Adolescente y su crush del GYM

Por primera vez veo desnudo a mi sexy crush del GYM, en las duchas. Donde le chupo su gran rabo, y posteriormente en su casa, él me folla duro como nunca antes me han follado, dejándome el culo reventado y en las nubes del placer.

Antes de empezar a contar como me he tirado a mi crush del GYM, me gustaría de presentarme:

Me llamo Ángel, tengo dieciocho años, mido casi 1,80m, tengo un cuerpo fibrado, pero algo musculoso, es decir, un cuerpo definido, sexy y cuidado. Tengo el pelo castaño oscuro, ojos marrón café, soy bastante moreno... voy cinco días a la semana al gimnasio a entrenar, voy a un gimnasio de tamaño medio, suelo ir siempre a la misma hora, por lo cual suelo encontrarme con la misma gente. En el gimnasio que voy a entrenar, también tengo un crush, que aparte de ser mi crush también es mi mayor motivación para entrenar, deseando alcanzar su mismo cuerpo. Estoy hablando de Diego, un joven chico de unos veinticinco años, o quizás algo más. Diego es guapísimo, es alto, y muy musculoso. A causa de ser tan guapo y tener el cuerpazo que tiene, Diego es modelo y compite como modelo fitness, por lo cual os podéis imaginar el bellezón de chico. Un chico grande de unos 1,85 m de alto, musculoso, guapo, muy moreno, pelo castaño... Diego y yo solemos coincidir gran parte de los entrenamientos, aunque nunca hablamos realmente.

Es sábado, son las 14:00 y el gimnasio cierra a las 15:00. Pero igualmente decido de ir a entrenar, aunque sea un poco. Al llegar al gimnasio el dueño me avisa que a las 15:00 va ha cerrar, yo entro y empiezo a entrenar. Veo a Diego, e intento de mimarlo todo lo que puedo disimuladamente. Veo que Diego se me acerca, por lo que dejó de mirarle, él pasa caminando por delante mía y me saluda, lo que me dejó enamorado. Faltaban diez minutos para que el dueño del gimnasio cerrará, y empezaba a avisar a todos, yo intente de esquivarlo, para poder estar algo más de tiempo. De pronto son las 15:00, y Diego sigue entrenado con total normalidad, yo hago lo mismo, fue entonces que se me acercó el dueño del gimnasio:

-Chaval, lo siento pero tengo que cerrar -me dijo el dueño del gimnasio.

-Tranquilo Sergio, yo me ocupo del chaval, cierra la puerta y vete a casa -le dijo Diego al dueño del gimnasio.

-¿Seguro? ¡Que tu te haces responsable! -replicó Sergio a Diego.

-Sí, seguro, yo me responsabilizo -respondió Diego.

-Vale, chaval tienes suerte de caerle bien a Diego. Pues nos vemos -dijo finalmente el dueño del gimnasio mientras se iba.

Al principio no sabía lo que acaba de ocurrir, por lo que:

-Muchas gracias Diego -le agradecí a Diego.

-De nada, Sergio y yo somos buenos amigos, por eso tengo llave del gimnasio. Y los findes de semana cuando Sergio cierra antes, puedo tomarme mi tiempo al entrenar. Así que ya sabes, los findes de semana también podrás entrenar con calma cuando este -me respondió Diego, aclarandome todo.

-Vale perfecto, muchas gracias. -le respondí, intentando de no mirarle los músculos.

-No hace falta que me des las gracias. por cierto, ¿cómo te llamas? -me respondió Diego.

-Me llamo Ángel -dije a Diego.

-Pues encantado Ángel -me respondió Diego, dándome un fuerte apretón de manos.

Después de aquello, los dos seguimos entrenando. Cuando tenía la oportunidad me fijaba en los tremendos músculos de Diego, sin que él me viera. Después de casi una hora de entrenamiento, me dirigí al vestuario, y me fui a ducharme. Cuando me estaba duchando veo a Diego totalmente desnudo entrando a la ducha (son duchas abiertas), se me puso erecto el pene al instante, intenté de esconder mi erección. Mientras me quede embobado, mirando y apreciando el enorme y musculoso cuerpo de Diego, también fijandome en sus enormes testículos colgando, al igual que un pene de tamaño considerable flácido colgando. Diego se dio cuenta que estaba embobado, mirandolo por lo que me dijo:

-Vaya, que mirón que eres Ángel. ¿Te gusta lo que ves? -me dijo Deigo, bromendo. A lo que me puse muy nervioso.

