Adivinen

Como mi novio me pidio que le hiciera de cenar y termino dandome sexo.

Hola, otra vez yo, la novia del Torito, relatando una de nuestras aventuras.

Hace apenas 4 días envié mi primer relato y tuvo muchísimo éxito por la cantidad de visitas, asi que considerando que eso levantó mi autoestima, aquí me tienen nuevamente frente al teclado.

En este preciso instante lo tengo a él bajo la ducha. Es lo más dulce y sensual que conocí en mi vida. Su cuerpo es... maravilloso, y su alma..... mmmmm no encuentro palabras para describirlo.

Recién le dije: "Querés que mami se siente a relatar un rato?".

Me miró con esa carita de picardía que adoro y extraño durante las horas que él está en su trabajo, y me dijo: "Si, nena".

Así que aquí me tienen. En esta oportunidad para contarles la mejor cena de mi vida que por supuesto como todas las cosas MEJORES la compartí con él.

Fue un día sábado si mal no recuerdo que me dejó la mente llena de recuerdos olfativos y táctiles que nunca se borrarán de mi mente.

Empezamos en la cama de nuestra habitación, tocándonos y mirando algún canal condicionado de donde también sacamos ideas para aportarle a nuestra relación.

Dicen que si la relación no cambia al final una termina cambiando de relación y eso es justamente lo que no tenemos planeado que suceda con la nuestra.

Así que totalmente desnudos en la camita nuestras manos se deslizaban entre nuestras piernas. Las mías entre las mías, las de el entre las de el ya que nos encanta masturbarnos juntos y besarnos mientras lo hacemos con esos besos de relamidas súper húmedas.

Los dos tenemos bocas muy sensuales y labios carnosos, así que el juego consistía en tocarnos y deleitarnos succionando la boca, la lengua y los labios del adversario. Aunque la gracia consistía en que en esta pequeña batalla, el adversario era mas amigo que enemigo.

Yo había dejado en la cocina, la plancha para hacer las hamburguesas calentándose. Mientras tanto yo convertía mi sexo en otra plancha caliente entre mis manos.

Entre lengüetazos recuerdo haberle dicho varias veces que se me iba a quemar todo, a lo que el respondía entre gemidos y jadeos: "Ya va mi amor, un poquito mas porfavorrrrrrrrr".

Tuve que levantarme de todos modos ya que el fuego no comprendía de calenturas, valga la redundancia y realmente se estaba llenando todo de humo.

Fui a la cocina y puse las hamburguesas a cocinar, mientras preparaba velozmente la ensalada de lechuga y tomate, y un par de huevos fritos para mi.

Cada 2 minutos me asomaba a la habitación para ver en que andaba mi Toro y pedirle que me espere un poquito que ya casi estaba la cena lista.

Mientras yo cocinaba, el seguía viendo porno en nuestro tv de la habitación y masturbándose con entusiasmo de adolescente. Sus caritas me hacían efervescencia entre las piernas.

Preparé la mesa, con unos platos lindísimos y lo llamé a cenar.

Encendí la estufa que esta justo al lado de la mesa y comenzamos a cenar. El totalmente desnudo, yo con una tanga minúscula y un corpiño color bordó que a el lo excita muchísimo.

Apenas empezamos a comer, y dado que no bajaba nuestro nivel de excitación, el agarró un trozo de tomate entre sus dedos y se lo llevó a la boca.

Comenzó a lamerlo del mismo modo que hace con mi clítoris. Suavemente y sensualmente mientras yo veía como el aceite del tomate le lubricaba los labios carnosos.

Después agarró un pedacito de hamburguesa y se lo llevó a la boca con la misma sensualidad. Algo dentro mío aullaba. Como una loba interior, suplicando más de lo mismo.

Todo el comedor se había llenado de los aromas de la comida. El olorcito de las hamburguesas, de la verdura fresca, del aceite, del vinagre, de los huevos fritos.

Así que yo en vez de un pedacito de pan, elegí usar mis dedos y devolverle la gentileza del panorama con otro similar.

Puse mi dedo índice dentro de la yema y comencé a untarlo y a enterrarlo en el interior, hasta que mi dedo estuvo totalmente bañado, momento en que me lo llevé a la boca para utilizarlo de pintura labial. Pinté mis labios con yema y me encargué de que él no se perdiera ni un detalle del brillo en mis labios, después de lo cual me relamí suavemente.

Ahí fue que le dije: "Viste que a los nenes chiquitos les gusta comer con la mano?, podríamos probar no?".

Solo intercambiabamos miradas sensuales de absoluta complicidad, y decidimos en ese instante dejar los cubiertos aparte.

El tomó la segunda hamburguesa completa. La agarró con su mano y comenzó a comerla delante de mi cara, de modo que yo viera claramente como se deleitaba con mi exquisita cena.

Yo hice lo mismo con la ensalada.

El tomó la carne entre su palma y la apretó sobre mis pechos de modo que los jugos de la hamburguesa cayeran sobre mis tetas. Y nos deleitábamos con los olores y viendo como chorreaban esos jugos en mi cuerpo.

Yo agarré del mismo modo la ensalada, con las palmas y empecé a comer como una muerta de hambre.

En ese punto me incliné y comencé a chuparle la pija, mientras se la agarraba con mis manos aceitadas.

Cuando lo tuve super caliente, me subió sobre la mesa, que es de vidrio esfumado negro circular y me recostó sobre ella.

Yo sentí el frío del vidrio en mis espalda, lo cual hizo que se pararan mis pezones que ya estaban excitadísimos.

Cuando él vio este panorama, agarró toda la ensalada con sus manos y me la regó por la cara, por el pecho y por todo el cuerpo, desparramándola con ambas manos con una magia única, al mismo tiempo que me penetraba violentamente, de modo que la mesa que se apoya en la pared, comenzó a golpearla como martillándola,

Metí la mano en el plato en un arrebato y me fregué todo los jugos de la ensalada en el pecho.

Mmmmmmmmmmmmmm perdón si pierdo el hilo del relato pero mi Torito acaba de volver de su ducha, todo bañadito y perfumadito y entre frase y frase no hago más que chuparlo. Tendrían que verlo para darse cuenta por que le digo Torito jejejeje

Yo lo veía bombeándome desesperadamente con su pecho y sus abdominales totalmente engrasados, lo cual hacía que se reasalten sus músculos.

Sus brazos enormes, fuertes sosteniéndome de la cintura mientras el entraba y salía ferozmente.

Nuestra respiración entrecortada, nuestros gemidos.

El olorcito que nunca dejará de estar presente en mi mente, de todos los aromas juntos: aceite, semen, vinagre, flujo, el olor de nuestra piel, hamburguesas..... todo junto.... mmmmmmmm, y en medio de esa imagen olfativa que jamás olvidaré, mis oídos que no estaban tan atentos como mi tacto y mi olfato, escucharon un alarido de placer infinito que como una navaja filosa, cortó el aire en dos.

Cuando lo sentí acabar dentro mío, no pude menos que acabar con él.

Al terminar permanecimos un rato mirándonos a los ojos, viendo como la mejor cena no tiene por que ser en un lugar especial con una comida especial, sino con "la persona especial" que en mi vida es él, el mas sensual de los seres que conocí.

Ahora tengo que dejarlos porque pide más, como cada día, es un insaciable como yo. Y aunque hoy ya cenamos, la noche recién empieza. (0:32am)

LA DUEÑA DEL TAMBO