó como los chorretones impactaron contra su piel, y como el caliente liquido se deslizaba por su piel. Pedro, tiró de su pelo para ponerla de pié, la giró bruscamente, le dio un casto beso.

-Vete a duchar, en nada estará lista la cena.