-Perdona, esque nunca vi a un chico como tu desnudo -respondí nervioso.

-¿A qué te refieres? ¿a un chico tan musculoso como yo desnudo? ¿a un modelo fitness desnudo? ¿a un chico bien dotado?... -me preguntó Diego, siguiendo bromeando. Yo sin saber que decir, no di respuesta.

-Venga responde, no tiene que darte vergüenza -replicó bromeando Diego.

-Bueno todo -respondí tímidamente. A lo que Diego se me acercó totalmente desnudo.

-¿Entonces te gusta lo que ves? ¿entonces te gustó? -preguntó Diego.

-Sí, no solo te miro y admiro como ejemplo, también porque me gustas -dije mirando a Diego a los ojos, sin saber como reaccionara.

-Bueno, tu tienes buen cuerpo para tu edad, y vas en buen camino -me respondió Diego, mirando y fijándose en mi cuerpo. Mientras que yo seguía intentando de esconder mi erección.

-No hace falta que escondas nada -me dijo Diego, cuando me giro un poco y me quitó las manos, con las cuales  intentaba de tapar mi erección.

-¿Diego tu eres gay? -le pregunté, sin saber porque lo pregunté.

-Sí, soy gay. Y veo que aparte de gustarte te pongo cachondo, y decir verdad, viéndote así y aquí tú también me pones cachondo -escuchar eso de Diego me sorprendió mucho.

De pronto Diego se me acerca más, pone una de sus manos detrás de mi cabeza, para después besarme. Yo no me creía que estaba en aquella situación, desnudo junto a Diego también desnudo, solos en la ducha del gimnasio, el cual estaba cerrado. Yo no lo dude, y también empecé con el beso, pero inseguro si tocar a Deigo. Pero entonces, Diego me tocó el culo con su otra mano, y acercando mi cuerpo contra el suyo. Fue entonces cuando decidí de también tocar el cuerpo de Diego. Estábamos los dos solos y desnudos en las duchas, tocandonos y sintiendo el cuerpo del otro, piel con piel. Al terminar aquel increíble y mágico beso, que me costaba de asimilar:

-¿Te apetece? -me preguntó Diego, cogiendo y sacudiendo su pene de gran tamaño, el cual había ganado cierta erección.

Yo no me negué, me agaché y empecé a meterme ese pene, el pene de mi crush en mi boca. Empecé a saborear el gran miembro de mi crush, miembro de Diego que todavía le quedaba bastante para alcanzar la erección completa. Yo disfrutaba y aprovechaba el momento, chupaba y saboreaba, rabo que mientras que lo chupaba y tenía en mi boca iba ganando lentamente eracción. Diego también disfrutaba del momento, gemía suavemente, disfrutaba de mi chupada. Diego se iba excitando cada vez más, su pene iba ganando cada vez más erección dentro de mi boca, llenándola cada vez más. De pronto sentía que el rabo que estaba chupando, de Diego, con una erección ya bastante completa, me daba cuenta de cuán grande es. Diego con su excitación, me cogió la cabeza con ambas manos, y empezó a follarme la boca. Lo que me encantaba, disfrutaba y me excitaba mucho, como Diego me follara la boca. Diego disfrutaba, gozada se excitaba, gimiendo suavemente, con suaves gemidos, pero suaves gemidos graves, los que me encantaban y me excitaban aún más, y no me podía imaginar cómo debía de gemir Diego, cuando estuviera follando brutalmente un culo. Lo que yo deseaba que me hiciera.

De repente, Diego saca su pene de mi boca, me hace levantarme, me besa, me toca, me excita, me aprieta el culo con una mano, con la otra me toca el cuello.

-¿Te apetece venir a mi casa, ahí estaremos más cómodos que aquí? -que Diego me dijera eso, me dejó claro que quería ir a mucho más, lo que me ponía muy cachondo.

-Claro que sí -respondí.

-Un plan genial para el sábado. Y madre mía como la chupas, lo haces de maravillas. No me puedo ni imaginar cómo debes que estar en la cama -me dijo Diego, lo que me ponía más y más cachondo.

Volvimos a besarnos. A continuación salimos de las duchas, nos secamos y nos vestimos. Finalmente salimos del vestuario, salimos del gimnasio, Diego cierra el gimnasio. Y nos dirigimos a su casa. En su casa, Diego me guió hacia el gran dormitorio principal. Donde nos besamos, nos tocamos. Diego me desnudo al completo, posteriormente se desnudo a sí mismo. Ahí volvimos a estar desnudos, yo tocaba y apreciaba los enormes, preciosos y definidos músculos de Diego, tocaba y notaba cada forma y cada silueta de cada músculo. Nos besamos, Diego me tumbó en la cama boca arriba, empezó a besar todo mi cuerpo hasta llegar a mi pene. Diego empezó y jugar y chupar mi pene de 18 cm, me estaba dando un placer y una excitación tremendo. Notando como mi miembro totalmente erecto y excitado era chupado y lamido por Diego. De sentir mi pene dentro de su boca, de sentir como su boca llenaba mi pene de saliva, como su lengua jugaba y lamia mi pene dentro de su boca, como sus labios se aferraban a él. Como posteriormente empezó a sacar y meter mi rabo de su boca, sentía como mi rabo salía y entraba en esa boca muy experimentada, boca que sabía perfectamente como dar placer y excitación a cualquiera. Todo eso me ponía extremadamente cachondo, y más y más cachondo y más y más me excitaba por cada minuto que Diego me chupara el pene. Más cachondo y más me excitaba viendo que quien me daba ese impresionante placer era Diego mi crush del GYM. Por todo el placer, excitación y morbo que me generaba Diego, gemía, gemía de placer, de excitación. Todo ello se intensificó, cuando se acercaba el momento de mi eyaculación, y llegó. Mientras que Diego seguia chupandome el rabo, me corría en su boca, llegando al placer y excitación máxima del momento. Yo gemía más, Diego chupaba y succionaba, más y más. Cuando Diego dejó de chupar, y saco mi pene de su boca, mi pene a parte haber perdido erección, no tenía rastro de semen. A causa de que Diego succiono, chupo, y saboreo todo mi semen de mi corrida.

A continuación, Diego me beso y me tocaba, estando encima mía. A continuación Diego se tumbó boca arriba al lado mía, yo me puse encima de él de inmediato, le bese, después bese y lamí su cuello. Baje a sus enorme, musculoso y marcado pecho, el cual toco, siento y aprecio con mis manos, a la vez que lo besaba y lamía. Al rato, baje un poco más, a los abdominales, abdominales que también fui tocando y sintiendo con mis manos, a la vez que los besaba y lamía. Abdominales los cuales eran grandes, muy marcados, definidos, perfectos... Tras explorar, sentir, besar y lamer el cuerpo de Diego, baje a su gran pene. Pene el cual era grande, largo, gordo, sabroso, perfecto... el pene de Diego debía medir mínimo 20 cm. Empecé a lamer su gran pene completamente erecto con mi lengua, posteriormente procedí a empezar a meterlo en mi boca, de llenar mi boca, de sentir, saborear, de dar placer, de excitar... el gran rabo erecto de Diego. Diego disfrutaba, gemía suavemente, gemidos de Diego que me ponían muy cachondo. Empecé a sacar y meter el pene de Diego en mi boca, con sutileza, con amor, con excitación. Saboreaba, notaba y daba placer a cada centímetro de ese gran pedazo de carne. Variaba el ritmo, el juego de mi boca y mi lengua con su miembro, para darle más placer y excitar más a Diego, que por los gemidos de Diego que aumentaban, parecía de conseguirlo.

-Que maravillosa técnica que tienes Ángel -me dijo Diego, entre gemidos mientras que yo le chupaba, lamía y saboreaba su enorme y preciosos rabo.

Escuchar esas palabras de Diego me ponían muy cachondo.

-¿Quieres que me corra o prefieres sexo duro? -me pregunto Diego, de manera tan excitante, que deje de chupar su pene de inmediato, deseoso que me follara el culo.

Me puse a cuatro patas sobre la cama, deseoso que me follara el culo. Diego cogió lubricante, me lubricó el culo y posteriormente su gran polla. Una vez que todo estuviera bien lubricado, Diego empezó a meterme lentamente cada centímetro de su pollón en mi culo. Por cada centímetro de polla que entraba en mi culo, yo gemía de placer, excitación y morbo, Diego también empezaba a gemir. Tras un rato, empezó la acción, Diego empezó a follarme duramente el culo, notando como su magestual rabo, entraba y salía con impulso y fuerza de mi culo, como me daba placer. Sentir y notar a Diego dentro de mí, a Diego follandome como loco, yo gemía, gemía más y más, como nunca antes lo había hecho. Diego también empezaba a gemir, y cada vez más y más fuerte, sus gemidos eran fuertes y graves, de un auténtico macho cuando folla sin piedad una buena perra, dichos gemidos me ponían a mil. Diego me follaba como ningún otro chico me ha follado, sentir, notar como Diego me follaba con su enorme, grueso, delicioso, duro... pollón, y de la menara en la que me follaba, me encantaba, provocará que gimiera como nunca antes había gemido, estaba conociendo un nuevo horizonte del sexo, del placer. A Diego le encantaba de follarme duro, como si no hubiera un mañana. A Diego le encantaba de follarme y reventarme el culo, le encantaba escucharme gritar mis gemidos de placer por la magestual follada que me estaba dando, le encantaba que le apretase la polla con mi culo... Diego, al igual que yo gemía, gemía como loco, inundando el barrio con sus fuertes, potentes y graves gemidos.

Me encantaba de sentir y notar mi recto completamente lleno, lleno del enorme miembro de Diego, que salía y volvía a entrar con velocidad, con fuerza, con impulso, con un ritmo que yo no era capaz de seguir con mis gemidos. Yo me encontraba en la gloria absoluta, Diego mi crush del gimnasio, un chico guapísimo, grande, fuerte, musculoso con su enorme pollón, follandome como nunca antes me han follado. Diego empezaba a bajar lentamente su ritmo, y sus gemidos iban aún a más, poco después noto como su enorme polla se corre dentro de mi culo, como cada trallazo sale disparado con mucha fuerza, mucho impulso, en enormes cantidades, inundandome el culo, llenándolo con su semen.

En ese momento, los gemidos de los dos alcanzaron su máximo, al igual que nuestro placer de esa majestuosa corrida. Yo gemía con una fuerza, volumen como nunca antes. Diego daba un fuerte, potente, intenso gemido por cada trallazo de semen que expulsa su enorme pollón, cada uno de esos gemidos era más fuerte, más potente y más intenso que el resto de gemidos. Una vez, finalizada esa extravagante corrida, Diego siguió follandome un rato más, hasta sacar su enorme polla de mi culo, dejándome el culo hueco. Notando cómo sacaba su enorme polla, lentamente de mi culo, como este se estaba quedando cada vez más hueco. Una vez fuera el gran rabo de Diego, esta había perdido mayor parte de la erección. Diego se tumbó en la cama, hecho polvo tras ese majestuoso polvo, yo hice exactamente lo mismo. Posteriormente Diego se pone encima mía, para besarme y decirme:

-Un polvo de lujo. Creo que debo llevarte a casa, que seguro tienes más cosas que hacer -me dijo Diego.

-Sí, sería genial, ¿pero antes puedo ducharme rápido? -le respondí.

-Por supuesto, como si estuvieras en tu casa -me respondió, a lo que le agradecí, y me fui a ducharme. Al salir de la ducha, e irme al dormitorio en el que follamos, para recoger la ropa, Diego estaba otra vez vestido. Me vestí, y bajamos y nos fuimos en su coche.

-Diego, muchas gracias, me ha encantado -dije a Diego, mientras íbamos a mi casa en su coche.

-De nada Angel, el placer es mío -me respondió.

Finalmente llegamos a mi casa, nos despedimos y yo me fui a mi casa.

No fue hasta el próximo jueves por la tarde que volví a ver a Diego en el GYM, donde nos saludamos mutuamente. Tras el entrenamiento volvimos a estar en la situación del sábado, Diego y yo, solos desnudos en las duchas del GYM.

Muchas gracias por leer el relato, espero que os haya gustado y excitado el relato, como a mi de escribir para vosotros.